Entrenamiento Básico (Luna- Santuario)

Era media tarde cuando por fin pude ver unas edificaciones, era extraño que me dirigiera a Grecia después de vivir casi toda mi vida en Francia, pero debía de ir lo sentia en mi ser... Anteriormente habían pasado varios sucesos dentro de mi familia, todos dolorosos desde el asesinato de mi padre y los maltratos que sufrió mi madre para que pudieramos subsistir a manos de un grupo armado que no nos dejaba tranquilas, los robos, el despojo de nuestra humilde casa, el tener que dormir en la calle bajo el frio y la lluvia, sin tener nada que comer y el mendigar por un poco de pan, después la muerte de mi madre y las golpizas que recibí. Todo eso me hubieran orillado a odiar al mundo a detestarlo, pero lo único que detesté fueron las injusticias que pasé y así como yo, muchas personas lo han sufrido... Odié que no hubiera alguien que nos defendiera pero pude presenciar a un chico que si lo hizo por otros, no me dijo su nombre, pero solo me refirió que en el Santuario de Grecia chicos como él entrenaban para hacer justicia guiados por la Diosa Athena.

Después de eso se fue y no lo volví a ver, pero sus palabras se quedaron grabadas en mi mente, no comprendía el porque decía sobre una Diosa ¿acaso existen?, no lo creía mas cuando nadie se apiado de mí, pero la curiosidad puede más que la razón y empecé a investigar, entraba a la biblioteca y buscaba todos los libros posibles sobre mitos y leyendas para encontrar algo sobre aquella Diosa, tardé tiempo para poder encontrar algo, leí todo lo posible así conocí de que era llamada Minerva por los romanos y que era la Diosa de la Sabiduría y la Guerra Justa.

Pero algo dentro de mí no estaba tranquilo, aquel chico había dicho que varios entrenaban para hacer justicia, y eso era lo que tanto anhelaba, tal vez no para mi puesto que nunca la tuve, pero al menos para aquellos que no saben como defenderse siquiera.

Así fue como decidí irme hacia Grecia, aunque no sabia como hacerle, tuve que pedir limosna para poder pagar algunos pasajes y también pedir que me llevaran, tardé días en poder llegar, incluso me perdí algunas veces hasta que por fin pude llegar, parecía un lugar interesante pero normal como cualquier otro, no sabía a donde dirigirme.

Volví a recordar cada palabra de aquel desconocido, repitiéndola como si fuese algo mecánico, de manera lenta y pausada pues creía que tal vez algo de ello tendría alguna pista, “El santuario” algo había mencionado el chico sobre eso, volví a preguntar y a investigar como pudiera, hice lo mismo para poder trasladarme, aunque ahora caminé demasiado llevandome 4 días llegar al lugar, al principio solo vi piedras y rastros de viejas estructuras, nada interesante, pero si aquel muchacho lo había dicho significaba que tal vez ese lugar era más de lo que parecía.