Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
Daño: 2200 defendibles.
Terakey- BRONCE
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
- Tienes un poder interesante guerrero, debo decirte que no pensé que pudieses tener esa fuerza. Pero sigue siendo escaza a comparación de la mía. Bah, ya no tiene caso seguir luchando contra alguien que ya fue impactado por mi "Muerte Negra". Aunque te daré el golpe de gracia para terminar de una vez con esto. -
Lectura de Movimientos: Protección: 400, Cosmos: -4000, Energía: -80
Con sus grandes habilidades el Pegaso Negro lee los movimientos de su enemigo
Efecto: La defensa enemiga se reduce un 20%
1760-400= 1360-100= 1260
4720-1260= 3460
1000 Meteoros Negros: Daño: 1500, Cosmos: -9500, Energia: -200
Del puño del Pegaso Negro se emiten 1000 meteoros que salen a velocidad luz sobre su enemigo
HP: 1000
Cosmo: 32500-13500= 19000
Energía: 860-280= 580
Fuerza: 100
Velocidad: 100
Habilidad: 100
Armadura: Cubre: 100 Durabilidad: 4720-1260= 3460
Mi ataque: 1500...
Guardiana Zodiacal- JUEZ
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
Los meteoros negros impactaron con todo el poder del caballero de Pegaso Negro sobre la recia defensa interpuesta por Aramos, quien se movía a la velocidad de la luz para evitar los golpes. Aún así, apenas si pudo esquivar algunos, mientras que la mayoría de ellos dieron de lleno en la armadura, llevándola hasta el límite de la resistencia. Por un segundo, pareció que la lluvia infinita de cometas no se acabaría nunca. Pero lo hizo.
Entonces, y aunque la batalla aún no se inclinaba a su favor, Aramos cambió a una postura más ofensiva, sin descuidar sus energías, y prestando atención a los movimientos de su enemigo.
Tu Muerte Negra parece formidable, Pegaso, pero te equivocas gravemente si crees que eso es suficiente para derrotarme. Cualquier santo de Athena sabe como sobrevivir aún cuando todo su cuerpo ha fallado... en mi caso, sobreviviré por mis obras, y mi nombre será recordado mientras que el tuyo se hunde en la oscuridad eterna.
Aramos rio profundamente, su voz convertida en un rugido de poder y presencia. Luego adoptó su ya clásica postura de combate ofensiva.
Verás el verdadero poder de un santo de Athena. Un santo que no se rinde nunca! ¡¡¡¡¡Arde COSMOS!!!!! ¡¡¡¡¡GOLPE FINAL!!!!!
Reflejos: Protección: 200, Cosmos: -200, Energía: -10
El Caballero de Bronce del León Menor se adelanta al posible ataque enemigo y de esta forma logra poder esquivarlo
Concentrar: Cosmos: -1000
El Caballero del León Menor saca a relucir todo su potencial ofensivo y aumenta sus ataques de forma considerable
Efecto: Ataque extra x2
Golpe final del León menor: Daño: 600, Cosmos: -200, Energía: -30
El Caballero de Bronce acumula toda su fuerza y velocidad para realizar un golpe devastador
Efecto: Saca 3 de 4 dados del éxito y el enemigo no puede defenderse de este ataque
1500-200=1300
1300-150=1150
3300-1150=2150
Nivel 7
HP: 1000
Cosmo: 12900-1400=11500
Energía: 800-40=760
Fuerza: 3
Velocidad: 5
Habilidad: 3
Armadura: Cubre: 150 Durabilidad: 3300-1150=2150
EXP: 0/100
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Entonces, y aunque la batalla aún no se inclinaba a su favor, Aramos cambió a una postura más ofensiva, sin descuidar sus energías, y prestando atención a los movimientos de su enemigo.
Tu Muerte Negra parece formidable, Pegaso, pero te equivocas gravemente si crees que eso es suficiente para derrotarme. Cualquier santo de Athena sabe como sobrevivir aún cuando todo su cuerpo ha fallado... en mi caso, sobreviviré por mis obras, y mi nombre será recordado mientras que el tuyo se hunde en la oscuridad eterna.
Aramos rio profundamente, su voz convertida en un rugido de poder y presencia. Luego adoptó su ya clásica postura de combate ofensiva.
Verás el verdadero poder de un santo de Athena. Un santo que no se rinde nunca! ¡¡¡¡¡Arde COSMOS!!!!! ¡¡¡¡¡GOLPE FINAL!!!!!
Reflejos: Protección: 200, Cosmos: -200, Energía: -10
El Caballero de Bronce del León Menor se adelanta al posible ataque enemigo y de esta forma logra poder esquivarlo
Concentrar: Cosmos: -1000
El Caballero del León Menor saca a relucir todo su potencial ofensivo y aumenta sus ataques de forma considerable
Efecto: Ataque extra x2
Golpe final del León menor: Daño: 600, Cosmos: -200, Energía: -30
El Caballero de Bronce acumula toda su fuerza y velocidad para realizar un golpe devastador
Efecto: Saca 3 de 4 dados del éxito y el enemigo no puede defenderse de este ataque
1500-200=1300
1300-150=1150
3300-1150=2150
Nivel 7
HP: 1000
Cosmo: 12900-1400=11500
Energía: 800-40=760
Fuerza: 3
Velocidad: 5
Habilidad: 3
Armadura: Cubre: 150 Durabilidad: 3300-1150=2150
EXP: 0/100
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Terakey- BRONCE
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
Daño: 1200 directo.
Terakey- BRONCE
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
- Mal....mal...dición! Me has impactado en un punto débil y mi cuerpo comienza a desangrarse por completo. Nunca antes había peleado contra alguien de esta fuerza, sin dudas eres un gran guerrero. -Dice con gestos de dolor- Pero hay algo que no sabes. -Se repone y en su rostro se marca una leve sonrisa- Has estado luchando contra un espejismo, no soy el verdadero Pegaso Negro jajajaja. -Se desvaneció por completo-. -
**Increíblemente no se trataba del Pegaso Negro. Luego de que haya hablado esta ilusión, el cuerpo que parecía real se ha desvanecido por completo. ¿Acaso habrá sido para leer los movimientos del rival?**
Off: Este es el momento que se llama "Zona de Recuperación". Antes y después de cada combate vas a tener este momento para utilizar tus pociones y/o elementos para recuperar lo que quieras (las pociones en esta "Zona de Recuperación" son acumulativas, es decir, podés repetir el uso de una misma poción o del mismo tipo).
En esta Zona se puede usar solamente pociones recuperativas de salud, armadura o cosmo y energía. Las pociones de combate, sellos y demás relacionados a la pelea, se usan en medio de la batalla. Te digo esto porque durante el combate no podés usar las pociones recuperativas.
También podés, en caso de que así lo desees, llamar a tu Dios o mano derecha para pedir ayuda. Recordá que posees sólo un llamado y puede ser también durante la pelea. Si no vas a utilizar nada de esto, simplemente roleá y en off pone "NO UTILIZO NINGUNA POCIÓN".
Guardiana Zodiacal- JUEZ
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
**OFF: No Utilizo ninguna Poción**
Pocos segundos después de que el Pegaso Negro desapareciera tan misteriosamente como había llegado, Aramos suspiró pesadamente, cambiando el aire viciado en sus pulmones por nuevo aire fresco, que le permitiera recomponer sus cansados músculos. Respiró profundamente mientras meditaba en lo que acababa de acontecer, con una ezpresión mezcla de asombro, preocupación, y toques de relajación a partes iguales. Apreciaba aquél entretiempo tanto como era posible, pues hasta el último instante, se había encontrado en un aprieto.
El Santo de León Menor se pasó una mano por la frente, y se secó las gotas de sudor que recorrían el contorno de su rostro. Temía que su enemigo hubiera aprendido más de lo que él sabía sobre el Pegaso Negro, pero no había mucho que pudiera ser al respecto. De hecho, no le quedaba más que continuar su camino, y luego dar caza a aquella vil criatura que corrompía con su mera presencia.
Bien, entonces, dijo en alto el caballero de bronce, será momento de continuar. Dicho esto, Aramos cerró los ojos profundamente, y dejó que su cosmos se expandiera, tanto como pudiera. Forzó, con su mente, a que su energía interna llegará hasta sus límites, y luego un poco más. Barrió la isla en busca de aquel cosmos oscuro que era la indiscutible presencia del Pegaso Negro. Como un sensor de cosmos, Aramos redireccionó su voluntad hasta el lugar donde debía estar el Pegaso Negro. Allí donde había sentido su corrupción de manera más patente.
Aquella fue una tarea titánica, y cuando finalizó, Aramos no estaba seguro de que podría volver a hacerlo. Al menos no sin un par de días de descanso. Sin embargo, estaba satisfecho por un trabajo bien hecho. Cuando abrió, Aramos tenía una buena idea de a donde debía dirigirse. Emprendió el camino sin dilación...
Pocos segundos después de que el Pegaso Negro desapareciera tan misteriosamente como había llegado, Aramos suspiró pesadamente, cambiando el aire viciado en sus pulmones por nuevo aire fresco, que le permitiera recomponer sus cansados músculos. Respiró profundamente mientras meditaba en lo que acababa de acontecer, con una ezpresión mezcla de asombro, preocupación, y toques de relajación a partes iguales. Apreciaba aquél entretiempo tanto como era posible, pues hasta el último instante, se había encontrado en un aprieto.
El Santo de León Menor se pasó una mano por la frente, y se secó las gotas de sudor que recorrían el contorno de su rostro. Temía que su enemigo hubiera aprendido más de lo que él sabía sobre el Pegaso Negro, pero no había mucho que pudiera ser al respecto. De hecho, no le quedaba más que continuar su camino, y luego dar caza a aquella vil criatura que corrompía con su mera presencia.
Bien, entonces, dijo en alto el caballero de bronce, será momento de continuar. Dicho esto, Aramos cerró los ojos profundamente, y dejó que su cosmos se expandiera, tanto como pudiera. Forzó, con su mente, a que su energía interna llegará hasta sus límites, y luego un poco más. Barrió la isla en busca de aquel cosmos oscuro que era la indiscutible presencia del Pegaso Negro. Como un sensor de cosmos, Aramos redireccionó su voluntad hasta el lugar donde debía estar el Pegaso Negro. Allí donde había sentido su corrupción de manera más patente.
Aquella fue una tarea titánica, y cuando finalizó, Aramos no estaba seguro de que podría volver a hacerlo. Al menos no sin un par de días de descanso. Sin embargo, estaba satisfecho por un trabajo bien hecho. Cuando abrió, Aramos tenía una buena idea de a donde debía dirigirse. Emprendió el camino sin dilación...
Terakey- BRONCE
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
Una gran ilusión se había hecho presente con la intención de cansar al enemigo y dejarlo en un estado deplorable. Pero el destino al que se ha dirigido no es nada más y nada menos que el Valle de la Desilución.
Este Valle es un sitio totalmente inhóspito en el que lo único que se encuentra son cadáveres de guerreros que han tratado de llegar hacia el Caballero Negro. Nadie ha podido realizarlo y la muerte les ha tocado sin discriminar.
El aire es muy denso y el aroma es totalmente inaguantable. Una pequeña capa de neblina inunda toda la escena sin poder ser disipada. Los huesos que crujen con cada paso que los guerreros ejecutan es un sonido constante dentro de este Valle. Se dice que las almas vagan de un lado para el otro sin encontrar la paz. Sin dudas es un lugar tenebroso.
Off: Ahora roleá en tu ingreso al Valle...
Este Valle es un sitio totalmente inhóspito en el que lo único que se encuentra son cadáveres de guerreros que han tratado de llegar hacia el Caballero Negro. Nadie ha podido realizarlo y la muerte les ha tocado sin discriminar.
El aire es muy denso y el aroma es totalmente inaguantable. Una pequeña capa de neblina inunda toda la escena sin poder ser disipada. Los huesos que crujen con cada paso que los guerreros ejecutan es un sonido constante dentro de este Valle. Se dice que las almas vagan de un lado para el otro sin encontrar la paz. Sin dudas es un lugar tenebroso.
Off: Ahora roleá en tu ingreso al Valle...
Guardiana Zodiacal- JUEZ
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
Siguiendo en dirección hacia el lugar en donde Aramos había sentido la presencia del Caballero Negro, el santo de bronce de León Menor no tardó en ingresar en un extraño valle que pronto despertó la más oscura de las preocupaciones en el caballero. Entrecerró sus ojos y se pasó la mano por la cara, como intentando ahuyentar algo que le molestaba, pero sus intentos no dieron frutos. Una pesada carga se había depositado sobre sus hombros.
A todas luces, el lugar parecía un gigantesco cementerio, tan mancillado por los años y el cosmos oscuro de los caballeros de la Isla, que ningún alma hubiera podido realmente descansar allí. Y de hecho, Aramos escuchaba lamentos, provenientes del más allá, que inundaban el lugar y atacaban sus sentidos. La tristeza de incontables almas en pena hacían de aquél valle, un terrible castigo para los mortales que tenían que atravesarlo. Aquí, el umbral entre la vida y la muerte era particularmente débil...
Para peor, el tenebroso lugar estaba envuelto en una espesa niebla que jugaba con los sentidos del santo de bronce, haciendo que sombras extrañas danzaran frente a sus ojos antes de desaparecer en la distancia. Y aunque Aramos intentó por todos los medios sentir la presencia de cualquier sujeto, su cosmos se había reducido a la mínima expresión, como invadido por un pesar que le desgarraba el alma con cada nuevo paso.
La visión de los cientos de cadáveres y huesos que se esparcían diseminados por todo el valle, tantos que llegaban hasta el horizonte y tan mezclados entre sí que hubiera sido imposible contarlos a todos, le dio a Aramos un terrible escalofrío que recorrió la base de su espalda. Sin dudas, aquél era un terrible lugar. Un destino aciago para cualquier mortal.
Al final, el camino que el santo de Athena había seguido se covirtió en un mero rastro de cabra, apenas visible tras el velo de espesa oscuridad que inundaba el lugar. Aramos se aferró a dicho camino, sabiendo que le llevaría hasta su destino final, y confiando en la sabiduría de Athena y en su propia fortaleza.
A todas luces, el lugar parecía un gigantesco cementerio, tan mancillado por los años y el cosmos oscuro de los caballeros de la Isla, que ningún alma hubiera podido realmente descansar allí. Y de hecho, Aramos escuchaba lamentos, provenientes del más allá, que inundaban el lugar y atacaban sus sentidos. La tristeza de incontables almas en pena hacían de aquél valle, un terrible castigo para los mortales que tenían que atravesarlo. Aquí, el umbral entre la vida y la muerte era particularmente débil...
Para peor, el tenebroso lugar estaba envuelto en una espesa niebla que jugaba con los sentidos del santo de bronce, haciendo que sombras extrañas danzaran frente a sus ojos antes de desaparecer en la distancia. Y aunque Aramos intentó por todos los medios sentir la presencia de cualquier sujeto, su cosmos se había reducido a la mínima expresión, como invadido por un pesar que le desgarraba el alma con cada nuevo paso.
La visión de los cientos de cadáveres y huesos que se esparcían diseminados por todo el valle, tantos que llegaban hasta el horizonte y tan mezclados entre sí que hubiera sido imposible contarlos a todos, le dio a Aramos un terrible escalofrío que recorrió la base de su espalda. Sin dudas, aquél era un terrible lugar. Un destino aciago para cualquier mortal.
Al final, el camino que el santo de Athena había seguido se covirtió en un mero rastro de cabra, apenas visible tras el velo de espesa oscuridad que inundaba el lugar. Aramos se aferró a dicho camino, sabiendo que le llevaría hasta su destino final, y confiando en la sabiduría de Athena y en su propia fortaleza.
Terakey- BRONCE
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
(Mutante) - alto ahí. Un intruso ha ingresado al Valle, pero nunca imaginé que volvería a ser un humano. Ya el olor que emanas es suficiente para que los muertos revivan y quieran obtener tu carne. No tiene caso que sigas avanzando, puesto que no producirás nada, sólo adelantar tu muerte. Si das un sólo paso más, eres hombre muerto. Pero yo poseo un elixir especial que no solamente te anulará el olor que produces, sino también tiene un beneficio extra. Pero para ello, deberás hacerme un pequeño favor. Necesito sangre humana para poder regenerar mi cuerpo, y tu sangre es ideal. Es una sangre guerrera, indicada para mi organismo. ¿Aceptas el trato?
Off: Si aceptás la propuesta, debés restarte 100 de HP. Si no aceptás, vas a poder pasar pero el misterio te puede acechar...
Guardiana Zodiacal- JUEZ
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
Aramos continuó por aquel Valle de la muerte, tan perdido que ya no importaba la dirección. Sólo tres cosas le indicaban que el sentido en el que caminaba era el correcto: el camino de cabras, al que Aramos se había apegado como a la vida; la ligera pista del cosmos oscuro del Pegaso Negro, que a esas altura era como seguir una pistas de migajas de pan; y su propia corazonada, que le aseguraba que había tomado el camino indicado.
Mientras se introducía más y más en el laberinto de muerte y oscuridad, los sentidos del santo de León Menor comenzaron a ser afectados. Y Aramos estaba cada vez más preocupado por ello.
Para peor, la neblina que lo rodeaba era cada vez más espesa, y amenazaba con no solo cegarlo por completo, sino incluso ahogarlo. Un terrible destino para un caballero de Athena...
Fue por esa misma neblina, tan espesa ya como la brea, y los extraños sonidos que lo habían acechado desde el inicio de su búsqueda, que Aramos no notó una segunda presencia amenazante hasta que fuera demasiado tarde.
Para cuando Aramos descubrió que era seguido, ya no había nada que pudiera hacer efectivamente.
Un figura apareció de entre las sombras y la neblina, un mutante de afilados dientes y ojos desquiciados. La mera visión de aquella criatura hubiera bastado para volver completamente loco al más cuerdo de los mortales, pero los santos de Athena se encontraban inmunizados. Nada de lo que vieran podrían perturbarlos.
Y sin embargo, algo en el alma del santo de León Menor, como una garra gigantesca, presionó sobre su espíritu de tal manera que Aramos se vio inmediatamente desanimado por aquel sujeto.
El mutante pronto se lanzó en una letanía eterna que parecía no tener ni pies ni cabeza. Amenazaba con una muerte segura, hacia la que Aramos caminaba irremediablemente, pero prometía un salvoconducto. Aramos desconfió auteomáticamente. La naturaleza del salvoconducto había sido dejada un misterio, lo que no podía ser nada bueno, y por el otro lado, el pago era demasiado grande. Un sacrifio demasiado caro por nada más que una promesa vaga de una criatura que destilaba olor a muerte.
Agradezco tu intención, criatura, pero prefiero arriesgarme por mi cuenta. Tu oferta no termina de convencerme, y tengo la leve sospecha de que necesitaré de todas mis energías para enfrentarme al Pegaso Negro antes de abandonar la Isla. Aramos le sonrió, una mezcla de tristeza por la condición en la que se encontraba el mutante, y melancolía. Y tú deberías buscar la manera de abandonar este lugar, tal vez intentar cambiar tu destino. Eso es algo que te sentaría bien.
Con lo dicho, Aramos saludó al mutante, y se dispuso a continuar, asegurándose de disponer de la suficiente energía como para esquivar o contrarrestar cualquier ataque traicionero de la criatura.
Mientras se introducía más y más en el laberinto de muerte y oscuridad, los sentidos del santo de León Menor comenzaron a ser afectados. Y Aramos estaba cada vez más preocupado por ello.
Para peor, la neblina que lo rodeaba era cada vez más espesa, y amenazaba con no solo cegarlo por completo, sino incluso ahogarlo. Un terrible destino para un caballero de Athena...
Fue por esa misma neblina, tan espesa ya como la brea, y los extraños sonidos que lo habían acechado desde el inicio de su búsqueda, que Aramos no notó una segunda presencia amenazante hasta que fuera demasiado tarde.
Para cuando Aramos descubrió que era seguido, ya no había nada que pudiera hacer efectivamente.
Un figura apareció de entre las sombras y la neblina, un mutante de afilados dientes y ojos desquiciados. La mera visión de aquella criatura hubiera bastado para volver completamente loco al más cuerdo de los mortales, pero los santos de Athena se encontraban inmunizados. Nada de lo que vieran podrían perturbarlos.
Y sin embargo, algo en el alma del santo de León Menor, como una garra gigantesca, presionó sobre su espíritu de tal manera que Aramos se vio inmediatamente desanimado por aquel sujeto.
El mutante pronto se lanzó en una letanía eterna que parecía no tener ni pies ni cabeza. Amenazaba con una muerte segura, hacia la que Aramos caminaba irremediablemente, pero prometía un salvoconducto. Aramos desconfió auteomáticamente. La naturaleza del salvoconducto había sido dejada un misterio, lo que no podía ser nada bueno, y por el otro lado, el pago era demasiado grande. Un sacrifio demasiado caro por nada más que una promesa vaga de una criatura que destilaba olor a muerte.
Agradezco tu intención, criatura, pero prefiero arriesgarme por mi cuenta. Tu oferta no termina de convencerme, y tengo la leve sospecha de que necesitaré de todas mis energías para enfrentarme al Pegaso Negro antes de abandonar la Isla. Aramos le sonrió, una mezcla de tristeza por la condición en la que se encontraba el mutante, y melancolía. Y tú deberías buscar la manera de abandonar este lugar, tal vez intentar cambiar tu destino. Eso es algo que te sentaría bien.
Con lo dicho, Aramos saludó al mutante, y se dispuso a continuar, asegurándose de disponer de la suficiente energía como para esquivar o contrarrestar cualquier ataque traicionero de la criatura.
Terakey- BRONCE
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
(Mutante) - Sabía que no ibas a aceptar. Es una lástima, puesto que te hubiese beneficiado de forma correcta y tu vida se habría salvado. Ahora deberás caminar por este intenso Valle lleno de muertos vivos, tratando de no llamar la atención de ninguno de ellos. Aunque debo advertirte sobre la existencia de los Esqueletos de Fuego. Tú has elegido, lo que te depara el destino ya lo veremos. Podría exterminarte en este mismo instante, pero no debo desperdiciar mis fuerzas contigo, tengo un objetivo más importante. Jajajajajaj iluso, has perdido tu mejor chance de sobrevivir... -
Off: Perfecto. A continuación roleá, mínimanente 15 renglones, en referencia a tu transcurso en el Valle y que de repente sale un gran Esqueleto de Fuego.
Guardiana Zodiacal- JUEZ
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
Tras aquel breve intercambio de palabras, el mutante se decidió a una retirada, tal vez lo más sabio que hubiera realizado en años, dejando tras de sí nada más que la promesa de un terrible final para el santo de León Menor. Aramos, que se encontraba exhausto y debilitado, dudaba de que tan terrible final cayera a él por obra del mutante, que no era más que una pobre criatura sin otro destino que sufrir su condena eternamente, pero sin embargo se mantuvo alerta de posibles emboscadas.
Decidido a continuar su camino, Aramos se introdujo más y más al valle, sabiendo que en algún punto encontraría su destino final, la razón por la que se encontraba aquel lugar de muerte: El caballero de Pegaso Negro, quien era el último sobreviviente de una terrible guerra, y cuyo poder, Aramos apenás había logrado contener. Las expectativas de un nuevo enfrentamiento con un santo tan poderoso no eran alentadoras, pero Aramos no estaba allí para darse por vencido tan rápidamente. Si la misión hubiera sido más sencilla, de seguro el Patriarca hubiera mandado a otro caballero. Y si hubiera sido más difícil, hubieran enviado a un santo de Oro.
La lógica tras ese pensamiento era lo que mantenía al Santo de León Menor en movimiento, aferrándose a la posibilidad de salir con vida de aquel infierno.
Un infierno, que, tal y como el malogrado mutante le había advertido, estaba resguardado por esqueletos de Fuego. Si aquello era desvarios de la locura de una criatura atrapada entre la vida y la muerte, o una advertencia de futuros peligros, Aramos aún no podía discernir. Sin embargo, y desde el encuentro con el mutante, el santo de Athena se resguardaba aún más con cada paso que daba, se aseguraba que nadie le estuviera persiguiendo, y que no hubieran trampas dispuestas en su camino. Aquél incesante labor consumía fuerzas y le hacía perder el tiempo. Para peor, la misma naturaleza del valle lo llevó hasta el límite de su cordura, allí donde la razón se encuentra con la insanía y los hombres se pierden en una espiral de locura.
Aramos comenzaba a pensar que su camino no se prondía más complicado, y que pronto encontraría la salida del maldito valle cuando la temperatura a su alrededor, que hasta entonces había sido tan fría como el beso de la muerte, comenzó a elevarse a ritmo acelerado. De repente, algo en el ambiente había cambiado, y Aramos ya no se encontraba solo, aunque no podía determinar quien era su enemigo, ni a donde se encontraba. Aquello no era más que un presentimiento...
Aramos se detuvo, y a su alrededor, los arbustos marchitos y secos se prendieron fuego, formando una impenetrable barrera entre el santo de León Menor y su camino. Rodeado como estaba por un incendio que no parecía moverse de manera natural, el santo de Athena sonrió. A fin de cuentas, el mutante había estado en lo cierto. La ironía de aquel momento no se le pasó por alto.
Venga, salgan ya, quien quiera que sean. Acabemos con esto de una vez y permítanme continuar mi camino. No tengo nada contra ustedes y mi presencia aquí no debería serles una amenaza...
Decidido a continuar su camino, Aramos se introdujo más y más al valle, sabiendo que en algún punto encontraría su destino final, la razón por la que se encontraba aquel lugar de muerte: El caballero de Pegaso Negro, quien era el último sobreviviente de una terrible guerra, y cuyo poder, Aramos apenás había logrado contener. Las expectativas de un nuevo enfrentamiento con un santo tan poderoso no eran alentadoras, pero Aramos no estaba allí para darse por vencido tan rápidamente. Si la misión hubiera sido más sencilla, de seguro el Patriarca hubiera mandado a otro caballero. Y si hubiera sido más difícil, hubieran enviado a un santo de Oro.
La lógica tras ese pensamiento era lo que mantenía al Santo de León Menor en movimiento, aferrándose a la posibilidad de salir con vida de aquel infierno.
Un infierno, que, tal y como el malogrado mutante le había advertido, estaba resguardado por esqueletos de Fuego. Si aquello era desvarios de la locura de una criatura atrapada entre la vida y la muerte, o una advertencia de futuros peligros, Aramos aún no podía discernir. Sin embargo, y desde el encuentro con el mutante, el santo de Athena se resguardaba aún más con cada paso que daba, se aseguraba que nadie le estuviera persiguiendo, y que no hubieran trampas dispuestas en su camino. Aquél incesante labor consumía fuerzas y le hacía perder el tiempo. Para peor, la misma naturaleza del valle lo llevó hasta el límite de su cordura, allí donde la razón se encuentra con la insanía y los hombres se pierden en una espiral de locura.
Aramos comenzaba a pensar que su camino no se prondía más complicado, y que pronto encontraría la salida del maldito valle cuando la temperatura a su alrededor, que hasta entonces había sido tan fría como el beso de la muerte, comenzó a elevarse a ritmo acelerado. De repente, algo en el ambiente había cambiado, y Aramos ya no se encontraba solo, aunque no podía determinar quien era su enemigo, ni a donde se encontraba. Aquello no era más que un presentimiento...
Aramos se detuvo, y a su alrededor, los arbustos marchitos y secos se prendieron fuego, formando una impenetrable barrera entre el santo de León Menor y su camino. Rodeado como estaba por un incendio que no parecía moverse de manera natural, el santo de Athena sonrió. A fin de cuentas, el mutante había estado en lo cierto. La ironía de aquel momento no se le pasó por alto.
Venga, salgan ya, quien quiera que sean. Acabemos con esto de una vez y permítanme continuar mi camino. No tengo nada contra ustedes y mi presencia aquí no debería serles una amenaza...
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
(Esqueleto de Fuego) - Sabios son aquellos que desisten de sus objetivos cuando son imposibles. Humanos, siempre se burlan de la muerte. Es castigo para unos, regalo para otros y para muchos un favor. ¿Acaso no piensas que te puedo hacer un gran favor? No le temas a la muerte, deja que ésta te acaricie. Es tu gran amiga, te libera de la presión de la vida. No luches más, abrázate a la muerte y abandona todo objetivo que es imposible que logres. Será rápido, sin dolor, y tu alma caerá en mis manos para dejar atrás todo dolor que hayas tenido. De todas formas, aunque nieges mi ofrecimiento tu destino ya fue escrito. Sólo hay una forma de mantener la vida, y es que descifres este acertijo que es la llave a la liberación de tu demonio interno. Pero replanteate mi ofrecimiento, si logras acertar el acertijo desapareceré para siempre, no tendrás la chance de morir en paz jamás. Al desaparecer, tu muerte será la más dolorosa y sufrida que pueda existir, no seas iluso, acepta y acabemos con esto... -
Off: Ahora te daré un reto nuevamente. Si adivinás lo que hay, podés pasar.
Tenés 3 pistas, pero por cada pista que pidas debes restarte 100 de HP.
Cuando creas que ya sabés, mandame un mensaje privado con la respuesta. No la pongas acá, mandame el mensaje privado. Eso sí, ojo porque en el mensaje tiene que estar la respuesta acertada, si te equivocás entonces se te da como perdido el reto, porque para eso están las pistas.
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
Aramos sonrió confiado. La criatura de fuego era una visión terrible. Acaso peor que el mutante que lo había abordado con anterioridad. Y tal como el mismo mutante desalmado, el demonio prometía una muerte rápida y sin sufrimiento, que lo liberaría de las cadenas del sufrimiento de un cuerpo mortal. Sus palabras, aunque altamente crípticas, no dejaban lugar a dudas. Su oferta, aunque tentadora, llegaba en un momento inadecuado.
Lamentablemente, sostuvo Aramos. Aún tengo una misión que cumplir, para la obra de Athena en la tierra. Sin embargo, estoy seguro que mi tiempo en la tierra de los vivos no será más que un suspiro para una criatura a tu medida. Así, no creo que viva una vida larga y tranquila, por lo que no necesito una muerte rápida y pacífica.
Aramos le guiñó el ojo al demonio de fuego. No te temo porque no temo la muerte, así como no temo morir horriblemente. He entrenado por años para dedicar toda mi vida, cada una de mis acciones y toda mi fuerza, a la causa de Athena, y si lo logro con mi muerte, por prematura y violenta que esta sea, supongo que moriré contento, sabiendo que he cumplido con mi misión. Aún así, porque no vuelves en un par de años con tu propuesta, y tal vez entonces, marchito y decrépito, busque yo una muerte pacífica. De lo contrario, no creo que haya algo que puedas ofrecerme, aquí y ahora.
Aramos murmuró la respuesta en un suspiro corto y preciso, con la intención de que esta solo quedara entre ellos dos. Ambos sabemos que es la respuesta correcta, por lo que, al igual que el mutante que he encontrado con anterioridad, espero que seas fiel a tu palabras y te marches, al menos de momento, para dejarme continuar con mi camino. Eso es todo lo que pido, y todo lo que espero. Pues si me traicionas, nos veremos obligados a enfrentarnos en una batalla que no tendría sentido, ni resultado positivo para ninguno de los dos.
Con lo dicho, Aramos se preparó para continuar su camino en la única dirección posible, sabiendo que no podía confiar en el demonio de fuego, pero esperando que le permitiera pasar.
Lamentablemente, sostuvo Aramos. Aún tengo una misión que cumplir, para la obra de Athena en la tierra. Sin embargo, estoy seguro que mi tiempo en la tierra de los vivos no será más que un suspiro para una criatura a tu medida. Así, no creo que viva una vida larga y tranquila, por lo que no necesito una muerte rápida y pacífica.
Aramos le guiñó el ojo al demonio de fuego. No te temo porque no temo la muerte, así como no temo morir horriblemente. He entrenado por años para dedicar toda mi vida, cada una de mis acciones y toda mi fuerza, a la causa de Athena, y si lo logro con mi muerte, por prematura y violenta que esta sea, supongo que moriré contento, sabiendo que he cumplido con mi misión. Aún así, porque no vuelves en un par de años con tu propuesta, y tal vez entonces, marchito y decrépito, busque yo una muerte pacífica. De lo contrario, no creo que haya algo que puedas ofrecerme, aquí y ahora.
Aramos murmuró la respuesta en un suspiro corto y preciso, con la intención de que esta solo quedara entre ellos dos. Ambos sabemos que es la respuesta correcta, por lo que, al igual que el mutante que he encontrado con anterioridad, espero que seas fiel a tu palabras y te marches, al menos de momento, para dejarme continuar con mi camino. Eso es todo lo que pido, y todo lo que espero. Pues si me traicionas, nos veremos obligados a enfrentarnos en una batalla que no tendría sentido, ni resultado positivo para ninguno de los dos.
Con lo dicho, Aramos se preparó para continuar su camino en la única dirección posible, sabiendo que no podía confiar en el demonio de fuego, pero esperando que le permitiera pasar.
Terakey- BRONCE
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
(Esqueleto de Fuego) - Mi fuerza comienza a desvanecerse. Has perdido tu mejor elección humano, la única chance de morir en paz y sin dolor. Te esperaba una nueva vida en el otro mundo llena de armonía y sin sufrimiento. Ahora quedarás destinado a este mundo terrenal y primitivo en el que la muerte no te llegará, sino que sufrirás de otro modo... con muertes ajenas...
**Luego de que el esqueleto expresara esas palabras, su presencia se disolvió por completo. Un pequeño aire caliente invadió la escena en la que sólo quedó el guerrero.**
Off: Al haber descifrado correctamente el acertijo, podés continuar tu camino. Ahora la consigna es que debés armar un rol de 15 líneas en el que expliques que ingresas a un nuevo sitio y debido a un gas que aparece de la nada, comenzás a descomponerte al punto del desmayo. Luego de eso, entrás en un sueño y debés detallar parte de tu niñez...
Guardiana Zodiacal- JUEZ
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
Tal y como Aramos esperaba luego de dar la respuesta correcta al acertijo del demonio de Fuego, este cumplió su juramento y comenzó a desvanecerse, siendo que su presencia dejó tras de sí un cúmulo de aire caliente, y palabras crípticas sobre una oportunidad perdida para el santo de León Menor. ¿Acaso aquella criatura sabía algo que Aramos no? No importaba, y tampoco había tiempo que perder. Por un lado, el rastro del Caballero Negro se hacía más difícil de seguir con cada segundo que pasaba, y por el otro, el lugar donde Aramos se encontraba parecía restarle fuerzas.
Con la presencia demoníaca completamente desaparecida, también se había desvanecido el anillo de fuego que había cortado el camino del santo de León Menor, por ello Aramos, resoluto y sin perder de vista el camino que lo llevaría hasta el Caballero Negro, continuó la marcha forzada, sabiendo, o debiendo saber, que aquello ponía sus propias fuerzas al límite de su capacidad. Cualquier enfrentamiento posterior a la marcha sería una difícil prueba para el santo de Athena, que ya de por sí cargaba con una agotadora jornada. Aún así, el santo no disminuyó su marcha. Tanteando el pequeño bolso que llevaba consigo, Aramos se aseguro de la integridad de las pociones que había recibido por parte del Patriarca antes de su partida del Santuario. Al comprobar el excelente estado de los viales, más allá de las condiciones del viaje, Aramos sonrió, a la espera del momento justo para utilizarlas.
No pasó mucho antes de que el camino de cabras sacara a Aramos del tortuoso valle que había recorrido, y lo introdujo a una nueva zona boscosa, casi tan terrible, que otros mortales hubieran preferido regresar al valle. Pero no Aramos. Nunca Aramos. Los árboles de esta nueva zona estaban muy juntos, y caminar entre ellos era tanto o más dificil de lo que había sido navegar entre las sombras del valle. Aún así, Aramos insistió en su marcha, conciente de que con cada segundo, se aproximaba más al extremo de sus fuerzas.
Aún así, el santo de León Menor luchó contra ramas, arbustos y troncos. Pronto, sin embargo, notó que sus fuerzas comenzaban a fallarle... ¡de manera alarmante! De repente, se había tropezado con una raíz que salía proyectada por fuera de la tierra, tan convenientemente, que Aramos pensó que se trataba de una trampa. Fue entonces que se dio cuenta de un gas que se arremolinaba alrededor de su cuerpo tendido. ¿Había estado allí desde el principio? No podía recordarlo con claridad... y de lo contrario ¿De dónde había surgido? No había respuestas claras, y de hecho su mente comenzó a nublarse. Por supuesto, intentó luchar contra el llamado de la oscuridad, que parecía sumirlo en un forzado sueño. Pero falló.
Entonces, era un niño otra vez.
Corría por las calles de su ciudad natal. Estaba asustado. Eso no podía sercorrecto... después de todo, ¿cuando había sido la última vez que había temido? ¿Era aquello un sueño o una pesadilla? No podía saberlo, ni estar seguro de lo uno o lo otro, por lo que se dejó llevar. Tenía que correr por le perseguían y el definitivamente tenía miedo.
Dobló en el segundo callejón, pues sabía que el segundo callejón después del mercado le dejaría a dos cuadras de su hogar. Si era lo suficientemente rápido y se escabullía con cuidado, no le encontrarían. ¿Era el segundo o el tercer callejón? En el momento de la persecución, y con su mente corriendo tan rápido como sus pies, no lo podía recordar con seguridad, pero no importaba, ya se había lanzado en pos de la protección que le ofrecerían sus padres.
Se había equivocado. Y aquél error le costaría, una vez más, su orgullo. Para cuando comprendió que el callejón que lo dejaba cerca de su hogar era el segundo, pero que él había tomado el tercer, ya era demasiado tarde. Por supuesto, lo intentó, pero para cuando giró con la intención de volver, pues su camino estaba bloqueado por una pared de ladrillos demasiado alta para saltar, se encontró rodeado por tres matones. Los mismos abusadores de siempre.
Eran tres alumnos de un año superior, pero físicamente mucho más grandes que Aramos, que aún no se había terminado de desarrollar. Habían aprovechado de aquella ventaja tanto como de su superioridad númerica. El corazón de Aramos se llenó de terror, al comprender que sólo había una manera de salir de allí. En ese momento, las palabras ya no servirían de nada.
Al final, todo duró menos de lo que había recordado con posterioridad. Lo habían golpeado, le habían quitado su dinero y luego lo habían dejado allí tirado. No le había roto nada, por suerte para él, más que su autoestima y su dignidad, pero por suerte, no tuvo que ir al hospital. Al final, lo que más le había dolido, por sobre los golpes y las patadas que había recibido, era la humillación y el terror puro que había sentido en el momento del combate.
Al final había aprendido una lección que marcaría el resto de su vida. Con una sonrisa resignada, su boca aún sangraba y le dolía como para reir a carcajadas, se propuso nunca más volver a temer.
Con el tiempo, crerría haberlo logrado.
Con la presencia demoníaca completamente desaparecida, también se había desvanecido el anillo de fuego que había cortado el camino del santo de León Menor, por ello Aramos, resoluto y sin perder de vista el camino que lo llevaría hasta el Caballero Negro, continuó la marcha forzada, sabiendo, o debiendo saber, que aquello ponía sus propias fuerzas al límite de su capacidad. Cualquier enfrentamiento posterior a la marcha sería una difícil prueba para el santo de Athena, que ya de por sí cargaba con una agotadora jornada. Aún así, el santo no disminuyó su marcha. Tanteando el pequeño bolso que llevaba consigo, Aramos se aseguro de la integridad de las pociones que había recibido por parte del Patriarca antes de su partida del Santuario. Al comprobar el excelente estado de los viales, más allá de las condiciones del viaje, Aramos sonrió, a la espera del momento justo para utilizarlas.
No pasó mucho antes de que el camino de cabras sacara a Aramos del tortuoso valle que había recorrido, y lo introdujo a una nueva zona boscosa, casi tan terrible, que otros mortales hubieran preferido regresar al valle. Pero no Aramos. Nunca Aramos. Los árboles de esta nueva zona estaban muy juntos, y caminar entre ellos era tanto o más dificil de lo que había sido navegar entre las sombras del valle. Aún así, Aramos insistió en su marcha, conciente de que con cada segundo, se aproximaba más al extremo de sus fuerzas.
Aún así, el santo de León Menor luchó contra ramas, arbustos y troncos. Pronto, sin embargo, notó que sus fuerzas comenzaban a fallarle... ¡de manera alarmante! De repente, se había tropezado con una raíz que salía proyectada por fuera de la tierra, tan convenientemente, que Aramos pensó que se trataba de una trampa. Fue entonces que se dio cuenta de un gas que se arremolinaba alrededor de su cuerpo tendido. ¿Había estado allí desde el principio? No podía recordarlo con claridad... y de lo contrario ¿De dónde había surgido? No había respuestas claras, y de hecho su mente comenzó a nublarse. Por supuesto, intentó luchar contra el llamado de la oscuridad, que parecía sumirlo en un forzado sueño. Pero falló.
Entonces, era un niño otra vez.
Corría por las calles de su ciudad natal. Estaba asustado. Eso no podía sercorrecto... después de todo, ¿cuando había sido la última vez que había temido? ¿Era aquello un sueño o una pesadilla? No podía saberlo, ni estar seguro de lo uno o lo otro, por lo que se dejó llevar. Tenía que correr por le perseguían y el definitivamente tenía miedo.
Dobló en el segundo callejón, pues sabía que el segundo callejón después del mercado le dejaría a dos cuadras de su hogar. Si era lo suficientemente rápido y se escabullía con cuidado, no le encontrarían. ¿Era el segundo o el tercer callejón? En el momento de la persecución, y con su mente corriendo tan rápido como sus pies, no lo podía recordar con seguridad, pero no importaba, ya se había lanzado en pos de la protección que le ofrecerían sus padres.
Se había equivocado. Y aquél error le costaría, una vez más, su orgullo. Para cuando comprendió que el callejón que lo dejaba cerca de su hogar era el segundo, pero que él había tomado el tercer, ya era demasiado tarde. Por supuesto, lo intentó, pero para cuando giró con la intención de volver, pues su camino estaba bloqueado por una pared de ladrillos demasiado alta para saltar, se encontró rodeado por tres matones. Los mismos abusadores de siempre.
Eran tres alumnos de un año superior, pero físicamente mucho más grandes que Aramos, que aún no se había terminado de desarrollar. Habían aprovechado de aquella ventaja tanto como de su superioridad númerica. El corazón de Aramos se llenó de terror, al comprender que sólo había una manera de salir de allí. En ese momento, las palabras ya no servirían de nada.
Al final, todo duró menos de lo que había recordado con posterioridad. Lo habían golpeado, le habían quitado su dinero y luego lo habían dejado allí tirado. No le había roto nada, por suerte para él, más que su autoestima y su dignidad, pero por suerte, no tuvo que ir al hospital. Al final, lo que más le había dolido, por sobre los golpes y las patadas que había recibido, era la humillación y el terror puro que había sentido en el momento del combate.
Al final había aprendido una lección que marcaría el resto de su vida. Con una sonrisa resignada, su boca aún sangraba y le dolía como para reir a carcajadas, se propuso nunca más volver a temer.
Con el tiempo, crerría haberlo logrado.
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
(Voz desconocida) - Vamos, despierta de una vez. Has estado sin conciencia desde hace tres horas. Acaso te estarás preguntando quién soy, ya nos hemos visto anteriormente. No te preocupes de este gas, el efecto que tiene es sólo para divisar los pensamientos de los que ingresan en este lugar. Pude ver tu niñez, algo que este gas muestra sin errores. Gracias a eso me alimenté de tus recuerdos más fuertes y ahora tú te encuentras en un estado deplorable. Este es un simple gas, pero al tener en tu cuerpo un germen especial, este gas me ha mostrado hasta tus puntos débiles muahahahaha. Ya no sufrirás más, tu muerte llegará en este momento para alivio tuyo!
- Así es, has llegado a mis dominios personales y más de aquí no vas a poder pasar. Este soy yo, el verdadero. Y tu suerte se acabará en este mismo instante. Gracias a mi Muerte Negra pude descifrar tus puntos débiles por lo que el combate ya lo tengo ganado. No tienes chance guerrero, tu destino ya está en mis manos y yo seré el que te sepulte! -
Off: Esta es otra "ZONA DE RECUPERACIÓN". Antes y después de comenzar una pelea, aparecen las "ZONAS DE RECUPERACIÓN", salvo cuando luches por primera vez que no podés utilizar antes de empezar una pelea debido a que tenés todos los parámetros completos.
Recordá que aún podés llamar a tu Dios debido a que aún no lo has hecho. En esta Zona, si es que no te lo comenté antes, se puede usar solamente pociones recuperativas de salud, armadura o cosmo y energía. Las pociones de combate, sellos y demás relacionados a la pelea, se usan en medio de la batalla. Salvo lo que te produzca el llamado del Dios, si te da una poción recuperativa podés usarla.
Ahora si vas a usar alguna, utilizala. Sino aclará que no usas ninguna y roleá a continuación (no ataques).
- Así es, has llegado a mis dominios personales y más de aquí no vas a poder pasar. Este soy yo, el verdadero. Y tu suerte se acabará en este mismo instante. Gracias a mi Muerte Negra pude descifrar tus puntos débiles por lo que el combate ya lo tengo ganado. No tienes chance guerrero, tu destino ya está en mis manos y yo seré el que te sepulte! -
Off: Esta es otra "ZONA DE RECUPERACIÓN". Antes y después de comenzar una pelea, aparecen las "ZONAS DE RECUPERACIÓN", salvo cuando luches por primera vez que no podés utilizar antes de empezar una pelea debido a que tenés todos los parámetros completos.
Recordá que aún podés llamar a tu Dios debido a que aún no lo has hecho. En esta Zona, si es que no te lo comenté antes, se puede usar solamente pociones recuperativas de salud, armadura o cosmo y energía. Las pociones de combate, sellos y demás relacionados a la pelea, se usan en medio de la batalla. Salvo lo que te produzca el llamado del Dios, si te da una poción recuperativa podés usarla.
Ahora si vas a usar alguna, utilizala. Sino aclará que no usas ninguna y roleá a continuación (no ataques).
Guardiana Zodiacal- JUEZ
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
Utilizo poción de vitalidad roja.
Llamo a mi Dios.
Cuando despertó de su terrible, y tan vívida pesadilla, Aramos de León Menor se descubrió junto al Caballero de Pegaso Negro, quien tan confiado como lo había visto la primera vez, le observaba. Al intentar levantarse, el santo de Athena notó que su cuerpo estaba entumecido, y que el esfuerzo de cada uno de sus músculos le era insorportable. No sabía cuanto tiempo había pasado inconciente, y tampoco creía demasiado en la palabra del Santo Negro, quien ya había demostrado no ser digno de confianza. Sin embargo, era evidente que no estaba listo para combatir.
Al ponerse finalmente de pie, Aramos sonrió, Finalmente nos encontramos, caballero de Pegaso Negro. No me la has puesto nada fácil, pero supongo que así tenía que ser...
Aramos tomó uno de los viales que llevaba consigo, y observó su color. Era el adecuado, el rojo. Rápidamente tomó un sorbo, sientiendo automáticamente como sus fuerzas se renovaban y el peso que cargaba sobre sus hombros desaparecía como por arte de magia. Aún antes de finalizar con el contenido de su poción, dedicó una plegaria silenciosa a la Diosa Athena, para que iluminara su camino en el próximo enfrentamiento.
Athena, diosa de la sabiduría, tú que guías a los justos, y acoges a los pecadores, tú que lideras en la batalla, asiste a tu sirviente en esta hora de oscuridad, guía sus puños por el camino justo, y asiste su cuerpo. Fortalece mi armadura, que es la protección que me permite luchar por tu mundo...
Con aquello, el santo de bronce de León Menor se preparó, flexionando los músculos del cuellom, estirando los músculos de los brazos y dando pequeños saltitos, para calentar sus piernas. Luego, adoptó una postura de combate, moviendo los brazos formando la constelación del León Menor. Bien, entonces, acabemos con esto.
Llamo a mi Dios.
Cuando despertó de su terrible, y tan vívida pesadilla, Aramos de León Menor se descubrió junto al Caballero de Pegaso Negro, quien tan confiado como lo había visto la primera vez, le observaba. Al intentar levantarse, el santo de Athena notó que su cuerpo estaba entumecido, y que el esfuerzo de cada uno de sus músculos le era insorportable. No sabía cuanto tiempo había pasado inconciente, y tampoco creía demasiado en la palabra del Santo Negro, quien ya había demostrado no ser digno de confianza. Sin embargo, era evidente que no estaba listo para combatir.
Al ponerse finalmente de pie, Aramos sonrió, Finalmente nos encontramos, caballero de Pegaso Negro. No me la has puesto nada fácil, pero supongo que así tenía que ser...
Aramos tomó uno de los viales que llevaba consigo, y observó su color. Era el adecuado, el rojo. Rápidamente tomó un sorbo, sientiendo automáticamente como sus fuerzas se renovaban y el peso que cargaba sobre sus hombros desaparecía como por arte de magia. Aún antes de finalizar con el contenido de su poción, dedicó una plegaria silenciosa a la Diosa Athena, para que iluminara su camino en el próximo enfrentamiento.
Athena, diosa de la sabiduría, tú que guías a los justos, y acoges a los pecadores, tú que lideras en la batalla, asiste a tu sirviente en esta hora de oscuridad, guía sus puños por el camino justo, y asiste su cuerpo. Fortalece mi armadura, que es la protección que me permite luchar por tu mundo...
Con aquello, el santo de bronce de León Menor se preparó, flexionando los músculos del cuellom, estirando los músculos de los brazos y dando pequeños saltitos, para calentar sus piernas. Luego, adoptó una postura de combate, moviendo los brazos formando la constelación del León Menor. Bien, entonces, acabemos con esto.
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
- Caballero. No desoiré tu llamado ya que recurres a mí con necesidad de ser ayudado. Agradezco enormemente el esfuerzo que estás realizando por la misión y la lealtad que me demuestras es realmente gratificante. Es por eso que no te dejaré morir. Toma, seguramente con esto podrás recuperarte y lograr una victoria en esta misión. -
Off: Gracias a la ayuda de Athena, se te fue otorgada una poción estelar verde. Si la va a usar, recordá de aclarar su utilización y posteriormente sumate su beneficio. También hacelo con la otra otra poción que has utilizado.
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
De repente, el santo de león menor se sintió como nuevo, el milagro había ocurrido... La luz y la fuerza de la diosa Athena, siempre vigilante y protectora de sus santos, brillaba sobre el caballero de León Menor, con un resplandor increíble.
Gracias diosa Athena, fuerza de mi corazón, murmuró Aramos finalmente. Se sentía realmente renovado, y en su cuerpo fluían nuevas energías. Sin duda, sabía que el combate que se acercaba sería el último y tenía planificado con exactitud cada paso a seguir. Sabía muy bien, además, que cualquier error en un momento como este podía, y de hecho lo haría, costarle la vida. Por ello mismo estaba esperando que su enemigo cometiera un error, cualquiera, para aprovecharlo como su ventaja táctica. Hasta entonces, se movería con cuidado, tratando de no dejarse demasiado abierto...
El santo de león menor, con una sonrisa desafiante, observó rápidamente a su alrededor, en busca de cualquier tipo de ventaja táctica. No lo había, o al menos no parecía haberlo. Era un páramo funestamente desolado, sin más vida que la de los dos caballeros. No había nada ni nadie a kilómetros a la redonda. Al menos no que Aramos pudiera sentir. Así, no quedaba más que enfrentarse a su enemigo en combate final. Un dejo de emoción, por haber llegado hasta el final de su búsqueda, recorrió a Aramos de pies a cabeza. Estaba tan listo como lo estaría.
Comenzó a realizar una serie de movimientos con los brazos, similares a los de la constelación del León Menor, y adoptando una postura ofensiva, se preparó para la ofensiva del santo oscuro, conciente de que el combate se resolvería en unos pocos, pero extremadamente rápidos y poderosos, golpes. Bien, entonces. Te estoy esperando santo oscuro.
UTILIZO POCIÓN ESTELAR VERDE
Nivel 7
HP: 1000+1000=2000
Cosmo: 11500+8000=19500
Energía: 760+450=1210
Fuerza: 3
Velocidad: 5
Habilidad: 3
Armadura: Cubre: 150 Durabilidad: 2150
EXP: 0/100
Gracias diosa Athena, fuerza de mi corazón, murmuró Aramos finalmente. Se sentía realmente renovado, y en su cuerpo fluían nuevas energías. Sin duda, sabía que el combate que se acercaba sería el último y tenía planificado con exactitud cada paso a seguir. Sabía muy bien, además, que cualquier error en un momento como este podía, y de hecho lo haría, costarle la vida. Por ello mismo estaba esperando que su enemigo cometiera un error, cualquiera, para aprovecharlo como su ventaja táctica. Hasta entonces, se movería con cuidado, tratando de no dejarse demasiado abierto...
El santo de león menor, con una sonrisa desafiante, observó rápidamente a su alrededor, en busca de cualquier tipo de ventaja táctica. No lo había, o al menos no parecía haberlo. Era un páramo funestamente desolado, sin más vida que la de los dos caballeros. No había nada ni nadie a kilómetros a la redonda. Al menos no que Aramos pudiera sentir. Así, no quedaba más que enfrentarse a su enemigo en combate final. Un dejo de emoción, por haber llegado hasta el final de su búsqueda, recorrió a Aramos de pies a cabeza. Estaba tan listo como lo estaría.
Comenzó a realizar una serie de movimientos con los brazos, similares a los de la constelación del León Menor, y adoptando una postura ofensiva, se preparó para la ofensiva del santo oscuro, conciente de que el combate se resolvería en unos pocos, pero extremadamente rápidos y poderosos, golpes. Bien, entonces. Te estoy esperando santo oscuro.
UTILIZO POCIÓN ESTELAR VERDE
Nivel 7
HP: 1000+1000=2000
Cosmo: 11500+8000=19500
Energía: 760+450=1210
Fuerza: 3
Velocidad: 5
Habilidad: 3
Armadura: Cubre: 150 Durabilidad: 2150
EXP: 0/100
Última edición por Terakey el Sáb Feb 16 2013, 22:00, editado 1 vez (Razón : editar colores de líneas)
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
- No tienes oportunidad insecto. Mira en el estado en el que te encuentras, prácticamente deplorable aunque hayas tomado esos brebajes. Simplemente con un soplido podría acabarte. Pero eres un buen prototipo para mi diversión, hace tiempo que no me divierto con un guerrero tan débil. Y no te preocupes por aquellos que te dejaron pasar, ya fueron exterminados por su traición. Y tú seguirás el mismo destino, prepárate! -
(Ankoku Ryu Sei Ken) Meteoros Negros: Daño: 4000, Cosmos: -9500, Energía; -250
El pegaso negro junta su cosmos en sus manos lanzando una gran cantidad de puños que al tocar al enemigo le forma una mancha negra
HP: 500
Cosmo: 55000-9500= 45500
Energía: 1600-250= 1350
Fuerza: 100
Velocidad: 100
Habilidad: 100
Armadura: Cubre: 100 Durabilidad: 1200
Mi ataque: 4000...
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
El ataque del santo de Pegaso negro era demasiado poderoso para ser detenido, y por seguro aquello acabaría con la vida del santo de León Menor, o al menos lo dejaría en muy mala condición. Dispuesto a sorprender a su enemigo, a la vez que obtener algún tipo de ventaja táctica sobre la batalla que se cernía sobre ellos, Aramos no tuvo más salida que apostar y utilizar toda su fuerza, y todo su cosmos, en una complicada maniobra, reservada solo para las batallas más difíciles y para los momentos más complicados.
Así, esperó hasta último momento, y luego, cuando el ataque del caballero de Pegaso Negro ya estaba sobre él, Aramos aplicó todo su ser, toda su energía, en un movimiento de contraataque.
TIRO DADO DE CONTRAATAQUE
Así, esperó hasta último momento, y luego, cuando el ataque del caballero de Pegaso Negro ya estaba sobre él, Aramos aplicó todo su ser, toda su energía, en un movimiento de contraataque.
TIRO DADO DE CONTRAATAQUE
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Re: Misión de Entrenamiento para Aramos de León Menor
El miembro 'Terakey' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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'Dado de Contraataque' :
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