Ficha de Acubens

Gustos:
- La carne
- La fauna
- La flora
- la música
- beber alcohol
- Cantar
- ver el fuego
- Leer
- cumplir sus tradiciones de druida en privado
- hablar con los espíritus

Disgustos
- las casi ausencia de plantas y animales
- las personas (no la odia pero se les hace molesto al paso del tiempo)
- trabajar
- la comida  instantánea
- las ciudades pobladas
- el calor
- que sepan que es listo
- la falta de respeto a los muertos

Datos curiosos
- es un poco desinteresado de su entorno y las normas sociales o de decencia ( no le importa que lo vean desnudo y de hacer mucho calor es capas de desvestirse para sobrevivir a el por dar un ejemplo)
- tiene una buena voz pero, no le gusta cantar frente a la gente
- suele dormirse en cualquier lugar sin importarle donde sea aunque en las noches se mantiene despierto viendo las estrellas
- La argolla en su cabello es regalo de su hermano y es tu tesoro mas valioso, nadie mas que el puede tocarlo

El pasto crujía en sus pequeños pies mientras contemplaba los cielos. Un niño no aparentemente superior a los 12 años observaba las constelaciones que se manifestaban tras la despedida del sol, un suave golpe  lo hizo voltear y ver a su hermano sonreír un poco burlesco  de su descuido, un hombre alto de cabello azul más oscuro y corto, ojos grises y una camisa verde y manto de cuero como su capucha verde forrada con piel café, traía un bastón que usaba para moverse aunque no parecía necesitar de el realmente  

- deja de estar en las nubes pequeño cangrejo- se rio el mayor acariciando el  cabello de su pequeño hermano

–no molestes Regulus- gruño en un infantil puchero, cruzando sus brazos sobre su pecho

-ya no te enojes hermanito- sonrió el mayor cargando al pequeño muchacho en sus brazos y contemplabas a lo lejos una luz -¿emocionado?-

El pequeño infante contemplaba aquella luz y a cada metro avanzado una sonrisa comenzaba a conquistar el emocionado rostro del menor quien cada segundo que pasaba le costaba ocultar su emoción, solo algo en el costado de su visión, llamo lo suficiente su atención para girar, una máscara de pájaro color rojo de madera Pindado y tallado a mano-un ave de fuego?-

-¿te gusta?- sonríe el mayor -tu primera mascara-

el menor tomo emocionado la máscara y cubrió su rostro mientras su hermano se colocaba una máscara de lobo, la fiesta del hombre de madera iniciaba… un momento de alegría de alejar el mal y las penas y comenzar una nueva era… se supone que eso debía  ser.
acubens festejo con otros niños mientras su hermano bebía y reía con sus amigos. Cantos, bailes, alcohol, amigos, familia y comida era lo  primordial para todos mientras esperaban la hora de quemar el hombre de madera. Como el fuego en volvió aquella estructura de madera, lleno de júbilo a los presente que sentía como el fuego de sus corazones se  encendía con el, igual que luces azuladas de lamas que vagaban buscaban asilo de su soledad, estaban felices un clan cuyo talento era ver lo que dejo este mundo druidas de noble estirpe…  El gran druida llamo a los pequeños enmascarados entre ellos Acubens, destinando el color que la tierra deseaba darles, capuchas niñas y niños se giraron a darle la espalda al sabio esperaron ansiosos cada segundo en lo que recibían los mantos, todos los adultos se divertían con aquello. Mas de algún niño quería espiar  y ver su color pero cuando sentía que fueron descubierto por un suave golpe del gran druida, reían y se tapaban los ojos… fue cuando Acubens estuvo por recibir el suyo que una gran explosión proveniente del hombre de madera asuntos a todos, el pánico llego cuando hombres en armadura llegaron en marcha de conquista y esclavitud. El caos asesino aquel momento de dicha y paz. Todo lo posterior fue pandemonio, confuso y sub realista. Solo recordaba que su hermano lo traía en brazos corriendo sin mi mira atrás. Muy a los contrario del pequeño infante que pudo contemplar mientras de alejaban a su gente siendo esclavizada, los que se negaban o se defendían morían en forma brutal mientras los ancianos y enfermos eran arrojados al fuego, sus grito aun podían escucharse desde la distancia, junto con una orden que helo su sangre “no dejen que nadie escape, son ofrendas para….” No pudo escuchar más pues la distancia no le dejo, aun así el terror de su gente aun podía sentase en su agitado y aterrado corazón.

Un que mano casi tropezó en mas de uno ocasión pero, no dejo de correr hasta encontrar un escondite. Ocultos en una arboleda el menor lloraba en silencio, su hermano trato de calmarlo para que su llanto no alerte a esos hombres, estaba asustado mas por su hermano que de por si mismo, cuando recordó algo y coloco algo que cayó un poco pesado sobre la cabeza del menor, una capucha azul con piel blanca en su interior, el menor se sorprendió y maravillo cuando pasos los alertaron el mayor miro a los lados buscando donde huir, pero él estaba muy cansado y en el trayecto se torció el tobillo…. Un árbol hueco fue lo único que pudo ver abrazo con fuerza a su hermanito y lo oculto en aquel árbol tapando el acceso con su entrada…. Y no se movió… sin importar los gritos o el dolor, no grito, ni se movió, aferrándose al tronco, hasta que un grito llamo resonó mas fuerte que el de esos hombre, la voz era seria pero, tranquila pero, acubens no podía escuchar lo que decían su voz era tan distante. Un leve quejido llamo su atención y vio como la luz de la luna se colaba por una rendija  hasta que vio descender la espalda de su hermano permitiendo ver a un anciano. El anciano tenia rostro severo.

-sal acubens- llamo su hermano llamando su atención, el meno se las arregló para bajar por su cuenta y vio a su hermano muy herido

-¡hermano! ¡no te mueras, resiste!- grito el menor, sintiendo como el mayor acariciaba su cabello

-estoy bien…. Acubens ¿sabes por que te llamo cangrejo?- el pequeño negó y su hermano miro al cielo tu nombre es por la estrella mas brillante de la constelación de cáncer… mama y papa volvieron a los cielos a sus constelaciones y yo también provengo de… de una constelación y… es hora de que me vaya pero… no estas solo este hombre era amigo de papá… te llevara a un lugar para que este seguro- el mayor le entrega un a argolla para su cabello echa de oro y le sonríe cansado -pensaba dártela después de la fiesta, te lo doy si prometes ser fuerte… -

Apenas logro entregarle la argolla el mayor murió con una sonrisa, cumpliendo las tradiciones quemaron su cuerpo, el menor notaba que las llamas que se escapaban a los cielos asedia cual pequeñas lucieran azules a los cielos, cerrando los ojos pudo escuchar a su hermano despedirse, enterraron sus cenizas. El hombre casi ni le dio tiempo al niño a llorar a su hermano cuando le forzó emprender el camino pesado y largo saliendo de las islas británicas al continente abarcando meses, en las no ches el viejo aciano miraba la mascara de pájaro que el menor aun llevaba y como la argolla y la capucha se negó a venderlas causando noches y tardes sin comer para el menor. Finalmente el hombre le cuenta en un barco sobre los caballero, guerreros santos, cuyo poder podía barre con montañas, solo  uno podía borrar a un país entero o protegerlo, el menor escuchaba sus anécdotas y pese que su experiencia de los caballeros fue un trauma miro al hombre y dijo -yo seré un caballero… si su poder puede causar tal destrucción entonces yo lo usare para que nunca vuelvan a tocar a mi gente- sonrio desafiante -me hare mas fuerte. Buscare a quienes hicieron eso a mi gente y le hare pagar protegeré a mi gente no importa los retos que tenga que pasar-

-estas loco - gruño el anciano


Acubens abrió los ojos con pereza tenía 14 año ahora y estaban en athenas. Siguió al anciano a un lugar que no sabía donde, no le importaba el mayor jamás le decía, no le gustaban la ciudades, ni siquiera los pueblos mucha gente ruidosa, escuchando eso se rio entre diente pues sonó igual que el anciano. Salieron del pueblo donde vagaron un tiempo hasta notar una escaleras y el anciano respiro hondo y grito “traigo a alguien que dese ser un caballero”

hombres vestidos con armaduras llegaron para terror del menor pero las palabras del hombre le hicieron armarse de valor y seguir adelante pero no antes de regalarle la mascara de fénix al señor con una sonrisa y pudo notar una escasa sonrisa del anciano antes de irse

El entrenamiento fue duro Nachi su primer mentor fortalecidos su cuerpo y le enseñándole el arte la da pelea cuerpo a cuerpo. Acubens decidido a progresar cumplió cada prueba, presto atención a cada lección sin quejarse. Obteniendo el visto bueno de Nachi. Fue en una visita a los distintos templos que Acubens se vio mayormente interesado en el templo de cáncer algo en su energía llamo su atención era entrar al mundo de los muertos, una sensación agradable, hablo con Nachi al respecto diciendo que obtener ese puesto debía demostrar mucho mas esfuerzo en la clase intermedia.

terminado el entrenamiento con Nachi fue a buscar a al caballero del león menor quien le instruyo del cosmos una energía que proviene de uno, como un universo en su propio ser, le maravillo la idea de ello y trato de mejorar y poder crear milagros como dijo el mayor, ese fue mucho mas difícil y mas de una vez se sintió desfallecer. No obstante hubieron situaciones divertidas como  una carrera donde corrió hombro a hombro contra los santos de bronces, en forma estrategia hizo que los santos le sirvieran de corta vientos, no obstante, no gano la pelea por el primer lugar fue reñida pero no logro ganar quedando segundo, la explosión del cosmos, contraatacar, aumentar sus ataque y huirle a la muerte fueron los recuerdo mas marcado en aquel entrenamiento. Pero en la mayor crisis  fue su cosmos quien brillo a fin a la melodía de la armadura que meses antes llamo su atención revestido por la armadura de cáncer cumple la ancestral tare de los guardianes de la cuarta casa enviado a las almas atraídas al mas allá