Ficha de Yue
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Ficha de Yue
Nombre: Zack.
Edad: 38.
Sexo: Masculino.
Nacionalidad: Inglés.
Signo: Tauro.
Aspecto:
Es rubio, alto, y no tiene ninguna cicatriz o herida en el cuerpo. Su mirada demuestra felicidad, aunque por dentro no es tan alegre como parece.
Perfil psicológico:
Es listo, atento y bastante amable por fuera, aunque por dentro suele desconfiar de cualquier persona que se cruce en su camino. Después de lo que sucedió con su madre, no espera volver a tener trato alguno con mujeres, ya que no quiere recordarla. Aun así, utiliza su poder para proteger a aquellos que más lo necesitan.
Historia:
Nació en Inglaterra y, hasta la temprana edad de la mayoría de la misma, tuvo una vida muy normal. Fue al colegio y estaba a punto de entrar a la universidad hasta que todo pasó. No era de hacer muchos amigos, pero nunca le faltaba la amabilidad y el respeto hacia los demás. No tenía hermanos y vivía con sus padres, quienes nunca habían tenido problemas respecto a su matrimonio.
Cuando tenía dieciocho años y se disponía a independizarse, su madre murió de manera muy repentina, asesinada por un espectro. Si bien Zack todavía desconocía de la existencia de estos, solo pudo ver un golpe oscuro que la atravesó. Apenas acababa de llegar de comprar tabaco cuando vio cómo la mujer le sonreía.
-Llegas temprano. -fue lo único que alcanzó a decir antes de ser golpeada por aquella luz tan oscura...
Agachándose y llorando, Zack la agarró en brazos, haciendo lo posible por evitar que la sangre saliese más. Tras haber entregado lo que parecía un colgante de un cisne que siempre llevaba consigo, la mujer falleció.
-Nunca olvides que lo más bonito es el vuelo. -le había dicho.
Al principio, no entendía nada de lo que estaba pasando. No sabía ni que aquel desgraciado era un "Espectro", ni a qué se refería su madre. Cuando cogió el colgante por primera vez, creyó ver la silueta de este animal volar… Tal vez se estaba volviendo loco por el dolor o tal vez sólo era cierto lo que acababa de pasar. A pesar de todo, pudo ver cómo el animal se echó a volar y empezó a dirigirse hacia su habitación.
Sin duda alguna, era todo muy raro. Los cisnes no entraban en las casas de las personas porque sí, más siendo o no su imaginación, que venía del colgante. El cisne entró en su armario, del cual destruyó la pared, todo a ojos del joven Zack. Ahora, entre la pared rota, se encontraba una nota. Un papel en el cual un texto que le indicaba algo muy especial.
“Tu padre te ha tenido engañado en vida”. Lo increíble era que la caligrafía era idéntica a la de su madre. Ni una sola letra podía ser pasada por alto, todo era del mismo modo.
Tras haber discutido con aquel que era su padre, descubrió algo escalofriante que él nunca hubiese creído podía existir…
Él era un asesino. Había matado a dos personas en el pasado. Aunque el hombre le suplicó que le creyese en el hecho de que él no había matado a su mujer, Zack lo ignoró y lo tomó como el asesino verdadero.
El hombre no tuvo miramientos en contarle a Zack toda la verdad acerca de su pasado. Una de las personas había sido un ladrón que había intentado cortarle el cuello. Esto no era para tanto. No obstante, la segunda persona era su hermano (tío de Zack), a quien debía dinero y quien lo había amenazado con demandarlo. Fue así como su vida se extinguió.
-Tú no eres mi padre. -le espetó Zack con odio el día en que abandonó su casa.
Desde aquel momento, buscó la libertad y obtuvo el deseo de volar como un cisne.
**Era el primer día en que había abandonado su hogar. El día (la noche, en realidad) era fría y temeraria. Podía sentir presencias, podía sentir, en cierto modo, poder... Si bien aún no sabía qué mierdas era lo que había asesinado a su madre, teniendo en cuenta que su padre tal vez no había sido, podía esperarse a lo peor. Mientras pensaba en todo esto, con una mochila repleta de comida y bebidas, con una cartera en la que se encontraban sus datos y su dinero, caminaba hacia la oscuridad más y más.**
**En cierto momento, poco después de haberse perdido en sus pensamientos, se vio obligado a despertar y a mirar a su alrededor. Había, sin duda alguna, oído un ruido muy espeluznante... Su piel estaba como la de una gallina. Tragó saliva mientras apretaba la manga de su mochila y miraba a todas partes. ¿Quién mierdas había allí? **
- ¿Hola? ¿Hay alguien?
**Era lógico que no obtendría una respuesta por parte de nadie. Si lo que querían era hacerle algo, lo harían de la manera más discreta y silenciosa posible. Pudo escuchar un leve murmullo de las hojas de los árboles, como si se riesen de él...**
**Y fue entonces cuando apareció.**
**Un hombre (tal vez un chico más que nada) de cabello naranja que iba vestido con unas vestimentas muy peculiares: túnica negra y una katana enfundada. Sin embargo, lo más extraño de todo era la forma de su rostro... Tragando saliva, Zack apretó el puño y le plantó cara, poníendose en una guardia un tanto ridícula.**
- Esto no puede ser cierto... Me mandaron con el objetivo de encontrar a un chico fuerte y con el destino de portar esa armadura, pero no me esperaba que fuese un niñato como tú... Aún así, puedo sentir tu poder. Muéstrame de qué vales, chaval. -
**No tuvo tiempo de replicar. Con un movimiento mucho más rápido de lo que un humano podría llegar a moverse, el chico de media máscara / calavera se acercó a él y golpeó su vientre. Zack se vio impulsado varios metros atrás y llegó a partir una farola por la mitad. Una vez logró levantarse, lo miró, asombrado.**
**Para empezar, ¿cómo coño era posible que una persona se moviese de tal modo? ¿Cómo alguien podría tener una fuerza física tan extrema? Sin duda alguna, estaba en medio de una pesadilla. Se golpeó el rostro, intentando despertarse, pero no llegó.**
- ¿Es que acaso esto es todo lo que tienes? ¿Es esto lo que el Santuario busca? -
- ¿Santuario? ¿De qué mierdas estás hablando?
- Así que ni siquiera sabes lo qué es el Santuario. Por ende, menos sabrás qué es la Cosmoenergía, esa fuerza que nos rodea a todos... Que nos pertenece. ¿Cierto? No hace ni siquiera falta que me contestes. Parece que te tendré que dar un resumen breve, niñato. El Santuario es allí donde los fieles seguidores de la Diosa Atenea (no te explicaré quién es aunque no la conozcas) se entrenan para convertirse en caballeros. -
>>Los Caballeros son valientes guerreros que sirven a dicha Diosa y luchan contra aquellos Dioses que quieren destruir el mundo o controlarlo a su voluntad. Atenea siempre lo ha impedido, a pesar de ser la diosa de la guerra. Irónico, tal vez, pero ese no es el caso. Me han enviado a buscarte para entrenarte, chico. Han sentido una potente cosmoenergía en ti y un contacto bastante personal con... otro tema. <<
**Zack asintió, intentando hacer entender qué lo había entendido todo. Era cierto que lo había captado todo: los Caballeros eran los guerreros que defendían y luchaban a la Diosa Atenea. No entendía esto... Si los Dioses eran eso, Dioses, ¿porqué necesitaban protección? Se hizo de hombros y siguió recopilando información. El Santuario era donde estos guerreros vivían y entrenaban...**
**No se creería una *Materia Fecal* de todo eso.**
- No te creo y no pienso ir contigo. Mi madre acaba de fallecer y me he ido de casa. No puedo dejar que mi libertad se vaya al garete, menos por culpa de un hijo de *Prostituta* que no conozco. -
- Entonces morirás.
**No pudo replicar tampoco. Otro golpe llegó y el hombre rió mientras llamaba a su madre "un estorbo para el mundo". Mientras Zack se levantaba, apretando los dientes y furioso, golpeó el suelo con su puño. Lo que vino a continuación fue increíble.**
**Una especie de onda hizo que el suelo se desquebrajase levemente, y un hielo lo congeló por encima, yendo a golpear a aquel hombre. Sin siquiera tener tiempo a detener el impacto, el hombre fue lanzado a pocos centímetros. Este rió.**
- Entonces te llevaré por la fuerza.
**Tres semanas más tarde, llegaron al Santuario...**
**El Santuario era increíble. El hombre le había explicado todo lo que debía saber sobre el lugar: tener cuidado con no quedarse solo si llegaba a tener cierto éxito entre sus compañeros, no fiarse de nadie... En fin, lo básico. Zack no se fiaba todavía de él, pero parecía ser que no le quedaba remedio alguno más que hacerlo por el momento.**
**Pudo ver, desde aquel punto en el que se encontraban, las Doce Casas: el hombre le había explicado que los Caballeros se dividían en cuatro clases. Estaban los de bronce, los de plata y los doce dorados, mientras que la cuarta clase, los de acero, eran guerreros con armaduras más químicas y manuales que otra cosa.**
- El cosmos es más que nada eso, el origen de la vida. Es la energía que todos llevamos dentro. La que te permite hacer milagros y desafiar a los Dioses.
**Parecía ser que el hombre no gustaba de perder el tiempo en explicaciones complejas. Aquello era corto, sincero y comprehensible, así que Zack asintió para hacerle entender que todo estaba comprendido.**
- Ahora, quiero que prestes atención. Sólo hay una manera de que despiertes tu cosmos y poder lograr tu destino: la armadura del cisne. Coge esa piedra. Eso es... Ahora, colócala sobre este pedestal y fija toda tu atención en una sóla célula, en un solo punto de la misma. No pienses en destruir el objeto, piensa en destruir su núcleo, su fuente de poder, su... su alimento, ¿vale? Bien, y ahora, ¡golpea!
**La piedra estalló en mil pedazos ante el puño de Zack, quien la miró, impresionado. Tragó saliva mientras retrocedía lentamente. ¿De verdad acababa de hacer aquello? Era más que imposible...**
- No te preocupes, es sólo el principio y lo más básico. Pronto, destruirás estrellas y rasgarás la tierra con tus propias manos. Ahora, quiero que entiendas que el cosmos es una gran responsabilidad, ¿me entiendes? La armadura, si es que la ganas, no la usarás para tus intereses. Sólo la usarás para proteger a Atenea y a los débiles. Te enterarás también de que no es oro todo lo que reluce. Los habrán más fuertes que tú. No tendrás vida personal. Sólo vivirás para servir a Atenea. ¿Queda claro?
**Asintió con una sonrisa. Qué se lo iba a creer... Por supuesto que usaría la armadura para sus objetivos y fines, pero no en exceso. Aunque siempre se encargaría de un único motivo personal: vengar a su madre.**
**Los siguientes meses fueron duros. El entrenamiento era agotador. A veces, tenía que destruir un número de piedras en un máximo de tiempo que se le otorgaba; otras, tenía que simplemente vencer a los demás aprendices. Al final, el día tan ansiado llegó. El último Aprendiz quedaba en pie frente a sí, y la armadura se alzaba gloriosa sobre sus cabezas, al lado del Patriarca.**
**Zack formó la constelación con sus brazos... La constelación del Cisne. Para aquel entonces, ya había aprendido algo que el resto de sus contrincantes no habían sabido y aquella había sido su derrota.**
- Ni siquiera deberías intentar vencerme. No lo lograrás... Te descuartizaré lentamente frente a todos los demás, para que puedan ver lo ridículo que eres. Y después, portaré la armadura del Cisne. ¡Prepárate!
- ¡Polvo de Diamantes!
**Una terrible ventisca apareció y entornó a su contrincante, quien no tardó mucho en ser golpeado por el hielo que desprendía el puño de Zack. Miró a su contrincante con el ceño fruncido. Había sido tumbado de un solo golpe... y estaba muerto.**
Por primera vez, Zack deseaba usarla de verdad. Tiró de la palanca de la caja y la armadura apareció.**
- Prometo servir fielmente a la Diosa Atenea y dar mi vida a como dé lugar si la situación se presenta. ¡Juntos hacia la victoria! -
Edad: 38.
Sexo: Masculino.
Nacionalidad: Inglés.
Signo: Tauro.
Aspecto:
- Spoiler:
Es rubio, alto, y no tiene ninguna cicatriz o herida en el cuerpo. Su mirada demuestra felicidad, aunque por dentro no es tan alegre como parece.
Perfil psicológico:
Es listo, atento y bastante amable por fuera, aunque por dentro suele desconfiar de cualquier persona que se cruce en su camino. Después de lo que sucedió con su madre, no espera volver a tener trato alguno con mujeres, ya que no quiere recordarla. Aun así, utiliza su poder para proteger a aquellos que más lo necesitan.
Historia:
Nació en Inglaterra y, hasta la temprana edad de la mayoría de la misma, tuvo una vida muy normal. Fue al colegio y estaba a punto de entrar a la universidad hasta que todo pasó. No era de hacer muchos amigos, pero nunca le faltaba la amabilidad y el respeto hacia los demás. No tenía hermanos y vivía con sus padres, quienes nunca habían tenido problemas respecto a su matrimonio.
Cuando tenía dieciocho años y se disponía a independizarse, su madre murió de manera muy repentina, asesinada por un espectro. Si bien Zack todavía desconocía de la existencia de estos, solo pudo ver un golpe oscuro que la atravesó. Apenas acababa de llegar de comprar tabaco cuando vio cómo la mujer le sonreía.
-Llegas temprano. -fue lo único que alcanzó a decir antes de ser golpeada por aquella luz tan oscura...
Agachándose y llorando, Zack la agarró en brazos, haciendo lo posible por evitar que la sangre saliese más. Tras haber entregado lo que parecía un colgante de un cisne que siempre llevaba consigo, la mujer falleció.
-Nunca olvides que lo más bonito es el vuelo. -le había dicho.
Al principio, no entendía nada de lo que estaba pasando. No sabía ni que aquel desgraciado era un "Espectro", ni a qué se refería su madre. Cuando cogió el colgante por primera vez, creyó ver la silueta de este animal volar… Tal vez se estaba volviendo loco por el dolor o tal vez sólo era cierto lo que acababa de pasar. A pesar de todo, pudo ver cómo el animal se echó a volar y empezó a dirigirse hacia su habitación.
Sin duda alguna, era todo muy raro. Los cisnes no entraban en las casas de las personas porque sí, más siendo o no su imaginación, que venía del colgante. El cisne entró en su armario, del cual destruyó la pared, todo a ojos del joven Zack. Ahora, entre la pared rota, se encontraba una nota. Un papel en el cual un texto que le indicaba algo muy especial.
“Tu padre te ha tenido engañado en vida”. Lo increíble era que la caligrafía era idéntica a la de su madre. Ni una sola letra podía ser pasada por alto, todo era del mismo modo.
Tras haber discutido con aquel que era su padre, descubrió algo escalofriante que él nunca hubiese creído podía existir…
Él era un asesino. Había matado a dos personas en el pasado. Aunque el hombre le suplicó que le creyese en el hecho de que él no había matado a su mujer, Zack lo ignoró y lo tomó como el asesino verdadero.
El hombre no tuvo miramientos en contarle a Zack toda la verdad acerca de su pasado. Una de las personas había sido un ladrón que había intentado cortarle el cuello. Esto no era para tanto. No obstante, la segunda persona era su hermano (tío de Zack), a quien debía dinero y quien lo había amenazado con demandarlo. Fue así como su vida se extinguió.
-Tú no eres mi padre. -le espetó Zack con odio el día en que abandonó su casa.
Desde aquel momento, buscó la libertad y obtuvo el deseo de volar como un cisne.
**Era el primer día en que había abandonado su hogar. El día (la noche, en realidad) era fría y temeraria. Podía sentir presencias, podía sentir, en cierto modo, poder... Si bien aún no sabía qué mierdas era lo que había asesinado a su madre, teniendo en cuenta que su padre tal vez no había sido, podía esperarse a lo peor. Mientras pensaba en todo esto, con una mochila repleta de comida y bebidas, con una cartera en la que se encontraban sus datos y su dinero, caminaba hacia la oscuridad más y más.**
**En cierto momento, poco después de haberse perdido en sus pensamientos, se vio obligado a despertar y a mirar a su alrededor. Había, sin duda alguna, oído un ruido muy espeluznante... Su piel estaba como la de una gallina. Tragó saliva mientras apretaba la manga de su mochila y miraba a todas partes. ¿Quién mierdas había allí? **
- ¿Hola? ¿Hay alguien?
**Era lógico que no obtendría una respuesta por parte de nadie. Si lo que querían era hacerle algo, lo harían de la manera más discreta y silenciosa posible. Pudo escuchar un leve murmullo de las hojas de los árboles, como si se riesen de él...**
**Y fue entonces cuando apareció.**
**Un hombre (tal vez un chico más que nada) de cabello naranja que iba vestido con unas vestimentas muy peculiares: túnica negra y una katana enfundada. Sin embargo, lo más extraño de todo era la forma de su rostro... Tragando saliva, Zack apretó el puño y le plantó cara, poníendose en una guardia un tanto ridícula.**
- Esto no puede ser cierto... Me mandaron con el objetivo de encontrar a un chico fuerte y con el destino de portar esa armadura, pero no me esperaba que fuese un niñato como tú... Aún así, puedo sentir tu poder. Muéstrame de qué vales, chaval. -
**No tuvo tiempo de replicar. Con un movimiento mucho más rápido de lo que un humano podría llegar a moverse, el chico de media máscara / calavera se acercó a él y golpeó su vientre. Zack se vio impulsado varios metros atrás y llegó a partir una farola por la mitad. Una vez logró levantarse, lo miró, asombrado.**
**Para empezar, ¿cómo coño era posible que una persona se moviese de tal modo? ¿Cómo alguien podría tener una fuerza física tan extrema? Sin duda alguna, estaba en medio de una pesadilla. Se golpeó el rostro, intentando despertarse, pero no llegó.**
- ¿Es que acaso esto es todo lo que tienes? ¿Es esto lo que el Santuario busca? -
- ¿Santuario? ¿De qué mierdas estás hablando?
- Así que ni siquiera sabes lo qué es el Santuario. Por ende, menos sabrás qué es la Cosmoenergía, esa fuerza que nos rodea a todos... Que nos pertenece. ¿Cierto? No hace ni siquiera falta que me contestes. Parece que te tendré que dar un resumen breve, niñato. El Santuario es allí donde los fieles seguidores de la Diosa Atenea (no te explicaré quién es aunque no la conozcas) se entrenan para convertirse en caballeros. -
>>Los Caballeros son valientes guerreros que sirven a dicha Diosa y luchan contra aquellos Dioses que quieren destruir el mundo o controlarlo a su voluntad. Atenea siempre lo ha impedido, a pesar de ser la diosa de la guerra. Irónico, tal vez, pero ese no es el caso. Me han enviado a buscarte para entrenarte, chico. Han sentido una potente cosmoenergía en ti y un contacto bastante personal con... otro tema. <<
**Zack asintió, intentando hacer entender qué lo había entendido todo. Era cierto que lo había captado todo: los Caballeros eran los guerreros que defendían y luchaban a la Diosa Atenea. No entendía esto... Si los Dioses eran eso, Dioses, ¿porqué necesitaban protección? Se hizo de hombros y siguió recopilando información. El Santuario era donde estos guerreros vivían y entrenaban...**
**No se creería una *Materia Fecal* de todo eso.**
- No te creo y no pienso ir contigo. Mi madre acaba de fallecer y me he ido de casa. No puedo dejar que mi libertad se vaya al garete, menos por culpa de un hijo de *Prostituta* que no conozco. -
- Entonces morirás.
**No pudo replicar tampoco. Otro golpe llegó y el hombre rió mientras llamaba a su madre "un estorbo para el mundo". Mientras Zack se levantaba, apretando los dientes y furioso, golpeó el suelo con su puño. Lo que vino a continuación fue increíble.**
**Una especie de onda hizo que el suelo se desquebrajase levemente, y un hielo lo congeló por encima, yendo a golpear a aquel hombre. Sin siquiera tener tiempo a detener el impacto, el hombre fue lanzado a pocos centímetros. Este rió.**
- Entonces te llevaré por la fuerza.
**Tres semanas más tarde, llegaron al Santuario...**
**El Santuario era increíble. El hombre le había explicado todo lo que debía saber sobre el lugar: tener cuidado con no quedarse solo si llegaba a tener cierto éxito entre sus compañeros, no fiarse de nadie... En fin, lo básico. Zack no se fiaba todavía de él, pero parecía ser que no le quedaba remedio alguno más que hacerlo por el momento.**
**Pudo ver, desde aquel punto en el que se encontraban, las Doce Casas: el hombre le había explicado que los Caballeros se dividían en cuatro clases. Estaban los de bronce, los de plata y los doce dorados, mientras que la cuarta clase, los de acero, eran guerreros con armaduras más químicas y manuales que otra cosa.**
- El cosmos es más que nada eso, el origen de la vida. Es la energía que todos llevamos dentro. La que te permite hacer milagros y desafiar a los Dioses.
**Parecía ser que el hombre no gustaba de perder el tiempo en explicaciones complejas. Aquello era corto, sincero y comprehensible, así que Zack asintió para hacerle entender que todo estaba comprendido.**
- Ahora, quiero que prestes atención. Sólo hay una manera de que despiertes tu cosmos y poder lograr tu destino: la armadura del cisne. Coge esa piedra. Eso es... Ahora, colócala sobre este pedestal y fija toda tu atención en una sóla célula, en un solo punto de la misma. No pienses en destruir el objeto, piensa en destruir su núcleo, su fuente de poder, su... su alimento, ¿vale? Bien, y ahora, ¡golpea!
**La piedra estalló en mil pedazos ante el puño de Zack, quien la miró, impresionado. Tragó saliva mientras retrocedía lentamente. ¿De verdad acababa de hacer aquello? Era más que imposible...**
- No te preocupes, es sólo el principio y lo más básico. Pronto, destruirás estrellas y rasgarás la tierra con tus propias manos. Ahora, quiero que entiendas que el cosmos es una gran responsabilidad, ¿me entiendes? La armadura, si es que la ganas, no la usarás para tus intereses. Sólo la usarás para proteger a Atenea y a los débiles. Te enterarás también de que no es oro todo lo que reluce. Los habrán más fuertes que tú. No tendrás vida personal. Sólo vivirás para servir a Atenea. ¿Queda claro?
**Asintió con una sonrisa. Qué se lo iba a creer... Por supuesto que usaría la armadura para sus objetivos y fines, pero no en exceso. Aunque siempre se encargaría de un único motivo personal: vengar a su madre.**
**Los siguientes meses fueron duros. El entrenamiento era agotador. A veces, tenía que destruir un número de piedras en un máximo de tiempo que se le otorgaba; otras, tenía que simplemente vencer a los demás aprendices. Al final, el día tan ansiado llegó. El último Aprendiz quedaba en pie frente a sí, y la armadura se alzaba gloriosa sobre sus cabezas, al lado del Patriarca.**
**Zack formó la constelación con sus brazos... La constelación del Cisne. Para aquel entonces, ya había aprendido algo que el resto de sus contrincantes no habían sabido y aquella había sido su derrota.**
- Ni siquiera deberías intentar vencerme. No lo lograrás... Te descuartizaré lentamente frente a todos los demás, para que puedan ver lo ridículo que eres. Y después, portaré la armadura del Cisne. ¡Prepárate!
- ¡Polvo de Diamantes!
**Una terrible ventisca apareció y entornó a su contrincante, quien no tardó mucho en ser golpeado por el hielo que desprendía el puño de Zack. Miró a su contrincante con el ceño fruncido. Había sido tumbado de un solo golpe... y estaba muerto.**
Por primera vez, Zack deseaba usarla de verdad. Tiró de la palanca de la caja y la armadura apareció.**
- Prometo servir fielmente a la Diosa Atenea y dar mi vida a como dé lugar si la situación se presenta. ¡Juntos hacia la victoria! -
Yue- APRENDIZ
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