Ficha Krist de Leo
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Ficha Krist de Leo
PARÁMETROS FÍSICOS Y SICOLÓGICOS:
Nombre: Krist
Edad: 30
Sexo: Masculino
Nacionalidad: Irlanda
Signo: Leo
Aspecto: Se caracteriza por su gran aspecto físico, de considerable altura, superando los 1.90 metros. Es bastante musculoso, con cabellos largos hasta casi la cintura de color verde, una expresión de firmeza y calme en su rostro acompañadas de una cicatriz en forma de cruz en su frente
Perfil sicologico: Se trata de una persona calma, con solo escucharlo hablar se puede percibir. Poseedor de una gran fuerza de voluntad que lo lleva a luchar aún en las situaciones más desventuradas, es protector de la gente que es capaz de ganar su respeto, algo no muy sencillo de hacer. Tiene un gran sentido de la justicia al cual sigue en todas las decisiones que toma. Es noble aun con sus adversarios, aunque más de una vez a juzgado a alguno por su fuerza física y no por la de su voluntad.
HISTORIA:
Krist ya en su juventud se caracterizó por su increíble deseo de ayudar a otros. Proveniente de un pequeño poblado al norte de Irlanda asolado por las desventuras y la pobreza. Su infancia en aquel lugar no fue sencilla en ningún sentido, su madre murió cuando el tenía 5 años, poco después de que su hermano naciera y su padre siempre estuvo abocado al trabajo, que siempre fue escaso en aquel lugar, por lo cual de pequeño tuvo que ocuparse de su hermano.
Poco a poco fue creciendo en aquel lugar y siempre trato de ayudar a todos los que podía, ya fuera haciendo encargos para alguien en el mercado o ayudando en las reparaciones de las viejas chozas del poblado.
A la edad de 15 años perdió a su padre víctima de una extraña enfermedad que junto al desgaste físico del mismo, por trabajar en las peores condiciones, consumió la vida de este en solo cuestión de días. Tras este evento Krist tuvo que salir a trabajar junto a su hermano para ganar el sustento diario, aunque en aquel lugar las cosas no marchaban bien y las perspectivas a futuro eran peores.
Cansado de esta situación decidió partir junto a su hermano a otras tierras en busca de mejores oportunidades. Como el dinero no alcazaba para pagar el viaje ambos tomaron un trabajo en un viejo buque que transportaba mercaderías a América. Su viaje había sido largo y el trabajo en aquel oxidado y gastado buque de carga nunca menguaba, pero aun así ambos estaban felices ya que tenían un techo sobre su cabeza y comida todos los días que si bien no era la mejor al menos les permitía subsistir.
Prontos a llegar a su destino una gran tormenta los azotó y terminó por hundir aquel maltrecho barco, la situación fue un caos total sin muchas medidas de salvamente todos los tripulantes debieron arrojarse al mar y tratar de sobrevivir a las tempestuosas aguas por sí mismos.
Tras una larga noche de gritos y horror Krist despertó en una playa de Cuba, allí estaba solo al parecer había sido el único sobreviviente de la tragedia. Buscó a su hermano con desesperación por varios días en las costas de Cuba pero no encontró nada y en los siguientes años alrededor del mundo, pero nunca logró tener noticias de él, ni siquiera su cuerpo fue rescatado del mar como si pasó con otros compañeros de aquella tragedia, simplemente desapareció.
Krist nunca dejó de buscar a su hermano y en tanto siempre trato de ganarse la vida de manera honesta, con trabajo y esfuerzo aunque el fruto de estos lo empleara únicamente en la búsqueda de su hermano. Un día fuera de un bar al norte de Canadá intervino en una pelea callejera y golpeó a varios sujetos que trataban de robarle a otro, aquella pelea impresiono a un organizador de luchas clandestinas quién lo invito a participar de ellas, pues según él Krist tenía grandes condiciones para luchar.
La decisión no fue sencilla pues Krist no estaba seguro de querer entrar a aquel mundo donde la delincuencia se reunía, pero necesitaba dinero para seguir su búsqueda y esta sería una forma sencilla de ganarlo y le dejaría mucho tiempo libre. Tras mucho pensarlo decidió participar y poco a poco fue ganando reconocimiento en las luchas clandestinas, ya que no podían vencerlo. Su nueva vocación lo llevó a recorrer el mundo y luchar con increíble cantidad de adversarios que si bien ninguno pudo oponerle una verdadera resistencia a él no le interesó mucho pues su objetivo seguía siendo el mismo, y no se relacionaba con las peleas.
Varios años pasaron y Krist siguió viviendo de la misma manera hasta que un día llegó a un pueblo en Italia y tras una pelea la mafia que controlaba el lugar decidió visitarlo y hacerle una oferta pues buscaban a un matón que realizara todo tipo de trabajos sucios para ellos y este forastero tenía muy buenas condiciones para ser parte del negocio.
Krist se negó y ellos se marcharon no muy conformes con su respuestas y diciendo que pronto volverían con una oferta irrechazable.
Al siguiente día Krist fue rodeado por unos extraños sujetos en el centro de la plaza del lugar mientas daba un paseo. No tardo en descubrir que se trataba de los mismos que la noche anterior trataron de reclutarlo y que ahora trataban de usar un método más persuasivo. Sin dudarlo Krist comenzó a golpear a todos y si bien no eran demasiado fuertes su número si era considerable, luego de golpear a la gran mayoría apareció un sujeto el cual no era igual al resto este podía aguantar sus golpes con gran facilidad y su fuerza parecía sobrehumana. Krist creyó que este sería su fin ya que aquel sujeto prácticamente ya lo había vencido, pero en ese momento recordó a su hermano y pudo sentir como un fuego le nacía del cetro del pecho, una extraña llama se encendió en su mano y con un solo golpe de la misma pudo derrotar a aquel sujeto.
Tras este suceso Krist quedó inconsciente y fue albergado por unos ancianos de aquel lugar, allí el dueño de casa le pregunto sobre lo que había pasado y si era la primera vez que le sucedía un evento como ese a lo que Krist respondió que sí. Por unos días el anciano lo miraba reacio y desconfiado pero finalmente cuando Krist se recupero y estuvo listo a partir para seguir su búsqueda este se le acerco y le hablo de un extraño lugar en Grecia y que debería ir allí para entender un poco mejor que le había ocurrido.
Krist no sabía qué hacer pues quería seguir buscando a su hermano pero necesitaba entender que le había ocurrido por lo cual partió rumbo a Grecia.
Krist partió rumbo a Grecia, lugar donde según le habían dicho había un lugar en donde le podrían explicar que fue lo que le ocurrió en aquella lucha y como fue capaz de encender una llama en su mano y a pesar de ello luego no mostrar el más mínimo signo de quemadura, o incluso podrían explicarle que fue ese sentimiento extraño en su pecho el cual le hizo sentir un poder inmenso y aterrador capaz de vencer a cualquier enemigo que se interpusiera en su camino.
Al llegar a Grecia comenzó su búsqueda aunque no tuvo demasiado éxito pues al parecer nadie sabía de ningún lugar misterioso y la cosa se ponía peor cuando narraba lo sucedido pues toda la gente lo miraba extraño y lo creían loco.
Por algunos meses vagó por aquel país hasta que finalmente la desesperanza se apoderó de él y decidió continuar con la búsqueda de su hermano. Se dirigió a un viejo pero pintoresco pueblito griego en donde se hospedo por espacio de unos días en una vieja posada. La gente del pueblo era muy amable y sobre todo los dueños de la posada por lo que Krist ya cansado de tanto viajar, eligió quedarse unos días extras mientras recuperaba fuerzas.
Una noche en la posada hubo una fiesta a la que concurrió una gran cantidad de personas, muchos eran lugareños a los cuales veía a diario en sus quehaceres y otros al menos Krist no los había podido conocer o eran de fuera. La noche fue amena y la diversión siempre estuvo presente y en aquel clima distendido Krist comenzó a narrar su historia al dueño de la posada y a otros habitantes con los que había fraternizado. A ellos les conto todas sus desgracias y su incansable búsqueda de su hermano aunque la ultima parte de su historia y el motivo de su llegada prefirió guárdeselo pues no creyó que fuera a tener un efecto contrario a lo que ya había visto que producía en las personas con anterioridad. En su relato sacó una foto de su hermano la cual siempre lo acompañaba y se la mostro a todos los que oían su relato. Uno de los presentes le dijo que conocía a un muchacho muy parecido al que le mostraba en la foto, que era un gran guerrero y que según sabia este había partido rumbo al santuario, un lugar en donde son entrenados los mejores guerreros del mundo. Muchos de los presentes rieron y le dijeron que esas eran locas historias que no tenían sentido, que no malgastara sus fuerzas en una búsqueda tan absurda como la de aquel lugar, sin embargo Krist veía en los ojos de esa persona que hablaba con verdad.
Al siguiente día Krist decidió partir en la búsqueda de aquel místico lugar, si bien no tenía mucha información respecto al mismo y todos los habitantes del pueblo le decían que no perdiera su tiempo, el estaba decidido a seguir adelante.
En su camino pensó que aquel lugar al que llamaban el santuario tal vez sería el que le habían dicho en Italia en el que le podrían dar explicaciones de los extraños sucesos que experimento, eso y la promesa de entrar algún dato de su hermano le dieron nuevas fuerzas para seguir su búsqueda. No tuvo que andar mucho cuando en un olvidado camino encontró a un anciano sentado en una roca, el cual parecía despreocupado y sin intensiones de moverse de aquel lugar, Krist se le acerco y le pregunto por ese lugar llamado santuario a lo que el anciano le dijo que no conocía nada al respecto pero que no hace muchos días un grupo de jóvenes que se veían como fuertes luchadores había pasado por allí y tal vez ellos pudieran saber algo al respecto.
Krist siguió el camino con la intensión de poder encontrarlos pero lo que encontró más adelante fue algo totalmente distinto, pues se trataba de lo parecía ser el campamento de estos últimos, un lugar donde habían armas, escudos y muchos equipamientos más los que parecía que habían sido ocupados para entrenamiento de sus antiguos habitantes pero ahora todo había sido quemado y había varios cuerpos calcinados esparcidos por el piso, algunos de los cuales aún apretaban con fuerza sus armas.
Poco a poco Krist se adentraba en aquel lugar y a cada paso podía sentir como si algo místico y malvado acechara por él y se acercara mas a cada paso. Aquella sensación era distinta a cualquier cosa que pudiera haber sentido antes, era como si su cuero lo alertara de un peligro invisible, Krist preocupado decidió seguir adelante por aquel camino que no a los muchos metros daba comienzo a un oscuro bosque. Decidido a seguir trato de atravesar ese bosque pero realmente era un laberinto y cada vez que creía que estaba avanzando terminaba saliendo al camino que llevaba al campamento devastado. Krist no se rindió fácilmente y varias veces trato de cruzar el bosque pero el resultado siempre era el mismo. Finalmente se detuvo y regreso hasta llegar al medio de aquel devastado lugar que al parecer antes había sido un campamente y comenzó a mirar a su alrededor, al parecer nada podría ya averiguar de aquel lugar al que llamaban santuario, en a donde se preparaban a los guerreros más poderosos del mundo y mucho menos de su desaparecido hermano.
La desazón poco a poco comenzó a ganarle ya que creía que estaba frente a otra búsqueda perdida que a nada había podido conducirlo, todos estos últimos años los había dedicado a la búsqueda de su hermano desaparecido y la única vez que lograba al menos una piste de su posible paradero, todo había sido consumido por el fuego que no había dejado el mas mínimo rastro de quienes eran los que estuvieron allí o quiénes fueron los que causaron terrible masacre.
Krist ya totalmente desilusionado se preparaba para regresar a su hogar, pues este último golpe fue demasiado para él y pensó que lo mejor sería regresar a su Irlanda natal y pasar un tiempo allí, de este modo podría recuperar algo de fuerzas y decidir qué hacer con su vida, si es que acaso retomaría su búsqueda o ya finalmente buscaría asentarse en un lugar y tener una vida normal como la de cualquier otra persona. Pero en ese momento pudo sentir como un rápido viento pasaba junto a él y a sus espaldas pudo escuchar unas palabras, esto lo sorprendió mucho, rápidamente volteó y pudo ver detrás de él a un extraño sujeto el cual portaba una especie de armadura.
Aquella extraña sensación que tenía se volvió mucho más fuerte, era claro que ese sujeto había estado allí viéndolo por un largo rato y ahora había decidido hacerse presente. Krist lo observo por unos instantes tratando de comprender que estaba sucediendo y qué clase de persona era la que tenía ahora frente a él. Una extraña especie de armadura lo cubría y en su rostro se podía ver una fría expresión como la de un sujeto que no dudaría en quitar una vida por el más mínimo motivo. Aquel extraño personaje dijo unas palabras a Krist, pero como este estaba más concentrado en su aspecto y tratando de descifrar que era todo lo que estaba ocurriendo, no le prestó atención. Acto seguido el sujeto golpeo a Krist con una velocidad y una fuerza increíbles que lo lanzaron por los aires rápidamente, era evidente que no se trataba de un sujeto corriente sino de alguien muy poderoso, tal vez el mismo que origino toda la devastación en el campamento y posiblemente alguien que le podría dar datos útiles, pero el problema era como poder hacerlo hablar ya que además de ser muy fuerte su velocidad era increíble y arremetía contra Krist con cada vez más violencia. Varias veces logró golpear a Krist pero este último sabía que solo tendría una oportunidad para detenerlo, esperó mientras su enemigo lo golpeaba aunque esto le producía grandes heridas no perdió la calma y cuando estuvo seguro de poder leer sus movimientos eludió uno de sus puñetazos, entonces lo tomo con fuerza del antebrazo, provocando que esa especie de armadura comenzara a trisarse y con todas sus fuerzas lo golpeó en las costillas, otra vez su puño fue envuelto en llamas pero además esta vez una extraña aura comenzó a rodear su cuerpo, el golpe provocó que la armadura que protegía a su enemigo se partiera en ese lugar. Sin soltar el antebrazo de su enemigo siguió golpeándolo en su costado izquierdo y comenzó a hacerle unas preguntas.
Lo primero que Krist quiso saber era contra quien estaba luchando a lo que el sujeto respondió que se trataba de un palaciano de tercer nivel, uno de los sirvientes de la diosa Palas. Luego de mencionar unas extrañas cosas sobre una guerra santa y la muerte de unos santos de Athena el palaciano nombró el santuario, Krist apretó con fuerza el brazo del que tenía tomado a su contrincante destruyendo su armadura y fracturándole el brazo y siguiendo con sus golpes le dijo al guerrero de Palas que lo llevara a aquel lugar. El palaciano lo miro extrañado y le dijo que realmente estaban cerca de aquel lugar y que él era el encargado de detener a cualquiera que se dirigiera en esa dirección y para ello había creado una trampa con la ilusión de ese bosque que estaba unos pocos metros más adelante.
Finalmente Krist encontraba una pista de lo que buscaba y al parecer estaba cerca de ese lugar por lo que decidió terminar rápidamente con aquel encuentro, haciendo uso de toda su fuerza golpeó al palaciano en medio de su pecho, en ese momento una gran llamarada salió de su puño y el guerrero enemigo salió volando por los aires, posteriormente este se levantó del piso y diciendo que pronto tomaría revancha desapareció de aquel lugar.
Krist rápidamente avanzo por el camino, ahora el bosque no estaba y a la distancia podía verse un extraño lugar que parecía haber sido construido en las épocas de antaño, debía tratarse del santuario. Si bien mientras más avanzaba las dudas mas lo invadían, pues no sabía qué era lo que podía llegar a encontrar en aquel lugar a lo que se sumaba las extrañas manifestaciones que estaba sufriendo cada vez que peleaba. No hubo demasiado tiempo para poder pensar, pues rápidamente llego al lugar que hace unos instantes parecía muy lejano y ya disponiéndose a entra rápidamente fue rodeado por decenas de guerreros que le impidieron el paso. Krist pregunto si ese lugar era el santuario pero ninguno de los presentes le contestaba solo se limitaban a decir que se retirara del lugar o moriría, pero luego de tan largo viaje él no estaba dispuesto a rendirse ahora por lo que intento contarles que lo que le había sucedido, pero los guardias le explicaron que solo las personas con mayor poder pueden ingresar y no un simple sujeto que llega hasta allí, por lo que él tendría que dar la vuelta y largarse. Krist sabía que no sería nada sencillo entrar por lo que decidió ingresar por la fuerza y arremetió contra los guardias, rápidamente pudo vencer a algunos pero su número era considerable y estaba claro que no lo dejarían pasar fácilmente, entonces tomo una decisión un tanto arriesgada y les dijo a aquellos sujetos que estaba dispuesto a enfrentarse al guerrero más poderos del santuario y vencerlo si es que eso le aseguraba la entrada. Todos los guardias comenzaron a reír pero en ese momento apareció un sujeto que hizo que todos los presentes se pusieran serios e hicieran una reverencia en señal de respeto al recién llegado.
Krist pudo ver que no se trataba de un enemigo común y que este tal vez sería su desafío más difícil, el recién llegado se dirigió a Krist y con total tranquilidad le dijo que él era uno de los guerreros más poderosos del santuario, el cual había sido enviado a acabar con el palaciano que merodeaba las cercanías del santuario, aunque cuando iba rumbo a esa misión se detuvo a escucharlo y que si su relato era cierto Krist ya le había ahorrado su trabajo por lo cual decidió darle una oportunidad y aceptaría enfrentarlo en un combate. Pidió a todos los presentes que dieran el lugar suficiente para que ambos pudieran enfrentarse, fue tomando distancia de Krist para comenzar a luchar le dijo con total frialdad que esta sería una batalla a muerte, por lo que no debía darle ninguna ventaja pues el no dudaría en matarlo a la primera oportunidad que se presentase. Krist se preparo para luchar y comenzó a examinar a su enemigo, el cual si bien no usaba ningún tipo de armadura o arma, es mas se veía como un sujeto común, le generaba una sensación aun peor que el palaciano al que había vencido, ya que si bien su nuevo rival daba la impresión de ser alguien calmo incapaz de dañar a alguien cuando se preparaba a luchar se podía percibir un espíritu capaz de destruir todo a su paso, capaz de volver polvo cualquier obstáculo.
Pero nada de todo esto importaba ahora ya que la oportunidad que tanto buscaba se había presentado frente a él, si lograba vencer a este sujeto podría ingresar al santuario y tal vez dentro de este lugar podría averiguar algo de su hermano perdido. Cuando Krist estuvo listo trato de avanzar hacia su enemigo pero en solo un segundo este estaba frente a él golpeándolo con una fuerza como jamás hubiera pensado que alguien pudiera poseer. Este golpe lanzo a Krist por los aires pero no fue suficiente para poder vencerlo, a pesar de todo el dolor que sentía se volvió a parar para enfrentar a su enemigo pero el resultado fue el mismo, no importaba cuanto lo intentara no ni siquiera ver los movimientos de aquel sujeto. Krist intento ponerse de pie una vez más aunque ya el dolor era muy grande y la desesperanza se hacía presente en cada rincón de su cuerpo, su enemigo lo miro seriamente y le dijo que jamás podría vencer a un enemigo que podía moverse a la velocidad de la luz, que mejor era dejarse morir y evitarse más dolor.
Krist aun no se daba por vencido tenía una carta más que jugar, intentaría hacer algo similar a lo que logro en su pelea contra el guerrero de la diosa Palas, concentraría toda su fuerza en un solo golpe y trataría de usar el fuego que se originaba cuando golpeaba con toda su fuerza. Krist se preparo y logro lanzar el golpe el cual estuvo acompañado de una llama aun mayor que la última vez la cual alcanzo a su oponente, aunque este con un solo movimiento de su mano pudo hacer desaparecer. El guerrero del santuario se acerco a Krist y le dijo que no importa si él podía dominar el elemento fuego eso no sería suficiente para poder vencerlo y nuevamente lo golpeo.
Aquella situación era terrible pues Krist ya había usado su mejor golpe y no servía de nada contra su enemigo, ya sus fuerzas lo habían abandonado por completo y estaba a punto de aceptar lo que parecía ser su inevitable destino, pues al parecer todo aquel largo camino recorrido solo lo llevaba a este punto ciego, el cual parecía inevitable. Pronto todo el mundo alrededor de Krist se volvió oscuro, el solo podía sentir su presencia y la de nadie más, solo vagando a la deriva en un inmerso mar de oscuridad, sin embargo empezó a recordar todos los momentos difíciles vividos, la pérdida de su hermano y sobre todo algo que hacía tiempo parecía olvidado, sus ansias por luchar por los demás, protegerlos y dar su vida por los que no pueden defenderse. Tras ser invadido por aquellos sentimientos una luz resplandeció en medio de toda aquella oscuridad y Krist pudo sentir un gran fuego en su interior, lentamente comenzó a levantar rodeado de un poderosa aura brillante. Su enemigo que se disponía a darle el golpe de gracia se detuvo y lo observo por unos instantes, luego le dirigió unas palabras diciéndole que finalmente había logrado encender su verdadero poder, pero que eso no le serviría de nada pues en este momento estaba a punto de morir.
Krist consciente de la situación en la que se encontraba solo encontró una posible solución, si aquellos sentimientos de justicia y bondad parecían darle más fuerza entonces debía concentrarse en ellos para poder salir con vida de esta pelea. Sin perder tiempo Krist miro a su interior y busco todas sus ansias de luchar por la justicia y de proteger a aquellos que no pueden hacerlo, como fue su caso y el de su hermano cuando eran pequeños. Pronto todos esos deseos invadieron su cuerpo y pudo sentir como la misma fuerza del universo movía cada una de las células de su cuerpo, una energía inimaginable recorría todo su cuerpo y con un máximo esfuerzo este la dirigió a su puño.
Mientras el cuerpo de Krist era rodeado por una increíble aura dorada y el mismo piso a su alrededor temblaba, su puño se lleno de fuego, un fuego tan poderoso como el que él sentía arder en su pecho luego de conectarse con su verdadero ser. Su contrincante rápidamente se lanzo sobre Krist quien esta vez si logro eludir su golpe, ya que para sorpresa de él ahora podía moverse a la misma velocidad de su contrincante, sin entender como ahora se movía a la misma velocidad de la luz, lo que le permitió contraatacar con una fuerte llamarada que impacto de lleno en el otro luchador derribándolo.
Aquello había sido increíble, Krist no podía entender que estaba ocurriendo pero ese poder que había despertado era impresionante, algo que él jamás siquiera soñó con ver, sin embargo no fue suficiente para derrotar a este guerrero del santuario quien se recupero con gran facilidad del golpe recibido y a pesar de mostrar una serie de heridas producidas por el ataque de su oponente, lanzo un poderoso golpe que dejo fuera de batalla a Krist quien mientras caía vencido al piso pudo escuchar en su mente la vos de su rival diciéndole que había logrado despertar el séptimo sentido y que aun no podía darse por vencido pues muchas cosas nuevas aguardaban por el ahora.
Nombre: Krist
Edad: 30
Sexo: Masculino
Nacionalidad: Irlanda
Signo: Leo
Aspecto: Se caracteriza por su gran aspecto físico, de considerable altura, superando los 1.90 metros. Es bastante musculoso, con cabellos largos hasta casi la cintura de color verde, una expresión de firmeza y calme en su rostro acompañadas de una cicatriz en forma de cruz en su frente
- Spoiler:
Perfil sicologico: Se trata de una persona calma, con solo escucharlo hablar se puede percibir. Poseedor de una gran fuerza de voluntad que lo lleva a luchar aún en las situaciones más desventuradas, es protector de la gente que es capaz de ganar su respeto, algo no muy sencillo de hacer. Tiene un gran sentido de la justicia al cual sigue en todas las decisiones que toma. Es noble aun con sus adversarios, aunque más de una vez a juzgado a alguno por su fuerza física y no por la de su voluntad.
HISTORIA:
Krist ya en su juventud se caracterizó por su increíble deseo de ayudar a otros. Proveniente de un pequeño poblado al norte de Irlanda asolado por las desventuras y la pobreza. Su infancia en aquel lugar no fue sencilla en ningún sentido, su madre murió cuando el tenía 5 años, poco después de que su hermano naciera y su padre siempre estuvo abocado al trabajo, que siempre fue escaso en aquel lugar, por lo cual de pequeño tuvo que ocuparse de su hermano.
Poco a poco fue creciendo en aquel lugar y siempre trato de ayudar a todos los que podía, ya fuera haciendo encargos para alguien en el mercado o ayudando en las reparaciones de las viejas chozas del poblado.
A la edad de 15 años perdió a su padre víctima de una extraña enfermedad que junto al desgaste físico del mismo, por trabajar en las peores condiciones, consumió la vida de este en solo cuestión de días. Tras este evento Krist tuvo que salir a trabajar junto a su hermano para ganar el sustento diario, aunque en aquel lugar las cosas no marchaban bien y las perspectivas a futuro eran peores.
Cansado de esta situación decidió partir junto a su hermano a otras tierras en busca de mejores oportunidades. Como el dinero no alcazaba para pagar el viaje ambos tomaron un trabajo en un viejo buque que transportaba mercaderías a América. Su viaje había sido largo y el trabajo en aquel oxidado y gastado buque de carga nunca menguaba, pero aun así ambos estaban felices ya que tenían un techo sobre su cabeza y comida todos los días que si bien no era la mejor al menos les permitía subsistir.
Prontos a llegar a su destino una gran tormenta los azotó y terminó por hundir aquel maltrecho barco, la situación fue un caos total sin muchas medidas de salvamente todos los tripulantes debieron arrojarse al mar y tratar de sobrevivir a las tempestuosas aguas por sí mismos.
Tras una larga noche de gritos y horror Krist despertó en una playa de Cuba, allí estaba solo al parecer había sido el único sobreviviente de la tragedia. Buscó a su hermano con desesperación por varios días en las costas de Cuba pero no encontró nada y en los siguientes años alrededor del mundo, pero nunca logró tener noticias de él, ni siquiera su cuerpo fue rescatado del mar como si pasó con otros compañeros de aquella tragedia, simplemente desapareció.
Krist nunca dejó de buscar a su hermano y en tanto siempre trato de ganarse la vida de manera honesta, con trabajo y esfuerzo aunque el fruto de estos lo empleara únicamente en la búsqueda de su hermano. Un día fuera de un bar al norte de Canadá intervino en una pelea callejera y golpeó a varios sujetos que trataban de robarle a otro, aquella pelea impresiono a un organizador de luchas clandestinas quién lo invito a participar de ellas, pues según él Krist tenía grandes condiciones para luchar.
La decisión no fue sencilla pues Krist no estaba seguro de querer entrar a aquel mundo donde la delincuencia se reunía, pero necesitaba dinero para seguir su búsqueda y esta sería una forma sencilla de ganarlo y le dejaría mucho tiempo libre. Tras mucho pensarlo decidió participar y poco a poco fue ganando reconocimiento en las luchas clandestinas, ya que no podían vencerlo. Su nueva vocación lo llevó a recorrer el mundo y luchar con increíble cantidad de adversarios que si bien ninguno pudo oponerle una verdadera resistencia a él no le interesó mucho pues su objetivo seguía siendo el mismo, y no se relacionaba con las peleas.
Varios años pasaron y Krist siguió viviendo de la misma manera hasta que un día llegó a un pueblo en Italia y tras una pelea la mafia que controlaba el lugar decidió visitarlo y hacerle una oferta pues buscaban a un matón que realizara todo tipo de trabajos sucios para ellos y este forastero tenía muy buenas condiciones para ser parte del negocio.
Krist se negó y ellos se marcharon no muy conformes con su respuestas y diciendo que pronto volverían con una oferta irrechazable.
Al siguiente día Krist fue rodeado por unos extraños sujetos en el centro de la plaza del lugar mientas daba un paseo. No tardo en descubrir que se trataba de los mismos que la noche anterior trataron de reclutarlo y que ahora trataban de usar un método más persuasivo. Sin dudarlo Krist comenzó a golpear a todos y si bien no eran demasiado fuertes su número si era considerable, luego de golpear a la gran mayoría apareció un sujeto el cual no era igual al resto este podía aguantar sus golpes con gran facilidad y su fuerza parecía sobrehumana. Krist creyó que este sería su fin ya que aquel sujeto prácticamente ya lo había vencido, pero en ese momento recordó a su hermano y pudo sentir como un fuego le nacía del cetro del pecho, una extraña llama se encendió en su mano y con un solo golpe de la misma pudo derrotar a aquel sujeto.
Tras este suceso Krist quedó inconsciente y fue albergado por unos ancianos de aquel lugar, allí el dueño de casa le pregunto sobre lo que había pasado y si era la primera vez que le sucedía un evento como ese a lo que Krist respondió que sí. Por unos días el anciano lo miraba reacio y desconfiado pero finalmente cuando Krist se recupero y estuvo listo a partir para seguir su búsqueda este se le acerco y le hablo de un extraño lugar en Grecia y que debería ir allí para entender un poco mejor que le había ocurrido.
Krist no sabía qué hacer pues quería seguir buscando a su hermano pero necesitaba entender que le había ocurrido por lo cual partió rumbo a Grecia.
Krist partió rumbo a Grecia, lugar donde según le habían dicho había un lugar en donde le podrían explicar que fue lo que le ocurrió en aquella lucha y como fue capaz de encender una llama en su mano y a pesar de ello luego no mostrar el más mínimo signo de quemadura, o incluso podrían explicarle que fue ese sentimiento extraño en su pecho el cual le hizo sentir un poder inmenso y aterrador capaz de vencer a cualquier enemigo que se interpusiera en su camino.
Al llegar a Grecia comenzó su búsqueda aunque no tuvo demasiado éxito pues al parecer nadie sabía de ningún lugar misterioso y la cosa se ponía peor cuando narraba lo sucedido pues toda la gente lo miraba extraño y lo creían loco.
Por algunos meses vagó por aquel país hasta que finalmente la desesperanza se apoderó de él y decidió continuar con la búsqueda de su hermano. Se dirigió a un viejo pero pintoresco pueblito griego en donde se hospedo por espacio de unos días en una vieja posada. La gente del pueblo era muy amable y sobre todo los dueños de la posada por lo que Krist ya cansado de tanto viajar, eligió quedarse unos días extras mientras recuperaba fuerzas.
Una noche en la posada hubo una fiesta a la que concurrió una gran cantidad de personas, muchos eran lugareños a los cuales veía a diario en sus quehaceres y otros al menos Krist no los había podido conocer o eran de fuera. La noche fue amena y la diversión siempre estuvo presente y en aquel clima distendido Krist comenzó a narrar su historia al dueño de la posada y a otros habitantes con los que había fraternizado. A ellos les conto todas sus desgracias y su incansable búsqueda de su hermano aunque la ultima parte de su historia y el motivo de su llegada prefirió guárdeselo pues no creyó que fuera a tener un efecto contrario a lo que ya había visto que producía en las personas con anterioridad. En su relato sacó una foto de su hermano la cual siempre lo acompañaba y se la mostro a todos los que oían su relato. Uno de los presentes le dijo que conocía a un muchacho muy parecido al que le mostraba en la foto, que era un gran guerrero y que según sabia este había partido rumbo al santuario, un lugar en donde son entrenados los mejores guerreros del mundo. Muchos de los presentes rieron y le dijeron que esas eran locas historias que no tenían sentido, que no malgastara sus fuerzas en una búsqueda tan absurda como la de aquel lugar, sin embargo Krist veía en los ojos de esa persona que hablaba con verdad.
Al siguiente día Krist decidió partir en la búsqueda de aquel místico lugar, si bien no tenía mucha información respecto al mismo y todos los habitantes del pueblo le decían que no perdiera su tiempo, el estaba decidido a seguir adelante.
En su camino pensó que aquel lugar al que llamaban el santuario tal vez sería el que le habían dicho en Italia en el que le podrían dar explicaciones de los extraños sucesos que experimento, eso y la promesa de entrar algún dato de su hermano le dieron nuevas fuerzas para seguir su búsqueda. No tuvo que andar mucho cuando en un olvidado camino encontró a un anciano sentado en una roca, el cual parecía despreocupado y sin intensiones de moverse de aquel lugar, Krist se le acerco y le pregunto por ese lugar llamado santuario a lo que el anciano le dijo que no conocía nada al respecto pero que no hace muchos días un grupo de jóvenes que se veían como fuertes luchadores había pasado por allí y tal vez ellos pudieran saber algo al respecto.
Krist siguió el camino con la intensión de poder encontrarlos pero lo que encontró más adelante fue algo totalmente distinto, pues se trataba de lo parecía ser el campamento de estos últimos, un lugar donde habían armas, escudos y muchos equipamientos más los que parecía que habían sido ocupados para entrenamiento de sus antiguos habitantes pero ahora todo había sido quemado y había varios cuerpos calcinados esparcidos por el piso, algunos de los cuales aún apretaban con fuerza sus armas.
Poco a poco Krist se adentraba en aquel lugar y a cada paso podía sentir como si algo místico y malvado acechara por él y se acercara mas a cada paso. Aquella sensación era distinta a cualquier cosa que pudiera haber sentido antes, era como si su cuero lo alertara de un peligro invisible, Krist preocupado decidió seguir adelante por aquel camino que no a los muchos metros daba comienzo a un oscuro bosque. Decidido a seguir trato de atravesar ese bosque pero realmente era un laberinto y cada vez que creía que estaba avanzando terminaba saliendo al camino que llevaba al campamento devastado. Krist no se rindió fácilmente y varias veces trato de cruzar el bosque pero el resultado siempre era el mismo. Finalmente se detuvo y regreso hasta llegar al medio de aquel devastado lugar que al parecer antes había sido un campamente y comenzó a mirar a su alrededor, al parecer nada podría ya averiguar de aquel lugar al que llamaban santuario, en a donde se preparaban a los guerreros más poderosos del mundo y mucho menos de su desaparecido hermano.
La desazón poco a poco comenzó a ganarle ya que creía que estaba frente a otra búsqueda perdida que a nada había podido conducirlo, todos estos últimos años los había dedicado a la búsqueda de su hermano desaparecido y la única vez que lograba al menos una piste de su posible paradero, todo había sido consumido por el fuego que no había dejado el mas mínimo rastro de quienes eran los que estuvieron allí o quiénes fueron los que causaron terrible masacre.
Krist ya totalmente desilusionado se preparaba para regresar a su hogar, pues este último golpe fue demasiado para él y pensó que lo mejor sería regresar a su Irlanda natal y pasar un tiempo allí, de este modo podría recuperar algo de fuerzas y decidir qué hacer con su vida, si es que acaso retomaría su búsqueda o ya finalmente buscaría asentarse en un lugar y tener una vida normal como la de cualquier otra persona. Pero en ese momento pudo sentir como un rápido viento pasaba junto a él y a sus espaldas pudo escuchar unas palabras, esto lo sorprendió mucho, rápidamente volteó y pudo ver detrás de él a un extraño sujeto el cual portaba una especie de armadura.
Aquella extraña sensación que tenía se volvió mucho más fuerte, era claro que ese sujeto había estado allí viéndolo por un largo rato y ahora había decidido hacerse presente. Krist lo observo por unos instantes tratando de comprender que estaba sucediendo y qué clase de persona era la que tenía ahora frente a él. Una extraña especie de armadura lo cubría y en su rostro se podía ver una fría expresión como la de un sujeto que no dudaría en quitar una vida por el más mínimo motivo. Aquel extraño personaje dijo unas palabras a Krist, pero como este estaba más concentrado en su aspecto y tratando de descifrar que era todo lo que estaba ocurriendo, no le prestó atención. Acto seguido el sujeto golpeo a Krist con una velocidad y una fuerza increíbles que lo lanzaron por los aires rápidamente, era evidente que no se trataba de un sujeto corriente sino de alguien muy poderoso, tal vez el mismo que origino toda la devastación en el campamento y posiblemente alguien que le podría dar datos útiles, pero el problema era como poder hacerlo hablar ya que además de ser muy fuerte su velocidad era increíble y arremetía contra Krist con cada vez más violencia. Varias veces logró golpear a Krist pero este último sabía que solo tendría una oportunidad para detenerlo, esperó mientras su enemigo lo golpeaba aunque esto le producía grandes heridas no perdió la calma y cuando estuvo seguro de poder leer sus movimientos eludió uno de sus puñetazos, entonces lo tomo con fuerza del antebrazo, provocando que esa especie de armadura comenzara a trisarse y con todas sus fuerzas lo golpeó en las costillas, otra vez su puño fue envuelto en llamas pero además esta vez una extraña aura comenzó a rodear su cuerpo, el golpe provocó que la armadura que protegía a su enemigo se partiera en ese lugar. Sin soltar el antebrazo de su enemigo siguió golpeándolo en su costado izquierdo y comenzó a hacerle unas preguntas.
Lo primero que Krist quiso saber era contra quien estaba luchando a lo que el sujeto respondió que se trataba de un palaciano de tercer nivel, uno de los sirvientes de la diosa Palas. Luego de mencionar unas extrañas cosas sobre una guerra santa y la muerte de unos santos de Athena el palaciano nombró el santuario, Krist apretó con fuerza el brazo del que tenía tomado a su contrincante destruyendo su armadura y fracturándole el brazo y siguiendo con sus golpes le dijo al guerrero de Palas que lo llevara a aquel lugar. El palaciano lo miro extrañado y le dijo que realmente estaban cerca de aquel lugar y que él era el encargado de detener a cualquiera que se dirigiera en esa dirección y para ello había creado una trampa con la ilusión de ese bosque que estaba unos pocos metros más adelante.
Finalmente Krist encontraba una pista de lo que buscaba y al parecer estaba cerca de ese lugar por lo que decidió terminar rápidamente con aquel encuentro, haciendo uso de toda su fuerza golpeó al palaciano en medio de su pecho, en ese momento una gran llamarada salió de su puño y el guerrero enemigo salió volando por los aires, posteriormente este se levantó del piso y diciendo que pronto tomaría revancha desapareció de aquel lugar.
Krist rápidamente avanzo por el camino, ahora el bosque no estaba y a la distancia podía verse un extraño lugar que parecía haber sido construido en las épocas de antaño, debía tratarse del santuario. Si bien mientras más avanzaba las dudas mas lo invadían, pues no sabía qué era lo que podía llegar a encontrar en aquel lugar a lo que se sumaba las extrañas manifestaciones que estaba sufriendo cada vez que peleaba. No hubo demasiado tiempo para poder pensar, pues rápidamente llego al lugar que hace unos instantes parecía muy lejano y ya disponiéndose a entra rápidamente fue rodeado por decenas de guerreros que le impidieron el paso. Krist pregunto si ese lugar era el santuario pero ninguno de los presentes le contestaba solo se limitaban a decir que se retirara del lugar o moriría, pero luego de tan largo viaje él no estaba dispuesto a rendirse ahora por lo que intento contarles que lo que le había sucedido, pero los guardias le explicaron que solo las personas con mayor poder pueden ingresar y no un simple sujeto que llega hasta allí, por lo que él tendría que dar la vuelta y largarse. Krist sabía que no sería nada sencillo entrar por lo que decidió ingresar por la fuerza y arremetió contra los guardias, rápidamente pudo vencer a algunos pero su número era considerable y estaba claro que no lo dejarían pasar fácilmente, entonces tomo una decisión un tanto arriesgada y les dijo a aquellos sujetos que estaba dispuesto a enfrentarse al guerrero más poderos del santuario y vencerlo si es que eso le aseguraba la entrada. Todos los guardias comenzaron a reír pero en ese momento apareció un sujeto que hizo que todos los presentes se pusieran serios e hicieran una reverencia en señal de respeto al recién llegado.
Krist pudo ver que no se trataba de un enemigo común y que este tal vez sería su desafío más difícil, el recién llegado se dirigió a Krist y con total tranquilidad le dijo que él era uno de los guerreros más poderosos del santuario, el cual había sido enviado a acabar con el palaciano que merodeaba las cercanías del santuario, aunque cuando iba rumbo a esa misión se detuvo a escucharlo y que si su relato era cierto Krist ya le había ahorrado su trabajo por lo cual decidió darle una oportunidad y aceptaría enfrentarlo en un combate. Pidió a todos los presentes que dieran el lugar suficiente para que ambos pudieran enfrentarse, fue tomando distancia de Krist para comenzar a luchar le dijo con total frialdad que esta sería una batalla a muerte, por lo que no debía darle ninguna ventaja pues el no dudaría en matarlo a la primera oportunidad que se presentase. Krist se preparo para luchar y comenzó a examinar a su enemigo, el cual si bien no usaba ningún tipo de armadura o arma, es mas se veía como un sujeto común, le generaba una sensación aun peor que el palaciano al que había vencido, ya que si bien su nuevo rival daba la impresión de ser alguien calmo incapaz de dañar a alguien cuando se preparaba a luchar se podía percibir un espíritu capaz de destruir todo a su paso, capaz de volver polvo cualquier obstáculo.
Pero nada de todo esto importaba ahora ya que la oportunidad que tanto buscaba se había presentado frente a él, si lograba vencer a este sujeto podría ingresar al santuario y tal vez dentro de este lugar podría averiguar algo de su hermano perdido. Cuando Krist estuvo listo trato de avanzar hacia su enemigo pero en solo un segundo este estaba frente a él golpeándolo con una fuerza como jamás hubiera pensado que alguien pudiera poseer. Este golpe lanzo a Krist por los aires pero no fue suficiente para poder vencerlo, a pesar de todo el dolor que sentía se volvió a parar para enfrentar a su enemigo pero el resultado fue el mismo, no importaba cuanto lo intentara no ni siquiera ver los movimientos de aquel sujeto. Krist intento ponerse de pie una vez más aunque ya el dolor era muy grande y la desesperanza se hacía presente en cada rincón de su cuerpo, su enemigo lo miro seriamente y le dijo que jamás podría vencer a un enemigo que podía moverse a la velocidad de la luz, que mejor era dejarse morir y evitarse más dolor.
Krist aun no se daba por vencido tenía una carta más que jugar, intentaría hacer algo similar a lo que logro en su pelea contra el guerrero de la diosa Palas, concentraría toda su fuerza en un solo golpe y trataría de usar el fuego que se originaba cuando golpeaba con toda su fuerza. Krist se preparo y logro lanzar el golpe el cual estuvo acompañado de una llama aun mayor que la última vez la cual alcanzo a su oponente, aunque este con un solo movimiento de su mano pudo hacer desaparecer. El guerrero del santuario se acerco a Krist y le dijo que no importa si él podía dominar el elemento fuego eso no sería suficiente para poder vencerlo y nuevamente lo golpeo.
Aquella situación era terrible pues Krist ya había usado su mejor golpe y no servía de nada contra su enemigo, ya sus fuerzas lo habían abandonado por completo y estaba a punto de aceptar lo que parecía ser su inevitable destino, pues al parecer todo aquel largo camino recorrido solo lo llevaba a este punto ciego, el cual parecía inevitable. Pronto todo el mundo alrededor de Krist se volvió oscuro, el solo podía sentir su presencia y la de nadie más, solo vagando a la deriva en un inmerso mar de oscuridad, sin embargo empezó a recordar todos los momentos difíciles vividos, la pérdida de su hermano y sobre todo algo que hacía tiempo parecía olvidado, sus ansias por luchar por los demás, protegerlos y dar su vida por los que no pueden defenderse. Tras ser invadido por aquellos sentimientos una luz resplandeció en medio de toda aquella oscuridad y Krist pudo sentir un gran fuego en su interior, lentamente comenzó a levantar rodeado de un poderosa aura brillante. Su enemigo que se disponía a darle el golpe de gracia se detuvo y lo observo por unos instantes, luego le dirigió unas palabras diciéndole que finalmente había logrado encender su verdadero poder, pero que eso no le serviría de nada pues en este momento estaba a punto de morir.
Krist consciente de la situación en la que se encontraba solo encontró una posible solución, si aquellos sentimientos de justicia y bondad parecían darle más fuerza entonces debía concentrarse en ellos para poder salir con vida de esta pelea. Sin perder tiempo Krist miro a su interior y busco todas sus ansias de luchar por la justicia y de proteger a aquellos que no pueden hacerlo, como fue su caso y el de su hermano cuando eran pequeños. Pronto todos esos deseos invadieron su cuerpo y pudo sentir como la misma fuerza del universo movía cada una de las células de su cuerpo, una energía inimaginable recorría todo su cuerpo y con un máximo esfuerzo este la dirigió a su puño.
Mientras el cuerpo de Krist era rodeado por una increíble aura dorada y el mismo piso a su alrededor temblaba, su puño se lleno de fuego, un fuego tan poderoso como el que él sentía arder en su pecho luego de conectarse con su verdadero ser. Su contrincante rápidamente se lanzo sobre Krist quien esta vez si logro eludir su golpe, ya que para sorpresa de él ahora podía moverse a la misma velocidad de su contrincante, sin entender como ahora se movía a la misma velocidad de la luz, lo que le permitió contraatacar con una fuerte llamarada que impacto de lleno en el otro luchador derribándolo.
Aquello había sido increíble, Krist no podía entender que estaba ocurriendo pero ese poder que había despertado era impresionante, algo que él jamás siquiera soñó con ver, sin embargo no fue suficiente para derrotar a este guerrero del santuario quien se recupero con gran facilidad del golpe recibido y a pesar de mostrar una serie de heridas producidas por el ataque de su oponente, lanzo un poderoso golpe que dejo fuera de batalla a Krist quien mientras caía vencido al piso pudo escuchar en su mente la vos de su rival diciéndole que había logrado despertar el séptimo sentido y que aun no podía darse por vencido pues muchas cosas nuevas aguardaban por el ahora.
Khrist- DORADO
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