Ficha de Sion de Mandrágora

por **Snuff** Jue Abr 02 2015, 02:12



*Nombre: Sion* *Edad: 17* *Sexo: Masculino* *Nacionalidad: Desconocida* *Signo: Leo* *Parámetros físicos: 1,72 mts, cabello castaño al igual que sus ojos, de complexión atlética. Posee una cicatriz en el pecho que llega hasta su espalda.* *Aspecto:* *Parámetros psicológicos: Frío, calculador, no expresa muchas emociones.* *Historia:* "Ya no recuerdo la fecha exacta de aquel fatídico día, el pasar de los años erosionó mi mente poco a poco, dejando solo una fracción de la oscura historia que llevo conmigo, cargada sobre mis hombros. Lo único que tengo muy en claro... Es que estoy pagando por todos mis pecados... " Antaño, un bebé nacía en unas lejanas tierras, plagadas de una peste que corrompía y mataba todo a su paso. Se desconoce cómo logró el infante salir vivo de allí, la teoría más nombrada dice que alguien -o algo- lo sacó de allí y lo llevó a un lugar seguro donde creció. Muchos otros, con un pensamiento diferente, creen que era inmune a la noxa y era un ser destinado a la maldad. Debido a lo que la gente decía sobre él, el niño estaba en completa soledad durante todo el día ya que le temían. Los años de soledad llegaron a su fin cuando el joven conoció a Dana, la única persona que, en sus diez inocentes años de edad, decidió acercarse a él. El muchacho tan solo era dos años mayor que ella, por lo que rápidamente se convirtieron en buenos amigos. Junto con Dana el tiempo parecía volar, y así fue como pasaron cinco largos años llenos de felicidad para ambos. Aún así, había algo mayor, una fuerza más allá de lo que ellos podían llegar a comprender... Aquella lúgubre aurora que habitaba en el lugar del nacimiento del joven era una extraña esencia de mandrágora, flor portadora de la tragedia. Esta había penetrado profundamente en el alma de aquel bebé, corrompiéndolo para siempre. Poco a poco, aquel muchacho se volvió frío, egoísta y agresivo... Poco a poco, aquella muchacha se volvió altruista y aún mas bondadosa, apartando su camino cada vez más de su íntimo amigo. Una vez, el bien y el mal eran uno mismo... Una vez, el mal se sintió vacío. Él había asesinado a la única persona que alguna vez lo había amado... Cuando el joven se dio cuenta de lo que había hecho, partió hasta donde sus pies le permitieran llegar sin ser destrozados. Meses después de haber empezado su caminata, el muchacho se detuvo en un lugar muy familiar para él, pero no sabía por qué... Estaba, sin saberlo, en aquellos aposentos donde había nacido. De a poco comenzó a sentirse mareado y débil, cayendo de rodillas al suelo con un dolor punzante en el pecho. Desde dentro de sí emanaba un aura de amargura y muerte, y lentamente se formó de ella una ligera silueta, que se asemejaba a una flor. Esta se fue incrustando centímetro a centímetro en el cuerpo del joven, dejándolo fallecido en el suelo. Misteriosamente, el muchacho despertó luego de lo sucedido, sin entender nada. A pesar de eso, se encontraba en un lugar completamente diferente, uno que no conocía. El cielo estaba completamente oscuro, y los alrededores se encontraban apagados, con kilómetros de tierra muerta y ríos putrefactos. A su lado, una extraña planta, la única en todo el lugar. Al acercarse a recogerla, un grito terrible surgió de esta, y brilló intensamente. Una vez apagada, una poderosa armadura se hizo presente, demostrándose imponente. La mística Sapuri de la Mandrágora aparecía en escena. Una voz emanaba de lo profundo del ropaje, comunicándose con el muchacho... "-Yo soy la Sapuri de la Mandrágora, y tu serás quien tenga el deber de portarme en un futuro. Este lugar es el Inframundo, donde vagan las almas en pena. Aún así, tu no viniste... no te traje aquí, con ese propósito. En el momento en el que tu madre estuvo embarazada de ti, una pequeña partícula salió despedida de mi, y llegó hasta quien te concebió. Desde ese mismo momento te convertiste en la persona destinada a ser un nuevo Espectro, o en otras palabras, un soldado del Rey Hades. Aún debes saber más cosas sobre dónde estás y qué harás aquí, pero las descubrirás con el pasar del tiempo." En ese momento, la armadura se fraccionó y fue colocándose en el cuerpo del muchacho, llenándolo de un inmenso poder. "-Esto que sientes ahora se llama Cosmos, y es lo que te dará el poder suficiente cuando luches contra tus enemigos en el campo de batalla. Acabas de despertarlo gracias a mi, y poco a poco irás incrementándolo hasta llegar a niveles altísimos, y te volverás imparable." Esas fueron las palabras de la Sapuri, que guió al futuro Espectro en su camino a convertirse en un notable guerrero. Los entrenamientos fueron arduos, dejando al aprendiz en un estado deplorable, pero volviéndolo minuto a minuto más resistente y habilidoso. Una vez finalizadas sus pruebas físicas, fue puesto a prueba en pequeñas misiones que lo forzaban a plantear diversas estrategias para poder salir victorioso, y en una pieza. El mundo de los Caballeros del Hades era muy duro, pero se transformaban en rígidos Espectros, con una fuerza física y mental enorme. Así fue como el joven se volvió uno mas en las lineas de la armada del dios del Inframundo. -Esa es toda mi historia, o al menos lo que logro recordar de ella. Yo no decidí este camino, él me escogió a mi, pero debo hacerlo para poder redimir mi pasado, por lo que todas mis deudas me pesarán de ahora en mas. Todos esos momentos de felicidad junto a Dana se perdieron, al igual que las lágrimas en la lluvia, y nada los hará volver. Yo, Sion, espero poder volver a verla en un futuro, y poder pedirle perdón por todo el mal que le causé, ya que fue y siempre será la única persona que se preocupó por mi.-