Ficha de Löwe

por **Aegaeón** Lun Sep 15 2014, 15:14

Nombre: Löwe
Edad: 20 años
Sexo: Masculino
Nacionalidad: Atlanticiano (dela Atlantida)
Signo: Leo
Aspecto: Pelo corto negro. Ojos azules. Alto y fibroso. Superdotado.
Spoiler:

Perfil Psicológico: Löwe es un hombre poco sociable, y es muy rígido en sus tareas, cumpliendolas al pie de la letra. Es alguien muy temido, ya que su carácter es muy particular, y nadie nunca ha logrado comprenderlo. Es un amante de la lucha, aunque siempre prefiere dialogar antes que usar su fuerza. Es un tipo muy poderoso, y sólo cuando su paciencia cruza un límite muy amplio y se enfurece, es cuando Löwe acude a la fuerza de sus puños. Es muy amante de la historia, y en sus ratos libres se dedica a estudiar, o a interiorizar nuevos conocimientos a través de la meditación.

Historia:

**Desde pequeño, Löwe se entrenaba en la Academia de guerreros de la gran Atlántida, la ciudad más avanzada tecnológica y culturalmente del mundo. Poco se conocía sobre esta ciudad que siempre lograba pasar desapercibida por su peculiar ubicación dentro del mapa, puesto que se encontraba bajo el agua, a cientos de metros de los océanos. Aunque su territorio tenía una gran extensión, con enormes esculturas y edificaciones que resultarían extrañas para cualquier extranjero, pocos eran los que sabían sobre lo preciso de su ubicación. Esto es una ventaja inmejorable para aquellos habitantes de la Atlántida, los cuales no debían preocuparse por algún ataque enemigo, de ningún tipo de invasión, ni ataque sorpresa, debido a que aquellos quienes visitarían la "Ciudad Sumergida" debían viajar más de 200 metros hasta llegar a la ciudad, la cual se encontraba envuelta en una gran burbuja que encerraba aquel territorio en un campo de aire e impedía que el agua ingrese allí.**

**Löwe provenía de una familia humilde, pues, su madre había fallecido en el parto, tras dar a luz a su hijo, y su padre era un ebrio desquiciado, quien siempre se ausentaba de su casa, por lo que el joven Löwe debió aprender a vivir en soledad desde los 6 años de edad. Misma época en la que se inscribió en la Academia de Guerreros, para aprender a luchar, y llegar algún día a ser alguien.
La Atlántida era una civilización fuera de lo común para la época, puesto que los habitantes eran avanzados en todo sentido, y mayormente en conocimientos de todo tipo. Por ello, aquella ciudad Sumergida, abundaba de escuelas, no sólo de lucha, sino, en su mayoría de estudio sobre la historia, geografía del mundo y la filosofía de la vida (el mayor conocimiento de la época).
Löwe se fijaba en los demás adolescentes de su edad, pues, a sus 12 años, observaba como muchos de ellos hablaban a la perfección, y poseía conocimientos magníficos. Löwe era el único de la Academia de Guerreros que realizaba doble turno (mañana y tarde), y hasta aveces triple, incluyendo la noche, en la que las puertas del establecimiento estaban cerradas, pero aún así, el joven recurría a sus habilidades para penetrar los inmensos y peligrosos muros de la Academia.
Todo se hacía rutinario para Löwe, hasta que a los 14 años, conoció a un compañero de la Academia, que era un ser muy culto y sabio en cuanto a conocimientos, y siempre llevaba consigo un libro mientras practicaba golpes en los costales de arena. Löwe captó su atención por la extraña manera en la que realizaba las cosas, pues, Thomas era un novato en la Academia, pero su progreso era diez veces mayor al que cualquiera que se encontrara allí. Esto se debía a que sus conocimientos en el arte de la lucha eran reforzados a traves de los libros que leía. Fue así como Löwe se incluyó en la rutina de Thomas, y comenzó a seguir sus pasos, mientras éste le enseñaba algunas cosas básicas, como leer y memorizar cada concepto desde el punto de vista lógico.**

**Los años pasaron... Löwe y Thomas tenían 19 años cada uno. Ambos eran igual de fuertes y habilidosos, destacándose sobre el resto de sus compañeros. Löwe había aprendido en 5 años, lo que un humano a envejecer. Junto a Thomas se habían vuelto inseparables, permanecían unidos a diario, y realizaban los mismos entrenamientos, duros como ningún otro.
Ambos tenían el mismo objetivo, el cual relacionaba a gran parte de la población de la "Ciudad Perdida". Dicho objetivo era entrenarse tan duro como era posible, hasta poder levantar el "tridente dorado". No era fuerza lo que se necesitaba, eso era bien sabido Por Löwe y Thomas, quienes habían adquirido conocimientos que alguien de su edad no poseía ni en un 5%. Estos dos adolescentes sabían a la perfección que se necesitaría más que fuerza para apoderarse de aquel arma dorada, resplandeciente, la cual se encontraba aferrada al suelo. Nadie a sido capaz de levantar el tridente en más de cien años, según los dichos populares, luego de que el último guerrero que la portó haya muerto en combate, y el tridente haya quedado inmortalizado en el mismo lugar en el que murió. En adelante, se ha intentado buscar a alguien capaz de apoderarse del objeto, ya que quien logre hacerlo sería considerado alguien majestuoso para los atlánticos, alguien que les traería protección, cuidado, nuevos conocimientos, y otras actividades, las cuales eran ejercidas por el antiguo guerrero que alzó el tridente.
Löwe y Thomas entrenaban, en su mayoría, su capacidad mental y su meditación interior, porque sabían que la clave para levantar el objeto no era la fuerza, sino, la conexión con dicho elemento sagrado.**

**Todo sucedió aquel día... Meses antes de que Löwe cumpliera los 20 años. Mientras cientos de jovenes guerreros luchaban y se entrenaban físicamente, Thomas y Löwe, como un día indistinto, posaban sentados frente al tridente, con sus ojos cerrados, en modo de meditación. Día tras día, se pasaban frente a él, tratando de encontrar una respuesta filosófica en su interior, haciendo una especie de conexión con el objeto sagrado, el cual parecía tener vida propia según Thomas. Löwe mantenía sus ojos cerrados, y al igual que veces anteriores, en su mente, lo único que aparecía era el amuleto dorado de tres puntas y largo mango, rodeado de un fondo negro. Löwe intentaba encontrar una respuesta interiorizando y meditando en relación al tridente, pues, era así, como los filósofos de la época encontraban las respuestas de la vida para escribir sus libros, sino... ¿De dónde provenían dichos conocimientos escritos?
Löwe sabía muy bien que eso era mucho más que un objeto sagrado, el cual fue portado por un guerrero hace cien años. Löwe era consciente que aquel arma de oro tenía una fuerza propia y oculta, y que necesitaba que alguien, capaz de conectarse con ella, la haga propia, ya que esa fuerza no se liberaría por si sóla, se necesitaba un nexo (hombre), para desatar la fuerza que se encontraba oculta allí.
Al llegar a estas nuevas respuestas, algo en la meditación de Löwe cambió... El tridente que se posaba estático en su mente, comenzó a rodearse por un aura brilloso, el cual se movía lentamente de arriba hacia abajo, haciendo resplandecer más al objeto dorado, y destacarlo aún más. Pasado esto, Löwe sufrió un desmayo inmediato, dejando caer su cuerpo a un costado suyo...**

**Se despierta...**

-¿Qué me ha sucedido?- **Agarrándose la cabeza...**

**Löwe no entendía lo que le había sucedido, y sus compañeros que se encontraban alrededor de él, pensaban que se trataba de un desmayo común y corriente, por lo que no le prestaron mayor importancia. Mientras Löwe se agarraba la cabeza, producto de un fuerte dolor, alguien que apareció por detrás de todos captó la atención.**

-No debes preocuparte. Ven conmigo, rápido.-

**Nadie conocía a aquel extraño sujeto que se había presenciado allí de manera muy peculiar. Rápidamente, Thomas, el mejor amigo de Löwe, intentó protegerlo, dirigiéndose con palabras agresivas hacia aquel sujeto, con intenciones de que se presente ante todos, y para saber cual era su propósito para llevarse a Löwe...**

-Esto no es de su incumbencia...- **Dijo aquel sujeto de manera arrogante. De repente, dirige su mirada al tridente...** -[Oh... Con que aquella sensación no era algo minúsculo. Este muchacho ha logrado mover por milímetros el tridente sagrado, el cual ha permanecido inmóvil desde hace cien años. Lo más llamativo, es que logró moverlo, sólo con la mente, sin haberlo siquiera tocado. Creo que es él, debo llevarlo conmigo...]-

**Los cientos de alumnos de la academia, se antepusieron a Löwe, quien yacía en el suelo tomándose la cabeza, para protegerlo de aquel sujeto que se veía muy habilidoso. Pero sus intentos de protejer al joven resultaron en vano, ya que el extraño sujeto dió un salto enorme, para enseguecer a todos con el sol, y luego, utilizando una rapidez indetectable, hizo desaparecer su presencia junto con la de Löwe. Todos se dieron vuelta, y al ver que Löwe ya no estaba allí, comenzaron a alarmarse.
Hasta que el director de la Academia, un viejo con bigotes y peinado anticuado, apaciguó las aguas, manifestando que no había nada extraño, y que ese sujeto se había llevado a Löwe por el bien de todos ellos... A pesar de que nadie entendió que quiso decir el director, la mayoría continuó con sus entrenamientos sin protestar ni cuestionar al anciano. Pero Thomas, se quedó aislado, a un costado, pensando que era lo que podía haber ocurrido...**

**Aquel hombre cuya identidad no quería que sea revelada, se ocupó de sanar a Löwe utilizando el poder de sus manos, posándolas en la cabeza del joven y transmitiendo una energía extraña. Löwe se reincorporó a los pocos segundos, y agradeció a aquel sujeto, aunque luego lo interrogó...**

-¿Quién eres? ¿Porqué me has traido aquí? ¿Donde estamos?-

-Löwe, estás aquí por una razon muy importante. Has sufrido ese desmayo producto de tu meditación. Asi es, tu conexión con el poderoso tridente te ha bloqueado la mente durante unos minutos. Pues, debes saber que el poder de dicho objeto es descomunal, tú mismo has entrado en contacto enérgico con él, ¿no es así? Esa energía, no es cualquier energía. Es el cosmos, que cada guerrero posee. Aunque tú no has logrado despertar el tuyo, se encuentra oculto. El cosmos es un poder muy grande que se encuentra oculto dentro de los humanos, y muy pocos logran despertarlo. Es el sexto sentido.-

**Fue así, como aquel extraño sujeto le contó todo a Löwe, para que éste quedara asombrado y perplejo, habiendo pasado de una realidad a otra en cuestión de segundos. Aquel guerrero cuya identidad no era revelada, informó a Löwe sobre la situación del Reino Marino, pues, le contó sobre Poseidón, el Dios de los Mares, el rey de la Atlántida. Y le reveló que el propósito por el cual Löwe se encontraba allí, era porque Poseidón quería comenzar a formar su ejército de marinos, que eran los guerreros protectores de su reino. Hasta el momento, no había ninguno, todos habían muerto hace décadas atrás. El sujeto le narró a Löwe sobre unas armaduras especiales con poderes propios, las cuales serían portadas por los elegidos.**

-Löwe, debes saber que el tridente, es sólo uno de los tantos objetos sagrados que se encuentran dentro del reino submarino. Tú has logrado una conexión única y directa con el tridente dorado, y es por eso que estás aquí.-

-Es todo muy raro... aún no me has dicho quien eres...-

-Yo soy Krich. soy un leal guerrero, y servidor de las fuerzas oceánicas comandadas por el dios Poseidón.
En fin, haremos lo siguiente. Lucharás contra mi. Debo comprobar que no eres un error...-

-¿Que!!!?? Eres mucho más fuerte que yo, y más grande que yo. Me harás trizas!!! Sólo con ver tus habilidades mágicas puedo comprobar eso. No pelearé!-

**Krich, dejó caer la pesada bolsa de su espalda, y sin responderle a Löwe, se lanzó hacia él para atacarlo. Löwe no se defendía ante los poderosos y dañinos golpes de aquel sujeto, ya que lo había agarrado de sorpresa.
Luego de unos minutos de pelea, Löwe se encontraba muy herido y golpeado, apenas pudiendo ponerse de pie. Krich se veía agotado y enojado...**

-[Maldición! Quizá me haya equivocado...]-

-Nunca había peleado de en serio. Pero creo que esta vez es necesario. Utilizaré todas mis fuerzas y todo lo que he aprendido en la academia!!-

**Sin pensarlo, Löwe se abalanzó hacia Krich y comenzó a lanzar golpes cada vez más poderosos. Krich con cara sorprendida se cubría de cada estruendo puñetazo, pero se le hacía cada vez más difícil bloquearlos. Los antebrazos de Krich se veían seriamente afectados y llenos de sangre ante la ira y descontrol de Löwe, quien había perdido la cabeza, ya que nunca antes, nadie lo había golpeado de esa manera.
Löwe golpeaba cada vez más fuerte, y los brazos de su oponente derramaban sangre. La sangre caía en el rostro de LÖwe, quien avanzaba con fuertes puñetazos. Hasta que de repente, Löwe se detuvo, y dejó su mirada perdida en un punto ciego. Krich mientras tanto, se echaba hacia atrás sorprendido observando la fuerza descomunal de aquel joven que lo había superado ampliamente. Estaba claro que el cosmos había sido despertado, el objetivo de Krich había sido cumplido. Pero Löwe se comportaba de una manera muy extraña ante los ojos de Krich, quien apretándose los brazos llenos de sangre, observaba el comportamiento del joven...**

-Sus ojos!! Son blancos!!!-

**De repente, el cuerpo de Löwe brillaba intensamente. Y al extender una de sus manos, un objeto brilloso y resplandeciente se unió a ella. Segundos más tarde al increíble espectáculo, se le sumó una lluvia homogénea de luces blancas las cuales recaían en el cuerpo del joven, quien a la par gritaba de dolor.**

-No es posible!! Cuando se equipó esa armadura? Que!!!!!??? En su mano... El tridente de Chrysaor, el mismo fabricado por Hefestos!!! la profecía vuelve a cumplirse una vez más. Löwe es el elegido! La armadura de Chrysaor lo ha elegido como su portador! No puede ser!!! Su nivel cósmico es diez veces mayor al mío, y sólo que recién lo ha despertado! No puedo imaginarme con entrenamiento...- **Se desmaya...**

**Al despertarse Krich, Löwe se encontraba frente a él, agradecido por haberlo ayudado a despertar su cosmos. Löwe se comportaba distinto, como si fuera otra persona, mucho más maduro. Su rostro transmitía plena confianza y tranquilidad.**

-Krich, creo que te debo las gracias. Perdon por haberte lastimado así. Sé que ahora has querido ayudarme. Al conectarme con la armadura de Chrysaor, una gran variedad de conocimientos los he incorporado en un santiamén. Es como si la armadura tuviera vida y me hablara cada vez. Ahora puedo entender todo lo que me has contado a la perfección. Mi nombre es Löwe... el portador de la armadura de Chrysaor...-