Ficha de Donovan
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Ficha de Donovan
Nombre: Donovan
Edad: 23
Sexo: Masculino
Nacionalidad: Asgard,zona de la barrera de hielo
Signo: Escorpio
Aspecto: Tiene un cuerpo atlético y esbelto, de mirada firme y cabello color verde revuelto. Suele usar vendas en sus manos, hasta los antebrazos. Tambien suele utilizar una capa de piel de oso para mitigar el frio polar del norte.
Perfil sicológico: Donovan perteneció desde pequeño a la élite de guerreros de "La barrera de Hielo". Toda su vida bajo esta organización le han dado un caracter duro. Es seguro de si mismo y muy disciplinado. No confía facilmente en las personas y por eso puede tener un trato distante apenas se le conoce. Tiene gran destreza y habilidad, y puede ser muy feroz a la hora del combate.
Las heladas tierras de Asgard han sido testigos desde tiempos inmemorables de diversas luchas y conflictos. Numerosas veces el blanco lienzo de la nieve fue manchado con la sangre de bravos guerreros. Luego de severas guerras, una de las aldeas aledañas había quedado totalmente devastada, y sus habitantes decidieron huir del lugar y refugiarse en el bosque. Lo que comenzó como un pequeño asentamiento, pronto fue transformándose en una pequeña comunidad, que perfiló una finalidad: proteger a la tierra de Asgard desde su humilde posición.
Con el tiempo, sus jóvenes fueron formándose en las artes de combate, generando poderosos y talentosos guerreros. Al mismo tiempo, supieron domesticar y entrenar a numerosas bestias que habitaban el bosque, y que han logrado aliarse con los humanos para mantener la seguridad de las lejanas tierras del norte. Se hicieron llamar, el clan de la barrera de hielo, ya que su ubicación se encontraba cerca de un témpano enorme de hielo, donde se dice que había quedado oculto un gran poder desde la era mitológica, y que, quien obtuviera el secreto allí guardado, tendría la capacidad de someter al mundo bajo sus pies. El tempano solía desprender parte de su estructura de vez en cuando, momento donde el clan de la barrera de hielo aprovechaba para utilizar ese hielo con propiedades sobrenaturales. Los primeros, lograron hacer armaduras y demás artilugios con el hielo, lo cual despertó en ellos grandes habilidades gracias a las mágicas características del témpano. Los guerreros lograron despertar su cosmos, hasta dominarlo por completo, y desde aquel momento, comenzaron a enseñar a los niños las artes de la lucha y el conocimiento que tenían sobre el cosmos.
Era deber del clan proteger, de cualquier enemigo o amenaza, el gigantesco e imponente témpano que se erguía sobre el mar. Esta protección, era correspondida por las divinidades y por el mismo témpano con un poder fabuloso para todos los miembros de este clan. A través de los siglos, la comunidad de la barrera de hielo lucho y repelió a los enemigos tanto de Asgard, como aquellos que querían entre sus manos el poder del témpano.
Donovan nació dentro del clan. Un orgulloso hijo del general Gantala, quien en ese momento, estaba a cargo de la escuadra más rápida del ejército de la barrera de Hielo. Como buen hijo de militar, tuvo una infancia buena, sin pasar mayores necesidades, y siendo desde pequeño, adiestrado en el arte del combate. Su propio padre era quien le daba el duro entrenamiento en los bosques hasta altas horas de la noche, día tras día, año tras año. Su padre solía contarle, al momento de descansar, que de la constelación de la Osa Mayor, descendía la voluntad de Odín para designar a sus máximos guerreros, y que él siempre había aspirado a ser uno de ellos, y vestir un manto de Dios guerrero. Siempre hubo dioses guerreros que surgieron de la cantera del clan, pero el caso de Gantala no fue uno de ellos, por eso se esforzaba a pleno para que su hijo, Donovan, fuera quien consiguiera tal honor.
El pequeño Donovan creció fuerte y saludable hasta ser un atlético y apuesto joven. Había ingresado en la escuadra de su padre, para proteger con orgullo su familia, su tierra, y el poder que equilibraba el mundo. Logró tener un dominio decente del cosmos y aprendió las técnicas de los caballeros de hielo para usar en combate, con gran velocidad y habilidad. Su rapidez destacaba entre los muchachos de su nivel, era un prodigio y se le auguraba un gran futuro dentro del ejército.
Varias veces su padre le había comentado que en el mar, existen infinidad de misterios, y que varias veces el clan de la barrera de hielo había tenido que luchar con feroces criaturas que querían hacerse con el poder del témpano de hielo, pero no todo se debía al ambicioso emperador Poseidón. Había más, algo oculto y misterioso, que acechaba las profundidades donde ni siquiera llega la luz del sol. Aquel día finalmente, luego de un gran sacrificio, Donovan iba a ocupar el cargo de general de su padre. Según la costumbre del clan, el aspirante debía vencer al antiguo general en un combate frente al gigantesco témpano como testigo.
Sentimientos encontrados eran los de aquella mañana, debía enfrentar a su padre, quien gustoso iba a pelear, para darle el cargo para el cual estaba entrenado. Sin embargo, había algo que se presentía en el ambiente, como si su promoción no importara. Al alba, con los primeros rayos del sol, Donovan y Gantala acudieron al encuentro, donde se vería el fruto de los años de entrenamiento. Al estar frente a frente, bajo la mirada de un pequeño consejo que debía ser testigo de lo ocurrido, comenzó la batalla.
Las cosas parecían ir bien para el muchacho, que con agilidad lograba conectar los golpes y diferentes técnicas a su experimentado padre. A los ojos del público presente, la batalla se presentaba espectacular, debido a que era muy cambiante, donde por momentos dominaba el general y por momentos el muchacho, que se esmeraba para ganarse el título y no poseerlo por el simple hecho de ser discípulo de Gantala. Una feroz pata del padre hizo caer al chico contra la nieve, generando esos raspones que pronto se convertirían en quemaduras de hielo, ante la atenta presencia del témpano sagrado.
Un súbito temblor se sintió en el ambiente, y de las profundidades del mar, que hasta ese momento estaba en calma, emergió la abominable criatura. Un monstruo como jamás se había visto en muchos siglos, con un rugido atronador partió el velo del cielo, y amenazante volvió a rugir hacia los hombres para demostrar tu poder. La criatura marina estaba dotado de dos enormes brazos con afiladas garras, y lo que parecían ser muchísimos tentáculos que se movían sin cesar generando grandes olas en el agua. Sin dudarlo un segundo, se dirigió hacia el témpano, en una furia ciega para poder destruirlo y quizás, obtener su poder oculto.
El consejo huyó de la escena de inmediato, rumbo a los cuarteles para avisar al resto del ejercito lo que estaba sucediendo. Gantala sabía que aquello, era el famoso Kraken, y que su poder y el de su hijo, quizás ni siquiera el de todo el clan iban a ser suficientes para vencerlo. Solo quedaba una alternativa, poder despertar, en su habilidoso hijo, el poder infinito, aunque sea por unos segundos para poder derribar a la criatura antes de que se cargue el témpano. La pelea se detuvo de inmediato, y un cruce de miradas entre padre e hijo, denotó que estaban dispuestos a hacerle frente a cualquier cosa, mientras se tengan el uno a otro.
Gantala: Donovan, esta, es la verdadera prueba para ver si puedes llevar a cabo la defensa del clan. Estamos ante el mítico Kraken hijo mío, probablemente perderemos la vida hoy, pero mientras tanto, no perdamos la esperanza, ¡que la fortaleza de nuestro cosmos nos guíe a la victoria!¡Por el clan, por nuestros antepasados que arriesgaron sus vidas para proteger el inmenso poder del témpano! Vamos hijo, estoy orgulloso del guerrero en que te has convertido!!
Fueron las enérgicas palabras del general a Donovan, mientras se lanzaban a la carrera a enfrentar al gigantesco monstruo. El pilar comenzaba a sacudirse ante las estampidas desesperadas del Kraken por descubrir su poder interior, mientras que padre e hijo acudían ante la bestia para detener su cometido. Gantala logró trepar por sus brazos y llegar hasta su cabeza para molestarlo e impedir su visión. Con seis precisos golpes dejó ciegos la media docena de ojos del Kraken, que gritaba de furia y dolor. Mientras tanto, Donovan, haciendo uso de las técnicas de los maestros de hielo, trataba de inmovilizar las ventosas de los tentáculos del monstruo. El animal mitológico tenia enorme fuerza y resistencia, lo cual hacía que los defensores de la barrera de hielo perdieran el equilibrio con cada movimiento, haciendo las cosas mas complicadas.
Ciego, con algunas heridas y no pudiendo lograr su misión, la bestia había dejado de lado el témpano, y quería enfocarse en aquellos dos insectos que peleaban contra él codo a codo. En cuestión de minutos las fuerzas de los humanos habían mermado y les costaba seguirle el ritmo a la bestia, que seguía azotando el mar con sus tentáculos. En un rápido movimiento, el Kraken logró capturar a Gantala entre sus manos, mientras que con un golpe de sus extremidades, logró arrojar a Donovan hacia el agua helada. El muchacho luego de la zambullida sacó su cabeza del agua para observar con horror, como la enorme mano del Krken introducía a su padre, dentro de su boca. La sangre corría entre los dientes de la bestia, que de un par de mordidas había destrozado hasta la última fibra del cuerpo del general Gantala.
Todo pareció calmarse, incluso el mismo tiempo detenerse, Donovan se quedó inmóvil en el agua, tratando de procesar lo que sus ojos acababan de ver. Era imposible, que su padre, el gran general Gantala haya muerto de esa forma ante la bestia. Debía ser una ilusión, una broma de mal gusto. Sin embargo el rugido de la bestia, contenta de haberse librado de una de sus amenazas, le hizo ver que aquello era nada mas que la pura realidad. Su cosmos se elevó hasta niveles increíbles, sintió el ardor del odio en su corazón y en sus puños. Cada célula de su cuerpo parecía estallar con la fuerza del Big Bang, movido por una ira sin control. Con la sangre hirviendo de poder, y un aura de cosmos gigantesca, el muchacho se elevó de un salto, dirigiéndose sin miramientos con el puño directo al corazón de la bestia.
El brazo recubierto de cosmos se enterró en la dura coraza de la bestia como un cuchillo en la mantequilla, e inmediatamente Donovan liberó gran cantidad de su poder para liquidar el corazón del Kraken. En cuestión de segundos, la gigantesca amenaza se paralizó y su color se volvió azulado, a la vez que una fina capa de hielo se formaba en la superficie de su cuerpo. Se había congelado completamente con el golpe de Donovan. ¿Como podía ser que aquella bestia que vivía en temperaturas muy por debajo de los cero grados se congelara tan repentinamente? No había dudas que aquel cosmos, aquel poder, aquel frío que lo congela absolutamente todo, era el cero absoluto, que tomo por sorpresa al Kraken y lo liquidó en cuestión de segundos. Como un enorme barco herido en el casco, lo que ahora era una magnifica estatua de un Kraken comenzó a hundirse en las profundidades del mar, llevándose consigo a un casi inconsciente Donovan, cuyo propio ataque había dejado su puño congelado al cuerpo del Kraken.
Sin fuerzas para seguir, el joven guerrero se fue a pique dentro del mar helado, llevando consigo a la monstruosa criatura. A duras penas pudo ver, desde las profundidades como el tempano sagrado de hielo se extendía kilómetros y kilómetros bajo el mar, y una mirada hacia el fondo, no mostraba más que una completa oscuridad. Mientras seguian su fatal descenso hacia las profundidades, Donovan recordó las ultimas palabras de su padre, al tiempo que el oxigeno de sus pulmones se apagaba al igual que su consciencia.
Despertó en lo que parecía el acantilado del fondo del mar, frente a el, la opacada estatua congelada del kraken; sobre él, en vez del cielo, se desplegaba el mar con todas sus criaturas en su máximo esplendor. Sin embargo, ya no sentía la presión ni el contacto del agua, ni mucho menos la falta de oxígeno o la nubosidad en su vista. Todo era totalmente claro y nítido, como si estuviera en la tierra. Caminó un par de pasos hacia la gigantesca mole congelada, y a sus pies logró ver un extraño brillo dorado. Apretó su puño con rabia y se sintió impotente, desquiciado y con ira, que no podía ser calmada, solo con resignación. A los pies del Kraken, yacía su maldición.
La escala marina del sexto general del emperador de los mares, lo había elegido como legítimo portador. Con un sonido metálico, el scale se desarmó y cubrió el cuerpo de Donovan. Ya había perdido su libertad, un poder superior había decidido su destino y no podía escapar de él. Había vencido con sus puños a la bestia de los mares y he aquí su recompensa. La armadura se ajustó perfectamente a su cuerpo, ahora, por caprichos divinos, se había convertido en un vasallo de Poseidón. Decepcionado de si mismo, llegó a la rápida conclusión de que acabar con su vida o rebelarse y rechazar el cargo otorgado, generaría la ira del emperador, que azotaría la tierra, y a su amada comunidad de la barrera de hielo sin miramientos. Tomo la decisión, que desde su lugar, no solo protegería el pilar correspondiente a cada general desde la mitología griega, sino que también preservaría a salvo el témpano desde las profundidades. Con ese enorme peso en sus espaldas, y su corazón lleno de desdicha, tristeza y decepción, encaró una marcha hacia aquella civilización subacuática para presentarse ante quien era, su nuevo rey: El emperador Poseidón.
Edad: 23
Sexo: Masculino
Nacionalidad: Asgard,zona de la barrera de hielo
Signo: Escorpio
Aspecto: Tiene un cuerpo atlético y esbelto, de mirada firme y cabello color verde revuelto. Suele usar vendas en sus manos, hasta los antebrazos. Tambien suele utilizar una capa de piel de oso para mitigar el frio polar del norte.
Perfil sicológico: Donovan perteneció desde pequeño a la élite de guerreros de "La barrera de Hielo". Toda su vida bajo esta organización le han dado un caracter duro. Es seguro de si mismo y muy disciplinado. No confía facilmente en las personas y por eso puede tener un trato distante apenas se le conoce. Tiene gran destreza y habilidad, y puede ser muy feroz a la hora del combate.
Las heladas tierras de Asgard han sido testigos desde tiempos inmemorables de diversas luchas y conflictos. Numerosas veces el blanco lienzo de la nieve fue manchado con la sangre de bravos guerreros. Luego de severas guerras, una de las aldeas aledañas había quedado totalmente devastada, y sus habitantes decidieron huir del lugar y refugiarse en el bosque. Lo que comenzó como un pequeño asentamiento, pronto fue transformándose en una pequeña comunidad, que perfiló una finalidad: proteger a la tierra de Asgard desde su humilde posición.
Con el tiempo, sus jóvenes fueron formándose en las artes de combate, generando poderosos y talentosos guerreros. Al mismo tiempo, supieron domesticar y entrenar a numerosas bestias que habitaban el bosque, y que han logrado aliarse con los humanos para mantener la seguridad de las lejanas tierras del norte. Se hicieron llamar, el clan de la barrera de hielo, ya que su ubicación se encontraba cerca de un témpano enorme de hielo, donde se dice que había quedado oculto un gran poder desde la era mitológica, y que, quien obtuviera el secreto allí guardado, tendría la capacidad de someter al mundo bajo sus pies. El tempano solía desprender parte de su estructura de vez en cuando, momento donde el clan de la barrera de hielo aprovechaba para utilizar ese hielo con propiedades sobrenaturales. Los primeros, lograron hacer armaduras y demás artilugios con el hielo, lo cual despertó en ellos grandes habilidades gracias a las mágicas características del témpano. Los guerreros lograron despertar su cosmos, hasta dominarlo por completo, y desde aquel momento, comenzaron a enseñar a los niños las artes de la lucha y el conocimiento que tenían sobre el cosmos.
Era deber del clan proteger, de cualquier enemigo o amenaza, el gigantesco e imponente témpano que se erguía sobre el mar. Esta protección, era correspondida por las divinidades y por el mismo témpano con un poder fabuloso para todos los miembros de este clan. A través de los siglos, la comunidad de la barrera de hielo lucho y repelió a los enemigos tanto de Asgard, como aquellos que querían entre sus manos el poder del témpano.
Donovan nació dentro del clan. Un orgulloso hijo del general Gantala, quien en ese momento, estaba a cargo de la escuadra más rápida del ejército de la barrera de Hielo. Como buen hijo de militar, tuvo una infancia buena, sin pasar mayores necesidades, y siendo desde pequeño, adiestrado en el arte del combate. Su propio padre era quien le daba el duro entrenamiento en los bosques hasta altas horas de la noche, día tras día, año tras año. Su padre solía contarle, al momento de descansar, que de la constelación de la Osa Mayor, descendía la voluntad de Odín para designar a sus máximos guerreros, y que él siempre había aspirado a ser uno de ellos, y vestir un manto de Dios guerrero. Siempre hubo dioses guerreros que surgieron de la cantera del clan, pero el caso de Gantala no fue uno de ellos, por eso se esforzaba a pleno para que su hijo, Donovan, fuera quien consiguiera tal honor.
El pequeño Donovan creció fuerte y saludable hasta ser un atlético y apuesto joven. Había ingresado en la escuadra de su padre, para proteger con orgullo su familia, su tierra, y el poder que equilibraba el mundo. Logró tener un dominio decente del cosmos y aprendió las técnicas de los caballeros de hielo para usar en combate, con gran velocidad y habilidad. Su rapidez destacaba entre los muchachos de su nivel, era un prodigio y se le auguraba un gran futuro dentro del ejército.
Varias veces su padre le había comentado que en el mar, existen infinidad de misterios, y que varias veces el clan de la barrera de hielo había tenido que luchar con feroces criaturas que querían hacerse con el poder del témpano de hielo, pero no todo se debía al ambicioso emperador Poseidón. Había más, algo oculto y misterioso, que acechaba las profundidades donde ni siquiera llega la luz del sol. Aquel día finalmente, luego de un gran sacrificio, Donovan iba a ocupar el cargo de general de su padre. Según la costumbre del clan, el aspirante debía vencer al antiguo general en un combate frente al gigantesco témpano como testigo.
Sentimientos encontrados eran los de aquella mañana, debía enfrentar a su padre, quien gustoso iba a pelear, para darle el cargo para el cual estaba entrenado. Sin embargo, había algo que se presentía en el ambiente, como si su promoción no importara. Al alba, con los primeros rayos del sol, Donovan y Gantala acudieron al encuentro, donde se vería el fruto de los años de entrenamiento. Al estar frente a frente, bajo la mirada de un pequeño consejo que debía ser testigo de lo ocurrido, comenzó la batalla.
Las cosas parecían ir bien para el muchacho, que con agilidad lograba conectar los golpes y diferentes técnicas a su experimentado padre. A los ojos del público presente, la batalla se presentaba espectacular, debido a que era muy cambiante, donde por momentos dominaba el general y por momentos el muchacho, que se esmeraba para ganarse el título y no poseerlo por el simple hecho de ser discípulo de Gantala. Una feroz pata del padre hizo caer al chico contra la nieve, generando esos raspones que pronto se convertirían en quemaduras de hielo, ante la atenta presencia del témpano sagrado.
Un súbito temblor se sintió en el ambiente, y de las profundidades del mar, que hasta ese momento estaba en calma, emergió la abominable criatura. Un monstruo como jamás se había visto en muchos siglos, con un rugido atronador partió el velo del cielo, y amenazante volvió a rugir hacia los hombres para demostrar tu poder. La criatura marina estaba dotado de dos enormes brazos con afiladas garras, y lo que parecían ser muchísimos tentáculos que se movían sin cesar generando grandes olas en el agua. Sin dudarlo un segundo, se dirigió hacia el témpano, en una furia ciega para poder destruirlo y quizás, obtener su poder oculto.
El consejo huyó de la escena de inmediato, rumbo a los cuarteles para avisar al resto del ejercito lo que estaba sucediendo. Gantala sabía que aquello, era el famoso Kraken, y que su poder y el de su hijo, quizás ni siquiera el de todo el clan iban a ser suficientes para vencerlo. Solo quedaba una alternativa, poder despertar, en su habilidoso hijo, el poder infinito, aunque sea por unos segundos para poder derribar a la criatura antes de que se cargue el témpano. La pelea se detuvo de inmediato, y un cruce de miradas entre padre e hijo, denotó que estaban dispuestos a hacerle frente a cualquier cosa, mientras se tengan el uno a otro.
Gantala: Donovan, esta, es la verdadera prueba para ver si puedes llevar a cabo la defensa del clan. Estamos ante el mítico Kraken hijo mío, probablemente perderemos la vida hoy, pero mientras tanto, no perdamos la esperanza, ¡que la fortaleza de nuestro cosmos nos guíe a la victoria!¡Por el clan, por nuestros antepasados que arriesgaron sus vidas para proteger el inmenso poder del témpano! Vamos hijo, estoy orgulloso del guerrero en que te has convertido!!
Fueron las enérgicas palabras del general a Donovan, mientras se lanzaban a la carrera a enfrentar al gigantesco monstruo. El pilar comenzaba a sacudirse ante las estampidas desesperadas del Kraken por descubrir su poder interior, mientras que padre e hijo acudían ante la bestia para detener su cometido. Gantala logró trepar por sus brazos y llegar hasta su cabeza para molestarlo e impedir su visión. Con seis precisos golpes dejó ciegos la media docena de ojos del Kraken, que gritaba de furia y dolor. Mientras tanto, Donovan, haciendo uso de las técnicas de los maestros de hielo, trataba de inmovilizar las ventosas de los tentáculos del monstruo. El animal mitológico tenia enorme fuerza y resistencia, lo cual hacía que los defensores de la barrera de hielo perdieran el equilibrio con cada movimiento, haciendo las cosas mas complicadas.
Ciego, con algunas heridas y no pudiendo lograr su misión, la bestia había dejado de lado el témpano, y quería enfocarse en aquellos dos insectos que peleaban contra él codo a codo. En cuestión de minutos las fuerzas de los humanos habían mermado y les costaba seguirle el ritmo a la bestia, que seguía azotando el mar con sus tentáculos. En un rápido movimiento, el Kraken logró capturar a Gantala entre sus manos, mientras que con un golpe de sus extremidades, logró arrojar a Donovan hacia el agua helada. El muchacho luego de la zambullida sacó su cabeza del agua para observar con horror, como la enorme mano del Krken introducía a su padre, dentro de su boca. La sangre corría entre los dientes de la bestia, que de un par de mordidas había destrozado hasta la última fibra del cuerpo del general Gantala.
Todo pareció calmarse, incluso el mismo tiempo detenerse, Donovan se quedó inmóvil en el agua, tratando de procesar lo que sus ojos acababan de ver. Era imposible, que su padre, el gran general Gantala haya muerto de esa forma ante la bestia. Debía ser una ilusión, una broma de mal gusto. Sin embargo el rugido de la bestia, contenta de haberse librado de una de sus amenazas, le hizo ver que aquello era nada mas que la pura realidad. Su cosmos se elevó hasta niveles increíbles, sintió el ardor del odio en su corazón y en sus puños. Cada célula de su cuerpo parecía estallar con la fuerza del Big Bang, movido por una ira sin control. Con la sangre hirviendo de poder, y un aura de cosmos gigantesca, el muchacho se elevó de un salto, dirigiéndose sin miramientos con el puño directo al corazón de la bestia.
El brazo recubierto de cosmos se enterró en la dura coraza de la bestia como un cuchillo en la mantequilla, e inmediatamente Donovan liberó gran cantidad de su poder para liquidar el corazón del Kraken. En cuestión de segundos, la gigantesca amenaza se paralizó y su color se volvió azulado, a la vez que una fina capa de hielo se formaba en la superficie de su cuerpo. Se había congelado completamente con el golpe de Donovan. ¿Como podía ser que aquella bestia que vivía en temperaturas muy por debajo de los cero grados se congelara tan repentinamente? No había dudas que aquel cosmos, aquel poder, aquel frío que lo congela absolutamente todo, era el cero absoluto, que tomo por sorpresa al Kraken y lo liquidó en cuestión de segundos. Como un enorme barco herido en el casco, lo que ahora era una magnifica estatua de un Kraken comenzó a hundirse en las profundidades del mar, llevándose consigo a un casi inconsciente Donovan, cuyo propio ataque había dejado su puño congelado al cuerpo del Kraken.
Sin fuerzas para seguir, el joven guerrero se fue a pique dentro del mar helado, llevando consigo a la monstruosa criatura. A duras penas pudo ver, desde las profundidades como el tempano sagrado de hielo se extendía kilómetros y kilómetros bajo el mar, y una mirada hacia el fondo, no mostraba más que una completa oscuridad. Mientras seguian su fatal descenso hacia las profundidades, Donovan recordó las ultimas palabras de su padre, al tiempo que el oxigeno de sus pulmones se apagaba al igual que su consciencia.
Despertó en lo que parecía el acantilado del fondo del mar, frente a el, la opacada estatua congelada del kraken; sobre él, en vez del cielo, se desplegaba el mar con todas sus criaturas en su máximo esplendor. Sin embargo, ya no sentía la presión ni el contacto del agua, ni mucho menos la falta de oxígeno o la nubosidad en su vista. Todo era totalmente claro y nítido, como si estuviera en la tierra. Caminó un par de pasos hacia la gigantesca mole congelada, y a sus pies logró ver un extraño brillo dorado. Apretó su puño con rabia y se sintió impotente, desquiciado y con ira, que no podía ser calmada, solo con resignación. A los pies del Kraken, yacía su maldición.
La escala marina del sexto general del emperador de los mares, lo había elegido como legítimo portador. Con un sonido metálico, el scale se desarmó y cubrió el cuerpo de Donovan. Ya había perdido su libertad, un poder superior había decidido su destino y no podía escapar de él. Había vencido con sus puños a la bestia de los mares y he aquí su recompensa. La armadura se ajustó perfectamente a su cuerpo, ahora, por caprichos divinos, se había convertido en un vasallo de Poseidón. Decepcionado de si mismo, llegó a la rápida conclusión de que acabar con su vida o rebelarse y rechazar el cargo otorgado, generaría la ira del emperador, que azotaría la tierra, y a su amada comunidad de la barrera de hielo sin miramientos. Tomo la decisión, que desde su lugar, no solo protegería el pilar correspondiente a cada general desde la mitología griega, sino que también preservaría a salvo el témpano desde las profundidades. Con ese enorme peso en sus espaldas, y su corazón lleno de desdicha, tristeza y decepción, encaró una marcha hacia aquella civilización subacuática para presentarse ante quien era, su nuevo rey: El emperador Poseidón.
Mientras tanto, desde un punto alejado pero suficiente para ver toda la acción. un joven de cabello oscuro, y vistiendo una de las armaduras típicas de la barrera del hielo, se mostraba satisfecho. Luego de ver como Donovan y el Kraken se hundían luego de la muerte de Gantala, sonrió satisfecho. Su trabajo había terminado, ahora solo le faltaba encargarse de la patrulla que a lo lejos se veía, alertada por los consejeros que habían huido. Un par de golpes bastarían para asesinarlos a todos, y el mar se encargaría del resto de las evidencias...
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