Petición Armadura de Cristal

Nombre: Sephiroth

Edad: 18 Años

Sexo: Varón

Nacionalidad: Italiano (Concretamente en Florencia)

Signo: Géminis

Aspecto: Es un joven de 18 años con el pelo blanquecino y largo con ojos violáceos que mide sobre 1´80 Metros, pesará aproximadamente unos 80 Kilogramos pero es todo pura fibra muscular, usualmente suele vestir con pantalones cortos de color azul y una camiseta negra de tirantes y unas zapatillas cómodas.

Perfil psicológico: Podría decirse de Sephiroth que es un poco bipolar, en el sentido de que él es en general una persona amable y bondadosa que siempre trata de ayudar a todo aquel que se lo pide, pero cuando las cosas se ponen serias y tiene que enfrentarse a alguien lo hace sin tener piedad con su enemigo llegando en ocasiones a causarles graves heridas. Este cambio de personalidad sobre todo lo sufre cuando existen terceras personas inocentes involucradas en algún conflicto y sus vidas corren peligro.

HISTORIA:

Sephiroth nació en el seno de una familia humilde de grandes valores morales, ya desde temprana edad tuvo que ayudar económicamente a su familia trabajando en una fábrica de hielo pues cuando cumplió 6 años su padre murió y solo con el trabajo de su madre no alcanzaba el dinero para poder mantener a sus 3 hermanas y a él.

Sus padres le habían criado siempre dándole unos buenos valores como es el respeto y que la familia y los seres queridos están por encima de lo terrenal por eso pasado un tiempo y viendo que su madre no era capaz de mantener a su familia decidió trabajar para una fábrica de hielo que había en Florencia aunque algo alejado de se casa.

Un buen día se decidió y marchó hacía la fábrica de hielo, para ello debía cruzar prácticamente toda Florencia hasta llegar a la zona industrial que estaba repleta de fábricas, tras mas de una hora caminando por fin alcanzó la zona, comenzó a husmear para encontrar lo que buscaba cuando vio algo extraño, del interior de uno de los edificios emergía algo de humo por las ventanas y por debajo de la puerta pero no era el típico humo que estaba acostumbrado a ver de la chimenea de su casa si no que era mas espeso.

La curiosidad de Sephiroth no se hizo esperar y se acercó a la puerta, cuanto mas cerca estaba mas sentía el frío en sus huesos hasta que se puso completamente en frente de la puerta, acercó su mano para empujar la puerta cuando de pronto esta se abrió de golpe, el pequeño cayó de culo mientras observaba que del interior salía un hombre de avanzada edad arrastrando un remolqué con su fuerza, encima del remolque había una extraña estatua de hielo que asemejaba a un copo de nieve pero con algo mas de decoración.

Estatua de hielo:

- ¿Te has hecho daño pequeño? Deja que te ayude.- Dijo el hombre mientras ayudaba a levantarse a Sephiroth.

- Gracias buen hombre.

- ¿Y se puede saber que hace un niño tan pequeño en este sitio?

- Vengo a pedirle trabajo señor, mi familia necesita el dinero y he pensado que quizás usted podría ayudarme...

- Este no es trabajo para niños si no de hombres, largo de aquí.

Cabizbajo Sephiroth se hizo a un lado mientras observaba como el hombre aquel marchaba cargado con la estatua de hielo para entregarla a su destinatario, el chico veía como poco a poco se alejaba el hombre así que decidió esperarlo sentado en unas cajas apiladas que habían cerca de la fábrica.

Varias horas después apareció el hombre encontrándose allí con el pequeño Sephiroth que se había quedado dormido apoyado entre las cajas, se acercó a él y le cogió en brazos para entrarlo dentro de la fábrica, en ese momento el hombre solo podía pensar en que aquel niño era especial, no habían muchas personas que hubieran ido hasta él para pedirle trabajo y mucho menos tan jóvenes, sin duda el pequeño tenía una gran determinación y eso lo supo ver el hombre.

Pasado un rato el muchacho despertó y pudo ver el lugar donde se encontraba, allí dentro hacía un frío casi peor que el del Infierno de Dante habiendo allí una temperatura bastante inferior a los 20ºC, el joven comenzó a caminar por dentro de la fábrica viendo que todo se reducía a una sola máquina enorme que era capaz de producir hielo tras añadirle una gran cantidad de agua, el resto del instrumental de la fábrica eran utensilios para tallar el hielo y una segunda máquina que mantenía la temperatura lo mas baja posible para evitar que el hielo que se producía se derritiese antes de darle forma.

- Por fin te despiertas. ¿Que tal estás?


-Bien señor... Gracias...


-Mañana empiezas, ven temprano y descansa, no te lo voy a poner nada fácil.


Con aquellas palabras el pequeño Sephiroth salió corriendo de la fábrica con una sonrisa en su rostro mostrando la felicidad propia de los niños aunque en este caso fuese por motivos distintos, estuvo corriendo hasta que llegó a casa en la otra punta de la ciudad, cuando llegó a casa no tardó en armar un tremendo escándalo para darle la noticia a su familia, ahora su nivel adquisitivo sería mayor y no pasarían hambre como hasta ahora, tras descansar toda la noche por fin llegó el primer día de trabajo.

Sephiroth madrugó para no llegar tarde al trabajo pues el recorrido total superaba la hora de caminata y de llegar tarde podría ser despedido antes incluso de haber empezado, llegó a la puerta de la fábrica cinco minutos antes que el hombre así que mientras esperaba se puso a jugar con los gatos callejeros que rondaban la zona, al poco apareció el hombre.

- Buenos días pequeño, ¿Preparado para empezar? - Dijo el hombre lanzándole una sonrisa a Sephiroth para tranquilizarlo un poco ya que lo veía algo nervioso.

- Por supuesto, pero me llamo Sephiroth no pequeño. - Dijo algo indignado.

- Jajajajajajajaja, No está mal Sephiroth, tienes algo especial que no tiene el resto de personas pero por ahora comencemos a trabajar, por cierto, me llamo Dante. - Con aquellas palabras entró dentro de la fábrica poniendo en marcha todas las maquinas con un interruptor cerca de la entrada.

Los primeros días trabajando Dante tuvo que darle ropa de abrigo a Sephiroth, él sin embargo a veces incluso se quitaba la camiseta aún a pesar del frío del interior, su cuerpo estaba ya mas que acostumbrado a esas temperaturas así que para él no le suponía ningún problema.

Durante los dos primeros años su rutina fue la misma, madrugar y acostarse tarde para ir al trabajo, en este periodo de tiempo Dante le enseño los rudimentos de su oficio, le enseñó como funcionaban las máquinas y como se debía tallar el hielo adecuadamente, también en este tiempo se había acostumbrado rápidamente al frío y ya no le hacía falta toda la ropa que le dejaba Dante para abrigarse, todo marchaba a la perfección hasta que un día cuando Sephiroth ya tenía 8 años sufrió un accidente.

Aquel día había madrugado un poco mas de lo normal y llegó a la fábrica unos veinte minutos antes que Dante así que decidió esperar en la puerta, de pronto escuchó un ruido extraño que venía de la parte trasera de la fábrica, Sephiroth se acercó corriendo cuando apareció una banda de ladrones que pretendían robar en la fábrica, estos asaltaron a Sephiroth golpeándole y dejándole seriamente herido, de pronto apareció Dante dándole su merecido a los ladrones, cualquiera pensaría que eso no era nada del otro mundo pero eran mas de veinte maleantes.

Dante cogió a Sephiroth y lo entró dentro de la fábrica para curar sus heridas, una vez lo hizo le dejó descansar todo el día mientras él seguía con el trabajo ya que era una temporada de muchos encargos y tenía bastante faena por delante, además en el estado en que se encontraba Sephiroth este no podía ayudarle así que no tuvo otra alternativa que pasarse todo el día trabajando como una mula.

Ya casi de noche Sephiroth despertó con bastante dolor por las heridas que le habían propiciado los ladrones, se acercó a Dante y este le contó lo sucedido diciéndole que a partir del día siguiente él se encargaría de entrenarlo para que aquella situación no volviese a suceder, Sephiroth, alegre de aquella noticia marchó a casa para descansar, mañana comenzaría una nueva etapa de su vida y quería estar lleno de energía