Ficha de Hannes (Odin)

Ficha de Hannes (Odin)

 por TuRco-SaMa Vie Feb 14 2014, 14:01

Nombre: Hannes

Edad: 16 años

Sexo: Masculino

Nacionalidad: Asgard

Signo: Escorpio

Aspecto: De aspecto menudo pero con músculos marcados y bien desarrollados, estatura promedio tirando a baja. Ojos marrones, cabello castaño oscuro revuelto que le llega hasta los hombros.

Aspecto Físico:



Perfil Psicológico: Bondadoso, noble, tenaz y empecinado en lo que quiere. Hábil guerrero con la espada y muy veloz. A pesar de su corta edad sabe dar buenos consejos y es muy inteligente. Nunca se da por vencido ante los problemas y siempre busca una solución.

Historia:

**Hannes es el hijo de una humilde pareja de Asgard. Oleg es un herrero que tiene su propio taller y hace excelentes trabajos, mientras que Erika, su madre, se encarga de las tareas del hogar y de atender a sus dos hijos. Hannes es hermano menor de Malin, con quien se llevan dos años y medio de diferencia. Los cuatro viven en una casa mediana, con las comodidades que una familia de pueblo puede necesitar. Desde pequeño, Hannes fue instruido por su madre, mostrando excelentes resultados, pudiendo hablar tres idiomas a la edad de 10 años. El oficio de su padre le fascinaba, el uso de las armas para la guerra y todo el misticismo de la fundición de los metales. Al igual que su hermano, desarrolló una afición por la lucha con  espadas, arte en la que fueron enseñados por su padre. Sin embargo, el pequeño, tambien amaba el conocimiento, los libros, las historias de guerreros que se contaban en el pueblo. En cada leyenda parecía ver a cada guerrero, mirándolo fijo a los ojos y sintiendo total empatía en el campo de batalla, a la vez que una extraña energía lo inundaba. Con el tiempo, aquella sensación de poder visualizar exactamente a un guerrero y todos sus sentimientos, se hizo normal, y no le parecio para nada extraño.

A medida que fue creciendo, su intelecto y sabiduría se fue desarrollando enormemente. Pasaba horas en la biblioteca hojeando los añejados libros que allí se encontraban, que le enseñaban sobre todas las artes de este mundo. Podía aprender de todo practicamente sin esfuerzo, y podía aplicarlo  a cualquier cotidianidad de la vida. Deslumbraba a los sabios en sus debates morales, detallando argumentos tan finamente pensados, que cualquiera diría que aquel niño lo sabía absolutamente todo. Además de inteligente, se volvió muy hábil con el manejo de la espada y las artes de batalla cuerpo a cuerpo. A veces, ansiaba una invasion a la aldea, para mostrar que junto a su hermano eran guerreros invencibles. Era algo extraño, pues era la mezcla perfecta entre habilidad y sed de lucha; con la sabiduría y la inteligencia, todo a tan corta edad que sorprendía a propios y extraños.

Una vez por año, se hacía el sacrificio a Odín. Durante tres días todos los hombres se internaban en el bosque, en el afán de cazar el mejor ciervo, el ejemplar mas fuerte y vigoroso para ofrecerlo al Dios que los protegía desde tiempos inmemoriables. Sin embargo, aquella temporada, fue demasiado escasa. No se había podido cazar ningún animal en cinco días, y los hombres ya estaban exhaustos y temían lo peor. Y lo peor, llegó. Según las antiguas tradiciones, si no se encontraba un macho ejemplar en los bosques a término, debía realizarse un sacrificio humano, que quedaría a decisión de los sabios de la aldea.

El grupo de sabios, detestaba a Hannes. Lo veían como una cruel amenaza a sus ambiciones, y a la vez, como un lobo con piel de cordero, que en cualquier momento, se abusaría de sus habilidades y su ángel con la gente para desatar algún tipo de rebelión. El comunicado de que Hannes sería el sacrificio, entristeció a toda la aldea, que aceptó con resignación, la pronta pérdida del joven muchacho. Sin dudar, Hannes aceptó el desafío impuesto por los sabios, sin mediar objeción alguna.

El día del sacrificio llegó. Todo el pueblo se reunió en el pie de la gran montaña, para presenciar el ritual y darle un último adiós a aquel estupendo muchachito, marcado por un cruel destino. El llanto de las madres desconsoladas y la tristeza de sus amigos eran los protagonistas en aquel frío atardercer. Hannes, se mantenía inmutable, aceptando el dolor al que iba a ser sometido con la daga de oro que portaba el Sumo Sacerdote. Fue subido al altar, y amarrado de muñecas y tobillos con cintos de cuero. Al momento que el cura pronunciaba las palabras, algo extraño sucedió.

De la espesura del bosque, surgió un espléndido animal. Un venado único, el ejemplar perfecto por porte, tamaño y belleza, y con un particular brillo dorado en su pelaje, hizo acto de presencia abríendose paso entre la multitud. Apenas vio al cuadrúpedo, Hannes pudo volver a sentir esa energía mágica que lo hacía sentir casi invencible. Un aura blanca lo rodeó, y las cintas de cuero que lo sujetaban cedieron como si fueran de papel, para la sorpresa de todo el público. Como hipnotizado, el chico caminó hasta encontrarse con el ciervo dorado, y cuando ambos estuvieron frente a frente, el animal, realizó una reverencia. Luego de eso, siguió su camino hacia el altar, donde esperaba ser víctima para el sacrificio.

Todos quedaron sumamente sorprendidos. ¿Como es que en cinco dias nadie había visto un solo venado en los bosques, y de repente, aparecio uno ofreciendose a cambio del muchacho? Aquel suceso no tenía una explicación lógica. Cuando ese tipo de explicaciones se agotan, es momento de recurrir a los terrenos más místicos en busca de otra argumentacion...


** Luego de aquel suceso en el sacrificio, muchas cosas fueron comentadas alrededor de Hannes. Algunos decían que era un enviado del cielo, otros, que había hecho un pacto con entidades oscuras a cambio de su alma, lo cierto era que nadie sabía a ciencia cierta como había sucedido todo. Luego del sacrificio del venado, la gente del pueblo comenzó a retornar a sus hogares, estando confiados de que la voluntad de Odin los protegería una vez más. En la casa del joven Hannes, el ambiente estaba tenso. Lo que había sucedido a la tarde incomodaba a sus padres, que creían que, quizás aquello había sido algun artilugio de Veronika, la bruja del pueblo. Hannes era un chico muy querido en toda la comarca, motivo suficiente para que aquella mujer de las artes oscuras trate de hacerle algún daño. Durante la noche, mientras los muchachos estaban acostados, Malin, su hermano mayor, trataba de buscar explicaciones a lo sucedido:


-Oye, realmente, ¿Qué fue eso de hoy a la tarde?-


Hannes se dio vuelta en la cama, dandole la espalda a su hermano. Quizás algo avergonzado o abatido por la situacion y le contestó:


- Sé muchas cosas, me volví muy inteligente, pero esto, es algo que no puedo explicar. He estado sintiendo energías últimamente, pero no son malas, al contrario, son buenas y no se... me hacen sentir como... invencible. Y lo mismo pasó ayer, cuando el venado se inclinó ante mí, sentí como si yo fuera un ser supremo, el gobernante de todos!-


Malin suspiró y luego se rio:


-Algo así como Odín? Jajajaja! Parece que tantos libros te han puesto chiflado hermano! jaja! Pero, de todas formas, sé un poco de lo que hablas. Ultimamente, me ha pasado en los entrenamientos, que he sentido también esas energías recorrer mi cuerpo y no dije nada por miedo a que me creyeran un loco. Pero ahora que tu tambien lo sientes, me siento algo mas "normal"...-


- Si, es algo bastante raro, pero bueno, mañana sera un nuevo día. Me tocará internarme en la biblioteca y ver a que se debe todo este desorden, hasta mañana.-


- Hasta mañana...-


Dicho estos los hermanos procedieron a dormirse. La luz de la luna era el unico farol en aquel cielo frío. Las calles estaban desoladas y cubiertas de nieve, como perdidas en el olvido. Mientras tanto, en su casa, Hassen no podía conciliar el sueño, todo lo que le había sucedido lo tenía bastante preocupado, no por el hecho de no saber que le iba a pasar, sino porque no tenía idea a que podía deberse. Dando vueltas en la cama, de repente, le llegó la respuesta.


Su cuerpo se entumeció, pareciendo de piedra y quedando rígido bajo las sábanas. Cerró los ojos, temeroso ante el dolor y lo que pasaría más adelante. Al volver a abrirlos, no se encontraba en su cuarto, ni con su hermano Malin a su lado. Podía observar desde el cielo, un enorme campo de batalla. Esas batallas épicas que solo se leían en los libros, donde los gritos de dolor y el metal de las espadas era la sinfonía predominante en aquel mortífero espectáculo. No sabía por que aquellos hombres combatían, unos con otros, con ferocidad, como si de animales salvajes se tratara. Muchos caían con grandes heridas, incluso desmembrados, y temrinaban pisoteados por enemigos y aliados, que buscaban sobrevivir y seguir luchando en aquella carnicería. A pesar de la crudeza visual de la situación, su corazón galopaba fuerte, sentía la enorme necesidad de bajar al campo a pelear, como su padre le había enseñado, pero no podía moverse de su posición. 

Atravesando el cielo, logró ver unas hermosas doncellas a caballo, de las cuales había escuchado en más de una oportunidad. Las Valkirias, las hijas de Odín, misteriosas criaturas que escoltaban a los héroes de batalla hacia su descanso eterno, se hicieron presentes ante sus ojos. Ignorando su presencia, las muchachas descendían, una tras otra a los campos, para tomar dos o tres cadáveres moribundos en sus corceles, y llevarlos lejos desde donde habían venido. Hassen no podía creer aquel sueño, sobretodo porque parecía muy real, no podía creer como se sentía y como veía aquella imagen. Fue sorprendido por una de ellas, que lo tomó de la mano y a la carrera lo subió al lomo de su caballo, sin mediar palabras. A pesar de que Hassen preguntaba donde iban, la joven no emitía palabra alguna, ni siquiera miraba para atrás. Poco a poco se iba disipando el ruido de la batalla, mientras la pareja ascendía por las nubes hacia lo que parecía ser un enorme castillo. En fila india iban muchas Valkirias, que llevaban a los guerreros caídos en la lucha, en un maravilloso espectáculo visual.


Llegaron a lo que parecía ser un castillo en las nubes, una construcción enorme e imponente donde las valkirias aterrizaban e ingresaban a los luchadores. El enorme portón se abrio con un chirrido dejando pasar a todas las muchachas a medida que iban llegando. Hassen era incapaz de ver el interior del castillo, pues era muy oscuro como para poder ver. Cuando atravesaron el manto de oscuridad con la Valkiria, Hannes sintio como todo desaparecía. Quedo él, parado en la misma oscuridad, mientras que en frente suyo, una figura hizo su aparición. Un hombre fornido, con vestimientas de guerrero y mucho metal encima, una espesa barba blanca y una mirada que abarcaba todo el infinito del universo. Un ser de tales características no podía ser otro que Odín.

- Hannes, al fin ha llegado la hora...-


- Tu... usted... usted es Odín?- Dijo el muchacho mientras se inclinaba con la cabeza gacha en señal de respeto


- Deja eso muchacho. Así es, yo soy Odín, el mismo que viste y calza frente a tus ojos. Al fin te tengo frente a mí, querido Hannes. Por fin, alguien digno es el que se ha aparecido en mi morada, el palacio del Valhalla-


- S...Señor, me halagan sus palabras, pero no comprendo en qué puedo ser digno para usted- Dijo el dubitativo Hannes


- Tú muchacho, serás mi reprensentante. Has sido elegido en esta era para poder imapartir el bien y la justicia en mi nombre. Tu cuerpo, es fuerte para la lucha, y tu mente sabia para las decisiones, confío en que harás un excelente trabajo como rector de Asgard! A pesar de tu edad tan joven, indirectamente he manifestado mi voluntad a lo largo de tu vida para que seas el prodigio que eres hoy, quizás por eso entiendas lo del sacrificio de ayer. Las energías que has sentido, son el despertar de tu cosmos. El cosmos es esa energía que tienen todos los seres, y que con entrenamiento, puedes exteriorizar grandes hazañas, el incluso hacer tu poder infinito si la situación lo requiere! Se que eres muy inteligente y noble, y que no rehusarás a este cargo que te estoy dando. De ahora en más, te otorgo la espada sagrada de Balmung, para que puedas proteger al inocente de la opresión de los poderosos y poder mantener a tu reino sumido en la paz! Ve al palacio, y anunciales a todos bajo mi estatua, que ahora eres tu quien está al mando!-


Un rayo lo despertó. Odín, las Valkirias, el cosmos, ser el nuevo reprensentante ¿Había sido todo un sueño? Inmediatamente se dio cuenta que no, pues a los pies de su cama, brillaba una hermosa espada, la preciada espada de Odin, la espada Balmung. Jamás en la vida había visto un arma tan bella y con tanto poder que emanaba de su interior. El alba se asomaba y era el comienzo de un nuevo día, de una nueva era. Despertó a su hermano y le comentó lo sucedido, mostrandole a la maravillosa Balmung en el relato. Inmediatamente, una voz retumbó en todo el pueblo, despertando a cada ser vivo de su reconfortante sueño.


- CIUDADANOS DE ASGARD, HOY HA NACIDO EL NUEVO HEREDERO, QUIEN LOS GUÍE POR EL CAMINO DE LA JUSTICIA Y LA VERDAD, ESTA YENDO DIRECTO AL PALACIO, PARA QUE TODOS USTEDES LO RECONOZCAN COMO EL LÍDER LEGÍTIMO-

La voz que sonó en todo el pueblo, era la de Odín, que llegaba inexplicablmente a todos los ciudadanos. Hannes y Malin se apresuraron a salir a la calle, junto con toda la gente en aquel confuso episodio. Las calles repentinamente se poblaron de gente que temblaba de miedo sin saber que estaba pasando y que quizás eso era un anuncio del apocalipsis. Los hermanos se apresuraron a ir a las puertas del palacio donde debía habitar el gobernante de Asgard. Cuando llegaron, el lugar estaba lleno de gente, preguntándose quien sería el nuevo sucesor, elegido de un día para el otro. Hassen se abrió paso en la multitud y llegó hasta los pies de la estatua de Odín, que se erguía imponente vigilando toda la comarca. Sin saber que decir, solo se limitó a empuñar a Balmung y levantarla al cielo.


Inmediatamente, los ojos de la estatua mostraron un enorme brillo, y algo pareció salir de la corona de Odín en forma de destello. Dejando a todos boquiabiertos, el destello se desmembró y se adhirió al cuerpo de Hannes, dejando paso a la legendaria armadura de Odín tras perder su brillo. Y allí estaba Hannes, con la armadura de Odin, reconocido como legítimo portador junto con la espada de Balmung, ante la sopresa de todos los presentes, que finalmente lo reconocieron como su líder. Una nueva era se acercaba a las tierras de Asgard, muchos desafíos esperaban al joven Hannes a través de su nuevo reinado, mientras el padre Odín le confiaba todo su poder y sabiduría.