***Solicito beneficios de reino para el buen Perseo***

***Solicito beneficios de reino para el buen Perseo***

 por Hoteshi Mar Oct 01 2013, 15:19

**Habían transcurrido ya, 8 meses desde que llegué a convertirme en un caballero del Santuario. Los días pasaban cual brisa de aire, rápidos y certeros. Me sentía muy cómodo estando aquí, en mi templo; había conocido ya a muchas personas, algunos ya se conviertieron en amigos. Maestros, aprendices y otrs guerreros ya formados. Sin duda alguna era el lugar perfecto para estar. En 8 meses había logrado mucho más de lo que había hecho hasta antes de estar aquí, en 15 años. Se sentía muy bien luchar y defender ideales de paz y justicia. Eran muchos los elementos que hacían que el ser caballero, un santo de Athena, sea algo digno de representar. 

Como ya era costumbre en mí, salía a recorrer el Santuario todas las mañanas. Una mañana muy fresca y agradable se hacía presente aquel día. Una bella mañana que nos habían regalado los dioses. Visité todos los lugares que eran de mi agrado, la laguna del centro, la biblioteca en la zona sur, los campos de entrenamiento, y al último siempre dejaba mi lugar predilecto, la estatua de Athena. Una magnífica obra que se levanta todos los amaneceres, para velar por la humanidad. Esta en ese lugar me llena de un regocijo y una paz indescriptibles; así que aquel día de tan linda mañana, me dispuse a visitar aquel lugar.**

: -Bien, los guardias están dispersos... eso me ayudará a pasar por aquí sin problemas. A buena hora que no traje conmigo mi armadura, así me será más fácil desplazarme sin llamar la atención. El sistema de seguridad rotativo de los guardias ha mejorado sin duda pero siguen teniendo una que otra falencia. Momentos como este son los que hacen que me alegre inmensamente por el hecho de poseer un gran poder de observación.-

**Fue así como me escabullí por entre los guardias sin que me vieran. Este lugar era sagrado, no cualquiera podía poner sus pies sobre el mismo. Era un lugar reservado para los guerreros más fuertes del Santuario, el Patriarca y la mismísima diosa Athena. Una vez que me encontraba frente a la estatua, mi corazón palpitaba aceleradamente, como ya era costumbre. Recordé todas las batallas que había librado hasta ahora. Sabía que aún me faltaba mucho por mejorar, mucho por entrenar; todo esto con el único fin de serle fiel a mi palabra de proteger con mi vida a Athena y a la humanidad que tanto ama. Se me ocurrió que talvez si le imploraba a Athena, ella oiría mis ruegos y me bendeciría con sus bondades; de tal manera que logre obtener mayor fortaleza, tanto física, mental y espitirual. No sabía si esto serviría de algo pero, tenía que intentarlo.**

: -eeem, muy bien veamos. No sé exactamente lo que estoy haciendo diosa Athena; pero espero que me puedas escuchar. Soy uno de los caballeros de plata, Hoteshi, no llevo ni un año siendo un leal sirviente tuyo y estoy aquí para pedirte ayuda. Sé que la vida que lleva un santo del Santuario no es nada fácil ni mucho menos dentro de los patrones normales, pero aún así, decidí entregartela. Quiero ser uno de los tantos caballeros dignos de ti, y de poder ser reconocido como tal. Estoy aquí pidiendote que me des tus bendiciones, para poder llegar a ser todavía mejor de lo que sé que puedo ser. No te pido que me hagas el más fuerte, tampoco te pido que me brindes tu poder; solo quiero que me ayudes a no desflaquecer, quiero que me llenes de ánimos, voluntad y sobretodo sacrificio, para poder alcanzar mis metas poco a poco. Espero con todo mi corazón, que estas palabras hayan llegado hacia donde sea que se encuentre. En verdad quiero ser el mejor caballero de esta nueva generación y con su ayuda sé que podré lograrlo.-

**El haber pronunciado esta plegaria, hizo que de alguna u otra forma, dentro de mí se sucite una paz y una tranquilidad de proporciones nunca antes vistas. Está bien creer en algo que es más grande que uno mismo, así sea alguna ilusión o alguna vanal creencia; estas te ayudan a mantenerte por el camino correcto, para alcanzar tus objetivos. Todos en esta vida necesitamos creer en algo o en alguien y para nosotros, los santos de Athena, estaba más que claro que es ella la que rige nuestras vidas y la que labra nuestros caminos para poder ser mejores personas, no solo mejores guerreros.**