Reto para Kyoto de Grifo antiguo
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Reto para Kyoto de Grifo antiguo
**Falkon escuchó con mucha atención lo que el espectro le decía antes de desaparecer, si quería pertenecer al poderoso ejército de Hades debía dirigirse al Monte Yakushu y traer el Cofre de la Muerte. En principio no parecía ser complicado aún sabiendo el nombre del objeto, pero la última frase fue la que lo dejó un poco inquieto, por lo visto nadie había podido traerlo antes, cualquier intento por hacerse con él había acabado con las almas de los condenados encerrados para la eternidad. Antes de emprender semejante empresa intentó preguntarle por donde se iba al Monte Yakushu, pero no quedó rastro alguno. Allí se encontraba Falkon, sólo en aquél sitio, con una importante misión y sin saber por dónde empezar, justo lo que nadie querría en un momento como ese. Sin tiempo para lamentaciones escuchó el sonido de unos pasos acercándose, alzando la vista puedo vislumbrar una extraña figura, alguien se acercaba con paso lento pero seguro, alguien que seguramente influiría decisivamente en el desenlace de su aventura.**
**Mientras caminaba el extraño hacía la cabaña, el joven del pelo gris pensaba en todo lo ocurrido desde que despertó en el Meikai, la puerta de entrada al Infierno, el “Río Aquerón”, su barquero, el espectro de la cabaña,…demasiadas sensaciones, demasiados interrogantes. No le quedaba otra que continuar en busca del Cofre de la Muerte, aunque perdiera su alma en el intento, poco a poco la figura enigmática se acercaba hacía él, podía verse el semblante serio e inexpresivo del extraño, en un lado una katana que indicaba que no venía de paso, las manos en los bolsillos, y su mirada perdida, triste, con dos marcas que le recorrían la cara de lado a lado, y un inexplicable orificio debajo de la garganta, todo en conjunto daba el perfil de alguien importante en el Meikai.**
-Bueno Falkon tenemos cosas que hacer, no me mires con esa cara que no he venido para ayudarte, mis superiores me envían para guiarte hacía el Monte Yakushu, y eso es lo que pienso hacer, mi nombre es Bernard, y no pienso contarte nada más, así que en marcha, no me hagas perder el tiempo, podría poner fin a tu existencia en éste momento, pero prefiero que sufras los tormentos del Monte, jajaja.-
**Falkon miró sorprendido a su nuevo compañero de viaje, Bernard, no sólo había sido frío y duro, sino que le había dado alguna pista sobre el Monte, no sería un viaje de placer o turismo, más bien todo lo contrario, pero a los peligros iniciales se les unía Bernard, el espectro de ojos verdes. Sin pérdida de tiempo se encaminaron hacia el Monte, su falda tenebrosa los esperaba con los brazos abiertos.**
**El Monte Yakushu no era un lugar normal, una extraña niebla lo recorría eternamente ocultando a cualquiera que se atreviera a entrar en sus dominios sus verdaderos y reales peligros, la atmosfera que se respiraba allí era de un aire fétido, ponzoñoso, los efluvios emanaban de todos los rincones convirtiéndolo en una trampa mortal desde el primer metro. Bernard caminaba a su lado sin articular palabra alguna.**
**Falkon desconfiaba completamente de su acompañante, estaban en el Infierno, y la amabilidad no era un valor de sus habitantes, le agradecía su guía pero no le quitaba ojo de encima. Bernard en cambio seguía a lo suyo, caminando sin parar, con la mirada perdida, como un autómata que sólo cumple ordenes obedeciendo sin rechistar. La tensión se podía palpar en el ambiente, ambos sabían que no sería fácil regresar con el Cofre de la Muerte, olía e enfrentamiento claramente, pero lo más prudente era esperar, cosa que hizo Falkon.**
**El sendero por el Monte Yakushu era estrecho y peligroso, uno estaba constantemente golpeándose con las ramas, ramas que por cierto no eran normales, trinchaban la carne con el más mínimo roce pulverizando las partes que uno llevaba descuidadas. En más de una ocasión en el camino Falkon tuvo que esquivar alguna a gran velocidad, parecía como si los propios árboles las lanzaran para apresar a su presa, una trampa mortal. Bernard en cambio ni se inmutaba, continuaba el camino sin detenerse, sin articular palabra, seguro de sí mismo. Muchas horas anduvieron por el monte en éste plan, sin preguntas, sin respuestas, únicamente marchando hacia delante, hacía la zona del Cofre de la Muerte. Tras un buen rato Bernard se paró para indicar a Falkon lo que tendría que hacer**
-¿Ves aquellas ruinas abandonadas de allí condenado?, pues es el lugar donde se halla el Cofre de la Muerte. Tienes que ir allí y afrontar el desafío correspondiente, si eres el destinado a recoger el Cofre no temas, te será sencillo, pero si no lo eres, prepárate para dejar tu existencia, no serás ni un recuerdo, sólo polvo entre polvo. Tú decides, te estaré esperando en éste mismo lugar. ¡Vamos!.-
**Falkon lo miró sonriendo, no le dio las gracias, pero con su mirada se pudo intuir el agradecimiento. Con gran prisa se dirigió a las ruinas, sabía que no sería fácil pero estaba preparado para cualquier cosa, así que se introdujo en ellas para ver lo que ocurría. Nada más llegar todo volvió a cambiar radicalmente, el interior no tenía nada que ver con lo de fuera, el calor asfixiante y el entorno hostil y violento presidian el interior de las ruinas.**
**Dos dragones giraban sin parar alrededor del cofre, su movimiento era tan perfecto y sin fisuras que hacía que cualquier acercamiento fuera totalmente inútil, en el centro el Cofre de la Muerte, inmóvil, lejano, distante, como un objeto inalterado por muchos siglos. Falkon intentó imaginar alguna estrategia para burlar la vigilancia estrecha de los dos dragones, uno rojo de fuego, y uno azul de hielo. No le hizo falta imaginar mucho pues directamente en su mente los dos dragones se comunicaron con él.**
Dragón Rojo:-Bienvenido a la Sala del Cofre de la Muerte Falkon, sé perfectamente a que has venido, tu energía perturbante se nota desde leguas. Bien te diré lo que tienes que hacer, has sido enviado a recoger el Cofre para ingresar en el ejército de Hades, pero antes tienes que demostrar tu valía. Mi nombre es Fulgor, y soy el guardián de fuego del Cofre, mi hermano es Avalancha, y es el guardián de hielo. Juntos mantenemos la reliquia a salvo de curiosos e impuros, la cuestión es fácil, tanto yo como mi hermano te haremos pasar una prueba cada uno, deberás contestar a lo que se te pregunta, eso sí, no puedes fallar, así que elige bien tu respuesta, ¿estás preparado?, jajaja. Bien Falkon, sitúate en una isla pequeña de vegetación abundante, la cual está rodeada de tiburones. Si un lado de la isla comienza a arder, y el viento está a favor del fuego, ¿cómo haremos para salvarnos de ese infierno?.-
**Falkon miró a Fulgor confiado, tenía que pensar muy bien su respuesta, si fallaba todo acabaría en aquél lugar de manera rápida y trágica. El acertijo era claro y directo, ¿cómo librarse de las llamas?, claramente huyendo por el mar no se podía, los tiburones acabarían con la vida en un segundo; si la vegetación era abundante intentar apagar el fuego era algo imposible, encima con el viento a favor todo ardería en poco tiempo….miles de hipótesis y posibles soluciones rondaban por su cabeza, pero una sola era la correcta. Tras pensar mucho y bien dio con la solución más lógica, con todas las variables solo quedaba hacer una cosa…**
-Bien Fulgor, creo tener la respuesta, aprovechando que el incendio empieza en un lado de la isla, y teniendo el viento a favor sólo se me ocurre hacer esto…..Espero que sea correcto y no intentes acabar conmigo, jajaja.-
**Fulgor sonrió cómplicemente, la respuesta dada era correcta y la primera parte de la prueba fue superada, ahora quedaba por resolver la prueba de Avalancha. El dragón de hielo miraba al joven fijamente, intentaba intimidarlo para que no fuera capaz de concentrarse, dando vueltas le explicó la segunda fase.**
Avalancha:-Falkon, yo no soy tan cariñoso como mi hermano, no tengo ningún interés en que te lleves el Cofre de la Muerte, así que mi acertijo no será tan fácil como el de Fulgor, atento porque tendrás sólo una oportunidad: “En una mesa hay tres sombreros negros y dos blancos. Tres señores en fila india se ponen un sombrero al azar cada uno y sin mirar el color. Se le pregunta al tercero de la fila, que puede ver el color del sombrero del segundo y el primero, si puede decir el color de su sombrero, a lo que responde negativamente. Se le pregunta al segundo que ve sólo el sombrero del primero, y tampoco puede responder a la pregunta. Por último el primero de la fila que no ve ningún sombrero responde acertadamente de qué color es el sombrero que tenía puesto. ¿Cuál es éste color y cuál es la lógica que usó para saberlo?”. Suerte Falkon, te estaré esperando para deshacer tu alma para siempre, jajaja.-
**El acertijo de Avalancha fue mucho más complicado, tan solo con contar sombreros y colores uno podía equivocarse claramente. Falkon no era muy bueno en matemáticas, pero sí que era un chaval avispado, siempre había destacado por ser el más pillo de la clase y salirse siempre con la suya. Apartado un poco del ambiente cargante intentó concentrarse al máximo para poder dar con la respuesta correcta, tras varias horas parecía tener una respuesta, sonriendo se dirigió a Avalancha.**
-Cierto Avalancha, tu acertijo sin duda es muy complicado y bastante más complejo que el de Fulgor. No me extraña que nadie haya podido regresar con el Cofre de la Muerte en su poder, acertar tremendas pruebas sin fallos es casi imposible. Bueno, creo que tengo la solución al enigma, sólo hay que ponerse en la piel de cada uno de los integrantes de la fila india y ver como pensaría uno si estuviera en su lugar. La respuesta es…..espero que haya pasado la prueba y no me ataquéis, pero sí que debo decir que si lo hacéis no me quedaré de brazos cruzados.-
Fulgor:-Jajaja, no te preocupes Falkon, has logrado tu objetivo, el Cofre de la Muerte es tuyo, lo puedes recoger, pero antes debo advertirte del verdadero peligro, el Cofre es la Muerte en sí misma, es la morada última del verdugo del Meikai, si perturbas su descanso desaparecerás de inmediato, las pruebas no eran peligrosas, desde que entraste notamos que eras el elegido para llevarlo a donde te indicaron. De ti depende ahora todo, si eres capaz de mantenerte firme y no caer bajo el influjo del Cofre seguramente pertenecerás al ejército de Hades, pero si no eres lo suficientemente capaz tus días habrán acabado. Otra cosa antes de marcharte, desconfía del que está esperándote a las afueras, no es quien parece ser y es bastante más peligroso de lo que parece. ¡Suerte Falkon!.-
**Los dos dragones se apartaron del Cofre y lo dejaron al descubierto, el joven lo agarró bien fuerte y se alejó de allí. El cofre emanaba energías violentas y oscuras, casi perdió el sentido nada más notarlas, pero su voluntad y determinación eran grandes, así que siguió sin problemas su marchar. A las afueras lo estaba esperando Bernard, pero no era el mismo que dejó antes de entrar a las ruinas.**
**Su cuerpo era distinto, a los lados dos alas enormes de color negro, en su pecho el agujero se había hecho más grande y ahora fluía una poderosa energía verdosa. Con el rostro amenazante miraba a Falkon y al cofre. Con una voz autoritaria le ordenó que se lo entregara, que era suyo por derecho, y que él era el elegido para pertenecer al ejército de Hades. Por lo visto Bernard era otro aspirante al puesto de Falkon, totalmente ocultadas sus intenciones en el camino se aprovechó de éste para obtener el Cofre y así cumplir con su objetivo. Falkon, avisado por los dragones se esperaba algo similar, por lo que no lo pilló por sorpresa, si quería pelea la tendría perfectamente.**
-Te estaba esperando Bernard, desde el primer momento que te vi supe que no eras trigo limpio. No esperaba amabilidad en el Meikai, así que tranquilo, si quieres el Cofre tendrás que pasar por encima de mi cadáver, veamos que sabes hacer.-
**Bernard con un movimiento de su dedo preparó su ataque, mirando a Falkon esperaba acabar con él en un solo golpe, un humano no era rival para un demonio pensaba mientras lanzaba su poderoso ataque. Una terrible onda energética fue liberada con violencia, directa al pecho del chico de pelo gris.**
**Falkon no pudo hacer nada ante semejante velocidad, intentando frenar el golpe con sus manos desnudas fue golpeado violentamente, la potencia lo desplazó varios metros por el aire antes de caer de golpe en el suelo. El Cofre a su lado parecía encontrarse perfectamente. Bernard desde la distancia comenzó a caminar para recogerlo, en su cara seguía sin verse ningún gesto, ningún movimiento, todo frío y distante. Cuando llegó a la altura de Falkon se agachó para recoger el Cofre de la Muerte.**
-No vayas tan rápido Bernard, yo sigo aquí, jajaja. Reconozco que tu golpe ha sido devastador, no me ha dado tiempo ni a ver por dónde venía. Te recuerdo que para llevarte el Cofre tienes que matarme, y como puedes ver estas lejos de hacerlo, jajaja. No pienso rendirme, el Cofre lo entregaré yo mismo, sólo tengo que encontrar una debilidad para poder golpearte y derrotarte. Vamos sigue, no te pares.-
**Falkon era consciente de su debilidad frente a Bernard, pero en lo que no podía ganarle era en voluntad, esperaba encontrar algún punto débil a sus golpes para poder utilizarlos en su contra, lo malo es que la fuerza del demonio era tal, que seguramente no podría resistir mucho. En esto su enemigo comenzó a preparar su siguiente ataque.**
**Desplegando sus alas creó una lanza de doble filo cargada de su energía vital, el color verde intenso quemaba la vista, sin duda, estaba preparando el golpe final, sino encontraba el punto débil antes de ser insertado por ella, moriría en el acto. Concentrándose intentó buscar la naturaleza de sus golpes, algo que lo guiara a la victoria. Una vez consumado el movimiento lanzó su golpe a mayor velocidad que el anterior, todo se levantó en el aire tras su paso hasta que se insertó en su pecho, justo en la marca del Grifo. Ensartado y cabizbajo cerró los ojos, lo había intentado todo, pero la diferencia de poderes era demasiado aplastante. El demonio continuó clavando la lanza acercándose a su cara, quería asegurarse de no fallar como antes. Poco a poco fue llegando al rostro de Falkon, que con los ojos en blanco esperaba acabar su agonía pronto. Bernard al verlo no pestañeó, lo miraba fijamente para ver el momento justo en el que dejaba de existir, disfrutaba con el momento, sádico y sanguinario. Pero de pronto algo cambió en el panorama, algo que sería el comienzo de todo para Falkon.**
**Una extraña energía potente comenzó a fluir del cuerpo moribundo del chico, algo en su interior había sido liberado, justo cuando todo estaba perdido, justo cuando más lo necesitaba, todo a su alrededor comenzó a destruirse, la concentración de energía era cada vez más brutal. Bernard totalmente desencajado intentaba dar explicación a lo que estaba contemplando, ¿Cómo un humano normal tenía tal poder en su interior?, estaba convencido de que sería tarea fácil, pero ahora las cosas habían cambiado, su vida corría verdadero peligro, por lo que intentó protegerse como pudo. Falkon en cambio estaba cada vez más eufórico, sentía el poder que crecía en su cuerpo por momentos, no entendía su naturaleza, sólo disfrutaba del mismo, estaba preparado para hacer desaparecer al demonio, pero éste cambió el discurso. Sonriendo a su adversario reconoció su derrota, seguir luchando era innecesario, todo había acabado, Falkon llevaría el Cofre de la Muerte. El muchacho comprendió rápidamente que no hacía falta seguir luchando por lo que se tranquilizó, sus heridas habían sido reparadas, y ahora se encontraba en disposición de entregar su trofeo.**
-Bien Falkon, está claro que eres el elegido, he visto la marca que tienes en tu pecho y todo queda claro, pronto lo descubrirás. Por mi parte sólo me queda reconocer mi derrota, ahora abriré un portal para trasladarnos a la cabaña, allí deberás esperar para entregar el Cofre. Enhorabuena, eres justo vencedor.-
**Los dos se introdujeron en una especie de brecha temporal que los envió de vuelta a la cabaña, allí se despidió Bernard regresando por donde vino, en su rostro podía verse una leve sonrisa, algo raro conociéndolo. Falkon esperó en la cabaña para seguir con su camino, para seguir con su destino.**
-Bueno Falkon tenemos cosas que hacer, no me mires con esa cara que no he venido para ayudarte, mis superiores me envían para guiarte hacía el Monte Yakushu, y eso es lo que pienso hacer, mi nombre es Bernard, y no pienso contarte nada más, así que en marcha, no me hagas perder el tiempo, podría poner fin a tu existencia en éste momento, pero prefiero que sufras los tormentos del Monte, jajaja.-
**Falkon miró sorprendido a su nuevo compañero de viaje, Bernard, no sólo había sido frío y duro, sino que le había dado alguna pista sobre el Monte, no sería un viaje de placer o turismo, más bien todo lo contrario, pero a los peligros iniciales se les unía Bernard, el espectro de ojos verdes. Sin pérdida de tiempo se encaminaron hacia el Monte, su falda tenebrosa los esperaba con los brazos abiertos.**
**Falkon desconfiaba completamente de su acompañante, estaban en el Infierno, y la amabilidad no era un valor de sus habitantes, le agradecía su guía pero no le quitaba ojo de encima. Bernard en cambio seguía a lo suyo, caminando sin parar, con la mirada perdida, como un autómata que sólo cumple ordenes obedeciendo sin rechistar. La tensión se podía palpar en el ambiente, ambos sabían que no sería fácil regresar con el Cofre de la Muerte, olía e enfrentamiento claramente, pero lo más prudente era esperar, cosa que hizo Falkon.**
**Falkon lo miró sonriendo, no le dio las gracias, pero con su mirada se pudo intuir el agradecimiento. Con gran prisa se dirigió a las ruinas, sabía que no sería fácil pero estaba preparado para cualquier cosa, así que se introdujo en ellas para ver lo que ocurría. Nada más llegar todo volvió a cambiar radicalmente, el interior no tenía nada que ver con lo de fuera, el calor asfixiante y el entorno hostil y violento presidian el interior de las ruinas.**
Dragón Rojo:-Bienvenido a la Sala del Cofre de la Muerte Falkon, sé perfectamente a que has venido, tu energía perturbante se nota desde leguas. Bien te diré lo que tienes que hacer, has sido enviado a recoger el Cofre para ingresar en el ejército de Hades, pero antes tienes que demostrar tu valía. Mi nombre es Fulgor, y soy el guardián de fuego del Cofre, mi hermano es Avalancha, y es el guardián de hielo. Juntos mantenemos la reliquia a salvo de curiosos e impuros, la cuestión es fácil, tanto yo como mi hermano te haremos pasar una prueba cada uno, deberás contestar a lo que se te pregunta, eso sí, no puedes fallar, así que elige bien tu respuesta, ¿estás preparado?, jajaja. Bien Falkon, sitúate en una isla pequeña de vegetación abundante, la cual está rodeada de tiburones. Si un lado de la isla comienza a arder, y el viento está a favor del fuego, ¿cómo haremos para salvarnos de ese infierno?.-
**Falkon miró a Fulgor confiado, tenía que pensar muy bien su respuesta, si fallaba todo acabaría en aquél lugar de manera rápida y trágica. El acertijo era claro y directo, ¿cómo librarse de las llamas?, claramente huyendo por el mar no se podía, los tiburones acabarían con la vida en un segundo; si la vegetación era abundante intentar apagar el fuego era algo imposible, encima con el viento a favor todo ardería en poco tiempo….miles de hipótesis y posibles soluciones rondaban por su cabeza, pero una sola era la correcta. Tras pensar mucho y bien dio con la solución más lógica, con todas las variables solo quedaba hacer una cosa…**
-Bien Fulgor, creo tener la respuesta, aprovechando que el incendio empieza en un lado de la isla, y teniendo el viento a favor sólo se me ocurre hacer esto…..Espero que sea correcto y no intentes acabar conmigo, jajaja.-
**Fulgor sonrió cómplicemente, la respuesta dada era correcta y la primera parte de la prueba fue superada, ahora quedaba por resolver la prueba de Avalancha. El dragón de hielo miraba al joven fijamente, intentaba intimidarlo para que no fuera capaz de concentrarse, dando vueltas le explicó la segunda fase.**
Avalancha:-Falkon, yo no soy tan cariñoso como mi hermano, no tengo ningún interés en que te lleves el Cofre de la Muerte, así que mi acertijo no será tan fácil como el de Fulgor, atento porque tendrás sólo una oportunidad: “En una mesa hay tres sombreros negros y dos blancos. Tres señores en fila india se ponen un sombrero al azar cada uno y sin mirar el color. Se le pregunta al tercero de la fila, que puede ver el color del sombrero del segundo y el primero, si puede decir el color de su sombrero, a lo que responde negativamente. Se le pregunta al segundo que ve sólo el sombrero del primero, y tampoco puede responder a la pregunta. Por último el primero de la fila que no ve ningún sombrero responde acertadamente de qué color es el sombrero que tenía puesto. ¿Cuál es éste color y cuál es la lógica que usó para saberlo?”. Suerte Falkon, te estaré esperando para deshacer tu alma para siempre, jajaja.-
**El acertijo de Avalancha fue mucho más complicado, tan solo con contar sombreros y colores uno podía equivocarse claramente. Falkon no era muy bueno en matemáticas, pero sí que era un chaval avispado, siempre había destacado por ser el más pillo de la clase y salirse siempre con la suya. Apartado un poco del ambiente cargante intentó concentrarse al máximo para poder dar con la respuesta correcta, tras varias horas parecía tener una respuesta, sonriendo se dirigió a Avalancha.**
-Cierto Avalancha, tu acertijo sin duda es muy complicado y bastante más complejo que el de Fulgor. No me extraña que nadie haya podido regresar con el Cofre de la Muerte en su poder, acertar tremendas pruebas sin fallos es casi imposible. Bueno, creo que tengo la solución al enigma, sólo hay que ponerse en la piel de cada uno de los integrantes de la fila india y ver como pensaría uno si estuviera en su lugar. La respuesta es…..espero que haya pasado la prueba y no me ataquéis, pero sí que debo decir que si lo hacéis no me quedaré de brazos cruzados.-
Fulgor:-Jajaja, no te preocupes Falkon, has logrado tu objetivo, el Cofre de la Muerte es tuyo, lo puedes recoger, pero antes debo advertirte del verdadero peligro, el Cofre es la Muerte en sí misma, es la morada última del verdugo del Meikai, si perturbas su descanso desaparecerás de inmediato, las pruebas no eran peligrosas, desde que entraste notamos que eras el elegido para llevarlo a donde te indicaron. De ti depende ahora todo, si eres capaz de mantenerte firme y no caer bajo el influjo del Cofre seguramente pertenecerás al ejército de Hades, pero si no eres lo suficientemente capaz tus días habrán acabado. Otra cosa antes de marcharte, desconfía del que está esperándote a las afueras, no es quien parece ser y es bastante más peligroso de lo que parece. ¡Suerte Falkon!.-
**Los dos dragones se apartaron del Cofre y lo dejaron al descubierto, el joven lo agarró bien fuerte y se alejó de allí. El cofre emanaba energías violentas y oscuras, casi perdió el sentido nada más notarlas, pero su voluntad y determinación eran grandes, así que siguió sin problemas su marchar. A las afueras lo estaba esperando Bernard, pero no era el mismo que dejó antes de entrar a las ruinas.**
-Te estaba esperando Bernard, desde el primer momento que te vi supe que no eras trigo limpio. No esperaba amabilidad en el Meikai, así que tranquilo, si quieres el Cofre tendrás que pasar por encima de mi cadáver, veamos que sabes hacer.-
**Falkon no pudo hacer nada ante semejante velocidad, intentando frenar el golpe con sus manos desnudas fue golpeado violentamente, la potencia lo desplazó varios metros por el aire antes de caer de golpe en el suelo. El Cofre a su lado parecía encontrarse perfectamente. Bernard desde la distancia comenzó a caminar para recogerlo, en su cara seguía sin verse ningún gesto, ningún movimiento, todo frío y distante. Cuando llegó a la altura de Falkon se agachó para recoger el Cofre de la Muerte.**
-No vayas tan rápido Bernard, yo sigo aquí, jajaja. Reconozco que tu golpe ha sido devastador, no me ha dado tiempo ni a ver por dónde venía. Te recuerdo que para llevarte el Cofre tienes que matarme, y como puedes ver estas lejos de hacerlo, jajaja. No pienso rendirme, el Cofre lo entregaré yo mismo, sólo tengo que encontrar una debilidad para poder golpearte y derrotarte. Vamos sigue, no te pares.-
**Falkon era consciente de su debilidad frente a Bernard, pero en lo que no podía ganarle era en voluntad, esperaba encontrar algún punto débil a sus golpes para poder utilizarlos en su contra, lo malo es que la fuerza del demonio era tal, que seguramente no podría resistir mucho. En esto su enemigo comenzó a preparar su siguiente ataque.**
**Una extraña energía potente comenzó a fluir del cuerpo moribundo del chico, algo en su interior había sido liberado, justo cuando todo estaba perdido, justo cuando más lo necesitaba, todo a su alrededor comenzó a destruirse, la concentración de energía era cada vez más brutal. Bernard totalmente desencajado intentaba dar explicación a lo que estaba contemplando, ¿Cómo un humano normal tenía tal poder en su interior?, estaba convencido de que sería tarea fácil, pero ahora las cosas habían cambiado, su vida corría verdadero peligro, por lo que intentó protegerse como pudo. Falkon en cambio estaba cada vez más eufórico, sentía el poder que crecía en su cuerpo por momentos, no entendía su naturaleza, sólo disfrutaba del mismo, estaba preparado para hacer desaparecer al demonio, pero éste cambió el discurso. Sonriendo a su adversario reconoció su derrota, seguir luchando era innecesario, todo había acabado, Falkon llevaría el Cofre de la Muerte. El muchacho comprendió rápidamente que no hacía falta seguir luchando por lo que se tranquilizó, sus heridas habían sido reparadas, y ahora se encontraba en disposición de entregar su trofeo.**
-Bien Falkon, está claro que eres el elegido, he visto la marca que tienes en tu pecho y todo queda claro, pronto lo descubrirás. Por mi parte sólo me queda reconocer mi derrota, ahora abriré un portal para trasladarnos a la cabaña, allí deberás esperar para entregar el Cofre. Enhorabuena, eres justo vencedor.-
**Los dos se introdujeron en una especie de brecha temporal que los envió de vuelta a la cabaña, allí se despidió Bernard regresando por donde vino, en su rostro podía verse una leve sonrisa, algo raro conociéndolo. Falkon esperó en la cabaña para seguir con su camino, para seguir con su destino.**
Zaraki- Sexo :
Signo :
Cantidad de envíos : 5918
Fecha de inscripción : 04/11/2012
Edad : 47
Localización : En la Sexta Casa del Zodíaco
Re: Reto para Kyoto de Grifo antiguo
Off: Bien, el reto fue aceptado. Ahora lo que debes hacer es rearmar la ficha agregando esta historia (obviamente reducida) y, posteriormente agregar un rol que sea en base a una charla que tengas con el demonio de la cabaña para que te muestre tu nuevo destino (aquí deberás mencionar la aparición de la armadura y confirmarte como nuevo Juez).
Agrega aquí la ficha. Una vez terminada, la veré y te diré si está correcta.
Agrega aquí la ficha. Una vez terminada, la veré y te diré si está correcta.
Guardiana Zodiacal- JUEZ
- Sexo :
Cantidad de envíos : 3790
Fecha de inscripción : 05/03/2012
Localización : Santuario
Re: Reto para Kyoto de Grifo antiguo
PARÁMETROS FÍSICOS Y PSICOLÓGICOS:
Nombre: Falkon
Edad: 20 años
Sexo: Masculino
Nacionalidad: Española, procedente de Los infiernos (Torre Pacheco)
Signo: Virgo
Aspecto:
Perfil Psicológico: Confiado, seguro de sí mismo, algo egocéntrico, mira a todos por encima del hombro incluido a sus compañeros. Prepotente, cree que nadie le puede ganar. Fiel si se le da razones para serlo, con gran capacidad de liderazgo y convicción en lo que hace y representa.
HISTORIA:
Nombre: Falkon
Edad: 20 años
Sexo: Masculino
Nacionalidad: Española, procedente de Los infiernos (Torre Pacheco)
Signo: Virgo
Aspecto:
- Spoiler:
Perfil Psicológico: Confiado, seguro de sí mismo, algo egocéntrico, mira a todos por encima del hombro incluido a sus compañeros. Prepotente, cree que nadie le puede ganar. Fiel si se le da razones para serlo, con gran capacidad de liderazgo y convicción en lo que hace y representa.
HISTORIA:
Falkon nació un 3 de Septiembre en la localidad murciana de Los Infiernos (Torre-pacheco). Fué un día típico del verano español de la costa levantina, calor fuerte y asfixiante, humedad alta y cargada, y tranquilidad que invitaba al pensamiento y a la reflexión. No fue un parto fácil para su madre, Los Infiernos no tenían un nivel alto de vida y para poder ir a un hospital se tenían que desplazar a la ciudad. La familia de Falkon no tenía muchos recursos por lo que sus padres decidieron tenerlo en su propia casa, con la ayuda de sus vecinas vino a la vida la criatura. Su piel clarita y rosadita y su amplia sonrisa hicieron olvidar las penurias a sus padres, que orgullosos corrieron por el pueblo para anunciar la buena nueva.
Los primeros años de Falkon fueron buenos y bonitos, al ser hijo único tenía toda la atención de sus familiares. Sus padres eran campesinos y cultivaban la tierra de sol a sol, con el sudor de su frente y la fuerza de sus manos se ganaban la vida honradamente. Pronto se familiarizó con el oficio el pequeño Falkon que con gran habilidad manejaba el tractor con el que hacia los surcos para plantar las semillas. Sin grandes sobresaltos y en gran armonía creció el joven en Los Infiernos.
Su vida cambió aquella mañana de Abril, como cada día bien temprano Falkon agarró su tractor para empezar la faena. Las primeras horas eran las más importantes, pues luego con el sol del mediodía la tarea se hacía mucho más dura. Sumergido en su trabajo pasó el tiempo ajeno a todo lo que ocurría a su alrededor, unos extraños individuos aparecieron de improvisto en el pueblo. Por lo visto eran enviados por el dueño de la tierra para cobrar su tributo. Los últimos años habían sido duros en la región, una gran sequía había provocado que las cosechas no llegaran a ser suficientemente productivas y los campesinos no sacaron suficiente dinero para hacer frente a los pagos. El dueño de la tierra pactó con ellos una prórroga de dos años, pero era algo bastante difícil de conseguir por lo que decidió pasar a la acción de forma violenta mandando a sus matones a realizar un trabajo de intimidación. Para mandar un aviso decidieron castigar a una familia, y entre todas ellas escogieron a los padres de Falkon.
Apresándolos en su propia casa los ataron de pies y manos para ejecutarlos, pero los gritos de su madre alertaron al joven tractorista. Corriendo como alma que lleva el diablo intentó frenar el asesinato lanzándose contra los captores, éstos lo redujeron inmediatamente y lo pusieron junto a sus padres. Todo parecía perdido, cerrando los ojos intentó encontrar el valor suficiente para poder reaccionar ante lo que parecían ser los últimos minutos de su vida. En la negrura de su mente comenzó a escuchar una extraña vocecita que le decía: -¿Buscas Valor?, yo te lo puedo dar…, sólo tienes que pedirlo.-Falkon intentaba encontrar explicación a lo que le estaba sucediendo, pero no tenía tiempo, así que siguió pensando, la voz le volvió a hablar para indicarle que si quería valor sólo tendría que gritarlo, pero que como todo en la vida, tendría unas consecuencias, no para su familia, pero si para él. Estaba decidido, haría lo que fuera por salvar a su familia, así que gritó con fuerzas: -¡Valor!-. Imbuido en una extraña energía se desató de sus ataduras y dio muerte a sus captores, en un espectáculo sangriento mutiló y decapitó a todos,no quedó ni uno. Sus padres asustados comenzaron a llorar y a mirarse el uno al otro, contentos por estar salvados corrieron a abrazar a su hijo, al llegar a él se dieron cuenta de que algo iba mal. Falkon en el suelo estaba totalmente inmóvil, en su pecho una marca extraña con la forma de un Grifo, mitad león, mitad águila. Sus padres lloraron durante días y semanas su muerte, lamentándose de su mala suerte y de haber perdido a su único hijo se pasaron el resto de sus tristes vidas, de aquella manera valiente Falkon dejó éste mundo, o eso pareció en aquél lugar…
**Falkon llegó al Meikai totalmente desorientado y confundido, no sabía exactamente donde se encontraba y como continuar. Tras pasar por la puerta del infierno y el Río Aquerón comprendió realmente donde se encontraba, solo buscaba algo que lo guiara en su nuevo camino. Tras llegar a una zona donde podía ir a varios sitios, un destello fué lo que decantó su siguiente paso, iría hacía una extraña cabaña elevada. Una vez allí se encontró con un demonio de alto rango, que para probar si era digno de pertenecer al ejército de Hades le encomendó la tarea de ir al Monte Yakushu por el Cofre de la Muerte, una tarea de la que nadie había sobrevivido. El demonio desapareció y dejó a Falkon en un mar de incertidumbre, menos mal que llegó para guiarlo Bernard, un extraño compañero que más adelante se convertiría en su verdadero rival. Bernard lo guió hasta la puerta de las ruinas donde se encontraba el cofre, pero en vez de acompañarlo lo esperó a las afueras, al acecho. Falkon entró en la ruinas y pasó la prueba de los dos dragones guardianes, Furor y Avalancha, los cuales le hicieron pasar primero por dos durísimos acertijos para luego dejarle el camino libre hacia el cofre, la morada del verdugo del Meikai, la muerte. El joven se apresuró a la entrega, pero a las afueras lo estaba esperando Bernard, en su verdadera forma, dispuesto a arrebatarle el cofre. Tras una durisima lucha encarnizada, y cuando todo parecía perdido para Falkon consiguió despertar el 8º sentido, aquél que distingue a los verdaderos guerreros del Inframundo. Tras despertar su verdadero poder el combate era innecesario, Bernard asumió su derrota y le ayudó a regresar a la cabaña creando una brecha temporal.**
**Una vez llegado a la cabaña Falkon esperó a que apareciera el morador de la cabaña para entregarle orgulloso el Cofre de la Muerte. Tras una larga espera apareció de nuevo para compronar la proeza.**
Demonio:-Vaya, vaya, así que realmente eres el elegido, has traido el importante Cofre de la Muerte para demostrar tu verdadero valor. Sinceramente no esperaba verte de nuevo, pensaba que serías eliminado como muchos otros antes que tú. Hubo algo que debí advertir la primera vez que te vi, y es esa marca que tienes en el pecho, la marca de Grifo, uno de los Jueces del Inframundo. Por lo visto te ha elegido para que seas su portador. Has sido capaz de despertar el 8º sentido, es por ello que eres digno de portarla, es más lo puedes comprobar tu mismo. ¡Mira como vibra cuando estás a su lado!.-
**La Kyoto de Grifo comenzó a brillar con alta intensidad, la energía que desprendía era de un poder altísimo, se podía ver con detalle como cada una de sus partes parecía estar dotada de vida misma, y todo con la presencia de Falkon, su orgulloso portador. El muchacho de pelo gris al ver su nuevo destino se emocionó profundamente, estaba preparado para ser uno de los guerreros más poderosos de Hades. Arrodillado esperó a la bendición del demonio para empezar su nueva vida.**
Demonio:-Falkon de Grifo, desde éste mismo momento te convierto en Juez del Inframundo, tu valor y determinación han sido claves para que te unas a nuestro ejército poderoso. Cómo uno de sus lideres esperamos mucho de tí, no nos falles. Adiós nuevo Juez, nos veremos pronto, disfruta de tu nueva posición.-
**El demonio desapareció de la misma manera en la que vino, Falkon armado con su nueva Kyoto lucía imponente, señorial, como un verdadero Juez. Una nueva etapa comenzaba para el joven, orgulloso, esperaba no defraudar a su nuevo Señor.**
Los primeros años de Falkon fueron buenos y bonitos, al ser hijo único tenía toda la atención de sus familiares. Sus padres eran campesinos y cultivaban la tierra de sol a sol, con el sudor de su frente y la fuerza de sus manos se ganaban la vida honradamente. Pronto se familiarizó con el oficio el pequeño Falkon que con gran habilidad manejaba el tractor con el que hacia los surcos para plantar las semillas. Sin grandes sobresaltos y en gran armonía creció el joven en Los Infiernos.
Su vida cambió aquella mañana de Abril, como cada día bien temprano Falkon agarró su tractor para empezar la faena. Las primeras horas eran las más importantes, pues luego con el sol del mediodía la tarea se hacía mucho más dura. Sumergido en su trabajo pasó el tiempo ajeno a todo lo que ocurría a su alrededor, unos extraños individuos aparecieron de improvisto en el pueblo. Por lo visto eran enviados por el dueño de la tierra para cobrar su tributo. Los últimos años habían sido duros en la región, una gran sequía había provocado que las cosechas no llegaran a ser suficientemente productivas y los campesinos no sacaron suficiente dinero para hacer frente a los pagos. El dueño de la tierra pactó con ellos una prórroga de dos años, pero era algo bastante difícil de conseguir por lo que decidió pasar a la acción de forma violenta mandando a sus matones a realizar un trabajo de intimidación. Para mandar un aviso decidieron castigar a una familia, y entre todas ellas escogieron a los padres de Falkon.
Apresándolos en su propia casa los ataron de pies y manos para ejecutarlos, pero los gritos de su madre alertaron al joven tractorista. Corriendo como alma que lleva el diablo intentó frenar el asesinato lanzándose contra los captores, éstos lo redujeron inmediatamente y lo pusieron junto a sus padres. Todo parecía perdido, cerrando los ojos intentó encontrar el valor suficiente para poder reaccionar ante lo que parecían ser los últimos minutos de su vida. En la negrura de su mente comenzó a escuchar una extraña vocecita que le decía: -¿Buscas Valor?, yo te lo puedo dar…, sólo tienes que pedirlo.-Falkon intentaba encontrar explicación a lo que le estaba sucediendo, pero no tenía tiempo, así que siguió pensando, la voz le volvió a hablar para indicarle que si quería valor sólo tendría que gritarlo, pero que como todo en la vida, tendría unas consecuencias, no para su familia, pero si para él. Estaba decidido, haría lo que fuera por salvar a su familia, así que gritó con fuerzas: -¡Valor!-. Imbuido en una extraña energía se desató de sus ataduras y dio muerte a sus captores, en un espectáculo sangriento mutiló y decapitó a todos,no quedó ni uno. Sus padres asustados comenzaron a llorar y a mirarse el uno al otro, contentos por estar salvados corrieron a abrazar a su hijo, al llegar a él se dieron cuenta de que algo iba mal. Falkon en el suelo estaba totalmente inmóvil, en su pecho una marca extraña con la forma de un Grifo, mitad león, mitad águila. Sus padres lloraron durante días y semanas su muerte, lamentándose de su mala suerte y de haber perdido a su único hijo se pasaron el resto de sus tristes vidas, de aquella manera valiente Falkon dejó éste mundo, o eso pareció en aquél lugar…
**Falkon llegó al Meikai totalmente desorientado y confundido, no sabía exactamente donde se encontraba y como continuar. Tras pasar por la puerta del infierno y el Río Aquerón comprendió realmente donde se encontraba, solo buscaba algo que lo guiara en su nuevo camino. Tras llegar a una zona donde podía ir a varios sitios, un destello fué lo que decantó su siguiente paso, iría hacía una extraña cabaña elevada. Una vez allí se encontró con un demonio de alto rango, que para probar si era digno de pertenecer al ejército de Hades le encomendó la tarea de ir al Monte Yakushu por el Cofre de la Muerte, una tarea de la que nadie había sobrevivido. El demonio desapareció y dejó a Falkon en un mar de incertidumbre, menos mal que llegó para guiarlo Bernard, un extraño compañero que más adelante se convertiría en su verdadero rival. Bernard lo guió hasta la puerta de las ruinas donde se encontraba el cofre, pero en vez de acompañarlo lo esperó a las afueras, al acecho. Falkon entró en la ruinas y pasó la prueba de los dos dragones guardianes, Furor y Avalancha, los cuales le hicieron pasar primero por dos durísimos acertijos para luego dejarle el camino libre hacia el cofre, la morada del verdugo del Meikai, la muerte. El joven se apresuró a la entrega, pero a las afueras lo estaba esperando Bernard, en su verdadera forma, dispuesto a arrebatarle el cofre. Tras una durisima lucha encarnizada, y cuando todo parecía perdido para Falkon consiguió despertar el 8º sentido, aquél que distingue a los verdaderos guerreros del Inframundo. Tras despertar su verdadero poder el combate era innecesario, Bernard asumió su derrota y le ayudó a regresar a la cabaña creando una brecha temporal.**
**Una vez llegado a la cabaña Falkon esperó a que apareciera el morador de la cabaña para entregarle orgulloso el Cofre de la Muerte. Tras una larga espera apareció de nuevo para compronar la proeza.**
Demonio:-Vaya, vaya, así que realmente eres el elegido, has traido el importante Cofre de la Muerte para demostrar tu verdadero valor. Sinceramente no esperaba verte de nuevo, pensaba que serías eliminado como muchos otros antes que tú. Hubo algo que debí advertir la primera vez que te vi, y es esa marca que tienes en el pecho, la marca de Grifo, uno de los Jueces del Inframundo. Por lo visto te ha elegido para que seas su portador. Has sido capaz de despertar el 8º sentido, es por ello que eres digno de portarla, es más lo puedes comprobar tu mismo. ¡Mira como vibra cuando estás a su lado!.-
**La Kyoto de Grifo comenzó a brillar con alta intensidad, la energía que desprendía era de un poder altísimo, se podía ver con detalle como cada una de sus partes parecía estar dotada de vida misma, y todo con la presencia de Falkon, su orgulloso portador. El muchacho de pelo gris al ver su nuevo destino se emocionó profundamente, estaba preparado para ser uno de los guerreros más poderosos de Hades. Arrodillado esperó a la bendición del demonio para empezar su nueva vida.**
Demonio:-Falkon de Grifo, desde éste mismo momento te convierto en Juez del Inframundo, tu valor y determinación han sido claves para que te unas a nuestro ejército poderoso. Cómo uno de sus lideres esperamos mucho de tí, no nos falles. Adiós nuevo Juez, nos veremos pronto, disfruta de tu nueva posición.-
**El demonio desapareció de la misma manera en la que vino, Falkon armado con su nueva Kyoto lucía imponente, señorial, como un verdadero Juez. Una nueva etapa comenzaba para el joven, orgulloso, esperaba no defraudar a su nuevo Señor.**
Zaraki- Sexo :
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Re: Reto para Kyoto de Grifo antiguo
Off: Ficha aceptada. Ahora le diré a un Mod que te actualice el registro. Por tu parte, copia la ficha y pégala dentro de tu templo para que quede establecida allí. Hazlo porque sino no podrás comenzar a luchar.
Guardiana Zodiacal- JUEZ
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