Lobo contra León

Tras una ardua búsqueda pude ver en uno de tantos chicos ciertos comportamientos claramente inusuales para todo lo que estaba sucediendo en el momento y poco a poco fui confirmando que mis sospechas no eran tan infundadas después de todo. Aquel que había llamado mi atención en un comienzo era dentro de muchos el único que parecía distraído sin prestar especial atención a mis palabras y la pregunta era ¿por qué?. Si se tratara de un simple aspirante que viene en busca de una armadura para convertirse en uno de los caballeros de Athena, ¿por qué no le interesaba un tema tan importante como este? Hacía no mucho tiempo les había confirmado con mis propias palabras y la pandora box a mi cuidado, que yo era un caballero y por tanto, un grado más alto que cualquier aspirante del lugar y sin embargo este chico no atendió sino que simplemente siguió en su labor, cosa que era demasiado sospechosa como para que yo pudiera pasarla por alto.

- Este chico... -

Una gran galería de pensamientos alcanzaron a cruzar por mi mente antes que pudiera elegir el que a mi modo de ver era el más acertado. Si no le importaban mis palabras era porque tenía un claro motivo para ignorarlas aun irrespetando mi presencia y este solo podría ser que para él mis palabras no representaban la voz de un rango superior sino que tal vez...

- como lo suponía... - dije susurrando mientras daba por verdaderas mis suposiciones. La única razón aparente para ignorar a un caballero de bronce como yo era considerarse igual o superior, pero la opción de ser superior en rango quedaba descartada por el simple hecho de encontrarse acá con todos nosotros.

Entonces di un paso al frente y levanté la voz para que todo aquel que estuviera en la arena de entrenamiento pudiera escucharme - ¡Muy bien! ¡tenemos un ganador! - y sin dudarlo abrí mis brazos hacia el cielo y grité con todas mis fuerzas - ¡¡¡Adelante Lobo!!!-. En ese instante un intenso resplandor cubrió mi ser y una brillante armadura cubrió cada parte de mi cuerpo haciendo juego con la sorpresa de casi todos los presentes.

- ¡Demos a estos chicos algo para salir de la rutina y divirtamonos un poco para variar! -

Ataqué desplegando una pequeña cantidad de mi cosmos y pude confirmar con hechos todo lo que había mantenido mi mente ocupada durante los minutos previos. El chico había recibido de lleno mi golpe y sin embargo estaba allí sin sangrar siquiera, más lo único que pude oir de su parte fue un "Bien pues... esa va gratis, lobito." y seguido de esto el fuego cubrió mi humanidad en tan solo un abrir y cerrar de ojos logrando superar mis defensas inesperadamente.

-Maldición...-

Retrocedí tan pronto como tuve la oportunidad pero mi armadura ya había sido alcanzada por las llamas que opacaron parte de su brillo natural. Este chico era un caballero, pero ante todo, uno bastante fuerte y no era enojo lo que aparecía en mi rostro al ver el daño que había recibido mi armadura... era algo muy similar al placer.

Alcé la mirada y giré la cabeza hacia mi izquierda. Luego hacia la derecha. Todos los aspirantes habían formado un circulo a nuestro alrededor y aunque unos mostraban signos de terror en sus ojos, la gran mayoría de estos practicamente rugían de la emoción por ver algo que hasta el momento les había sido negado. Un enfrentamiento real entre dos caballeros de Athena.

- Miralos. ¿No son adorables? quieren vernos luchar y dejarlo todo en esta arena. Ellos quieren llegar a ser como nosotros y si no les mostramos de lo que somos capaces, no tendrán la motivación necesaria para arriesgar sus vidas en nombre de nuestra diosa. ¿quieres ayudar al Santuario? ¡pues deja que los nuevos reclutas aprendan el verdadero significado del cosmos!-

Bien sabía que no era por ellos, sino por mi y mi absoluta y egoísta entretención, lo cual era evidentemente un modo de actuar inapropiado, pero a mi oponente no parecía disgustarle. Dirigí mi mirada hacia otro lugar mientras comprobaba que no había ningún maestro en las cercanías y luego volvía hacia el combate con muchas más ganas de luchar.

- Parece que tendremos bastante tiempo caballero, así que prepárate para un combate que nunca olvidarás. Anteriormente solo estabamos calentando, pero de ahora en adelante no habrá compasión y espero que luches de la misma manera. Mis ancestros me dejaron como legado el arte de ser un guerrero y en honor a eso libraré este combate poniendo en juego mi propia vida.-

Cuando dejé de hablar, mis cabellos comenzaron a moverse, pero el viento no corría por el campo de batalla con libertad. Todo era obra del cosmos que salía de mi cuerpo e impregnaba mis puños justo antes de desatar el siguiente ataque. Las miradas sobre nosotros habían dejado de importarme y en mi mente solo existíamos él y yo, de pie uno frente al otro, analizando, juzgando e indagando la manera correcta de afrontar la que ´prometía ser una cruenta contienda.

Aramos se sorprendió, y aunque trató de ocultar dicha reacción, no estaba seguro de haberlo logrado. De hecho, en los breves segundos que habían pasado desde que se detuviera a tomar un respiro y acabara en un combate, o había entendido mucho y se le notaba en el rostro. Para peor, seguía sin entender las razones o motivaciones del caballero de Lobo.

Seguramente, muchos crerían que Aramos eran un hipócrita. Había pocos en el santuario y entre los caballeros de bronce que fueran tan impetuosos, arriesgados y frontales como el caballero de León Menor... pero aún así, nunca antes había intentado llevar a otros a la rebelión. O lo que sea que fuera que el caballero de Lobo estaba haciendo.

Por supuesto, Aramos no lo entendía y tampoco las justificaciones que el santo de bronce daba a los allí reunidos parecían importar mucho. El caballero de Lobo parecía más interesado en intercambiar un par de golpes como espectáculo para los recién llegados, y parecía justificarlo. El hecho de que dicha actitud necesitace una justificación, hacía que Aramos dudase de la veracidad de sus palabras.

Solo un par de cosas importaban en ese momento. En principio, el caballero de Lobo lo había encontrado desprevenido, y con las defensas completamente bajas. Abierto. Lo suyo había sido una invitación a aquel ataque, y por ello, Aramos no tenía a otro que culpar más que a sí mismo. El hecho de que hubiera sobrevivido a dicho ataque, sólo había sido cuestión de suerte... y algo de habilidad.

También importaban otros detalles, un tanto más sutiles, pero que a un caballero de Athena no debían pasarsele por alto. En principio, era evidente que el Caballero de Lobo tenía la ventaja, aunque temporal, sobre el combate. Su ataque había sido certero y ejecutado con una perfección que había dejado debilitado al santo de león Menor.

Por otro lado, los jóvenes que rodeaban a los contrincantes se encontraban en cierto grado de peligro, pues si los santos de bronce no controlaban adecuadamente sus poderes, alguno de ellos bien podría salir perjudicados.

Todo aquella situación requería medidas drásticas. Y cuando el santo de Lobo atacó nuevamente, Aramos se decidió.

Ciertamente, otros hubieran temblado ante el poder y el ímpetu del ataque del caballero de Lobo. No era para menos. Su cosmos era impresionante. Y Aramos no estuvo totalmente seguro de su reacción ante mucho después.

Pero, en definitiva, en lugar de esquivar el ataque del caballero de Lobo, como otros hubieran hecho, Aramos simplemente, se mantuvo firme en su lugar, concentrando su cosmos. El golpe del Santo de bronce fue realmente asombroso, y dejó al santo de león menor sin aliento. Pero cuando la energía utilizada se disipó y el polvo finalmente se asentó, Aramos contraatacó con todas sus fuerzas.

CAMBIO TURNO DE DEFENSA POR ATAQUE
UTILIZO POCIÓN DE FUERZA AZUL EN AZOTE LETAL

Golpe final del León menor: Daño: 600, Cosmos: -200, Energía: -30

El Caballero de Bronce acumula toda su fuerza y velocidad para realizar un golpe devastador
Efecto: Saca 3 de 4 dados del éxito y el enemigo no puede defenderse de este ataque

Concentrar: Cosmos: -1000

El Caballero del León Menor saca a relucir todo su potencial ofensivo y aumenta sus ataques de forma considerable
Efecto: Ataque extra x2

Azote Letal: Daño: 800, Cosmos: -350, Energía: -20

El
Caballero de Bronce del León Menor realiza una gran combinación de
golpes que recaen sobre un mismo lugar y le produce heridas mortales a
su enemigo

1200-150=1050
4750-1050=3700

Nivel 2
HP: 1000
Cosmo: 14800-1550=13250
Energía: 870-50=820
Fuerza: 3
Velocidad: 5
Habilidad: 3
Armadura: Cubre: 150 Durabilidad: 4750-1050=3700
EXP: 0/100

Daño: 600+dados para que sean directos+2400