Solicito entrenamiento, amazona atheniense Airam
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Solicito entrenamiento, amazona atheniense Airam
por Airam Mar Jun 14 2016, 20:12
Nací y crecí hasta los 10 años en un pequeño pueblo cercano a Silicia, en Italia. Como era de esperarse de mi vida, mis padres creían que mi futuro sería el de ser "una gran mujer que buscará un buen hombre para casarme", pero yo no era así. A pesar de crecer en una familia acomodada y humilde, desde pequeña quise ser parte de otra cosa, algo que no sabía describir pero que me llamaba con mucha insistencia. Quería observar el universo, conocerlo y por alguna razón, cuando leía los libros de mi hermano mayor acerca de la historia, mitología y geografía o cuando miraba las estrellas al anochecer, más quería descubrir “eso” que me invadía el alma. Aun cuando mi vida era un ir y venir de las decisiones de mis padres y lo que yo quería, vivía en paz y feliz.
Pero un día y por azares del destino, toda mi vida cambio: mis padres fueron asesinados por una banda de ladrones. Ellos me protegieron, ocultándome debajo de mi cama, por el hueco de una tabla floja para no ser descubierta. Quería llorar en todo momento, pero esa dulce voz me decía que no pasaría nada, que nadie me haría daño… que confiará en ella. Cuando todo acabo y los ladrones se marcharon, vi toda mi vida gris manchada de carmesí: ahí en el suelo, cerca de mi cama, se encontraban mis padres abrazados y con parte de sus cuerpos desgarrados.
Cuando mi hermano mayor supo del incidente y que sólo sobreviví, regreso de Grecia, donde se encontraba estudiando. Me llevó a vivir con él y lloraba mientras me abrazaba, diciendo que gracias a los dioses, yo seguía con vida. Le conté de la sensación que tuve y que alguien me tranquilizaba, teniendo como respuesta:
-Era la diosa Athena que quería que vivieras en recompensa del sacrificio de nuestros padres. ¡Era su cosmos y en todo momento estaba contigo!
Desde entonces, me contaba que desde la era del mito existían los dioses griegos, y entre ellos, se encontraba una diosa misericordiosa que amaba a los humanos y peleaba por su bienestar contra los otros dioses. Ella tenía guerreros que siempre la acompañaban y peleaban con ella en batallas por esa justicia y salvación. Ese ser era la diosa de la guerra y sabiduría… era Athena, que junto a sus caballeros traían ese rayo de salvación al mundo.
Él se encontraba en Grecia investigando aún más de ella y sus caballeros, visitando en pocas ocasiones que se le permitía el Santuario, el lugar donde esos guerreros entrenaban y peleaban por armaduras otorgadas y bendecidas por la diosa; le pregunte que si algún día yo pudiera ser parte de ellos, para proteger a quienes amaba y no permitir nunca otra tragedia. Él me sonrío, abrazándome:
-Si quieres entrar al Santuario, tendrás que ser muy fuerte física y mentalmente, y con la bendición de Athena, seguro que lo harás.
Así que, hoy estoy aquí, acercándome al Santuario después de 10 largos años entrenando con mi hermano, viajando y conociendo varias técnicas de pelea.
-Diosa Athena, espero ser digna a tus ojos y a tus decisiones, ya que gracias a ti, sigo con vida- susurre para mí, observando el camino al Santuario.
Pero un día y por azares del destino, toda mi vida cambio: mis padres fueron asesinados por una banda de ladrones. Ellos me protegieron, ocultándome debajo de mi cama, por el hueco de una tabla floja para no ser descubierta. Quería llorar en todo momento, pero esa dulce voz me decía que no pasaría nada, que nadie me haría daño… que confiará en ella. Cuando todo acabo y los ladrones se marcharon, vi toda mi vida gris manchada de carmesí: ahí en el suelo, cerca de mi cama, se encontraban mis padres abrazados y con parte de sus cuerpos desgarrados.
Cuando mi hermano mayor supo del incidente y que sólo sobreviví, regreso de Grecia, donde se encontraba estudiando. Me llevó a vivir con él y lloraba mientras me abrazaba, diciendo que gracias a los dioses, yo seguía con vida. Le conté de la sensación que tuve y que alguien me tranquilizaba, teniendo como respuesta:
-Era la diosa Athena que quería que vivieras en recompensa del sacrificio de nuestros padres. ¡Era su cosmos y en todo momento estaba contigo!
Desde entonces, me contaba que desde la era del mito existían los dioses griegos, y entre ellos, se encontraba una diosa misericordiosa que amaba a los humanos y peleaba por su bienestar contra los otros dioses. Ella tenía guerreros que siempre la acompañaban y peleaban con ella en batallas por esa justicia y salvación. Ese ser era la diosa de la guerra y sabiduría… era Athena, que junto a sus caballeros traían ese rayo de salvación al mundo.
Él se encontraba en Grecia investigando aún más de ella y sus caballeros, visitando en pocas ocasiones que se le permitía el Santuario, el lugar donde esos guerreros entrenaban y peleaban por armaduras otorgadas y bendecidas por la diosa; le pregunte que si algún día yo pudiera ser parte de ellos, para proteger a quienes amaba y no permitir nunca otra tragedia. Él me sonrío, abrazándome:
-Si quieres entrar al Santuario, tendrás que ser muy fuerte física y mentalmente, y con la bendición de Athena, seguro que lo harás.
Así que, hoy estoy aquí, acercándome al Santuario después de 10 largos años entrenando con mi hermano, viajando y conociendo varias técnicas de pelea.
-Diosa Athena, espero ser digna a tus ojos y a tus decisiones, ya que gracias a ti, sigo con vida- susurre para mí, observando el camino al Santuario.
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Re: Solicito entrenamiento, amazona atheniense Airam
por Guardiana Zodiacal Mar Jun 14 2016, 21:45
**No era una mañana más. Sabía que esta mañana tenía algo que lo hacía sentir especial. No sabía que era. Se levanta de la cama y siente que algo muy fuerte se apoderaba de todas las arterias de su corazón, la presión le llagaba al pecho, pasaban los segundos y cada vez era más fuerte.
Sus ojos querían explotar, la cabeza le dolía, no podía hacer nada. Trató de calmarse. De repente miró hacia el final del pasillo y observó que está la famosa butaca grande. Se sienta y rápidamente pudo sentir el aroma de flores que solía transportarse todas las mañanas.
La presión desaparece en menos segundos. Se ha quedado sin palabras. Piensa, no sabe qué hacer, ni qué pensar. Pensó y dijo, [tengo que llamar a alguien, pero ¿a quién?]. Se levantó de la butaca, tomó sus zapatos, sus manos comienzan a temblar, y su corazón vuelve a agitarse descontroladamente.
Siente que la presión le está subiendo. Vuelve a sentarse y todo vuelve a la normalidad. ¿Será su mente que quiere apoderarse de él en esta mañana?
Pero no quiere pensar más. Sale de su casa y toma el mismo camino que todos los días. Cada paso que daba, la sensación de incomodidad iba en aumento. Hasta que en cierto sendero, se topó con una persona extraña. Claramente era extranjera. Y fue allí, en ese momento, que su presión llegó a los límites más elevados. Toda esa sensación de preocupación, parecía tener su responsable. Así que apenas esbozó una pregunta...
- Hola. ¿Quién eres tú? ¿Eres extranjera no? ¿Te has perdido? - Sostuvo claramente a pesar de comenzar a transpirar.**
Sus ojos querían explotar, la cabeza le dolía, no podía hacer nada. Trató de calmarse. De repente miró hacia el final del pasillo y observó que está la famosa butaca grande. Se sienta y rápidamente pudo sentir el aroma de flores que solía transportarse todas las mañanas.
La presión desaparece en menos segundos. Se ha quedado sin palabras. Piensa, no sabe qué hacer, ni qué pensar. Pensó y dijo, [tengo que llamar a alguien, pero ¿a quién?]. Se levantó de la butaca, tomó sus zapatos, sus manos comienzan a temblar, y su corazón vuelve a agitarse descontroladamente.
Siente que la presión le está subiendo. Vuelve a sentarse y todo vuelve a la normalidad. ¿Será su mente que quiere apoderarse de él en esta mañana?
Pero no quiere pensar más. Sale de su casa y toma el mismo camino que todos los días. Cada paso que daba, la sensación de incomodidad iba en aumento. Hasta que en cierto sendero, se topó con una persona extraña. Claramente era extranjera. Y fue allí, en ese momento, que su presión llegó a los límites más elevados. Toda esa sensación de preocupación, parecía tener su responsable. Así que apenas esbozó una pregunta...
- Hola. ¿Quién eres tú? ¿Eres extranjera no? ¿Te has perdido? - Sostuvo claramente a pesar de comenzar a transpirar.**
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Re: Solicito entrenamiento, amazona atheniense Airam
por Airam Miér Jun 15 2016, 14:05
Estaba tan concentrada en el camino que no note cuando llego. Pronto mi mirada cambio de serena a una fría, pero firme.
-Hola. Mi nombre es Airam y eh venido aquí para entrenar y así obtener una armadura... ser parte de los caballeros de la diosa Athena- Dije esto sin dejar de mirar algo desconfiada a la persona delante de mí. -¿Eres tú el encargado de recibir a los nuevos aspirantes a caballero? –dije finalmente.
El pasar de los años me ha hecho dudar de las personas y confiar menos, preparándome para cualquier cosa que pudiera pasar, bueno o malo que fuese.
-Hola. Mi nombre es Airam y eh venido aquí para entrenar y así obtener una armadura... ser parte de los caballeros de la diosa Athena- Dije esto sin dejar de mirar algo desconfiada a la persona delante de mí. -¿Eres tú el encargado de recibir a los nuevos aspirantes a caballero? –dije finalmente.
El pasar de los años me ha hecho dudar de las personas y confiar menos, preparándome para cualquier cosa que pudiera pasar, bueno o malo que fuese.
Observaba cada detalle de sus expresiones y ropa, recordando las historias que mi hermano me contaba acerca de esos fuertes guerreros que había conocido en sus viajes al Santuario.
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Re: Solicito entrenamiento, amazona atheniense Airam
por Guardiana Zodiacal Miér Jun 15 2016, 15:32
**Entre sueños deambuló entre lo onírico y la realidad hasta despertar. Fugazmente el monótono serpentear de sus pensamientos discurría entre una realidad y un momento de epifanía vinculada al exceso de sus propias verdades. Se describían cacofonías de lamentos y explicaciones que lo esperaban detrás del motivo real por el cuál estaba ahí.
Dislocado de la realidad, escucha su respuesta e intenta incorporarse pero algo se afianza a sus piernas y apenas las puede mover. Intenta levantar la cabeza pero la siente demasiado pesada.
- Mi nombre es Inko. ¿Acaso sabes lo que tienes dentro? ¿Sabes lo que eres?-, sollozó con su cabeza gacha producto de la vergüenza que el muchacho poseía.
- ¿Por qué estás aquí? ¿Sabes el camino que has tomado?-, Sonrió socarronamente esperando que la joven extranjera emita respuesta alguna que confirme lo que él sentía.**
Dislocado de la realidad, escucha su respuesta e intenta incorporarse pero algo se afianza a sus piernas y apenas las puede mover. Intenta levantar la cabeza pero la siente demasiado pesada.
- Mi nombre es Inko. ¿Acaso sabes lo que tienes dentro? ¿Sabes lo que eres?-, sollozó con su cabeza gacha producto de la vergüenza que el muchacho poseía.
- ¿Por qué estás aquí? ¿Sabes el camino que has tomado?-, Sonrió socarronamente esperando que la joven extranjera emita respuesta alguna que confirme lo que él sentía.**
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Re: Solicito entrenamiento, amazona atheniense Airam
por Airam Miér Jun 15 2016, 19:47
Al oír su respuesta, arqueo levemente la ceja.
-¿Lo que tengo dentro? ¿Lo que soy? –repitió sus palabras y pronto se le formo una pequeña sonrisa, leve y un poco socarrona. –No, no sé. Sé que soy una chica que ha venido al Santuario y sé que poseo algo llamado “cosmos” –se cruza de brazos con la mirada seria.
¿Por qué estaba ahí? Sencillo: quería cumplir su destino de ser una guardiana, protectora y caballero de la diosa ateniense que le salvo la vida.
-Como te mencione… –dice un poco pausado, como si lo anterior no hubiera sido tomado en cuenta por el chico- … eh venido aquí para ser un caballero de Athena –le mira con firmeza, reafirmando la respuesta antes dada al verlo.
Lo vio atentamente, esperando respuesta alguna de su parte.
-¿Lo que tengo dentro? ¿Lo que soy? –repitió sus palabras y pronto se le formo una pequeña sonrisa, leve y un poco socarrona. –No, no sé. Sé que soy una chica que ha venido al Santuario y sé que poseo algo llamado “cosmos” –se cruza de brazos con la mirada seria.
¿Por qué estaba ahí? Sencillo: quería cumplir su destino de ser una guardiana, protectora y caballero de la diosa ateniense que le salvo la vida.
-Como te mencione… –dice un poco pausado, como si lo anterior no hubiera sido tomado en cuenta por el chico- … eh venido aquí para ser un caballero de Athena –le mira con firmeza, reafirmando la respuesta antes dada al verlo.
Lo vio atentamente, esperando respuesta alguna de su parte.
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Re: Solicito entrenamiento, amazona atheniense Airam
por Guardiana Zodiacal Miér Jun 15 2016, 23:40
** El joven sonrió levemente, pues la muchacha había dicho las cosas que él quería escuchar. Ese talento interior que a simple vista es imperceptible para cualquier humano, no lo era para aquel joven muchacho, quien sabía que estaba frente a la chica correcta... **
- ¿Así que tu propósito es ser una guerrera de Athena? Pues, déjame decirte que eso es algo fácil de hablar, pero puedo enseñarte un lugar donde podrás controlar eso que has llamado "cosmos", y canalizar tu energía que no ves de un modo mucho más efectivo. Dentro tuyo tienes un poder dormido, por tus venas no corre sangre común, sino que corre la sangre de una guerrera... Acompáñame y sabrás de lo que te hablo... -
Consigna: dirigite hacia el campamento acompañado por el joven y cuenta lo que creas conveniente del camino que tomas.
- ¿Así que tu propósito es ser una guerrera de Athena? Pues, déjame decirte que eso es algo fácil de hablar, pero puedo enseñarte un lugar donde podrás controlar eso que has llamado "cosmos", y canalizar tu energía que no ves de un modo mucho más efectivo. Dentro tuyo tienes un poder dormido, por tus venas no corre sangre común, sino que corre la sangre de una guerrera... Acompáñame y sabrás de lo que te hablo... -
Consigna: dirigite hacia el campamento acompañado por el joven y cuenta lo que creas conveniente del camino que tomas.
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Re: Solicito entrenamiento, amazona atheniense Airam
por Airam Jue Jun 16 2016, 23:07
Al oír su respuesta, no hizo más que asentir y sonreír un poco de lado. Por inercia, levanto sus manos y observo sus muñecas. Su brillo en los ojos era de determinación, de que si quería continuar, y si era necesario seguirlo, lo haría.
-Está bien, te acompañare –bajo las manos y lo vio, volviendo a su mirada seria pero ya no con desconfianza.
Camino al paso de él, mirando el camino que seguían; pronto llegaron a una zona algo interesante: no muy a lo lejos, se veía aquellas “plazas” donde guerreros combatían entre sí, demostrando su fuerza y habilidades. Se encontraban tanto mujeres como hombres, y eso era algo asombroso, cosa que se mostraba un poco en su mirada.
Su hermano había conocido el Santuario algunas veces, pero nunca le platico específicamente como era aquel sitio, alejando “Tú lo verás cuando llegues ahí”. Y así era, empezaba a conocer ese sitio y le maravillaba.
Siguieron caminando y veía el campamento donde se alojaban los nuevos reclutas. Más combates, había otras plazas donde les enseñaban como en la escuela. Aún recordaba lo dicho por su hermano: “Son entrenamientos tanto físicamente, como mentalmente. La fuerza no lo es todo, también hay que alimentar la mente para mejorar las habilidades”.
Sonrió al recordar eso, pero pronto su sonrisa se borró. No muy lejos, pero apartados de todos, vio a tres sujetos enormes vestidos con el traje típico de recluta molestando a dos niños de unos 10 años, a lo mucho. No le gustaba meterse en asuntos de su inconveniencia, pero presencial algo que afectase a niños, eso le repudiaba. Miro al chico y rio leve, haciendo que la viese.
-Vaya… –suspiro divertida- A penas eh entrado, y desobedeceré- rio leve, sonriéndole de una manera engreída y divertida. –Con vuestro permiso, ya vuelvo- hizo un gesto con la mano y leve reverencia, dando después un par de saltos encaminándose a aquel lugar. Sintió que su correr era más veloz, como si en aquel lugar no existiese la gravedad.
Uno de los sujetos levanto el puño, a punto de pegarle a uno de los niños, pero antes de que sucediera, pudo detenerlo con su mano a unos cuantos centímetros de su cara.
-¿Nunca te han dicho que si te metes a una pelea, debes hacerlo con alguien de tu tamaño? –sonrió algo burlona, pero seria en sus palabras.
-Está bien, te acompañare –bajo las manos y lo vio, volviendo a su mirada seria pero ya no con desconfianza.
Camino al paso de él, mirando el camino que seguían; pronto llegaron a una zona algo interesante: no muy a lo lejos, se veía aquellas “plazas” donde guerreros combatían entre sí, demostrando su fuerza y habilidades. Se encontraban tanto mujeres como hombres, y eso era algo asombroso, cosa que se mostraba un poco en su mirada.
Su hermano había conocido el Santuario algunas veces, pero nunca le platico específicamente como era aquel sitio, alejando “Tú lo verás cuando llegues ahí”. Y así era, empezaba a conocer ese sitio y le maravillaba.
Siguieron caminando y veía el campamento donde se alojaban los nuevos reclutas. Más combates, había otras plazas donde les enseñaban como en la escuela. Aún recordaba lo dicho por su hermano: “Son entrenamientos tanto físicamente, como mentalmente. La fuerza no lo es todo, también hay que alimentar la mente para mejorar las habilidades”.
Sonrió al recordar eso, pero pronto su sonrisa se borró. No muy lejos, pero apartados de todos, vio a tres sujetos enormes vestidos con el traje típico de recluta molestando a dos niños de unos 10 años, a lo mucho. No le gustaba meterse en asuntos de su inconveniencia, pero presencial algo que afectase a niños, eso le repudiaba. Miro al chico y rio leve, haciendo que la viese.
-Vaya… –suspiro divertida- A penas eh entrado, y desobedeceré- rio leve, sonriéndole de una manera engreída y divertida. –Con vuestro permiso, ya vuelvo- hizo un gesto con la mano y leve reverencia, dando después un par de saltos encaminándose a aquel lugar. Sintió que su correr era más veloz, como si en aquel lugar no existiese la gravedad.
Uno de los sujetos levanto el puño, a punto de pegarle a uno de los niños, pero antes de que sucediera, pudo detenerlo con su mano a unos cuantos centímetros de su cara.
-¿Nunca te han dicho que si te metes a una pelea, debes hacerlo con alguien de tu tamaño? –sonrió algo burlona, pero seria en sus palabras.
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Re: Solicito entrenamiento, amazona atheniense Airam
por Guardiana Zodiacal Jue Jun 16 2016, 23:24
** La mujer condujo al joven hacia lo que parecía ser un campamento. Desde lejos podía verse humo salir de una chimenea, del cual también se desprendía un sabroso y atractivo olor a carne asada. **
- Hemos llegado, pero aquí termina mi recorrido. He cumplido parte de mi trabajo, ahora tendrás que continuar por ti misma. No te diré que es lo que debes hacer ni con quien presentarte, ya que es la primera prueba que se interponga en tu camino. Ve, y... suerte -
** Esperando el momento indicado de distracción, el joven desapareció completamente. Mientras tanto, la muchacha intervino en una pequeña trifulca en la cual se veía un asedio físico a unos niños. La joven, con mucho vigor y carácter, detuvo uno de los golpes de un hombre hacia uno de los niños. Y fue allí, en ese instante...
- [¿Acaso será...? No, no creo, pero no pierdo nada en comprobarlo]. Oye tú, niña, no intervengas en el adiestramiento hacia los niños. Ellos ya saben a lo que están siendo sometidos e incluso han aceptado este trato. Nadie los obliga a estar aquí, ya conocen el sistema y han confirmado su presencia sabiendo a lo que se exponen. Mi nombre es Niro, soy el encargado de este pequeño lugar. ¿Quién eres y qué es lo que quieres? ¿Qué te ha llevado a intervenir de esta forma siendo una desconocida? -**
CONSIGNA: Presentate ante Niro y contéstale sus preguntas.
- Hemos llegado, pero aquí termina mi recorrido. He cumplido parte de mi trabajo, ahora tendrás que continuar por ti misma. No te diré que es lo que debes hacer ni con quien presentarte, ya que es la primera prueba que se interponga en tu camino. Ve, y... suerte -
** Esperando el momento indicado de distracción, el joven desapareció completamente. Mientras tanto, la muchacha intervino en una pequeña trifulca en la cual se veía un asedio físico a unos niños. La joven, con mucho vigor y carácter, detuvo uno de los golpes de un hombre hacia uno de los niños. Y fue allí, en ese instante...
- [¿Acaso será...? No, no creo, pero no pierdo nada en comprobarlo]. Oye tú, niña, no intervengas en el adiestramiento hacia los niños. Ellos ya saben a lo que están siendo sometidos e incluso han aceptado este trato. Nadie los obliga a estar aquí, ya conocen el sistema y han confirmado su presencia sabiendo a lo que se exponen. Mi nombre es Niro, soy el encargado de este pequeño lugar. ¿Quién eres y qué es lo que quieres? ¿Qué te ha llevado a intervenir de esta forma siendo una desconocida? -**
CONSIGNA: Presentate ante Niro y contéstale sus preguntas.
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