Misión para Indra de Virgo

por **Indra** Miér Jun 08 2016, 17:41

Eran esas lastimadas manos ciñendo cada muñeca con aquellos finos vendajes. Luego de una reparadora ducha se preparaba para finalmente hoy presentarse como el nuevo caballero portador de la armadura de Virgo…
Fueron contadas una por una las desgastadas horas de arduos entrenamientos con suma preparación al adentrarse al mundo espiritual, al aprender la manipulación del cosmos para así llamarse digno de portar aquella armadura…

Hoy, por fin le sería encomendada su primera misión como caballero.

Caminó unos metros hasta adentrarse al extraño recoveco donde yacían aquellas piezas en precioso dorado perfectamente esculpidas , perfectamente formadas en una preciosa estatua decorando el centro de la pared.

No hubo necesidad si quiera de abrir los parpados para quedarse ahí varado ante tanta belleza al percibir la exorbitante calidez que le producía el solo estar frente a aquella armadura, admirando cada brillo al deleitarse de esa perfección.

Fue solo esa mano descendiendo en el silencio lentamente, hasta acercarse a solo unos centímetros… y una pequeña sonrisa quiso formularse en esas comisuras hasta que, en total sorpresa, aquellas piezas reaccionaron a total voluntad al emitir un brillo más intenso al anterior trascendiendo su halo de luz por entre toda la habitación. Hasta acabar desfragmentándose entre la vehemencia una a una al separarse en el aire, y acabar revistiendo a quien eligió como portador…

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—Maestro, estoy preparado… no abandonaré su legado, y tampoco le fallaré a esta armadura. —

Ahora aquellos pasos eran firmes y certeros... capturó la suave capa en blanco que colgaba en la olvidada perchera, y la colocó al ceñir su espalda.

Finalmente, salió por aquella puerta y se aproximó a la sala principal al caminar en el silencio y dejar atrás más y más escalera. Hasta llegar finalmente a su destino donde le esperaba el caballero Aegaeón de Leo…

Ya en el salón principal se aproximó a lentitud. Como siempre no había necesidad de abrir los parpados, para notar aquellos rostros que le observaban a su alrededor…

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—Indra, el nuevo portador de esta armadura de Virgo... Acepto la misión.—

Proclamó con certera y concisa determinación, al deslizarse y doblar su rodilla diestra inclinando un poco su figura en total respeto.

por **Akhantos** Miér Jun 08 2016, 17:53

** De espaldas, mostrando su asombrosa y reluciente capa blanca, cuya extensión acariciaba el suelo cada vez que se movía, se encontraba Aegaeón de Leo. Con su casco en brazos, el Caballero dorado contemplaba una escultura situada frente a él, colgada en la pared. Aquella imagen plasmada en una gigantografía de la Diosa de la Sabiduría. Seguramente, Aegaeón se encontraba pensando en el legado que su deidad suprema le había encomendado. Lo cierto, era que el Caballero de Leo tenía una responsabilidad enorme al ser un humano, y tener a su cargo un Imperio tan grande como lo era el Santuario... **

** Pegando la media vuelta tan tranquilamente que hacía parecer que todo estaba calmo y apaciguado... **

Aegaeón: - Te estaba esperando Caballero de Virgo... Hoy tendrás tu primera aventura y estarás a mi cargo. Te enseñaré a despertar un poder oculto que es muy difícil de conseguir. Por mi parte lo he descubierto por cuenta propia, aunque debo admitir que me ha llevado años de trabajo y entrenamiento. Hoy en día puedes conseguirlo mediante una pócima, que nadie conoce. Solo Astaroth (un científico del Santuario) conoce la fórmula. Quiero que reúnas las cosas que te iré pidiendo y luego las traigas aquí, para poder fabricar la Poción "Ultra"...-

Comienza la Misión

Off: Realiza un rol de 10 líneas hablando con Aegaeón, en el que tu personaje incluya preguntas que creas necesarias y que vengan a la ocasión.

por **Indra** Miér Jun 08 2016, 18:17

—   ¿Poción? Es primera vez que escucho de algo semejante a ello... —

Enfatizó al adverso al arquear un poco su ceja izquierda. Aún con aquel sereno rostro, se quedó en total silencio durante unos intervalos… lentamente reincorporó su figura hasta quedar en pie, tan solo se quedó absorto en sus pensamientos durante unos segundos… ¿poción? ¿poder oculto? ¿A qué se referia?

Le era extraño; ¿por qué acudir a factores externos para despertar un poder? ¿Por qué no despertarlo con un entrenamiento al igual que él? Y eran esa serie de preguntas que rondaban por su mente indagando, cuestionándose así mismo. ¿Sería correcto cuestionarle a Leo?

—   Aegaeon… si tú pudiste despertar ese misterioso poder del que hablas por tus propias fuerzas ¿Por qué no me dejas hacerlo por mis propios medios? No es por llevar la contraria, pero me parece un tanto extraño acudir a una “poción” —

Cuestionó a total calma. Ahora aquellos vórtices en azul celeste se dejaban ver al abrir lentamente los parpados, al dirigir su mirada directamente a la opuesta…
Sin más, tan solo llevó su mano diestra a la altura de su coronilla, capturando así su casco, liberando así su larga cabellera rubia al ser mecida por la ligera brisa que se atrevía a adentrarse al salón.

—   Por último.. ¿Dónde se supone que debo conseguir esas cosas? Y más importante: ¿Qué cosas? —

Concretó al posar su casco a un costado entre su brazo.

por **Aegaeón** Miér Jun 08 2016, 18:33

por **Akhantos** Miér Jun 08 2016, 18:39

** El Caballero dorado de Leo sonrió al oír las preguntas del Santo de Virgo... **

Aegaeón: - Verás Indra, no tienes una idea del método de entrenamiento que se emplea para estas ocasiones, aún así, creo que tú puedes conseguirlo. Pero aquí el tema es que el entrenamiento tiene una duración de más de diez años, con esta pócima especial lograrás despertar tus poderes que se mantienen ocultos dentro de tí en tan solo un día. Además, necesito que los Caballeros de Athena logren desarrollar este poder de inmediato ante cualquier amenaza. Debes recordar que Athena aún no despierta y no sabemos cuando sea el momento, y como encargado quiero que las cosas se hagan de la mejor manera posible, previniéndonos cualquier cosa. Espero que comprendas, no te asustes porque esta poción no traerá efectos secundarios... -

** El Caballero de Leo extendió su mano con su puño cerrado, en el que había un contenido... Un papel que decía lo que se necesitaba para la preparación de la Pócima Secreta. **

2- Pociones de Fuerza Azul (Shop)

1- Poción de Furia (Shop)
1- Planta de Astrágalo
1- Tarro de Proteínas en polvo de medio kilo.

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Off: Te recalco que no podés mencionar que llevas puesta tu armadura. Esto es así porque al ir al pueblo tenés que hacerte pasar por un humano común y corriente para no llamar la atención.

Off: Bien, todo esto se encuentra en una de las villas del Santuario, más precisamente, en la Villa Lugano. Tu primer destino será el Shop, lo más sencillo. Debes rolear tu camino hacia el Shop, la tienda de pócimas y pedir lo que indica el listado. Debes ser cuidadosa ya que si pones algo mal como ser la cantidad, tendrás que realizar más posteos para volver al Shop. El alquimista te entregará las pócimas gratuitamente sólo si le dices que vas de parte de Aegaeón. ROL MÍNIMO: 15 LÍNEAS

ATENCIÓN: Si no cumples con las reglas que te di podrás ser multada con más post o retos.
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por **Indra** Miér Jun 08 2016, 22:26

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—   Comprendo. Me agrada que te muestres tan responsable en los asuntos del santuario. Ciertamente llevas una carga muy pesada sobre ti, y admiro esa entereza con la que te manejas aún si la situación se torna desfavorable…—

Articuló asintiendo a sus palabras, al cerrar lentamente sus parpados… y fueron estos abriéndose de nuevo a lentitud, para ahora delinear frente a él aquella extraña lista en las palmas opuestas.

Dejó que su palma se deslizara en completo silencio hasta llegar a la adversa, y capturar con total cuidado aquel extraño papel, el cual detalló entre su mano al leer su grabado y comprender entonces en qué consistía su misión a partir de ese momento.

—   Bien, entonces iré por ello. Pero antes, me desharé de la armadura; como ya sabrás, no puedo ir por el pueblo llamando la atención…—

Concretó y sin más, fueron sus pasos delineando el camino a la salida…

En un breve lapso se situó en el extraño recoveco frente al vestidor, y escogió de entre todos los vestuarios el adecuado para salir al pueblo; un par de sandalias griegas que hacían conjunto con una camisa blanca y pescador del mismo tono conformado por unas telas que cubrían su figura alrededor de sus hombros. Tras vestirse, se encaminó hacía las afueras del santuario adentrándose al pequeño poblado a los alrededores…

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Al llegar finalmente a Lugano; lugar donde marcaba el extraño papel en sus manos.

Fue una entretenida caminata en la búsqueda de aquellos artículos; entrando y saliendo de diversas tiendas; hacía mucho que no se daba el tiempo de salir y contemplar el frescor del pueblo…

—Bien, según la lista… esta tienda debe de estar muy cerca…—

Mencionó para sí mismo, mientras aquellos pasos delineaban el camino. Contempló cuan nublado se encontraba el día, no era como los días anteriores… ignorando esas miradas sobre sus espaldas; Si aún sin aquella armadura, el rubio capturaba la atención de todos a su alrededor…

Fue entonces que atisbó su mirar a unos metros frente a él… al ahora delinearse en aquellos acantilados a tan solo una escasa distancia una extraña y desgastada choza; la que llevaba por nombre: “El alquimista”

A solo un minuto sus pasos ya habían llegado a su destino. Observó por el rabillo del ojo a su alrededor, y fue esa palma introduciéndose en su bolsillo derecho hasta capturar aquella lista de elementos…

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—Buen día. Vengo por parte de Aegaeón. Necesito que me entregue dos Pociones de Fuerza Azul, una poción de Furia, una Planta de Astrágalo y por último, un Tarro de Proteínas en polvo de medio kilo… —

Tras solicitar aquel pedido; tan solo admiró las rarezas que habían dentro de aquella tienda; todo tipo de amuletos, pociones, plantas y demás artilugios de extraña apariencia… sin más, esperó en el silencio a que le fueran entregados aquellos objetos.

—Definitivamente has corrido con suerte, ya que te estoy dando los últimos que quedaban muchacho… espero que lo uses con sabiduría. De lo contrario será un desperdicio. Bueno, lárgate de mi tienda, tengo trabajo que hacer. —

por **Akhantos** Jue Jun 09 2016, 00:50

Off: No debías rolear por el Alquimista. Y te puse que solo la poción de fuerza y la de furia te las daba este.

[b]— Jajajaja, era broma joven, no me digas que caíste tan fácil, jajajja. Vuelve aquí. Te otorgaré las pociones de fuerza y la de furia sin problemas, ya que el señor Aegaeón es un padre para mi, es el gran protector de nuestra villa. En cuanto a los otros dos objetos... sólo se que esa hierba rara la encontrarás solo en el Jardín Botánico. Se encuentra a cincuenta metros de aquí en aquella dirección. Saludos y suerte! -[/b]

** El anciano le otorgó a Indra las pociones, pero aún restaban recolectar dos elementos más de la lista, por lo que el Caballero de Virgo debía dirigirse al Jardín Botánico a conseguir la planta... **

Off: Ahora tenes que dirigirte al Jardín Botánico. Al llegar al lugar te vas a encontrar con una señorita de pelo recogido y lentes. Pedile lo que estás buscando. YO VOY A HABLAR POR ELLA.

por **Indra** Jue Jun 09 2016, 02:30

—De acuerdo, agradezco el haberme facilitado las pociones, y por igual, el haberme dicho donde conseguir esa planta. Entonces me retiro. Que tenga un buen día.—

Si, al parecer aún no acabaría esa agotadora jornada en la búsqueda de pociones y elementos… Ahora aquella figura se alejaba del extraño recoveco para encaminarse al entonces mencionado Jardín Botánico.

Esos finos y rubios filamentos ahora se mecían totalmente libres al deslizarse entre la travesía del viento. Ahora en las afueras, caminó durante unos minutos; De momento se topaba con niños, ancianos, les observaba por el rabillo del ojo… y aquellos vórtices se concentraban en nada… ¿Era nostalgia? Fue entonces cuando le golpeó el recuerdo de aquellas niñas que dejó en China… ¿Cómo estarían? Eran esos cuestionarios que se hacía involuntariamente… pero así era el destino, incierto… ahora tan solo debía concentrarse en una cosa; Volverse más fuerte, y continuar con aquel legado que desde hace 5 años se trazó.

Fue un desinteresado suspiro ahogándose en su boca … entre aquella abstracción había olvidado que ya sus pasos lo habían conducido al lugar marcado.

—Disculpe ¿Sabe usted donde se encuentra la Planta de Astrágalo ? No es una planta común, necesito encontrarla pronto… —

Formuló aquella pregunta al atravesar la bocacalle y toparse con una extraña mujer de cabello blanco que yacía de espaldas…

por **Akhantos** Jue Jun 09 2016, 15:22

** El cuidado de aquellos seres vivos era fundamental para la vida del planeta. Son las plantas los seres vivos más importantes y nadie le da el cuidado que merecen. Sin ellas... no existiría la vida... **

- ¿Si? ¿Planta de Astrágalo? Es una hierba muy rara, que sirve para alimentar a cualquier ser vivo. Básicamente aumentarás tu fuerza ya que aporta vitaminas y proteínas. Es una planta muy útil en verdad. Pero... ¿donde supiste que existía? Pues, nunca conocí a nadie que me hablara de ella. En fin, supongo que no es de mi incumbencia jaja. -

** La muchacha se da media vuelta y busca algo en uno de los cajones que poseía en una estatería de vidrio llena de distintas y raras especies de plantas... **

- Mira, aquí tienes, nose si será suficiente, pero es lo que tengo. Debes saber que es muy difícil encontrar esta hierba y es muy buscada por los botánicos y científicos de todo el mundo. En fin, serían 600 monedas ^^ -

** De repente, la escena se ve interrumpida por un golpe fortísimo que ocurre justo detrás del Caballero de Virgo...
Se trataba de un hombre, un sujeto encapuchado con vestimenta negra, pues, al parecer ya estaba cayendo el sol y un ladrón era lo que se había entrometido entre La planta de Astrágalo y El Santo dorado...
El ladrón portaba un arma con la que apuntó y amenazó a los presentes, sin nada por hacer, el ladrón se llevó todo el dinero de la caja registradora y al ver el brillo peculiar de la hierba que la muchacha poseía entre sus manos decidió hacerse con su dominio. Este ladrón portaba una bolsa negra, muy resistente, pero que estaba llena de objetos. Sin más, salió disparando del Jardín Botánico y subió a su carro con el que sin cuidado aceleró a toda prisa para perderse en lo lejos...
La muchacha no pudo hacer más que ponerse a llorar de manera escandalosa... **

Off: Bien tienes que decidir entre estas opciones. Especificá en un "Off" cual elegís.
Opción 1: Te dirigís a alguna otra tienda que contega esta hierba.
Opción 2: Vas personalmente hasta las sierras a buscar la planta.
Opción 3: Te procurás perseguir al ladrón y recuperar la planta. (Debes volver al Jardín Botánico)

por **Indra** Jue Jun 09 2016, 16:10

Fue ese sorpresivo asalto que rompió sus defensas al ser intervenido por esa extraña presencia que se atrevió a inmiscuirse entre la solicitada planta y sus manos… ¿Era verdad? Después de aquellos lapsos de ocupada búsqueda ¿ahora todo se iba de sus manos así nada más?

Frunció el entre cejo con determinada molestia, y un cansado bufido fue desgastado en su boca al ver por el rabillo del ojo al extraño hombre escaparse con la susodicha hierba…

[Demonios… justo ahora me ocurre esto. Lástima que no puedo hacer nada, o definitivamente llamaré la atención entre los aldeanos...]

Los inminentes sollozos de aquella dama fueron colándose por sus oídos previamente sacándolo de aquella abstracción… ¿Qué debía hacer? Suponía que debía tratar de calmarla antes de pensar qué hacer después.

Y fue así cómo, de poco en poco, se aproximó con sigilo hacía la fémina figura envuelta en lágrimas e histeria…

— Tranquila, solo fue un susto. Al menos no te hizo nada. Tus bienes te serán devueltos.—

Articuló al posar su mano ligeramente sobre la planicie de la espalda adversa. Debía decidir qué hacer a partir de ese momento. E ir por el ladrón no sería una opción pues, de hacerlo solo delataría su identidad. Por lo que sin más, optó por salir de aquel lugar en búsqueda de alguna otra posible opción que lo condujera nuevamente a aquella hierba...

Off: Opción 2: Vas personalmente hasta las sierras a buscar la planta.

por **Akhantos** Jue Jun 09 2016, 16:21

Off: Bien ahora tenes que ir hacia las Sierras que se encuentran a trescientos metros del lugar. En el camino te topás con el ladrón, a quien se le descompuso su carro. Lo que tienes que hacer es lograr quitarle todo lo que se robó, y de entre las cosas que se había robado encontrás, además de la planta, el tarro de proteínas. Rol mínimo 15 líneas.

Elige entre estas opciones.
Opción 1: Asesina al ladrón.
Opción 2: Luchas cuerpo a cuerpo con el ladrón y dejas que te golpee para que no sospeche que eres más que un simple humano. (Hasta que sangre alguna parte de tu cara)
Opción 3: Utilizas tus poderes de Caballero para dejar inconsciente al ladrón, pero puede haber consecuencias si eso pasara porque el ladrón hablaría de las habilidades "raras" que usaste.

por **Indra** Jue Jun 09 2016, 18:33

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El ocaso descendía sobre el firmamento, eclipsando el panorama; ocultando el sol para darle paso a la inminente noche. Eran gélidas brisas de atardecer las que mecían el rubio cabello de aquella figura erguida en una de aquellas colinas. La brisa golpeaba su rostro, dándole un consuelo a su ser cuya figura se encontraba descansando sobre un vástago desde hacía unos lapsos.

Ya había caminado unos cuantos metros... ¿Cien? ¿ Doscientos? No lo supo.
Sus labios se habían vuelto un desierto tras la desgastante caminata que había emprendido y que aún no culminaba.

Llevó entonces su fatídica palma al interior de su bolsa, hasta capturar la cantimplora de agua que había preparado anticipadamente justo antes de salir del santuario, Llevándola en un progresivo movimiento a sus labios hasta humedecerlos al ingerir de esa embriagadora vitalidad… Se quedó absortó en sus meditaciones por unos intervalos…

Si, definitivamente el estar ahí descansando le había servido de consuelo al admirar en detalle la colosal belleza de los matices en atardeceres del firmamento. El paso de su vida en los adentros del templo le había hecho extrañar esa sensación de confort que le inundaba al verse entre el frescor de la naturaleza contemplando el descenso del sol. Inevitablemente un suspiro se escapó de su pecho.

Pero no todo era felicidad, otra parte de si mismo se había quedado en China… siempre era esa preocupación el recuerdo de las niñas que dejó a merced del destino. Y eran esas preguntas carcomiendo su mente nuevamente, al instalarse como dagas al no encontrar respuestas… Le perturbaba el pensar que hayan perecido, o que en su defecto, hayan sido conducidas hacía el vasto sendero de la miseria en la calle… como él un día lo fue.

Exhaló con profundidad; Lo mejor era ya no pensar; había una importante causa por la que llegó hasta allí, y no tenía tiempo que perder. Apartó la mano de su rostro y, tras apoyar ambas sobre la ramificación, se impulsó al frente cayendo así de cunclillas sobre el césped ligeramente desgastado por el paso transeúnte. Irguió con naturalidad su figura y comenzó a andar por el sendero marcado través del terreno erosionado; decidió no agobiarse más por sus hechos del pasado, así qué sacudió su cabeza y volvió la vista al frente contemplando el panorama qué aquélla tarde la natura le brindaba.

Metros más adelante, poco antes de llegar al frondoso bosque, vislumbro una figura promedio de pie del sendero; con gran naturalidad continúo sus pasos, imaginó sería algún poblador de alguna diminuta villa cercana aunque su inacción le causó cierta curiosidad. Dió entonces unos pasos más y, al estar a escaso metro y medio de aquella figura se detuvo. Era él... ¿ladrón?.

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— Espera, ¿A dónde crees que vas? —

Proclamó al balancearse en el aire y así aparecer en las espaldas contrarias, y fue esa mano en cuchilla deslizándose en la vehemencia hasta golpear con determinada fuerza moderada la parte baja del abdomen impropio. Justo al caer al suelo, le despojó de aquellas pertenencias que habían sido robadas hacía unas horas descubriendo junto a estas la planta de astrágalo y ese extraño tarro de proteínas…

por **Akhantos** Jue Jun 09 2016, 19:02

** Aquella planta que había sido presentada en el Jardín Botánico, se hallaba dentro del bolso negro del malviviente, que en su frustrado intento de escape se topó con el Caballero de Virgo.

Simples movimientos bastaron para reducir al delincuente, y hacer que su pecho toque el suelo. El bolso se abrió como si tuviese vida propia y escupió variedad de objetos de valor. Entre ellos el tarro de proteínas, pues, al observar el físico del ladrón podía verse que era de contextura voluminosa, cualquiera se daría cuenta que asistía a un gimnasio para el cuidado de su cuerpo. Eso era justo lo que el Caballero de Oro necesitaba, y también la Planta de Astrágalo, aunque... solo había la mitad de su tamaño original en el momento en que la chica de anteojos le presentó a Indra...

Era sabido, el ladrón, quien tenía sus bolsillos rebosantes de monedas de oro, se había delatado solo cuando le comunicó al Caballero que se había comido la mitad de la planta porque había escuchado a la muchacha de anteojos decir que servían para aumentar la fuerza. Era obvio que el ladrón era un sujeto estúpido, ya que nunca supo a que "fuerza" se refería. De todas maneras su masa muscular no se verá afectada...

Ahora el Santo de Athena se había hecho con los dos elementos restantes, aunque faltaba un poco más de esa planta de Astrágalo. Por lo que tendría que hacer un viaje hacia las sierras.**

Off: Bien, continuá tu viaje hacia las sierras (quedan ahí nomas de donde estas parado), y luego en una intensa búsqueda, encontras un montón de brotes de la misma planta amarrados entre dos rocas. Los retiras con cuidado... Luego tienes que elegir entre estas opciones...
Opción 1: Vuelves al Jardín Botánico y le devuelves las cosas que recuperaste a la chica de anteojos. (Puedes decir que tú apalizaste al ladrón, o puedes decir que encontraste todo tirado y abandonado, o cualquier otra cosa si es que no quieres revelar tu identidad). (Tendrás que rolear un post mas en este caso)
Opción 2: Decides quedarte con la planta y te diriges al Templo de Leo (perderás reputación)

por **Indra** Vie Jun 10 2016, 16:14

Desconocía realmente cuanto tiempo había transcurrido entre el momento en que decidió tomar los objetos robados de la mochila de aquel ladrón, fue en un breve lapso cuando notó qué aquella planta de astrágalo yacía incompleta; hecho qué definitivamente le agobio un poco, al entrar en cuenta entonces, que su agotada búsqueda, aún no habría de llegar a su fin.

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Un claro y cansado bufido fue ahogado en su garganta tras observar la densidad forestal que le rodeaba hasta darse cuenta del trabajo que le aguardaba; buscar en detalle una a una entre cada planta en la tierra la susodicha planta de astrágalo. Pero hasta ahí no acababan los males, puesto que la noche estaba por descender muy pronto, lo que determinantemente no le favorecía en su busqueda.

— No puedo perder la calma, debe de estar por aquí… según leí en aquel pergamino estoy muy cerca…—

Comentó para si mismo al introducir su mano en el pasto, separando cuidadosamente una a una en total detalle, al inmiscuirse totalmente en aquella actividad, sin darle tanta atención a la oscuridad que poco a poco ya iba consumiendo los rayos del sol al adentrarse al bosque, al opacar finalmente la claridad en aquella frondosidad.

Fue a deshora cuando, de repente, al apartar una de las tantas rocas notó la peculiaridad de un brote de aquella planta de astrágalo; detrás de ella se podían apreciar otros brotes más. Y fue ese claro gesto de sorpresa el que le hizo dilatar sus pupilas al descubrir finalmente que había dado con su objetivo; ahora podría marcharse de una buena vez de aquel lugar y no solo ello, sino también, regresar las cosas robadas a aquella fémina.

Tomó una a una, al extraerlas de la tierra con total cuidado y sin más, las guardó en aquella bolsa…

— Bien, hora de volver.—

Concretó al limpiar una gota de sudor que descendió de sus sienes.

por **Indra** Vie Jun 10 2016, 16:31

Off: Elección:

[ Viaje de retorno, y llegada al jardín Botánico ]

Habían transcurrido ya un par de horas desde el arribo a las Sierras; en su búsqueda por aquella hierba “especial” actividad no tan fuera de lugar y que requería de su tiempo en un intenso escrutinio entre diversas plantas.

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La tarde ya moría dando paso a la inminente oscuridad de la noche, al oscurecer por completo el panorama con las abismales sombras nocturnas.el constante gorjeo de algunos búhos hacia eco en los desolados bosques. No tuvo dificultad alguna para salir de aquel lugar y recorrer el sendero que se divergía entre el rutinario y el inexplorado, notándose la diversidad de terrenos al tener que lidiar con baldíos, desolados y penumbrosos espacios sin manera física y/o tangible de lograr cruzar, utilizando no sólo los medios natural sino también los materiales para lograr divisar el lugar a retornar. Un liviano rebote entre vástago y vástago le facilitaba su aproximar tras cruzar los primeros 4 kilómetros de la boscosa espesura de la arboleda, afinando aún más sus pupilas entre los orificios rasgados que brindaba la poca luz que brindaba ya la luna en el terreno.

Pocos segundos después alcanzó la ubicación señalada por lo que, de manera final, flexionó sus rodillas sobre la áspera corteza propiciando un impulso mayor al que hasta el momento había utilizado, aterrizando de éste modo tres abetos adelante con inclinación siniestra, misma colocación donde cierta menuda silueta que yacía a escaso metro de diferencia; por igual, aquella figura se encontraba sentada sobre el mármol de aquellas columnas griegas donde hacía unas horas había ocurrido el inevitable asalto; El jardín botánico.

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Y ya en el lugar marcado, ladeó al mirar por el rabillo del ojo los lugares a su alrededor; era de noche, las tiendas aun yacían abiertas, y eran esos lumínicos halos de luz decorando el poblado que circundaba las villas cercanas al santuario. Sin, finalmente había llegado a su destino.

Terminó llegando con la bolsa en sus manos, y entre livianos pasos certeros, se aproximó hacía la silueta de aquella mujer con la que, con anterioridad, había intercambiado palabras; ahora podría devolverle las cosas que le habían sido robadas.

—Ve a casa mujer, tus pertenencias han sido recuperadas. Por fortuna me encontré con el ladrón y se dignó en devolver las cosas. —

Proclamó al capturar en sus manos los objetos que habían sido robados, hasta depositarlos suavemente en la mesa que yacía frente a aquella dama envuelta en lágrimas.

—No te preocupes, no necesitas agradecerme nada, lo he hecho porque es mi deber. Ahora si me disculpa, debo regresar a mi destino.

por **Akhantos** Vie Jun 10 2016, 17:27

Off: No lo mencionaste en tu rol, pero acordate que tambien obtuviste el tarro de proteínas por lo que ya recolectaste todos los elementos necesarios.

** Aquella muchacha, inundada en un mar de lágrimas por la reciente pérdida del capital de su negocio, fue llamada a observar que alguien venía a lo lejos. Alguien que caminaba lentamente acercándose con algo en una de sus manos. Una bolsa negra era lo que traía consigo.
Se trataba de aquel muchacho que hace unas horas había visitado el Jardín Botánico. Al detenerse frente a ella le devolvió todas sus pertenencias, y el impacto que causó en ella fue tal que no pudo pronunciar palabra alguna. Pues sus llantos significaban que para ella todo estaría perdido, pues mañana era el día en que los cobradores irían a visitar su negocio para cobrar sus cinco meses de atraso. De lo contrario, le embargarían el Jardín Botánico que tanto tiempo le costó a su padre, ya difunto.
El agradecimiento se transmitió en un breve tiempo de sin hablar. Y en el momento que el joven héroe se daba media vuelta para marcharse, la muchacha de anteojos no hizo más que romper su postura de mirada desconcertante y hacerle una pregunta, que por supuesto fue en vano, pues el chico ya había desaparecido entre las sombras de los árboles... **

- Gracias, pero ¿quien eres y porqué el ladrón se rindió ante tí? Él portaba un arma... - ** Hablando sola... **

Off: Bien, ahora tenés que volver con Aegaeón y decirle que ya juntaste todo lo que él pidió.

por **Indra** Vie Jun 10 2016, 18:35

Off::

Comenzó su andar de forma lenta pero concisa, con ambas manos resguardadas bajo el cobijo de aquellas prendas blancas mientras sus celestes lunas se perdían en las inmediaciones de las lejanías que estaba a punto de alcanzar. Una contundente brisa indagó entre los alrededores de aquella parte de las escaleras que conducían al Santuario, hecho que produjo el crujir de las hojas de aquellos inminentes abetos y robles que decoraban el paraje por ambos costados, removiendo de igual forma aquellos lacios y rubios filamentos que rozaban su pálida piel. ¿Cuándo había sido la última vez que tuvo un recorrido a horas nocturnas en las afueras? No lo recordaba muy bien, probablemente aquella ocasión en que su maestro le encomendó partir del templo. Traia consigo aquellos elementos que le habían sido solicitados, y un par de cosas que sabía sin entender que relevante uso tendrían en su vida.

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Durante el presente recorrido varios pensamientos irrelevantes navegaron dentro de su cabeza mientras se encaminaba entre las interminables escaleras de llegada al Santuario, las cuales comenzaban a tener mucha mayor vida que en horas pasadas y eso debido a la caída de la noche.

Innumerables negocios repletos de cálidas luces y cuantiosas personas hacían visible más que una primera noche de primavera un inminente y acaudalado festival de otoño. Era parte del panorama que contemplaba las villas alrededor del Santuario.
Pocos minutos fueron los que duró en trasladarse de un punto a otro hasta que alcanzó a arribar al punto más alto, llegando así a la casa de Leo.

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Se abrió paso entre las contadas columnas de la entrada, y detuvo sus pasos justo al ingresar por la amplitud de la entrada principal; alzó la vista sobre el umbral que justamente iluminaba aquel espacio y espero el tiempo restante a que su compañero Aegaeón advirtiera su presencia y se acercara frente a él.

— He traído lo que me pediste. —

Articuló al extender su diestra y poner en las manos contrarias el extraño bolso que contenía aquellos artículos solicitados

por **Guardiana Zodiacal** Sáb Jun 11 2016, 10:09

Off :Ya sé, pero tenías que mencionar que lo habías conseguido el tarro y solo pudiste mencionarlo en el rol anterior ya que es ahí cuando lo obtuviste del ladrón.

Off2: Contesto el lunes

por **Akhantos** Dom Jun 12 2016, 22:33

** Sin dirigir palabra, y solo la mirada, el Caballero de Leo sujetó la bolsa sacándosela de las manos al Santo de Virgo... **

Aegaeón: - Muy bien Indra. Ahora iremos con el científico que te he dicho al comenzar la misión. Él se encargará de todo. -

Off: Ahora cuenta en un rol como se dirigen a la Villa Lugano nuevamente (con Aegaeón a la cabeza), y sin que éste te diga se meten a un callejón vacío. Solo había paredes. Aegaeón tocó dos veces un ladrillo con sus manos y una puerta secreta apareció, al entrar se encontraron con un laboratorio inmenso, y un tipo de baja estatura fusionando dos tubos contenedores de sustancias químicas. Roleá hasta ahí.

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Comienza la Misión

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