Petición para el Dios Lúcifer

Petición para el Dios Lúcifer

 por Aegaeón Miér Sep 09 2015, 21:01

Nombre: "Pintita" Narciso

Edad: 21

Sexo: Masculino

Nacionalidad: Infierno

Signo: Leo

Aspecto: Narciso es alto (1,85 mts); es muy apuesto y bello, con una larga cabellera blanca. Sus facciones de la cara son perfectas. Posee un cuerpo voluminoso y tonificado. No posee bello más que en su cabellera.

Perfil sicológico: Narciso es alguien muy egocentrista, lleno de odio y que solo se preocupa por verse bien y demostrar una imagen de amplia superioridad. Narciso no admite que haya alguien más fuerte o más apuesto que él. Su deseo por ser el gobernador del mundo es lo que lo mantiene con hambre de gloria, y cada vez que pelea da su máximo. Narciso es un sujeto muy serio, extremadamente apuesto y muy inteligente, y su egocentrísmo lo llevó a aislarse de los humanos. Su pasatiempos favorito además de el combate, es el fútbol.


HISTORIA


**Al nacer, su madre había muerto, sacrificando su vida para dar a luz a un bebe con una belleza pocas veces vista. Su padre, fue víctima de un robo fatal mientras viajaba al hospital para ver nacer a su hijo. El bebe debió ser puesto en adopción, pero no pasaron ni dos días, que un matrimonio muy adinerado decidió hacerse cargo de él. No era difícil creer que aquella familia había escogido a Narciso por su extrema belleza.**
 

**Desde pequeño, se notaba que Narciso no era un chico común y corriente. Ya en la escuela demostraba ser superior a sus compañeros en todo tipo de actividad. Su extrema belleza atraía a todos, mujeres y hombres incluídos, todos querían estar junto a Narciso, quien tenía todo tipo de ofrecimientos desde pequeño. 
 Con el tiempo "Pintita" Narciso (apodo que le habían puesto por su extremada hermosura) parecía hartarce de tantos halagos, ya que no había alguien que le hiciera frente para competir, y esto lo llevó a una crisis en la que comenzó a pensar que la vida en el mundo era un hecho tan fácil que sin tener que hacer nada tenías todo servido en bandeja.
 A Narciso le encantaban los desafíos, pero el problema es que nunca tuvo que enfrentar uno, debido a que siempre se ofrecían para cumplirle favores al joven apuesto. 
 A los 15 años, Narciso comenzaba a alejarse de la sociedad que lo rodeaba y que tan cerca lo querían, no por sus valores o bondad, sino, por su hermosura que resaltaba en toda su figura. La vida, algo tan fácil y sencillo para el muchacho comenzó a tornarse como un desafío. Él era tan inteligente que siempre estaba adelantado un paso adelante. Narciso creyó que haría su día a día más interesante si todas las personas no se mostracen amables con otros y se preocupasen por sí mismos, por enbellecerse, por pensar en sí mismos. Es por esto que comenzó a causar estragos en la aldea donde él había sido criado. Todas las noches, Narciso inventaba un "accidente" distinto, dejando pruebas que culpen a distintas personas y hací comenzar con su nuevo plan. Él estaba convencido de que la vida podía hacerse mucho más interesante si la visión de su mundo se traslucía a la realidad.**


**No pasaron más de dos meses, para que las personas comienzen a desconfiar unas de otras y a protegerse hasta de sus familias, pues Narciso era el muchacho más inteligente que se podría decir que su coeficiente intelectual había alcanzado la perfección a los 16 años. Es por eso, que las pruebas que implantaba y los accidentes que provocaba salían a la perfección para que todo culmine como él deseaba.
Meses más tarde, la gente ya no salía a las calles a ofrecer ayuda a un hombre con su carro detenido, o a dialogar con sus vecinos, sino que los aldeanos salían a discutir con otros por diversos motivos, y hasta aprovechaban la oportunidad para robarse cosas. El odio de Narciso comenzaba a trasmitirse a la sociedad, tal como él especulaba. 
 Narciso creía que los humanos eran unos inútiles, pues él los vió de esa manera toda su vida, ya que en su pensamiento, el joven de 18 años, no admitiría prestar ayuda a nadie sin algo a cambio. Su inteligencia era sabido que lo diferenciaba del resto, y eso afirmaba su teoría que las personas no tenían poder de razonamiento, ya que sólo se basaban a vivir la vida como dios se las imponía.**


**A los 20 años, "Pintita" Narciso había logrado que la violencia se haciera algo cotidiano y común, no sólo en su aldea sino en los pueblos vecinos. Según él, la vida comenzaba a tener algo de sentido de esa manera, y su egocentrismo llevaba a estar alejado de las personas a menos que necesitase algo, si era así, él se dirigía a cualquier lugar y obtenía lo que quería sin nada a cambio, pues además de su belleza, Narciso sabía como convencer a las personas y como engañarlas tan perfectamente que todo lo que él decía era ley.**


**Narciso había nacido en el seno de una familia multimillonaria, pero siempre odió que le cumplieran todos sus gustos y por ello, se alejaba de su casa siempre que podía. El joven comenzó a robar a las personas, pero, como era típico en él,  enviaba a otros niños a robar para él, mientras Narciso se ingeniaba para traer más maldad a este mundo, y al mismo tiempo que aprendía a luchar, teniendo incorporado esa sangre fría, impiadosa.**


**Al cumplir los 21 años, Narciso era un capo controlador de masas a su antojo, que hacían lo que él quería, con discursos tan convincentes, que parecía que tenía un poder de hipnotismo para dominar los pensamientos de las personas. No así, el joven llegó a organizar una guerra con las aldeas vecinas, invadiéndolas y arrasando con cada vida que se diera a su paso. Se encargó de inculcarle a cada aldeano la idea de su nuevo mundo, un mundo mejor, en el que cuanto menos personas haya, más alimento habrá, y menos sacrificio y trabajo habría.
 En una de sus invasiones, a un pueblo de unos pocos habitantes, donde abundaban ancianos, los hombres comandados por Narciso se acercaron hasta a él para avisarles de un hallazgo poco común en una de las viviendas. Narciso se dirigió hasta allí, y al llegar, observó a un anciano muy golpeado con sangre en su rostro y asustado, aferrándose a algo que había detrás suyo, como intentando proteger algo. Al levantar la vista, Narciso observa un enorme zarcófago. El viejo insistía en que era algo sagrado que había encontrado en las montañas, y que lo protegería a costa de su vida. Narciso poco se interesó en la vida de ese individuo, y lo hizo a un lado con una patada. Al abrir el enorme ataúd, una luz radiante encandila los ojos de todos los presentes. El anciano estaba impresionado, pues aquel objeto nunca había brillado según él. Narciso y el anciano contemplaron asombrados aquella cosa que se encontraba dentro del zarcófago. Pero el joven "Pintita" había quedado perpetrado durante segundos, incluso minutos, perplejo por aquello que estaba frente a sus ojos, era como una armadura hermosa y única en su diseño, pero había algo más que le impedía moverse, pues aquel objeto parecía tener vida y trasmitirle sensaciones a Narciso.
 Los hombres no dudaron en preguntarle al joven que quería que hagan, y Narciso les dijo que se echen hacia atrás y dió ordenes de que nadie toque la armadura. Narciso suavemente se acercó a ella y puso un dedo sobre sí, para que impresionantemente la luz que cubría la armadura tambien lo cubriese a él. ¿Que es esto?, preguntó el joven. De repente, todo se silenció, y luego se encegueció con la radiante luz que volvía a aparecer... 
 Narciso se había equipado la armadura, y al mirarse así mismo frente a un espejo, contemplo su nueva forma, aquella armadura le quepaba perfecta, lo hacía más atractivo, mas bello, más imponente. Pero eso no fue todo, ya que él mismo admitió sentir que algo se había metido a su cuerpo, pero que era una sensación fenomenal.

 Fue en un santiamén, que los conocimientos de aquella armadura "con vida", se transmitiecen a Narciso. Y fue allí, cuando comprendió todo, cuando comprendió que él era la reencarnación de Lúcifer, tan bello; inteligente y odioso como él, con la perspectiva de un mundo diferente y más atractivo. Narciso entendió que la armadura que llevaba puesta pertenecía al rey de las tinieblas, y así sentenció con un apretón de sus puños y una sonrisa...**