Ficha Completa Vatra de Merak Beta
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Ficha Completa Vatra de Merak Beta
Nombre: Vatra
Edad: 19 años
Sexo: Masculino
Nacionalidad: Asgardiano
Signo: Escorpio
Aspecto: Muchacho de cabellera rubia y pálida, ojos claros de color celeste, bien parecido y de bellos rasgos, su cuerpo está bien proporcionado tanto en altura como en peso y musculatura, fiel reflejo físico de la armónica conexión entre su cuerpo, mente y espíritu.
Imagen:
Perfil sicológico: Posee una energía emocional única. Muchacho de gran curiosidad, fuerza de voluntad y tenacidad, con su mente y espíritu constantemente abiertos a la reflexión. Su apariencia es tranquila pero en su interior se esconde una gran fuerza que en ocasiones raya en la violencia. Posee un gran magnetismo que lo convierte por naturaleza en el centro de atención, aún sin quererlo. Es afable, tiene un gran sentido del humor pero también es reservado y cortés. Esto provoca que se lo vea algo retirado del centro de actividad, pero en realidad está observando la situación con su ojo crítico. Esta personalidad dual se desarrolló dentro de si con un único propósito, hallar el balance, la armonía, el equilibrio entre ambos extremos para alcanzar la perfección.
Historia:
Mi nombre es Vatra, y desde los tiempos antiguos, la estirpe de mi familia a estado asociada a lo divino. ¿Qué es lo que dices? ¿Crees que te estoy mintiendo, verdad? Bien, dejame relatarte mi historia, por favor, toma asiento y escucha atentamente, realmente escucha atentamente, puesto que sino lo haces, perderás la oportunidad de conocer mi historia tal cuál fue creada, y por ende, la tomarás como una falacia, cuándo en realidad, no lo es.
Todo comenzó el día en que yo vine a este mundo. Recuerdo esta parte de mi historia gracias a mi padre, el rey Fúrion, quien se tomo mucho de su tiempo vital para asegurarse de que realmente la entendiera. Aquella noche, en el reino que mi padre el cual ya conoces y mi madre la reina Aerise gobernaban, los vientos soplaban desde los 8 puntos cardinales conocidos por el hombre. Muchos fueron los que asociaron a estos vientos con el suceso de algo único e irrepetible en este mundo, un suceso que marcaría la historia humana de manera perfécta, la manera de los dioses. Aquel suceso fue mi nacimiento.
Mi madre entro en trabajo de parto justo al mismo tiempo que los 8 vientos habían comenzado a soplar y que se arremolinaban, como si estuvieran luchando uno contra el otro para ganarse un lugar entre los muros del reino, como si estuvieran intentando contactar con algo o con alguien.
La sala en la que nos encontrábamos era una sala circular, ubicada en lo alto del castillo central del reino, poseía gran cantidad de aberturas, las que conocemos bajo el nombre de ventanas. Estas se encontraban cerradas, no dejaban entrar a los vientos que arrecían en el exterior, pero su contínua lucha si se podía percibir, bajo los fuertes sonidos que de ellas provenían y las vibraciones que eran percibidas a simple vista.
Durante en total fueron 8 horas las que mi madre consumió para lograr darme a luz, durante ese tiempo aquello no fue lo único que ella había consumido, ella entregó todas sus fuerzas, entregó toda su sangre, en resumidas cuentas, ella me lo había entregado todo, la prueba de aquello fue que ella había logrado darme la oportunidad de vivir, mientras que ella en ese mismo instante se despidió de este mundo, entregandose al acto que conocemos como muerte.
Fue en ese instante que las ventanas, las cuáles estaban cerradas, no soportaron más las fuerzas provinientes de los 8 vientos del exterior, las cerraduras cedieron y la madera sobre las que estaban apoyadas dichas cerraduras se quebró, las ventanas se abrieron de par en par, todas al mismo tiempo. Las nodrízas allí presentes que habían ayudado a mi madre durante el parto, intentaron en vano cobijarme de aquellos vientos helados. Mi padre, que hasta ese momento estaba conmocionado por todo lo sucedido, despertó de aquel estado inactivo, me tomó entre sus manos y corrió rapidamente hacia el salon principal, en donde grandes fuegos contenidos en grandes chimeneas llenaban de calor dicho recinto.
Mi padre, de orígen Nórdico, era además de rey, un gran sabio. A él siempre le interesó ser uno de ellos, y para lograrlo, debió contemplar todo desde todas las perspectivas posibles. Lo que lo había llevado a estudiar no solo todas las artes humanas, sino también en las diferentes formas y maneras que estas eran entendidas por la humanidad, la Filosofía Griega sobre la concepción del mundo, fué una de estas artes. Según los sofistas griegos, el mundo material estaba compuesto por 4 elementos, fuego, tierra, agua y aire, y este tipo de concepción, era muy similar a las concepciones acerca de la creación del mundo material según los relatos Nórdicos, la diferencia residía en que los nórdicos creían en la existencia de un quinto elemento, el amor.
Estos 5 elementos fuego, tierra, agua, aire y amor eran representados por 3 divinidades. Njoror, rige el viento, el mar y el fuego, y tiene como esposa a Skadi, la cazadora. Frey y Freyja son hijos de Njoror: Frey rige la lluvia y el sol y se lo invoca para conseguir buenas cosechas, representa la fecundidad; Freyja es la diosa del amor.
Fúrion había comprendido que la perfección del mundo natural, era el resultado de las interacciones de entre estos 5 elementos, pero para que se de dicha perfección, estos 5 elementos tienen que estar equilibrados en presencia, puesto que, si uno o más de ellos se encontraba en presencia o ausencia por encima de los demás, el resultado final de la combinación de estos no sería el equilibrio, sino el desequilibrio.
Como mi padre había comprendido aquello, también había comprendido muchas otras cosas. Entre ellas, supo comprender que solamente poseía una chance para dejar en este mundo su marca, lo que muchos hombres llaman legado, esa marca no era nadie más que yo. Supo comprender además de esto, que al ser solo yo quien podría darle vida a su legado, solo tenía una única posibilidad para llevarlo a cabo, si yo moría aquella noche, debido al frío que los 8 vientos me habían transferido a mi pequeño y frágil cuerpo, su legado moriría conmigo.
Se tomó un tiempo y reflexionó sobre lo que podía y no podía hacer al respecto. Llego a la conclusión de que de hacer algo, tendría que hacerlo bien, tendría que ser perfécto. En ese instante supo que para eso, hiciera lo que hiciera, tendría que ser algo armonioso, equilibrado, algo perféctamente balanceado, algo construído a partir de aquellos 5 elementos anteriormente nombrados fuego, tierra, agua, aire y amor.
Mi padre se puso a recordar todo lo que había acontecido durante mi nacimiento, algo que se había producido en aquel momento no hace muchos minutos atras. Mi cuerpo ya había sido tocado por el amor, fue el amor que mi madre me había dado cuando entregó su vida hacia mi, por lo tanto, dentro de mi habitaba una gran cantidad de amor.
También había sido tocado por el aire, aquellos 8 vientos que irrumpieron en la sala circular, por lo tanto, dentro de mi también habitaba una gran cantidad de viento.
El reino se encontraba a las afueras de Asgard, el agua en Asgard se presentaba en todas sus formas, por lo tanto, también yo había sido tocada por esta, dentro de mi habitaba una gran cantidad de agua.
A su vez, todos los seres humanos caminamos sobre la tierra, por lo tanto yo también había sido tocado por la tierra, dentro de mi, habitaba una gran cantidad de tierra.
Fue entonces cuando se dió cuenta que yo también había sido tocado por el fuego, pero solo levemente, mi nacimiento se dió durante la noche, y durante la noche, el sol no pudo tocarme, el unico contacto que yo tuve con el fuego eran aquellas hogueras que calentaban el recinto en al que mi padre me había transportado.
De esta manera, mi padre saco sus cuentas, no todos los elementos que se oponían por naturaleza estaban equilibrados, el aire y la tierra si lo estaban, el amor, que comprendía a la vida y la muerte también lo estaba, pero el agua y el fuego no corrían la misma suerte.
Al tomar conciencia de esto, fue entonces que decidió hacer algo al respecto, y fue así como fuí bautizado bajo el nombre de "Vatra" cuyo significado era "Fuego". De esta manera mi padre puso mi destino en mano de los dioses, con todas su fé y su sabiduría en ello. La noche transcurrió por completo, al día siguiente, mi padre despertó y entre sus brazos, me encontraba yo, su legado, aún con vida, había logrado sobrevivir a todas las desventajas que se me habían presentado en ese momento, y todo aquello fue gracias al equilibrio que mi padre supo entregarme.
Fúrion supo entender, que los dioses le habían otorgado la oportunidad de convertirme en un ser perfécto, pero para eso, debería ser instruído como un ser perfécto, es decir, un ser sabio. Se preguntó entonces quién o quienes sería/an los mejores maestros para llevar a cabo dicha tarea. Tras largas horas de reflexión, comprendió entonces que no podría haber un mejor maestro para mi, que él mismo, ya que él ya contaba con la sabiduría necesaria para hacerlo, y no solo eso, también contaba con el amor para hacerlo, después de todo, que amor es capaz de superar al amor que se crea entre un padre y su hijo.
Así los años fueron pasando uno tras otro, mi padre me instruyo en la literatura, las danzas, la música, la pintura y la escultura. Todas aquellas eran las consideradas hasta el momento como "bellas artes" y lo bello, era lo perfécto. Sin embargo, dentro de mí recidía una fuerte pasión por la justicia, el orden, la paz entre otras cosas, y a los 15 años de edad me pregunte a mi mismo ¿Cómo puedo yo crear, defender y mantener la justicia, el orden y la paz? Crearla no era difícil para mi, pues había sido instruído en las 5 bellas artes, sabía como lograrlo, los problemas se presentaban más adelante ¿Cómo podría yo defenderlas y mantenerlas con vida si no poseía conocimiento alguno sobre el arte de la guerra? Fue entonces que descubrí otra pasión más que habitaba dormida en mi interior, la pasión por el arte de la guerra.
Como todo arte que yo había aprendido, debía ser perfécto, para eso debía estar equilibrado, debía ser armonioso, debía presentarse en proporciones iguales. Le pedí entonces a mi padre que me instruyera en este nuevo arte, un rey tan sabio como lo era él seguramente debía conocer este arte. Recuerdo a la perfección su rostro cuándo y las palabras que me dedicó al haberle hecho el pedido.
Yo le dije lo siguiente "Padre, con todo el respeto que te mereces de mi parte, aprecio de manera real y leal el que me hayas instruído en todas las bellas artes, no solo eso, sino la manera en que lo llevaste acabo, sin embargo, nuevos pensamientos ocuparon mi mente, preguntas a las que yo encontre ciertas respuestas, y estas respuestas me llevaron a descubrir que 5 artes son insuficientes para mi, tengo sed de sabiduria casi en todo momento, quiero aprender sobre el arte de la guerra, quiero ser un gran guerrero, pero no de cualquier clase, sino uno justo, uno que tenga la fuerza y la inteligencia, el temperamento y la paciencia, que sepa ser justo con los justos y con los injustos por igual. ¿Podrás enseñarme el arte de la guerra de la manera en que yo te eh solicitado, padre?".
Los flancos de su rostro se hincharon con el aire que provenía de su interior, intentó contener el vino semi dulce que disfrutaba tanto en su boca, pero le fue imposible. Un chorro de color rojo brillante y translucido empapo mi rostro y se escurrio sobre el por completo, mi padre estallo en carcajadas y sujeto firmemente mis hombros con sus manos, se arrodillo frente a mi y me miro con aquellos ojos tan cálidos y vivos que se tambaleaban rápidamente, aquel rostro jamás me lo olvidaré, fue el rostro más cargado de felicidad verdadera que jamás contemple en mi vida.
De manera inmediata mi padre me respondió con las siguientes palabras "¿15 años te has tardado en hacer esta pregunta? Vaya tiempo el que has tardado, pero jamás es tarde para aprender hijo mío, tu madre estaría tan orgullosa de ti como lo estoy yo o incluso lo estaría más. No se si alguna vez te lo había contado pero, nuestra familia, proviene de una larga estirpe de guerreros históricamente asociados a los dioses, de hecho tu llevas las marcas del gran corcel Sleipnir en tu piel ¿No te habías dado cuenta?".
En ese entonces no lo había notado, por eso tampoco te lo había contado a ti, pero yo, Vatra, descendiente directo del rey Fúrion y la reina Aerise, primogénito y único fruto de su eterno amor, fuí marcado de nacimiento por aquella bestía legendaria, aquella noche, cuándo aquellos 8 vientos entraron en la sala circular en la que nací, no solo habían robado casi todo el calor de mi cuerpo, sino que habían quemado mi piel, dejando sus huellas en mi.
Al principio la piel de un ser humano tiene cierta superficie, y estas marcas no se habían mostrado de otra forma que no sea similar a las de unos simples moretones grisáceos, pero conforme fui creciendo y la superficie de mi piel se fue extendiendo, estas marcas comenzaron a tomar forma, estaban repartidas desde el dorso de mi hombro derecho, hasta el lado opuesto de mi espalda baja.
Es increible como a veces solo por estar viendo las cosas desde la perspectiva equivocada no nos percatamos de todo lo que pasa a nuestro alrededor ¿No lo crees? Continuando con mi historia, durante mis primeros 15 años jamás había visto mi espalda desnuda, la mayoría de las veces fui vestido por sirvientas, las otras veces en que lo hacia yo mismo, lo hacia de frente, por eso mismo no me había percatado de aquellas marcas ¿Qué dices, quieres verlas? Permiteme mostrartelas:
Así es, estas son las marcas que los 8 vientos dejaron en mi, esta criatura que ves ahora mismo es Sleipnir, el fiel y fiero corcel de Odín, señor de todo Asgard. Se dice que poseía 8 patas, y que cada una de ellas representa justamente a uno de los ocho vientos, de ahí que sea considerado como el corcel más rapido y fuerte de todos los tiempos.
Volviendo a mi historia, durante los siguientes 3 años fui entrenado por mi padre en el combate, de manera equitativa entre las poses y técnicas ofensivas y defensivas. Aprendí mucho de él, hasta que cumplí 18 años, al llegar mi decimo octavo día del nombre mi padre me envió aquí, al Valhalla.
Él me dijo que ya no podía enseñarme nada más, que apartir de ahora debía forjar y seguir mi camino, me dijo que, si de verdad queria ser un guerrero invencible, con un alto grado de conciencia, justicia y templansa, debía aprender de los míticos guerreros de Odín, aquellos que vivieron en el antiguo Valhalla.
A la mañana del siguiente día me entrego un fuerte caballo de tiro cargado con provisiones, grandes y abundantes pieles para protegerme del gélido frío de Asgard, y me señalo la dirección a tomar, me dijo que cuando llegara a un castillo y en su contrafrente se elevara una magnifica y gigantesca estatua del Dios Odín, bajara de la montura, esbozara una gran sonrisa, y que me sintiera como en mi hogar, pues ya habría llegado al Valhalla y podría continuar mi entrenamiento para poseer las dotes, habilidades, y aptitudes de un guerrero perfecto.
¿Este es el lugar verdad? No creo que mi padre me haya mentido al respecto.
** Los vientos soplaban gélidos y con ritmo constante como era costumbre en Asgard. Los rayos del Sol apenas si lograban inmiscuirse entre las grandes nubes que celosamente cubrían el cielo. Las últimas palabras de aquel joven guerrero parecían no haber impresionado a su receptor en lo absoluto, de él, no emanaba respuesta aparente, hasta que... **
???: Rompiendo el silencio con una voz grave y lenta -- ¿Cuántas veces has practicado ese discurso? Lo has recitado de una manera perfecta, hasta me atrevería a decir que es conmovedor. Pero las palabras no te ayudarán a convertirte en un dios guerrero, y si eso es lo que realmente quieres, entonces debes probarlo con hechos, y no con simples palabras. ¿Crees que tienes lo que se necesita para ser uno de ellos?. --
Vatra: Respondiendo con serenidad la pregunta de Tollmir -- Desconozco cuál es la diferencia entre ellos, los dioses guerreros, y nosotros los guerreros. Mi padre me contó algunas de las hazañas que se dice aún hoy día, han realizado. Si son ciertas, entonces no importa cuánto o que sea lo que me falte para ser como ellos, nunca me rendiré hasta lograrlo. --
???: Recargando su arma sobre su hombro derecho -- Mi nombre es Tollmir, conozco muy bien la senda de los dioses guerreros, en el pasado e intentado ser uno de ellos. Pero he pagado un precio muy caro por tomar dicha senda a la ligera, ellos en verdad son poseedores de habilidades y poderes que superan los límites humanos. ¿Entiendes lo que te digo, muchacho? --
** Los ojos de Vatra comenzaron a vibrar rápidamente, se mostraban inquietos, como intentando dilucidar o encontrar el significado de las palabras de Tollmir cuándo dijo "Pero he pagado un precio muy caro por tomar dicha senda a la ligera" El primogénito del rey Fúrion había viajado hacia el Valhalla para convertirse en un dios guerrero, pero... ¿Realmente se atrevería a pagar el precio? Los vientos se calmaron, los rayos del Sol comenzaron a filtrarse poco a poco a través de las grandes y grisáceas nubes, la nieve comenzaba a adquirir su tonalidad más común y pálida. **
[b]
Vatra: Tras haber reflexionado sobre las palabras de Tollmir -- No estoy muy seguro de que es lo que me has dicho. Pero si de algo sé que estoy completamente seguro, es de cumplir con aquello que ha despertado mi curiosidad natural. A lo largo de mis años de vida he aprendido que las casualidades no existen, son todas causalidades. El haber logrado sobrevivir contra todos los pronósticos fatalistas cuando fui un retoño es una de tantas pruebas de ello. Al menos déjame intentarlo, si fracaso o no esta en mi devenir, cuya estructura es incierta y cubierta con el velo de los misterioso. Pero ya he llegado hasta aquí, he bajado de mi montura y ahora está, ha de encontrar su lugar en el mundo, como yo he encontrado el mío, el Valhalla. --
** Luego de haber dicho aquellas palabras, el forastero golpeó los flancos traseros de su montura firmemente. Esta pronunció una sucesión de potentes y salvajes relinchos, se abrió camino rápidamente hacia el horizonte, límite con el cuál se había logrado fusionar tras unos instantes. Vatra había tomado su decisión, su nuevo hogar sería el Valhalla, y su vida, estaría marcada de una u otra forma por la senda de los dioses guerreros. **
** De esta forma dio comienzo una nueva etapa en la vida de Vatra. Día a día sus aptitudes físicas, mentales y espirituales fueron puestas a prueba. Largas horas de entrenamiento a la intemperie, expuesto a las tempestades naturales, o dentro de cavernas, cuyas temperaturas rozaban lo infernal, también sobre altas montañas, en donde el aire ya no era tan rico en oxígeno como en otros componentes suyos, y provocaba que todas las tareas del entrenamiento fuesen mucho más arduas. **
** Así fue que Tollmir, había puesto a prueba a Vatra durante todo un año completo. En el transcurso de dicho lapso temporal, una bella y armoniosa conexión se había formado entre ellos, construida a partir del esfuerzo, el respeto, y la incertidumbre de saber si aquel joven tenía dentro de él lo que era necesario para cumplir con sus anhelos. **
** Fue entonces cuando al comienzo del siguiente año, Tollmir había decidido finalmente que, aquel joven ser humano no le había mentido en lo absoluto. Su historia era muy cierta, de otra manera no habría logrado sobrevivir o continuado con tan arduo entrenamiento. Aquel proceso no tenía solo un motivo, sino varios, y uno de todos ellos era el del que el joven demostrará su perseverancia para con la causa de un verdadero Dios Guerrero. **
** Sin embargo, para convertirse finalmente en uno de ellos, debería conocer su energía principal, la fuente de sus asombrosos poderes y lograr los conocimientos suficientes para controlar dicha energía. Dicha energía era conocida por sus entendidos bajo el nombre de "cosmos o cosmoenergía" y ya era el momento de que Vatra supiera de ella. **
** Ambos, maestro y aprendiz se encontraron frente a frente tras haber comenzado un nuevo día. Se miraron fijamente y se analizaron en dicho momento. Tollmir fue quién tomó la iniciativa en esta ocasión. **
Maestro de armas, Tollmir: -- La hora ha llegado joven Vatra. Has probado tu valía y con creces. Pero aún no has desarrollado la fuerza oculta que alimenta a y cada uno de los dioses guerreros. Déjame preguntarte lo siguiente ¿Alguna vez has escuchado hablar del cosmos? --
[b]
Vatra: Interpretando detenidamente todas y cada una de las palabras del maestro de armas -- Claro que sí. Mi padre fue quien me habló de él en varias ocasiones, él decía lo siguiente... "El cosmos es un universo o conjunto de las cosas que existen, concebido como un todo ordenado y por ende, opuesto por significado al caos." --
Maestro de armas, Tollmir: Sujetándose su mentón con su mano derecha -- Interesante definición, muy cierta y precisa. Tu padre ha de ser un hombre muy sabio, ojala algún día tenga oportunidad de conocerlo. Precisamente, el cosmos es todo eso que has dicho. Ahora, déjame preguntarte ¿En dónde es que este existe, joven Vatra? --
Vatra: Analizando de manera reflexiva aquella pregunta -- En dónde es que este existe... la respuesta es sencilla maestro, en todas partes. --
Maestro de armas, Tollmir: Retirándose el casco y dejando ver su rostro al desnudo por primera vez ante Vatra -- Precisamente, en todas partes. Los dioses guerreros, todos y cada uno de ellos, conocen a la perfección este hecho, pero no solo lo conocen, sino que lo viven. Vivir la senda del Dios Guerrero significa vivirlo físicamente, a través del cuerpo, mentalmente, a través de la mente, y espiritualmente, a través del espíritu. Cuándo alguien alcanza a expresar cualquier conocimiento sobre esos 3 pilares, cuerpo, mente y alma, dicho conocimiento se vuelve 100% verídico, real y por ende, irrefutable. Cuándo alguien alcanza a expresar cualquier conocimiento sobre esos 3 pilares, cuerpo, mente y alma, dicho conocimiento se vuelve ordenado, equilibrado, balanceado, armonioso, por ende, se vuelve perfecto y por ende, se aleja del caos y este último jamás formará parte de este. ¿Comprendes lo que acabo de decirte, Vatra? --
Vatra: Tomándose unos segundos antes de responder a la pregunta de Tollmir -- Tus palabras me han llenado mi alma. Han iluminado muchos rincones oscuros dentro de mí. Ahora comprendo la diferencia entre ellos, los dioses guerreros y nosotros, los guerreros humanos. Pero debo insistir en mi camino. E venido para ser uno de ellos, y mí sed no se ha saciado aún. ¿Qué es lo que me falta comprender para alcanzar mi objetivo, maestro? --
Maestro de armas, Tollmir: -- ¿Comprender dices? Nada, comprendes a la perfección el tema. De otra manera no habrías encontrado respuesta alguna a mi primera pregunta. Si no has alcanzado aún tu objetivo no es por un problema en lo cognitivo, ni tampoco en lo físico, ya que has pasado todas las pruebas físicas el año pasado. No lo has alcanzado porque aún no vives dentro de la senda de los dioses guerreros, tu espíritu, aún pese a haber sido tocado varias veces en el pasado por las distintas esencias que conforman a este mundo, aún a pesar de haber sido tocado incluso por el poderoso Sleipnir, no ha despertado. El pilar de lo espiritual aún no se ha desarrollado en ti, al menos no lo suficiente. Es en dicha diferencia de desarrollo entre los 3 pilares fundamentales en donde radica tu actual imposibilidad. Alcanza con tu espíritu a tu cuerpo y a tu mente, entonces comprobarás que eres un verdadero Dios Guerrero. ¿Comprendes lo que acabo de decirte, Vatra? --
Vatra: Tomándose un momento, reflexionando respecto a lo dicho por Tollmir [¿Alcanzar con mi espíritu a mi mente y a mi cuerpo?] -- No con exactitud maestro, por favor, dime más al respecto. ¿Cómo puedo desarrollar mi espíritu? ¿Cómo puedo despertarlo de su letargo? --
Maestro de armas, Tollmir: Rompiendo su postura firme. Coloca su casco sobre la fría nieve que cubre el suelo. Perfilándose hacia los fríos mares que bañan la costa de Asgard -- Para lograrlo debes conocer tu propia esencia. Has sido tocado por todas ellas, de pequeño habitaron en ti en perfecto balance y armonía, pero a medida que has ido creciendo, es decir, a través de los años, se han ido modificando en presencia y ausencia, es decir, adquirieron un desequilibrio, por eso has podido desarrollar tu cuerpo y tu mente, ahora deberás devolverles el equilibrio natural que poseyeron alguna vez, y para eso deberás desarrollar tu espíritu. La última de las pruebas pondrá en riesgo tu vida como jamás otra lo ha hecho previamente. Deberás sumergirte por completo, en cuerpo, mente y alma dentro de los mares polares. Luego, sin salir de allí, deberás recrear tu propio universo, tu cosmos. Solo en él es que tú existes y seguirás existiendo. Para llevarlo a cabo, deberás conocer tu esencia, como te dije al comienzo, de otra manera, te será imposible lograrlo, y morirás en el intento. --
Vatra: Interrumpiendo las palabras de su maestro -- Pero maestro ¿Si muero para que abre entrenado todo este tiempo? ¿Acaso no habría sido todo en vano? --
Maestro de armas, Tollmir: Devolviendo su mirada hacia su joven discípulo -- Ahora lo ves. Estás en desequilibrio, el amor, aquella esencia que comprende a la vida y la muerte estuvo en perfecto equilibrio el día en que naciste, por eso lograste sobrevivir, tú mismo me lo has dicho aquel día en que nos conocimos. Pero ahora, conforme tu edad fue aumentando, ha perdido dicho equilibrio, se ha vuelto desequilibrado, es decir, ya no es perfecto. La prueba de eso es tu miedo hacia la muerte. Pero no te preocupes, después de todo soy yo, tu guía, tu maestro, y te llevaré por otro camino. Aún no estás listo para la última prueba, no conoces tu esencia, por ende deberás encontrarla. Para ello, deberás superar la siguiente prueba. Existen muchas palabras en este mundo, podríamos decir que hasta infinitas. 3 de ellas son mirar, ver y contemplar. Las 3 a primera vista parecen ser sinónimos, pero no lo son. Encuentra sus diferencias y entonces encontrarás el camino hacia tu esencia, y por ende, podrás superar la última de las pruebas para convertirte en un Dios Guerrero. --
** En ese preciso instante, Tollmir levantó su casco y comenzó a colocárselo lentamente, Vatra quien en un principio no lo había notado, ahora pudo ver las horrorosas cicatrices, piel y carne chamuscadas que Tollmir volvía a cubrir tras su gran e imponente casco metálico. Una estrepitosa y escalofriante sensación recorrió el cuerpo de Vatra por completo, sacudiendo no solo su cuerpo, sino su mente y hasta su alma. ¿Cómo es que no las había visto antes? ¿Por qué es que no se había dado cuenta apenas revelo su rostro al quitarse el casco? ¿Qué tenía que ver eso con las diferencias entre mirar, ver y contemplar? Tras la lenta marcha de Tollmir, Vatra se quedó atónito por lo acontecido, la verdad de lo sucedido lo había dejado congelado. Sin saberlo, y de manera inconsciente, se sentó sobre la fría nieve y comenzó a reflexionar al respecto. **
Vatra: Reflexionando hacia sus adentros [Mirar, ver y contemplar. Parecen sinónimos, pero no lo son... Tollmir se había sacado su casco, pero yo no estaba mirando su rostro, ni lo estaba viendo, estaba prestando atención a sus palabras, las recuerdo perfectamente... pero si no lo estaba mirando o viendo ¿Qué estuve haciendo yo con él? ¿Acaso...?] En un exabrupto momento de iluminación, Vatra rompió su perfecta quietud y entonces dijo con mucha felicidad -- ¡Eso es! ¡Yo no lo estaba mirando, yo no lo estaba viendo! ¡Yo lo estaba contemplando! ¡Por eso no me había percatado de aquellas marcas en su rostro! --
** En ese mismo instante, fue que sintió el frío extremo de su entorno. El día había acabado, la fría noche había ocupado su lugar. La sensación de vacío se apoderó de su estómago, y el hambre se volvió una cuestión urgente de atender. Comenzó su rápido regreso al Valhalla, para satisfacer sus necesidades y así poder continuar con lo encomendado por su maestro. **
** Al día siguiente, Vatra despertó, se lavó, se vistió, desayuno y se dirigió hacia la biblioteca. Allí busco el diccionario más completo, y comenzó a analizar los significados de las palabras mirar, ver y contemplar. Tras varias horas de análisis, llegó a la conclusión de que... **
Vatra: [Mirar, es solo un acto físico, fijar la vista en un punto específico. Ver, es no solo fijar la vista en un punto específico, sino también usar la mente, es decir, usar el sentido de la vista. Por el contrario, contemplar, era aún una acción mucho más compleja. Mirar es un acto, involucra una acción y por ende pertenece solo al cuerpo. Ver son dos actos, involucra el uso del sentido de la vista y por ende pertenece tanto al cuerpo como a la mente. Pero contemplar, son tres actos, involucra el interés, la atención, el detenimiento, la pasividad, el placer y la reflexión y por ende pertenece tanto al cuerpo, como a la mente y al alma.]
** Tras esta poderosa contemplación sobre aquellas 3 palabras que el maestro Tollmir le había encomendado a Vatra, fue que este último encontró el camino mediante el cual podría llegar a descubrir su esencia. Pero otra vez el día había acabado, y el frío y el hambre volvieron habitar en el cuerpo del discípulo, que rápidamente, ordenó lo que había utilizado, y se dispuso a realizar las acciones pertinentes para poder continuar con su entrenamiento al día siguiente. **
** Llegado el día siguiente, y concluidas las distintas ceremonias que involucran el comenzar un nuevo día. Vatra salió del Valhalla, se sentó a orillas del gélido mar y comenzó a contemplarse internamente. **
Vatra: [Acabo de superar la prueba de las 3 palabras, ahora es el turno de la prueba de mi esencia, debo encontrar cuál es mi esencia, veamos. En mi nacimiento fui tocado en partes iguales por todas las esencias que nos rodean a diario, fuego, tierra, viento, agua y amor. Gracias a ese perfecto balance entre ellas 5 es que logré sobrevivir mi primer día, y no solo eso, sino que logré pasar de sobrevivir a vivir. Pero al vivir las proporciones que habitaban en mí variaron conforme según el tiempo fue pasando, debido a eso fue que desarrolle agudamente mi cuerpo, mi mente y aún no he podido conseguir lo mismo con mi alma. Eso fue lo que Tollmir comprobó en nuestra última conversación, es por eso que si intentara realizar la prueba del cosmos, moriría. Debo encontrar mi esencia, pero... ¿Cuál es? En principio soy poseedor de todas esas esencias desde mi nacimiento, mi madre me entregó la primera de ellas, el amor, asique mi madre y el amor son parte de mí. En segundo lugar, fueron los 8 vientos quienes entraron en mí, y no solo ellos, sino hasta el mismo Sleipnir dejó su marca en mí, asique Sleipnir y el viento son parte de mí. En tercer lugar, yo puedo ser percibido por cualquiera de los 5 sentidos, por lo tanto existo, soy real, estoy construido a partir de algo, de materia, así como la tierra, por lo tanto la tierra es parte de mí. En cuarto lugar, aquella materia necesita un medio para desplazarse, mi cuerpo no es solo sólido, también es líquido, por lo tanto el agua también es parte de mí. En quinto y último lugar, pero no menos importante, mi nombre es Vatra, significa fuego, fue mi padre quien me lo dio, por lo tanto mi padre y el fuego son parte de mí. Yo soy el resultado de todo ello, por ende...] -- ¡Esa es mi esencia! --
** Aquel grito lleno de alegría, encanto, ilusión, fe y pasión entre muchas otras cosas, irrumpió el armonioso silencio del lugar. Tollmir se estremeció por completo y no solo él. Sino todo el ambiente. Al gritar "¡Esa es mi esencia!" Vatra se había puesto de pie, había extendido su brazo derecho y apuntado con el dedo índice de la misma mano hacia el mar. Todo aquello en tan solo fracciones de segundo, es decir, casi a la velocidad de la luz. Una luz increíblemente brillante emanaba de su cuerpo, esta se había concentrado sobre su dedo índice mientras se había puesto de pie y despegó de este hacia el lejano horizonte. Producto de todas estas acciones, la tierra se había agrietado severamente bajo los pies de Vatra, el aire se había arremolinado bruscamente a su alrededor, el agua del mar se vio partida en 2 durante algunos instantes, y el cielo se había estremecido por completo, y no solo el cielo, Tollmir que se encontraba a espaldas del joven Vatra, totalmente en silencio y custodiando sus acciones, cayó abruptamente al suelo tras dicho evento. **
Vatra: Totalmente sorprendido por lo que había ocurrido segundos atrás, sin poder comprender aquel evento en lo absoluto -- ¡¿Pero qué demonios fue eso?! --
** Mientras el cielo, el mar y la tierra retornaban a su calma original. Tollmir intentaba ponerse de pie. Al lograrlo, corrió hasta colocarse al lado de su discípulo, y totalmente anonadado por lo ocurrido, soltó su hacha de inmediato, para sacarse su casco lo más rápido posible y poder contemplar lo que había acabado de suceder. **
Maestro de armas, Tollmir: Mientras contemplaba -- Eso mi querido Vatra, eso es la cosmoenergía, acabas de lograr por primera vez en tu vida, no solo despertarla, sino controlarla y utilizarla... es... es increíble... solo han pasado ¿Cuánto, 2 días desde nuestra última conversación? Eso quiere decir que... si mañana logras la prueba del cosmos... en tan solo 3 días tu... tu lograste no solo la armonía entre tu cuerpo, mente y alma, sino que has alcanzado el 6to sentido, la conciencia, premonición o intuición, que logra potenciar los 5 sentidos ya conocidos por el hombre, has logrado despertar tu cosmos y casi hasta podría asegurar que rozaste el 7mo sentido... Vatra... tu... tu eres un... ¿Vatra, que haces allí en el suelo? ¡Levántate de inmediato! --
** Pese a los gritos de su maestro, el cuerpo del joven discípulo no había podido soportar todo lo acontecido. Rápidamente, apenas había comenzado a hablar su maestro, este joven se había desmayado, cayó sobre sus espaldas en la fría nieve y fue Tollmir quien tuvo que llevarlo hacia el Valhalla nuevamente. **
** Vatra quedó en estado de inconciencia durante 3 días enteros, Tollmir se ocupó de cuidarlo durante dicho lapso. Entrada la mañana del cuarto día, Vatra se despierta, como si nada hubiera sucedido, se sentía bien. Observó que el viejo Tollmir estaba durmiendo en una silla, de aspecto antiguo y resistente. Vatra intrigado por esto, se levantó, se vistió y comenzó con sus intentos para despertar al viejo maestro. **
Vatra: Meciendo suavemente los hombros de su maestro -- Maestro... Tollmir... ¡Maestro Tollmir despierte! --
Maestro de armas, Tollmir: Despertándose lentamente -- Detente ya pequeño Vatra, todavía es temprano, déjame dormir un poco más... vamos no molestes... -- Pensando sobre lo que acababa de decir [Un momento... ¿Detente ya pequeño Vatra? ¿Vatra ha despertado?] Rompiendo su ritmo lento y sacudiendo a su discípulo tras haberlo sujetado con ambas manos de sus hombros -- ¡Vatra ha despertado! ¡Si, Vatra por fin has despertado! Ja ja ja ja jaaa... Por un momento me habías preocupado pequeña sabandija... -- Culmino Tollmir mientras lo soltaba y Vatra tocaba nuevamente el suelo con sus pies.
Vatra: Algo desconcertado -- ¿Pero qué es lo que está diciendo maestro? ¿Cómo que por fin he despertado? ¿De qué va todo esto, acaso es una broma? --
Maestro de armas, Tollmir: Indicando con su dedo índice que no se trataba de una broma mientras lo mecía de lado a lado -- Nada de bromas Vatra. ¿Es qué no recuerdas nada? Has estado en reposo durante 3 días completos, no te preocupes, es normal, suele suceder a veces, cuándo se usa el cosmos por primera vez uno suele quedar exhausto. --
Vatra: Con un rostro lleno de sorpresa, desentendimiento y algo tonto -- Entonces... ¿Ya he realizado la prueba del cosmos, aquella última prueba en donde tenía que sumergirme en el mar gélido en cuerpo, mente y alma para recrear mi cosmos? ¿Soy un Dios Guerrero, maestro? -- Pregunto Vatra con cierto encanto y desencanto.
Maestro de armas, Tollmir: -- Ya veo... ¿No recuerdas nada verdad? Bien, te pondré al corriente, pero antes, tomemos asiento. -- Y así lo hicieron -- Vatra, aún no has superado la prueba de recreación del cosmos dentro del mar, por lo tanto, tampoco eres un Dios Guerrero. Lo que ha acontecido hace 4 días atrás fue otra cosa, fue el despertar de tu cosmoenergía, y no solo eso, sino que también lograste controlarla y manipularla, pero luego te desmayaste. Y... ahora no recuerdas nada de eso aparentemente, pero no debes desanimarte muchacho, estas a un paso de alcanzar tus sueños y metas, a un paso de convertirte en un verdadero Dios Guerrero, solo debes encontrar la forma de despertar, controlar y manipular tu cosmos de manera consciente. ¿Lo entiendes, muchacho? --
Vatra: Mostrándose confuso ante tal situación -- ¿Entonces aún no soy un Dios Guerrero? ¡Pero estoy muy cerca! Solo tengo que hacer lo mismo que hice antes de manera consciente, es simple maestro, eso es lo que tengo que hacer, gracias por todo --
Maestro de armas, Tollmir: -- ¿Gracias por todo? ¿Qué diantres quieres decir con "Gracias por todo"? Vatra... ¡Vatra espera! -- Grito Tollmir.
** Pero fue tarde. Vatra salió disparado como una flecha, sin desayunar, apenas vestido, corrió rápidamente hacia el mar gélido, se paró a orillas de este y se zambullo en él sin perder tiempo alguno. Nado hasta el fondo, y ahí divisó algo que jamás había visto antes. Una figura conocida, pero que se presentaba en un aspecto totalmente desconocido. Era la figura de Sleipnir, el bravo y fiero corcel del Dios Odín, de eso no había dudas. Pero lo raro era su aspecto metálico ¿Acaso se trataba de una estatua metálica del corcel que se encontraba sumergida en las profundidades del mar? Vatra siguió nadando hacia ella, hasta tocarla. Comenzó a contemplarla, era preciosa, era bellísima, era perfecta. Fue entonces cuando comenzó a sentir aquellas cosas que en un principio, no había sentido. El frío de mar había entrado en su cuerpo y estaba congelándolo rápidamente, el aire en sus pulmones se estaba agotando y debido al frío que sentía su cuerpo comenzaba a aletargarse, sus movimientos comenzaron a volverse lentos y pesados. Debía salir rápidamente del agua en busca de más aire y calor, pero no podía salir de allí todavía, la aparición de aquella estatua metálica lo había distraído de su verdadero propósito en aquel lugar. Debía de superar la prueba del cosmos que su maestro le había impuesto si quería convertirse en un Dios Guerrero. Asique con el poco tiempo que disponía comenzó a tratar de despertar su cosmos y su cosmoenergía. **
Vatra: Hablando para sus adentros, con su mente, para no perder el poco oxígeno que le quedaba en sus pulmones [Tengo que despertarla nuevamente, pero de manera consciente. Piensa Vatra ¡Contempla! El cosmos es un conjunto o universo de las cosas que existen, concebido como un todo ordenado, por oposición al caos. En este momento, estoy rodeado de caos, mi esencia no puede perdurar aquí dentro, necesito oxígeno, pero no hay aire, solo agua, tengo que... ¿Qué es esta luz que emana de mí? Qué cálida se siente, que tranquilidad tiene... ¿Eh la estatua de Sleipnir también tiene esta luz?]
** En ese preciso instante, aquella estatua de apariencia metálica de Sleipnir comenzó a emanar una gran cantidad de luz blanca y pura. Era el mismo tipo de energía que comenzó a emanar el cuerpo de Vatra. Ambas parecían haberse despertado al mismo tiempo, y se movían a través del agua como intentando tocarse, entonces, cuando aquello sucedió, cuando ambas energías se tocaron, algo sorprendente tomó lugar en la escena. **
** La estatua se rompió en pedazos, esos mismos pedazos que poseían una forma específica comenzaron a viajar hacia el cuerpo de Vatra. De a pares de piezas se adhirieron al cuerpo de aquel humano que, con completa sorpresa, comenzaba a sentir como aquella estatua metálica estaba formando una protección entre su cuerpo y el agua circundante, una armadura que lo estaba ayudando a devolver el equilibrio a su situación actual. El agua que rodeaba el cuerpo de Vatra comenzaba a incrementar su temperatura, pequeñas burbujas comenzaron a formarse y estas a agruparse para formar otras más grandes. Vatra sentía la necesidad de respirar otra vez, pero alrededor de él no había aire, solo agua, debía de equilibrar su situación, el conjunto total de cosas que existían a su alrededor, entonces fue cuando con tan solo pensar en ello, aquella luz blanca y fulgurante que lo rodeaba, brilló con una intensidad mucho mayor. El agua comenzó a arremolinarse alrededor del humano, este cerró sus puños, contrajo sus brazos y piernas contra su pecho para luego extenderlos a su máximo. **
** Tollmir había salido tras de Vatra al no poder detenerlo, intentó alcanzarlo pero al no poder hacerlo y para peor, haberlo perdido de vista, solo pudo seguir sus huellas, huellas que lo habían llevado hasta las orillas del mar gélido. Al llegar, estuvo a punto de lanzarse dentro del mar, cuando de repente, de este salió disparada una gran cantidad de masa acuática hacia los aires. Las aguas se habían separado una vez más frente a sus ojos, pero esta vez, de una manera mucho más espectacular. **
** El agua que ascendió a los cielos comenzó a precipitarse rápidamente sobre el lugar en forma de lluvia. Y luego una figura borrosa salió rápidamente desde las profundidades de aquella grieta marina, con rumbo ascendente. Tollmir totalmente sorprendido al respecto quedó paralizado, fue tras escuchar la caída de Vatra a sus espaldas que volvió en sí. El viejo maestro de armas giro a sus espaldas y quedó completamente maravillado con lo que sus ojos estaban viendo. **
** Frente a ellos se alzaba Vatra. Sobre él y cubriéndolo casi por completo se encontraba el sagrado manto de Merak Beta. Y alrededor de esta dupla tan espectacular, ardía fiera e intensamente su cosmoenergía de tonalidad blanca fulgurante, aquella tonalidad que nosotros, los seres humanos, tenemos tan asociada a la pureza, lo sagrado, lo perfecto. **
Vatra de Merak Beta: -- Maestro de armas Tollmir. Es una alegría verlo aquí y también que sea usted quién me vea a mí de esta manera por primera vez, como un auténtico Dios Guerrero. Lo hemos logrado maestro, siempre estaré en deuda con usted. --
Edad: 19 años
Sexo: Masculino
Nacionalidad: Asgardiano
Signo: Escorpio
Aspecto: Muchacho de cabellera rubia y pálida, ojos claros de color celeste, bien parecido y de bellos rasgos, su cuerpo está bien proporcionado tanto en altura como en peso y musculatura, fiel reflejo físico de la armónica conexión entre su cuerpo, mente y espíritu.
Imagen:
- Vatra de Merak Beta:
Perfil sicológico: Posee una energía emocional única. Muchacho de gran curiosidad, fuerza de voluntad y tenacidad, con su mente y espíritu constantemente abiertos a la reflexión. Su apariencia es tranquila pero en su interior se esconde una gran fuerza que en ocasiones raya en la violencia. Posee un gran magnetismo que lo convierte por naturaleza en el centro de atención, aún sin quererlo. Es afable, tiene un gran sentido del humor pero también es reservado y cortés. Esto provoca que se lo vea algo retirado del centro de actividad, pero en realidad está observando la situación con su ojo crítico. Esta personalidad dual se desarrolló dentro de si con un único propósito, hallar el balance, la armonía, el equilibrio entre ambos extremos para alcanzar la perfección.
Historia:
Vatra de Merak Beta, parte I
Mi nombre es Vatra, y desde los tiempos antiguos, la estirpe de mi familia a estado asociada a lo divino. ¿Qué es lo que dices? ¿Crees que te estoy mintiendo, verdad? Bien, dejame relatarte mi historia, por favor, toma asiento y escucha atentamente, realmente escucha atentamente, puesto que sino lo haces, perderás la oportunidad de conocer mi historia tal cuál fue creada, y por ende, la tomarás como una falacia, cuándo en realidad, no lo es.
Todo comenzó el día en que yo vine a este mundo. Recuerdo esta parte de mi historia gracias a mi padre, el rey Fúrion, quien se tomo mucho de su tiempo vital para asegurarse de que realmente la entendiera. Aquella noche, en el reino que mi padre el cual ya conoces y mi madre la reina Aerise gobernaban, los vientos soplaban desde los 8 puntos cardinales conocidos por el hombre. Muchos fueron los que asociaron a estos vientos con el suceso de algo único e irrepetible en este mundo, un suceso que marcaría la historia humana de manera perfécta, la manera de los dioses. Aquel suceso fue mi nacimiento.
Mi madre entro en trabajo de parto justo al mismo tiempo que los 8 vientos habían comenzado a soplar y que se arremolinaban, como si estuvieran luchando uno contra el otro para ganarse un lugar entre los muros del reino, como si estuvieran intentando contactar con algo o con alguien.
La sala en la que nos encontrábamos era una sala circular, ubicada en lo alto del castillo central del reino, poseía gran cantidad de aberturas, las que conocemos bajo el nombre de ventanas. Estas se encontraban cerradas, no dejaban entrar a los vientos que arrecían en el exterior, pero su contínua lucha si se podía percibir, bajo los fuertes sonidos que de ellas provenían y las vibraciones que eran percibidas a simple vista.
Durante en total fueron 8 horas las que mi madre consumió para lograr darme a luz, durante ese tiempo aquello no fue lo único que ella había consumido, ella entregó todas sus fuerzas, entregó toda su sangre, en resumidas cuentas, ella me lo había entregado todo, la prueba de aquello fue que ella había logrado darme la oportunidad de vivir, mientras que ella en ese mismo instante se despidió de este mundo, entregandose al acto que conocemos como muerte.
Fue en ese instante que las ventanas, las cuáles estaban cerradas, no soportaron más las fuerzas provinientes de los 8 vientos del exterior, las cerraduras cedieron y la madera sobre las que estaban apoyadas dichas cerraduras se quebró, las ventanas se abrieron de par en par, todas al mismo tiempo. Las nodrízas allí presentes que habían ayudado a mi madre durante el parto, intentaron en vano cobijarme de aquellos vientos helados. Mi padre, que hasta ese momento estaba conmocionado por todo lo sucedido, despertó de aquel estado inactivo, me tomó entre sus manos y corrió rapidamente hacia el salon principal, en donde grandes fuegos contenidos en grandes chimeneas llenaban de calor dicho recinto.
Mi padre, de orígen Nórdico, era además de rey, un gran sabio. A él siempre le interesó ser uno de ellos, y para lograrlo, debió contemplar todo desde todas las perspectivas posibles. Lo que lo había llevado a estudiar no solo todas las artes humanas, sino también en las diferentes formas y maneras que estas eran entendidas por la humanidad, la Filosofía Griega sobre la concepción del mundo, fué una de estas artes. Según los sofistas griegos, el mundo material estaba compuesto por 4 elementos, fuego, tierra, agua y aire, y este tipo de concepción, era muy similar a las concepciones acerca de la creación del mundo material según los relatos Nórdicos, la diferencia residía en que los nórdicos creían en la existencia de un quinto elemento, el amor.
Estos 5 elementos fuego, tierra, agua, aire y amor eran representados por 3 divinidades. Njoror, rige el viento, el mar y el fuego, y tiene como esposa a Skadi, la cazadora. Frey y Freyja son hijos de Njoror: Frey rige la lluvia y el sol y se lo invoca para conseguir buenas cosechas, representa la fecundidad; Freyja es la diosa del amor.
Fúrion había comprendido que la perfección del mundo natural, era el resultado de las interacciones de entre estos 5 elementos, pero para que se de dicha perfección, estos 5 elementos tienen que estar equilibrados en presencia, puesto que, si uno o más de ellos se encontraba en presencia o ausencia por encima de los demás, el resultado final de la combinación de estos no sería el equilibrio, sino el desequilibrio.
Como mi padre había comprendido aquello, también había comprendido muchas otras cosas. Entre ellas, supo comprender que solamente poseía una chance para dejar en este mundo su marca, lo que muchos hombres llaman legado, esa marca no era nadie más que yo. Supo comprender además de esto, que al ser solo yo quien podría darle vida a su legado, solo tenía una única posibilidad para llevarlo a cabo, si yo moría aquella noche, debido al frío que los 8 vientos me habían transferido a mi pequeño y frágil cuerpo, su legado moriría conmigo.
Se tomó un tiempo y reflexionó sobre lo que podía y no podía hacer al respecto. Llego a la conclusión de que de hacer algo, tendría que hacerlo bien, tendría que ser perfécto. En ese instante supo que para eso, hiciera lo que hiciera, tendría que ser algo armonioso, equilibrado, algo perféctamente balanceado, algo construído a partir de aquellos 5 elementos anteriormente nombrados fuego, tierra, agua, aire y amor.
Mi padre se puso a recordar todo lo que había acontecido durante mi nacimiento, algo que se había producido en aquel momento no hace muchos minutos atras. Mi cuerpo ya había sido tocado por el amor, fue el amor que mi madre me había dado cuando entregó su vida hacia mi, por lo tanto, dentro de mi habitaba una gran cantidad de amor.
También había sido tocado por el aire, aquellos 8 vientos que irrumpieron en la sala circular, por lo tanto, dentro de mi también habitaba una gran cantidad de viento.
El reino se encontraba a las afueras de Asgard, el agua en Asgard se presentaba en todas sus formas, por lo tanto, también yo había sido tocada por esta, dentro de mi habitaba una gran cantidad de agua.
A su vez, todos los seres humanos caminamos sobre la tierra, por lo tanto yo también había sido tocado por la tierra, dentro de mi, habitaba una gran cantidad de tierra.
Fue entonces cuando se dió cuenta que yo también había sido tocado por el fuego, pero solo levemente, mi nacimiento se dió durante la noche, y durante la noche, el sol no pudo tocarme, el unico contacto que yo tuve con el fuego eran aquellas hogueras que calentaban el recinto en al que mi padre me había transportado.
De esta manera, mi padre saco sus cuentas, no todos los elementos que se oponían por naturaleza estaban equilibrados, el aire y la tierra si lo estaban, el amor, que comprendía a la vida y la muerte también lo estaba, pero el agua y el fuego no corrían la misma suerte.
Al tomar conciencia de esto, fue entonces que decidió hacer algo al respecto, y fue así como fuí bautizado bajo el nombre de "Vatra" cuyo significado era "Fuego". De esta manera mi padre puso mi destino en mano de los dioses, con todas su fé y su sabiduría en ello. La noche transcurrió por completo, al día siguiente, mi padre despertó y entre sus brazos, me encontraba yo, su legado, aún con vida, había logrado sobrevivir a todas las desventajas que se me habían presentado en ese momento, y todo aquello fue gracias al equilibrio que mi padre supo entregarme.
Fúrion supo entender, que los dioses le habían otorgado la oportunidad de convertirme en un ser perfécto, pero para eso, debería ser instruído como un ser perfécto, es decir, un ser sabio. Se preguntó entonces quién o quienes sería/an los mejores maestros para llevar a cabo dicha tarea. Tras largas horas de reflexión, comprendió entonces que no podría haber un mejor maestro para mi, que él mismo, ya que él ya contaba con la sabiduría necesaria para hacerlo, y no solo eso, también contaba con el amor para hacerlo, después de todo, que amor es capaz de superar al amor que se crea entre un padre y su hijo.
Así los años fueron pasando uno tras otro, mi padre me instruyo en la literatura, las danzas, la música, la pintura y la escultura. Todas aquellas eran las consideradas hasta el momento como "bellas artes" y lo bello, era lo perfécto. Sin embargo, dentro de mí recidía una fuerte pasión por la justicia, el orden, la paz entre otras cosas, y a los 15 años de edad me pregunte a mi mismo ¿Cómo puedo yo crear, defender y mantener la justicia, el orden y la paz? Crearla no era difícil para mi, pues había sido instruído en las 5 bellas artes, sabía como lograrlo, los problemas se presentaban más adelante ¿Cómo podría yo defenderlas y mantenerlas con vida si no poseía conocimiento alguno sobre el arte de la guerra? Fue entonces que descubrí otra pasión más que habitaba dormida en mi interior, la pasión por el arte de la guerra.
Como todo arte que yo había aprendido, debía ser perfécto, para eso debía estar equilibrado, debía ser armonioso, debía presentarse en proporciones iguales. Le pedí entonces a mi padre que me instruyera en este nuevo arte, un rey tan sabio como lo era él seguramente debía conocer este arte. Recuerdo a la perfección su rostro cuándo y las palabras que me dedicó al haberle hecho el pedido.
Yo le dije lo siguiente "Padre, con todo el respeto que te mereces de mi parte, aprecio de manera real y leal el que me hayas instruído en todas las bellas artes, no solo eso, sino la manera en que lo llevaste acabo, sin embargo, nuevos pensamientos ocuparon mi mente, preguntas a las que yo encontre ciertas respuestas, y estas respuestas me llevaron a descubrir que 5 artes son insuficientes para mi, tengo sed de sabiduria casi en todo momento, quiero aprender sobre el arte de la guerra, quiero ser un gran guerrero, pero no de cualquier clase, sino uno justo, uno que tenga la fuerza y la inteligencia, el temperamento y la paciencia, que sepa ser justo con los justos y con los injustos por igual. ¿Podrás enseñarme el arte de la guerra de la manera en que yo te eh solicitado, padre?".
Los flancos de su rostro se hincharon con el aire que provenía de su interior, intentó contener el vino semi dulce que disfrutaba tanto en su boca, pero le fue imposible. Un chorro de color rojo brillante y translucido empapo mi rostro y se escurrio sobre el por completo, mi padre estallo en carcajadas y sujeto firmemente mis hombros con sus manos, se arrodillo frente a mi y me miro con aquellos ojos tan cálidos y vivos que se tambaleaban rápidamente, aquel rostro jamás me lo olvidaré, fue el rostro más cargado de felicidad verdadera que jamás contemple en mi vida.
De manera inmediata mi padre me respondió con las siguientes palabras "¿15 años te has tardado en hacer esta pregunta? Vaya tiempo el que has tardado, pero jamás es tarde para aprender hijo mío, tu madre estaría tan orgullosa de ti como lo estoy yo o incluso lo estaría más. No se si alguna vez te lo había contado pero, nuestra familia, proviene de una larga estirpe de guerreros históricamente asociados a los dioses, de hecho tu llevas las marcas del gran corcel Sleipnir en tu piel ¿No te habías dado cuenta?".
En ese entonces no lo había notado, por eso tampoco te lo había contado a ti, pero yo, Vatra, descendiente directo del rey Fúrion y la reina Aerise, primogénito y único fruto de su eterno amor, fuí marcado de nacimiento por aquella bestía legendaria, aquella noche, cuándo aquellos 8 vientos entraron en la sala circular en la que nací, no solo habían robado casi todo el calor de mi cuerpo, sino que habían quemado mi piel, dejando sus huellas en mi.
Al principio la piel de un ser humano tiene cierta superficie, y estas marcas no se habían mostrado de otra forma que no sea similar a las de unos simples moretones grisáceos, pero conforme fui creciendo y la superficie de mi piel se fue extendiendo, estas marcas comenzaron a tomar forma, estaban repartidas desde el dorso de mi hombro derecho, hasta el lado opuesto de mi espalda baja.
Es increible como a veces solo por estar viendo las cosas desde la perspectiva equivocada no nos percatamos de todo lo que pasa a nuestro alrededor ¿No lo crees? Continuando con mi historia, durante mis primeros 15 años jamás había visto mi espalda desnuda, la mayoría de las veces fui vestido por sirvientas, las otras veces en que lo hacia yo mismo, lo hacia de frente, por eso mismo no me había percatado de aquellas marcas ¿Qué dices, quieres verlas? Permiteme mostrartelas:
- Marca de los 8 vientos:
Así es, estas son las marcas que los 8 vientos dejaron en mi, esta criatura que ves ahora mismo es Sleipnir, el fiel y fiero corcel de Odín, señor de todo Asgard. Se dice que poseía 8 patas, y que cada una de ellas representa justamente a uno de los ocho vientos, de ahí que sea considerado como el corcel más rapido y fuerte de todos los tiempos.
Volviendo a mi historia, durante los siguientes 3 años fui entrenado por mi padre en el combate, de manera equitativa entre las poses y técnicas ofensivas y defensivas. Aprendí mucho de él, hasta que cumplí 18 años, al llegar mi decimo octavo día del nombre mi padre me envió aquí, al Valhalla.
Él me dijo que ya no podía enseñarme nada más, que apartir de ahora debía forjar y seguir mi camino, me dijo que, si de verdad queria ser un guerrero invencible, con un alto grado de conciencia, justicia y templansa, debía aprender de los míticos guerreros de Odín, aquellos que vivieron en el antiguo Valhalla.
A la mañana del siguiente día me entrego un fuerte caballo de tiro cargado con provisiones, grandes y abundantes pieles para protegerme del gélido frío de Asgard, y me señalo la dirección a tomar, me dijo que cuando llegara a un castillo y en su contrafrente se elevara una magnifica y gigantesca estatua del Dios Odín, bajara de la montura, esbozara una gran sonrisa, y que me sintiera como en mi hogar, pues ya habría llegado al Valhalla y podría continuar mi entrenamiento para poseer las dotes, habilidades, y aptitudes de un guerrero perfecto.
¿Este es el lugar verdad? No creo que mi padre me haya mentido al respecto.
Vatra de Merak Beta, parte II
** Los vientos soplaban gélidos y con ritmo constante como era costumbre en Asgard. Los rayos del Sol apenas si lograban inmiscuirse entre las grandes nubes que celosamente cubrían el cielo. Las últimas palabras de aquel joven guerrero parecían no haber impresionado a su receptor en lo absoluto, de él, no emanaba respuesta aparente, hasta que... **
???: Rompiendo el silencio con una voz grave y lenta -- ¿Cuántas veces has practicado ese discurso? Lo has recitado de una manera perfecta, hasta me atrevería a decir que es conmovedor. Pero las palabras no te ayudarán a convertirte en un dios guerrero, y si eso es lo que realmente quieres, entonces debes probarlo con hechos, y no con simples palabras. ¿Crees que tienes lo que se necesita para ser uno de ellos?. --
Vatra: Respondiendo con serenidad la pregunta de Tollmir -- Desconozco cuál es la diferencia entre ellos, los dioses guerreros, y nosotros los guerreros. Mi padre me contó algunas de las hazañas que se dice aún hoy día, han realizado. Si son ciertas, entonces no importa cuánto o que sea lo que me falte para ser como ellos, nunca me rendiré hasta lograrlo. --
???: Recargando su arma sobre su hombro derecho -- Mi nombre es Tollmir, conozco muy bien la senda de los dioses guerreros, en el pasado e intentado ser uno de ellos. Pero he pagado un precio muy caro por tomar dicha senda a la ligera, ellos en verdad son poseedores de habilidades y poderes que superan los límites humanos. ¿Entiendes lo que te digo, muchacho? --
** Los ojos de Vatra comenzaron a vibrar rápidamente, se mostraban inquietos, como intentando dilucidar o encontrar el significado de las palabras de Tollmir cuándo dijo "Pero he pagado un precio muy caro por tomar dicha senda a la ligera" El primogénito del rey Fúrion había viajado hacia el Valhalla para convertirse en un dios guerrero, pero... ¿Realmente se atrevería a pagar el precio? Los vientos se calmaron, los rayos del Sol comenzaron a filtrarse poco a poco a través de las grandes y grisáceas nubes, la nieve comenzaba a adquirir su tonalidad más común y pálida. **
[b]
Vatra: Tras haber reflexionado sobre las palabras de Tollmir -- No estoy muy seguro de que es lo que me has dicho. Pero si de algo sé que estoy completamente seguro, es de cumplir con aquello que ha despertado mi curiosidad natural. A lo largo de mis años de vida he aprendido que las casualidades no existen, son todas causalidades. El haber logrado sobrevivir contra todos los pronósticos fatalistas cuando fui un retoño es una de tantas pruebas de ello. Al menos déjame intentarlo, si fracaso o no esta en mi devenir, cuya estructura es incierta y cubierta con el velo de los misterioso. Pero ya he llegado hasta aquí, he bajado de mi montura y ahora está, ha de encontrar su lugar en el mundo, como yo he encontrado el mío, el Valhalla. --
** Luego de haber dicho aquellas palabras, el forastero golpeó los flancos traseros de su montura firmemente. Esta pronunció una sucesión de potentes y salvajes relinchos, se abrió camino rápidamente hacia el horizonte, límite con el cuál se había logrado fusionar tras unos instantes. Vatra había tomado su decisión, su nuevo hogar sería el Valhalla, y su vida, estaría marcada de una u otra forma por la senda de los dioses guerreros. **
** De esta forma dio comienzo una nueva etapa en la vida de Vatra. Día a día sus aptitudes físicas, mentales y espirituales fueron puestas a prueba. Largas horas de entrenamiento a la intemperie, expuesto a las tempestades naturales, o dentro de cavernas, cuyas temperaturas rozaban lo infernal, también sobre altas montañas, en donde el aire ya no era tan rico en oxígeno como en otros componentes suyos, y provocaba que todas las tareas del entrenamiento fuesen mucho más arduas. **
** Así fue que Tollmir, había puesto a prueba a Vatra durante todo un año completo. En el transcurso de dicho lapso temporal, una bella y armoniosa conexión se había formado entre ellos, construida a partir del esfuerzo, el respeto, y la incertidumbre de saber si aquel joven tenía dentro de él lo que era necesario para cumplir con sus anhelos. **
** Fue entonces cuando al comienzo del siguiente año, Tollmir había decidido finalmente que, aquel joven ser humano no le había mentido en lo absoluto. Su historia era muy cierta, de otra manera no habría logrado sobrevivir o continuado con tan arduo entrenamiento. Aquel proceso no tenía solo un motivo, sino varios, y uno de todos ellos era el del que el joven demostrará su perseverancia para con la causa de un verdadero Dios Guerrero. **
** Sin embargo, para convertirse finalmente en uno de ellos, debería conocer su energía principal, la fuente de sus asombrosos poderes y lograr los conocimientos suficientes para controlar dicha energía. Dicha energía era conocida por sus entendidos bajo el nombre de "cosmos o cosmoenergía" y ya era el momento de que Vatra supiera de ella. **
** Ambos, maestro y aprendiz se encontraron frente a frente tras haber comenzado un nuevo día. Se miraron fijamente y se analizaron en dicho momento. Tollmir fue quién tomó la iniciativa en esta ocasión. **
Maestro de armas, Tollmir: -- La hora ha llegado joven Vatra. Has probado tu valía y con creces. Pero aún no has desarrollado la fuerza oculta que alimenta a y cada uno de los dioses guerreros. Déjame preguntarte lo siguiente ¿Alguna vez has escuchado hablar del cosmos? --
[b]
Vatra: Interpretando detenidamente todas y cada una de las palabras del maestro de armas -- Claro que sí. Mi padre fue quien me habló de él en varias ocasiones, él decía lo siguiente... "El cosmos es un universo o conjunto de las cosas que existen, concebido como un todo ordenado y por ende, opuesto por significado al caos." --
Maestro de armas, Tollmir: Sujetándose su mentón con su mano derecha -- Interesante definición, muy cierta y precisa. Tu padre ha de ser un hombre muy sabio, ojala algún día tenga oportunidad de conocerlo. Precisamente, el cosmos es todo eso que has dicho. Ahora, déjame preguntarte ¿En dónde es que este existe, joven Vatra? --
Vatra: Analizando de manera reflexiva aquella pregunta -- En dónde es que este existe... la respuesta es sencilla maestro, en todas partes. --
Maestro de armas, Tollmir: Retirándose el casco y dejando ver su rostro al desnudo por primera vez ante Vatra -- Precisamente, en todas partes. Los dioses guerreros, todos y cada uno de ellos, conocen a la perfección este hecho, pero no solo lo conocen, sino que lo viven. Vivir la senda del Dios Guerrero significa vivirlo físicamente, a través del cuerpo, mentalmente, a través de la mente, y espiritualmente, a través del espíritu. Cuándo alguien alcanza a expresar cualquier conocimiento sobre esos 3 pilares, cuerpo, mente y alma, dicho conocimiento se vuelve 100% verídico, real y por ende, irrefutable. Cuándo alguien alcanza a expresar cualquier conocimiento sobre esos 3 pilares, cuerpo, mente y alma, dicho conocimiento se vuelve ordenado, equilibrado, balanceado, armonioso, por ende, se vuelve perfecto y por ende, se aleja del caos y este último jamás formará parte de este. ¿Comprendes lo que acabo de decirte, Vatra? --
Vatra: Tomándose unos segundos antes de responder a la pregunta de Tollmir -- Tus palabras me han llenado mi alma. Han iluminado muchos rincones oscuros dentro de mí. Ahora comprendo la diferencia entre ellos, los dioses guerreros y nosotros, los guerreros humanos. Pero debo insistir en mi camino. E venido para ser uno de ellos, y mí sed no se ha saciado aún. ¿Qué es lo que me falta comprender para alcanzar mi objetivo, maestro? --
Maestro de armas, Tollmir: -- ¿Comprender dices? Nada, comprendes a la perfección el tema. De otra manera no habrías encontrado respuesta alguna a mi primera pregunta. Si no has alcanzado aún tu objetivo no es por un problema en lo cognitivo, ni tampoco en lo físico, ya que has pasado todas las pruebas físicas el año pasado. No lo has alcanzado porque aún no vives dentro de la senda de los dioses guerreros, tu espíritu, aún pese a haber sido tocado varias veces en el pasado por las distintas esencias que conforman a este mundo, aún a pesar de haber sido tocado incluso por el poderoso Sleipnir, no ha despertado. El pilar de lo espiritual aún no se ha desarrollado en ti, al menos no lo suficiente. Es en dicha diferencia de desarrollo entre los 3 pilares fundamentales en donde radica tu actual imposibilidad. Alcanza con tu espíritu a tu cuerpo y a tu mente, entonces comprobarás que eres un verdadero Dios Guerrero. ¿Comprendes lo que acabo de decirte, Vatra? --
Vatra: Tomándose un momento, reflexionando respecto a lo dicho por Tollmir [¿Alcanzar con mi espíritu a mi mente y a mi cuerpo?] -- No con exactitud maestro, por favor, dime más al respecto. ¿Cómo puedo desarrollar mi espíritu? ¿Cómo puedo despertarlo de su letargo? --
Maestro de armas, Tollmir: Rompiendo su postura firme. Coloca su casco sobre la fría nieve que cubre el suelo. Perfilándose hacia los fríos mares que bañan la costa de Asgard -- Para lograrlo debes conocer tu propia esencia. Has sido tocado por todas ellas, de pequeño habitaron en ti en perfecto balance y armonía, pero a medida que has ido creciendo, es decir, a través de los años, se han ido modificando en presencia y ausencia, es decir, adquirieron un desequilibrio, por eso has podido desarrollar tu cuerpo y tu mente, ahora deberás devolverles el equilibrio natural que poseyeron alguna vez, y para eso deberás desarrollar tu espíritu. La última de las pruebas pondrá en riesgo tu vida como jamás otra lo ha hecho previamente. Deberás sumergirte por completo, en cuerpo, mente y alma dentro de los mares polares. Luego, sin salir de allí, deberás recrear tu propio universo, tu cosmos. Solo en él es que tú existes y seguirás existiendo. Para llevarlo a cabo, deberás conocer tu esencia, como te dije al comienzo, de otra manera, te será imposible lograrlo, y morirás en el intento. --
Vatra: Interrumpiendo las palabras de su maestro -- Pero maestro ¿Si muero para que abre entrenado todo este tiempo? ¿Acaso no habría sido todo en vano? --
Maestro de armas, Tollmir: Devolviendo su mirada hacia su joven discípulo -- Ahora lo ves. Estás en desequilibrio, el amor, aquella esencia que comprende a la vida y la muerte estuvo en perfecto equilibrio el día en que naciste, por eso lograste sobrevivir, tú mismo me lo has dicho aquel día en que nos conocimos. Pero ahora, conforme tu edad fue aumentando, ha perdido dicho equilibrio, se ha vuelto desequilibrado, es decir, ya no es perfecto. La prueba de eso es tu miedo hacia la muerte. Pero no te preocupes, después de todo soy yo, tu guía, tu maestro, y te llevaré por otro camino. Aún no estás listo para la última prueba, no conoces tu esencia, por ende deberás encontrarla. Para ello, deberás superar la siguiente prueba. Existen muchas palabras en este mundo, podríamos decir que hasta infinitas. 3 de ellas son mirar, ver y contemplar. Las 3 a primera vista parecen ser sinónimos, pero no lo son. Encuentra sus diferencias y entonces encontrarás el camino hacia tu esencia, y por ende, podrás superar la última de las pruebas para convertirte en un Dios Guerrero. --
** En ese preciso instante, Tollmir levantó su casco y comenzó a colocárselo lentamente, Vatra quien en un principio no lo había notado, ahora pudo ver las horrorosas cicatrices, piel y carne chamuscadas que Tollmir volvía a cubrir tras su gran e imponente casco metálico. Una estrepitosa y escalofriante sensación recorrió el cuerpo de Vatra por completo, sacudiendo no solo su cuerpo, sino su mente y hasta su alma. ¿Cómo es que no las había visto antes? ¿Por qué es que no se había dado cuenta apenas revelo su rostro al quitarse el casco? ¿Qué tenía que ver eso con las diferencias entre mirar, ver y contemplar? Tras la lenta marcha de Tollmir, Vatra se quedó atónito por lo acontecido, la verdad de lo sucedido lo había dejado congelado. Sin saberlo, y de manera inconsciente, se sentó sobre la fría nieve y comenzó a reflexionar al respecto. **
Vatra: Reflexionando hacia sus adentros [Mirar, ver y contemplar. Parecen sinónimos, pero no lo son... Tollmir se había sacado su casco, pero yo no estaba mirando su rostro, ni lo estaba viendo, estaba prestando atención a sus palabras, las recuerdo perfectamente... pero si no lo estaba mirando o viendo ¿Qué estuve haciendo yo con él? ¿Acaso...?] En un exabrupto momento de iluminación, Vatra rompió su perfecta quietud y entonces dijo con mucha felicidad -- ¡Eso es! ¡Yo no lo estaba mirando, yo no lo estaba viendo! ¡Yo lo estaba contemplando! ¡Por eso no me había percatado de aquellas marcas en su rostro! --
** En ese mismo instante, fue que sintió el frío extremo de su entorno. El día había acabado, la fría noche había ocupado su lugar. La sensación de vacío se apoderó de su estómago, y el hambre se volvió una cuestión urgente de atender. Comenzó su rápido regreso al Valhalla, para satisfacer sus necesidades y así poder continuar con lo encomendado por su maestro. **
** Al día siguiente, Vatra despertó, se lavó, se vistió, desayuno y se dirigió hacia la biblioteca. Allí busco el diccionario más completo, y comenzó a analizar los significados de las palabras mirar, ver y contemplar. Tras varias horas de análisis, llegó a la conclusión de que... **
Vatra: [Mirar, es solo un acto físico, fijar la vista en un punto específico. Ver, es no solo fijar la vista en un punto específico, sino también usar la mente, es decir, usar el sentido de la vista. Por el contrario, contemplar, era aún una acción mucho más compleja. Mirar es un acto, involucra una acción y por ende pertenece solo al cuerpo. Ver son dos actos, involucra el uso del sentido de la vista y por ende pertenece tanto al cuerpo como a la mente. Pero contemplar, son tres actos, involucra el interés, la atención, el detenimiento, la pasividad, el placer y la reflexión y por ende pertenece tanto al cuerpo, como a la mente y al alma.]
** Tras esta poderosa contemplación sobre aquellas 3 palabras que el maestro Tollmir le había encomendado a Vatra, fue que este último encontró el camino mediante el cual podría llegar a descubrir su esencia. Pero otra vez el día había acabado, y el frío y el hambre volvieron habitar en el cuerpo del discípulo, que rápidamente, ordenó lo que había utilizado, y se dispuso a realizar las acciones pertinentes para poder continuar con su entrenamiento al día siguiente. **
** Llegado el día siguiente, y concluidas las distintas ceremonias que involucran el comenzar un nuevo día. Vatra salió del Valhalla, se sentó a orillas del gélido mar y comenzó a contemplarse internamente. **
Vatra: [Acabo de superar la prueba de las 3 palabras, ahora es el turno de la prueba de mi esencia, debo encontrar cuál es mi esencia, veamos. En mi nacimiento fui tocado en partes iguales por todas las esencias que nos rodean a diario, fuego, tierra, viento, agua y amor. Gracias a ese perfecto balance entre ellas 5 es que logré sobrevivir mi primer día, y no solo eso, sino que logré pasar de sobrevivir a vivir. Pero al vivir las proporciones que habitaban en mí variaron conforme según el tiempo fue pasando, debido a eso fue que desarrolle agudamente mi cuerpo, mi mente y aún no he podido conseguir lo mismo con mi alma. Eso fue lo que Tollmir comprobó en nuestra última conversación, es por eso que si intentara realizar la prueba del cosmos, moriría. Debo encontrar mi esencia, pero... ¿Cuál es? En principio soy poseedor de todas esas esencias desde mi nacimiento, mi madre me entregó la primera de ellas, el amor, asique mi madre y el amor son parte de mí. En segundo lugar, fueron los 8 vientos quienes entraron en mí, y no solo ellos, sino hasta el mismo Sleipnir dejó su marca en mí, asique Sleipnir y el viento son parte de mí. En tercer lugar, yo puedo ser percibido por cualquiera de los 5 sentidos, por lo tanto existo, soy real, estoy construido a partir de algo, de materia, así como la tierra, por lo tanto la tierra es parte de mí. En cuarto lugar, aquella materia necesita un medio para desplazarse, mi cuerpo no es solo sólido, también es líquido, por lo tanto el agua también es parte de mí. En quinto y último lugar, pero no menos importante, mi nombre es Vatra, significa fuego, fue mi padre quien me lo dio, por lo tanto mi padre y el fuego son parte de mí. Yo soy el resultado de todo ello, por ende...] -- ¡Esa es mi esencia! --
** Aquel grito lleno de alegría, encanto, ilusión, fe y pasión entre muchas otras cosas, irrumpió el armonioso silencio del lugar. Tollmir se estremeció por completo y no solo él. Sino todo el ambiente. Al gritar "¡Esa es mi esencia!" Vatra se había puesto de pie, había extendido su brazo derecho y apuntado con el dedo índice de la misma mano hacia el mar. Todo aquello en tan solo fracciones de segundo, es decir, casi a la velocidad de la luz. Una luz increíblemente brillante emanaba de su cuerpo, esta se había concentrado sobre su dedo índice mientras se había puesto de pie y despegó de este hacia el lejano horizonte. Producto de todas estas acciones, la tierra se había agrietado severamente bajo los pies de Vatra, el aire se había arremolinado bruscamente a su alrededor, el agua del mar se vio partida en 2 durante algunos instantes, y el cielo se había estremecido por completo, y no solo el cielo, Tollmir que se encontraba a espaldas del joven Vatra, totalmente en silencio y custodiando sus acciones, cayó abruptamente al suelo tras dicho evento. **
Vatra: Totalmente sorprendido por lo que había ocurrido segundos atrás, sin poder comprender aquel evento en lo absoluto -- ¡¿Pero qué demonios fue eso?! --
** Mientras el cielo, el mar y la tierra retornaban a su calma original. Tollmir intentaba ponerse de pie. Al lograrlo, corrió hasta colocarse al lado de su discípulo, y totalmente anonadado por lo ocurrido, soltó su hacha de inmediato, para sacarse su casco lo más rápido posible y poder contemplar lo que había acabado de suceder. **
Maestro de armas, Tollmir: Mientras contemplaba -- Eso mi querido Vatra, eso es la cosmoenergía, acabas de lograr por primera vez en tu vida, no solo despertarla, sino controlarla y utilizarla... es... es increíble... solo han pasado ¿Cuánto, 2 días desde nuestra última conversación? Eso quiere decir que... si mañana logras la prueba del cosmos... en tan solo 3 días tu... tu lograste no solo la armonía entre tu cuerpo, mente y alma, sino que has alcanzado el 6to sentido, la conciencia, premonición o intuición, que logra potenciar los 5 sentidos ya conocidos por el hombre, has logrado despertar tu cosmos y casi hasta podría asegurar que rozaste el 7mo sentido... Vatra... tu... tu eres un... ¿Vatra, que haces allí en el suelo? ¡Levántate de inmediato! --
** Pese a los gritos de su maestro, el cuerpo del joven discípulo no había podido soportar todo lo acontecido. Rápidamente, apenas había comenzado a hablar su maestro, este joven se había desmayado, cayó sobre sus espaldas en la fría nieve y fue Tollmir quien tuvo que llevarlo hacia el Valhalla nuevamente. **
** Vatra quedó en estado de inconciencia durante 3 días enteros, Tollmir se ocupó de cuidarlo durante dicho lapso. Entrada la mañana del cuarto día, Vatra se despierta, como si nada hubiera sucedido, se sentía bien. Observó que el viejo Tollmir estaba durmiendo en una silla, de aspecto antiguo y resistente. Vatra intrigado por esto, se levantó, se vistió y comenzó con sus intentos para despertar al viejo maestro. **
Vatra: Meciendo suavemente los hombros de su maestro -- Maestro... Tollmir... ¡Maestro Tollmir despierte! --
Maestro de armas, Tollmir: Despertándose lentamente -- Detente ya pequeño Vatra, todavía es temprano, déjame dormir un poco más... vamos no molestes... -- Pensando sobre lo que acababa de decir [Un momento... ¿Detente ya pequeño Vatra? ¿Vatra ha despertado?] Rompiendo su ritmo lento y sacudiendo a su discípulo tras haberlo sujetado con ambas manos de sus hombros -- ¡Vatra ha despertado! ¡Si, Vatra por fin has despertado! Ja ja ja ja jaaa... Por un momento me habías preocupado pequeña sabandija... -- Culmino Tollmir mientras lo soltaba y Vatra tocaba nuevamente el suelo con sus pies.
Vatra: Algo desconcertado -- ¿Pero qué es lo que está diciendo maestro? ¿Cómo que por fin he despertado? ¿De qué va todo esto, acaso es una broma? --
Maestro de armas, Tollmir: Indicando con su dedo índice que no se trataba de una broma mientras lo mecía de lado a lado -- Nada de bromas Vatra. ¿Es qué no recuerdas nada? Has estado en reposo durante 3 días completos, no te preocupes, es normal, suele suceder a veces, cuándo se usa el cosmos por primera vez uno suele quedar exhausto. --
Vatra: Con un rostro lleno de sorpresa, desentendimiento y algo tonto -- Entonces... ¿Ya he realizado la prueba del cosmos, aquella última prueba en donde tenía que sumergirme en el mar gélido en cuerpo, mente y alma para recrear mi cosmos? ¿Soy un Dios Guerrero, maestro? -- Pregunto Vatra con cierto encanto y desencanto.
Maestro de armas, Tollmir: -- Ya veo... ¿No recuerdas nada verdad? Bien, te pondré al corriente, pero antes, tomemos asiento. -- Y así lo hicieron -- Vatra, aún no has superado la prueba de recreación del cosmos dentro del mar, por lo tanto, tampoco eres un Dios Guerrero. Lo que ha acontecido hace 4 días atrás fue otra cosa, fue el despertar de tu cosmoenergía, y no solo eso, sino que también lograste controlarla y manipularla, pero luego te desmayaste. Y... ahora no recuerdas nada de eso aparentemente, pero no debes desanimarte muchacho, estas a un paso de alcanzar tus sueños y metas, a un paso de convertirte en un verdadero Dios Guerrero, solo debes encontrar la forma de despertar, controlar y manipular tu cosmos de manera consciente. ¿Lo entiendes, muchacho? --
Vatra: Mostrándose confuso ante tal situación -- ¿Entonces aún no soy un Dios Guerrero? ¡Pero estoy muy cerca! Solo tengo que hacer lo mismo que hice antes de manera consciente, es simple maestro, eso es lo que tengo que hacer, gracias por todo --
Maestro de armas, Tollmir: -- ¿Gracias por todo? ¿Qué diantres quieres decir con "Gracias por todo"? Vatra... ¡Vatra espera! -- Grito Tollmir.
** Pero fue tarde. Vatra salió disparado como una flecha, sin desayunar, apenas vestido, corrió rápidamente hacia el mar gélido, se paró a orillas de este y se zambullo en él sin perder tiempo alguno. Nado hasta el fondo, y ahí divisó algo que jamás había visto antes. Una figura conocida, pero que se presentaba en un aspecto totalmente desconocido. Era la figura de Sleipnir, el bravo y fiero corcel del Dios Odín, de eso no había dudas. Pero lo raro era su aspecto metálico ¿Acaso se trataba de una estatua metálica del corcel que se encontraba sumergida en las profundidades del mar? Vatra siguió nadando hacia ella, hasta tocarla. Comenzó a contemplarla, era preciosa, era bellísima, era perfecta. Fue entonces cuando comenzó a sentir aquellas cosas que en un principio, no había sentido. El frío de mar había entrado en su cuerpo y estaba congelándolo rápidamente, el aire en sus pulmones se estaba agotando y debido al frío que sentía su cuerpo comenzaba a aletargarse, sus movimientos comenzaron a volverse lentos y pesados. Debía salir rápidamente del agua en busca de más aire y calor, pero no podía salir de allí todavía, la aparición de aquella estatua metálica lo había distraído de su verdadero propósito en aquel lugar. Debía de superar la prueba del cosmos que su maestro le había impuesto si quería convertirse en un Dios Guerrero. Asique con el poco tiempo que disponía comenzó a tratar de despertar su cosmos y su cosmoenergía. **
Vatra: Hablando para sus adentros, con su mente, para no perder el poco oxígeno que le quedaba en sus pulmones [Tengo que despertarla nuevamente, pero de manera consciente. Piensa Vatra ¡Contempla! El cosmos es un conjunto o universo de las cosas que existen, concebido como un todo ordenado, por oposición al caos. En este momento, estoy rodeado de caos, mi esencia no puede perdurar aquí dentro, necesito oxígeno, pero no hay aire, solo agua, tengo que... ¿Qué es esta luz que emana de mí? Qué cálida se siente, que tranquilidad tiene... ¿Eh la estatua de Sleipnir también tiene esta luz?]
** En ese preciso instante, aquella estatua de apariencia metálica de Sleipnir comenzó a emanar una gran cantidad de luz blanca y pura. Era el mismo tipo de energía que comenzó a emanar el cuerpo de Vatra. Ambas parecían haberse despertado al mismo tiempo, y se movían a través del agua como intentando tocarse, entonces, cuando aquello sucedió, cuando ambas energías se tocaron, algo sorprendente tomó lugar en la escena. **
** La estatua se rompió en pedazos, esos mismos pedazos que poseían una forma específica comenzaron a viajar hacia el cuerpo de Vatra. De a pares de piezas se adhirieron al cuerpo de aquel humano que, con completa sorpresa, comenzaba a sentir como aquella estatua metálica estaba formando una protección entre su cuerpo y el agua circundante, una armadura que lo estaba ayudando a devolver el equilibrio a su situación actual. El agua que rodeaba el cuerpo de Vatra comenzaba a incrementar su temperatura, pequeñas burbujas comenzaron a formarse y estas a agruparse para formar otras más grandes. Vatra sentía la necesidad de respirar otra vez, pero alrededor de él no había aire, solo agua, debía de equilibrar su situación, el conjunto total de cosas que existían a su alrededor, entonces fue cuando con tan solo pensar en ello, aquella luz blanca y fulgurante que lo rodeaba, brilló con una intensidad mucho mayor. El agua comenzó a arremolinarse alrededor del humano, este cerró sus puños, contrajo sus brazos y piernas contra su pecho para luego extenderlos a su máximo. **
** Tollmir había salido tras de Vatra al no poder detenerlo, intentó alcanzarlo pero al no poder hacerlo y para peor, haberlo perdido de vista, solo pudo seguir sus huellas, huellas que lo habían llevado hasta las orillas del mar gélido. Al llegar, estuvo a punto de lanzarse dentro del mar, cuando de repente, de este salió disparada una gran cantidad de masa acuática hacia los aires. Las aguas se habían separado una vez más frente a sus ojos, pero esta vez, de una manera mucho más espectacular. **
** El agua que ascendió a los cielos comenzó a precipitarse rápidamente sobre el lugar en forma de lluvia. Y luego una figura borrosa salió rápidamente desde las profundidades de aquella grieta marina, con rumbo ascendente. Tollmir totalmente sorprendido al respecto quedó paralizado, fue tras escuchar la caída de Vatra a sus espaldas que volvió en sí. El viejo maestro de armas giro a sus espaldas y quedó completamente maravillado con lo que sus ojos estaban viendo. **
** Frente a ellos se alzaba Vatra. Sobre él y cubriéndolo casi por completo se encontraba el sagrado manto de Merak Beta. Y alrededor de esta dupla tan espectacular, ardía fiera e intensamente su cosmoenergía de tonalidad blanca fulgurante, aquella tonalidad que nosotros, los seres humanos, tenemos tan asociada a la pureza, lo sagrado, lo perfecto. **
Vatra de Merak Beta: -- Maestro de armas Tollmir. Es una alegría verlo aquí y también que sea usted quién me vea a mí de esta manera por primera vez, como un auténtico Dios Guerrero. Lo hemos logrado maestro, siempre estaré en deuda con usted. --
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