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Relatos Impactantes II: La Prisión Hampton 3091mae
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Relatos Impactantes II: La Prisión Hampton

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Mensaje por Aegaeón Dom Abr 06 2014, 09:35

Tipo de rol: Coherente.

Lugar: Argentina.


Título: La Prisión Hampton.



Tiempo: 3 de Octubre de 1998.


Género: Suspenso.


Personaje utilizado: Will
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Relatos Impactantes II: La Prisión Hampton Empty Re: Relatos Impactantes II: La Prisión Hampton

Mensaje por Aegaeón Dom Abr 06 2014, 10:35

Off: historia contada en primera persona. Es Will quien la narra...


Will: -Esperen! Nooo! Les repito que yo no fui!!!-


//Blshh... Thm!!!// **Ruido de rejas cerrándose...**



Will: -Soy inocente!! Están cometiendo un error!! Noooo- **Gritaba Will desesperado, mientras se amarraba a las rejas de su oscura celda, al oír el paso de los guardias alejándose...**



Will: -No puede ser... No puede ser... Se están equivocando... Se equivocan!- **Will, sentado y apoyando su torso sobre una de las paredes que componían su celda, lloraba con impotencia, lamentándose de algo...**


_ _ _ _ _ _ _ _____________________ _ _ _ _ _  _


**Este es mi vigésimo año como convicto de la prisión Hampton, ubicada al sur de la capital de Tierra del Fuego... Todavía recuerdo ese momento como si estuviera pasando ahora...
 Yo, mi amigo Booky, quien no dejaba de ladrar, y mis pequeñas extrañables botellas de alcohol.

 Era un día como cualquier otro... el amanecer me impedía cerrar los ojos y descansar, al mismo tiempo que las personas, pintorescas, no dejaban de hacer ruido con el taco de sus zapatos, el cual retumbaba sobre mis oídos... Seguramente, como siempre lo supuse, esas personas se dirigían a su trabajo. Aún así, no podía quedarme a descansar, ya que yo también debía ganarme el pan como ellos...
 Booky a mi lado, mi fiel amigo, me acompañaba de esquina a esquina a pedir limosnas a la gente que pasaba... Algunos me ignoraban; otros apresuraban su paso para esquivarme; otros, ni me respondían, siquiera gesticulando su cabeza... Y algunos, me daban unos pocos centavos sin mirarme a los ojos. Siempre me lo pregunté, ¿que es lo que me hace diferente de ellos? Aunque siempre tuve mis teorías, pues ellos no viven debajo de un puente; no duermen sobre un trozo de cartón maloliente; no comen alimentos de la basura... En fin, son muchas, las cosas que me diferencian de las personas laburantes. Pero yo siempre quise ser como ellos, aunque mi único trabajo, era el de mendigar...
 Todos los días de mi vida me pasé lamentándome aquel momento en que nací. Pues, mi madre había fallecido por mi culpa al nacer de su vientre. Y mi padre, a los cinco años, fue asesinado por un grupo de maleantes de mi pueblo natal. Desde ese momento, debí criarme sólo, pidiendo ayuda a la gente que se acercaba a mi o pasaba cerca mío. Debo reconocer que cuando era más jóven, juntaba mucho más dinero que ahora. En fin, los años fueron pasando, y hoy, a los 41 años, sigo siendo el mismo, con mi amigo Booky acompañandome siempre.**


**Todo era tranquilo para mí, hasta que una noche, mientras estaba recostado sobre el cuerpo de Booky, con una, dos, quizá tres botellas de vino en mis manos, mis ojos se abren instintivamente, pues, no podía oír los ladridos de mi fiel compañero. Recuerdo haber levantado mi cabeza lentamente, y haber abierto ligeramente mis ojos rojos, para ver que era lo que estaba sucediendo...
 Delante mío, todo retumbaba, todo se veía borroso y confuso... De pronto, aparecieron unos pies, envueltos en zapatos brillantes, acompañado de un elegante pantalón negro, el cual parecía brillar... A su lado, podía observar algo grisáceo que caía desde arriba. Evidentemente se trataba de la colilla del cigarrillo, como no detectarla... Yo, continuaba aturdido, mi cabeza me producía un dolor insoportable, sumado a que no entendía nada de lo que estaba sucediendo allí, al rededor mío, donde todo era borroso y no podía oír siquiera los gritos de Booky...
 De repente, veo que algo cae frente a mis ojos... era como un paquete blanco, destrozado, dejando ver que en su interior, había un polvo blanco... Continuaba sin entender nada, y mis ojos achinados, parecían cerrarse cada vez más, pues, había tomado mucho alcohol, y mi mente exigía un rápido descanso...
 Hasta que en un momento, siento que algo cae sobre mí y me toca brutamente... Esa cosa que haya sido comenzó a empapar mis pantalones... Sólo podía sentir ese líquido mojando mis pantalones... ¿Acaso estaba lloviendo? No, la lluvia hace caer gotas, y aquello pesado y grande que cayó sobre mis piernas no era una simple gota.
 No le presté importancia, lo único que quería era dormir, mi cabeza me lo exigía... Mis ojos se cerraban; los ladridos de Booky, que antes se escuchaban a lo lejos, habían callado; todo mi entorno, se silenció de un momento a otro...**


DOS HORAS DESPÚES...

**Mis oídos comenzaban a escuchar de a poco, lo que pasaba a mi alrededor... Gritos, llantos, insultos, ruidos de tacos... hasta llegué a escuchar el ruido de una sirena... o quizá, más de una.**


**De repente, alguien me toca el brazo y ejerce fuerza sobre mí, separandome de mi cama... Apenas podía ver de quien se trataba... no tenía fuerzas, ni ganas, sólo quería continuar durmiendo y que dejaran de molestarme... Mi cuerpo comenzó a sacudirse de un lado al otro, como si tratasen de despertarme desesperadamente. Fue ahí cuando reaccioné, y la botella de vidrio que llevaba en mi mano, se soltó para luego caer al suelo y destruírse en mil pedazos. Ese fue el momento clave, en el que mis oídos y mis ojos pudieron reaccionar...
 ¿Que era lo que estaba pasando? Mi vista se veía completamente bloqueada por una luz azul y otra roja, las cuales iban y venían sincronizadamente... Segundos despúes, mi vista se esclareció, y pude ver un montón de personas rodeándome y observándome con cara de pánico. ¿Que era lo que me había pasado? Pensé en aquel momento antes de hecharme a dormir... algo pesado sobre mis piernas, sólo sentí el impacto, no el dolor, y luego, algo líquido... Los rostros podían llegar a decirme que algo malo había pasado. Lo primero que pensé, fue que me habían cortado una pierna, pero aún así, no podía sentir el dolor, pues, el alcohol, parecía haber actuado como una anestesia sobre mi...**


**De repente, vuelvo a sentir aquella misma mano que me sacudió bruscamente. Se trataba de uno, dos, cinco, diez hombres delante mío, tratando de ponerme de pie. Pero... ¿si querían ayudarme a ponerme de pie, porque tenía una sola pierna, porque no me trataban con más cuidado? ¿Sólo por ser un linyera?
 De repente, veo que algo me llama la atención en sus uniformes, no entedía bien lo que pasaba, ya que comenzaron a arrastrarme hasta un auto. Durante ese corto período sentí como mis dos piernas arrastraban sobre el pavimento, por lo que no era yo el afectado, sino que había alguien más. De pronto pensé... ¿Booky!? Pero mi boca y mi mente no me dejaban reaccionar, parecía más un trapo que un humano. Tres, o quizá cuatro personas queriendome adentrar a un auto, cuyas luces rojas y azules provenían de él. En ese momento, se me ocurrió pensar quienes y porqué me arrastraban de esa forma. Al ver sus uniformes, supe que se trataba de la policía, pero no me alteré al saberlo, pues, no había hecho nada malo...
 Mi cabeza golpeó contra el techo del auto, y eso me ayudó a despertarme y a despavilarme a pesar de sufrir los efectos posteriores del alcohol. Lo primero que sentí, fueron que mis manos estaban amarradas detrás de mi cuerpo... Estaba sentado cómodamente sobre una especie de sillón. De pronto, escuchó que algo se cierra fuertemente a mi izquierda... al darme cuenta, se trataba de la puerta del auto.
 ¿Booky? pensé... ¿Donde estaba Booky? Antes de que el auto comenzara a arrancar, decidí mirar por sobre la ventana, hacia afuera, hacia mi cama... Pero cuando mis ojos apuntaron hacia allí, no lo podía creer... booky estaba muerto, con un tiro en la frente... a su lado, había una mujer con un niño en brazos, acuchillados, perdiendo sangre, mucha sangre. En ese momento, se me ocurrió mirar mis pantalones, los cuales habían sido mojados con algo líquido... Era sangre...
 No entendía bien lo que estaba pasando, pues, había mucha confusión allí. Quise seguir viendo lo que había sobre mi cama, pero de repente, delante mío, se amontonaron muchas personas, que me impedían seguir viendo a través del vidrio de mi ventana... Aquellas personas parecían estar furiosas, enfadadas conmigo. Comencé a escuchar insultos, escupían hacia mi ventana, y alguno que otro, hasta golpeaba el vidrio. No entedía que era lo que estaba sucediendo, y menos aún, cuando del otro lado de la ventana, mis ojos se enceguecían al ver flashes... Cámaras de fotos, filmadoras... No entendía que ocurría, sólo me eché a dormir, cayendo desmayado sobre el otro asiento...**
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Relatos Impactantes II: La Prisión Hampton Empty Re: Relatos Impactantes II: La Prisión Hampton

Mensaje por Aegaeón Dom Abr 06 2014, 11:11

**Al despertar, ya me encontraba lúcido, aunque algo dificultoso para hablar. Me quedé atónito al ver donde estaba... pues, todo era blanco, las paredes, la mesa y hasta la silla donde me encontraba sentado, sólo, con las manos amarradas detrás de mi cuerpo...
 Al frente, una puerta, tambien blanca, y una pequeña ventana dentro de ella... Allí, había un hombre, una persona observándome. Al momento que la miro, me pone sus ojos encima y luego voltea su mirada hacia su costado, gesticulando su boca...**

**"Hey, vos!" Dije yo, desesperado, pensando que me habían secuestrado. De repente, mi barba comenzó a picarme, no podía arrascarme con nada, ya que mis manos estaban imposibilitadas. Así que usé la punta de la mesa, y así, la comezón iba desapareciendo gradualmente.. Al levantar mi cabeza, veo que la puerta se abre, e ingresa alguien, un hombre bien vestido, con traje negro y corbata azul...**

Comisario: -Dígame... señor Will. ¿porqué lo hizo?-

**Me quedé mirando al sujeto, sorprendido, sin poder mediar palabras, ya que no sabía a que se estaba refiriendo...**

Comisario: -Oh, claro. Supongo que no sabe a que me refiero ¿Verdad? Todos hacen el mismo juego estúpido... YA ME CANSÉ DE SUS JUEGUITOS! QUIERO QUE ME DIGA PORQUÉ CARAJO ASESINÓ A ESE POBRE BEBÉ Y SU MAMÁ!!-

**Me quedé helado... No sabía que responder, pues, no sabía de que hablaba. Quizá se había confundido de persona. Hasta que de pronto, algo me hace recordar aquella situación... ¿Bebé...? ¿Mamá...? No lo podía creer... Fue ese el momento en el que pude entenderlo todo... Las muertes, las personas enfadadas, los patrulleros, los camarógrafos... Todos creían que yo había sido el responsable...**


Comisario: -Mire señor Will... Hágamela fácil y yo haré lo mismo con usted... Encontramos esto cerca, muuuuy cerca del alcance de sus manos...**
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**Recuerdo haber visto esos objetos... De los cuales pude reconocer mis dos botellas de vino...**

Will: -Lo único que es mío, son las botellas de alcohol. Lo demás, no me pertenece...-

**De repente, el oficial que se encontraba frente a mí, se levantó de un salto de su silla, dejándola caer al suelo y con uno de sus puños golpeó fuertemente la mesa que se hallaba entre nosotros dos. Su corbata se tambaleó de un lado al otro, y su expresión no era de lo mejor...**

Comisario: -Mató dos personas... Una mujer! Un bebé!! Y un perro! Todavía le da la cara como para mentir? ¿Acaso piensa que lo vamos a dejar libre? Estará condenado a Cadena Perpetua... en la prisión Hampton... de Tierra del Fuego. Por si no la conoce, es la prisión más grande y difícil para los prisioneros... por ello se ubica en la punta de nuestro país. Ya tengo las pruebas más que suficientes para presentarle al juez... pues, haber asesinado a una mujer, su bebé, y un perro, es más que suficiente, pero aún así, al negarse a declarar y hacerse el desentendido, lo ha llevado lo más lejos! ...LLEVENSELÓ!!-


**Mientras los dos guardias me sujetaban de los brazos y me llevaban a no se donde, mis ojos quedaron perdidos en el suelo... En mi cabeza retumbaba el... "Booky... Booky" ¿Acaso... había sido yo su asesino?

 Recuerdo haberme descontrolado, en un ataque de ira en ese momento. No me sentía responsable, pero sí culpable por aquellas muertes, aunque estaba convencido de que no tenía nada que ver...
 Los guardias, rápidamente accedieron a golpearme para tranquilizarme, hasta que un inoprtuno golpe en la cabeza me deja inconsciente...**

________


**Tres días despúes, el juez me condena a cadena perpetua, tal como lo había predicho aquel oficial en la sala blanca...
 Inmediatamente me transladaron en un patrullero espacioso, junto con otros tres prisioneros más. Nuestro destino era la Prisión de Tierra del Fuego.
 Cabe aclarar que era tan sólo un linyera, no sabía nada de la vida, apenas podía defenderme con palabras, pues nunca había estudiado... No sabía leer y menos dar opiniones en mi defensa. Todo eso me jugó en contra... Recuerdo que antes de partir hacia Tierra del Fuego, los oficiales me ordenaron quitarme la barba y raparme el cabello, ya que lo tenía muy sucio y maloliente...**


**El camino se había hecho largo, muy largo. Habríamos tardado uno o quizá, dos días en llegar. Allí, todo era nieve, desolado, pocas casas y poca gente se veía en las calles. Hacía frío, pero aún así, era muy poca gente la que habitaba allí. En buenos Aires, no acostumbraba a ver tan poca gente, quizá, era porque vivía en una zona turística o algo así. O quizá fui afortunado todos los días durante 36 años...
 Antes de que dos guardias abrieran una rejas para que el patrullero avanzara, pensé con una sonrisa de boca a boca...**

Will: -[Aquí hay poca gente, pero aún así, podré pedir unas monedas si conozco más este lugar...]-

**Debo admitir que en ese entonces no sabía nada de la vida, puesto que pensaba que ir en prisión, significaba nada más que un traslado a otra calle. Pero no.**

**Las rejas se estaban abriendo... dos guardias, desde afuera del auto, miraban cuantos prisioneros habíamos dentro del patrullero... Mi curiosidad me llevó a sacar la cabeza por la ventanilla y admirar aquello que tenía enfrente... Era completamente inmenso, imponente... Sus muros y paredones medían, no menos que diez metros de alto. Y su extensión equivaldría a dos cuadras ininterrumpidas... Aquel lugar, era la Prisión Hampton, un sitio gigantesco al que me debía adaptar de ese momento en adelante...**

Oficial: -Vamos!! Bajen los prisioneros, y acompáñelos a sus celdas!!-
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Relatos Impactantes II: La Prisión Hampton Empty Re: Relatos Impactantes II: La Prisión Hampton

Mensaje por Aegaeón Dom Abr 06 2014, 12:38

**Junto a mí, se encontraba un oficial guíandome hacia mi celda, lo que en ese momento no sabía que era... Primero, pasamos por una ventanilla que daba a una oficina. Allí, nos recibió una mujer machona, y me entrgó una muda de ropa celeste. Luego, el guardia continuó caminando junto a mi... En el camino le pregunté...**

Will: -¿Esto es para mi? ¿En este lugar nos dan ropa?-

**En mis ojos podía verse un gramo de admiración, ya que nadie, nunca, me había regalado dos mudas de ropa, por lo que comencé a creer que ese lugar era lo que necesitaba, puesto que aquello a lo que llamaban celda, era un lugar cerrado, con una cama y un colchón. Al llegar allí, me sentí aliviado, emocionado, fascinado, pues tenía mi propia habitación, con una ventanilla que dejaba ver el amanecer. Aquel sitio, estaba seguro, me protegería del frío, y ya no tendría que volver a sufrir el clima como lo debía soportar en la calle.
 Todo era color de rosa, hasta que... Un guardia se acercó a mi celda (compartida) y me gritó algo, lo cual no entendí a que se refería...**

Guardia: -Recreo... Es hora de bajar...-

**Luego de decir esto, el guardia me abrió la celda... A los pocos segundos, vi pasar muchos hombres que estaban vestidos igual que yo, con el uniforme celeste, y en sus rostros, algunos se notaban depresivos y tristes, y otros parecían divertirse. Estos últimos, eran los más rudos, al parecer, ya que poseían varias cicatrices en sus rostros, dientes de oro, y cuerpos sumamente voluminosos. Todos pasaron frente a mis ojos, ignorándome... o quizá, no dándose cuenta de que yo estaba allí, parado, mirándolos como actuaban. Despúes de todo, yo era uno de ellos, y debía actuar como ellos...**

**Cuando todos se fueron por las escaleras, yo me acerqué a las rejas de mi celda, algo asustado, ya que tenía una sensación rara, de miedo... Aún así, intenté bajar con cuidado las escaleras para ver hacia donde se dirigían... Yo no era un tipo de hablar mucho, despúes de todo, era un linyera, hablaba lo justo y necesario...
 Detrás mío se presentó un oficial... Éste era panzón, y al verme actuando de la manera en la que lo hacía, comenzó a reírse...**

Oficial 1 (El Panzón): -Jajajajaja... Vos debes ser el nuevo. Sisi me contaron de vos, no hablas mucho, y viviste toda tu vida en la calle. Acá te vas a tener que cuidar papito e... No vaya a ser que quieras levantar el jabón y te terminen levantando a vos... Jajajajajajaja Andá al patio con los demás. Estoy seguro que vas a hacer muuuuuchos amigos jajajajaja- *Ese oficial, tenía la cara y la actitud propia de un desgraciado...*

**Yo lo miré, no entendiendo lo que me quería decir, pues, no sabía a lo que se refería con lo del jabón y demás. Así que volví a mirar al patio, y el oficial panzón me empujó con una fuerte patada en el trasero, para que yo ingresara allí. Cuando entré al patio, me quedé quieto, mirando con cara de miedo a todos allí. De repente, atrás mío, apareció el oficial panzón, diciéndome... "Que la pases bien... jajajajajajaj". Tenía una risa macabra, que al escucharla, te daban ganas de golpearlo duramente.

 Pero al terminar de decirme esas palabras, cierra la puerta del patio con extremada fuerza, provocando que todo el ruido que había en el patio, se silencie por un momento...**

**Todos comenzaron a mirarme feo... Sus rostros eran los de un asesino tipo. Sus ojos tenían sed de matar. Parecía que quisieran asesinarme en ese mismo momento. Pero no entendía porque, despúes de todo no les había hecho nada, siquiera conocía a ninguno allí...**

**Sin mirar a ninguno a los ojos, dirigí mi mirada hacia abajo, y caminé hacia un rincón vacío. Mientras caminaba, podía escuchar algunas voces que hablaban, seguramente, sobre mí...**

Steve: -Jajaj... Miren, una nueva putita vino a visitarnos... Che! Vos! El nuevo! Vení... hacete amigo... Jejejeje-

**Aquel hombre que me había llamado, era extremadamente rudo, pues, era de tez negra, con tatuajes por todo su rostro. Tenía un cuerpo voluminoso; una voz que daba miedo. No sabía que hacer, pero decidí acercarme sin mirarlo a los ojos, pues, si no lo hacía, podría ser peor...**


Steve: -¿Quien sos?-

Will: -Em... Me llamo Will, señor...- **Dije extremadamente asustado...**


Steve: -Ha... Will. Bueno, acá te voy a explicar las reglas del lugar, para que vayas acostumbrándote jajaja. Yo soy Steve, soy el capo de acá. Así que si yo te pido algo, vos vas, y me lo cumplis. ¿Entendiste?-

**Lentamente, traté de levantar mi mirada hacia Steve, pero no pude ni mirarlo a los ojos. Fue así, como desvié mi mirada hacia los demás prisioneros que estaban detrás de Steve... Sus rostros eran igual que el de él... Tenían cara de asesinos, nunca había visto una cosa igual. A pesar de vivir en la calle, y ver robos a diario, nunca creí que existiesen hombres como esos...**


**Dudé en responder, o mejor dicho, demoré, ya que estaba completamente invadido por el miedo.

De repente, suena un timbrazo... Se había terminado el "recreo", cada uno debía volver a sus celdas...**


Will: -Si, por supuesto señor Steve...-


Steve: -Ahhh mírenlo. Me dijo "señor Steve" Jajajajajajjaa. Andá. Nos vamos a ver en el próximo recreo. O... en las duchas, jajajajaja-

**Mientras me decía esto último, Steve se dió media vuelta y se había ido riendo junto a los demás. Su espalda, era enorme... Me ponía los pelos de punta, saber que pasaría si lo llegase a desobedecer...
 En fin, sabía que debía volver a mi habitación...**

**El primer día fue duro... muy duro. Pero cuando llegué a mi celda, vi que había otro sujeto en la otra cama. En principio me sorprendí, porque no sabía quien era, y que hacía allí. Seguramente, se trataba de otro prisionero que lo único que quería era fastidiarme, golpearme o robarme... Sin decir nada, agaché la cabeza, y entré a mi celda, para luego acostarme en mi cama... Aquel sujeto, no tenía barba, pero estaba completamente lleno de arrugas. Era posible que tuviese unos diez años más que yo...
 Al acostarme, me dí vuelta, mirando hacia la pared, y dándole la espalda a aquel sujeto con anteojos, el cual estaba leyendo un libro, sosteníendolo con sus musculosos brazos.

 De repente...**

Fred: - Me llamo Fred... Es de mala educación, no saludar. No vuelvas a hacerlo, por tu bien...-

**En ese momento, el miedo recorrió todo mi cuerpo, de pies a cabeza. Aquella voz era imponente... era la de un hombre de su edad, pero tenía un tono similar a aquellos que hablan en las radios. Giré mi cuerpo lentamente, y lo miré a los ojos, pero él continuaba con su mirada puesta en aquel libro...**

Will: -Em... Lo siento, lo lamento señor Fred. Es que, nunca imaginé que este lugar fuera así...-

**Fred, se sacó los anteojos lentamente, y agarró un trozo de papel para meterlo dentro del libro, seguramente paa marcar la página... Al mirarme, me dijo...**

Fred: -¿Así... cómo?-


Will: -Em... Bueno, es que en el recreo, los prisioneros me trataron muy mal y se burlaron de mi.- **Dije algo nervioso...**


Fred: -Jaja... No te preocupes, viejo. Siempre a los nuevos, el primer día le hacen lo mismo. Es una prueba...-


Will: -¿Una prueba?- **Comencé a entrar en confianza poco a poco...**



Fred: -Claro, ellos te ponen a prueba. Si ven que sos débil y te dejás boludear, estás listo. Te van a hacer la vida imposible. Pero si vos te mostrás determinante y serio, no te van a joder y te van a mirar como a uno más.-


Will: -Oh... Ya veo. Puedo notar que usted sabe mucho...-


Fred: -Así es. Es la experiencia... Llevo acá más de cuarenta años. Estoy condenado a cadena perpetua, por prender fuego a mi jermu, cuando tenía 20 años...-

**De repente, mi rostro cambió de aspecto, pues estaba asombrado. En primer lugar, aquel sujeto era muy distinto a los demás prisioneros, pues, su naturaleza no era de un ser malo, y además, se mostraba tranquilo y pacífico cuando hablaba. Parecía no preocuparle nada de lo que fuera a suceder. Despúes de todo, llevaba cuarenta años como prisionero, y estaba condenado de por vida a serlo. Aunque me sorprendió que mató a su esposa, prendiéndola fuego. Aún así, no quise preguntarle más de eso, porque sabía que le molestaría. Pero mientras me detuve a pensar todo esto, Fred me volvió a interrumpir...**



Fred: -Y.. decime. ¿Vos porqué estás acá?-


Will: -Em... En verdad, no lo sé. Me culpan de haber asesinado a una mujer y a su bebé, pero juro que no fui el responsable, más allá que lo encontraron sobre mí, mientras estaba durmiendo... Cabe aclarar que no me di cuenta, ya que estaba ebrio...-


Fred: -Ah... Puedo deducir en tu mirada que estás diciendo la verdad. ¿Y porqué no protestaste? Seguramente, te condenaron a perpetua, ya que viniste a esta prisión de Tierra del Fuego...-


Will: -Si, pero no pude decir nada, no sé defenderme con palabras. Nunca estudié, nunca fui a un colegio, no tengo educación.
 Cuando nací, murió mi madre, y a los cinco años, mi padre fue asesinado. De ahí en adelante me las arreglé yo sólo, viviendo en la calle. La gente me ayudaba con monedas y ya me conocían, por estar siempre en el mismo lugar. Sabían que no era molesto como los demás linyeras. Fue así como me ayudaban y me ganaba la vida. Aunque, mi vicio por el alcohol me llevó a gastarme la mitad de las monedas que juntaba a diario, en vino...-


Fred: -Oh... ya veo. Tuviste una vida muy dura, la verdad. Y  aparte te implantaron esos cadáveres. Que mala suerte la tuya Will. Aún así, esto no es tan malo, una vez que te acostumbrás. Es cierto, que a veces, tengo problemas con Steve y los demás prisioneros, cuando me los cruzo, pero trato de evitarlos.

 Soy el más viejo de la prisión, tengo más años que cualquiera, incluso el doble de años que Steve acá adentro.-

**Fred, era un ser amable y sencillo. Estaba comenzando a creer que a su lado aprendería muchas cosas. En primer lugar, me tomé muy enserio su consejo de no dejarme arrastrar por las burlas y órdenes de Steve, ya que  sería su ciervo, y es algo que no quisiera serlo...**


Will: -A pesar de ser un anciano, parece que sabes mucho de como tratar a los prisioneros...-


Fred: -Bueno, para ser exactos, tengo 63 años, es bastante... Ya me conozco a todos los guardias y ellos me conocen a mi. Saben que no soy un prisionero complicado, y me porto bien. La mayoría de las veces, en los tiempos libre, o "recreo" como le llaman ahora, suelo irme a la biblioteca a leer libros. Otras veces, cuando los guardias me dejan salir media hora afuera, suelo ir al patio a hacer ejercicio. De esta manera, busco encontrarme con los demás prisioneros. No es que sea antisocial, pero soy el único viejo aquí. Todos son menores de 30 años aqui jajaja. El problema surge en el comedor, cuando más de uno se hace el vivo con algún indefenso y le roba la comida, es algo que no soporto. En fin, no puedo hacer nada, más que callarme la boca y seguir comiendo.-


Will: -¿Es cierto que Steve es el capo de acá? Parece ser el más rudo, y tiene una mirada de asesino serial...-


Fred: -Lamentablemente, sí. Steve tiene a todos los prisioneros bajo sus órdenes. Pero hacia mi tiene algo de respeto, pues, cuando entró a la prisión, no era más que un flacucho al que todos molestaban. Yo comencé a entrenarlo con rutinas y dietas. También, le enseñe muchas cosas, entre las que debe hacerse respetar.
 Con el pasar del tiempo, Steve fue haciéndose más y más fuerte, matando a los prisioneros de alto rango. Hasta que finalmente, se hizo con el título de líder de aquí.-

**Con la voz medio temblorosa, le pregunté a Fred...**


Will: -¿Eso significa que si me uno a vos, voy a tener protección? ¿Steve no me va a tocar?-


Fred: -Eso significa que vos vas a tener que ganarte el respeto por tus propios medios, tal como lo hizo Steve. Yo te voy a ayudar, pero vos tenés que hacer un gran esfuerzo...-

**Me sentí desilucionado por un instante. En fin, ese día conocí a Fred, un viejo de 53 años, con el cual nos entendíamos muy bien. Pues, yo tenía 41 años de edad.

 En el momento en que lo conocí, fuecuando me surgió un gramo de esperanza. Sabía que con él a mi lado, las cosas no se harían tan difíciles como pensé.
 Recuerdo haberme quedado toda la noche hablando con Fred, conociéndonos en profundidad. Él era un jóven atleta, habiéndose convertido en personal trainer a los 19 años. Desgraciadamente, su ataque de locura lo llevó a quemar viva a su mujer, y es hoy en día que está en la Prisión Hampton...**

**Los días fueron pasando... Recuerdo haber hecho lo que Fred me indicaba al pie de la letra. En cada recreo, salíamos a la biblioteca. Nunca supe lo que era leer, pues nunca antes había estudiado. En principio, me pareció algo muy aburrido, luego de que Fred me enseñara cada letra del abecedario, durante un año entero. Y era impresionante que además de nosotros, otros cinco o seis prisioneros, se acercaban a la biblioteca a tomar un libro y leerlo. Pues, no era común que un asesino se ponga a leer libros, estando prisionero. Fue algo de las tantas cosas que no entendía.
 En fin, al cabo de tres años, junto a Fred, recorríamos cada sección de la biblioteca. Con los libros, y la lectura, yo aprendía muchas cosas. Una nueva enseñanza por día, que me servirían a sobrevivir allí adentro.
 
Gracias a Fred, me había ganado el respeto de Steve, a quien solíamos cruzar sin que éste nos dijera algo. Pues, había hecho cada cosa que el viejo me decía. Al cabo de tres años desde que entré a la prisión y conocí a Fred, ya no era el mismo linyera que solía ser en la calle. Pues, la lectura, me había llevado a ser alguien cada día mas sabio... Nuevas palabras, frases célebres, enseñanzas, estrategias, de todo. Todo lo había aprendido gracias a Fred, quien me inició por ese buen camino, y quien me decía que libros debía leer.
 Luego de leerme unos cientos de libros ensólo tres años, aprendí que en una prisión, no alcanza con ser fuerte para subsistir y ganarte el respeto de los demás, sino que, el ser inteligente, era algo aún más respetable que tener músculos.
 Gracias a los libros, supe como era que actuaban los prisioneros, los asesinos, los agresivos... Esas fueron las enseñanzas que me han dejado los libros del género policial. Me ayudó a entender como era que funcionaba el sistema de los asesinatos y demás.

 Pero las mejores enseñanzas, me las han dejado los libros de filosofía... Platón, Aristóteles, entre muchos otros que he leído. Gracias a ellos, supe como se comporta la sociedad ante determinada situación. Supe, también, la composición de las cárceles, y como actuar ante determinado tipo de comportamientos sociales.**

**En tres años, me había convertido en un gran hombre de 44 años. Mi amor por la literatura había crecido, conforme pasaban los años allí dentro.

 En el comedor, en el patio, ya todo era distinto... Nadie me miraba como a un extraño, todos me contaban como si fuera uno más. Junto a Fred, solíamos sentarnos sobre unas mesas en un rincón del patio, contemplando a Steve y los demás hacer ejercicio, o burlándose de los nuevos prisioneros...
 Cada tanto, se generaba alguna pelea sangrienta en el centro del patio, pero eso no nos detenía la concentración que disponíamos hacia la lectura...**
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Relatos Impactantes II: La Prisión Hampton Empty Re: Relatos Impactantes II: La Prisión Hampton

Mensaje por Aegaeón Dom Abr 06 2014, 13:44

**Los meses, los años, transcurrieron rápidamente. Fred y yo parecíamos hacer la misma rutina todos los días. Llendo y viniendo de la biblioteca... leyendo de día, como de noche, a la luz de la luna que entraba por el ventanal de su celda...

 Yo, había comenzado, hace un par de meses, a hacer ejercicio a la par de mi compañero Fred. Ambos nos habíamos hecho muy buenos amigos... El sabio Fred, continuó enseñándome algún que otro conocimiento a mi, quien, a pesar de saber muchas cosas, aún me faltaba mucho para ser tan sabio como lo era Fred.
 77... eran los años que Fred había cumplido. El viejo, sufría de problemas del corazón, a pesar de ser un gran  deportista. Pues, su edad no le favorecía para nada...
 Todos los días, Fred sufría de ataques de tos, en los que tocía de manera contínua, y cada vez con más intensidad... Pues, para ser sinceros, ya no estaba tan lejos de despedirse de este mundo... Le quedaban pocos meses de vida... quizá, semanas. ¿Quien sabe? Lo cierto era, que yo no me sentiría nada contento con su partida.

 Yo, ya había aprendido a subsistir por cuenta propia, pues, Fred, me había enseñado muchas cosas, que nunca creí aprender. Mi forma de interpretar el mundo había cambiado gracias a los libros... Ya no era un don nadie, que se ganaba la vida mendigando, sin siquiera decir la palabra "gracias". Eso lo había dejado atrás, a pesar de tener 40 años.
 Si hubiese elegido vivir de otra forma, lo haría como cualquier niño normal... estudiaría a fondo desde pequeño, para el día de mañana, llegar a ser alguien reconocido por mis sabios conocimientos, y mis grandes aportes...**

**Recuerdo el día, como si fuera ayer... Yo volvía de la biblioteca, a buscarle unos libros a Fred, quien, a su elevada edad, apenas podía ponerse de pie. El viejo, debía hacer reposo, tal como se lo había recomendado el médico de la prisión. Pero cuando llegué a la celda, lo vi allí, parado, con su basta y abundante barba blanca...**

Will: -Fred!! ¿Que hacés? Ténes que estar en la cama!!!-

Fred: -Jaja, no te preocupes por mi. Es verdad que estoy viejo, pero a veces los médicos exageran...- **Mientras volvía a recostarse en su cama... Para luego desatar ese típico ataque de tos que me mantenían muy preocupado.**

**Solté los libros y me acerqué a Fred, quien parecía temblar de frío... Le pregunté que era lo que le pasaba, y me respondió, algo tembloroso...**


Fred: -Jeje... Estoy muy viejo, tengo 77 años, no es joda jajaja. Apenas, puedo hablar. Todavía recuerdo ese momento, hace 15 años, que nos conocimos por primera vez... Al verte, sentí que serías un buen tipo. Desde el primer momento, supe que este no era tu lugar, que nunca habías cometido aquel crimen. Pero aún así, te admiro... Te la bancaste como nadie, callado, sentado acá adentro, leyendo y siguiendo con mi legado. Nunca te lo dije pero... te agradezco mucho Will...-


**Recuerdo que comencé a llorar mientras le sostenía la mano a Fred. Yo tenía 55 años, unos pares menos que Fred, aún así, lo reconocía como mi padre. Él me había enseñado todo, si no fuera por él yo no sería quien soy ahora.

 Pero en ese momento, supe que Fred deliraba... Era para preocuparme demasiado, pues, al tocarle la frente noté que tenía fiebre, mucha fiebre... Y para un viejo de su edad, supe que eso sería un gran problema...
 Al verlo dormir, despojé mi mano de la suya para quitar las frazadas de mi cama y taparlo a él. En ese momento me sentí muy triste, no paraba de pensar en que le podría llegar a ocurrir a Fred... al viejo... a mi padre...**

**Luego de haberlo cubierto con tres frazadas, parecía que Fred había dejado de temblar. Acto seguido, volví a recojer mis libros para leerlos en mi cama, pero al darme vuelta veo algo. Eso me llevó a recordar el porqué Fred debía estar parado cuando llegué a la celda... Esa cosa que me había dejado atónito se ocultaba debajo de mi cama... Llegué a observar cinco adoquines desnivelados, por lo que me dí cuenta que estaban flojos... salidos...**

**La curiosidad y la intriga por saber que ocultaba allí Fred, me pudieron, pero no podía llamar la atención, ya que para descubrir aquello, debía correr la cama, y si algún guardia de seguridad me viese, todo estaría perdido. Seguramente, se trataba de algo muy importante para el viejo, por lo que no quise arruinarlo a pesar de mi curiosidad. Fue por ello que decidí esperar el anochecer... Entonces, me acosté en mi cama, a leer uno de los libros, esperando el momento...**
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