hell vs fudgestix

**Subyacente en las profundidades del mismísimo averno, allí desolada bajo un cálido cielo rojo, contemplando erguidamente las maravillas y misterios que acarrean cada día sus pisadas sobre aquel suelo marchitado por la vida y bendecido por la muerte. Allí misma, ella es víctima de la belleza encantadora que procede de su excéntrica naturaleza, como contraste extrapuesto por un infierno empudrecido. Digna de contemplar, allí parada en medio de la miseria, como si fuese el centro del universo, ella suelta su belleza como en espera de transformar el aura de afuera.

Firme ante todo, sin degustación alguna por la devastación del exterior, la joven Trinity alza su vista sobre un horizonte cubierto por la opaca luminiscencia, como si de una mirada perdida se tratase al contemplar su estadía por los vastos senderos de la perdición. Por otro lado, un tenue pero acogedor sentimiento de ardor, penetraba sus poros al presenciar una hermosa melodía, flúyete desde la abstrabsidad del ambiente, como si no marcara fijación alguna que demarcase su ubicación de origen.

**Los duros tiempos ya habían arrasado escambrosamente sobre aquel recóndito escenario, devorado por la abismal y violenta furia rigente sobre sus tierras, carbonizadas por el olvido de un orden a merced de su contracara nominada como el caos de un vasto monte, sepultado en la miseria de su corrupción. Así pasaban aquellos momentos en las penumbras, sin un tramo de interés al cual dirigir el destino, la inmensidad de aquel esbozado paisaje era sin duda un vestigio de lo que el infierno podría denominar como perfilado territorio al cual desentrañar la eterna oscuridad.

Por otra parte, casi de manera impensable, un aura  bella, compuesta musicalmente por una estremecedora nota en compañía de artísticas manos, tras las épicas cuerdas de su arpa, desplegaba un profundo paraíso utópico en los empobrecidos sentidos de la joven Trinity, quien envuelta de severas intrigas, se dispuso a sintonizar con el volar de las hermosas melodías. Compuestas por el  cálido ardor y su celestial performance, estas notas inculcaban sobre suelo marchito  una indigestaba radiación, promulgada hacia las más viles y repugnantes criaturas habitadas por aquel tétrico valle. Con esto sería solo cuestión de tiempo antes de victimizar el asecho de lo que bien llegaría de momentos a representar la perdición.

A lo lejos, mediados por el horizonte, un susurro musical despliega el interés de salvajes bestias en busca de nuevas presas para la casería. Sus oídos captan la composición melódica como pitidos de un silbato, por lo que el interés aumenta con creces en cuestión de tan solo unos segundos, segundos de tiempo tomados tan solo para siquiera levantar sus enormes y pesados cuerpos en pos de dirigirlos hacia la zona demarcada. Por lo visto no han devorado nada en mucho tiempo, los esclavos que allí perecen ya son una putrefacta bazofia… hay algo mas enloquece a estas bestias…

**Un hedor aromático en señal de la salvajística naturaleza desentrañada en la escena, cautivaba una nueva mirada por sobre quienes en la brutal tortura yacían perplejos, allí mismo contemplando la ruin masacre, con sus cuerpos ya desgarradamente desechos, pudriéndose en la odisea que terminaron para que otros comiencen.

Así, los cuervos de la muerte, atraídos por un fino banquete, devoraban a picotazos aquella deliciosa y putrefacta carne, endemoniada por los hilos del averno y machacada por sus plumíferos hijos de negro allí vigorosos por su alimento.

Por otro lado, algo andaba mal, sin embargo, la masacre parecía haber concluido sus enfurecidos y turbulentos malestares. El aleteo de aquellas sádicas aves se detuvo de momentos, sus revoltosas miradas, perdidas de aquí para allá, de un lado para el otro, agitados como si el frenesí los temblara de pudor. Como si detectaran peligro a lo lejos, aquellas aves  emprendieron un repentino vuelo en dirección contraria, justo hacia el norte perfilados en el desorden, desinteresadas sin importase el grupo más que salvar sus individuales existencias, esto sin duda sería algo severamente peligroso.

Se dice que feroces criaturas, marginadas por un mundo sin escrúpulos, subyacentes por debajo de las profundidades del abismo, mas allá de las penumbras, traspasando la inminente fosa profunda, allí mismo, residen estas aterradoras y misteriosas entidades, llenas de enigmas aun para el inframundo, por lo que nada ni nadie pudo ni puede contra ellas, ni ayer ni hoy, ni tal vez nunca jamás por los siglos de los siglos gobernados bajo el imperioso reinado de un recóndito misterio.