Solicito Misión para Santo de Equulus
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Solicito Misión para Santo de Equulus
Habiendo regresado al Santuario, Aramos pasó tan solo unos pocos instantes en la Casa de Equulus; no más que el tiempo suficiente para saber donde quedaba y como era, antes de emprender camino rumbo a la estructura principal del Santuario. Su objetivo era manifiesto. Lo único que lo movía era convertirse en un ser más poderoso, para servir a su señor... Y tenía que aprovechar cada oportunidad que se le presentara. Además había pasado mucho tiempo desde que hubiera servido a Athena de manera eficiente, y quería "volver al ruedo" tan pronto como fuera posible. Tenía que desenpolvarse y acostumbrase a la nueva armadura antes de que llegara el tiempo de los verdaderos enfrentamientos contra las criaturas oscuras que amenazaban al mundo.
Aquel día, el sol brillaba furioso en lo alto, resplandeciendo sobre la armadura de Caballo Menor, Equulus. Aramos sonrió. Se sentía diferente. Nuevo. Pero le movía el mismo sentido de justicia. El mismo destino. Servir a Athena era todo para él. Aunque no viera su luz. Aunque ya no creyera en ella. Paz y Justicia eran valores aún vigentes, y dedicaría su vida a la protección de los indefensos.
El caballero de bronce observó con atención las doce casas de los santos de Oro, el único lugar por donde se podía llegar al Santuario. Aramos notó que poderosos cosmos provenían de algunas casas, mientras que otros se encontraban vacías. Tal parecía ser el eterno destino del Santuario, que nunca lograba tener a todos los santos de oro al completo... un error estratégico que podría causar la caída de todo por lo que los santos luchaban.
Comenzó entonces a subir las escaleras que lo llevaban hacia la primera casa. Tal vez si tenía suerte, podría alcanzar la Casa de su maestro antes de que pasara demasiado tiempo. Esperaba escuchar las sabias y reconfortantes palabras que el sabia podía llegar a tener para él. Y si no, tampoco importaba demasiado. Antes o después, alguien le encargaría alguna misión. Solo esperaba estar listo para ella.
Aquel día, el sol brillaba furioso en lo alto, resplandeciendo sobre la armadura de Caballo Menor, Equulus. Aramos sonrió. Se sentía diferente. Nuevo. Pero le movía el mismo sentido de justicia. El mismo destino. Servir a Athena era todo para él. Aunque no viera su luz. Aunque ya no creyera en ella. Paz y Justicia eran valores aún vigentes, y dedicaría su vida a la protección de los indefensos.
El caballero de bronce observó con atención las doce casas de los santos de Oro, el único lugar por donde se podía llegar al Santuario. Aramos notó que poderosos cosmos provenían de algunas casas, mientras que otros se encontraban vacías. Tal parecía ser el eterno destino del Santuario, que nunca lograba tener a todos los santos de oro al completo... un error estratégico que podría causar la caída de todo por lo que los santos luchaban.
Comenzó entonces a subir las escaleras que lo llevaban hacia la primera casa. Tal vez si tenía suerte, podría alcanzar la Casa de su maestro antes de que pasara demasiado tiempo. Esperaba escuchar las sabias y reconfortantes palabras que el sabia podía llegar a tener para él. Y si no, tampoco importaba demasiado. Antes o después, alguien le encargaría alguna misión. Solo esperaba estar listo para ella.
Terakey- BRONCE
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Re: Solicito Misión para Santo de Equulus
El joven Aramos llevaba rato caminando por el Santuario, en busca de algún reconocimiento, de que alguien le de una bienvenida como correspondía. Todo parecía en calma, los pasos de su armadura metálica iban a un ritmo lento, pero algo nervioso, propio de la vuelta de alguien que se había marchado sin explicaciones. Tras unas rocas, se oyó una tos horrible, como de perro, sin el más mínimo tinte de salud; parecía que Aramos no estaba tan solo en su camino como pensaba. Desde atrás de unas rocas, tosiendo, salió una figura particularmente conocida para el joven Santo de Bronce.
La estatura pequeña, el poncho verde oscuro holgado, el sombrero de paja y la espesa barba gris, eran los símbolos inequívocos del viejo que había conocido antes de entrar al Santuario. Luego de su ataque de tos, el anciano avanzó unos metros más hacia Aramos y sonrió, mientras inclinaba su cabeza hacia arriba para ver a los ojos al recién llegado caballero.
- Vaya! Jeje! Al parecer no estoy a la altura para seguirte el paso, joven Aramos de Equulus. Igualmente, no habla bien de tí el hecho de que no hayas sentido mi presencia durante todo este rato. ¿Que hubiera pasado si yo fuera un enemigo? Pff, pensandolo bien, creo que nada; de seguro algún caballero dorado hubiera venido a salvarte el pellejo ¿No es así?-
La estatura pequeña, el poncho verde oscuro holgado, el sombrero de paja y la espesa barba gris, eran los símbolos inequívocos del viejo que había conocido antes de entrar al Santuario. Luego de su ataque de tos, el anciano avanzó unos metros más hacia Aramos y sonrió, mientras inclinaba su cabeza hacia arriba para ver a los ojos al recién llegado caballero.
- Vaya! Jeje! Al parecer no estoy a la altura para seguirte el paso, joven Aramos de Equulus. Igualmente, no habla bien de tí el hecho de que no hayas sentido mi presencia durante todo este rato. ¿Que hubiera pasado si yo fuera un enemigo? Pff, pensandolo bien, creo que nada; de seguro algún caballero dorado hubiera venido a salvarte el pellejo ¿No es así?-
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Re: Solicito Misión para Santo de Equulus
Aramos tomó las palabras del anciano con cierta sorpresa... Por un lado, no esperaba encontrarle en aquel lugar. Por otro, sintió cierto dejo de acusación en la voz y los términos empleados. Y aún así, las palabras acusadoras del anciano no dejaron de sonar en la mente del santo de bronce... ¿Acaso estaba en lo cierto? Y es que Aramos esperaba que los santos de Oro tuvieran las respuestas a sus problemas... de eso no había dudas.
Los santos de Oro... si, supongo que ellos podrían encargarse de cualquier amenaza que sufra el Santuario. Pero si usted fuera un enemigo, me atrevería a decir que un santo de oro no sería suficiente. Sin embargo, haberse colado en este lugar sin que yo lo sienta no requiere gran habilidad. No es conmigo con quien debe compararse un ser de su poder... Lo que sí despierta mi curiosidad es el hecho de que usted, de todas las personas posibles, esté aquí. Aramos sonrió y comenzó a volver su camino.
Se detuvo a unos pasos del anciano, y se puso a su lado. Supongo que su poder debe ir mucho más allá de lo que su aspecto físico demuestra... Pero esa es la razón por la que estoy aquí, después de todo. Quiero convertirme en un santo más fuerte, despertar todos mis sentidos... y por qué no, vestir algunas de las armaduras de oro que aún no tienen dueño. Mi corazón así me lo demanda.
Los santos de Oro... si, supongo que ellos podrían encargarse de cualquier amenaza que sufra el Santuario. Pero si usted fuera un enemigo, me atrevería a decir que un santo de oro no sería suficiente. Sin embargo, haberse colado en este lugar sin que yo lo sienta no requiere gran habilidad. No es conmigo con quien debe compararse un ser de su poder... Lo que sí despierta mi curiosidad es el hecho de que usted, de todas las personas posibles, esté aquí. Aramos sonrió y comenzó a volver su camino.
Se detuvo a unos pasos del anciano, y se puso a su lado. Supongo que su poder debe ir mucho más allá de lo que su aspecto físico demuestra... Pero esa es la razón por la que estoy aquí, después de todo. Quiero convertirme en un santo más fuerte, despertar todos mis sentidos... y por qué no, vestir algunas de las armaduras de oro que aún no tienen dueño. Mi corazón así me lo demanda.
Terakey- BRONCE
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Re: Solicito Misión para Santo de Equulus
El viejo escuchó las palabras del joven mientras avanzaban a paso lento, a su ritmo. El anciano se mostraba agitado y otro ataque de tos cerró su pecho nuevamente. Luego de que pasara, con los ojos llorosos, detuvo su marcha y se sentó sobre una roca, al tiempo que Aramos terminaba de hablar. Calló por unos segundos, como buscando fuerzas para volver a hablar, o pensando algo bueno que decir.
-¿Convertirte en un caballero dorado? Tú si que aspiras alto muchacho! Lo veo perfecto, no pienso que uno debe limitarse a ser como el resto, pues el mundo sería aburrido ¿No te parece?. Mira, si lo que quieres es hacerte más fuerte, no te recomiendo que sigas caminando, pues quien te encuentre te usará para hacer mandados o solamente te dirá que pelees con tus compañeros de tu nivel. Los bosques aledaños al Santuario ocultan algunas criaturas bonitas, pero peligrosas. Serán un reto, pues son mucho más que uno de tus compañeros de bronce, y no llegan a moverle un pelo a un caballero dorado, son de fuerza intermedia. Entonces ese es mi consejo, que pegues la vuelta y vayas a encontrar la fuerza en la misma naturaleza. Ten cuidado y recuerda que el valor, no es la ausencia del miedo, es la conquista de éste...-
Misión: Negativo
Guerrero elegido: Aramos de Equulus
Objetivo: Derrotar 1 monstruo del bosque.
Rango de la Misión: B.
Off: Debes rolear que abandonas al viejo y llegas al bosque. contestación mínima 30 líneas
-¿Convertirte en un caballero dorado? Tú si que aspiras alto muchacho! Lo veo perfecto, no pienso que uno debe limitarse a ser como el resto, pues el mundo sería aburrido ¿No te parece?. Mira, si lo que quieres es hacerte más fuerte, no te recomiendo que sigas caminando, pues quien te encuentre te usará para hacer mandados o solamente te dirá que pelees con tus compañeros de tu nivel. Los bosques aledaños al Santuario ocultan algunas criaturas bonitas, pero peligrosas. Serán un reto, pues son mucho más que uno de tus compañeros de bronce, y no llegan a moverle un pelo a un caballero dorado, son de fuerza intermedia. Entonces ese es mi consejo, que pegues la vuelta y vayas a encontrar la fuerza en la misma naturaleza. Ten cuidado y recuerda que el valor, no es la ausencia del miedo, es la conquista de éste...-
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Re: Solicito Misión para Santo de Equulus
Bien, bien, lo que propones es interesante, anciano. Ciertamente, el Santuario está lleno de santos que pueden encargarse de mandados menores. Y enfrentarse con otros santos de mi nivel es algo que hago de manera diaria... No. Eso parece tal vez demasiado aburrido. Y mi objetivo es convertirme en el santo más fuerte, por lo que debo enfrentarme a enemigos más fuertes. Eso tiene lógica. Gracias por la información, anciano. Procuraré volver a buscarle cuando termine esta misión. Estoy seguro que usted tiene conocimiento de muchos otros lugares donde puedo incrementar mi cosmos. Con eso, Aramos saludos al anciano. Le sonrió, y dio media vuelta, presto a descender. Ya había dado los primeros pasos cuando volvió a girar, en busca del anciano. Le dio una larga mirada silenciosa... Gracias. Le dijo Aramos con un dejo de melancolía en su voz que no pudo ocultar. Gracias por todo lo que haces por mí. Y entonces, finalmente, se decidió a reanudar su camino.
Le tomó la mayor parte del día alcanzar los bosques aledaños al Santuario, pero no importaba. El anciano le había sicho que aquí encontraría criaturas poderosas que representarían un importante reto, y para variar, Aramos estaba dispuesto a confiar en la palabra del desconocido... lo que no era muy común en el Santo de Bronce. Y sin embargo, aquella ocasión representaba la excepción que confirmaba la regla... por lo común, Aramos no se fiaba de nada ni de nadie. Especialmente no desde que hubiera hecho abandono del Santuario, tiempo atrás. Allí vamos, se dijo a sí mismo al tomar los primeros pasos dentro del bosque.
Aquel bosque era un sitio muy negro: lúgubre. Esa era la definición exacta. Un lugar totalmente inhóspito donde no entraba jamás la luz del sol. El aire era denso y había un constante aroma a muerte y desolación, la corrupción de los cadáveres, que parecía impregnarse en el sistema olfativo del santo de bronce, siguiéndole allí donde este iba. Totalmente inaguantable.Y sin dudas tenebroso: un densa capa de neblina inundaba todo el lugar, haciendo imposible ver donde se pisaba. O qué se pisaba. En más de una ocasión, Aramos sintió el ruido crujiente de huesos, que parecían ser humanos, estallar bajo la presión de sus pisadas. Para peor, una serie de aullidos provenientes de la profundida del bosque, le indicó a Aramos que había al menos, una manada de lobos tras su escencia. Cómo era eso posible, no lo podía entender. Después de todo, el santo de Bronce pensaba pasar desapercibido tras el aroma de la muerte que imperaba en el lugar.
Siguiendo las direcciones que había recibido por parte del anciano en el Santuario, Aramos no tardó en preocuparse. El lugar parecía despertar las más oscuras de sus pasiones, hurgando en lo profundo de su ser, y presentando sus miedos más personales. Para evitar volverse loco, Aramos repitió una técnica de meditación y relajación que su maestro, el santo de oro de Libra, le había enseñado durante su entrenamiento: Entrecerró sus ojos y se pasó la mano por la cara, como intentando ahuyentar algo que le molestaba. Sin embargo, sus intentos no dieron frutos. Una pesada carga se había depositado sobre sus hombros. El bosque oscuro parecía estar vivo, y alimentarse de sus terrores.
Para peor, el tenebroso lugar comenzó a jugar con los sentidos del santo de bronce, haciendo que sombras extrañas danzaran frente a sus ojos antes de desaparecer en la distancia. Y aunque Aramos intentó por todos los medios sentir la presencia de cualquier sujeto, su cosmos se había reducido a la mínima expresión, como invadido por un pesar que le desgarraba el alma con cada nuevo paso. Al final, el camino que el santo de Athena había seguido se covirtió en un mero rastro de cabra, apenas visible tras el velo de espesa oscuridad que inundaba el lugar. Aramos se aferró a dicho camino, sabiendo que le llevaría hasta su destino final, y confiando en la sabiduría de Athena y en su propia fortaleza.
Para peor, el tenebroso lugar comenzó a jugar con los sentidos del santo de bronce, haciendo que sombras extrañas danzaran frente a sus ojos antes de desaparecer en la distancia. Y aunque Aramos intentó por todos los medios sentir la presencia de cualquier sujeto, su cosmos se había reducido a la mínima expresión, como invadido por un pesar que le desgarraba el alma con cada nuevo paso. Al final, el camino que el santo de Athena había seguido se covirtió en un mero rastro de cabra, apenas visible tras el velo de espesa oscuridad que inundaba el lugar. Aramos se aferró a dicho camino, sabiendo que le llevaría hasta su destino final, y confiando en la sabiduría de Athena y en su propia fortaleza.
Terakey- BRONCE
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Re: Solicito Misión para Santo de Equulus
Era sumamente extraño que un sitio de tales características esté tan cerca del Santuario, pero sin duda, Athena y sus súbditos podían mantener a raya a todas las amenazas que surgirían de aquel lugar. O al menos, eso pensaban. Una ventisca refrescó el aire, removiendo aromas nauseabundos que se encontraban en el suelo, por ejemplo de los cadáveres frescos de algunas criaturas.
La incontable cantidad de huesos desparramados por el suelo comenzaron a brillar con un tétrica luz verdosa. Con sonidos totalmente desagradables, comenzaron a levitar al ritmo de su extraño brillo, sorprendiendo a Aramos. Lentamente, comenzaron a unir sus partes, aquellas que años atrás habrían formado sus cuerpos originales, y que por alguna razón, habían perecido allí. El tétrico ejército de más de diez esqueletos se mostró ante el caballero de Equulus, como una extraña y mágica amenaza; sin embargo lo más particular de estos seres, era el hecho de que vestían retazos de armaduras. Aramos se encontraba nada más ni nada menos, que frente a los propios fantasmas del Santuario.
Los espectrales guerreros detuvieron su altanería y mostraron asombro al identificar la armadura de Aramos, para acto seguido, estallar en carcajadas.
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La incontable cantidad de huesos desparramados por el suelo comenzaron a brillar con un tétrica luz verdosa. Con sonidos totalmente desagradables, comenzaron a levitar al ritmo de su extraño brillo, sorprendiendo a Aramos. Lentamente, comenzaron a unir sus partes, aquellas que años atrás habrían formado sus cuerpos originales, y que por alguna razón, habían perecido allí. El tétrico ejército de más de diez esqueletos se mostró ante el caballero de Equulus, como una extraña y mágica amenaza; sin embargo lo más particular de estos seres, era el hecho de que vestían retazos de armaduras. Aramos se encontraba nada más ni nada menos, que frente a los propios fantasmas del Santuario.
-Ah, hace mucho tiempo que no recibíamos visitas caballero, si valoras un poco tu vida, vete de aquí!! Un momento, es armadura no es... NO ES?!...-
Los espectrales guerreros detuvieron su altanería y mostraron asombro al identificar la armadura de Aramos, para acto seguido, estallar en carcajadas.
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Re: Solicito Misión para Santo de Equulus
Decidido a continuar su camino, Aramos se introdujo más y más al valle, sabiendo que en algún punto encontraría su destino final, la razón por la que se encontraba aquel lugar de muerte. Las expectativas de un enfrentamiento futuro no eran alentadoras, pero Aramos no estaba allí para darse por vencido tan rápidamente. Si la misión era sencilla, de seguro acabaría pronto. Y si era difícil, el Santuario hubiera enviado a un santo de Oro.
La lógica tras ese pensamiento era lo que mantenía al Santo de Equulus en movimiento, aferrándose a la posibilidad de salir con vida de aquel infierno.
Finalmente, Aramos había apurado el paso por aquel bosque de la muerte, tan perdido que ya no importaba la dirección. Sólo dos cosas le indicaban que el sentido en el que caminaba era el correcto: el camino de cabras, al que Aramos se había apegado como a la vida; y su propia corazonada, que le aseguraba que había tomado el camino indicado.
Mientras se introducía más y más en el laberinto de muerte y oscuridad, los sentidos del santo de Equulus comenzaron a ser afectados. Y Aramos estaba cada vez más preocupado por ello. Para peor, la neblina que lo rodeaba era cada vez más espesa, y amenazaba con no solo cegarlo por completo, sino incluso ahogarlo. Un terrible destino para un caballero de Athena...
Fue por esa misma neblina, tan espesa ya como la brea, y los extraños sonidos que lo habían acechado desde el inicio de su búsqueda, que Aramos no notó la presencia amenazante de los esqueletos hasta que fuera demasiado tarde: ya no había nada que pudiera hacer efectivamente.
Para entonces, una gran cantidad de huesos que estaban desparramados por todo el suelo habían comenzado a brillar. La tétrica luz verdosa que emanaba era suficiente como para helarle los huesos. Finalmente, un ejército de más de diez esqueletos guerreros se mostró ante el caballero de Equulus, de manera amenazadora. Los fantasmas del Santuario se habían despertado de su largo letargo.
El líder de los esqueletos, si es que acaso podía decirse que era el líder, portaba una armadura azul que Aramos no reconocía, y era escoltado en todo momento por otros tres esqueletos. La mera visión de aquella criatura hubiera bastado para volver completamente loco al más cuerdo de los mortales, pero los santos de Athena se encontraban inmunizados. Nada de lo que vieran podrían perturbarlos.
Y sin embargo, algo en el alma del santo de Equulus, como una garra gigantesca, presionó sobre su espíritu de tal manera que Aramos se vio inmediatamente desanimado por la presencia de las criaturas.
Rápidamente, el esqueleto que había tomado la delantera pronto se lanzó en una letanía eterna que parecía no tener ni pies ni cabeza. Parecía estar a punto de amenazarle cuando notó la armadura que Aramos portaba. Entonces, se cortó en seco por unos segundos, para acto seguido, estallar en carcajadas.
Aramos le sonrió, una mezcla de tristeza por la condición en la que se encontraban los esqueletos, y melancolía. ¿Qué es tan gracioso de la armadura que porto, vil esqueleto? Orgullosamente visto los ropajes que me han elegido, y soy el Santo de Equulus por tanto tiempo como esta armadura así lo designe. ¡Pero habla ya, esqueleto! ¡Dime que es lo chistoso de esta situación!
Terakey- BRONCE
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Re: Solicito Misión para Santo de Equulus
La respuesta de aramos que parecía centrada y totalmente madura, les pareció un chiste a los esqueletos. Unas carcajadas aún más sonoras se sintieron en el lugar, mientras se codeaban unos a otros, burlándose del joven caballero de bronce. Los muertos estaban tratando a Aramos de una manera por demás de irrespetusa y soberbia, raro de ellos que alguna vez, habían defendido los mismos ideales que el muchacho del cual se estaban mofando. Con una seña bastante torpe, y movimientos limitados, el que parecía el líder de aquellos esqueletos habló a Aramos, esta vez, bastante en serio y mostrando un cosmos agresivo:
-¿Es que no lo entiendes muchacho? Eres el caballero de Equulus, el de la armadura maldita! Eso es lo gracioso! Nosotros eramos caballeros fuertes y valientes, y hemos perdido la vida en este bosque en búsqueda de más poder, al igual que tú lo estás haciendo ahora. Tus chances de salir con vida de este bosque eran mínimas, con esa armadura, se han convertido en nulas. Será mejor que te exterminemos nosotros, que hemos sido caballeros de Athena, antes de que te coma algún animal de este bosque. No te preocupes, si no te resistes, no te dolerá y te unirás a nosotros!-
Off: Bien, ahora se vienen los esqueletos al ataque. Derrota a los difuntos santos de Athena del bosque en un ajustado combate. Minimo de rol: 30 líneas
-¿Es que no lo entiendes muchacho? Eres el caballero de Equulus, el de la armadura maldita! Eso es lo gracioso! Nosotros eramos caballeros fuertes y valientes, y hemos perdido la vida en este bosque en búsqueda de más poder, al igual que tú lo estás haciendo ahora. Tus chances de salir con vida de este bosque eran mínimas, con esa armadura, se han convertido en nulas. Será mejor que te exterminemos nosotros, que hemos sido caballeros de Athena, antes de que te coma algún animal de este bosque. No te preocupes, si no te resistes, no te dolerá y te unirás a nosotros!-
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Re: Solicito Misión para Santo de Equulus
Lo siguiente sorprendió a Aramos. Por un lado, no esperaba que los esqueletos lo tomaran por un tonto. Jamás hubiera pensado que los huesos de los santos de Athena se levantaran para traicionar a los vivos. De hecho, aún creía que una vez muerto, su espíritu, y su armadura, continuarín luchando en favor de la causa de Athena, más allá de todo tipo de penurias que cayeran sobre él. Pero el destino le había jugado una pasada y allí se encontraba Aramos. El traidor traicionado.
Por otro lado, tampoco esperaba que el líder de los esqueletos le atacara tan rápidamente, actuando bajo un impulso que Aramos no lograba entender. Sin duda, si su objetivo hubiera sido acabar con el santo de bronce de Equulus, lo lógico hubiera sido atacarle por sorpresa.
Pero no.
Nada de lo que sucedía tenía mucho sentido, pero Aramos no estaba allí para dejarse vencer tan facilmente. Por ello, decidió modificar el curso de acción. El ataque de líder de los esqueletos fue rápido. Muy rápido. Aún así, Aramos redoblaría la apuesta. La lluvia de golpes lanzada por la criatura lo amenazaba peligrosamente, por lo que Aramos adoptó una postura defensiva que contradecía su verdadera intención. Retrocediendo ante cada nueva embestida, el santo de Equulus trataba de poner distancia entre él y los esqueletos, mientras esquivaba los golpes enemigos.
Una vez que el líder esqueleto pareció finalizar con su ataque de golpes de puño, Aramos aprovechó rápidamente la ocasión presentada y se lanzó a toda velocidad contra él, antes de que el esqueleto se replegará entre los suyos. Y sin embargo, teniendo en cuenta el camino que aún le quedaba por delante, Aramos decidió no utilizar todo el poder de sus técnicas, pues planeaba reservar tanto cosmos y energía como le fuera posible. No quería desperdiciar ni sobrepasarse en el uso de su fuerza. Por ello, se limitó a contraatacar con una serie de golpes rápidos.
Te has equivocado al atacarme así criatura de las profundidades, no sabes lo que estás haciendo... pagarás por tu error. Aramos cayó sobre los esqueletos con una serie de poderosos y terribles golpes, uno tras otro, que tenía el único objetivo de debilitarles y cansarles tanto daño como pudiera. Haciendo uso de su increíble velocidad y su destreza inhumana, el santo de Equulus golpeaba a sus enemigos varias veces con terrible potencia.
Sin embargo, los esqueletos le sorprendieron nuevamente, al hacer gala de una serie de movimientos bien coordinados y rápidos que les permitieron esquivar la mayoría de los ataques del santo de Athena. Y aquellos golpes que sí pudo conectar, fueron efectivamente absorvidos por las armaduras malditas. ¿Qué demonios? Se preguntó Aramos segundos antes de que el líder volviera a embestirle. Para entonces, alrededor del santo de Equulus se había formado un círculo de guerreros esqueletos que le atacaban y se cerraban sobre él. La situación comenzaba a complicarse.
Ante el nuevo ataque del líder esqueleto, Aramos sonrió confiado, conciente de que el poder del ataque de su enemigo crecía con cada nuevo asalto. Poco a poco, Aramos comenzó a sentir los golpes de sus enemigos al impactar contra su armadura y su cuerpo... Y es que era prácticamente imposible defenderse de todos ellos al mismo tiempo.
Y mientras tanto, Aramos analizaba el combate con frío cálculo. Sabía como terminaría, aunque le costaba hacerse la idea. El poder de los esqueletos seguía creciendo, y Aramos tenía pocas oportunidades para vencerlos. De manera enteramente realista, se sentía que no estaba preparado para este combate. Y solo podía esperar que los esqueletos cometiera un error... Pero esperar era algo que a Aramos no le sentaba bien.
Entonces, finalmente, un golpe bien colocado por parte de uno de los esqueletos dio por tierra las esperanzas del santo de Equulus, que cayó al suelo con su rodilla gravemente lastimada. Fue el momento que los esqueletos esperaban. Uno tras otro, las criaturas muertas comenzaron a arrojarse sobre el santo de bronce, formando una montaña de huesos que comenzó a asfixiar a Aramos bajo su peso. Poco a poco, todo se fue tornando negro.
Levantando su cosmos hasta niveles insospechados, Aramos se convirtió en el epicentro de una poderosa explosión que lanzó a los esqueletos hacia los aires, y creó un nuevo día en aquel bosque de oscuridad. Si hasta las tinieblas que cubrían los alrededores parecieron retirarse...
Son criaturas muy fuerte, eso debo reconocerlo, pero aún, deben aprender a no ser tan impulsivos. Tal vez yo no tenga el poder suficiente para destruirles, pero aún así, puedo dañarle de tal manera que nunca se olvidarán de mí. Lamento que llegaramos a esto, pues con su poder, tanto bien podrían haber logrado, incluso en la muerte.
Con eso, Aramos realizó una finta, cambiando sorpresivamente su postura defensiva por una ofensiva, que le permitiría confundir a su enemigo. Ahora te demostraré de que están hechos los santos de Athena... ¡¡¡SUPERNOVA EXPLOSION MAXIMUM!!!
Aramos saltó hacia los aires. Encendiéndo su enorme cosmos y concentrándolo en sus manos, dibujó un círculo que pronto se convirtió en una gran esfera de energía. Sonriéndo, mientras de la boca le caían gotas de sangre, Aramos impulsó esta bola de energía en dirección a los esqueletos a los que se enfrentaba, creando un daño catastrófico en todo el área.
Cuando el silencio se volvió a apoderar de los alrededores, sólo Aramos aún se mantenía de pie. Malherido y maltrecho, con su armadura en pobre estado, el santo de Equulus no pudo más que sonreír por unos instantes.
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Re: Solicito Misión para Santo de Equulus
El lugar había sido testigo de la corta pero emocionante batalla entre el Santo de Equulus y el ejército de esqueletos que se interpusieron en su camino. Cuando todo parecía perdido para el joven Aramos, él mismo logró superar sus propios límites y desatar un ataque bestial frente a sus contrincantes, transformandolos de nuevo en cientos de huesos dispersos por el suelo. El cosmos del santo de bronce iluminó todo el lugar, y ascendió directo al cielo dejando pasar la luz del día en aquel valle de penumbras, pero inmediatamente, la magíca oscuridad del bosque volvió a inundar todo el lugar, desvaneciendo la hazaña de Aramos.
Varios crujidos de madera comenzaron a suscitarse, al tiempo que los enormes árboles del bosque que rodeaban la posición del caballero de bronce, comenzaron a moverse a un ritmo lento, pero creando una trampa mortal para Aramos que se encontraba allí dentro. Una risotada explotó luego del primer crujido, y la calavera sucia del líder que se encontraba en el suelo, habló
Varios crujidos de madera comenzaron a suscitarse, al tiempo que los enormes árboles del bosque que rodeaban la posición del caballero de bronce, comenzaron a moverse a un ritmo lento, pero creando una trampa mortal para Aramos que se encontraba allí dentro. Una risotada explotó luego del primer crujido, y la calavera sucia del líder que se encontraba en el suelo, habló
-JAJAJAJA! De nada te ha servido derrotarnos caballero! Eres un gran luchador, pero tu suerte aquí termina. La mayoría de nosotros hemos caído en esta trampa, y ahora nos ves como estamos. Pronto formarás parte de nuestro ejército a menos que encuentres la forma de escaparte! JAJAJAJA APRESURATE! JAJAJA-
off: Bien, Aramos está por ser asfixiado por los árboles del bosque, deberá idear una manera de escapar. Podés escapar si resolvés este acertijo
- Acertijo:
- El producto de las edades de tres hermanos es 36. Sabiendo que el menor tiene el pelo lacio y los otros dos tienen características peculiares entre si, se puede averiguar la edad de cada uno de ellos. ¿Cuantos años tienen? Explica el razonamiento.
Mandame la respuesta por MP, podes pedir hasta 2 pistas.
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Re: Solicito Misión para Santo de Equulus
Aramos se detuvo por unos instantes a pensar lentamente sobre el reto que le presentaban los esqueletos. De alguna manera, incluso en la derrota, habían lanzado algún tipo de hechizo sobre los árboles de la zona, y ahora comenzaban a cerrarse sobre él, asfixiándolo. Aramos debía encontrar una manera de escapar rápidamente. Aquél encuentro con el ejército de muertos había puesto en grave peligro el cumplimiento mismo de sus objetivos.
Pero Aramos no tenía tiempo para dejarse vencer de manera tan sencilla, y menos aún cuando la misión recién comenzaba. Luego de revisar todo el cúmulo de conocimientos que poseía, y que había adquirido a lo largo de toda su vida, el joven caballero de Equulus respondió resoluto al acertijo, y completamente confiado de que estaba en lo correcto. No había otra respuesta posible.
Dada la respuesta, el santo de bronce se preparó para el veredicto de sus contrincantes. No confiaba demasiado en ellos, por lo que se preparó para combatir, incluso sabiendo que estaba en lo correcto. No había duda de la naturaleza traidora de las criaturas de aquel bosque, tal y como le habían advertido en el Santuario. Nada de lo que había visto hasta el momento le mostraba lo contrario.
Dada la respuesta, el santo de bronce se preparó para el veredicto de sus contrincantes. No confiaba demasiado en ellos, por lo que se preparó para combatir, incluso sabiendo que estaba en lo correcto. No había duda de la naturaleza traidora de las criaturas de aquel bosque, tal y como le habían advertido en el Santuario. Nada de lo que había visto hasta el momento le mostraba lo contrario.
Aramos sonrió confiado.
Lamentablemente, sostuvo Aramos. Aún tengo una misión que cumplir, para la obra de Athena en la tierra. No les temo porque no temo la muerte, así como no temo morir horriblemente. He entrenado por años para dedicar toda mi vida, cada una de mis acciones y toda mi fuerza, a la causa de Athena, y si lo logro con mi muerte, por prematura y violenta que esta sea, supongo que moriré contento, sabiendo que he cumplido con mi misión.
Aramos murmuró la respuesta nuevamente, en un suspiro corto y preciso. Todos sabemos que es la respuesta correcta, por lo que espero que me dejes continuar con mi camino. Eso es todo lo que pido, y todo lo que espero. Pues si me traicionas, nos veremos obligados a enfrentarnos en una nueva batalla que no tendría sentido, ni resultado positivo para ninguno de los dos.
Con lo dicho, Aramos se preparó para continuar su camino en la única dirección posible, sabiendo que no podía confiar en los esqueletos, pero esperando que le permitieran pasar. Al poco, los árboles, que aún se cerraban sobre él, mostraron una hendidura lo suficientemente grande por donde Aramos podría pasar. Utilizando este paso para ponerse a salvo, Aramos continuó su camino, esperando que los esqueletos no decidieran atacar a traición nuevamente.
Lamentablemente, sostuvo Aramos. Aún tengo una misión que cumplir, para la obra de Athena en la tierra. No les temo porque no temo la muerte, así como no temo morir horriblemente. He entrenado por años para dedicar toda mi vida, cada una de mis acciones y toda mi fuerza, a la causa de Athena, y si lo logro con mi muerte, por prematura y violenta que esta sea, supongo que moriré contento, sabiendo que he cumplido con mi misión.
Aramos murmuró la respuesta nuevamente, en un suspiro corto y preciso. Todos sabemos que es la respuesta correcta, por lo que espero que me dejes continuar con mi camino. Eso es todo lo que pido, y todo lo que espero. Pues si me traicionas, nos veremos obligados a enfrentarnos en una nueva batalla que no tendría sentido, ni resultado positivo para ninguno de los dos.
Con lo dicho, Aramos se preparó para continuar su camino en la única dirección posible, sabiendo que no podía confiar en los esqueletos, pero esperando que le permitieran pasar. Al poco, los árboles, que aún se cerraban sobre él, mostraron una hendidura lo suficientemente grande por donde Aramos podría pasar. Utilizando este paso para ponerse a salvo, Aramos continuó su camino, esperando que los esqueletos no decidieran atacar a traición nuevamente.
Terakey- BRONCE
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Re: Solicito Misión para Santo de Equulus
La neblina que se presentaba en el bosque se había disipado tenuemente. La vista no era clara, pero era mucho mejor que antes sin dudas, como si aquellos esqueletos fueran en parte los causantes de tal tenebrosidad. Aramos logró escapar de manera sublime a la trampa natural, la cual probablemente, no sería la única que tendría que sortear a lo largo de su camino. Mientras se adentraba en el bosque, algunas plumas negras podían verse cada cierta cantidad de metros. Las plumas comenzaron a aparecer de forma más frecuente, formando un siniestro colchón sobre el suelo del bosque, que producía un hedor repugnante con cada pisada del caballero de bronce. Algunos graznidos se escuchaban a la distancia, quizás pertenecientes a aquel animal que había perdido su plumaje. Internándose en el bosque, el caballero de Bronce seguía su camino, mientras algunas dudas atormentaban su mente, pudo divisar que a varios metros más allá de la alfombra negra, se encontraba una especie de claro...
TuRco-SaMa- Administrador
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