Solicitud de Beneficio para el Santo del Fenix

por **Twinkie** Miér Oct 02 2013, 21:52

**Como siempre, de costumbre, Twinkie, paseaba por los alrededores del Santuario, meditando sobre todo lo que sucedia dentro y fuera de si hogar, pero sobre todo, en ese momento, pensaba en sus ultimas batallas, sentia que su fuerza se disminuiba poco a poco, no era el mismo de hace tiempo atras... Sus ataques no lograban ejercer el daño que el esperaba. Se encontraba lleno de dudas, y con ellas, una enorme pena, por un simple pensamiento, vago, pero que cada vez se hacia mas real... Con una falsa sonrisa, para esconder su tristeza, visito las aldeas cercanas, y recorrio los mas bellos bosques pensando, pero sabia, que no encontraria respuesta alguna a sus dudas, que solo las encontraria hablando con las personas mas importantes del Santuario. Aunque el problema, era que en ese momento, por cuestiones de seguridad y discrecion, no se permitia ingresar absolutamente a nadie a la camara del Patriarca, ni acercarse a la Diosa Athena...

Al caer el sol, Twinkie levanto su cabeza y miro hacia el Santuario, era tarde, y tenia que volver pronto, asi que se encamino, a paso lento hacia su hogar... Al pasar por la entrada al Santuario, su interior sintio un frio inmenzo, se encamino hacia ella, y antes de entrar cayo de rodillas, quebrando en lagrimas...**

[Que me esta sucediendo... Siento como que tu fe en mi esta desapareciendo... Poco a poco, derrota a derrota, siento que mis poderes se desvanecen... ¿A caso, sera verdad mi pensamiento? ¿Ya no necesitaras de mi presencia en el Santuario? Pero, quiero saber el porque de tal desicion... Hoy, en lo que queda de mi, tras la perdida de mi familia, no tengo mas nadie que adorar y proteger que a ti...]

-Athena!! Necesito tu ayuda... Si no recibo tu apoyo, quien mas puede darmelo! Mi Diosa... Solo te pido, un favor, mas que un favor, es una muestra de fe... Si acaso aun me abrazas como tu Santo, si todavia confias en mi... Dame una pequeña muestra de tu afecto, y tu amor... Con solo verte, seria mas que necesario para mi... Mi Diosa...-

**El Santo, quedo arrodillado ante aquella entrada... Dejando que las lagrimas recorran su rostro, y caigan al suelo... Su desconsuelo parecia casi incontenible...**

por **Apu** Sáb Oct 05 2013, 02:29

** El viento aullaba ruidosamente cuando el santo de fenix había entrado al templo. Él imploraba la bendición de su diosa, esperó unos segundos pero no había respuesta alguna de Athena, cuando de pronto el aullido del viento carga de tensión y peligro el ambiente. Un escalofrío recorre el cuerpo del caballero. La culpable era una navaja que estaba en su cuello y que cada vez ejercía más presión sobre el cuello del santo. La yerma y gélida hoja iba tomando temperatura con el calor de la piel de aquel caballero, muy pronto se retiró aquel cuchillo y el atacante quedó frente a frente con aquel caballero. El aspecto de aquel hombre era parco, pero a la vez poderoso, había logrado capturar al santo de plata sin que este lo predijera, sin la necesidad de anunciar si era o no un caballero. La única certeza que se podía tener es que sea humano o un caballero tenía un gran poder y destreza para realizar aquella hazaña sin encender su cosmos, moviéndose a tremenda velocidad. De pronto el agresor con voz firme rompió el silencio... **

- Aria sama, mejor dicho Athena me ha enviado a mí a responder tus plegarias muchacho. Ella ahora está al cuidado de sus antiguos hermanos, ha vuelto con su familia. Sin embargo como diosa no puede olvidar a los guerreros como tú que la siguen y luchan en su honor, es por eso que me ha pedido que te entregue esta bolsa. (Aquel muchacho arrojó una bolsa de cuerdo directamente a las manos del caballero) Me ha dicho que eras un santo valiente y preparado, aunque para mí en lo personal no eres nadie, siquiera has podido verme. Espero que Aria sama tenga razón y seas un buen peleador, sino toda esa plata que llevas arriba, no será nada más que adorno en el campo de batalla... -

** El viento volvió a silbar y en un simple pestañeo de ojos aquel muchacho había desaparecido sin dejar rastro alguno. Dejando a aquel pobre caballero con más dudas que certezas. La única certeza que tenía era el premio que Athena le había encomendado. Sólo le quedaba seguir adelante. **

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