Batalla rápida Pegaso vs Wyvern
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Vatra- ASGARD
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Re: Batalla rápida Pegaso vs Wyvern
"batalla rapida" estas tan seguro de perder... no?
dado de reino
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Devil- KYOTO
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Re: Batalla rápida Pegaso vs Wyvern
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Re: Batalla rápida Pegaso vs Wyvern
TURNO NARRATIVO
** La calidez de una caricia, el suave aroma de un pastel recién horneado, un pajarillo posado en el alfeizar de la ventana, los silbidos del viento jugando entre los árboles. Pequeñas cosas que demostraban que el mundo no estaba quieto, y que avanzaba día a día, con sus habitantes a cuestas. A la tierra no le importaban las *Prostituta* divinas, ni las guerras entre los humanos. Guerras nucleares, guerras santas. Nada parecía molestar al portador de las razas. Moviendo impasible en el espacio. Recorriendo para siempre la órbita que se le había impuesto rededor del sol. Las leyendas contaban sobre extraordinarios guerreros que luchaban por proteger la Tierra. Cuando el mal aparece, los caballeros de Atena arriesgan su vida para proteger el mundo. Escondidos de los anales de la historia, míticos guerreros protegidos por constelaciones guardianas. Si algo amenaza la paz en la tierra, los héroes corren a protegerla.
Ral Zarek, actualmente, caballero de Pegaso, dudaba seriamente de las palabras que, sus maestros, le habían inculcado desde que había ingresado al Santuario como guerrero. ¿Ellos protegían al planeta? ¿O solo protegían a los seres humanos? Ral ni siquiera recordaba haber salvado otro ser vivo que no fuera un humano, en ninguna de sus misiones. Ahora se encontraba en un puesto de descanso. Tan solo debía estar de guardia, como apoyo a los centinelas nocturnos en las afueras del Santuario.
Sentado sobre una columna, con una pierna recogida y la otra descansando hacia abajo, ambos brazos abrazaban su rodilla, y su cara apuntaba al cielo. La brisa nocturna apuntaba a que la noche seria fresca. El cielo, totalmente despejado y luminoso de estrellas. La luna estaba en su fase nueva, por eso, la única luz en aquel lugar provenía del cielo estrellado y la pequeña cabaña donde los centinelas se refugiaban y jugaban a las cartas. El panorama no podía ser más tranquilo. Ral se relajo, y busco con los ojos a su constelación guardiana, escondida entre tantas estrellas.**
** La calidez de una caricia, el suave aroma de un pastel recién horneado, un pajarillo posado en el alfeizar de la ventana, los silbidos del viento jugando entre los árboles. Pequeñas cosas que demostraban que el mundo no estaba quieto, y que avanzaba día a día, con sus habitantes a cuestas. A la tierra no le importaban las *Prostituta* divinas, ni las guerras entre los humanos. Guerras nucleares, guerras santas. Nada parecía molestar al portador de las razas. Moviendo impasible en el espacio. Recorriendo para siempre la órbita que se le había impuesto rededor del sol. Las leyendas contaban sobre extraordinarios guerreros que luchaban por proteger la Tierra. Cuando el mal aparece, los caballeros de Atena arriesgan su vida para proteger el mundo. Escondidos de los anales de la historia, míticos guerreros protegidos por constelaciones guardianas. Si algo amenaza la paz en la tierra, los héroes corren a protegerla.
Ral Zarek, actualmente, caballero de Pegaso, dudaba seriamente de las palabras que, sus maestros, le habían inculcado desde que había ingresado al Santuario como guerrero. ¿Ellos protegían al planeta? ¿O solo protegían a los seres humanos? Ral ni siquiera recordaba haber salvado otro ser vivo que no fuera un humano, en ninguna de sus misiones. Ahora se encontraba en un puesto de descanso. Tan solo debía estar de guardia, como apoyo a los centinelas nocturnos en las afueras del Santuario.
Sentado sobre una columna, con una pierna recogida y la otra descansando hacia abajo, ambos brazos abrazaban su rodilla, y su cara apuntaba al cielo. La brisa nocturna apuntaba a que la noche seria fresca. El cielo, totalmente despejado y luminoso de estrellas. La luna estaba en su fase nueva, por eso, la única luz en aquel lugar provenía del cielo estrellado y la pequeña cabaña donde los centinelas se refugiaban y jugaban a las cartas. El panorama no podía ser más tranquilo. Ral se relajo, y busco con los ojos a su constelación guardiana, escondida entre tantas estrellas.**
Devil- KYOTO
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Re: Batalla rápida Pegaso vs Wyvern
Turno de Rol:
**En aquel momento, Vatra se encontraba sentado tras un escritorio. Aquella habitación era sumamente especial para él. Obviamente estaba ubicada dentro del templo nombrado Caína, el cual le habían otorgado debido a su actual rango jerárquico dentro de las fuerzas de Hades.**
**Por una cuestión de seguridad referida al flujo de información dentro del Inframundo, Vatra había exigido que todo tipo de información y/o ordenes le fueran entregadas por escrito, selladas con lacre y este debía estar impreso con el logo correcto de la persona o lugar del que la carta procedía. De esta manera, se aseguraba en un gran porcentaje que dicha información estaba protegida y provenía de fuentes fiables. Desde su nuevo nombramiento como juez del mundo de los muertos, Vatra sabía que aquella posición traería consigo no solo fama y poder, sino también odio y envidia. Si el flujo de información no estaba bien protegido, cualquiera podría acercarse a entregarle un mensaje, y nada aseguraría que aquel mensaje no fuese la primera parte de un plan cuya fase final fuera la muerte, destrucción o rapto del mismísimo Vatra.**
**Mientras redactaba algunas órdenes para ser entregadas a algunos soldados y espectros de bajo rango que se encontraban bajo su mando, alguien lo interrumpió golpeando repetidas veces la puerta de aquella habitación. Vatra miró fija y fríamente hacia la puerta, dejo en el tintero su pluma, entrecruzo los dedos de ambas manos, y dio permiso para que aquel que lo estaba interrumpiendo pudiera pasar.**
Soldado Raso: Caminando lentamente hacia el centro de la habitación, en donde se detuvo. --Señor Vatra!, sepa disculpar las molestias, pero un mensaje muy importante dirigido a usted me ha sido encomendado.-- El soldado saco de entre su armadura, un rollo de papel algo amarillento, asegurado por su centro con una tela de apariencia vieja y son un sello hecho en lacre sobre ella.
**Por una cuestión de seguridad referida al flujo de información dentro del Inframundo, Vatra había exigido que todo tipo de información y/o ordenes le fueran entregadas por escrito, selladas con lacre y este debía estar impreso con el logo correcto de la persona o lugar del que la carta procedía. De esta manera, se aseguraba en un gran porcentaje que dicha información estaba protegida y provenía de fuentes fiables. Desde su nuevo nombramiento como juez del mundo de los muertos, Vatra sabía que aquella posición traería consigo no solo fama y poder, sino también odio y envidia. Si el flujo de información no estaba bien protegido, cualquiera podría acercarse a entregarle un mensaje, y nada aseguraría que aquel mensaje no fuese la primera parte de un plan cuya fase final fuera la muerte, destrucción o rapto del mismísimo Vatra.**
**Mientras redactaba algunas órdenes para ser entregadas a algunos soldados y espectros de bajo rango que se encontraban bajo su mando, alguien lo interrumpió golpeando repetidas veces la puerta de aquella habitación. Vatra miró fija y fríamente hacia la puerta, dejo en el tintero su pluma, entrecruzo los dedos de ambas manos, y dio permiso para que aquel que lo estaba interrumpiendo pudiera pasar.**
Soldado Raso: Caminando lentamente hacia el centro de la habitación, en donde se detuvo. --Señor Vatra!, sepa disculpar las molestias, pero un mensaje muy importante dirigido a usted me ha sido encomendado.-- El soldado saco de entre su armadura, un rollo de papel algo amarillento, asegurado por su centro con una tela de apariencia vieja y son un sello hecho en lacre sobre ella.
Vatra: Moviendo un poco los dedos de sus manos lentamente como jugando con ellos. --¿Un mensaje dices? Bien. Entonces qué haces parado en mitad de mi habitación en vez de habérmelo entregado de inmediato y ya haberte retirado. ¿No era que no querías ser una molestia para mí? Porque lo estas siendo en este mismo instante, comprendes lo que te estoy diciendo ¿Verdad?--
**Las palabras y la mirada de Vatra se unieron en una sola actitud que había logrado destruir por completo la postura de aquel soldado. Quien al principio se había presentado de una forma cortés y con un perfil sólido e impasible, ahora estaba apresurándose para salir de aquella habitación cuanto antes tras haber dejado su encomienda sobre el escritorio de aquel juez. Al verlos salir con tanta prisa, los guardias que custodiaban desde el exterior la puerta de la habitación, se echaron a reír por lo bajo mientras uno de ellos se apresuraba a cerrar la puerta.**
**Las palabras y la mirada de Vatra se unieron en una sola actitud que había logrado destruir por completo la postura de aquel soldado. Quien al principio se había presentado de una forma cortés y con un perfil sólido e impasible, ahora estaba apresurándose para salir de aquella habitación cuanto antes tras haber dejado su encomienda sobre el escritorio de aquel juez. Al verlos salir con tanta prisa, los guardias que custodiaban desde el exterior la puerta de la habitación, se echaron a reír por lo bajo mientras uno de ellos se apresuraba a cerrar la puerta.**
Vatra: Pensando presenciar aquellos sucesos. [Bien, esto sí que demuestra un avance en la disciplina de aquellos más allegados a mí. Ni siquiera tuve que decir que se rieran en silencio, ni tampoco tuve que exigir que cerraran la puerta, ja ja ja ja ja.]
**Al terminar con sus pensamientos, tomo aquel rollo de papel. Miró el dibujo del lacre, y notó que aquella carta provenía de una de las esferas jerárquicas más altas de todo el Inframundo. Acto seguido lo rompió, desanudo la cinta vieja que envolvía al papel, desenrolló la hoja, y procedió a su lectura. Al terminar de leerla, el juez saco una hoja de papel en blanco de uno de los cajones de su escritorio. Tomó la pluma del tintero, espero a que la tinta sobrante que había en dicha pluma se escurriera, y comenzó a redactar una nueva carta. En ella, ordenaba que ciertos soldados rasos bajo su mando, fueran al apotecario, retiraran de allí varios viales de humo y unas cuantas pociones de energía y se encontraran en exactamente 4 horas con él en las afueras del Santuario, más precisamente en las colinas de un tranquilo pueblo llamado Rodorio. Tras terminar de redactar la nota, colocó la pluma en el tintero nuevamente, puso a calentar el lacre, enrolló ambas cartas juntas y utilizando aquella vieja cinta que vino con en la primera misiva, sujetó ambas cartas por el centro, luego utilizó el lacre para sellarlas y a posterior imprimió su marca en él. Tomó su casco que estaba apoyado sobre el escritorio y se lo colocó, agarró los mensajes y con pasos firmes se acercó a la puerta de salida, la abrió rápidamente y atravesó el portal. Miró a sus guardias y les dijo.**
**Al terminar con sus pensamientos, tomo aquel rollo de papel. Miró el dibujo del lacre, y notó que aquella carta provenía de una de las esferas jerárquicas más altas de todo el Inframundo. Acto seguido lo rompió, desanudo la cinta vieja que envolvía al papel, desenrolló la hoja, y procedió a su lectura. Al terminar de leerla, el juez saco una hoja de papel en blanco de uno de los cajones de su escritorio. Tomó la pluma del tintero, espero a que la tinta sobrante que había en dicha pluma se escurriera, y comenzó a redactar una nueva carta. En ella, ordenaba que ciertos soldados rasos bajo su mando, fueran al apotecario, retiraran de allí varios viales de humo y unas cuantas pociones de energía y se encontraran en exactamente 4 horas con él en las afueras del Santuario, más precisamente en las colinas de un tranquilo pueblo llamado Rodorio. Tras terminar de redactar la nota, colocó la pluma en el tintero nuevamente, puso a calentar el lacre, enrolló ambas cartas juntas y utilizando aquella vieja cinta que vino con en la primera misiva, sujetó ambas cartas por el centro, luego utilizó el lacre para sellarlas y a posterior imprimió su marca en él. Tomó su casco que estaba apoyado sobre el escritorio y se lo colocó, agarró los mensajes y con pasos firmes se acercó a la puerta de salida, la abrió rápidamente y atravesó el portal. Miró a sus guardias y les dijo.**
Vatra: Con voz sumamente firme y nada gentil. --Esta misiva tiene más importancia que sus vidas. Asegúrense de entregarlas al comandante González, recuérdenle que lleve a cabo mi pedido dentro del tiempo y bajo la forma en que lo he estipulado antes de retirarse. Si algo no llegara a salir como yo lo planeé, entonces tanto González como ustedes dos morirán. ¿Les ha quedado claro?--
**Ambos soldados dieron su consentimiento y salieron de inmediato a entregar las misivas. El juez caminó lentamente hacia el exterior del Caína y extendiendo sus alas para comenzar el viaje hacia el mundo de los vivos comenzó a recordar el contenido de aquella carta que había recibido.**
**Ambos soldados dieron su consentimiento y salieron de inmediato a entregar las misivas. El juez caminó lentamente hacia el exterior del Caína y extendiendo sus alas para comenzar el viaje hacia el mundo de los vivos comenzó a recordar el contenido de aquella carta que había recibido.**
Vatra: [... Se le solicita a usted, lleve a cabo una breve visita al Santuario de Atena, en Grecia. En su breve estadía debe encontrar y eliminar al caballero de bronce de Pegaso. Es de vital importancia que estas órdenes se lleven a cabo de manera rápida y efectiva, para no cometer los errores que nos adjudicaron la derrota en el pasado. Se le autoriza a llevar a quien usted piense que le pueda ser útil para llevar a cabo dicha misión. Solamente recuerde que de no poder llevar a cabo esta encomienda, su posición dentro del Inframundo tendrá que ser debidamente analizada.]
Vatra- ASGARD
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