El gran viaje de Alexia
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El gran viaje de Alexia
**Los días del otoño comenzaban a dibujar sus colores sobre la tierra. El viento arremolinaba las hojas que adornaban el suelo y sus colores tan castaños parecían formar la cabellera de una bella mujer descansando sobre él. El pasto estaba húmedo y de sólo verlo daba ganas de acariciarlo con los pies descalzos. Las copas de los árboles se encontraban desoladas y vacías pero esto lejos de hacer triste el paisaje lo embellecía porque permitía que el sol iluminara por completo el lugar con todo su esplendor.
Habían transcurrido muchos días desde el extraño encuentro de los caballeros y estos se recluyeron en sus templos como se les había ordenado aguardando el misterioso llamado. Como si sus vidas pudieran detenerse habían dedicado el noventa por ciento del tiempo a la meditación y el descanso, el tiempo restante lo habían usado para armar su equipaje con provisiones y abrigo. El Santuario estaba plagado de aventuras diarias pero sólo podían entrenar con ahincó para no perder de vista el objetivo ni agotar los recursos de sus cuerpos.
La única amazona de aquel encuentro “Alexia” se había puesto muchísimas metas en ese tiempo y lejos de descansar se dedicó a entrenar con más pasión y dedicación, muchas veces se adentraba en los campos y practicaba sus técnicas demoliendo hasta las rocas más enormes con una mano, estaba tan ansiosa que su cosmos se elevaba por completo como si su vida se focalizara sólo en aquel próximo encuentro.**
[Debo tratar de afianzar más mis técnicas no puedo seguir perdiendo cada batalla como si mi cuerpo fuese de papel, no puedo permitirme defraudar de esta manera ni a nuestra Diosa Athena ni a mí.]
**Alexia se levantaba muy temprano con los primeros minutos del amanecer y salía a caminar para entrenar con detenimiento cada movimiento sin hacer el menor ruido para que sus colegas no se alertaran pensando en un posible ataque enemigo. Pocas veces al volver se había encontrado con alguno y no se permitió revelar el secreto.
Al anochecer se obligaba a acostarse lo más temprano posible para seguir nuevamente con el alba el entrenamiento que tan rigurosamente se había propuesto. Aunque su descanso no era completo, desde aquel encuentro en StarHill ella no había dejado de padecer aquel sueño que como si fuese un cuento se continuaba cada vez que ella dormía. Ese sueño tan extraño donde sólo veía a ese hombrecito Lion que la guiaba a través de un bosque y le hablaba.
Ella había oído algunos rumores en los alrededores de quien era Lion pero como no había recibido el llamado expreso ni de él ni de nadie, no se preocupó sólo avanzó y pulió cada detalle de cada una de sus técnicas. Había escuchado: que entraba en la mente de ellos logrando contestar preguntas que ni habían hecho, que su aspecto era extraño como si fuese un duende de ojos saltones y orejas puntiagudas, pero sólo eso rumores de sus compañeros de torneo. Los sueños continuaron cada noche hasta que al mes recibió en su templo una nota prolijamente doblada que tenía las indicaciones para seguir, ahí decía: “veo que entrenas a diario y estás muy preocupada por esto, tus compañeros fueron citados y ya están bajo mis órdenes, a ti te he dejado para el final porque eres CASI ESPECIAL, no porque seas mujer sino porque tu dedicación me enorgullece, pronto te daré más noticias…” La amazona se sorprendió tanto que esa noche no pudo dormir, al otro día estaba aún atónita pero no se detuvo, entrenó con más pasión y más empeño cada minuto se volvió en horas y de repente pasó un día casi entero sin comer ni dormir, sólo entrenando.
Nuevamente otro mes transcurría y las noticias no habían llegado a su hogar, esto no la detenía sólo la animaba y la obligaba a progresar.**
[No debo descuidar el resto de mis quehaceres aquí porque parecerá que me he evaporado y aunque normalmente esté entrenando nunca dejo de ayudar.]
**El otoño daba un espectáculo hermoso y Alexia se sentía tan estimulada que había cambiado nuevamente sus horarios, ahora por las mañanas se levantaba no tan temprano pero si apenas el sol comenzaba a alumbrar y se alistaba con sus tareas habituales del Santuario. Ahora entrenaba por las noches para que sus ojos se acostumbraran a la oscuridad y sus oídos al silencio absoluto. No había señales de notas nuevas pero esto no le producía desgano.
Una mañana al regresar para el almuerzo encontró una nueva nota que decía: “cada día que pasa estoy más orgulloso de ti”, la letra era la misma y la alegría era aún mayor. Ella tenía la impresión de que debía dejar preparado su equipaje que aunque fuese ínfimo no por eso requería menos atención.**
[Bueno siguiendo con las instrucciones mentales tendría que guardar el mapa que nos dieron y algunas provisiones y como esta pequeña manta por si las noche se vuelvan heladas.]
** Los días comenzaban a tornarse fríos, las noches eran oscuras y reinaba el viento como si ya fuese tan dueño del lugar como lo era al llegar el invierno.
Las lluvias eran mucho más frecuentes y algunos días el entrenamiento se hacía más agotador porque el suelo se había vuelto imposible de pisar, el lodo cubría casi todas las montañas y el pasto ya casi era invisible.
Muy pocos animales estaban en los alrededores, casi todos se refugiaban en sus cuevas y se dedicaban a invernar en la calidez de su hogar.
La amazona aprovechaba esos días imposibles de lluvia para meditar y darle a su mente la paz necesaria para enfrentar lo que le esperaba, su cuerpo mostraba señales de cansancio y era necesario cuidarse para que cuando llegara el momento no la sorprendiera enferma e imposibilitada para luchar.**
[Quizás tenga que cambiar mis hábitos alimenticios también porque necesito que mi cuerpo esté completamente en armonía, el desafío es muy grande y no puedo dejar que ningún detalle se escape, no me puedo permitir errores mínimos que me cuesten la vida porque ésta no es una batalla cualquiera es algo especial y siento que mi corazón está más entregado que mi cuerpo y aunque eso esté bien él sólo no luchará hasta el final debo armonizar el conjunto para que ningún movimiento resulte vacio. Yo siempre me caractericé por ser alguien pasional pero también frio una mezcla extraña pero real y no debo cambiar ahora, no puedo permitírmelo.]
**Al cabo de otro mes de lluvias y días fríos donde el sol no llegaba siquiera a derretir el hielo que se formaba, al caer las noches, sobre el suelo, el invierno se presentó y con él trajo mucho más frio pero le puso fin a esas lluvias infernales que casi habían enlodado todo el Santuario.
Otra nota fue dejada en el templo de Alexia esta rezaba así: “ te he dado el descanso necesario, aquí te dejo las directivas para que sólo cargues en tu bolso lo indispensable para continuar este camino. Los días que se acercan no serán tan difíciles y debes descansar para dirigirte a donde acordamos. Tus compañeros ya comenzaron con su parte y lo de ellos es muy diferente. Ahora descansa pronto sabrás de mí.” Nuevamente la conmoción de Alexia no le permitió dormir esta vez sus sensaciones eran aún más extrañas, lo que más la preocupaba era el saber que ellos ya habían empezado…**
[Bueno ahora sí que definitivamente esto es un caos, me entrené sin cesar y no empecé a tiempo, mis colegas ya están ahí y yo no he llegado, ¿cómo puede ser que lo mío sea diferente? ¿Por qué?]
**Ella no dejaba de preguntarse a cada instante que pasaría. Al salir de su templo, al otro día, encontró una nueva nota muy diferente de las anteriores que decía: “Te espero en el bosque al atardecer, lleva tu equipaje y despídete del Santuario por mucho tiempo… Comienza tu viaje.” Ahora sí que la máscara la salvaba su cara petrificada hubiese parecido la de alguien muerto y si la hubiesen visto seguro no habrían dudado en sepultar su cuerpo que estaba tan helado como la misma mañana. ¿Miedo? No, ella no sentía eso. La ansiedad que la recorría había hecho explotar la adrenalina en sus venas, su cuerpo ardía de felicidad y sentía ganas de adelantar las horas, de correr el tiempo, pero de nuevo todo eso era envuelto por una sabía capa de calma que no dejaba ver aquello.**
[Por fin llegó el día, bueno ahora ya tengo las cosas y debo encontrarme con él. ¿Quién será? ¿El mismo otra vez? No, no lo creo. Tranquila iremos con calma.]
-Alexia: Adios, hogar. Sé que te extrañaré pero voy a encontrarme por fin con …-
[¿Con qué? Va ¿Con quién? Por favor Athena guíame no quiero volver sin haberte demostrado que puedo lograrlo.]
**Por la tarde la amazona se alejó del Santuario y se internó en el bosque a la espera de el encuentro que tanto tiempo tenía esperando.
Entre los árboles un hombre extraño se le acercó, automáticamente ella se puso en guardia pensando en cualquier ataque. Ella nunca lo había visto ni cerca ni lejos del Santuario, sólo una vez le habían hablado de él pero sin muchos detalles. Básicamente le habían dicho que su nombre era Lion, algo tan extraño como lo que ella tenía delante una mezcla rara de duende con humano. Sus orejas en punta hacían parecer que su capacidad auditiva superaría hasta los mismos pensamientos humanos. Su altura era media y su contextura más bien normal.
Sólo eso y que solía aparecer para dar los mensajes en persona de él. Si él lo había mandado entonces eso significaba que quizás no volverían a verse hasta llegar al Coliseo y comenzar el torneo. **
-Lion: Tranquila Alexia, siento haberte asustado, pensé que me esperabas. Luego de tantas notas y sueños raros que no contaste a nadie no se te ocurrió que podría venir yo?-
-Alexia: Hola, no. Discúlpeme pero como sabe Ud. de mis sueños? Yo no lo he compartido con nadie y no creo que le esté permitido meterse en sueños ajenos.-
-Lion: Alexia no debes reaccionar así, cada vez que leías mis cartas tu lenguaje corporal no demostraba la angustia que hoy sientes. El momento ha llegado niña y tu posees una ventaja…-
**Alexia no podía creer lo que le decía encima de que sus noches se habían materializado de golpe ahora le decía que tenía ventajas, no podía ser que hubiese ventajas.**
[Ventajas, por Dios como si quisieran demostrarme que soy inútil por ser mujer o si de repente mereciera algo de regalo, ¿Por qué?]
-Lion: Mira, debes permanecer en calma, esto no tiene que ver con ser mujer ni con regalos y sí tengo permiso para entrar en tus sueños y en tus pensamientos y aunque no lo creas puedo hacerlo por más que te propongas no pensar.
Te aclaro que las notas no las escribí sólo las llevé. Soy una especie de duende, ángel, aparición o comunicador entre Uds. y mi Sr. es decir un “simple sirviente fiel con algún que otro poder”.
Él te ha estado observando y pudo ver tu esfuerzo y dedicación en todo momento, es por eso que decidió darte esta ventaja. Es decir la opción de cruzar por un ligero atajo, no trampa ni regalo sólo atajo de inteligencia se podría decir. ¿Aceptas?-
**La amazona atónita nuevamente enmudeció y pensó con detenimiento cada nuevo paso.**
[No sé que me convenga pero al igual que aquella estrella fugaz esa noche en StarHill esto parecía ser otro presagio.]
-Alexia: si acepto, dime qué debo hacer y lo haré sólo deseo cumplir con este torneo de la mejor manera posible y quiero ganar para demostrar quien soy. Dime!!!.-
-Lion: viste era fácil, sólo tenías que demostrar ganas y todo el resto ya está hecho. Esta ventaja es tu “primer premio” y te lo mereces porque nunca abandonaste tus quehaceres en el Santuario y te dedicaste a entrenarte por las noches por las mañanas, distribuiste tu tiempo y eso es “inteligencia”.
Él pensó que nadie podía hacerlo por eso a ti te premia con este atajo. Este mapa es para ti, por esta ruta delineada llegarás al Coliseo donde Él observará la primera fase del torneo. Tú debes llegar última y esperar a que finalicen tus compañeros. Observa con detenimiento y no te muestres ante él ni ellos hasta que finalicen. Él sabrá que llegaste.-
**Dicho esto Lion desapareció tan rápido como en sus sueños, los rumores que había escuchado era tan reales como lo que había vivido en ese momento. El día era este, Alexia se despidió nuevamente pero en vos muy baja de su hogar y del Santuario y se dirigió mirando el mapa hacia el Coliseo.
El camino era extraño, despoblado de vegetación y de animales, sólo un desierto eterno que hacía que cualquier ser humano se volviese loco como si caminara en círculos y aunque muchas veces dudaba de seguirlo y sólo su corazón la mantenía en pie. No había lugar donde descansar ni beber, ningún minúsculo sitio donde cerrar los ojos. Nada.**
[Por favor voy a enloquecer si hasta me parece que de repente hay árboles, ya debo haber enceguecido, es realmente increíble no sé si me atrevo a seguir.]
**Luego de quince días de caminar sin detenerse, sintiendo que enloquecía por la idea de pensar que había equivocado el camino su Diosa la premiaba y le daba la paz de un bosque, un árbol un pequeño paraíso.
Al llegar y constatar que los árboles eran reales Alexia descansó, se recostó contra uno de ellos y durmió por primera vez en quince días.
Al amanecer el canto de los pájaros la despertó y la premió al ver que el mejor de los sueños reparadores había sido real. El bosque era real y los árboles también. Lion no la había engañado ella siguió al pie de la letra el mapa y atravesó su más largo atajo.
Nuevamente sintió un vuelvo al verlo, Lion estaba otra vez ahí.**
-Lion: Alexia ¿como éstas? No me olvidé de ti. Veo que estás tan agotada… Pero tranquila ya falta poco. Ahora debes llegar al Coliseo y aguardar lo que Él te diga, yo ya no apareceré por un tiempo y sólo puedo entregarte una nota más. Hasta pronto!!!-
**Así como apareció, desapareció pero al igual que antes le dejó algo. La nota decía: “Alexia, pudiste llegar hasta aquí atravesaste con sabiduría y tenacidad el desierto y aunque no lo creas este atajo extraño te dio la ventaja de la primera pequeña o gran batalla ganada.
Sabes, estoy orgulloso de ti tanto de lo que haces como de lo que eres. Has atravesado cada batalla de tu vida sin miedo y aunque no hayas ganado en todas has logrado sobreponerte y eso es lo más importante. Pronto nos veremos, aguarda.”
La amazona descubrió que su cansancio se convertía en lágrimas de felicidad, frente a ella estaba el Coliseo y aunque no podía creerlo ya estaba allí.**
[Debo aguardar aquí. Este es mi momento. Tranquila.]
**El sol se reflejó en su máscara y la tranquilizó como siempre, ella se sentó en las afueras del Coliseo aguardando las nuevas órdenes, tranquila consigo misma sabiendo que había logrado cumplir una de sus pequeñas o enormes batallas.**
Alexia- PLATA
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