Entrenamiento básico de Stephen.

por **Stephen87** Miér Mayo 25 2016, 23:35

** Con el oscuro firmamento cesando ante la aparición del sol, en plena madrugada, manchas de colores cálidos comienzan a pintarse en el manto celestial, que, paulatinamente se le pueden observar como cada vez más y más, algodones colosales emergen a medida que los sentimientos de la moneda espacial abordan a nuestra gigante casa que tan mal descuidamos.

Grecia, que bello país. Colmado por grandes historias, mitos y leyendas, causantes de que su cultura se esparza por todo el mundo y que cualquier persona admire a este país, como así también, conozca de sus aventuras y su tan fascinante historia. Es cuando en las bajas colinas atenienses, una elegante y alba figura comienza a hacer aparición, un tanto cansada por el largo viaje que ha tenido que ejecutar para cumplir su deseo. Su deseo desde niño, cuando un señor alto, fuerte y con una coraza luminosa lo salvó de malhechores y le explicó la esencia del todo, que todo lo que existe en el universo está constituido por pequeñas cosas llamadas átomos. Y que todo ser tiene una fuerza heredada el creador del universo, el Big Bang, que a eso se lo llama Cosmo y que si él quería ser como el caballero que se dirija hacia un templo en Atenas, allí aprenderá cómo. Magnificado por este acto intentó explicarle esto a sus compañeros, pero fue inútil, fue tachado como loco, pero esto no le impidió creer las cosas que esa valiente persona le dijo. Pasó hasta los 16 años tratando de descifrar la esencia del cosmos y como sacarlo a relucir. Para ello se sometió a duros entrenamientos, pero fue inútil.

Es en ese momento, que una fuerte respiración se puede oír, cansado por el viaje, el chico desdibuja una alegre sonrisa en su rostro, reluciendo sus pálidos dientes. Coloca ambas manos en sus rodillas y acto seguido, se inca hacia delante. Subsiguientemente, agacha su cabeza y su respiración se vuelve más abultada; despega su mano derecha de su rodilla y la cierra en forma de puño. Luego la agita.

—Sí, por fin, he llegado. Aquí comienza mi camino.—

Luego de recitar tales palabras, observa la magnificencia de tal santuario, es grandioso, para él esto es parte de un sueño de la niñez que se volvió realidad. Convertirse en ese caballero es su fin y servirle a Atenea su propósito. Es por eso que se dirigía al santuario y es por eso que está allí. **

por **Guardiana Zodiacal** Miér Mayo 25 2016, 23:57

**Esa misma tarde había decidido tomar un paseo a orillas del mar, la tarde era esplendida, el sol al observarlo transmitía una luz radiante. No corría ni una sola gota de viento, su cuerpo sudaba a más no poder, la transpiración empapo su atuendo. El agua parecía ser distinta, el mar tomó tono anaranjado, no podía creer lo que estaban presenciando sus ojos. ¿Qué estaba ocurriendo? Se sintió abrumada por lo que estaba sucediendo, algo extraordinario, único.

Su cuerpo se agita en un movimiento involuntario. No puede moverse, siente sus brazos y piernas inmóviles. Empieza a recordar lentamente, lentamente. Porque ese joven muchacho, extranjero, instaló una sensación terrible.

Un haz de luz pasa a su costado y se da cuenta de su gran presencia. - ¿Quién eres tú joven?- , preguntó aunque sepa la respuesta.
Sus hermosos ojos la deslumbraron y su rostro es el más y menos familiar que puede concebir. La observa desde cerca y lejos a la vez.
En sus facciones no se denota ninguna expresión susceptible.
- ¿Quién eres?- , vuelve a preguntar.**

por **Stephen87** Jue Mayo 26 2016, 13:46

** El pelinegro, asombrado por las grandes estructuras del santuario no puede oír nada de nada, cual si estuviera dentro de un frasco, donde sólo se puede escuchar el aire dentro. Sumergido en sus pensamientos está, sus ojos bien entreabiertos agasajan a tal espectáculo arquitectónico y a la belleza concebida de la fusión de tales templos con el paisaje tan conmovedor. Desde aquella altura se puede observar con claridad a la ciudad custodiada por la diosa de la sabiduría. Un espectáculo de imágenes que para siempre le quedarán en su conciencia cuan un espectáculo de fotos. Su boca, al igual que sus ojos, permanece entreabierta (en breve le entrará una mosca si continúa de esa manera) exteriorizando su anonadado ser.

Mientras avanza, galopando tranquilamente y golpeteando esos materiales sin rumbo aparente, un zumbido aparece y lo saca de ese trance tan peculiar y maravilloso que poseía hasta hace algunos segundos. Su boca se cierra y el frasco se desvanece, dando paso que los caballeros lleguen al castillo y pongan en contexto al rey. Más desconcertado está, ¿de dónde ha provenido ese sonido? ¿Quién lo ha emitido?, fue entonces, cuando sus pies se anclaron en el sólido mar y gira su cabeza a los lados intentando reconocer donde está el emisor mediante su visión, pero no da resultados aparentes.

Es cuando, un sonido más fuerte hace apariencia y entonces el joven oye de donde ha provenido el sonido esta ocasión y es por eso que se voltea esperando que esta vez sí vea a la persona que le haya hablado. Esa voz, fácilmente deduce que aquel timbre sonoro no es perteneciente a la voz de un masculino y es por eso que el anglosajón piensa que es una fémina la que le está hablando. La duda perdura hasta que el inglés observa con sus orbes avellanas que él está en lo cierto. Se coloca ambas manos en los bolsillos de su pantalón y emite una sonrisa un tanto egocéntrica y egoísta, pues le encanta fanfarronear.

— —¿Quién soy?, me extraña que no lo sepas. Mi nombre es Stephen, aunque puedes llamarme Steph. —

Culmina su cita con una risa, él únicamente estaba haciendo un chiste de los suyos, es decir, que sólo lo divierten a él. Inmediatamente, al término de esa risa, saca sus manos fuera de su bolsillo y su sonrisa permanece en su rostro.

— —Jaja. Lo siento por mi chiste. Ahora hablando seriamente, me llamo Stephen. ¿Me puedes decir donde me puedo convertir en un caballero por favor? — **

por **Guardiana Zodiacal** Jue Mayo 26 2016, 14:04

**Entre sueños deambuló entre lo onírico y la realidad hasta despertar. Fugazmente el monótono serpentear de sus pensamientos discurría entre una realidad y un momento de epifanía vinculada al exceso de sus propias verdades. Se describían cacofonías de lamentos y explicaciones que la esperaban detrás del motivo real por el cuál estaba ahí.

Dislocada de la realidad, escucha su respuesta e intenta incorporarse pero algo se afianza a sus piernas y apenas las puede mover. Intenta levantar la cabeza pero la siente demasiado pesada.

- ¿Un Caballero dices? ¿Acaso sabes lo que tienes dentro? ¿Sabes lo que eres?-, sollozó con su cabeza gacha producto de la vergüenza que la mujer poseía.

- ¿Por qué quieres ser Caballero?-, Sonrió socarronamente esperando que el joven extranjero emita respuesta alguna que confirme lo que ella sentía.**

Off: Algo para mencionarte que no te lo he dicho por descuido. Pero debes quitarte el número "87" de tu nick ya que no se aceptan códigos ni números. Si quieres puedes ponerte Stephen. Entrenamiento básico de Stephen. 1f609

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