El Toro Dorado

por **Pain** Jue Ene 15 2015, 16:17

Nombre: Aegon

Edad: 19

Sexo: Masculino

Nacionalidad: Colombiano papá!!!

Signo: Tauro

Aspecto:

Perfil psicológico: Su mentalidad es la de un guerrero pero sus acciones son casi contrarias a su pensamiento; aunque le gusta mejorar y entrenar cada día para ser el mejor, odia tener que peliar, sólo lo hace si es debido. No es una persona que se enoje muy fácil, pero si se llega a enojar mala suerte para aquellos a su alrededor. Es extremadamente despreocupado, perezoso pero también dedicado si se propone a hacer algo, trata de cumplir sus metas no importa qué. Es cuidadoso a la hora de hablar, demasiado calculador y frío, prefiere la lógica a los sentimientos los cual repudia, su temperamento y forma de ser es neutra pero si alguien se gana su cariño es alguien en quien se puede confiar, honorable; Por esta razón odia a las personas mentirosas, traicioneras y a los miedosos.

Ya que no posee demasiados amigos y prefiere la soledad a la compañía ha generado una actitud egocéntrica, lo más importante es él y su familia, puede que los amigos si alguien tiene el honor de ganarse su amistad.

Todo Está Destinado

Han pasado ya 19 años desde que dio su primer aliento de vida, como era costumbre durante los últimos 9 años se quedaba hasta las 2 am, la hora en que nació, mirando las estrellas el día de su cumpleaños.

No entendía por qué le encantaba mirar las estrellas, sólo sentía paz y tranquilidad al verlas, seres brillantes inalcanzables que se alzaban en el cielo, nada podía tocarlos, brillaban intensamente sin cesar, no descansaban; para él una señal de libertad.

Su padre le había dicho en su niñez que cada estrella representaba la vida de alguien en la tierra, que cuando una estrella se apagaba en el infinito cielo oscuro es porque alguien en la tierra su ciclo de vida llegaba a su fin. Por su gran fascinación hacia las estrellas su padre le enseñó un poco de astronomía, a distinguir las constelaciones y sobre toda una en especial, una que brillaba eminente en el cielo cuando nació, la constelación de Tauro.

Miraba y admiraba esa constelación pues su padre le dijo que había nacido sobre esa constelación, veía la estrella que más brillaba, aquella que estaba en la mitad de todo el bloque de estrellas y no dejaba de pensar en que dos de las estrellas se habían apagado pues sus padres no estaban más en este mundo.

Lo habían abandonado a la edad de los 14, un accidente acabó con la vida de los dos sere más importantes y únicos para él, durante mucho tiempo perdió el sentido de su vida, no aceptaba que alguien hablara algo sobre sus padres o lo que pasó, aquel que decía algo(podía escucharlo, sentir que alguien hablaba a sus espaldas) tenía demasiada mala suerte, lo golpeaba y no le importaba si era hombre o mujer, en esos momentos no pensaba, quería acabar con esa persona o con ese bulto de carne, qué más da, para él era igual todo.

Por esos actos de violencia un tío tomó el cuidado del chico de apenas 10 años que para su edad era más grande que todos, incluso tenía casi el mismo tamaño que su tío, lo cual era de una estatura alta incluso para él. Su tío era extremadamente fuerte por eso era el único capaz de controlar sus ataques de ira y de tristeza que poseía el muchacho, aunque ya después de un año vino a agradecer todo lo que su tío hizo por él, de acogerlo aún cuando no tenía por qué, de darle un hogar y comida. Como un niño pequeño su tío lo educó de nuevo y sobre todo le recordaba por su gran tamaño y fuerza que un chico de 11 años problemático poseía

En sus 11 a 15 años era un chico problemático pues aprovechaba su gran tamaño y fuerza para provocar a los demás, peliar con los niños o golpearlos sólo por simple diversión(todo por la gran fea marca que le dejaron sus padres al morir) una herida que no se curaba con el tiempo, a pesar de que su tío lo intentaba entrar en razón nada lo cambiaba hasta que fueron las últimas palabras de su tío. Su último conocido familiar murió de una enfermedad y desde ahí otra herida se abrió, todo ser querido para él moría.

Pero mientras estaba sentado mirando las estrellas recordaba las palabras que lo cambiaron tras la muerte de su tío, el sentido de su fuerza no era para oprimir o agredir a los demás, al contrario, era para defender a los indefensos. Se prometió a si mismo que no usaría sus puños de nuevo salvo para defender a los demás y así cumplió.

Sin nadie más que cuidarlo sus dos años siguientes se la pasó como un errante, trabajando en pueblos en construcciones a cambio de un lecho y comida. Aquella persona agresiva había desaparecido pero no dejado de existir, sus marcas lo acompañarán quizás por el resto de su vida pero hay alguien quien puede sanar esas heridas, quizás darle un propósito a su vida y por eso se encuentra sentado mirando las estrellas, lo han guiado a un lugar en unas montañas donde se encuentran unas edificaciones y unos pilares dicen. Santuario de Athena.

Qué lo depara ahí? No se sabe, pero almenos sabe que los santos de Athena defienden el amor y la justicia. Protegen a los indefensos y para eso están los puños de él. Sería el mejor lugar para mostrar su potencial y sabe que logrará convertirse en santo, pues su constelación siempre lo guía y protegerá. Su mayor tesoro

por **Milo** Jue Ene 15 2015, 22:51

Off: Excelente historia! Lo único que debes hacer ahora es contar el entrenamiento del personaje y la confirmación de la portación de la armadura.

por **Pain** Vie Ene 16 2015, 13:04

2 años de entrenamiento como guerrero en el santuario parece ser un parpadear de ojos al estar cerca de grandes y temerarios guerreros. Como aspirante aprendió el arte de las batallas, la disciplina y sobre todo el sentido de justicia.

estaba parado en la mitad del coliseo arrodillado mientras recordaba su duro entrenamiento por la meta que se había trazado y estaba a sólo uno segundos de cumplirla.

Como aspirante frente a pruebas de fuerza y agilidad no tenía problemas, pues era el aspirante más alto, grande y fuerte que había entrado. Su desempeño a la hora de fuerza bruta era extraordinaria, que incluso lo comparaban con los grandes guerreros dorados.

Pero sus mayores complicaciones eran las psicológicas, un guerrero no sólo es fuerza, también es inteligencia y sobre todo su mentalidad juega un gran papel, aunque tenía potencial sus marcas eran profundas, repudiaba a la humanidad pero admiraba los guerreros que peliaban por ella, ¿cómo alguien puede ser caballero si odia a quienes debe proteger? Era su mayor dilema.

Sólo hubo una manera de saber si de verdad merecía portar una armadura, tiempos atrás desde la era mitológica, aspirantes y caballeros que poseían dudas en su corazón eran enviados a unas colinas altas cercanos al santuario; en lo más alto de esas colinas se encontraba unas cueva, pero no era una cueva ordinaria, era una cueva que ponía a prueba tu corazón desde lo más oscuro, hacía ver de nuevo tragedias, dolores, traiciones, personas muertas.

Había dos opciones si es que se salía de la cueva, o salir loco de ver todo lo malo de nuevo y despertar una oscuridad sin fin o; encontrarte a ti mismo, aceptarte tal como eres y aceptar el destino de ser un caballero de Athena.

El joven pero lastimado aspirante a ser un caballero de Athena decidió encaminarse a esas colinas, quería saber su verdad; el camino era duro, antes de llegar a lo más bajo para escalar aquellas colinas una lluvia incesante se desató y voces junto con las gotas de la lluvia aparecieron

-eres un inútil, no lograrás llegar

Aquellas palabras hacían enfurecer más al joven aspirante, con más razón y orgullo bajo aquella lluvia que consumía su energía y cosmo pues mientras practicaba en el santuario aprendió lo básico acerca del cosmo, el poder del universo.

Cayó un número incontable de veces al principio pero seguía intentándolo, sus ganas de saber qué era era más imponente que su dolor de cuerpo, no importara qué seguía levantándose, las mismas palabras lo llenaban más de furia y enojo, pasó un largo rato hasta que llegó a la cima y se dejó tumbar un rato al frente de la entrada de la cueva.

Mientras estaba tirado sentía un aire pesado que salía de aquella cueva, ¿Quién había creado aquella cueva tan siniestra? Eran preguntas innecesarias en ese momento, lo importante era que entraba a aquella cueva.

Pasaron minutos, horas, días, meses..... no lo sabía pero salió de aquella cueva y salió peor de como entró... adentro se había encontrado consigo mismo; una sombra tomó su forma y todo de él, como hablaba, como se expresaba, su fuerza, sus recuerdos y fue una batalla dura pues cada vez que empezaba la tormenta de puños se recordaba a su padre, madre y tío, cada vez que le acertaban o daba un golpe esos recuerdos eran más fuertes.

No aguantó más, la última gota que rebozó el vaso y su furia se descontroló así un cosmo imponente brotaba de él, mientras gritaba el cosmo lo rodeó y estalló en todo el lugar, era dorado y aquel cosmo tomó la forma de un toro.

Con esto la sombra desapareció y el camino de vuelta hacia afuera de la cueva volvió a aparecer.

Lo que lo movía era la ira; esa ira como magma, se volvió un espíritu de lucha de oro y logró derrotar a la sombra y junto encontrar la respuesta; si no confiaba en la humanidad confiaría en aquellos a quien la protegían, defendería su orgullo y sus vidas, protegería a Athena; así estaría protegiendo a la humanidad. Despues de todo era lo que deseaban sus padres y tío

Y ahora está arrodillado frente al coliseo, alfrente de él un caballero dorado y al lado la armadura dorada de toro. Será el renacimiento del toro dorado?

por **Pain** Vie Ene 16 2015, 13:04