Turco vs. Clon
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Turco vs. Clon
Sitio: Minra- lago congelado.
El odioso chirrido del Wyvern aún parecía estar taladrando sus oídos. La cabeza se le partía del dolor y sentía como si hubiera recibido una gran paliza. El espectro de Aries, lo recordaba huyendo del campo y luego una explosión de energía. Nada más. Abrió lentamente los ojos para ver donde se encontraba. El paisaje era radicalmente diferente a la zona montañosa donde había estado. De alguna forma, había sido transportado por alguien o algo hacia aquel inhospito páramo, cuya estrella principal, al parecer, era el enorme lado congelado. Un espejo verde oscuro que nacía del seno de la tierra, su inamovilidad le hacía preguntarse que especies habían sucumbido ante la crueldad de frío. Volvió su mente a lo que importaba ¿como había llegado hasta allí?¿Qué era ese lugar? Se levantó del suelo, y un poco de nieve cayó de su armadura, a unos metros encontró el casco, junto con la espada de Balmung clavada en la tierra. El bosque invernal a su alrededor, era fiel testigo de su desorientación, así como también de su estado de alerta, pues podía sentir una leve presencia acercándose a cada paso.
El odioso chirrido del Wyvern aún parecía estar taladrando sus oídos. La cabeza se le partía del dolor y sentía como si hubiera recibido una gran paliza. El espectro de Aries, lo recordaba huyendo del campo y luego una explosión de energía. Nada más. Abrió lentamente los ojos para ver donde se encontraba. El paisaje era radicalmente diferente a la zona montañosa donde había estado. De alguna forma, había sido transportado por alguien o algo hacia aquel inhospito páramo, cuya estrella principal, al parecer, era el enorme lado congelado. Un espejo verde oscuro que nacía del seno de la tierra, su inamovilidad le hacía preguntarse que especies habían sucumbido ante la crueldad de frío. Volvió su mente a lo que importaba ¿como había llegado hasta allí?¿Qué era ese lugar? Se levantó del suelo, y un poco de nieve cayó de su armadura, a unos metros encontró el casco, junto con la espada de Balmung clavada en la tierra. El bosque invernal a su alrededor, era fiel testigo de su desorientación, así como también de su estado de alerta, pues podía sentir una leve presencia acercándose a cada paso.
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