Yue vs Riku (Rol)

por **Yue** Vie Mar 28 2014, 12:52

Tipo de Rol: Coherente.

Lugar: El Reino del Infierno.

Personajes usados:

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Kash (Rikipelu)

y

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Auron (Yue)

por **Yue** Vie Mar 28 2014, 13:08

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**En un mundo lejano al Planeta Tierra, a millones de años luz, existía un quinteto de reinos libres que luchaban por la Luz y por la paz en aquel lugar. Sus nombres eran Lordwind (Reino de la raza humana exploradora y proveniente del mundo), Tylas (Reino de una raza de Elfos, los cuales eran muy conocidos por sus puntiagudas orejas), Kiwar (Reino de unas criaturas diminutas), Warlide (reino de bárbaros que no querían tener nada que ver con el resto) y, por último, Carbel (el reino de las criaturas anti-naturales). **

**Un mundo muy jaleado y feliz. Al menos, hasta el año 24 D.P (De paz), en el cual los dos reinos más malévolos del mundo se aliaron para acabar con la libertad de todos: Darkside (reino de orcos) y el más frío y malévolo: Deathland (reino de los muertos vivientes y todo tipo de criaturas que no están vivas). Los cinco reinos libres combatieron con bravura en el Fin del Mundo (así se llamaba la gran Montaña de la cual se creía que se podría vagar por el precipicio eternamente). Los dos reinos se vieron derrotados gracias al Rey Loras, quien murió en batalla, dando su vida al tirar consigo mismo al Rey de los Muertos Rage. **

**Durante años, los hijos del Rey Loras, cuyos nombres eran Kash y Auron, crecieron y se volvieron fuertes, educados, inteligentes y divertidos. Ambos se querían mucho como todo grupo de hermanos que pueden ser el ejemplo perfecto. Pero un día, cuando Kash tenía apenas catorce años y Auron doce, un ejército de Muertos Vivientes asolaron el reino de Lordwind. Kash nunca supo de su hermano, pero logró escapar a una ciudad a salvo en el reino de los elfos. En aquella ciudad, los orgullosos supervivientes humanos trabajaban cada día para hacer de aquel lugar uno muy seguro. **

**A la edad de los veinte años, Auron se volvió Comandante de aquella ciudad y de su ejército. Los elfos los habían acogido en su reino, pero aquello no quería decir que los fuesen a ayudar en el avance de los Muertos Vivientes. Auron lo aceptó, lógicamente, y preparó en secreto sus ejércitos para hacer frente a la nueva posible amenaza. Un día, en su habitación, había sentido una extraña presencia que había entrado por la ventana. Un olor terrible a putrefacción pero, al mismo tiempo, un gran poder. No supo qué podía ser, pero lo descubrió pronto. Se levantó, se colocó la armadura y miró a la ventana, exclamando: **

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] - ¿Quién es? ¡Muéstrate antes de que salga yo y te corte esa garganta mortal que tienes! -

por **Rikipelu** Lun Mar 31 2014, 20:07

La fría noche en las tierras del reino de Deathland asolaba las cumbres más altas donde los guerreros eran soltados a su suerte para forjarse en el arte de la guerra. Kash se mantenía caliente en un recodo, bajo el débil crepitar de los húmedos troncos que encontró en una cueva cercana. Con el cuerpo ensangrentado y bajo aquella capucha oscura, el joven guerrero recordaba el principio de su interminable calvario para hacerse con un puesto en su reino.

[Ahggg! Maldita sea no me queda mucho tiempo hasta que las llamas se apaguen y me congele en este pico. Llevo meses sobreviviendo en este lugar y todavía no he encontrado mi criatura alada. Ya no recuerdo muy bien como salí de la Gran Ciudad Central apenas siendo un crio y mírate ahora Kash… eres un autentico superviviente. He librado intensos combates con las criaturas de esta zona y mi sed de sangre aumenta hasta unos límites inhumanos, pero claro…, ya no me considero humano, solo soy una máquina de matar y aniquilar, debo matar todos mis sentimientos para continuar. Si no encuentro mi altar oscuro en esa cima, ya me puedo dar por muerto.]

Kash siguió su caminata hasta la última y más alta de todas las cumbres. PicoAngosto se llamaba. Ni más ni menos que el nido de Skar, una criatura que surcaba los cielos de Deathland sembrando el pánico y el terror en toda cosa viviente en el suelo y de la que se forjaban los grandes generales del reino. Pasadas unas horas de dura caminata, por fin se plantó en la cima del famoso pico para arrodillarse ante ese altar oscuro. Kash, se hizo un profundo corte en su brazo derecho y vertió su sangre en un hueco que parecía hecho a medida. Pronto la sangre fue rellenado unos surcos haciendo un extraño dibujo en forma de pájaro o dragón. Cuando este dibujo se perfiló en la roca, un enorme y fantasmal chillido se oyó en el lejano horizonte. Kash se dió la vuelta para ver de donde procedía dicho grito y fue cuando sintió como un gigantesco dragón se posaba apenas 20 metros delante suya para lo que parecía una batalla bastante desequilibrada.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Aun así, Kash no se amilanó y saco de su túnica una espada para acabar con ella, esta, se abalanzó también sobre su presa y ambos se enzarzaron en un combate mortal. Pasados varios ataques de ambos adversarios, el dragón alado pareció cesar en su empeño de comérselo y dándole la espalda, pareció concluir el combate. Kash estaba agotado por la lucha sin cuartel que había tenido… su cuerpo estaba casi acabado y mientras miraba a la bestia darse la vuelta, él también cesó con su alerta e hincó la rodilla en el suelo, esperando algún gesto para seguir con su coronación.

Skar había probado a su nuevo general y amo satisfactoriamente. Él, a pesar de ser infinitamente más poderoso que Kash, había entendido que los dos serian uno. Una mejor dicho… una máquina perfecta de ejecución y quizás, el nuevo Señor de Deathland, quien sabe. En los siguientes minutos a la calma, Kash pudo coger aire para esquivar de nuevo un coletazo que se estrelló contra el altar y después de hacerlo añicos, coger el Casco de Mazinger y la Cimitarra Ígnea. Dos de las insignias identificativas de los generales en Deathland.

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Por fin, el joven chico que había sido separado de su familia por esos muertos vivientes y lanzado a su suerte en una de las zonas más terribles e indómitas de la galaxia, se había convertido en un autentico guerrero sediento de sangre , de odia y sin sentimientos en su interior. Kash se puso el casco, alzó su espada y se montó a lomos de la bestia para volver a la Gran Ciudad Central y dar un golpe en la mesa para que reconocieran su legendaria gesta. Deathland tenía un nuevo señor y así iba a demostrarlo. Un grito conjunto dió paso a su siguiente movimiento sobre su nueva bestia rumbo a su nuevo trono…. El trono de los Muertos Vivientes.

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por **Yue** Mar Abr 01 2014, 03:40

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**El viento golpeó con fuerza la ventana abierta, las sábanas de la cama, los armarios en el interior de la habitación... Todos los objetos allí presentes parecían temer el fuerte aire que entró por aquel cristal que Auron, Comandante de los Humanos Supervivientes, había abierto de par en par tras sentir algo maligno y, a la vez, sin sentido. Su armadura se le hacía pesada: había sido un largo día en el que había debido estar muy ocupado con cartas y cartas que llegaban desde los diferentes reinos que deberían ser aliados. En realidad, los Cinco Reinos Libres estaban en cierta rivalidad... Ahora que uno de ellos había caído y que apenas quedaban verdaderos supervivientes, los demás estaban asustados ante la idea de ser invadidos por una posible nueva alianza entre los fragmentados reinos de Deathland y Darkside. Pero Auron sabía que todo aquello no iba a servir de nada... Si en el pasado habían podido hacerles frente, había sido por que se habían mantenido unidos y por que su padre había demostrado ser el mayor héroe de la historia de aquel planeta. **

**Pero ahora... Los reinos Libres se separaban y no dejaban más que discutas y muertos a su paso. En realidad, eran ahora ellos los malévolos artífices y responsables de muchas muertes... Pero Auron no era como ellos: haría lo que pudiera para salvarlos a todos, aunque estuviesen muy ciegos. Sin embargo, ahora no importaba aquello... Con su espada aún sujeta con mucha fuerza, continuó apuntando hacia la ventana a pesar de la fatiga. Pudo oír una risa... Una malévola o, al menos, arrogante risa que le heló todo su ser. Valientemente, se asomó lentamente. De pronto... Un ser saltó a la ventana y le golpeó el rostro para hacerlo retroceder. Instintivamente, Auron se dio la vuelta y ejecutó un golpe en forma de arco con su mandoble, haciendo que el aire se cortase en dos y que golpease intensamente lo que más cerca tenía. Se puso en guardia y miró a su interlocutor: un hombre (elfo, en realidad, a juzgar por las orejas, pues la cara la llevaba tapada) que estaba armado con poco más que un cuchillo. **

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] - Supongo que estás aquí para acabar con el Comandante de los Supervivientes Humanos, y así poder deshacerte de los que se han guarecido en tu reino por simple obligación de vivir... Pues bien, elfo, aquí no encontrarás más que la muerte. Si lo que queréis es guerra, os la daremos. Sin embargo... -

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] - No seas estúpido ni soez, humano. Tu arrogancia te lleva... Y no te deja ver la realidad. No estoy aquí para matarte. Ni a ti ni a estos indefensos humanos. No sirvo a los reyes elfos que os han "salvado". La guerra que debes librar no está aquí... Estos no son más que tus aliados y tus salvadores: enanos, elfos, criaturas parlantes y bárbaros que viven al margen de todos nosotros... Todos vosotros debéis charlar y poneros de acuerdo en defender los reinos libres que están en grave peligro. Mientras hablamos, las criaturas parlantes están en peligro... -

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] - No podría estar más de acuerdo contigo, elfo de... Hm, supongo que eres un Alto Elfo, no un Elfo de la Noche. Sea como fuere, este estúpido conflicto no puede durar... a largo plazo. Debo viajar a los diferentes reinos y convencerlos. Pero las criaturas parlantes... Supongo que lo dices por que allí empezará la guerra. -

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] - Poco importa lo que alguien como yo piense, humano. Conozco tu pasado, sin embargo... Sé cuanto deseas acabar con los Muertos Vivientes y los orcos, puesto que mataron a tu hermano... Pero no puedes dejar que la ira te mueva. Si no utilizas tu cerebro en vez de tus músculos y tu corazón... Estarás perdido en este mundo sin sentido. -

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] - Qué quieres decir? Espera. -

**Con una sonrisa y un golpe en el hombro, el elfo saltó por la ventana. Se deslizó como una lagartija por la pared, cayendo limpiamente al suelo, y echó a correr hasta desaparecer en todo lo oscuro de la ciudad. Auron se quitó la armadura, la cual ahora, había sido un tremendo calvario; sus brazos temblaban, apenas podía articular palabra (a pesar de estar solo) y casi no podía moverse... Aquel elfo era, sin duda, alguien muy peculiar, puesto que desde que fue nombrado Comandante y desde todo lo que había visto, era la primera vez que tenía... Miedo. Se tumbó sobre la cama, bebió agua de una jarra e intentó dormir. Sin embargo, dio vueltas toda la noche... No podía aguardar el día siguiente. Sí, había hecho una decisión... Y, el día siguiente, viajó junto con un ejército de quinientos humanos a los reinos libres para convencerlos sobre el peligro que se estaba creando en el de las criaturas libres... **

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