Ficha de Enzo del Leon
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Ficha de Enzo del Leon
Nombre del Personaje: Enzo
Edad: 20 años
Sexo: Varón
Nacionalidad: Mongolia
Signo del Zodiaco: Leo
Aspecto:
Edad: 20 años
Sexo: Varón
Nacionalidad: Mongolia
Signo del Zodiaco: Leo
Aspecto:
Chico de complexión atlética de 1.85 cms y 80 kg de peso. Su tez es morena y pulcra… sin impurezas ni cicatrices. De corto cabello castaño con reflejos claros. Su imponente y penetrante mirada es capaz de amilanar a cualquier rival con solo clavarle sus grandes ojos azules que pueden cambiar de tonalidad a un rojo sangre, dependiendo de su estado de excitación.
Perfil psicológico:
Enzo es una persona ardiente y pasional pero no dejando que este aspecto sea determinante en sus acciones. Tiene una firme personalidad marcada por su extraña y dura infancia. Bastante violento a la hora de defender sus objetos más preciados y su territorio cual Rey de la Selva. Muy educado y observador, no se le suele escapar ningún detalle y es un gran estratega y culto.
Historia:
Enzo nació a más de 2.000 metros por encima del nivel del mar en una oscura cueva del Tíbet donde, arropado por su clan, fue nombrado primogénito y heredero de su estirpe en cuanto su poderoso padre muriera o dejara su imperial cargo. Su clan era la orden de los “Leones de Fuego”, poderosos guerreros ninjas que actuaban dentro del manto perpetuo de nieve de rodeaba aquellas tierras y que a modo de sombra, ejercían de asesinos o justicieros al servicio de cualquiera que los necesitara, dependiendo de quién era el que los contrataba y quien el objetivo.
Curtidos en el arte de la lucha, los jóvenes como Enzo aprendían el arte de la guerra de la mano de los sabios y sacerdotes de la orden. El joven chico era un apasionado de estos temas y pronto destacó como un experto luchador. Una vez adaptado a la extrema disciplina inculcada por los Leones de Fuego, Enzo profundizó exhaustivamente en los antiguos libros para convertirse en el guerrero perfecto. En ellos, además de estudiar la estrategia militar de su pueblo para hacerse totalmente letal, también leyó sobre las antiguas leyendas que forjaron su pueblo, marcándolo de por vida la historia de cómo su padre llegó al trono.
"Según cuenta la leyenda, su padre salió de la nada y los ancianos lo llamaban Leónidas porque se decía que lo rescataron de las mamas de una leona en la cumbre del Tíbet. Entrenado como fiero guerrero pronto se le separó de los demás por su extrema fiereza como la del majestuoso animal del que procedía".
Esta historia sin duda, dejó este animal clavado en su interior hasta tal punto que podía verlo cerrando sus ojos como si este viviera dentro de él y decidiera a veces sobre sus actos. El cielo estrellado también parecía darle señales, dibujando su silueta con detalles impresionantes que formaban todas las partes del magnánimo felino.
Conocido en todo el mundo, el joven chico sabía que si quería ser tal cosa como su padre, debía encontrar el equilibrio perfecto entre mente y fuerza, así que a lo largo de sus días, Enzo iba devorando libros y más libros a medida que se partía los músculos y los huesos contra sus compañeros y maestros por doquier.
Cierto día, y guiado por el sacerdote más antiguo de la orden, Enzo recibió en sus manos un libro especial. El libro era muy pequeño, prácticamente de bolsillo, pero el emblema de la portada le daba un aspecto aterrador con esa cabeza de León dorada de gesto amenazante. Nada más abrirlo y tocar el emblema, el chico entendió que en sus mugrientas páginas, si se quedaba observando durante varios minutos a un punto céntrico, las palabras y las ilustraciones iban animándose solas, dándole vida a historias, relatos y hechizos ancestrales que pronto se instauraron en su memoria para otorgar a su lector, poderes extraordinarios que le llevarían a lo más alto de la escala evolutiva. El libro se convirtió desde ese día, en un compañero inseparable para Enzo y los perversos párrafos que se dibujaban cada vez que el chico lo abría, fueron minando su mente y alejándolo de la realidad y costumbres de su clan. Por este motivo, el heredero de la orden decidió abdicar de tan importante cargo y decidió marcharse de allí para seguir aumentando su poder y su inteligencia. Peleado con todos y acusado de traición, Enzo desapareció una noche para no volver jamás y desaparecer entre una tormenta que se aproximaba y que dejaría asoladas e incomunicadas la gran mayoría de las zonas que todavía albergaban algo de vida.
Antes de partir, su padre Rolan atendió a razones y esperó a su hijo en la salida de la aldea. Allí le explicó al joven chico lo que pensaba de sus sucios actos y después de una acalorada discusión decidió darle su objeto más preciado, una moneda. Enzo la aceptó y escuchó como su padre le decía que su vida había estado ligada siempre a ella, por los siglos de los siglos, generación tras generación. Su anciana vida había sido siempre venidera y tranquila, obteniendo las mejores ofrendas y tributos de sus contratantes, llegando a ser el jefe de uno de los clanes más poderosos de esas heladas tierras y siempre tocado por la mano de la suerte, suerte que esa moneda le había dado en todo momento enseñando su cara en todas sus lanzadas.
Su padre terminó explicándole que su repentina partida fue augurada en su moneda saliendo esta vez y por primera vez la cruz y no la cara, así que aceptaba el destino como tal, lo perdonaría para toda la vida y le brindaría su beneplácito para siempre. Dicho esto, desapareció entre la tormenta de nieve con lágrimas en los ojos y así fue como Enzo partió hacia las mismísimas antípodas del Tíbet.
El resto de su vida fue de lo más peculiar y extravagante. Pronto el joven fue recorriendo el mundo y dejando a su paso infinidad de luchas y de enemigos que iban sucumbiendo a sus poderes terrenales y casi sobrenaturales, aumentando su leyenda y su fama por todo el planeta. Finalmente, Enzo llegó a Grecia y allí se perdió finalmente su pista. Lo que allí ocurrió solo lo sabe él y aquellos que se cruzaron en su camino.
El camino hasta llegar a las puertas del Santuario fue un autentico calvario. Pasando por infinidad de luchas, el joven Enzo llegó a un tugurio vietnamita donde se encontró cara a cara con un misterioso encapuchado. A pesar de que el tiempo parecía detenerse entre los puñetazos de un monstruoso rival que *Prostituta* el premio final de la desastrosa taberna, el encapuchado parecía moverse a la velocidad de la luz como si pudiera teletrasportarse. Para Enzo era muy extraño que un personaje así despidiera una energía descomunal a la vez que dejaba entrever un mágico halo de luz que parecía salir de su interior.
Finalmente este extraño personaje era un enviado especial del Patriarca del Santuario… lugar de culto a los guerreros que defienden la justicia y el equilibrio del Planeta a manos de las fuerzas del mal. Una pequeña elite de guerreros sagrados llegan a escribir las legendarias paginas de esta historia pero para ello debían, no solo entrenarse en el arte de la lucha, sino que tenían que despertar una energía que no se estudia en los libros y que solo los elegidos son capaces de despertar. Esta energía no es otra que el cosmos, la energía del mismísimo universo que habita en el interior de toda la materia. Despertando este poder, Enzo sería capaz de multiplicar su fuerza y sus capacidades en un exponente brutal, para ello, el misterioso encapuchado llevó al límite al joven guerrero tibetano para privarle de sus 5 sentidos.
Hecho un trapo viviente, el enviado castigó casi hasta la muerte el débil cuerpo de Enzo y este tuvo que buscar en su interior el cosmos suficiente para poder sobreponerse al dolor y encontrar todavía un camino de luz y vida para volver del mismo Inframundo. Haciendo un esfuerzo casi divino, Enzo logró despertar el 7mo sentido… una fuerza que solo los guerreros más grandes eran capaces de despertar. Cuando los 6 sentidos son anulados, estos guerreros son capaces de evadirse de todo lo terrenal y alcanzar el poder supremo. Siendo esto posible, Enzo despertó de la muerte y partió hacia su nuevo destino. Encontrarse con el Patriarca y saber si de verdad era digno o pertenecer a la grandiosa casta de los guerreros del Santuario.
Al llegar a Grecia, indagó mucho hasta encontrar el místico Santuario y allí, después de sortear múltiples trampas y acabar con varios centinelas puestos a dedos por el Patriarca, logró postrarse ante él en uno de los templos adyacentes. Allí el Sumo Pontífice analizó el poder y el cosmos de Enzo y tras dar su deseada deliberación le mostró el camino hacia su nueva casa. La quinta casa del Zodiaco. El Templo del león…
…el inexpugnable territorio de Enzo del LEÓN.
Finalmente este extraño personaje era un enviado especial del Patriarca del Santuario… lugar de culto a los guerreros que defienden la justicia y el equilibrio del Planeta a manos de las fuerzas del mal. Una pequeña elite de guerreros sagrados llegan a escribir las legendarias paginas de esta historia pero para ello debían, no solo entrenarse en el arte de la lucha, sino que tenían que despertar una energía que no se estudia en los libros y que solo los elegidos son capaces de despertar. Esta energía no es otra que el cosmos, la energía del mismísimo universo que habita en el interior de toda la materia. Despertando este poder, Enzo sería capaz de multiplicar su fuerza y sus capacidades en un exponente brutal, para ello, el misterioso encapuchado llevó al límite al joven guerrero tibetano para privarle de sus 5 sentidos.
Hecho un trapo viviente, el enviado castigó casi hasta la muerte el débil cuerpo de Enzo y este tuvo que buscar en su interior el cosmos suficiente para poder sobreponerse al dolor y encontrar todavía un camino de luz y vida para volver del mismo Inframundo. Haciendo un esfuerzo casi divino, Enzo logró despertar el 7mo sentido… una fuerza que solo los guerreros más grandes eran capaces de despertar. Cuando los 6 sentidos son anulados, estos guerreros son capaces de evadirse de todo lo terrenal y alcanzar el poder supremo. Siendo esto posible, Enzo despertó de la muerte y partió hacia su nuevo destino. Encontrarse con el Patriarca y saber si de verdad era digno o pertenecer a la grandiosa casta de los guerreros del Santuario.
Al llegar a Grecia, indagó mucho hasta encontrar el místico Santuario y allí, después de sortear múltiples trampas y acabar con varios centinelas puestos a dedos por el Patriarca, logró postrarse ante él en uno de los templos adyacentes. Allí el Sumo Pontífice analizó el poder y el cosmos de Enzo y tras dar su deseada deliberación le mostró el camino hacia su nueva casa. La quinta casa del Zodiaco. El Templo del león…
…el inexpugnable territorio de Enzo del LEÓN.
Rikipelu- DORADO
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