Yue vs Turco (On-Rol)
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Yue vs Turco (On-Rol)
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
** Asgard, la ciudad que se dice se encuentra en los confines del mundo, al norte de Europa. En realidad, no era una ciudad propiamente dicha, sino una especie de pueblo detenido en el tiempo. El progreso capitalista, así como demás vicios humanos post modernos no habían llegado a aquella calmada región. Los habitantes tenían vidas felices, alejados de los problemas del mundo actual y rodeados de la sencillez que reinaba en su vida. Recientemente, Hannes, el joven prodigio del pueblo, había sido elegido por la voluntad divina de Odin como el nuevo regente, quien protegería al norte del mundo de la oscuridad que lo amenazaba. Malin, su hermano, había sido nombrado como el dios guerrero de Merak Beta, siendo el primer dios guerrero activo en muchisimos años de desolación.
La familia de Hannes, ahora vivía rodeada de lujos y comodidades en el palacio del Valhalla, donde eran atendidos como reyes, o incluso más, ya que eran los elegidos por la propia voluntad del dios que más veneraban por aquellas tierras. La vida en el palacio era algo aburrida, pero sin embargo Malin se las ingeniaba para pasarla bien. Hannes había convocado a varios guerreros para que formen parte de sus huestes, e incluso había habilitado un sector del castillo que ofreciera de centro de entrenamiento en el arte de la espada y el combate. El joven Malin, junto con su padre el herrero, impartían clases a jóvenes y adultos por igual, tratándolos de formarlos como excelentes guerreros. Esto divertía mucho al joven rubio durante el día, mientras que por las noches, alguna de las doncellas del palacio le entregaba un festín de lujuria en su cuarto, o en alguna habitación vacía del Castillo. Tenía un encanto especial para las mujeres, quizás debido a su personalidad carismática, combinados con sus ojos celestes, su rubia cabellera y un cuerpo casi escultural que era la envidia de cualquier hombre. Pocas más eran las tareas que debía soportar el dios guerrero de Merak, que día a día, iba disfrutando su vida como parte de la nobleza.
Esa mañana, temprano, había llegado un comunicado a la sede del palacio. Al parecer, en la prisión de Asgard, habían capturado a un particular prisionero, y no se daban muchos detalles más. Como al momento Hannes y su padre no se encontraban disponibles, Malin, ya que era una autoridad en el castillo, decidió ir a echar un vistazo. El carruaje negro tirado por caballos blancos lo esperaba en la puerta del caballo. Apenas puso un pie en el vehículo, el conductor azotó a los animales para que empiecen su recorrido. Luego de una charla amena de unos veinte o treinta minutos con su chofer, los ojos de Malin se perdieron a través de la ventana, observando la imponente construcción que era la prisión, mientras que de fondo, sonaba el inquietante golpeteo de las herraduras de los equinos en el suelo...**
La familia de Hannes, ahora vivía rodeada de lujos y comodidades en el palacio del Valhalla, donde eran atendidos como reyes, o incluso más, ya que eran los elegidos por la propia voluntad del dios que más veneraban por aquellas tierras. La vida en el palacio era algo aburrida, pero sin embargo Malin se las ingeniaba para pasarla bien. Hannes había convocado a varios guerreros para que formen parte de sus huestes, e incluso había habilitado un sector del castillo que ofreciera de centro de entrenamiento en el arte de la espada y el combate. El joven Malin, junto con su padre el herrero, impartían clases a jóvenes y adultos por igual, tratándolos de formarlos como excelentes guerreros. Esto divertía mucho al joven rubio durante el día, mientras que por las noches, alguna de las doncellas del palacio le entregaba un festín de lujuria en su cuarto, o en alguna habitación vacía del Castillo. Tenía un encanto especial para las mujeres, quizás debido a su personalidad carismática, combinados con sus ojos celestes, su rubia cabellera y un cuerpo casi escultural que era la envidia de cualquier hombre. Pocas más eran las tareas que debía soportar el dios guerrero de Merak, que día a día, iba disfrutando su vida como parte de la nobleza.
Esa mañana, temprano, había llegado un comunicado a la sede del palacio. Al parecer, en la prisión de Asgard, habían capturado a un particular prisionero, y no se daban muchos detalles más. Como al momento Hannes y su padre no se encontraban disponibles, Malin, ya que era una autoridad en el castillo, decidió ir a echar un vistazo. El carruaje negro tirado por caballos blancos lo esperaba en la puerta del caballo. Apenas puso un pie en el vehículo, el conductor azotó a los animales para que empiecen su recorrido. Luego de una charla amena de unos veinte o treinta minutos con su chofer, los ojos de Malin se perdieron a través de la ventana, observando la imponente construcción que era la prisión, mientras que de fondo, sonaba el inquietante golpeteo de las herraduras de los equinos en el suelo...**
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
**Yue sopló mientras sentía el terrible dolor en sus brazos. Estaba encadenado en una de las prisiones de Asgard. Se preguntó por qué había querido correr tal riesgo por un libro... **
**Asgard, como Yue había oído, era pobre en el sentido de tecnología o avance, pero era rica en información sobre todos los demás países y reinos de guerreros. **
**Si bien confiaba en las fuentes que lo habían informado sobre una gran biblioteca, Yue también había oído hablar de un libro que contenía valiosa información sobre los asesinos que fueron capturados en su pueblo natal. **
**La esperanza de encontrar al asesino de su padre nació en su corazón y, con este pensamiento, Yue viajó a Asgard y penetró en la biblioteca tan cautelosa y discretamente como su alto cuerpo y sus alas le permitían. **
**Buscó durante horas información en muchos libros tras haber noqueado a los guardias. Justo cuando había encontrado el libro que había venido a buscar, fue capturado por un grupo de guardias que habían oído el escándalo de los libros al caer y habían visto los guardias desmayados. **
**Lo llevaron a una fría y tenebrosa prisión, donde lo encadenaron con unas barras de metal pegadas a las paredes, de tal forma que sus brazos quedaban alzados y le propinaban un terrible dolor muscular. **
**Miró por la ventana y vio un hombre que llegaba en un oscuro carruaje. ¿Sería su verdugo acaso? Je, bueno, la arrogancia y la experiencia de Yue le permitieron saber qué aquel no era su fin. **
**Asgard, como Yue había oído, era pobre en el sentido de tecnología o avance, pero era rica en información sobre todos los demás países y reinos de guerreros. **
**Si bien confiaba en las fuentes que lo habían informado sobre una gran biblioteca, Yue también había oído hablar de un libro que contenía valiosa información sobre los asesinos que fueron capturados en su pueblo natal. **
**La esperanza de encontrar al asesino de su padre nació en su corazón y, con este pensamiento, Yue viajó a Asgard y penetró en la biblioteca tan cautelosa y discretamente como su alto cuerpo y sus alas le permitían. **
**Buscó durante horas información en muchos libros tras haber noqueado a los guardias. Justo cuando había encontrado el libro que había venido a buscar, fue capturado por un grupo de guardias que habían oído el escándalo de los libros al caer y habían visto los guardias desmayados. **
**Lo llevaron a una fría y tenebrosa prisión, donde lo encadenaron con unas barras de metal pegadas a las paredes, de tal forma que sus brazos quedaban alzados y le propinaban un terrible dolor muscular. **
**Miró por la ventana y vio un hombre que llegaba en un oscuro carruaje. ¿Sería su verdugo acaso? Je, bueno, la arrogancia y la experiencia de Yue le permitieron saber qué aquel no era su fin. **
**Sin querer pensar más, agachó la cabeza y continuó esperando... **
Yue- APRENDIZ
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
** El carruaje se detuvo justo frente a las puertas del recinto. Malin agradeció el viaje y le dejó unas monedas al conductor, que lo saludó agradecido, para luego emprender la vuelta al palacio. En la entrada, esperaban dos guardias, uno a cada lado del portón, en el cual podían verse hermosos grabados muy elaborados sobre los viejos tiempos de guerra de aquellas tierras. Al verlo, los guardias apoyaron sus lanzas contra la pared, e hicieron una profunda reverencia al Dios guerrero. Con un gesto de la mano y una sonrisa, el rubio les indicó que no eran necesarios tales comportamientos, haciendo que los guardias vuelvan a su posición inicial. Luego, entre ambos, abrieron las enormes puertas que permitían el acceso a aquella fría cárcel. Las bisagras chirriaban en un estruendoso ruido metálico, haciendo parecer que la entrada al edificio estaba custodiada por alguna especie de monstruo mitológico. Cuando los hombres terminaron de abrir el portón, Malin los saludó y se dispuso a ingresar.
Desde tiempos inmemoriables, la prisión había albergado prisioneros de guerra y todo aquel que incurría en transgredir la ley y los mandatos. La sangre de miles y miles de guerreros a través de los siglos, ya se había impregnado en las paredes, llenando el sitio de un desagradable olor. Un patio grande era lo primero que podía observarse al entrar, y a su alrededor se erguían las celdas y habitaciones, era un lugar enorme y llamativo, que apestaba a muerte por donde se lo mire. En el patio, los guardias circulaban de un lado a otro, entretenidos en sus quehaceres, y no parecían notar la presencia de Malin en ese lugar. Pudo ver como un desdichado, casi inconsciente y con heridas sangrantes, era trasladado a las rastras por dos guardias, por un momento pensó en detenerlos, pero luego recapacitó que aquel hombre, estaba en la prisión por algún motivo. Una voz lo distrajo de sus propios pensamientos, haciendo que gire la cabeza en dirección a la entrada. El comandante de la prision, Adriel, se había hecho presente para darle la bienvenida a Malin y para que este cumpla con la solicitud.
Luego de un intercambio de palabras, Adriel junto con Malin, ingresaron a los pabellones. La prisión por dentro era un laberinto, dificil sería el escape por parte de alguien que no la conociera, pues todos los pasillos parecían iguales, con tantas escaleras y recovecos, que podrian volver loco a cualquiera. A medida iban internándose en los pasillos, el ambiente se tornaba más frío, cada vez más alejado del calor del sol. Adriel manejaba como un experto el camino hasta la celda de aquel particular prisionero, parecía conocer de memoria aquel cúmulo de laberintos y lugares engañosos, aunque, después de todo, era su obligación si era el comandante general de la prisión. Luego de unos minutos, llegaron a un pasillo poco iluminado. Solamente el ruido de las ratas corriendo por los tirantes y el sonido de sus pasos era lo que se escuchaba. Las celdas oscuras no permitían identificar qué clases de personas había en aquel lugar. A diferencia de otras cárceles, no se escuchaba el lamento de los presos ni los gritos de angustia, todo se encontraba en un incómodo silencio. Adriel tomó una de las antorchas de la pared para iluminar la última celda del pasillo y mostrarle a Malin lo que le habían comunicado en el palacio.
Las llamas danzaban alegres, iluminando el calabozo final. El guerrero de Merak Beta no daba crédito a lo que sus ojos veían. Allí, entre la suciedad, el frio y la pestilencia, en el peor de los confinamientos se encontraba lo que parecía ser una especie de ángel. Una bella criatura, casi celestial, era amarrada por las muñecas con gruesos grilletes, mientras mantenía la cabeza agachada, haciendo que su larga cabellera blanca caiga tapando todo su rostro. Sus alas se mostraban tristes, como caídas y sin fuerza, al igual que su portador, que tocaba con las rodillas el sucio suelo de la celda. Malin intercambió una mirada de asombro con Adriel, que se mostraba duro como un témpano de hielo, y luego, decidió hablarle al prisionero, esperando que este no estuviera muerto
-Oye, ¿estás despierto?...-
Desde tiempos inmemoriables, la prisión había albergado prisioneros de guerra y todo aquel que incurría en transgredir la ley y los mandatos. La sangre de miles y miles de guerreros a través de los siglos, ya se había impregnado en las paredes, llenando el sitio de un desagradable olor. Un patio grande era lo primero que podía observarse al entrar, y a su alrededor se erguían las celdas y habitaciones, era un lugar enorme y llamativo, que apestaba a muerte por donde se lo mire. En el patio, los guardias circulaban de un lado a otro, entretenidos en sus quehaceres, y no parecían notar la presencia de Malin en ese lugar. Pudo ver como un desdichado, casi inconsciente y con heridas sangrantes, era trasladado a las rastras por dos guardias, por un momento pensó en detenerlos, pero luego recapacitó que aquel hombre, estaba en la prisión por algún motivo. Una voz lo distrajo de sus propios pensamientos, haciendo que gire la cabeza en dirección a la entrada. El comandante de la prision, Adriel, se había hecho presente para darle la bienvenida a Malin y para que este cumpla con la solicitud.
Luego de un intercambio de palabras, Adriel junto con Malin, ingresaron a los pabellones. La prisión por dentro era un laberinto, dificil sería el escape por parte de alguien que no la conociera, pues todos los pasillos parecían iguales, con tantas escaleras y recovecos, que podrian volver loco a cualquiera. A medida iban internándose en los pasillos, el ambiente se tornaba más frío, cada vez más alejado del calor del sol. Adriel manejaba como un experto el camino hasta la celda de aquel particular prisionero, parecía conocer de memoria aquel cúmulo de laberintos y lugares engañosos, aunque, después de todo, era su obligación si era el comandante general de la prisión. Luego de unos minutos, llegaron a un pasillo poco iluminado. Solamente el ruido de las ratas corriendo por los tirantes y el sonido de sus pasos era lo que se escuchaba. Las celdas oscuras no permitían identificar qué clases de personas había en aquel lugar. A diferencia de otras cárceles, no se escuchaba el lamento de los presos ni los gritos de angustia, todo se encontraba en un incómodo silencio. Adriel tomó una de las antorchas de la pared para iluminar la última celda del pasillo y mostrarle a Malin lo que le habían comunicado en el palacio.
Las llamas danzaban alegres, iluminando el calabozo final. El guerrero de Merak Beta no daba crédito a lo que sus ojos veían. Allí, entre la suciedad, el frio y la pestilencia, en el peor de los confinamientos se encontraba lo que parecía ser una especie de ángel. Una bella criatura, casi celestial, era amarrada por las muñecas con gruesos grilletes, mientras mantenía la cabeza agachada, haciendo que su larga cabellera blanca caiga tapando todo su rostro. Sus alas se mostraban tristes, como caídas y sin fuerza, al igual que su portador, que tocaba con las rodillas el sucio suelo de la celda. Malin intercambió una mirada de asombro con Adriel, que se mostraba duro como un témpano de hielo, y luego, decidió hablarle al prisionero, esperando que este no estuviera muerto
-Oye, ¿estás despierto?...-
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
**Yue abrió sus ojos, los cuales eran azules como el cielo, nada más que oyó la voz de alguien. ¿Quién sería? ¿Merecería la pena levantar la cabeza para saberlo? Yue no estaba seguro... Su seriedad y experiencia le habían enseñado a ser cauteloso, pero se maldijo a sí mismo al pensar en cuan ridícula y estúpida había sido su captura y en cuan molesto había sido su encarcelamiento. Aún así, nada más que la puerta se abrió, pudo sentir cómo un viento frío acariciaba sus cabellos mientras se transformaba cada vez en algo más caluroso, ya que la prisión era realmente molesta. **
**¿Cómo sería posible, en realidad? El Sol estaba cubierto por unas nubes grises que anunciaban, muy probablemente, nieve, como siempre lo hacían en Asgard. Yue prefería los sitios fríos, a decir verdad, más que los calurosos. Se sentía... identificado con ellos: él era frío, arrogante y serio. O al menos, éso era lo que él creía ser. No muchas personas le habían hecho sonreír por felicidad o por placer. Casi todos sus adversarios le habían arrancado una sonrisa arrogante o triste. Y, a decir verdad, el hecho de sacarle a alguien como Yue una sonrisa, debía de ser un logro mayor que el de matar a un Dios. **
**Levantó lentamente su cabeza: sus cabellos se fueron retirando de su rostro y se fueron posando sobre su espalda, la cual estaba torcida por culpa de las largas y pesadas cadenas que sostenían sus brazos hasta el punto de estirar de manera dolorosa sus hombros. Yue hizo una mueca de dolor, ya que el cuello también le estaba matando, y examinó a su interlocutor: era un hombre rubio cuyos ojos eran tan azules como los de Yue (más si cabe). Era fuerte, a juzgar por las apariencias, y estaba realmente acostumbrado al frío, pues su pecho estaba cubierto únicamente por una camiseta verde de manga corta. **
**Fue entonces cuando Yue se había dado cuenta de que había dicho algo realmente irónico y, tal vez, intencionado: "¿estás despierto"? Maldito fuese aquel hombre... ¿Se estaba mofando de Yue o qué? ¿Cómo iba a poder quedarse dormido en un lugar como aquel? No sólo el terrible dolor le impedían descansar, si no además el mal olor y el hecho de estar alerta por si una rata o cualquier otro tipo de insecto y/o animales molestos aparecían. **
**Sin embargo, Yue era lo suficientemente listo como para no mencionar aquel pensamiento: no sólo estaba encadenado y sin ninguna aparente defensa, si no que además se tenía frente a un hombre imponente y tal vez temerario. Sin mostrar ninguna clase de emoción en su rostro, Yue penetró con su mirada a Malin. **
- ¿Le importa a alguien que esté la Luna ahí...? ¿Sola... en todo lo negro? Pues lo mismo debe de suceder conmigo, joven amigo. No estoy en disposición de defenderme ni de remedar, así que, si eres mi verdugo, te pido que termines con ésto lo más rápida y limpiamente posible. Sin embargo, antes de pasar al otro mundo, si es ésa tu intención, me placería conocer tu nombre y tu origen, aparte del verdadero motivo de tu... visita. -
**Aquella última frase la había pronunciado con un poco de malicia y sarcasmo. Si aquel hombre no iba a terminar con su vida, ¿por qué le visitaría si no? No era ningún conocido... Al menos ninguno para Yue. Además, ¿quién iba a visitarlo a él, incluso si lo conociesen? No, debía de ser alguien del Reino de Asgard a juzgar por sus vestiduras y sus desconocidas razones... **
**Yue trató de erguirse para quedar cara a cara con Malin y, con una sonrisa arrogante y confiada pero no muy convencida, aguardó la respuesta del joven... **
**¿Cómo sería posible, en realidad? El Sol estaba cubierto por unas nubes grises que anunciaban, muy probablemente, nieve, como siempre lo hacían en Asgard. Yue prefería los sitios fríos, a decir verdad, más que los calurosos. Se sentía... identificado con ellos: él era frío, arrogante y serio. O al menos, éso era lo que él creía ser. No muchas personas le habían hecho sonreír por felicidad o por placer. Casi todos sus adversarios le habían arrancado una sonrisa arrogante o triste. Y, a decir verdad, el hecho de sacarle a alguien como Yue una sonrisa, debía de ser un logro mayor que el de matar a un Dios. **
**Levantó lentamente su cabeza: sus cabellos se fueron retirando de su rostro y se fueron posando sobre su espalda, la cual estaba torcida por culpa de las largas y pesadas cadenas que sostenían sus brazos hasta el punto de estirar de manera dolorosa sus hombros. Yue hizo una mueca de dolor, ya que el cuello también le estaba matando, y examinó a su interlocutor: era un hombre rubio cuyos ojos eran tan azules como los de Yue (más si cabe). Era fuerte, a juzgar por las apariencias, y estaba realmente acostumbrado al frío, pues su pecho estaba cubierto únicamente por una camiseta verde de manga corta. **
**Fue entonces cuando Yue se había dado cuenta de que había dicho algo realmente irónico y, tal vez, intencionado: "¿estás despierto"? Maldito fuese aquel hombre... ¿Se estaba mofando de Yue o qué? ¿Cómo iba a poder quedarse dormido en un lugar como aquel? No sólo el terrible dolor le impedían descansar, si no además el mal olor y el hecho de estar alerta por si una rata o cualquier otro tipo de insecto y/o animales molestos aparecían. **
**Sin embargo, Yue era lo suficientemente listo como para no mencionar aquel pensamiento: no sólo estaba encadenado y sin ninguna aparente defensa, si no que además se tenía frente a un hombre imponente y tal vez temerario. Sin mostrar ninguna clase de emoción en su rostro, Yue penetró con su mirada a Malin. **
- ¿Le importa a alguien que esté la Luna ahí...? ¿Sola... en todo lo negro? Pues lo mismo debe de suceder conmigo, joven amigo. No estoy en disposición de defenderme ni de remedar, así que, si eres mi verdugo, te pido que termines con ésto lo más rápida y limpiamente posible. Sin embargo, antes de pasar al otro mundo, si es ésa tu intención, me placería conocer tu nombre y tu origen, aparte del verdadero motivo de tu... visita. -
**Aquella última frase la había pronunciado con un poco de malicia y sarcasmo. Si aquel hombre no iba a terminar con su vida, ¿por qué le visitaría si no? No era ningún conocido... Al menos ninguno para Yue. Además, ¿quién iba a visitarlo a él, incluso si lo conociesen? No, debía de ser alguien del Reino de Asgard a juzgar por sus vestiduras y sus desconocidas razones... **
**Yue trató de erguirse para quedar cara a cara con Malin y, con una sonrisa arrogante y confiada pero no muy convencida, aguardó la respuesta del joven... **
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
** Jamás hubiera esperado tal respuesta del extraño ser. Pero, lo que más lo intrigaba, era el hecho de que no haya utilizado sus poderes para liberarse de la prisión. Aquella criatura alada, sin dudas era algo sobrenatural y alguna clase de poder debía guardar en su interior. Parecía un enorme pájaro triste, que había sido encerrado en una jaula sin poder volar a la libertad, sus palabras frías como el mismo Asgard daban la certeza de que aquel ser estaba profundamente deprimido. Sin contestar a lo que el prisionero dijo, observó a su comandante de forma severa. ¿Como habían puesto en esas condiciones a una criatura tan bella como la que tenían enfrente?¿Que pecados había cometido para merecer ese castigo?¿Parecía estar hacía dias allí, por que no habían avisado al palacio antes?. Adriel se mostró algo avergonzado y agachó la cabeza, reconociendo que era justo lo que Malin le estaba reclamando. El comandante Adriel era un gran amigo de su padre, pues su herrería forjaba las puntas de lanza y espadas que utilizaban los guardias de la prisión, luego de tantos años, ya se habían vuelto amigos y cada vez que Adriel llegaba a la herrería se quedaban tomando algunas cervezas caseras. No entendía como un hombre con valores y racional como Adriel, había ordenado la captura de aquel ser sin siquiera consultar nada, y enviarlo a un calabozo de lo más horrible.
Aún impresionado por la presencia del hombre alado, Malin entró cauteloso dentro de la celda, luego de que Adriel le abriera la puerta que lo separaba de la libertad. Un par de insectos escapaban hacia el pasillo mientras el Dios Guerrero observaba al prisionero. Sus alas eran simplemente magníficas, pero su belleza no estaba diseñada para estar encerrada en un lugar tan oscuro y alejado. Esas alas, estaban creadas para surcar los cielos, para agitarse plenas y llenas de energía, y no para ensuciarse dentro de un deprimente calabozo. La luz de una pequeña ventana enrejada, era lo único que lo comunicaba con el exterior, así como también la única fuente de luz que ingresaba a la habítacion. No quería ni pensar el padecimiento que estaba sufriendo aquel hombre, ángel, o lo que sea que fuera.
El muchacho estaba parado, soportando el dolor en sus hombros, cuello y espalda, tratando de mostrarse fuerte ante la presencia de Malin, que sonrió con simpatía. Se acercó más y tomó una de las cadenas que sujetaban al prisionero.
- Descuida, no soy tu verdugo, pues no vengo a matarte ya que desconzco el pecado mortal que has cometido en caso de merecer tal castigo. Mi nombre es Malin, soy la mano derecha de Hannes, representante de Odín en Asgard y he venido porque desde aquí me han contado de tu extraña presencia. Ten cuidado, cuando esto se derrita podría salpicarte.... Ahora cuentame algo de tí.-
Mientras charlaba con el extraño, Malin comenzó a calentar con su cosmos dos eslabones de la gruesa y fría cadena. El metal comenzó a tornarse de un rojo furioso al reaccionar con el calor del cosmos del dios guerrero, para terminar cediendo a los pocos segundos con un ruido metálico. La cadena se rompió, cayendo desde el aire hasta golpear la pared donde estaba incrustada. El brazo izquierdo del prisionero estaba liberado, pero el grillete continuaba sujetando su muñeca como una bizarro recuerdo de su aventura en Asgard. Malin sonrió mientras se disponía a ejecutar el mismo proceso en la otra cadena, esperando una respuesta proveniente de su interlocutor.**
Aún impresionado por la presencia del hombre alado, Malin entró cauteloso dentro de la celda, luego de que Adriel le abriera la puerta que lo separaba de la libertad. Un par de insectos escapaban hacia el pasillo mientras el Dios Guerrero observaba al prisionero. Sus alas eran simplemente magníficas, pero su belleza no estaba diseñada para estar encerrada en un lugar tan oscuro y alejado. Esas alas, estaban creadas para surcar los cielos, para agitarse plenas y llenas de energía, y no para ensuciarse dentro de un deprimente calabozo. La luz de una pequeña ventana enrejada, era lo único que lo comunicaba con el exterior, así como también la única fuente de luz que ingresaba a la habítacion. No quería ni pensar el padecimiento que estaba sufriendo aquel hombre, ángel, o lo que sea que fuera.
El muchacho estaba parado, soportando el dolor en sus hombros, cuello y espalda, tratando de mostrarse fuerte ante la presencia de Malin, que sonrió con simpatía. Se acercó más y tomó una de las cadenas que sujetaban al prisionero.
- Descuida, no soy tu verdugo, pues no vengo a matarte ya que desconzco el pecado mortal que has cometido en caso de merecer tal castigo. Mi nombre es Malin, soy la mano derecha de Hannes, representante de Odín en Asgard y he venido porque desde aquí me han contado de tu extraña presencia. Ten cuidado, cuando esto se derrita podría salpicarte.... Ahora cuentame algo de tí.-
Mientras charlaba con el extraño, Malin comenzó a calentar con su cosmos dos eslabones de la gruesa y fría cadena. El metal comenzó a tornarse de un rojo furioso al reaccionar con el calor del cosmos del dios guerrero, para terminar cediendo a los pocos segundos con un ruido metálico. La cadena se rompió, cayendo desde el aire hasta golpear la pared donde estaba incrustada. El brazo izquierdo del prisionero estaba liberado, pero el grillete continuaba sujetando su muñeca como una bizarro recuerdo de su aventura en Asgard. Malin sonrió mientras se disponía a ejecutar el mismo proceso en la otra cadena, esperando una respuesta proveniente de su interlocutor.**
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
**Yue abrió los ojos dulcemente mientras Malin quemaba sus cadenas para poder liberarlo. No sólo aquel chico no era su verdugo y se había presentado, si no que además lo estaba liberando... Pero ¿por qué hacerlo? Era de Asgard, como bien lo había dicho. Cierto era que el crimen de Yue no había sido tan grave ni tan extremo, pero siempre había creído que los de Asgard eran unas razas o tribu salvajes o, al menos, alejados de cualquier tipo de modernidad. **
**¿Y si le estaba mintiendo? ¿Y si aquel hombre quería darle un combate honorable? No, no era posible... Si bien era cierto que el honor de los guerreros de Asgard era muy conocido en todas partes, también era cierto que no eran estúpidos. Yue no era aún muy poderoso como para combatir contra la mano derecha del Representante del mismísimo Odin. Claro estaba que por intentarlo, lo máximo que podría perder era la vida. Ja, esto último lo pensó de manera irónica... **
**El joven de Asgard le había pedido a Yue que le contase algo sobre él. Claro estaba que Yue no era alguien muy social o amable, pero aquel sujeto estaba liberándolo... ¿Qué menos podría hacer el hombre alado en gesto de agradecimiento? **
**¿Y si le estaba mintiendo? ¿Y si aquel hombre quería darle un combate honorable? No, no era posible... Si bien era cierto que el honor de los guerreros de Asgard era muy conocido en todas partes, también era cierto que no eran estúpidos. Yue no era aún muy poderoso como para combatir contra la mano derecha del Representante del mismísimo Odin. Claro estaba que por intentarlo, lo máximo que podría perder era la vida. Ja, esto último lo pensó de manera irónica... **
**El joven de Asgard le había pedido a Yue que le contase algo sobre él. Claro estaba que Yue no era alguien muy social o amable, pero aquel sujeto estaba liberándolo... ¿Qué menos podría hacer el hombre alado en gesto de agradecimiento? **
- Soy Yue, un... Bueno, no importa realmente quién soy. Pero lo que sí importa es que conozcas mi leve crimen, el cual parece no conoces: fui encarcelado por estar fisgoneando en una de las mayores Bibliotecas de Asgard... Estaba buscando un libro en el cual la información de muchos de los habitantes de mi pueblo natal está escrita. Si hubiese podido encontrar a mi padre en dicho libro, tal vez podría haber descubierto quién es su asesino... -
**Cuando la última cadena se quemó y derritió, Yue se alejó del charco de color negro que se había formado en el suelo y se colocó frente al joven rubio. Era alto, sin duda, pero no más que Yue, quien también era alzado del suelo gracias a sus alas. Asintió para agradecerle y estiró todos los músculos de su cuerpo: brazos, hombros, piernas, espalda... Qué placer el hecho de no estar más encadenado. En realidad, Yue no había estado encadenado muchas veces, por no decir ninguna, por lo que nunca había sufrido un dolor tan estúpido pero tan insufrible. Con una sonrisa, aguardó la respuesta del joven a su pequeño crimen. **
Yue- APRENDIZ
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
** Mientras Malin terminaba de quemar la segunda cadena, escuchaba lo que el extraño ser, que se presentó como Yue, le mencionaba. Inmediatamente, giró la cabeza hacia Adriel, que se había quedado en la puerta de la celda sosteniendo la antorcha y le dedicó una mirada feroz. La gruesa cadena volvió a caer estruendosamente contra la pared, liberando a Yue completamente de sus ataduras.
- ¿Acaso lo han encerrado por estar buscando algo en la biblioteca?¿Este ser merece tal castigo por solo un poco de información?- Dijo Malin, con rabia.
- Malin, míralo. No sabemos a ciencia cierta qué es, y la búsqueda de información puede ser un riesgo para nosotros, encerrarlo era lo único que podíamos hacer, hasta que Hannes o usted tomen una decision sobre él. Los guardias cuando lo encontraron querían... querían matarlo...-
- Pero que bola de inútiles! No ven su aspecto? A las claras es una criatura divina, que ha venido directamente a nuestra biblioteca. Sus motivos hubieran sido justificables si Yue hubiera estado haciendo destrozos o causando el mal, han actuado de manera imprudente, temo el castigo divino que pueda caer sobre sus cabezas. Aunque confío en la benevolencia de Yue al haberlo liberado. ¿No es así Yue?...-
El Dios guerrero volvió a mirar a Yue, que ahora se encontraba erguido frente a el. Intercambiaron miradas entre ambos pares de ojos celestes. Una sensación rara recorrió el espinazo de Malin, al cruzarse con esos ojos extraños, que parecían fríos como el mismo hielo de los glaciares, ocultando un gran poder en su interior. ¿Sería Yue artífice de una ira divina contra Asgard?¿Tendría el poder para destruirlos a todos? Eran algunas de las preguntas que rondaban la cabeza de Malin al momento de mirar al forastero directo a los ojos. Luego Yue se desperezó, estirando sus bellas alas que ansiaban la libertad y el mundo exterior, que se mostraban ansiosas por entrar en contacto de nuevo con el aire, en un vuelo fugaz y esplendoroso.
- Bien, Yue, ya estás liberado. No te mereces estar en este lugar por tan poca cosa, en nombre de todos, te pido las debidas disculpas por los problemas y dolores que te hemos ocasionado. Sé que no tengo forma de recompensarte las horas que has pasado aquí dentro, pero, te escoltaré hasta la biblioteca a que continues tu búsqueda... Sígueme...-
Malin dio media vuelta y salió del calabozo. Casi ignorando a Adriel, tomó la antorcha de sus manos y se dispuso a caminar iluminando el pasillo. Inmediatamente se frenó, recordó el laberinto que representaba la prisión y que de ser por él, no saldría nunca de aquel sitio. Hizo una seña a Adriel para que éste los guiara hacia la salida, y sin emitir una palabra el hombre tomó otra vez en sus manos la antorcha, aceptando la tácita petición de Malin. Caminaron durante unos veinte minutos, el viaje de vuelta había sido igual de extraño que el anterior. El silencio sepulcral de la prisión solo era interrumpido por los pasos de Yue, Malin y Adriel, y por algún que otro susurro o ruido inesperado. Lentamente, a medida que iban avanzando dentro de los pasillos, el frío disminuía, y la luz del sol comenzaba a filtrarse de mejor manera, hacíendolo un sitio apenas más amigable. Los tres llegaron al patio principal, donde los soldados se pusieron en guardia al ver a Yue liberado de uno de los calabozos de máxima seguridad.
- Bajen sus armas señores, yo lo he liberado, este hombre no representa un enemigo para nosotros, se han equivocado gravemente, pero eso es algo que después me encargaré de arreglar. Por ahora, debo llevar a Yue hasta la biblioteca...-
Los soldados retrocedieron a regañadientes, aceptando las órdenes de Malin, y volviendo a sus puestos de trabajo que habían abandonado. Cruzaron el patio en dirección al oeste, y allí Adriel les abrió una vieja puerta de madera. Hacia el interior, podía verse un establo, con una gran cantidad de caballos que descansaban tranquilamente. Aunque, como todo establo, no estaba liberado de ese olor fuerte a excremento que invadía las fosas nasales. Malin observó a Yue y le dijo confiado:
-Muy bien, ahora iremos a la biblioteca a ver si encuentras eso que buscabas, espero que sepas cabalgar!-
- ¿Acaso lo han encerrado por estar buscando algo en la biblioteca?¿Este ser merece tal castigo por solo un poco de información?- Dijo Malin, con rabia.
- Malin, míralo. No sabemos a ciencia cierta qué es, y la búsqueda de información puede ser un riesgo para nosotros, encerrarlo era lo único que podíamos hacer, hasta que Hannes o usted tomen una decision sobre él. Los guardias cuando lo encontraron querían... querían matarlo...-
- Pero que bola de inútiles! No ven su aspecto? A las claras es una criatura divina, que ha venido directamente a nuestra biblioteca. Sus motivos hubieran sido justificables si Yue hubiera estado haciendo destrozos o causando el mal, han actuado de manera imprudente, temo el castigo divino que pueda caer sobre sus cabezas. Aunque confío en la benevolencia de Yue al haberlo liberado. ¿No es así Yue?...-
El Dios guerrero volvió a mirar a Yue, que ahora se encontraba erguido frente a el. Intercambiaron miradas entre ambos pares de ojos celestes. Una sensación rara recorrió el espinazo de Malin, al cruzarse con esos ojos extraños, que parecían fríos como el mismo hielo de los glaciares, ocultando un gran poder en su interior. ¿Sería Yue artífice de una ira divina contra Asgard?¿Tendría el poder para destruirlos a todos? Eran algunas de las preguntas que rondaban la cabeza de Malin al momento de mirar al forastero directo a los ojos. Luego Yue se desperezó, estirando sus bellas alas que ansiaban la libertad y el mundo exterior, que se mostraban ansiosas por entrar en contacto de nuevo con el aire, en un vuelo fugaz y esplendoroso.
- Bien, Yue, ya estás liberado. No te mereces estar en este lugar por tan poca cosa, en nombre de todos, te pido las debidas disculpas por los problemas y dolores que te hemos ocasionado. Sé que no tengo forma de recompensarte las horas que has pasado aquí dentro, pero, te escoltaré hasta la biblioteca a que continues tu búsqueda... Sígueme...-
Malin dio media vuelta y salió del calabozo. Casi ignorando a Adriel, tomó la antorcha de sus manos y se dispuso a caminar iluminando el pasillo. Inmediatamente se frenó, recordó el laberinto que representaba la prisión y que de ser por él, no saldría nunca de aquel sitio. Hizo una seña a Adriel para que éste los guiara hacia la salida, y sin emitir una palabra el hombre tomó otra vez en sus manos la antorcha, aceptando la tácita petición de Malin. Caminaron durante unos veinte minutos, el viaje de vuelta había sido igual de extraño que el anterior. El silencio sepulcral de la prisión solo era interrumpido por los pasos de Yue, Malin y Adriel, y por algún que otro susurro o ruido inesperado. Lentamente, a medida que iban avanzando dentro de los pasillos, el frío disminuía, y la luz del sol comenzaba a filtrarse de mejor manera, hacíendolo un sitio apenas más amigable. Los tres llegaron al patio principal, donde los soldados se pusieron en guardia al ver a Yue liberado de uno de los calabozos de máxima seguridad.
- Bajen sus armas señores, yo lo he liberado, este hombre no representa un enemigo para nosotros, se han equivocado gravemente, pero eso es algo que después me encargaré de arreglar. Por ahora, debo llevar a Yue hasta la biblioteca...-
Los soldados retrocedieron a regañadientes, aceptando las órdenes de Malin, y volviendo a sus puestos de trabajo que habían abandonado. Cruzaron el patio en dirección al oeste, y allí Adriel les abrió una vieja puerta de madera. Hacia el interior, podía verse un establo, con una gran cantidad de caballos que descansaban tranquilamente. Aunque, como todo establo, no estaba liberado de ese olor fuerte a excremento que invadía las fosas nasales. Malin observó a Yue y le dijo confiado:
-Muy bien, ahora iremos a la biblioteca a ver si encuentras eso que buscabas, espero que sepas cabalgar!-
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
**Un ángel... Una criatura extraña... Una criatura divina... Todos los nombres o denominativos que habían usado para Yue no habían sido muy adecuados, pero tampoco molestos u ofensivos. Cada segundo que pasaba, Malin le caía mejor a Yue... Parecía ser justo y gentil, además de un buen anfitrión y un gran líder. **
**Cuando Malin se disculpó, Yue se limitó a asentir mientras le penetraba con su seria mirada. Sabía que estaba siendo demasiado descortés, pero no podía evitarlo... No sólo estaba en un país frío que estaba a juego con su personalidad, si no que además había estado encadenado durante el tiempo suficiente para estar de peor humor incluso si no había sido la culpa del hermano del Representante de Asgard. **
- No es necesario que te disculpes, Malin. Tu bondad y tu acto de gentileza han sido suficientes para evitar cualquier tipo de enfado. -
**Caminaron durante veinte minutos como fue anteriormente mencionado. Cuando los imponentes guardias se prepararon para, posiblemente, atacar a Yue, éste alzó su arco de manera instintiva por se acaso mientras Malin hablaba. **
**Una vez retrocedieron, Yue miró a Malin. **
- Ésos hombres deberían aprender más modales, amigo. Han refunfuñado y se han atrevido a contestarte de la manera más cobarde posible: a tus espaldas. -
**Yue, aparte de unas preciosas alas y otro tipo de partes extrañas y legendarias pero reales, también poseía un fuerte oído que le permitía escuchar a un máximo de 10 metros, aproximadamente. **
**Cuando Malin se acercó al establo y cuando penetraron en él, Malin le preguntó de manera sarcástica (al parecer de Yue) si sabía cabalgar. Yue no se pudo reprimir de lanzar una estruendosa carcajada y batió sus alas para hacer comprender a su interlocutor que no necesitaba ningún tipo de animal o ayuda para viajar. **
**Viajaron durante cierto tiempo en silencio: Malin, por su parte, cabalgaba a la velocidad que más prefería; Yue, por la suya, podía seguirlo sin problema ninguno, ya que sus alas ya se habían acostumbrado nuevamente al aire libre. **
**Cuando Malin se disculpó, Yue se limitó a asentir mientras le penetraba con su seria mirada. Sabía que estaba siendo demasiado descortés, pero no podía evitarlo... No sólo estaba en un país frío que estaba a juego con su personalidad, si no que además había estado encadenado durante el tiempo suficiente para estar de peor humor incluso si no había sido la culpa del hermano del Representante de Asgard. **
- No es necesario que te disculpes, Malin. Tu bondad y tu acto de gentileza han sido suficientes para evitar cualquier tipo de enfado. -
**Caminaron durante veinte minutos como fue anteriormente mencionado. Cuando los imponentes guardias se prepararon para, posiblemente, atacar a Yue, éste alzó su arco de manera instintiva por se acaso mientras Malin hablaba. **
**Una vez retrocedieron, Yue miró a Malin. **
- Ésos hombres deberían aprender más modales, amigo. Han refunfuñado y se han atrevido a contestarte de la manera más cobarde posible: a tus espaldas. -
**Yue, aparte de unas preciosas alas y otro tipo de partes extrañas y legendarias pero reales, también poseía un fuerte oído que le permitía escuchar a un máximo de 10 metros, aproximadamente. **
**Cuando Malin se acercó al establo y cuando penetraron en él, Malin le preguntó de manera sarcástica (al parecer de Yue) si sabía cabalgar. Yue no se pudo reprimir de lanzar una estruendosa carcajada y batió sus alas para hacer comprender a su interlocutor que no necesitaba ningún tipo de animal o ayuda para viajar. **
**Viajaron durante cierto tiempo en silencio: Malin, por su parte, cabalgaba a la velocidad que más prefería; Yue, por la suya, podía seguirlo sin problema ninguno, ya que sus alas ya se habían acostumbrado nuevamente al aire libre. **
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
** Un suave batido de alas, y unarisa le indicaron a Malin que Yue no necesitaría un animal para trasladarse. Había sido un tonto y se avergonzó un poco de lo que dijo. En el establo, no reparó en escoger el mejor ejemplar para ir hasta la biblioteca, cualquiera serviría por igual, despues de todo, los caballos de la prisión estaban muy bien cuidados y entrenados. Salio del establo hacia el patio de la prisión, montado en un caballo color blanco, con algunas pintas negras en su lomo y patas traseras, uno bastante ordinario y nada fuera de lo común. Con una sonrisa de confianza se despidió de Adriel, que no podía ocultar la preocupación en su rostro de que tal criatura haya sido liberada. En un abrir y cerrar de ojos la extraña pareja cruzó el enorme portón de la prisión, que se cerró tras ellos al salir, con el mismo rechinido metálico con el cual se había abierto.
Ahora, tenían a su disposición toda la naturaleza por recorrer. A pesar de que era el último mes de verano, parecía que era pleno invierno, pues la blanca nieve teñía todo de claridad. El camino que pasaba frente a la prisión, era el que tomarían para llegar hasta la biblioteca, que se encontraba a un par de kilómetros hacia el norte. Sin decir una palabra, Malin atizó al caballo para que comenzara a correr. Amaba sentir el frío golpeandolo de frente, mientras avanzaba implacable frente a la naturaleza, le gustaba también sentir el calor del caballo bajo su cuerpo, esa conexión entre el hombre y el animal, que puede llegar a crear lazos irrompibles. En pleno disfrute, debía mantenerse alerta, pues la actitud de Yue no lo convencía del todo, quizás, pensaba, era parte de su personalidad, pero a pesar de eso no debía confiarse en lo absoluto. Callado, observaba como Yue mantenía el ritmo del caballo con sus alas, y un rostro inexpresivo que no emanaba emociones ante el maravilloso paisaje que se presentaba ante ellos. Las blancas alas del forastero hacían un juego perfecto con la nieve pura del lugar, creando una imagen digna de admirar, a pesar de la suciedad de sus vestiduras producto de su estadía en la prisión. Avanzaron en silencio un rato, hasta que el asgardiano habló:
- Oye, tomemos el camino por el bosque, puede que haya animales salvajes pero podemos ahorrarnos muchísimo tiempo si pasamos por allí...-
Inmediatamente, el rubio se safó del camino para internarse en uno de los bosques de pino cubiertos de nieve. Los arboles eran altos como edificios, y cada tanto podía verse a las ardillas corretear por sus ramas. Solo esperaba no cruzarse con ningún lobo, pues lo aterraba la imagen de Yue siendo desplumado por alguno de esos animales. Acarició la crin del caballo para indicarle que deje de correr, pues era peligroso ir a toda velocidad por el bosque. El animal entendió el gesto enseguida y aminoró la marcha a un calmado trote. A Malin le incomodaba un poco el hecho de estar tan callados, pues Yue parecía ser solo una sombra que lo acompañaba en el solitario camino.
- Sabes, en nuestro folklore tenemos muchas historias sobre caballos. Hay varios seres mitológicos que se dice que habitan los bosques de la región, y algunos de ellos son caballos! Por ejemplo Hofvarpnir que es un caballo perteneciente a una diosa, y puede desplazarse por el agua y por el aire. También puedo mencionarte a Gullfaxi, el equino totalmente dorado que pertenecía a un gigante, que tambien podía moverse en muchas superficies. Pero ninguno tan poderoso como Sleipnir, el mismísimo caballo de Odín, de ocho patas y que puede recorrer todo el horizonte en un segundo! jaja. Si, corren muchas historias alrededor de esos animales, y la mayoría merecen ser contadas, pero no creo que este sea el momento. El momento adecuado probablemente sea en alguna fogata a la luz de la luna, acompañado de unas cervezas caseras, no crees? Oh, mira allí!-
Malin interrumpió su propio relato para señalar lo que se elevaba a unos doscientos o trescientos metros más adelante, donde terminaba el bosque. Volvió a atizar el caballo para dirigirse a toda velocidad en esa dirección, directo al gran edificio. En unos minutos, habían cortado camino y llegado a su destino. La imponente biblioteca de Asgard se erguía ante sus ojos, con todos sus misterios en su interior, resguardados por los antiguos ladrillos cubiertos de nieve**
Ahora, tenían a su disposición toda la naturaleza por recorrer. A pesar de que era el último mes de verano, parecía que era pleno invierno, pues la blanca nieve teñía todo de claridad. El camino que pasaba frente a la prisión, era el que tomarían para llegar hasta la biblioteca, que se encontraba a un par de kilómetros hacia el norte. Sin decir una palabra, Malin atizó al caballo para que comenzara a correr. Amaba sentir el frío golpeandolo de frente, mientras avanzaba implacable frente a la naturaleza, le gustaba también sentir el calor del caballo bajo su cuerpo, esa conexión entre el hombre y el animal, que puede llegar a crear lazos irrompibles. En pleno disfrute, debía mantenerse alerta, pues la actitud de Yue no lo convencía del todo, quizás, pensaba, era parte de su personalidad, pero a pesar de eso no debía confiarse en lo absoluto. Callado, observaba como Yue mantenía el ritmo del caballo con sus alas, y un rostro inexpresivo que no emanaba emociones ante el maravilloso paisaje que se presentaba ante ellos. Las blancas alas del forastero hacían un juego perfecto con la nieve pura del lugar, creando una imagen digna de admirar, a pesar de la suciedad de sus vestiduras producto de su estadía en la prisión. Avanzaron en silencio un rato, hasta que el asgardiano habló:
- Oye, tomemos el camino por el bosque, puede que haya animales salvajes pero podemos ahorrarnos muchísimo tiempo si pasamos por allí...-
Inmediatamente, el rubio se safó del camino para internarse en uno de los bosques de pino cubiertos de nieve. Los arboles eran altos como edificios, y cada tanto podía verse a las ardillas corretear por sus ramas. Solo esperaba no cruzarse con ningún lobo, pues lo aterraba la imagen de Yue siendo desplumado por alguno de esos animales. Acarició la crin del caballo para indicarle que deje de correr, pues era peligroso ir a toda velocidad por el bosque. El animal entendió el gesto enseguida y aminoró la marcha a un calmado trote. A Malin le incomodaba un poco el hecho de estar tan callados, pues Yue parecía ser solo una sombra que lo acompañaba en el solitario camino.
- Sabes, en nuestro folklore tenemos muchas historias sobre caballos. Hay varios seres mitológicos que se dice que habitan los bosques de la región, y algunos de ellos son caballos! Por ejemplo Hofvarpnir que es un caballo perteneciente a una diosa, y puede desplazarse por el agua y por el aire. También puedo mencionarte a Gullfaxi, el equino totalmente dorado que pertenecía a un gigante, que tambien podía moverse en muchas superficies. Pero ninguno tan poderoso como Sleipnir, el mismísimo caballo de Odín, de ocho patas y que puede recorrer todo el horizonte en un segundo! jaja. Si, corren muchas historias alrededor de esos animales, y la mayoría merecen ser contadas, pero no creo que este sea el momento. El momento adecuado probablemente sea en alguna fogata a la luz de la luna, acompañado de unas cervezas caseras, no crees? Oh, mira allí!-
Malin interrumpió su propio relato para señalar lo que se elevaba a unos doscientos o trescientos metros más adelante, donde terminaba el bosque. Volvió a atizar el caballo para dirigirse a toda velocidad en esa dirección, directo al gran edificio. En unos minutos, habían cortado camino y llegado a su destino. La imponente biblioteca de Asgard se erguía ante sus ojos, con todos sus misterios en su interior, resguardados por los antiguos ladrillos cubiertos de nieve**
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
**Yue no mostró ninguna fatiga ni ninguna clase de expresión facial que pudiese enseñar cualquier tipo de sentimiento. Tal vez el Asgardiano se sentiría incómodo o tal vez estaría de acuerdo con aquel comportamiento. ¿Acaso importaba realmente? No para Yue, al menos. Claro estaba que esto no quería decir que Yue detestase o que, al menos, no le gustase el joven rubio, ya que había mostrado gran bondad al liberarlo. Sin embargo, no se molestaba en ciertas tonterías... **
**Cuando quisieron cambiar de camino, Yue sopló pero no se negó, claro estaba. Tenía real interés en llegar a la biblioteca... sin importar cómo fuese o cuanto costase. Pero ¿qué había mencionado el joven? ¿Animales salvajes? Yue era alguien realmente solidario y a quien le encantaban los animales. Era el tipo de persona que los animales no eran los salvajes, si no aquellos que los mataban... Al fin y al cabo, gran parte de los animales solo siguen su instinto. **
**También se dio cuenta de que, una vez giraron de camino, el hermano del Representante de Asgard aminoró su elegante marcha. ¿Por qué hacerlo? ¿Estaría asustado de los animales salvajes, tal vez? Hm, era extraño pero tal vez no realmente interesante. Sin embargo, Yue se sintió aliviado y, al mismo tiempo, pasivo ante las palabras de Malin. Los caballos mencionados por el joven rubio no parecían ser realmente la gran cosa. Sin embargo, cuando mencionó al caballo del poderoso Dios Odín... Yue no pudo evitar el levantar una ceja para mostrar su atención, y sonrió al pensar en qué harían él y ese caballo juntos. Bueno, él no necesitaba montura, cosa que había quedado ya bastante clara. Aún así... **
**Cuando quisieron cambiar de camino, Yue sopló pero no se negó, claro estaba. Tenía real interés en llegar a la biblioteca... sin importar cómo fuese o cuanto costase. Pero ¿qué había mencionado el joven? ¿Animales salvajes? Yue era alguien realmente solidario y a quien le encantaban los animales. Era el tipo de persona que los animales no eran los salvajes, si no aquellos que los mataban... Al fin y al cabo, gran parte de los animales solo siguen su instinto. **
**También se dio cuenta de que, una vez giraron de camino, el hermano del Representante de Asgard aminoró su elegante marcha. ¿Por qué hacerlo? ¿Estaría asustado de los animales salvajes, tal vez? Hm, era extraño pero tal vez no realmente interesante. Sin embargo, Yue se sintió aliviado y, al mismo tiempo, pasivo ante las palabras de Malin. Los caballos mencionados por el joven rubio no parecían ser realmente la gran cosa. Sin embargo, cuando mencionó al caballo del poderoso Dios Odín... Yue no pudo evitar el levantar una ceja para mostrar su atención, y sonrió al pensar en qué harían él y ese caballo juntos. Bueno, él no necesitaba montura, cosa que había quedado ya bastante clara. Aún así... **
- Sin duda alguna, será una gran idea el sentarnos a charlar una vez hayamos terminado en esta biblioteca, joven Malin. A su vez y sin embargo, no bebo alcohol. A decir verdad, no sé ni qué es... En contra, no podré rechazar un lugar en el que dormir y el pasar un buen rato con una charla acogedora. -
**Yue dirigió su fría y elegante mirada hacia el lugar donde Malin había señalado. Pudo ver, durante varios segundos, el enorme y elegante edificio en el cual había penetrado por otro sitio no mucho tiempo antes. Sin embargo, Yue no se había ni molestado a mirar lo bonito y grande que era, ya que iba con real prisa. Aunque ahora tampoco tuvo mucho tiempo, ya que Malin espoleó su caballo a una gran velocidad, la cual Yue no pudo alcanzar en un primer minuto. **
**Llegaron entonces a las puertas de la imponente biblioteca: Yue, con una sonrisa, aguardó que Malin la abriese o hiciese cualquier cosa. Una vez penetraron en ella, caminaron más tranquilamente por sus enormes pasillos. **
**Fue entonces que penetraron en la gran sala donde Yue había estado fisgoneando. Sin molestarse en preguntar o cualquier cosa, Yue saltó y voló de un extremo de la habitación a la otra y continuó buscando en el mismo sitio que anteriormente había hecho. La verdad es que los soldados le habían hecho un favor al no recoger los libros, pero también era una falta de respeto a todos sus escritores y una forma sucia de vivir. **
**Buscó y buscó durante un buen rato: pudo ver todo tipo de libros, como "Lo qué es el Cosmos" u otro que incluso le pareció interesante, titulado "La Otra Cara de los Reinos". Sin embargo, no se molestó en mirarlos a largo plazo. Fue entonces que encontró el registro que tanto tiempo había estado deseando: buscó y buscó el nombre de su padre, el cual se encontraba en la página 3250 (el registro estaba compuesto por tres centenares más). **
**Lo que leyó Yue fue, en un principio, su biografía y la de su padre, la cual ya conocía. Sin embargo, cuando llegó al final, sus ojos mostraron su impresión. Se dio cuenta de que era la primera vez que se sentía tan... tan inseguro, tan expresivo... Su fría mirada se había convertido de pronto en una llena de sorpresa e impacto...**
**Yue dirigió su fría y elegante mirada hacia el lugar donde Malin había señalado. Pudo ver, durante varios segundos, el enorme y elegante edificio en el cual había penetrado por otro sitio no mucho tiempo antes. Sin embargo, Yue no se había ni molestado a mirar lo bonito y grande que era, ya que iba con real prisa. Aunque ahora tampoco tuvo mucho tiempo, ya que Malin espoleó su caballo a una gran velocidad, la cual Yue no pudo alcanzar en un primer minuto. **
**Llegaron entonces a las puertas de la imponente biblioteca: Yue, con una sonrisa, aguardó que Malin la abriese o hiciese cualquier cosa. Una vez penetraron en ella, caminaron más tranquilamente por sus enormes pasillos. **
**Fue entonces que penetraron en la gran sala donde Yue había estado fisgoneando. Sin molestarse en preguntar o cualquier cosa, Yue saltó y voló de un extremo de la habitación a la otra y continuó buscando en el mismo sitio que anteriormente había hecho. La verdad es que los soldados le habían hecho un favor al no recoger los libros, pero también era una falta de respeto a todos sus escritores y una forma sucia de vivir. **
**Buscó y buscó durante un buen rato: pudo ver todo tipo de libros, como "Lo qué es el Cosmos" u otro que incluso le pareció interesante, titulado "La Otra Cara de los Reinos". Sin embargo, no se molestó en mirarlos a largo plazo. Fue entonces que encontró el registro que tanto tiempo había estado deseando: buscó y buscó el nombre de su padre, el cual se encontraba en la página 3250 (el registro estaba compuesto por tres centenares más). **
**Lo que leyó Yue fue, en un principio, su biografía y la de su padre, la cual ya conocía. Sin embargo, cuando llegó al final, sus ojos mostraron su impresión. Se dio cuenta de que era la primera vez que se sentía tan... tan inseguro, tan expresivo... Su fría mirada se había convertido de pronto en una llena de sorpresa e impacto...**
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
** El joven Yue, o al menos joven parecía ya que se desconocía su edad exacta, estaba dando indicios de cansancio, pues había pedido una lugar para charlar y una cama confortable, esto sin perder de vista sus deberes en la biblioteca. Malin pensó que tal vez aquel ser, le había faltado entrar en confianza y que comenzaría a soltar un poco la lengua a medida vaya pasando el tiempo. Se sorprendió enormemente al saber que Yue jamás había probado la cerveza. No podía culparlo, después de todo, ni siquiera sabía de donde venía, y si en aquel lugar se acostumbraba a tomar. Ah, las cervezas y licores! Pocos placeres disfrutaba más, que encamarse con las sirvientas del Valhalla con un par de copas encima, si bien no cambiaba su estado de ánimo, le daba una percepción totalmente diferente de todo a su alrededor. Todo era más alegre y menos frío, en el helado Asgard. Su cabeza divagaba, en los recuerdos de aquellas noches lujuriosas junto a las criadas, haciendo que Malin pierda la vista en el horizonte y sienta ganas de estar en compañia de una bella mujer. El sonido de la puerta de madera abriéndose lo trajo de nuevo a sus pensamientos y al presente: la biblioteca, Yue, y todos sus misterios aún por develar.
El guardia de la entrada recibió a Malin sorprendido, mientras que dedicó una mirada de odio al ser que volvía a rondar ese lugar, luego de haber sido apresado por la misma causa. Yue pareció hacer caso omiso, o ignorar totalmente la molestia del guardia, ya que se adentró en el recinto volando en busca de la tan preciada información. La biblioteca era gigante, sus pasillos eran amplios y fríos, solo iluminados por las antorchas que estaban ancladas a las paredes. Estatuas de famosos escritores y filósofos de la zona, le daban ese aspecto a museo tétrico, de esos lugares donde uno evitaría pasar la noche. Luego de unos segundos, llegaron a la sala principal. Malin se sorprendió al ver tal desorden: las sillas tiradas en el suelo, libros desparramados en cualquier lugar, el vidrio de una de las ventanas totalmente destrozado, e incluso algunas hojas sueltas pertenecientes a distintos escritos repartidas por el suelo y los muebles. Al instante comprendió que aquella escena, tenía que ver con el encierro de Yue, y había sido dejada así a propósito, como prueba para quien corresponda. Poco le importó al dios guerrero, que tomó una silla de madera y la arrimó a la mesa. Sin muchas ganas, como resignado, tanteó el libro que estaba bajo de la mesa y lo levantó. "Guía del Herrero" rezaba el título de la tapa azul y añeja que tenía signos de deterioro. Pensó que aquello podría servirle a su padre, aunque después recapacitó y se dio cuenta que su padre había vivido toda su vida en el taller y comprendía todos los gajes del oficio, no había secretos para él. De todas formas se puso a leerlo, dando una mirada de reojo cada tanto a su invitado.
Yue buscaba de un lado a otro, en aquel desorden un libro que pudiera ayudarlo. Hasta que finalmente lo encontró: un enorme libraco color verde, mas parecido a un gran Atlas o enciclopedia, pues era grande y muy poco práctico para trasladar de cualquier lugar a otro. Malin hacía que leía su libro de herrería sin prestar demasiada atención a la exquisita técnica del forjado de flechas ultra-ligeras. Los movimientos de Yue parecían algo alterados, como si necesitara saber eso rápidamente. Pasaba las hojas una tras otra con bastante rapidez, generando un ruido que luego de un tiempo se volvía algo irritante, hasta que por fin se detuvo a leer, durante unos minutos. Malin creyó conveniente volver la cabeza a su lectura, para no parecer irrespetuoso y luego de unos momentos, investigar un poco sobre lo que estaba leyendo el extraño. Mientras Yue leía interesado, absorto en sus propios pensamientos, Malin pudo sentir frío. Un frío extraño, que no daba ni la peor de las tormentas de nieve del Norte de Europa. Un frío que se filtraba desde algún lugar, y le hacía erizar la piel hasta al mas bravo de los guerreros. Un frío que ocultaba algo oscuro en su interior, una presencia quizás. El hermano de Hannes se puso de pie rápidamente, tratando de agudizar los sentidos para ver a que se debía aquel fenómeno. Había hecho bastante ruido con ese brusco movimiento, y trató de obviar su extraño comportamiento preguntando a Yue:
- Yue! Y bien? Has encontrado lo que buscabas?...-
Lentamente, se acercó a la puerta por donde habían entrado. Poco le interesaba si Yue le respondía o no, solo quería salir de allí y encontrar el foco de aquella presencia. Una vez fuera de la sala, tratando de que nadie lo observe, alzó su cosmos al cielo. Inmediatamente ante el, se presentó el ropaje divino de Merak Beta, protector de la tierra de Odin. Con un sonido metálico, las partes de la armadura se adhirieron al cuerpo del joven dios guerrero, que se preparaba para luchar contra lo que fuera.
Que demonios es esta presencia? Ya no es solo frío, se ha transformado en cosmos maligno sin duda. ¿Será Yue? No, de él no he detectado esa maldad, puede que sea algo extraño pero no es maligno. Temo tener que desatar un combate aquí dentro con aquella fuerza o cualquier enemigo. No quiero manchar ni destruir la antigua biblioteca de Asgard. Demonios, rata, muestrate así te hago pedazos...
El guardia de la entrada recibió a Malin sorprendido, mientras que dedicó una mirada de odio al ser que volvía a rondar ese lugar, luego de haber sido apresado por la misma causa. Yue pareció hacer caso omiso, o ignorar totalmente la molestia del guardia, ya que se adentró en el recinto volando en busca de la tan preciada información. La biblioteca era gigante, sus pasillos eran amplios y fríos, solo iluminados por las antorchas que estaban ancladas a las paredes. Estatuas de famosos escritores y filósofos de la zona, le daban ese aspecto a museo tétrico, de esos lugares donde uno evitaría pasar la noche. Luego de unos segundos, llegaron a la sala principal. Malin se sorprendió al ver tal desorden: las sillas tiradas en el suelo, libros desparramados en cualquier lugar, el vidrio de una de las ventanas totalmente destrozado, e incluso algunas hojas sueltas pertenecientes a distintos escritos repartidas por el suelo y los muebles. Al instante comprendió que aquella escena, tenía que ver con el encierro de Yue, y había sido dejada así a propósito, como prueba para quien corresponda. Poco le importó al dios guerrero, que tomó una silla de madera y la arrimó a la mesa. Sin muchas ganas, como resignado, tanteó el libro que estaba bajo de la mesa y lo levantó. "Guía del Herrero" rezaba el título de la tapa azul y añeja que tenía signos de deterioro. Pensó que aquello podría servirle a su padre, aunque después recapacitó y se dio cuenta que su padre había vivido toda su vida en el taller y comprendía todos los gajes del oficio, no había secretos para él. De todas formas se puso a leerlo, dando una mirada de reojo cada tanto a su invitado.
Yue buscaba de un lado a otro, en aquel desorden un libro que pudiera ayudarlo. Hasta que finalmente lo encontró: un enorme libraco color verde, mas parecido a un gran Atlas o enciclopedia, pues era grande y muy poco práctico para trasladar de cualquier lugar a otro. Malin hacía que leía su libro de herrería sin prestar demasiada atención a la exquisita técnica del forjado de flechas ultra-ligeras. Los movimientos de Yue parecían algo alterados, como si necesitara saber eso rápidamente. Pasaba las hojas una tras otra con bastante rapidez, generando un ruido que luego de un tiempo se volvía algo irritante, hasta que por fin se detuvo a leer, durante unos minutos. Malin creyó conveniente volver la cabeza a su lectura, para no parecer irrespetuoso y luego de unos momentos, investigar un poco sobre lo que estaba leyendo el extraño. Mientras Yue leía interesado, absorto en sus propios pensamientos, Malin pudo sentir frío. Un frío extraño, que no daba ni la peor de las tormentas de nieve del Norte de Europa. Un frío que se filtraba desde algún lugar, y le hacía erizar la piel hasta al mas bravo de los guerreros. Un frío que ocultaba algo oscuro en su interior, una presencia quizás. El hermano de Hannes se puso de pie rápidamente, tratando de agudizar los sentidos para ver a que se debía aquel fenómeno. Había hecho bastante ruido con ese brusco movimiento, y trató de obviar su extraño comportamiento preguntando a Yue:
- Yue! Y bien? Has encontrado lo que buscabas?...-
Lentamente, se acercó a la puerta por donde habían entrado. Poco le interesaba si Yue le respondía o no, solo quería salir de allí y encontrar el foco de aquella presencia. Una vez fuera de la sala, tratando de que nadie lo observe, alzó su cosmos al cielo. Inmediatamente ante el, se presentó el ropaje divino de Merak Beta, protector de la tierra de Odin. Con un sonido metálico, las partes de la armadura se adhirieron al cuerpo del joven dios guerrero, que se preparaba para luchar contra lo que fuera.
Que demonios es esta presencia? Ya no es solo frío, se ha transformado en cosmos maligno sin duda. ¿Será Yue? No, de él no he detectado esa maldad, puede que sea algo extraño pero no es maligno. Temo tener que desatar un combate aquí dentro con aquella fuerza o cualquier enemigo. No quiero manchar ni destruir la antigua biblioteca de Asgard. Demonios, rata, muestrate así te hago pedazos...
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
**Yue, aún perplejo, no respondió inmediatamente a la respuesta del joven Dios Guerrero y hermano del Representante de Asgard quien, tras posar su cuestión, salió de la biblioteca. Yue pudo oír el ruido de un cosmos encendiéndose y de una armadura que se colocaba sobre alguien (bien sobre Malin, bien sobre alguien más...). Yue, claro estaba, se inquietó, pero no se vio capaz de mover ni un sólo centímetro de su cuerpo... **
**Leyó varias veces las últimas palabras de la biografía, sin ser capaz de mover un solo dedo... ¿Cómo era posible que...? No, era demasiado inverosímil... Todos los asesinatos, o todos los casos sucedidos en cualquier parte del mundo eran registrados, pero aquello... ¡El asesinato de su padre no sólo no había sido registrado, si no que además... mencionaba que continuaba vivo! **
**Era imposible... No podía ser... ¡Pero si él había visto el cuerpo de su padre hacía mucho tiempo, el cual tenía el corazón perforado por una extraña fuerza...! ¿Qué iba a hacer ahora si el mundo no sabía de aquel pueblo? Un momento... Si los demás países o zonas del mundo no conocían lo suficiente su pueblo, entonces aquello quería decir que... ¡Los verdaderos testigos eran los habitantes de su pueblo! ¿Y si le pedía a Malin viajar a su pueblo? ¿Tendrían el tiempo suficiente? Bueno, ahora lo importante y primordial era ver qué sucedía en el exterior de la biblioteca. Cogió el libro, lo guardó dentro de su túnica y salió a ver que sucedía. **
**Pudo ver cómo Malin se tenía, sólo, frente a la puerta de la biblioteca (de espaldas, para ser preciso). Tenía su armadura puesta, la cual era bonita y elegante: verde claro y de metal, tenía la apariencia de poder resistir cualquier ataque. No sólo eso: además, los brazaletes eran imponentes y grandes, dando la impresión de ser capaces de destruir cualquier cosa. Ahora, Malin parecía mucho más fuerte y musculoso que antes. Yue se acercó a él y apretó el puño. **
- ¿Qué clase de fuerza o de suceso ha podido hacer que te pongas la armadura, Malin? ¿Has sentido algo? -
**A decir verdad, en la biblioteca, Yue había sentido un frío poco habitual en Asgard (al cual ya se había acostumbrado más bien gracias a la celda). Había creído, en un principio, que era un cosmos, pero como desconocía la esencia de los poderes de los Asgardianos, había preferido pasar del tema y seguir buscando el libro que ahora se encontraba en la túnica blanca de Yue. **
**Con una mirada tan fría como las de siempre, Yue observó de izquierda a derecha todo el frente: ¿había algo? El viento movía las hojas de los árboles verdes que estaban cubiertos de nieve; las piedras y demás objetos sobre el suelo se iban volando hacia el frente... Sin duda alguna, el poder que habían sentido provenía de allí. **
- ¡Allí! -
**Yue saltó sin siquiera esperar a Malin y lanzó sus cristales detrás de un árbol. Sin embargo, los objetos punzantes se clavaron contra él, mostrando que no había nadie allí. Yue aterrizó sobre el suelo y pudo continuar a sentir aquel extraño poder... ¿Qué o quién era? Alzó sus dedos e invocó su arco mientras apuntaba hacia todas partes. **
- ¡Da la cara, cobarde! ¡Muestra tu verdadero rostro o perece antes de tener la posibilidad de pelear! -
**Leyó varias veces las últimas palabras de la biografía, sin ser capaz de mover un solo dedo... ¿Cómo era posible que...? No, era demasiado inverosímil... Todos los asesinatos, o todos los casos sucedidos en cualquier parte del mundo eran registrados, pero aquello... ¡El asesinato de su padre no sólo no había sido registrado, si no que además... mencionaba que continuaba vivo! **
**Era imposible... No podía ser... ¡Pero si él había visto el cuerpo de su padre hacía mucho tiempo, el cual tenía el corazón perforado por una extraña fuerza...! ¿Qué iba a hacer ahora si el mundo no sabía de aquel pueblo? Un momento... Si los demás países o zonas del mundo no conocían lo suficiente su pueblo, entonces aquello quería decir que... ¡Los verdaderos testigos eran los habitantes de su pueblo! ¿Y si le pedía a Malin viajar a su pueblo? ¿Tendrían el tiempo suficiente? Bueno, ahora lo importante y primordial era ver qué sucedía en el exterior de la biblioteca. Cogió el libro, lo guardó dentro de su túnica y salió a ver que sucedía. **
**Pudo ver cómo Malin se tenía, sólo, frente a la puerta de la biblioteca (de espaldas, para ser preciso). Tenía su armadura puesta, la cual era bonita y elegante: verde claro y de metal, tenía la apariencia de poder resistir cualquier ataque. No sólo eso: además, los brazaletes eran imponentes y grandes, dando la impresión de ser capaces de destruir cualquier cosa. Ahora, Malin parecía mucho más fuerte y musculoso que antes. Yue se acercó a él y apretó el puño. **
- ¿Qué clase de fuerza o de suceso ha podido hacer que te pongas la armadura, Malin? ¿Has sentido algo? -
**A decir verdad, en la biblioteca, Yue había sentido un frío poco habitual en Asgard (al cual ya se había acostumbrado más bien gracias a la celda). Había creído, en un principio, que era un cosmos, pero como desconocía la esencia de los poderes de los Asgardianos, había preferido pasar del tema y seguir buscando el libro que ahora se encontraba en la túnica blanca de Yue. **
**Con una mirada tan fría como las de siempre, Yue observó de izquierda a derecha todo el frente: ¿había algo? El viento movía las hojas de los árboles verdes que estaban cubiertos de nieve; las piedras y demás objetos sobre el suelo se iban volando hacia el frente... Sin duda alguna, el poder que habían sentido provenía de allí. **
- ¡Allí! -
**Yue saltó sin siquiera esperar a Malin y lanzó sus cristales detrás de un árbol. Sin embargo, los objetos punzantes se clavaron contra él, mostrando que no había nadie allí. Yue aterrizó sobre el suelo y pudo continuar a sentir aquel extraño poder... ¿Qué o quién era? Alzó sus dedos e invocó su arco mientras apuntaba hacia todas partes. **
- ¡Da la cara, cobarde! ¡Muestra tu verdadero rostro o perece antes de tener la posibilidad de pelear! -
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
** Malin estaba afilando sus sentidos para ver de donde provenía aquella extraña presencia. A la izquierda y a la derecha, en los respectivos finales del pasillo, había dos ventanas. Una de ellas mostraba la parte trasera de la biblioteca, un pequeño patio ideado para disfrutar la lectura al aire libre. La otra, en el extremo opuesto, daba una vista de la entrada, pudiendo detectar a través de ella cualquier cosa que se acercara al recinto. Todo aparentaba una extraña calma, pero el guerrero de Merak Beta tenía la certeza de que eso no duraría mucho tiempo. De repente, escuchó la voz de Yue detrás de él, que le preguntaba por su armadura, pero que al parecer no había sentido ese terrible cosmos en el lugar. Malin se desconcentró para contestar a Yue, perdiendo el seguimiento del raro cosmos.
- A decir verdad, si. Estoy sintiendo una presencia algo maligna además de nosotros dos.. Que diablos?!-
Unos estruendos habían interrumpido el relato de Malin, inmediatamente Yue, con gran habilidad, lanzó un ataque hacia la ventana de la entrada. Los cristales estallaron en mil pedazos, y las lanzas de cosmos de Yue se incrustaron en un árbol cercano, como si hubiera estado jugando tiro al blanco de forma más que buena. Acto seguido, Yue utilizó su cosmos para traer una especie de arco inmaterial, formado de energía pura. Malin, como amante de las batallas y las armas, sabia apreciarlas y se quedó gratamente impresionado al ver tal manejo del cosmos, plasmado en tan bello artefacto. El alado se mostraba como un implacable guardián, mirando a todos lados y apuntando con su arco ante cualquier mínimo movimiento. Malin sonrió para si y supo que Yue no era ningún enemigo, si los problemas venían, no iban a ser por causa de él.
Manteniendo la cautela, el dios guerrero se asomó a la ventana, procurando no apoyar las manos sobre el marco, que aún contenía algunos vidrios que podrían llegar a cortarlo. Observó la entrada, el árbol golpeado por Yue no daba otros signos de algo que lo rodee. El viento soplaba como siempre, la nieve parecía un puro manto que cubría todo bajo su protección, solo el sonido de los pájaros podía escucharse en aquel tranquilo lugar. Pero sin embargo, aún flotaba en el aire ese cosmos pestilente de maldad, el cual no lograba identificar. Volvió mirando hacia los lados junto a Yue que aún se mantenía alerta, con valentía, listo para cualquier batalla.
- Aun no he podido identificar este cosmos, pero tengo una posible solución. Puedo cristalizar todo el aire hasta el cero absoluto, para que puedan verse todas las partículas que estan flotando en él. Así, podré ver la estela de cosmos y de dónde proviene, pero tendré que someterte a un frío que quizás no soportes. Deberás elevar tu cosmos bastante para sobrevivir, descuida, solo congelaré todo por unos segundos. Estas listo?... Bien. Universe Freezing..- (Universo congelante)
Sin mover un dedo, Malin logró que todo a su alrededor comenzara rápidamente a cubrirse de una capa de hielo. El frío del cero absoluto limitaba el movimiento de todos los átomos, haciendo que cualquier movimiento sea casi impensado. Malin pudo ver el aura del cosmos de Yue, encendida y se tranquilizó, pues eso aseguraba que seguiría con vida. Miró hacia arriba y allí estaba. El torrente de cosmos se levantaba sobre sus cabezas como una nube oscura, que provenía extrañamente de.. la biblioteca. Inclinó su cabeza hacia un costado, tratando de ver a través de la puerta abierta desde donde salía aquella nefasta energía. La estela de cosmos congelado en el aire parecía tener su origen en una de las lejanas estanterías de la biblioteca.
Elevando su cosmos, Malin deshizo su propia técnica. Mientras todo volvía a su temperatura habitual, el Dios guerrero de Merak Beta ingresó de nuevo en la sala, dirigiéndose a los estantes donde pudo ver que venía el cosmos maligno. A medida que se acercaba, la presencia oscura iba incrementando, despejando todas las dudas de que, efectivamente provenía de allí. En la lejanía, olvidado, en esa sección donde nadie había visitado en años, y donde el olor a viejo era el perfume por excelencia, se encontraba aquel extraño libro. Al acercarse, a ese ejemplar en particular, Malin pudo sentir una especie de susurro incomprensible, como si algo lo estuviera llamando. Haciendo caso omiso, tomó el libro y se dispuso a llevarlo a la mesa, para indagarlo junto con Yue...**
- A decir verdad, si. Estoy sintiendo una presencia algo maligna además de nosotros dos.. Que diablos?!-
Unos estruendos habían interrumpido el relato de Malin, inmediatamente Yue, con gran habilidad, lanzó un ataque hacia la ventana de la entrada. Los cristales estallaron en mil pedazos, y las lanzas de cosmos de Yue se incrustaron en un árbol cercano, como si hubiera estado jugando tiro al blanco de forma más que buena. Acto seguido, Yue utilizó su cosmos para traer una especie de arco inmaterial, formado de energía pura. Malin, como amante de las batallas y las armas, sabia apreciarlas y se quedó gratamente impresionado al ver tal manejo del cosmos, plasmado en tan bello artefacto. El alado se mostraba como un implacable guardián, mirando a todos lados y apuntando con su arco ante cualquier mínimo movimiento. Malin sonrió para si y supo que Yue no era ningún enemigo, si los problemas venían, no iban a ser por causa de él.
Manteniendo la cautela, el dios guerrero se asomó a la ventana, procurando no apoyar las manos sobre el marco, que aún contenía algunos vidrios que podrían llegar a cortarlo. Observó la entrada, el árbol golpeado por Yue no daba otros signos de algo que lo rodee. El viento soplaba como siempre, la nieve parecía un puro manto que cubría todo bajo su protección, solo el sonido de los pájaros podía escucharse en aquel tranquilo lugar. Pero sin embargo, aún flotaba en el aire ese cosmos pestilente de maldad, el cual no lograba identificar. Volvió mirando hacia los lados junto a Yue que aún se mantenía alerta, con valentía, listo para cualquier batalla.
- Aun no he podido identificar este cosmos, pero tengo una posible solución. Puedo cristalizar todo el aire hasta el cero absoluto, para que puedan verse todas las partículas que estan flotando en él. Así, podré ver la estela de cosmos y de dónde proviene, pero tendré que someterte a un frío que quizás no soportes. Deberás elevar tu cosmos bastante para sobrevivir, descuida, solo congelaré todo por unos segundos. Estas listo?... Bien. Universe Freezing..- (Universo congelante)
Sin mover un dedo, Malin logró que todo a su alrededor comenzara rápidamente a cubrirse de una capa de hielo. El frío del cero absoluto limitaba el movimiento de todos los átomos, haciendo que cualquier movimiento sea casi impensado. Malin pudo ver el aura del cosmos de Yue, encendida y se tranquilizó, pues eso aseguraba que seguiría con vida. Miró hacia arriba y allí estaba. El torrente de cosmos se levantaba sobre sus cabezas como una nube oscura, que provenía extrañamente de.. la biblioteca. Inclinó su cabeza hacia un costado, tratando de ver a través de la puerta abierta desde donde salía aquella nefasta energía. La estela de cosmos congelado en el aire parecía tener su origen en una de las lejanas estanterías de la biblioteca.
Elevando su cosmos, Malin deshizo su propia técnica. Mientras todo volvía a su temperatura habitual, el Dios guerrero de Merak Beta ingresó de nuevo en la sala, dirigiéndose a los estantes donde pudo ver que venía el cosmos maligno. A medida que se acercaba, la presencia oscura iba incrementando, despejando todas las dudas de que, efectivamente provenía de allí. En la lejanía, olvidado, en esa sección donde nadie había visitado en años, y donde el olor a viejo era el perfume por excelencia, se encontraba aquel extraño libro. Al acercarse, a ese ejemplar en particular, Malin pudo sentir una especie de susurro incomprensible, como si algo lo estuviera llamando. Haciendo caso omiso, tomó el libro y se dispuso a llevarlo a la mesa, para indagarlo junto con Yue...**
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
**Yue también pudo sentir una extraña llamada de parte del libro... Era un susurro diabólico, así que, desde el principio, no le gustó nada aquel ejemplar tan... Tan maléfico, a primera vista, pero tan poderoso si lo pensabas bien. Una vez lo posaron sobre la mesa, Yue se permitió sonreír y abrirlo para observar su contenido. **
**¿Qué? No era posible... Si bien el libro estaba rodeado por un gran poder y aura maligna, ¿por qué todas las páginas... estaban en blanco? Yue las pasó a una velocidad sobrehumana, intentando encontrar la más mínima y pequeña letra, pero... ¿Por qué no había nada escrito? Y aun así, el poder del libro lo llamaba tanto... **
**Apretó el puño y lanzó el libro al suelo, sin importarle lo que Malin pudiese decir. Se arrodilló, de pronto, furioso, y comenzó a desgarrar las páginas: una, dos, tres, hasta veinte e incluso cincuenta. Pero Yue se dio cuenta poco después... ¡de que el libro no se hacía más pequeño! Al contrario, por cada página que arrancaba, otras aparecían en su lugar. ¡Era de locos! ¡Era de...! **
**Se sintió de pronto controlado... Se sintió bien, en un principio, pero después el terrible dolor llegó a su sistema nervioso de tal manera que gritó... Cuando se repuso poco después, se levantó con una sonrisa muy siniestra y volvió a hacer aparecer su arco. Su cuerda, imaginaria también, se alargó cuando Yue posó una flecha en ella y apuntó hacia Malin. **
- No deberías haber cogido ese libro, amigo mío. Ahora, deberás pagar con creces el haberte apoderado de ese valioso ejemplar que está lleno de ira, de rencor y, sobre todo, de locura. ¿Qué creías? ¿Qué no me daría cuenta? Lo siento mucho, Caballero de Asgard, ¡pero será hoy que el poder del libro se demuestre y que tú morirás! -
**Yue, en su interior, se dio un guantazo en la cara... Estaba en un cuarto oscuro, sin nada a su alrededor... Estaba como en una jaula, ya que podía tocar unas paredes imaginarias, las cuales pegó con fuerza para intentar salir mientras exigía que se le liberase. Claro estaba, podía oír lo que su cuerpo decía y pronunciaba, pero no era voluntario... **
**¿Cómo iba a salir de aquel lugar? Su físico había sido poseído, y aquello quería decir que su armadura también... ¡Necesitaba que le hiciesen despertar! ¡Necesitaba ayuda o se temía lo peor de lo peor! Fue por eso que continuó gritando y atacando el muro imaginario con fuerza mientras sus fuerzas se acortaban y su fatiga aumentaba... **
**¿Qué? No era posible... Si bien el libro estaba rodeado por un gran poder y aura maligna, ¿por qué todas las páginas... estaban en blanco? Yue las pasó a una velocidad sobrehumana, intentando encontrar la más mínima y pequeña letra, pero... ¿Por qué no había nada escrito? Y aun así, el poder del libro lo llamaba tanto... **
**Apretó el puño y lanzó el libro al suelo, sin importarle lo que Malin pudiese decir. Se arrodilló, de pronto, furioso, y comenzó a desgarrar las páginas: una, dos, tres, hasta veinte e incluso cincuenta. Pero Yue se dio cuenta poco después... ¡de que el libro no se hacía más pequeño! Al contrario, por cada página que arrancaba, otras aparecían en su lugar. ¡Era de locos! ¡Era de...! **
**Se sintió de pronto controlado... Se sintió bien, en un principio, pero después el terrible dolor llegó a su sistema nervioso de tal manera que gritó... Cuando se repuso poco después, se levantó con una sonrisa muy siniestra y volvió a hacer aparecer su arco. Su cuerda, imaginaria también, se alargó cuando Yue posó una flecha en ella y apuntó hacia Malin. **
- No deberías haber cogido ese libro, amigo mío. Ahora, deberás pagar con creces el haberte apoderado de ese valioso ejemplar que está lleno de ira, de rencor y, sobre todo, de locura. ¿Qué creías? ¿Qué no me daría cuenta? Lo siento mucho, Caballero de Asgard, ¡pero será hoy que el poder del libro se demuestre y que tú morirás! -
**Yue, en su interior, se dio un guantazo en la cara... Estaba en un cuarto oscuro, sin nada a su alrededor... Estaba como en una jaula, ya que podía tocar unas paredes imaginarias, las cuales pegó con fuerza para intentar salir mientras exigía que se le liberase. Claro estaba, podía oír lo que su cuerpo decía y pronunciaba, pero no era voluntario... **
**¿Cómo iba a salir de aquel lugar? Su físico había sido poseído, y aquello quería decir que su armadura también... ¡Necesitaba que le hiciesen despertar! ¡Necesitaba ayuda o se temía lo peor de lo peor! Fue por eso que continuó gritando y atacando el muro imaginario con fuerza mientras sus fuerzas se acortaban y su fatiga aumentaba... **
No hay.
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Concentrar: Cosmos: -1000
El pallascite concentra su cosmos para poder realizar ataques mucho mas fuertes.
Efecto: Ataque Extra x2
Golpe de Meteoro de Hierro: Daño: 600, Cosmos: -200, Energía: -30
Es una técnica en la cual el pallascite concentra su cosmos y su elemento en su Lucero del Alba para luego lanzarlo contra su enemigo.
Efecto: Saca 3 de 4 dados del éxito y el enemigo no se puede defender de este ataque
600x2=1200 + éxito y furia.
Level: 5
HP: 1000
Cosmo: 26000-1200=24800-10%=22200.
Energía: 1200-30=1170-10%=1050.
Fuerza: 3
Velocidad: 5
Habilidad: 3
Armadura: Cubre: 450 Durabilidad: 8800
EXP: 75/100
Daño final:
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El pallascite concentra su cosmos para poder realizar ataques mucho mas fuertes.
Efecto: Ataque Extra x2
Golpe de Meteoro de Hierro: Daño: 600, Cosmos: -200, Energía: -30
Es una técnica en la cual el pallascite concentra su cosmos y su elemento en su Lucero del Alba para luego lanzarlo contra su enemigo.
Efecto: Saca 3 de 4 dados del éxito y el enemigo no se puede defender de este ataque
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Cosmo: 26000-1200=24800-10%=22200.
Energía: 1200-30=1170-10%=1050.
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Armadura: Cubre: 450 Durabilidad: 8800
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
Éxito y furia.
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
El miembro 'Yue' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Dado del éxito' :
#1 Resultados :
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#2 'Dado de Furia' :
#2 Resultados :
#1 'Dado del éxito' :
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#2 'Dado de Furia' :
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
Daño final: 2400 directos.
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
** El extraño libro despedía el mal de su interior, con apenas tocarlo, Malin lo sintió pesado , como si miles de nefastas historias se albergaran dentro de sus hojas. Al llevarlo ante Yue, éste reaccionó inmediatamente. Sin tener el cuidado que aquel artefacto merecía, el hombre alado comenzó a husmear las páginas frenéticamente, una tras de la otra. Enorme fue la sorpresa que se llevaron ambos al ver que no había una sola palabra escrita en ese libro. Si estaba en blanco ¿qué hacía en la sección de libros? Las hojas vacías daban la idea de que quizás, era un misterioso anotador con alguna que otra facultad paranormal. Y así era. La actitud de Yue comenzaba a extrañar a Malin, que observaba como daba un golpe sobre la mesa y se arrodillaba en el suelo a arrancar las páginas. No parecía para nada el mismo sujeto con el que había estado las ultimas horas, tenía una actitud salvaje, lejos de los agraciados y racionales movimientos que estaba acostumbrado a ver. Malin seguía observando el accionar de su acompañante y se sorprendió al ver como el cosmos maligno aumentaba y , tal cual la mítica hidra de Lerna con sus cabezas, las páginas del libro volvían a aparecer una vez que eran arrancadas. Sin duda la situación no era para nada agradable, el guerrero de Merak Beta quiso acercarse a tocar el hombro de Yue, pero pudo sentir en él un cambio radical de cosmos.
Sin decir una palabra, retrocedío dos pasos, mientras el extranjero se incorporaba. La mirada fría de Yue pasó de indiferente y desinteresada a malévola, pero conservando la inexpresividad de su rostro. Con un rapido movimiento de sus manos, hizo aparaecer de nuevo el arco de energía, y apuntó sin miramientos directamente al cuerpo de Malin. El dios guerrero escuchó las palabras que salían de su boca, pero no pudo encontrar el sentido de las mismas. Parecía como si fuera otra persona, o bien, esa era su verdadera personalidad y había estado actuando todo este tiempo. Malin elevó su cosmos y miró fijo a Yue, sabía que aquel la tenía dificil ante un Dios guerrero de Asgard, pero por otro lado, desconocía totalmente los poderes de aquel hombre. La flecha de energía se apuntaba directamente al pecho de Malin, que tomó con calma la situación
- Vaya, te has puesto en el papel de víctima inocente todo este tiempo, hace unos momentos te hiciste el gran protector con tu arco, y ahora, te has vuelto loco y quieres asesinarme. Acaso sabes con quien estás hablando? Estás frente a un dios Guerrero, tengo la armadura de Merak Beta otorgada por el mismísimo Odín! Crees que esas flechas de fantasía podrán hacerme algo?...-
Yue disparó su ataque sin mas contemplaciones. Con un solo movimiento, Malin logró detener en parte la flecha, que clavó una de sus puntas en la hombrera derecha de su armadura, impacto que fue minimizado debido a que lo tomó con una de sus manos sin mayores prejuicios. Sin embargo, la energía de la que estaba hecha la flecha, logró quemar apenas la palma de las manos del joven guerrero. Tan rápido como llegó, la flecha se desvaneció en el aire, dejando un pequeño hueco y una rajadura en la hombrera de Merak.
-Nada mal, Yue, nada mal. Pero necesitas más que eso para derrotarme, ahora, si no quieres quedar sepultado bajo los escombros podemos solucionar nuestras diferencias fuera de este recinto sagrado. Sino, me obligarás a matarte de un solo golpe, criatura asquerosa...-
Daño: 4050
Dados para darte directo con 2150
Sin decir una palabra, retrocedío dos pasos, mientras el extranjero se incorporaba. La mirada fría de Yue pasó de indiferente y desinteresada a malévola, pero conservando la inexpresividad de su rostro. Con un rapido movimiento de sus manos, hizo aparaecer de nuevo el arco de energía, y apuntó sin miramientos directamente al cuerpo de Malin. El dios guerrero escuchó las palabras que salían de su boca, pero no pudo encontrar el sentido de las mismas. Parecía como si fuera otra persona, o bien, esa era su verdadera personalidad y había estado actuando todo este tiempo. Malin elevó su cosmos y miró fijo a Yue, sabía que aquel la tenía dificil ante un Dios guerrero de Asgard, pero por otro lado, desconocía totalmente los poderes de aquel hombre. La flecha de energía se apuntaba directamente al pecho de Malin, que tomó con calma la situación
- Vaya, te has puesto en el papel de víctima inocente todo este tiempo, hace unos momentos te hiciste el gran protector con tu arco, y ahora, te has vuelto loco y quieres asesinarme. Acaso sabes con quien estás hablando? Estás frente a un dios Guerrero, tengo la armadura de Merak Beta otorgada por el mismísimo Odín! Crees que esas flechas de fantasía podrán hacerme algo?...-
Yue disparó su ataque sin mas contemplaciones. Con un solo movimiento, Malin logró detener en parte la flecha, que clavó una de sus puntas en la hombrera derecha de su armadura, impacto que fue minimizado debido a que lo tomó con una de sus manos sin mayores prejuicios. Sin embargo, la energía de la que estaba hecha la flecha, logró quemar apenas la palma de las manos del joven guerrero. Tan rápido como llegó, la flecha se desvaneció en el aire, dejando un pequeño hueco y una rajadura en la hombrera de Merak.
-Nada mal, Yue, nada mal. Pero necesitas más que eso para derrotarme, ahora, si no quieres quedar sepultado bajo los escombros podemos solucionar nuestras diferencias fuera de este recinto sagrado. Sino, me obligarás a matarte de un solo golpe, criatura asquerosa...-
- Ataque + stat:
2400-1250=1150 a la durabilidad
Garras de Dios Guerrero: Daño: 1900, Cosmos: -2100, Energía: -70
Hagen usa sus garras para destruir todo a su paso
Efecto: Ataque Extra
Rayo de Fuego: Daño: 2150, Cosmo: -2300, Energía: -70
Hagen utiliza su maestria de controlar el magma para lanzar un poderoso rayo de fuego sobre su rival
Efecto: Si saca 3 de 4 dados del éxito y el enemigo no se puede defender de este ataque
Nivel: 100
HP: 4000
Cosmo: 66000-4400=61600
Energía: 2050-140=1910
Fuerza: 33
Velocidad: 28
Habilidad: 30
Armadura: Cubre: 1250 Durabilidad: 10400-1150=9250
EXP: 0/100
Daño: 4050
Dados para darte directo con 2150
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
El miembro 'TuRco-SaMa' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Dado del éxito' :
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'Dado del éxito' :
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
**El cuerpo de Yue y el espíritu del libro recibieron el golpe del Asgardiano tras intentar una defensa muy baja de poder. Sin embargo, el verdadero espíritu de Yue no sintió nada. ¿Estaría realmente muerto? ¿O acaso el libro quería privarlo de todo dolor para acabar con Malin? **
**Era imposible saberlo. Algo que sí era seguro era que el Asgardiano estaba en cólera... y aquello no podía ser nada bueno. La diferencia de poderes y fuerzas eran obvias, y sus metas, aunque con los mismos métodos, no lo eran: la de Yue era de salir de su celda; la del libro... bueno, era tan desconocida como la de Malin, quien, tal vez, intentaba salvarlo tras darse cuenta de lo que allí sucedía. **
**Dentro de aquella prisión, Yue se sentó y recapacitó: ¿no había nada que pudiese hacer? ¿No había nadie que pudiese ayudarlo a parte del Dios Guerrero de Merak Meta? Maldita fuese su suerte y la de Malin por haber empuñado aquel estúpido pero siniestro libro... De pronto, Yue sintió una luz que se iluminaba en el oscuro lugar... Una llama, sí... De color azul... ¿Acaso sería lo que las personas llamaban "esperanza"? **
**Yue nunca había creído en ella. Tan sólo creía en su propia fuerza y en lo que sus ojos veían y comprendían. Pero aquella luz era demasiado inusual en un lugar como aquel... ¿Qué demonios podría ser? ¿Sería su verdugo? ¿O sería su salvación? Pronto lo descubriría ya que, de la luz, apareció una silueta de una chica cuya ropa era extraña y cuyos ojos eran preciosos. **
- Dime, hombre alado, ¿le temes a la muerte? ¿O estarías dispuesto a recibirla con los brazos abiertos y con el coraje a tope? Soy tu posible salvación: algunos me llaman "Esperanza" por que es lo que traigo; otros, me llaman "Ilusión" por que es lo que sé dar y quitar en un abrir y cerras de ojos... Sin embargo, tú, en esta ocasión, deberás llamarme "Salvación". -
**Yue estaba perplejo... ¿Quién era aquella joven? Y lo que era más importante... ¿A qué se refería con tantos nombres y adivinanzas? Sin saber mucho que decir, Yue giró la mirada hacia el suelo, la cual no mostraba más que seriedad y seguridad. O al menos, era lo que intentaba demostrar... **
- Salvación, ¿eh? Un nombre muy bonito para una niña tan... increíble, por así decirlo. Nunca he visto nada como tú: ni ángeles, ni ningún otro tipo de criatura mística... ¿Será acaso que posees el poder suficiente como para sacarme de aquí? En cualquier caso, me llamo Yue y soy el Pallasite del Lucero del Alba, aunque este título no me gusta, como tampoco me gusta el de "Triturador de Estrellas". Muchos me llaman así, otros me llaman "Hombre Alado", el cual es el que está más acorde conmigo y el que más me gusta. -
- Sin embargo, y a pesar de que todo esto no importa, habrás podido notar que estoy encerrado en este sitio. Necesito salir cuanto antes... o tanto el Caballero Asgardiano como mi físico podrían resultar heridos. -
**La Salvación sonrió y alzó su bastón de manera elegante hacia la mirada de Yue, la cual estaba iluminada por unas llamas del color de sus flechas. Con un movimiento elegante, Yue se levantó y alzó su potente arco. Un movimiento elegante bastó para tirar de la cuerda imaginaria que estaba enganchada en ambos extremos del arma al posar su flecha y, con una mirada fija en el muro invisible que se tenía frente a ellos, el Hombre Alado lanzó su flecha. **
**Como había esperado, la flecha fue absorbida rápidamente por el muro invisible, sobre el cual se pudo ver un vórtice abriéndose para dejar paso nuevamente a la siniestra oscuridad. Soplando, Yue se volvió a sentar y juntó sus rodillas de manera desesperada, como si quisiese mostrar que se rendía. Con una sonrisa ya habitual en el rostro de la niña, alzó nuevamente su vara y se tocó el cabello. **
**Era imposible saberlo. Algo que sí era seguro era que el Asgardiano estaba en cólera... y aquello no podía ser nada bueno. La diferencia de poderes y fuerzas eran obvias, y sus metas, aunque con los mismos métodos, no lo eran: la de Yue era de salir de su celda; la del libro... bueno, era tan desconocida como la de Malin, quien, tal vez, intentaba salvarlo tras darse cuenta de lo que allí sucedía. **
**Dentro de aquella prisión, Yue se sentó y recapacitó: ¿no había nada que pudiese hacer? ¿No había nadie que pudiese ayudarlo a parte del Dios Guerrero de Merak Meta? Maldita fuese su suerte y la de Malin por haber empuñado aquel estúpido pero siniestro libro... De pronto, Yue sintió una luz que se iluminaba en el oscuro lugar... Una llama, sí... De color azul... ¿Acaso sería lo que las personas llamaban "esperanza"? **
**Yue nunca había creído en ella. Tan sólo creía en su propia fuerza y en lo que sus ojos veían y comprendían. Pero aquella luz era demasiado inusual en un lugar como aquel... ¿Qué demonios podría ser? ¿Sería su verdugo? ¿O sería su salvación? Pronto lo descubriría ya que, de la luz, apareció una silueta de una chica cuya ropa era extraña y cuyos ojos eran preciosos. **
- Dime, hombre alado, ¿le temes a la muerte? ¿O estarías dispuesto a recibirla con los brazos abiertos y con el coraje a tope? Soy tu posible salvación: algunos me llaman "Esperanza" por que es lo que traigo; otros, me llaman "Ilusión" por que es lo que sé dar y quitar en un abrir y cerras de ojos... Sin embargo, tú, en esta ocasión, deberás llamarme "Salvación". -
**Yue estaba perplejo... ¿Quién era aquella joven? Y lo que era más importante... ¿A qué se refería con tantos nombres y adivinanzas? Sin saber mucho que decir, Yue giró la mirada hacia el suelo, la cual no mostraba más que seriedad y seguridad. O al menos, era lo que intentaba demostrar... **
- Salvación, ¿eh? Un nombre muy bonito para una niña tan... increíble, por así decirlo. Nunca he visto nada como tú: ni ángeles, ni ningún otro tipo de criatura mística... ¿Será acaso que posees el poder suficiente como para sacarme de aquí? En cualquier caso, me llamo Yue y soy el Pallasite del Lucero del Alba, aunque este título no me gusta, como tampoco me gusta el de "Triturador de Estrellas". Muchos me llaman así, otros me llaman "Hombre Alado", el cual es el que está más acorde conmigo y el que más me gusta. -
- Sin embargo, y a pesar de que todo esto no importa, habrás podido notar que estoy encerrado en este sitio. Necesito salir cuanto antes... o tanto el Caballero Asgardiano como mi físico podrían resultar heridos. -
**La Salvación sonrió y alzó su bastón de manera elegante hacia la mirada de Yue, la cual estaba iluminada por unas llamas del color de sus flechas. Con un movimiento elegante, Yue se levantó y alzó su potente arco. Un movimiento elegante bastó para tirar de la cuerda imaginaria que estaba enganchada en ambos extremos del arma al posar su flecha y, con una mirada fija en el muro invisible que se tenía frente a ellos, el Hombre Alado lanzó su flecha. **
**Como había esperado, la flecha fue absorbida rápidamente por el muro invisible, sobre el cual se pudo ver un vórtice abriéndose para dejar paso nuevamente a la siniestra oscuridad. Soplando, Yue se volvió a sentar y juntó sus rodillas de manera desesperada, como si quisiese mostrar que se rendía. Con una sonrisa ya habitual en el rostro de la niña, alzó nuevamente su vara y se tocó el cabello. **
- ¿Es todo cuanto puedes hacer? Mientras tú te derrumbas aquí por un simple intento, tu posible amigo está allí fuera, tratando de salvarte y arriesgando toda su existencia. Dime, ¿éso no significa nada para ti? -
**La chica tenía razón, después de todo... Yue no podía rendirse tan fácilmente. Pudo observar cómo, en el exterior, su físico sonreía de oreja a oreja mientras alzaba su arma para atacar una nueva y potente vez. **
- ¡No puedes vencerme, Malin! ¡Si deseas salvar la vida de tu amigo, más valdrá que te esfuerces más que eso! ¡Mi Chronotector puede aguantar así durante todo el día! ¡Así que espabila o me ocuparé de que la existencia de Yue desaparezca de una vez por todas de la faz de la Tierra y de cualquier otro Reino o lugar creado en este estúpido Universo que no merece más que ser destruido! -
**La chica tenía razón, después de todo... Yue no podía rendirse tan fácilmente. Pudo observar cómo, en el exterior, su físico sonreía de oreja a oreja mientras alzaba su arma para atacar una nueva y potente vez. **
- ¡No puedes vencerme, Malin! ¡Si deseas salvar la vida de tu amigo, más valdrá que te esfuerces más que eso! ¡Mi Chronotector puede aguantar así durante todo el día! ¡Así que espabila o me ocuparé de que la existencia de Yue desaparezca de una vez por todas de la faz de la Tierra y de cualquier otro Reino o lugar creado en este estúpido Universo que no merece más que ser destruido! -
Barrera Elemental: Protección: 200, Cosmos: -200, Energía: -10
El pallascite concentra su cosmos y reune los cinco elementos formando una barrera para disminuir y defenderse de los ataques enemigos.
4050-200=3850.
El pallascite concentra su cosmos y reune los cinco elementos formando una barrera para disminuir y defenderse de los ataques enemigos.
4050-200=3850.
3850-450=3400.
8800-3400=5400.
Concentrar: Cosmos: -1000
El pallascite concentra su cosmos para poder realizar ataques mucho mas fuertes.
Efecto: Ataque Extra x2
Golpe de Meteoro de Hierro: Daño: 600, Cosmos: -200, Energía: -30
Es una técnica en la cual el pallascite concentra su cosmos y su elemento en su Lucero del Alba para luego lanzarlo contra su enemigo.
Efecto: Saca 3 de 4 dados del éxito y el enemigo no se puede defender de este ataque
600x2=1200 + éxito y furia.
Level: 5
HP: 1000
Cosmo: 22200-1400=20800-10%= 18600.
Energía: 1050-40=1010 - 10% = 890.
Fuerza: 3
Velocidad: 5
Habilidad: 3
Armadura: Cubre: 450 Durabilidad: 5400.
EXP: 75/100
8800-3400=5400.
Concentrar: Cosmos: -1000
El pallascite concentra su cosmos para poder realizar ataques mucho mas fuertes.
Efecto: Ataque Extra x2
Golpe de Meteoro de Hierro: Daño: 600, Cosmos: -200, Energía: -30
Es una técnica en la cual el pallascite concentra su cosmos y su elemento en su Lucero del Alba para luego lanzarlo contra su enemigo.
Efecto: Saca 3 de 4 dados del éxito y el enemigo no se puede defender de este ataque
600x2=1200 + éxito y furia.
Level: 5
HP: 1000
Cosmo: 22200-1400=20800-10%= 18600.
Energía: 1050-40=1010 - 10% = 890.
Fuerza: 3
Velocidad: 5
Habilidad: 3
Armadura: Cubre: 450 Durabilidad: 5400.
EXP: 75/100
Última edición por Yue el Lun Feb 24 2014, 11:35, editado 1 vez
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
Éxito y furia.
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
El miembro 'Yue' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Dado del éxito' :
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#2 'Dado de Furia' :
#2 Resultados :
#1 'Dado del éxito' :
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#2 'Dado de Furia' :
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Re: Yue vs Turco (On-Rol)
Off: Mala suerte xD Me salen directos pero nada en furia D:
Daño final: 1200 directos.
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Yue- APRENDIZ
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