Petición de la armadura de Unicornio

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°No conozco otros signos de puntuación básicos de escritura, salvo el punto, punto y aparte, punto y seguido, coma, punto y coma y dos puntos. (guion no lo necesité no habló el personaje, comillas tampoco no cité ni escribí ninguna palabra que realzar, paréntesis, el personaje nunca realizó un pensamiento propio de sí, signos de interrogación y exclamación no son necesarios en el tipo de texto presentado por tal motivo tampoco están)

° Toda la familia arreglado estaba dormida arreglado.

° Nombre Lelouch arreglado, perdón en otros foros utilizo el nombre de pila del personaje, fue un accidente.

° No te entendí nada del yelmo, de la cabeza en el escudo y de lo que escribiste. El escudo estaba en la cabecera del dormitorio (pudiera ser que se haya malinterpretado lo de cabecera, por eso lo defino aquí) osea arriba de donde él duerme, pegado en la pared.

° Una cosa no entendí turco-sama me dice que es un rol perfecto solo que tendré que darle una conclusión y vos que está mal, no se a quien atender, por lo que decidí hacerlo a usted ya que fue el último post.

° Si falta alguna otra cosa me avisas y lo corregiré.

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**Una noche lluviosa, las gotas de agua como cristales estallaban al tocar del suelo, miles de ellas se asomaban embelleciendo el infinito cielo, tan oscuro y sombrío, tan calmado y elegante, todo en esta noche era bello, majestuoso y pleno no habría nada que la mansión Tapia pudiera pedir. Dentro de ella el padre y la madre de Tapia dormían tranquila y plácidamente, fuera de sus ladrillos y de sus inmensos y hermosos jardines se levantaba la hambruna, la desolación, la muerte, siendo la familia real la que mantenía el sitio asqueado de tanta inmundicia y de actos de bandalismo inhumanos, un contraste muy común en las ciudades donde el rico mantenía el poderío supremo y los demás solo eran simples trabajadores dejados a su suerte que dormían en camas de paja y de piedra sufriendo el clamor de su pobreza y de la violencia, unos don nadie, simple ladrillos de pared, donde si uno no servía se remplazaría con otro, simpleza absoluta en una sociedad insulsa.

La elegancia y la finura de la familia Tapia manejaba despiadada mente el lugar, todos le odiaban, más ellos se reían a carcajadas del llanto y tristeza de aquellos que le obedecían, un contraste del rico y del pobre en toda su totalidad, pero antes en el inicio de las sociedades esto no era así pues dicha familia embellecía todo su derredor teniendo trabajadores fieles y dedicados que emprendían largos y arduos trabajos solo para agradar a aquella familia que les brindaba comida y techo en cuanto podía. Más aquello se había perdido en el pasar de los años, las décadas y siglos, el escudo que les caracterizaba el gran unicornio que antes era respetado y defendido por todo mundo ahora era acto de odio y repudio. Todo había cambiado en el danzar del tiempo.

En tanta agonía Tapia el futuro heredero divisaba tranquilo y calmado el caer del cielo en esas gotas tan hermosas que golpeaban su cristal como invitándole a observarlas y no perderles de vista; estando en cama más no dormido pues divisaba la majestuosidad de la madre tierra. En el ceno de la familia todo ella bello, elegante y fino, más afuera todo lo contrario. Tapia nunca había visto más allá de sus jardines, sus tutores y sirvientes nunca le habían dejado salir por ningún motivo, ya que su padre les tenía rotundamente prohibido salir de aquella jaula de oro, más ese día sin razón aparente simplemente con el va y ven de las gotas Tapia tomo un abrigo para salir a contemplar de cerca a su ventana, quería intentar observar el detrás de sus jardines, abriendo aquel ventanal las gotas le hicieron tocar acariciando su rostro y manos delicada y dulcemente pues no estaban frías sino que se encontraban tibias como si vinieran de un manantial puro, el corazón del heredero empezó a palpitar muy fuertemente como si algo impactante sucediera, un poco sobresaltado el escudo del unicornio que se mantenía en su cabecera empezó a brillar tenue mente seguida de una luz en el cielo que juntas enmarcaban al unicornio celestial, tal ves dicho signo quería que el heredero llevara un camino servicial y agradecido como sus antepasados y desterrara el mal que se implantaba en la sociedad, pero Tapia de inmediato cerró la ventana y aventó el abrigo a un rincón y sus ropajes de dormir ya que estaban mojados se sentó en su cama rápidamente y se acostó, no entendía lo que estaba pasando, lo sobrenatural de las cosas le excitaba pero le espantaba un poco tal ves por eso cerró en ese momento el mensaje que se quería mandar por aquel signo brillante en el cielo. Tapia se quedó inerte aquella noche hasta que sus párpados se cerraron del cansancio.

En la madrugada Tapia el heredero se levantó sus padres aun dormían y en la mansión nadie estaba en pie, la lluvia había cesado y la noche aun reinaba en aquel lugar, por un impulso se dirigió a la cocina para tomar un baso de agua, el rechinido de la casa era muy habitual por lo que no le parecía extraño escuchar un sin fin de ruidos en su casa, ya en la cocina tomó el agua y se sentó en una de las sillas reflexionando si había sido un sueño o una realidad lo antes sucedido, más en sus pensamientos se impregnaba la imagen de aquel ser celestial que iluminaba el escudo real de su familia donde en el centro el unicornio reinaba sobre los demás como símbolo de nobleza y de prosperidad del pueblo; tardó unos minutos y se levantó de su asiento mientras se dirigía de nuevo a su habitación más antes de que diera un solo paso un gran rechinido impactó al joven y al voltear un hermoso unicornio caminaba hacia él oculto en los pasillos de la casa, el heredero se exaltó y su aliento no salió, ni un solo ruido pudo salir de su garganta mientras su respiración se agudizaba, el unicornio con un movimiento de su cabeza indicó a Tapia a seguirlo a la entrada, a lo que obedeció de manera exaltada ya ahí le montó y juntos recorrieron los inmensos jardines a toda velocidad aproximadamente en 25 min. se encontraban ambos en la gran puerta de la mansión a lo que el joven miró con mucha curiosidad ya que a sus 23 años nunca la había cruzado por órdenes de su padre, pero en ese momento no le importaba hacerlo, poco a poco las puertas se abrieron hasta quedar de par en par, y ambos salieron a galope recorriendo los rincones del mísero e inmundo lugar.

Tapia divisaba las injusticias y violencia osadas con brutalidad en todo ese territorio, niños llorando padres brutalmente asesinados por robarles un centavo, madres solteras niños esclavos, todo era horrible e inquietante miraron varios minutos y recorrieron muchos lados inhumanos donde el padre del heredero reinaba, hasta que volvieron a la mansión, el joven bajó del equino y con lágrimas en los ojos corrió sin dirección alguna hasta caer al suelo del cansancio, no creía lo que había visto no creía nada de lo que había pasado esa hermosa o terrible noche lo único que quería era desperar de aquel sueño, de aquella terrible pesadilla que había visto, todo lo que le había contado su padre, todo lo que él creía de su familia y de sus acciones se involucraban con mentiras, mentiras que acababan día a día con muchas personas que esclavizaban y mataban por sus acciones insignificantes, para Tapia su familia parecía haber acabado aquella noche toda su vida ya no tendría sentido, todo su mundo se había derrumbado y con él también.

Al día siguiente por la mañana los sirvientes le indicaron al padre que Tapia que su único hijo el heredero no se encontraba en ninguna parte de la mansión ni de los jardines, parecía haberse ido del lugar.**