Entrenamiento de misiones para Nerdko de la Llama

OFF: entendido turco, continúa

OFF: Está cargando mal la maquina en la que estoy, por eso tal vez no siga usando el formato de texto. Tampoco tengo dudas.

Turno de rol

**Misiones de acertijos, entrenar la mente siempre es importante, aunque me parece exagerado considerarlas intermedias, al no haber riesgo de muerte... a no ser que esos acertijos se contesten atrapados en un templo desconocido... mejor me guardo estos pensamientos.**

-Mi mente siempre está en constante entrenamiento, nada me apasiona más que el conocimiento, sigamos por favor, solo deja que anote bien esto-

OFF: entendido turco, gracias

Turno de rol

**Robarle un par de pociones a Kals es algo que haría por pura diversión jajaja, me cuesta imaginar la cara que pondría, en cada revancha se ah mostrado mas impaciente a ganarme y estoy seguro que su orgullo dolería si le quito alguno de sus "esteroides" como le digo para molestarlo.**

-Mmm, en este tipo de misiones, ¿Se pueden robar objetos que no podemos usar? ¿Como el espejo de Pandora o la espada de Odín? o, ¿No conservamos lo que robamos sino se le entrega a quien solicitó la misión?-

OFF: entendido turco sama

**Tomé con delicadeza de las manos del patriarca las provisiones para mi viaje, me levanté y emprendí mi viaje hacia la isla donde se encontraba el Caballero Pegaso Negro. Mi posición de vanguardia me obligaba a encarar el enemigo, sin más inteligencia sobre el enemigo que su ubicación y la composición de la isla que habita, pero desconociendo si tiene aliados, trampas o si conoce mis órdenes de darle caza.

Mi objetivo parecía simple, pero debía recordar que se trataba de un caballero sobreviviente a la anterior Guerra Santa, fácilmente podría dedicar sus días desde entonces a planear su venganza contra en Santuario, entrenando y reuniendo cómplices, no dejaré que descubran mi presencia en la isla hasta que esté a distancia de asesinato de mi presa, sin importar los números de enemigos que pueda encontrar, solo tomando a Pegaso Negro y desapareciendo antes de que noten su muerte puedo considerar un éxito la misión.

Mis planes para acercarme a la isla, si quería hacerlo en silencio debía encontrar un medio que no llamara la atención de los que pudiesen vigilar la isla; supuse que si tenían algún telescopio o binoculares, lo más lejos que podrían avistar serían 18 kilómetros, mas allá las cosas perderían forma ante sus ojos y sin importar que viesen no sabrían que es aún a plena luz del día. Ahora, de noche ni la vista más aguda podría ver a unos minúsculos 8 kilómetros de distancia, con instrumentos.

Consideré mis opciones mientras me dirigía a la ciudad más cercana al partir del Santuario, la tarde caía lentamente en el horizonte y ya traía conmigo lo indispensable para el viaje. En mi camino encontré algunas agencias de viaje, algunas de giro turístico común, otras de aventura y hasta encontré una con servicios de visitas guiadas a zonas de conflicto bélico; me detuve para recopilar información de rutas, precios y horas de salida, necesitaba encontrar una forma de llegar en un plazo máximo de 2 días, para permitirme libertad de acción en mi llegada a la isla, dejé en el santuario mi Pandora Box y solo cargaba conmigo la poción de recuperación, la espada de libra, un cordel con anzuelo (en caso de tener hambre) y una bolsa plástica con algunos trozos de carne seca; Mi armadura desarmada se encontraba escondida en la mochila de mi espalda.

Barcos y aviones personales estaban fuera de mis posibilidades económicas, además, las rutas públicas serían ideales, pues el constante tráfico de los mismos los convierte en excelentes medios de acercamiento a escondidas.

Estudie con determinación el mapa de la isla, lo comparé con un mapa de rutas aéreas y marítimas y descubrí que se encuentra bastante lejos de las rutas comunes, excepto por un vuelo nocturno de pocos pasajeros. Sintiendo la suerte de mi lado, me dirigí al aeropuerto y abordé puntual el avión.

El vuelo pasaría a un costado de la isla, por la parte norte, en dirección diagonal hacia el oeste, para no ser detectado debía, calculando la velocidad promedio del avión y la distancia que recorríamos, a las 12 de la noche preparar mi salto, estaría en posición ideal para hacer mi movimiento, el problema, era el pánico que se generaría al abrir la puerta del avión, y encontrar una forma de evitar la turbina del avión al salir volando.

Sin más ideas en la cabeza llamé a la azafata y le dije que era un fanático empedernido de los aviones y quería platicar con el piloto, o el copiloto, le extendí un billete de alta denominación, ella lo aceptó sin decir mucho y se marchó. Al cabo de 5 minutos volvió a mi asiento con una sonrisa y algo despeinada, el piloto había accedido a verme.

Entré en la cabina de mando y sin ningún preámbulo le dije al piloto.

-Voy a saltar del avión, sé lo que has de pensar y lo que me vas a decir no cambiará mi decisión, cuando la alerta de la puerta suene, necesito que levantes la nariz de la nave, solo por unos 5 segundos, pero tan alto como puedas, tomaré un paracaídas… gracias-

El piloto estaba más pálido que cerdo en matadero, le di una palmada en el hombro y salí, cerré la puerta en silencio tras de mí; la mayoría de los pasajeros dormían; llegué a la puerta y la abrí sin problemas, el aire succionaba pero no tenía la fuerza para sacarme al instante ni generaba ruidos como para levantar a los pasajeros, le hice una señal de despedida a la azafata y salté con el paracaídas a la espalda y mi bolsa de pertenencias al frente.

EL avión no se elevó, en realidad ni siquiera se desplazaba a la velocidad esperada, parece que el piloto decidió bajar la velocidad en lugar de obedecerme, su decisión me redujo la distancia de nado, lo cual agradecía con mucho afecto.

El aire se sentía tan frío como el hielo, y los granos de arena y sal golpeaban como bolas de pan en mi rostro mientras descendía en picada al mar, llegando a la altura de 2 kilómetros de altura (o eso pensé que decía el medidor) solté el paracaídas, el tirón me dolió un poco, pero pronto se me olvidó, intentando ubicar con los ojos el punto lejano que sería la isla… no vi nada, la noche estaba tan oscura que sólo la luz de las estrellas y la luna me permitían ver mi cuerpo y el agua, mirando abajo noté que se acercaba demasiado rápido el final del trayecto, intenté redirigir el paracaídas para avanzar algunos metros en el aire sin tener que nadar, pero al ser mi primer descenso en paracaídas no logré controlarlo, en cambio, enredé las cuerdas y los últimos cientos de metros los realicé en caída libre. Apenas fue tiempo suficiente para incinerar con mis manos lo más que pude del paracaídas y arrojar un par de llamaradas al agua, para romper la tensión superficial con burbujas y que el golpe no fuese tan severo.

Al emerger del agua el viento frío que soplaba del este me trajo la esencia de las flores, no debía estar a más de 3 kilómetros del objetivo, aunque mi espectáculo luminoso podría haber acabado con mi factor sorpresa.

Mientras nadaba en dirección a la dulce brisa recordé que en aquella isla había una pequeña zona con flores, el frío me obligaba a usar algo de mi cosmos para mantener el calor corporal mientras a brazadas lentas pero continuas me dirigía con el olor a flores como mi única guía.

Solo viento y agua salada, sonidos de olas rompiendo en mis costados, peces que nadaban cerca de mí, y el brillo de los astros me acompañaban en mi desplazamiento sobre un océano tranquilo. Cada brazada consumía muy poca de mi energía y al estar tan quieto el mar no había que luchar en avanzar, la isla no tardó en hacerse visible y los riscos donde chocaban las olas eran mi medio de entrada, abrí con cuidado mi bulto y me coloqué la cloth de la Llama, mochila en la espalda nadé lo que faltaba y escalé la pared rocosa; había sido esculpida por la erosión del agua salada a través de los años, y las algas habitaban los primeros metros, el uso del cosmos estaba fuera de posibilidades, no debía llamar la atención de nadie, así que lento pero seguro avancé hasta llegar a la cima de la quebrada. Una planicie llena de colores y aromas agradables me dio la bienvenida a la isla; busqué una sombra o cueva donde descansar por un momento y tomar algo de agua. Los ojos agradecían este paisaje que se salía del esquema de los alrededores; un volcán humeante parecía el centro de la isla, y los bosques muertos rodeaban la pequeña planicie donde las flores tenían su morada. Caprichos de la naturaleza que, por lo menos a mí, me dan ánimos para seguir adelante.**

Turno de rol

-¿Quién eres tú?-

**Aquel caballero portaba una armadura tan oscura como la noche misma, y despedía un olor a muerte, no como los esbirros de Hades, su aroma era más fresco, sangre humana tal vez, que se había adherido a la armadura y a sus uñas. Su cosmos me producía escalofríos en todo el cuerpo y aplastaba mi corazón, podía sentir su sed de sangre con tal intensidad que mi cuerpo respondía como si ya me hubiese atacado.

Me preguntó un acertijo bastante complejo, pero nada que mis entrenamientos mentales no me hayan preparado a responder, era más preocupante lo que podría llegar a hacerme si me distraía un segundo; lentamente me coloqué en guardia, dejé mi cosmos fluir y me preparé para lo que pudiese pasar. **

-No debes subestimarme caballero negro, tal vez sea de los más débiles al servicio de la Diosa Athena, pero tengo varios ases bajo la manga, responderé a tu acertijo, a cambio de que me digas la ubicación de Pegaso negro, no tengo ningún asunto contigo, y de ser posible, no quiere ensuciarme las manos con tu pútrida sangre... apestas a muerte, me enferma tu presencia.-

**Dije en voz alta la resolución al acertijo impuesto por el caballero y esperé por unos segundos su respuesta, algún cambio en su expresión que denotara mi victoria sobre el obstáculo mental que sin razón aparente me había impuesto. **

-Y Bien ¿Sorprendido? a mi me parece que no vigilan como es debido sus fronteras, entrar no ah sido difícil, si esto no es prueba suficiente de mi poder y astucia, ven y compruébalo con tu propia carne.-

**Mi misión distaba de completarse, pero al menos ya había superado un obstáculo, dudaba si podría confiar en la información que obtuviese de aquel caballero negro, pero al ser el único enviado no me quedaba de otra que investigar por todos los medios la morada de Pegaso Negro y acabar con su vida, terminar la amenaza que representa para el santuario. **

OFF: daño final, 2200 defendibles