Beneficios Oktoberfest

por **TuRco-SaMa** Miér Oct 02 2013, 23:29

El Santuario se encontraba calmo acariciado por el sol del mediodía, mientras aprendices, caballeros y demás personal llevaba su trajín diario. El caballero de Libra aún se encontraba contento por el hecho de que Ichann, su compañero de armas se haya convertido rápidamente en el regente del Santuario. Debido a esto, decidió darle una visita al flamante sacerdote, que se encontraba en su exclusivo recinto más allá de las doce casas, la sala del Patriarca. Rumores comentaban que Ichann era muy benevolente y generoso, y que a más de un caballero que había solicitado su ayuda, lo había hecho volver a su templo con algún valioso objeto entre manos. De ninguna forma el caballero dorado quería aprovecharse de tal generosidad, que al fin y al cabo, solo eran rumores que él no había podido comprobar por su cuenta.

Ya cerca de la una de la tarde, y esperando no interrumpir el almuerzo del Pontífice, Dohko emprendió su camino hacia la recámara. El camino pedregoso y estrecho que iba paralelo a las doce casas, le permitía avanzar tranquilamente sin la interferencia de los guardianes dorados o las tediosas escaleras. De todas formas, los sucesivos templos al suyo estaban vacíos, esperando la llegada de legítimos y valientes portadores para las importantes armaduras doradas. Luego de caminar aproximadamente media hora, el camino finalizó, dando un pequeño recoveco que desembocaba en las escalinatas de la recámara. Mientras subia pesadamente y con desgano las escaleras, dio un vistazo atrás hacia el deplorable jardín de rosas. Restos de flores marchitas eran la triste portal de aquel sitio que alguna vez supo brillar en un rojo carmesí esplendoroso, cosa que no volvería a suceder hasta que apareciera el nuevo caballero de Piscis.

La entrada a la recámara estaba vacía, sin que nadie la vigilara, seguramente los guardias deberían estar comiendo, pero de todas formas, era una imprudencia dejar así de desprotejido al sumo Pontífice. La enorme puerta de madera chirrió mientras el caballero entraba tímidamente. Luego de atravesar el oscuro hall, con estatuas a tamaño natural de caballeros que hicieron historia en el Santuario, se detuvo. Le parecía una falta de respeto invadir los aposentos sin que Ichann ni siquiera lo supiera, por lo que optó por quedarse a contemplar las esculturas. A su vez, elevó su cosmos, tratando de comunicarse con el del Patriarca, que a pesar de estar en reposo, podía sentirse claramente.

Ichann, ex caballero de Sagitario, enhorabuena por tu nuevo Patriarcado. Vaya destino este de los caballeros de Sagitario, pues se que varios de ellos han terminado como Patriarcas, salvo algunas excepciones. De todas formas, estoy aquí para felicitarte, cosa que no he tenido tiempo de hacer debido a mi agitada agenda como caballero dorado, que tú mejor que nadie sabrás comprender. Grandes batallas he librado, y peor aún son las que quedan, he hecho mi trabajo iluminando algunos aprendices también para los tiempos que se avecinan, y estoy muy orgulloso que una persona de tu calibre esté al frente de nuestras filas...

por **Apu** Sáb Oct 05 2013, 02:27

** El viento aullaba ruidosamente cuando el santo de libra había entrado al templo. Él imploraba la bendición de su diosa, esperó unos segundos pero no había respuesta alguna de Athena, cuando de pronto el aullido del viento carga de tensión y peligro el ambiente. Un escalofrío recorre el cuerpo del caballero. La culpable era una navaja que estaba en su cuello y que cada vez ejercía más presión sobre el cuello del santo. La yerma y gélida hoja iba tomando temperatura con el calor de la piel de aquel caballero, muy pronto se retiró aquel cuchillo y el atacante quedó frente a frente con aquel caballero. El aspecto de aquel hombre era parco, pero a la vez poderoso, había logrado capturar al santo de plata sin que este lo predijera, sin la necesidad de anunciar si era o no un caballero. La única certeza que se podía tener es que sea humano o un caballero tenía un gran poder y destreza para realizar aquella hazaña sin encender su cosmos, moviéndose a tremenda velocidad. De pronto el agresor con voz firme rompió el silencio... **

- Aria sama, mejor dicho Athena me ha enviado a mí a responder tus plegarias muchacho. Ella ahora está al cuidado de sus antiguos hermanos, ha vuelto con su familia. Sin embargo como diosa no puede olvidar a los guerreros como tú que la siguen y luchan en su honor, es por eso que me ha pedido que te entregue esta bolsa. (Aquel muchacho arrojó una bolsa de cuerdo directamente a las manos del caballero) Me ha dicho que eras un santo valiente y preparado, aunque para mí en lo personal no eres nadie, siquiera has podido verme. Espero que Aria sama tenga razón y seas un buen peleador, sino toda esa plata que llevas arriba, no será nada más que adorno en el campo de batalla... -

** El viento volvió a silbar y en un simple pestañeo de ojos aquel muchacho había desaparecido sin dejar rastro alguno. Dejando a aquel pobre caballero con más dudas que certezas. La única certeza que tenía era el premio que Athena le había encomendado. Sólo le quedaba seguir adelante. **

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