Entrenamiento básico guerrero de la Llama

OFF: tomaré como que al venir la armadura hasta aquí se referían a que tengo la pandorabox, pero no debo ni puedo abrirla.

**[24 horas para encontrar el campamento... pero... ¡aún estoy encerrado aqui!]

-!como planeas que llegue al campamento si me dejas encerrado aquí Nachi!-

El eco de mi grito casi me deja aturdido, comenzaba a sentir los estragos de la claustrofobia, por lo que tomé asiento y medité sobre mis acciones, excavar parecía buena idea.

Con las manos comencé a remover la tierra; mientras más pasaba el tiempo, mas denso se volvía el aire a mi alrededor.
El terror se apoderó de mi cuando noté que la pared del domo se extendía aún a casi 30 cm bajo el nivel de la tierra.

La idea de morir en ese lugar se apodero de mi mente y poco a poco comencé a gritar desesperado y a golpear la pared rocosa; era tan sólida que mis manos pronto sangraron y la pared solo tenia manchas de mi sangre.

El aire ya casi no contenía oxígeno y mis fuerzas se escapaban, no sabía que hacer, al cerrar los ojos pensando en rendirme lo vi... el mismo fuego que me había conducido hasta ahí! se encontraba dentro de mí y me daba la sensación de que podía mover montañas; me levanté a como pude, observando que esa flama se sentía mas cálida y fuerte justo detrás de mi, concentré mis esperanzas en esa flama y ¡aprecié como se expandía en mi interior! ¡era toda una galaxia!.

[Será a caso esto lo que llaman cosmos?]

al abrir los ojos mis músculos estaban enormes, mis manos ya no sangraban aunque veía las heridas, y noté que estaba golpeando la pared sin siquiera ordenarlo a mi cuerpo.

-Quiero vivir, quiero lograr lo que mi padre no pudo...¡ Quiero proteger a Athena!-

Las llamas que veía en mi interior invadieron mi puño y con solo un golpe atravesé la pared, tal fue la fuerza y mi sorpresa que caí de boca sobre una caja roja, a la cual le salían unas cintas de cuero y justo sobre un dibujo de un horno encendido guindaba una palanca.

Al recuperarme del golpe recordé que solo me quedaban 16 horas para encontrar el campo de entrenamiento, y no tenía la mas mínima idea de hacia donde ir, levanté la caja y la coloque en mi espalda, se sentía tan familiar y pesaba tan poco que casi era como si siempre hubiese estado ahí, los primeros rayos de sol rasgaban el cielo oscuro y esto... solo significaba mas problemas, ¡mi guía solo existía de noche!

Caminé por el bosque en la dirección que había visto la luz por última vez, con forme la noche se acercaba mis piernas empezaban a correr, entes de caer el sol, ya podía ver la flama indicándome el camino.

Solo 4 horas para llegar y el bosque aún me rodeaba, mi corazón latía ansioso, bombeando cada vez con más fuerza, unos arbustos de frente y al salir del otro lado...

-Entréganos todo lo que traigas forastero- me dijo un ladrón larguirucho que pasé de largo.

un pie me hizo tropezar y un puño recibió a mi rostro mientras a un lado caía mi caja y un ladronzuelo se acercaba a husmearla.

-¿Que traes en esta caja? ¿Tiene algo de valor?- merodeaba la caja un obeso con muchos cortes en la cara, cargaba un bastón con una piedra amarrada a la punta. eran un trío de ladrones que se escondían en el bosque para pasar la noche, la mala fortuna era que me los topara con tan poco tiempo.

-Ni siquiera yo se que hay dentro de ella, pero si intentas tocarla, no tendré mas remedio que castigarte por ello-

mientras me ponía de pié el tercer ladrón, un joven callado pero con el rostro cubierto por su propio pelo me empujó en dirección al gordo; al parecer su líder, quien me regresó al suelo con un swing de su bastón.

-No te hagas el valiente, mejor despídete de la caja y de todo lo que hay en tus bolsillos- chasqueó los dedos el hombre del bastón y el larguirucho revoloteó mis pantalones, encontrando solo unas piezas de carne de rata.

-Matemoslo, será mas divertido, no tiene nada de valor-

entre los 2 secuaces me golpearon hasta el punto de la inconsciencia, en mi mente pasaban los recuerdos de lo que le había sucedido a mi padre, de como había perdido las ganas de vivir, escuché una resonancia que me despertó de golpe; La caja había quemado al líder de los ladrones y los otros estaban atónitos observando, lentamente y a como podía logré levantarme y juntar fuerzas para atacar.

-Nadie se interpondra... en mi... ¡destino!-

corrí hacia el callado y golpee su cabeza con tal fuerza que chocó contra un árbol, al larguirucho lo tomé del brazo y lo arrojé contra su líder, el bastón voló por los aires mientras yo concentraba toda mi furia y deseo de vivir lanzando una ráfaga de fuego que se llevó a los 3 ladrones por los aires, a paso lento llegué a mi caja, la levanté a como pude y caminé unos pasos más.

-2 horas... donde... ¡donde estás!-

Caí de un acantilado mas adelante, cansado, abatido; pero sin saberlo ya me encontraba en mi destino; era de noche y una fogata iluminaba el centro del campamento. 20 minutos de prueba, pero ya estaba aquí.

Volteé a mi alrededor y no vi a nadie que me pareciese conocido, Nachi era el nombre, pero no tenía la menor idea de donde encontrarlo, siquiera sabía como era, solo recordaba su voz. La primera prueba aún estaba fresca en mi mente, caminé hacia la taberna en busca de algo para refrescar mi garganta cuando lo escuché

-Te tardaste demaciado Nerdko-

Justo detrás de mi la voz que quería escuchar, volteé para conocer su rostro...**