Reto: rencorosa traicion invocada por apu
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Reto: rencorosa traicion invocada por apu
por Rikipelu Lun Abr 29 2013, 21:10
-El cobarde siempre amenaza con alevosía-
** Era una noche estrellada como otra cualquiera en Grecia. El manto de estrellas recorría todo el firmamento llenando de luz cada uno de los rincones de nuestro planeta Tierra. La Luna descansaba a millones de kilómetros de la humanidad como cada noche y el Sol ya se había escondido hacía varias horas, para dejar una frescura que bañaba las colinas y los montes que rodeaban el Santuario y sus alrededores en una armonía que no era normal por esos lares. La suave brisa entraba en las ventanas de las casas aliviando a los cientos de ciudadanos que dormían, ya a mitad de la madrugada, en los poblados que se ubicaban en los aledaños de los grandes templos que dominaban en la extensa meseta que emergía de aquella preciosa y famosa isla. La isla se encontraba en un periodo de paz y tranquilidad gracias a la corte de Caballeros que defendían con su vida a su Diosa, la cual mantenía en todo momento el equilibrio que estaba amenazado siempre y sin descanso.
A pesar de tener y disfrutar de esta paz, el Santuario no pasaba por sus mejores momentos, ciertos órganos muy poderosos habían sido seducidos por extrañas fuerzas malignas y movidos quizás por hilos invisibles, seguían una sucesión de tareas y ordenes muy fuera de lugar y por supuesto, muy por encima de sus posibilidades, la organización iba a la deriva guiada por una divinidad muy lejos de estar a la altura de las posibilidades y el futuro del Santuario podría estar en peligro y hacer aguas en cualquier momento. Se decía que algunos Caballeros que juraron lealtad eterna a Athena, habían abandonado el Reino, cargados de razón, al ver este estado de desestabilización que podía respirarse por cualquier rincón del Santuario y que no auguraba nada bueno en un futuro no muy cercano. Solo algunos Caballeros quedaban desperdigados por las 12 casas y seguían arropando a su Diosa a pesar de, seguramente, ir en contra de sus pensamientos, aun así el paisaje era bastante desolador en estas majestuosas edificaciones y echando un vistazo desde el Mirador de Montepinar podían verse en su gran mayoría es un estado ruinoso y desastroso que daba una sensación de desahucio y desamparo altamente peligrosa. Poniendo algo en el otro lado de la balanza, una nueva ola de grandes Caballeros salía del horno llenando armaduras de Plata y Bronce por doquier como inocentes corderillos que atendían las ordenes y tareas que se les iban mandando y obligando a hacer. No siendo muy inteligente ni siendo ningún famoso mago, se podía adivinar que esa prole de guerreros de elite, pronto saldría del nido y partiría a ganarse su vida en otros Reinos mucho más cuidados y atendidos por gente más competente que la que había por esos estadios.
Algunos antiguos y leales Caballeros de este nivel, andaban ya durante mucho tiempo pensando y dudando de las verdaderas intenciones y motivos por los que eran llevados a interminables e inútiles misiones que no traían ningún tipo de beneficios al reino y mucho menos a ser reconocidos, pero lejos de encontrar una respuesta convincente y racional, se zambullían en un mar de incógnitas muy difíciles de solucionar. Nekro era uno de ellos, el joven Caballero del Fénix ya llevaba varias semanas nadando en estos enigmas y su cabeza estaba llegando a un punto que iba a explotar y no tendría vuelta atrás. Eran muchas las razones que podían llevar a este guerrero a marcharse del Santuario, pero la idea de que fuera reconocido como traidor le espantaba y engañaba su mente autoconvenciéndose, día a día para seguir en un sitio donde claramente no era valorado y seguir defendiendo a una Diosa la cual no había mirado nunca por este y no había respondido nunca a cualquiera de los ruegos que este le había propuesto alguna vez. Estos argumentos y un sinfín más en su contra cuyo lenguaje no se puede traducir por la crueldad de sus palabras, arrastraban inevitablemente al Santo de Bronce a abandonar taxativamente el Santuario y no regresar jamás, muy por encima de sus valores y sus creencias pero la situación era insostenible y había que apechugar con cualquier decisión que pudiera tomarse.
La casa del Ave milenario que renace de sus cenizas, permanecía en silencio por todas sus impecables y perfectas estancias, ordenadas a conciencia por el meticuloso dueño de la misma, excepto la habitación donde Nekro mal dormía entre pesadillas y malos sueños. Su mente era una mezcla explosiva de sueños sin sentidos donde inevitablemente acababa siempre cayendo en un oscuro vórtice que daba con sus huesos en la más absoluta nada, en ellos rogaba siempre, mientras caía y caía en el infinito, a una Diosa que nunca venia en su ayuda y como en la vida real no lo había hecho jamás. Todo lo que este guerrero era lo había conseguido por sí mismo y nunca sin recibir nada de sus superiores, esa espinita estaba alojada profundamente en su corazón y erosionaba lentamente a Nekro y su manera de ser, dejándolo en tierra de nadie y ganándose a pulso el apodo o mote del “Lobo Solitario”. Con todo el cuerpo sudoroso y dando vueltas de lado a lado, Nekro representaba sueños inconexos con dudas, que ya despierto, se entremezclaban dejando la realidad y la irrealidad de este Santo bailando en una cuerda floja que acabaría matando a su protagonista, por dentro y por fuera. Por lo que ese mismo día debía ser el día definitivo para darle un puñetazo a la mesa y poner las cosas en su sitio. Concretamente esa noche, el sueño en cuestión llevaba a Nekro a un pueblo abandonado y ruinoso que no parecía ninguno de los que Nekro había visitado jamás. Algunos detalles rodeaban la escena y como se repetían en alguna ocasión, varios de ellos, eran bastante fantásticos y surrealistas. Este en cuestión recogía una extraña fuente que no lanzaba agua por un enorme caño que estaba para esa función, la cual se rodeaba de unos animales mitológicos que parecían estar allí pegados con pegamento. Grandes y extraños caballos corrían de un lado para otro asustados con su presencia, cosa que en este sueño pasaba por primera vez, en ninguna de las veces anteriores habían interactuado con el entorno, siempre era movido involuntariamente y como un mero espectador veía las escenas, una tras otra, pasar hasta que caía en el vórtice y despertaba. Nekro se entrecruzaba esta vez con aquellas bestias hasta que una de ellas lo miró y descubrió algo asombroso que dejó perplejo al joven Caballero, nada más y nada menos que un enorme cuerno central brillante ocupaba la zona cenital de aquel corcel. Este al verlo asustado, salió corriendo y haciendo zigzag entre una maraña de unicornios que, a modo de estampida, corría en contra a su dirección. El Santo pensaba mientras esquivaba la marabunta de cascos y cuernos y de pronto chocó con uno inevitablemente y cayó al suelo, en ese momento Nekro pensó [“No pude evitar toparme con un unicornio salvaje”, eran muchos y venían en mi contra, pero… ahora dónde estoy??] Después de un atronador ruido, nada de aquella fuente y aquellos animales había rastro que seguir, solo una ruinosa y apestosa cabaña se encontraba a su alcance y leyendo el letrero pudo leer penosamente –Tienda de Apu-, visto esto Nekro decidió entrar para ver qué era lo que allí se podía encontrar. Por la ventana se veía una persona bastante fea, gorda y sucia que parecía ser el dueño de la misma, por el aspecto que daba aquella cabaña, seguramente se trataría de una persona bastante acomplejada y descuidada ya que la misma mugre de la puerta se apoderaba de toda la cabaña sin compasión. De repente Nekro se vió a si mismo entrar en la tienda y hablar con ese personaje desagradable para la vista y salir al poco tiempo desapareciendo toda la escena excepto el otro Nekro. Este se acercó y mirando al otro a sus ojos, le dijo. –“Entre en la tienda de Apu y él me dijo” que abandonaras…. Solo tu sabrás lo que significa- Sin más se desvaneció también y sobresaltado, Nekro despertó.
Sin duda, las cartas estaban echadas, por lo que el guerrero del Fénix se echó a la espalda el cofre con su armadura y partió de inmediato a hasta las puertas del Santuario, en el mismo Templo principal. Sin encontrarse con ningún contratiempo hasta su llegada, este sin más se arrodilló frente a la estatua de la Diosa Athena y dejó a un lado su armadura para dejarla allí. Orando en silencio frente a esa estatua, explicó sin hablar, los motivos de su retirara al exilio y su no entendible traición a la que sería sometido y acusado. Como valiente afrontaría cualquier decisión por su parte y dejando todas sus pertenencias en su casa se alejó del Santuario sin echar la vista atrás. Nekro abandonaba su juramento de lealtad debido a un millón de razones que hicieron sentirse fuera de la luz de su Diosa y era el momento de partir hacia nuevos aires y vivir nuevas aventuras, el motivo principal no era otro que el no sentirse arropado y quedarse, de momento, sin fuerzas para seguir luchando por esa causa que ella tanto defendía. Poco tiempo después su cosmos desapareció sin dejar rastro alguno.
Una nota dejada con cuidado encima de su cofre, decía:
“Un adiós? no…mejor un hasta luego" **
** Era una noche estrellada como otra cualquiera en Grecia. El manto de estrellas recorría todo el firmamento llenando de luz cada uno de los rincones de nuestro planeta Tierra. La Luna descansaba a millones de kilómetros de la humanidad como cada noche y el Sol ya se había escondido hacía varias horas, para dejar una frescura que bañaba las colinas y los montes que rodeaban el Santuario y sus alrededores en una armonía que no era normal por esos lares. La suave brisa entraba en las ventanas de las casas aliviando a los cientos de ciudadanos que dormían, ya a mitad de la madrugada, en los poblados que se ubicaban en los aledaños de los grandes templos que dominaban en la extensa meseta que emergía de aquella preciosa y famosa isla. La isla se encontraba en un periodo de paz y tranquilidad gracias a la corte de Caballeros que defendían con su vida a su Diosa, la cual mantenía en todo momento el equilibrio que estaba amenazado siempre y sin descanso.
A pesar de tener y disfrutar de esta paz, el Santuario no pasaba por sus mejores momentos, ciertos órganos muy poderosos habían sido seducidos por extrañas fuerzas malignas y movidos quizás por hilos invisibles, seguían una sucesión de tareas y ordenes muy fuera de lugar y por supuesto, muy por encima de sus posibilidades, la organización iba a la deriva guiada por una divinidad muy lejos de estar a la altura de las posibilidades y el futuro del Santuario podría estar en peligro y hacer aguas en cualquier momento. Se decía que algunos Caballeros que juraron lealtad eterna a Athena, habían abandonado el Reino, cargados de razón, al ver este estado de desestabilización que podía respirarse por cualquier rincón del Santuario y que no auguraba nada bueno en un futuro no muy cercano. Solo algunos Caballeros quedaban desperdigados por las 12 casas y seguían arropando a su Diosa a pesar de, seguramente, ir en contra de sus pensamientos, aun así el paisaje era bastante desolador en estas majestuosas edificaciones y echando un vistazo desde el Mirador de Montepinar podían verse en su gran mayoría es un estado ruinoso y desastroso que daba una sensación de desahucio y desamparo altamente peligrosa. Poniendo algo en el otro lado de la balanza, una nueva ola de grandes Caballeros salía del horno llenando armaduras de Plata y Bronce por doquier como inocentes corderillos que atendían las ordenes y tareas que se les iban mandando y obligando a hacer. No siendo muy inteligente ni siendo ningún famoso mago, se podía adivinar que esa prole de guerreros de elite, pronto saldría del nido y partiría a ganarse su vida en otros Reinos mucho más cuidados y atendidos por gente más competente que la que había por esos estadios.
Algunos antiguos y leales Caballeros de este nivel, andaban ya durante mucho tiempo pensando y dudando de las verdaderas intenciones y motivos por los que eran llevados a interminables e inútiles misiones que no traían ningún tipo de beneficios al reino y mucho menos a ser reconocidos, pero lejos de encontrar una respuesta convincente y racional, se zambullían en un mar de incógnitas muy difíciles de solucionar. Nekro era uno de ellos, el joven Caballero del Fénix ya llevaba varias semanas nadando en estos enigmas y su cabeza estaba llegando a un punto que iba a explotar y no tendría vuelta atrás. Eran muchas las razones que podían llevar a este guerrero a marcharse del Santuario, pero la idea de que fuera reconocido como traidor le espantaba y engañaba su mente autoconvenciéndose, día a día para seguir en un sitio donde claramente no era valorado y seguir defendiendo a una Diosa la cual no había mirado nunca por este y no había respondido nunca a cualquiera de los ruegos que este le había propuesto alguna vez. Estos argumentos y un sinfín más en su contra cuyo lenguaje no se puede traducir por la crueldad de sus palabras, arrastraban inevitablemente al Santo de Bronce a abandonar taxativamente el Santuario y no regresar jamás, muy por encima de sus valores y sus creencias pero la situación era insostenible y había que apechugar con cualquier decisión que pudiera tomarse.
La casa del Ave milenario que renace de sus cenizas, permanecía en silencio por todas sus impecables y perfectas estancias, ordenadas a conciencia por el meticuloso dueño de la misma, excepto la habitación donde Nekro mal dormía entre pesadillas y malos sueños. Su mente era una mezcla explosiva de sueños sin sentidos donde inevitablemente acababa siempre cayendo en un oscuro vórtice que daba con sus huesos en la más absoluta nada, en ellos rogaba siempre, mientras caía y caía en el infinito, a una Diosa que nunca venia en su ayuda y como en la vida real no lo había hecho jamás. Todo lo que este guerrero era lo había conseguido por sí mismo y nunca sin recibir nada de sus superiores, esa espinita estaba alojada profundamente en su corazón y erosionaba lentamente a Nekro y su manera de ser, dejándolo en tierra de nadie y ganándose a pulso el apodo o mote del “Lobo Solitario”. Con todo el cuerpo sudoroso y dando vueltas de lado a lado, Nekro representaba sueños inconexos con dudas, que ya despierto, se entremezclaban dejando la realidad y la irrealidad de este Santo bailando en una cuerda floja que acabaría matando a su protagonista, por dentro y por fuera. Por lo que ese mismo día debía ser el día definitivo para darle un puñetazo a la mesa y poner las cosas en su sitio. Concretamente esa noche, el sueño en cuestión llevaba a Nekro a un pueblo abandonado y ruinoso que no parecía ninguno de los que Nekro había visitado jamás. Algunos detalles rodeaban la escena y como se repetían en alguna ocasión, varios de ellos, eran bastante fantásticos y surrealistas. Este en cuestión recogía una extraña fuente que no lanzaba agua por un enorme caño que estaba para esa función, la cual se rodeaba de unos animales mitológicos que parecían estar allí pegados con pegamento. Grandes y extraños caballos corrían de un lado para otro asustados con su presencia, cosa que en este sueño pasaba por primera vez, en ninguna de las veces anteriores habían interactuado con el entorno, siempre era movido involuntariamente y como un mero espectador veía las escenas, una tras otra, pasar hasta que caía en el vórtice y despertaba. Nekro se entrecruzaba esta vez con aquellas bestias hasta que una de ellas lo miró y descubrió algo asombroso que dejó perplejo al joven Caballero, nada más y nada menos que un enorme cuerno central brillante ocupaba la zona cenital de aquel corcel. Este al verlo asustado, salió corriendo y haciendo zigzag entre una maraña de unicornios que, a modo de estampida, corría en contra a su dirección. El Santo pensaba mientras esquivaba la marabunta de cascos y cuernos y de pronto chocó con uno inevitablemente y cayó al suelo, en ese momento Nekro pensó [“No pude evitar toparme con un unicornio salvaje”, eran muchos y venían en mi contra, pero… ahora dónde estoy??] Después de un atronador ruido, nada de aquella fuente y aquellos animales había rastro que seguir, solo una ruinosa y apestosa cabaña se encontraba a su alcance y leyendo el letrero pudo leer penosamente –Tienda de Apu-, visto esto Nekro decidió entrar para ver qué era lo que allí se podía encontrar. Por la ventana se veía una persona bastante fea, gorda y sucia que parecía ser el dueño de la misma, por el aspecto que daba aquella cabaña, seguramente se trataría de una persona bastante acomplejada y descuidada ya que la misma mugre de la puerta se apoderaba de toda la cabaña sin compasión. De repente Nekro se vió a si mismo entrar en la tienda y hablar con ese personaje desagradable para la vista y salir al poco tiempo desapareciendo toda la escena excepto el otro Nekro. Este se acercó y mirando al otro a sus ojos, le dijo. –“Entre en la tienda de Apu y él me dijo” que abandonaras…. Solo tu sabrás lo que significa- Sin más se desvaneció también y sobresaltado, Nekro despertó.
Sin duda, las cartas estaban echadas, por lo que el guerrero del Fénix se echó a la espalda el cofre con su armadura y partió de inmediato a hasta las puertas del Santuario, en el mismo Templo principal. Sin encontrarse con ningún contratiempo hasta su llegada, este sin más se arrodilló frente a la estatua de la Diosa Athena y dejó a un lado su armadura para dejarla allí. Orando en silencio frente a esa estatua, explicó sin hablar, los motivos de su retirara al exilio y su no entendible traición a la que sería sometido y acusado. Como valiente afrontaría cualquier decisión por su parte y dejando todas sus pertenencias en su casa se alejó del Santuario sin echar la vista atrás. Nekro abandonaba su juramento de lealtad debido a un millón de razones que hicieron sentirse fuera de la luz de su Diosa y era el momento de partir hacia nuevos aires y vivir nuevas aventuras, el motivo principal no era otro que el no sentirse arropado y quedarse, de momento, sin fuerzas para seguir luchando por esa causa que ella tanto defendía. Poco tiempo después su cosmos desapareció sin dejar rastro alguno.
Una nota dejada con cuidado encima de su cofre, decía:
“Un adiós? no…mejor un hasta luego" **
Rikipelu- DORADO
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Re: Reto: rencorosa traicion invocada por apu
por Apu Mar Abr 30 2013, 14:52
Off:
- No se da ninguna razón clara por el cual Nekro abandona su armadura, la unica justificación seria que se da es porque... "Se lo dijeron en un sueño". No hay ninguna motiviacion real que lleve al personaje a un conflicto que como desenlace lleve a abandonar a su armadura. Tampoco su estado de animo actual aunque circunstancial influye en esta decicion, ya que es aventurada por la frase en el sueño que él "sabe lo que significa". Es el mismo personaje quien debe encontrar una motivación para abandonar la armadura, no solamente porque alguien se lo dice en un sueño... Corrige la motivacion del personale así como el motivo del abandono de la armadura.
- No se da ninguna razón clara por el cual Nekro abandona su armadura, la unica justificación seria que se da es porque... "Se lo dijeron en un sueño". No hay ninguna motiviacion real que lleve al personaje a un conflicto que como desenlace lleve a abandonar a su armadura. Tampoco su estado de animo actual aunque circunstancial influye en esta decicion, ya que es aventurada por la frase en el sueño que él "sabe lo que significa". Es el mismo personaje quien debe encontrar una motivación para abandonar la armadura, no solamente porque alguien se lo dice en un sueño... Corrige la motivacion del personale así como el motivo del abandono de la armadura.
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Re: Reto: rencorosa traicion invocada por apu
por Rikipelu Mar Abr 30 2013, 15:23
OFF: TE RECUERDO QUE EL ROL LO HE ESCRITO YO, ASI QUE NO TIENES NI PUTA IDEA DE LA MOTIVACION NI DEL ESTADO DE ANIMO EN EL QUE SE ENCUENTRA MI PERSONAJE. JAJAJA COMO SIEMPRE HACIENDO SUPOSICIONES RIDUCULAS EN NOMBRE DE OTROS.
CREO QUE LAS RAZONES POR LAS QUE SE VA ESTAN MUY CLARAS, OTRA COSA ES QUE TU SEAS TAN "LISTO" QUE NO LAS ENTIENDAS.
QUEDA BASTANTE CLARO DE QUE SU DIOSA NO VALE UNA MIERDA Y YA NO QUIERE NADA DE EL, NADA MAS QUE SU BENEFICIO PROPIO, COSA QUE ESTA CONTRASTADA ADEMAS CON TU RELACCION REAL CONMIGO. PRUEBAS MAS CLARAS QUE ESAS NO CREO QUE LAS HAYA. NEKRO NO SE SIENTE VALORADO POR SU DIOSA Y POR ESE MOTIVO SE LARGA A UN LUGAR DONDE SEA RESPETADO (COSA QUE TU PERSONALMENTE NO HAS HECHO) Y QUERIDO. ADEMAS LO DICE CLARAMENTE EN EL ULTIMO PARRAFO AL FINAL. SI TE LO HUBIERAS LEIDO ENTERO LO SABRIAS. EL TERCER PARRAFO TAMBIEN SEÑALA MUCHAS RAZONES POR LAS QUE NEKRO SE SIENTE DE ESA MANERA Y CON DUDAS, ASI QUE CREO QUE ESTA BASTANTE CLARITO MI MARCHA.
OTRA COSA ES QUE TU, QUIERAS SER ASI DE "BUENA" Y LE QUIERAS DAR LAS VUELTAS QUE QUIERAS PARA MANTENERME AQUI DURANTE UN TIEMPO, PERO YA TE ADELANTO QUE ME LA SUDA COMPLETAMENTE. AQUI ESTAREMOS EL TIEMPO QUE QUIERAS.
CREO QUE LAS RAZONES POR LAS QUE SE VA ESTAN MUY CLARAS, OTRA COSA ES QUE TU SEAS TAN "LISTO" QUE NO LAS ENTIENDAS.
QUEDA BASTANTE CLARO DE QUE SU DIOSA NO VALE UNA MIERDA Y YA NO QUIERE NADA DE EL, NADA MAS QUE SU BENEFICIO PROPIO, COSA QUE ESTA CONTRASTADA ADEMAS CON TU RELACCION REAL CONMIGO. PRUEBAS MAS CLARAS QUE ESAS NO CREO QUE LAS HAYA. NEKRO NO SE SIENTE VALORADO POR SU DIOSA Y POR ESE MOTIVO SE LARGA A UN LUGAR DONDE SEA RESPETADO (COSA QUE TU PERSONALMENTE NO HAS HECHO) Y QUERIDO. ADEMAS LO DICE CLARAMENTE EN EL ULTIMO PARRAFO AL FINAL. SI TE LO HUBIERAS LEIDO ENTERO LO SABRIAS. EL TERCER PARRAFO TAMBIEN SEÑALA MUCHAS RAZONES POR LAS QUE NEKRO SE SIENTE DE ESA MANERA Y CON DUDAS, ASI QUE CREO QUE ESTA BASTANTE CLARITO MI MARCHA.
OTRA COSA ES QUE TU, QUIERAS SER ASI DE "BUENA" Y LE QUIERAS DAR LAS VUELTAS QUE QUIERAS PARA MANTENERME AQUI DURANTE UN TIEMPO, PERO YA TE ADELANTO QUE ME LA SUDA COMPLETAMENTE. AQUI ESTAREMOS EL TIEMPO QUE QUIERAS.
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Re: Reto: rencorosa traicion invocada por apu
por Apu Mar Abr 30 2013, 15:51
En tu relato ampliamente descriptivo se da cuenta por el trance emocial por el cual está pasando el personaje, así como su desmotivación y su desventura, así como la desvalorización del él como guerrero, que tiene dudas y muchas cosas más, pero el motivo verdadero, el que da pie a su salida del santuario, es que alguien en un sueño le dice "que abandonaras... Solo tu sabrás lo que significa" Luego de ese sueño el personaje abandona el santuario. Basicamente el puntapié final y el que termina siendo el verdadero motivo del abandono es el sueño. Por lo cual queda algo bastante absurdo... si encomicamente no estoy bien, me siento frustrado y tengo un sueño en el que chavez se me aparece como pajaro diciendome que mate a maduro.... no por eso voy a matarlo. Si bien se describe muy bien la situación psicológica del personaje, no se materializa en un obetivo razonable concreto. La unica materialización de todos esos sentimientos es una alucinacion en un sueo diciendole que se tiene que ir. Irse porque está triste es lo mismo que no ir a trabajar poniedo como excusa que "Estoy contento".
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Re: Reto: rencorosa traicion invocada por apu
por Rikipelu Mar Abr 30 2013, 16:45
Absurdas son las suposiciones que vuelves a hacer de los estados de ánimo de mi pj. Lo que tu hagas o dejes de hacer en tu trabajo o con tus políticos, es coda tuya y no tiene nada que ver con que me voy del santuario porque mi diosa deja mucho que desear como tal y que no hace más que perder su tiempo en chorradas como esta motivada seguramente por un trastorno infaltil no resuelto. Te agradecería que fueras algo objetivo en la valoración y entiendas todas las razones por las que nekro se va y no centres tu escasa atención en la frase del sueño. De sobra esta claro de que uno entra y jura lealtad a unos valores e ideales que tu, como diosa, te has pasado por el forro de los ovarios y que ahora no puedes mantener y por ello me voy y te puedes comer mi armadura si quieres. Una vez más super-claro.
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Re: Reto: rencorosa traicion invocada por apu
por Apu Mar Abr 30 2013, 17:54
El relato nos ubica en la psiquis interna del personaje poniendonos en panorama de su situacion sentimental y su perfil Psico-afectivo, e lo cual también debido a su negativa y autoconvencimiento decide quedarse. A pesar de tener "muchas razones más" (sólo dice muchas) termina quedandose estando confrontado con sí mismo, siendo el detonador final al suelo. Como dije anteriormente, debes modificar el detonandte, adecuenado elr elato para poder continuar.
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Re: Reto: rencorosa traicion invocada por apu
por Rikipelu Mar Abr 30 2013, 20:26
-El cobarde siempre amenaza con alevosía-
** Era una noche estrellada como otra cualquiera en Grecia. El manto de estrellas recorría todo el firmamento llenando de luz cada uno de los rincones de nuestro planeta Tierra. La Luna descansaba a millones de kilómetros de la humanidad como cada noche y el Sol ya se había escondido hacía varias horas, para dejar una frescura que bañaba las colinas y los montes que rodeaban el Santuario y sus alrededores en una armonía que no era normal por esos lares. La suave brisa entraba en las ventanas de las casas aliviando a los cientos de ciudadanos que dormían, ya a mitad de la madrugada, en los poblados que se ubicaban en los aledaños de los grandes templos que dominaban en la extensa meseta que emergía de aquella preciosa y famosa isla. La isla se encontraba en un periodo de paz y tranquilidad gracias a la corte de Caballeros que defendían con su vida a su Diosa, la cual mantenía en todo momento el equilibrio que estaba amenazado siempre y sin descanso.
A pesar de tener y disfrutar de esta paz, el Santuario no pasaba por sus mejores momentos, ciertos órganos muy poderosos habían sido seducidos por extrañas fuerzas malignas y movidos quizás por hilos invisibles, seguían una sucesión de tareas y ordenes muy fuera de lugar y por supuesto, muy por encima de sus posibilidades, la organización iba a la deriva guiada por una divinidad muy lejos de estar a la altura de las posibilidades y el futuro del Santuario podría estar en peligro y hacer aguas en cualquier momento. Se decía que algunos Caballeros que juraron lealtad eterna a Athena, habían abandonado el Reino, cargados de razón, al ver este estado de desestabilización que podía respirarse por cualquier rincón del Santuario y que no auguraba nada bueno en un futuro no muy cercano. Solo algunos Caballeros quedaban desperdigados por las 12 casas y seguían arropando a su Diosa a pesar de, seguramente, ir en contra de sus pensamientos, aun así el paisaje era bastante desolador en estas majestuosas edificaciones y echando un vistazo desde el Mirador de Montepinar podían verse en su gran mayoría es un estado ruinoso y desastroso que daba una sensación de desahucio y desamparo altamente peligrosa. Poniendo algo en el otro lado de la balanza, una nueva ola de grandes Caballeros salía del horno llenando armaduras de Plata y Bronce por doquier como inocentes corderillos que atendían las ordenes y tareas que se les iban mandando y obligando a hacer. No siendo muy inteligente ni siendo ningún famoso mago, se podía adivinar que esa prole de guerreros de elite, pronto saldría del nido y partiría a ganarse su vida en otros Reinos mucho más cuidados y atendidos por gente más competente que la que había por esos estadios.
Algunos antiguos y leales Caballeros de este nivel, andaban ya durante mucho tiempo pensando y dudando de las verdaderas intenciones y motivos por los que eran llevados a interminables e inútiles misiones que no traían ningún tipo de beneficios al reino y mucho menos a ser reconocidos, pero lejos de encontrar una respuesta convincente y racional, se zambullían en un mar de incógnitas muy difíciles de solucionar. Nekro era uno de ellos, el joven Caballero del Fénix ya llevaba varias semanas nadando en estos enigmas y su cabeza estaba llegando a un punto que iba a explotar y no tendría vuelta atrás. Eran muchas las razones que podían llevar a este guerrero a marcharse del Santuario, pero la idea de que fuera reconocido como traidor le espantaba y engañaba su mente autoconvenciéndose, día a día para seguir en un sitio donde claramente no era valorado y seguir defendiendo a una Diosa la cual no había mirado nunca por este y no había respondido nunca a cualquiera de los ruegos que este le había propuesto alguna vez. Estos argumentos y un sinfín más en su contra cuyo lenguaje no se puede traducir por la crueldad de sus palabras, arrastraban inevitablemente al Santo de Bronce a abandonar taxativamente el Santuario y no regresar jamás, muy por encima de sus valores y sus creencias pero la situación era insostenible y había que apechugar con cualquier decisión que pudiera tomarse.
La casa del Ave milenario que renace de sus cenizas, permanecía en silencio por todas sus impecables y perfectas estancias, ordenadas a conciencia por el meticuloso dueño de la misma, excepto la habitación donde Nekro mal dormía entre pesadillas y malos sueños. Su mente era una mezcla explosiva de sueños sin sentidos donde inevitablemente acababa siempre cayendo en un oscuro vórtice que daba con sus huesos en la más absoluta nada, en ellos rogaba siempre, mientras caía y caía en el infinito, a una Diosa que nunca venia en su ayuda y como en la vida real no lo había hecho jamás. Todo lo que este guerrero era lo había conseguido por sí mismo y nunca sin recibir nada de sus superiores, esa espinita estaba alojada profundamente en su corazón y erosionaba lentamente a Nekro y su manera de ser, dejándolo en tierra de nadie y ganándose a pulso el apodo o mote del “Lobo Solitario”. Con todo el cuerpo sudoroso y dando vueltas de lado a lado, Nekro representaba sueños inconexos con dudas, que ya despierto, se entremezclaban dejando la realidad y la irrealidad de este Santo bailando en una cuerda floja que acabaría matando a su protagonista, por dentro y por fuera. Por lo que ese mismo día debía ser el día definitivo para darle un puñetazo a la mesa y poner las cosas en su sitio. Concretamente esa noche, el sueño en cuestión llevaba a Nekro a un pueblo abandonado y ruinoso que no parecía ninguno de los que Nekro había visitado jamás. Algunos detalles rodeaban la escena y como se repetían en alguna ocasión, varios de ellos, eran bastante fantásticos y surrealistas. Este en cuestión recogía una extraña fuente que no lanzaba agua por un enorme caño que estaba para esa función, la cual se rodeaba de unos animales mitológicos que parecían estar allí pegados con pegamento. Grandes y extraños caballos corrían de un lado para otro asustados con su presencia, cosa que en este sueño pasaba por primera vez, en ninguna de las veces anteriores habían interactuado con el entorno, siempre era movido involuntariamente y como un mero espectador veía las escenas, una tras otra, pasar hasta que caía en el vórtice y despertaba. Nekro se entrecruzaba esta vez con aquellas bestias hasta que una de ellas lo miró y descubrió algo asombroso que dejó perplejo al joven Caballero, nada más y nada menos que un enorme cuerno central brillante ocupaba la zona cenital de aquel corcel. Este al verlo asustado, salió corriendo y haciendo zigzag entre una maraña de unicornios que, a modo de estampida, corría en contra a su dirección. El Santo pensaba mientras esquivaba la marabunta de cascos y cuernos y de pronto chocó con uno inevitablemente y cayó al suelo, en ese momento Nekro pensó ]“No pude evitar toparme con un unicornio salvaje”, eran muchos y venían en mi contra, pero… ahora dónde estoy??] Después de un atronador ruido, nada de aquella fuente y aquellos animales había rastro que seguir, solo una ruinosa y apestosa cabaña se encontraba a su alcance y leyendo el letrero pudo leer penosamente –Tienda de Apu-, visto esto Nekro decidió entrar para ver qué era lo que allí se podía encontrar. Por la ventana se veía una persona bastante fea, gorda y sucia que parecía ser el dueño de la misma, por el aspecto que daba aquella cabaña, seguramente se trataría de una persona bastante acomplejada y descuidada ya que la misma mugre de la puerta se apoderaba de toda la cabaña sin compasión. De repente Nekro se vió a si mismo entrar en la tienda y hablar con ese personaje desagradable para la vista y salir al poco tiempo desapareciendo toda la escena excepto el otro Nekro. Este se acercó y mirando al otro a sus ojos, le dijo. –“Entre en la tienda de Apu y él me dijo” que abandonaras…. Solo tu sabrás lo que significa- Sin más se desvaneció también y sobresaltado, Nekro despertó.
Que había querido decir ese mensaje? esta era la gota que colmaba el vaso? Quizás era una interpretación surrealista que representaba lo que el Caballero Fénix llevaba amasando durante meses al servicio de Athena?, estas y otras cuestiones minaban la cabeza del joven guerrero hasta límites peligrosos y había que tomar una decisión drástica para cambiar radicalmente las sensaciones de vacío que Nekro sentía defendiendo los valores a los que, antes de vestir la armadura del Fénix, había jurado lealtad…Nekro estuvo divagando y dando varias vueltas a lo último que había soñado e intentando llegar al fondo de lo que realmente sentía, el sentía que su Diosa lo había abandonado y que ya no defendía como antes estos valores y estos ideales que en su etapa de plenitud defendía con orgullo y reconocimiento. Creyendo haber escogido una buena elección, no buena sino la mejor, decidió dejar constancia de los motivos por los cuales dejaba la armadura para marcharse del Santuario y encontrar su verdadera esencia como caballero defensor de la justicia. Se sentó en una de sus sillas por última vez y encendiendo una vela cogió lápiz y papel y se puso a escribir. Después de intentar dejar por escrito sus motivos para que cualquier inútil lo entendiera, cerró la carta y se la metió en el bolsillo para terminar subiendo hacia el Templo principal y acarrear con las consecuencias. Ya era hora de tomar una decisión y avergonzado por la extrema situación a la que le habían llevado los altos cargos del Santuario, cerró sus puertas para no abrirlas nunca más.
Sin duda, las cartas estaban echadas, por lo que el guerrero del Fénix se echó a la espalda el cofre con su armadura y partió de inmediato a hasta las puertas del Santuario, en el mismo Templo principal. Sin encontrarse con ningún contratiempo hasta su llegada, este sin más se arrodilló frente a la estatua de la Diosa Athena y dejó a un lado su armadura para dejarla allí. Orando en silencio frente a esa estatua, explicó sin hablar, los motivos de su retirara al exilio y su no entendible traición a la que sería sometido y acusado. Como valiente afrontaría cualquier decisión por su parte y dejando todas sus pertenencias en su casa se alejó del Santuario sin echar la vista atrás. Nekro abandonaba su juramento de lealtad debido a un millón de razones que hicieron sentirse fuera de la luz de su Diosa y era el momento de partir hacia nuevos aires y vivir nuevas aventuras, el motivo principal no era otro que el no sentirse arropado y quedarse, de momento, sin fuerzas para seguir luchando por esa causa que ella tanto defendía. Dejando la carta encima de su cofre, se marchó sin rumbo fijo para encontrar un nuevo camino en el que seguir desarrollándose como guerrero, poco tiempo después su cosmos desapareció sin dejar rastro alguno.
La carta que había escrito en su habitación decía textualmente:
“Estimada Diosa Athena,
El motivo de esta misiva no es otro que informarle de mi decisión de abandonar este reino y romper el juramento de lealtad que nos unía formando parte de la élite de Santos que defienden el Santuario a su persona. Sé que puede sorprenderle que haya tomado esta decisión, pero me veo en la forzosa situación de salir de estas tierras seducido por retos mucho mayores e importantes que en otros reinos puedo encontrar. Como seguramente no entenderá los motivos reales por los que he decidido tomar esta decisión se los enumero como a los niños del colegio;
1.- He estado sometido en estos últimos meses a varias y denigrantes humillaciones por parte de su persona que han hecho una herida en mi interior difícil de reparar.
2.- No me siento arropado por su cosmos y en numerosas ocasiones, no he tenido el apoyo que hubiera necesitado para seguir adelante y con convicción, al revés de esto me ha alentado a abandonar y recriminar cada uno de los fallos que he cometido en algunas de mis misiones y tareas que vacías de contenido he tenido que realizar sin rechistar.
3.- En muchas ocasiones he solicitado su ayuda y solo he tenido como respuestas, la mofa y la burla por su parte y la indiferencia y el pasotismo que una Diosa de su talla debería tener y cuidar para ser un buen ejemplo para mí y para los futuros aspirantes a guardianes del Santuario.
4.- Pienso que en esta lucha constante por pelear a su lado y en su misma dirección me encuentro solo y marginado, siendo objeto de extrañas persecuciones y siendo observado, sin motivo lógico, con una lupa que no me merezco y que creo que me gane esa fama injustamente por atender las peticiones de otros compañeros que por otros motivos han salido bastante mejor parados que yo.
5.- También he notado como mi armadura ha perdido su brillo en incontables ocasiones, dejándome mal parado en multitud de combates siguiendo una línea inversa a mi constante entrenamiento y desarrollo que no veo justo y por eso salgo malparado una vez más. Por mucho que he intentado cambiar esto, no noto que mi ropaje este unido al 100% a mí por lo que tampoco me veo capacitado para seguir vistiéndola en plenitud de facultades. He intentado que este suceso no me perjudique para tomar una decisión, pero al ver que no era guiado por sus hilos en este sentido para poder darle solución, suma en el total del fatídico montante que me ha hecho tomar esta decisión.
6.- Además de estas cosas, también vengo notando un cambio drástico en su personalidad que le está llevando inevitablemente a un sendero de desgracias y bajezas que creo que una persona de su nivel divino no debería caer en la vida. Su manera de pensar y sobre todo de hablar hace que dude mucho de su verdadera persona y de que usted sea realmente la misma a la cual le jure lealtad eterna, sinceramente eso también lo he tenido en cuenta para tomar mi decisión, una verdadera pena la verdad.
7.- He sido constantemente infravalorado en todas sus decisiones en varios torneos, luchas, traiciones absurdas, logros y misiones, saliendo siempre perjudicado y entorpecido por decisiones llevadas de manera subjetiva y muy lejos de la objetividad que no tiene y debía tener usted como Persona con poder más importante y Diosa del Reino del Santuario.
8.- Por último y no menos importante, quizás la más decisiva de todas, es que he sido seducido y guiado por otras fuerzas o energías que me han invitado a seguir una línea más acorde con mis actuales pensamientos, en los que creo que seré verdaderamente valorado por mis méritos y por mis actos, no siendo observado con la maldad y las percepciones ilógicas, además de las interpretaciones absurdas, con las que usted ha tendido a tratarme últimamente. Seguramente en ese nuevo reino seré un guerrero de bien y me rodearé de grandes amigos que me harán recordar las sensaciones y el cariño que una vez tuve cuando formé parte de este Reino.
Seguramente me dejaré algún detalle o motivo más que no he escrito en esta carta, sino no terminaría nunca, pero creo que con estos será suficiente para que entienda verdaderamente los motivos de mi marcha y que no me guarde rencor por ver cómo me rindo y desaparezco de aquí, no veo mejor momento que este para abandonar el Santuario que este y así he decidido hacerlo. Solo espero que algún día pueda volver a recuperar mi esencia como Caballero y pueda volver a estas puertas motivado por la fuerza que me trajo hasta aquí en su día, pero hoy por hoy no puedo hacer otra cosa que irme.
Gracias por su atención y perdono sus modos y formas de tratarme en esta última etapa que he vivido como Santo del Fénix, pero todo tiene un final y este ha sido el mío.
No es un adiós, llámelo hasta luego
Nekro del Fénix” **
** Era una noche estrellada como otra cualquiera en Grecia. El manto de estrellas recorría todo el firmamento llenando de luz cada uno de los rincones de nuestro planeta Tierra. La Luna descansaba a millones de kilómetros de la humanidad como cada noche y el Sol ya se había escondido hacía varias horas, para dejar una frescura que bañaba las colinas y los montes que rodeaban el Santuario y sus alrededores en una armonía que no era normal por esos lares. La suave brisa entraba en las ventanas de las casas aliviando a los cientos de ciudadanos que dormían, ya a mitad de la madrugada, en los poblados que se ubicaban en los aledaños de los grandes templos que dominaban en la extensa meseta que emergía de aquella preciosa y famosa isla. La isla se encontraba en un periodo de paz y tranquilidad gracias a la corte de Caballeros que defendían con su vida a su Diosa, la cual mantenía en todo momento el equilibrio que estaba amenazado siempre y sin descanso.
A pesar de tener y disfrutar de esta paz, el Santuario no pasaba por sus mejores momentos, ciertos órganos muy poderosos habían sido seducidos por extrañas fuerzas malignas y movidos quizás por hilos invisibles, seguían una sucesión de tareas y ordenes muy fuera de lugar y por supuesto, muy por encima de sus posibilidades, la organización iba a la deriva guiada por una divinidad muy lejos de estar a la altura de las posibilidades y el futuro del Santuario podría estar en peligro y hacer aguas en cualquier momento. Se decía que algunos Caballeros que juraron lealtad eterna a Athena, habían abandonado el Reino, cargados de razón, al ver este estado de desestabilización que podía respirarse por cualquier rincón del Santuario y que no auguraba nada bueno en un futuro no muy cercano. Solo algunos Caballeros quedaban desperdigados por las 12 casas y seguían arropando a su Diosa a pesar de, seguramente, ir en contra de sus pensamientos, aun así el paisaje era bastante desolador en estas majestuosas edificaciones y echando un vistazo desde el Mirador de Montepinar podían verse en su gran mayoría es un estado ruinoso y desastroso que daba una sensación de desahucio y desamparo altamente peligrosa. Poniendo algo en el otro lado de la balanza, una nueva ola de grandes Caballeros salía del horno llenando armaduras de Plata y Bronce por doquier como inocentes corderillos que atendían las ordenes y tareas que se les iban mandando y obligando a hacer. No siendo muy inteligente ni siendo ningún famoso mago, se podía adivinar que esa prole de guerreros de elite, pronto saldría del nido y partiría a ganarse su vida en otros Reinos mucho más cuidados y atendidos por gente más competente que la que había por esos estadios.
Algunos antiguos y leales Caballeros de este nivel, andaban ya durante mucho tiempo pensando y dudando de las verdaderas intenciones y motivos por los que eran llevados a interminables e inútiles misiones que no traían ningún tipo de beneficios al reino y mucho menos a ser reconocidos, pero lejos de encontrar una respuesta convincente y racional, se zambullían en un mar de incógnitas muy difíciles de solucionar. Nekro era uno de ellos, el joven Caballero del Fénix ya llevaba varias semanas nadando en estos enigmas y su cabeza estaba llegando a un punto que iba a explotar y no tendría vuelta atrás. Eran muchas las razones que podían llevar a este guerrero a marcharse del Santuario, pero la idea de que fuera reconocido como traidor le espantaba y engañaba su mente autoconvenciéndose, día a día para seguir en un sitio donde claramente no era valorado y seguir defendiendo a una Diosa la cual no había mirado nunca por este y no había respondido nunca a cualquiera de los ruegos que este le había propuesto alguna vez. Estos argumentos y un sinfín más en su contra cuyo lenguaje no se puede traducir por la crueldad de sus palabras, arrastraban inevitablemente al Santo de Bronce a abandonar taxativamente el Santuario y no regresar jamás, muy por encima de sus valores y sus creencias pero la situación era insostenible y había que apechugar con cualquier decisión que pudiera tomarse.
La casa del Ave milenario que renace de sus cenizas, permanecía en silencio por todas sus impecables y perfectas estancias, ordenadas a conciencia por el meticuloso dueño de la misma, excepto la habitación donde Nekro mal dormía entre pesadillas y malos sueños. Su mente era una mezcla explosiva de sueños sin sentidos donde inevitablemente acababa siempre cayendo en un oscuro vórtice que daba con sus huesos en la más absoluta nada, en ellos rogaba siempre, mientras caía y caía en el infinito, a una Diosa que nunca venia en su ayuda y como en la vida real no lo había hecho jamás. Todo lo que este guerrero era lo había conseguido por sí mismo y nunca sin recibir nada de sus superiores, esa espinita estaba alojada profundamente en su corazón y erosionaba lentamente a Nekro y su manera de ser, dejándolo en tierra de nadie y ganándose a pulso el apodo o mote del “Lobo Solitario”. Con todo el cuerpo sudoroso y dando vueltas de lado a lado, Nekro representaba sueños inconexos con dudas, que ya despierto, se entremezclaban dejando la realidad y la irrealidad de este Santo bailando en una cuerda floja que acabaría matando a su protagonista, por dentro y por fuera. Por lo que ese mismo día debía ser el día definitivo para darle un puñetazo a la mesa y poner las cosas en su sitio. Concretamente esa noche, el sueño en cuestión llevaba a Nekro a un pueblo abandonado y ruinoso que no parecía ninguno de los que Nekro había visitado jamás. Algunos detalles rodeaban la escena y como se repetían en alguna ocasión, varios de ellos, eran bastante fantásticos y surrealistas. Este en cuestión recogía una extraña fuente que no lanzaba agua por un enorme caño que estaba para esa función, la cual se rodeaba de unos animales mitológicos que parecían estar allí pegados con pegamento. Grandes y extraños caballos corrían de un lado para otro asustados con su presencia, cosa que en este sueño pasaba por primera vez, en ninguna de las veces anteriores habían interactuado con el entorno, siempre era movido involuntariamente y como un mero espectador veía las escenas, una tras otra, pasar hasta que caía en el vórtice y despertaba. Nekro se entrecruzaba esta vez con aquellas bestias hasta que una de ellas lo miró y descubrió algo asombroso que dejó perplejo al joven Caballero, nada más y nada menos que un enorme cuerno central brillante ocupaba la zona cenital de aquel corcel. Este al verlo asustado, salió corriendo y haciendo zigzag entre una maraña de unicornios que, a modo de estampida, corría en contra a su dirección. El Santo pensaba mientras esquivaba la marabunta de cascos y cuernos y de pronto chocó con uno inevitablemente y cayó al suelo, en ese momento Nekro pensó ]“No pude evitar toparme con un unicornio salvaje”, eran muchos y venían en mi contra, pero… ahora dónde estoy??] Después de un atronador ruido, nada de aquella fuente y aquellos animales había rastro que seguir, solo una ruinosa y apestosa cabaña se encontraba a su alcance y leyendo el letrero pudo leer penosamente –Tienda de Apu-, visto esto Nekro decidió entrar para ver qué era lo que allí se podía encontrar. Por la ventana se veía una persona bastante fea, gorda y sucia que parecía ser el dueño de la misma, por el aspecto que daba aquella cabaña, seguramente se trataría de una persona bastante acomplejada y descuidada ya que la misma mugre de la puerta se apoderaba de toda la cabaña sin compasión. De repente Nekro se vió a si mismo entrar en la tienda y hablar con ese personaje desagradable para la vista y salir al poco tiempo desapareciendo toda la escena excepto el otro Nekro. Este se acercó y mirando al otro a sus ojos, le dijo. –“Entre en la tienda de Apu y él me dijo” que abandonaras…. Solo tu sabrás lo que significa- Sin más se desvaneció también y sobresaltado, Nekro despertó.
Que había querido decir ese mensaje? esta era la gota que colmaba el vaso? Quizás era una interpretación surrealista que representaba lo que el Caballero Fénix llevaba amasando durante meses al servicio de Athena?, estas y otras cuestiones minaban la cabeza del joven guerrero hasta límites peligrosos y había que tomar una decisión drástica para cambiar radicalmente las sensaciones de vacío que Nekro sentía defendiendo los valores a los que, antes de vestir la armadura del Fénix, había jurado lealtad…Nekro estuvo divagando y dando varias vueltas a lo último que había soñado e intentando llegar al fondo de lo que realmente sentía, el sentía que su Diosa lo había abandonado y que ya no defendía como antes estos valores y estos ideales que en su etapa de plenitud defendía con orgullo y reconocimiento. Creyendo haber escogido una buena elección, no buena sino la mejor, decidió dejar constancia de los motivos por los cuales dejaba la armadura para marcharse del Santuario y encontrar su verdadera esencia como caballero defensor de la justicia. Se sentó en una de sus sillas por última vez y encendiendo una vela cogió lápiz y papel y se puso a escribir. Después de intentar dejar por escrito sus motivos para que cualquier inútil lo entendiera, cerró la carta y se la metió en el bolsillo para terminar subiendo hacia el Templo principal y acarrear con las consecuencias. Ya era hora de tomar una decisión y avergonzado por la extrema situación a la que le habían llevado los altos cargos del Santuario, cerró sus puertas para no abrirlas nunca más.
Sin duda, las cartas estaban echadas, por lo que el guerrero del Fénix se echó a la espalda el cofre con su armadura y partió de inmediato a hasta las puertas del Santuario, en el mismo Templo principal. Sin encontrarse con ningún contratiempo hasta su llegada, este sin más se arrodilló frente a la estatua de la Diosa Athena y dejó a un lado su armadura para dejarla allí. Orando en silencio frente a esa estatua, explicó sin hablar, los motivos de su retirara al exilio y su no entendible traición a la que sería sometido y acusado. Como valiente afrontaría cualquier decisión por su parte y dejando todas sus pertenencias en su casa se alejó del Santuario sin echar la vista atrás. Nekro abandonaba su juramento de lealtad debido a un millón de razones que hicieron sentirse fuera de la luz de su Diosa y era el momento de partir hacia nuevos aires y vivir nuevas aventuras, el motivo principal no era otro que el no sentirse arropado y quedarse, de momento, sin fuerzas para seguir luchando por esa causa que ella tanto defendía. Dejando la carta encima de su cofre, se marchó sin rumbo fijo para encontrar un nuevo camino en el que seguir desarrollándose como guerrero, poco tiempo después su cosmos desapareció sin dejar rastro alguno.
La carta que había escrito en su habitación decía textualmente:
“Estimada Diosa Athena,
El motivo de esta misiva no es otro que informarle de mi decisión de abandonar este reino y romper el juramento de lealtad que nos unía formando parte de la élite de Santos que defienden el Santuario a su persona. Sé que puede sorprenderle que haya tomado esta decisión, pero me veo en la forzosa situación de salir de estas tierras seducido por retos mucho mayores e importantes que en otros reinos puedo encontrar. Como seguramente no entenderá los motivos reales por los que he decidido tomar esta decisión se los enumero como a los niños del colegio;
1.- He estado sometido en estos últimos meses a varias y denigrantes humillaciones por parte de su persona que han hecho una herida en mi interior difícil de reparar.
2.- No me siento arropado por su cosmos y en numerosas ocasiones, no he tenido el apoyo que hubiera necesitado para seguir adelante y con convicción, al revés de esto me ha alentado a abandonar y recriminar cada uno de los fallos que he cometido en algunas de mis misiones y tareas que vacías de contenido he tenido que realizar sin rechistar.
3.- En muchas ocasiones he solicitado su ayuda y solo he tenido como respuestas, la mofa y la burla por su parte y la indiferencia y el pasotismo que una Diosa de su talla debería tener y cuidar para ser un buen ejemplo para mí y para los futuros aspirantes a guardianes del Santuario.
4.- Pienso que en esta lucha constante por pelear a su lado y en su misma dirección me encuentro solo y marginado, siendo objeto de extrañas persecuciones y siendo observado, sin motivo lógico, con una lupa que no me merezco y que creo que me gane esa fama injustamente por atender las peticiones de otros compañeros que por otros motivos han salido bastante mejor parados que yo.
5.- También he notado como mi armadura ha perdido su brillo en incontables ocasiones, dejándome mal parado en multitud de combates siguiendo una línea inversa a mi constante entrenamiento y desarrollo que no veo justo y por eso salgo malparado una vez más. Por mucho que he intentado cambiar esto, no noto que mi ropaje este unido al 100% a mí por lo que tampoco me veo capacitado para seguir vistiéndola en plenitud de facultades. He intentado que este suceso no me perjudique para tomar una decisión, pero al ver que no era guiado por sus hilos en este sentido para poder darle solución, suma en el total del fatídico montante que me ha hecho tomar esta decisión.
6.- Además de estas cosas, también vengo notando un cambio drástico en su personalidad que le está llevando inevitablemente a un sendero de desgracias y bajezas que creo que una persona de su nivel divino no debería caer en la vida. Su manera de pensar y sobre todo de hablar hace que dude mucho de su verdadera persona y de que usted sea realmente la misma a la cual le jure lealtad eterna, sinceramente eso también lo he tenido en cuenta para tomar mi decisión, una verdadera pena la verdad.
7.- He sido constantemente infravalorado en todas sus decisiones en varios torneos, luchas, traiciones absurdas, logros y misiones, saliendo siempre perjudicado y entorpecido por decisiones llevadas de manera subjetiva y muy lejos de la objetividad que no tiene y debía tener usted como Persona con poder más importante y Diosa del Reino del Santuario.
8.- Por último y no menos importante, quizás la más decisiva de todas, es que he sido seducido y guiado por otras fuerzas o energías que me han invitado a seguir una línea más acorde con mis actuales pensamientos, en los que creo que seré verdaderamente valorado por mis méritos y por mis actos, no siendo observado con la maldad y las percepciones ilógicas, además de las interpretaciones absurdas, con las que usted ha tendido a tratarme últimamente. Seguramente en ese nuevo reino seré un guerrero de bien y me rodearé de grandes amigos que me harán recordar las sensaciones y el cariño que una vez tuve cuando formé parte de este Reino.
Seguramente me dejaré algún detalle o motivo más que no he escrito en esta carta, sino no terminaría nunca, pero creo que con estos será suficiente para que entienda verdaderamente los motivos de mi marcha y que no me guarde rencor por ver cómo me rindo y desaparezco de aquí, no veo mejor momento que este para abandonar el Santuario que este y así he decidido hacerlo. Solo espero que algún día pueda volver a recuperar mi esencia como Caballero y pueda volver a estas puertas motivado por la fuerza que me trajo hasta aquí en su día, pero hoy por hoy no puedo hacer otra cosa que irme.
Gracias por su atención y perdono sus modos y formas de tratarme en esta última etapa que he vivido como Santo del Fénix, pero todo tiene un final y este ha sido el mío.
No es un adiós, llámelo hasta luego
Nekro del Fénix” **
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