Unicornio v. León Menor

Lanzo dado de 6 caras

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'Dado de 6 caras' :

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Palestra dormía tan apaciblemente, que Aramos se lamentó no haber aprovechado la posibilidad de tan increíble oportunidad. Y es que la noche estaba justa para descansar, recuperar energías y, por qué no, soñar con un mundo mejor. Pero, allí en el antiguo coliseo abandonado, no podía realmente distraer su mente.

Las gotas de lluvia, como látigos furiosos, golpeaban su cuerpo, ralentizando sus movimientos, y confundiendo su vista. Alzó la cabeza, mientras se quitaba un mechón de pelo mojado que cubría su rostro. Sus ojos se clavaron en la luna, que brillaba tan fuertemente que parecía un segundo sol. Extraño.

Más allá, las estrellas de su constelación también brillaban, pero su refulgor era un tanto extraño. Pero eso no le sorprendió al caballero de León Menor. Hacía días que tenía inconvenientes para identificar cual era el problema que parecía cortar su conexión con su constelación, pero estaba definitivamente seguro que dicho problema existía.

Aunque no llevaba reloj, Aramos supo instintivamente, supo instintivamente que su contrincante se había retrasado. No por mucho, por supuesto, pero solo lo suficiente como para que Aramos lo notara. Y se preocupara.

Por supuesto, no había verdadera razón para hacerlo. Palestra era uno de los lugares mejor guardados del mundo. Y por otro lado, el sujeto al que esperaba, era un apto caballero de Athena, que bien podría defenderse por sí mismo.

Por esas mismas razones, no hizo más que esperar, hasta la llegada de aquel al que esperaba.

Bienvenido, Chizu de Unicornio, volvemos a encontrarnos, señaló Aramos con una sonrisa en el rostro. Se acercó al guerrero de bronce y le tomó por la mano, saludándolo con firmeza. Ambos se conocían desde su llegada a Palestra, y habían realizado su entrenamiento juntos. Desde que se habían graduado como santos de Athena, habían entrenado juntos una y otra vez.

Es un hermoso día, señaló el caballero de León Menor con ironía, señalando hacia la bóveda celeste con la mirada. Sonrió ante el chiste y volvió su atención hacia el santo de Unicornio. Gracias por venir aquí. Continuó el caballero. Supuse que mi invitación parecería extraña, pero hacia mucho que no entrenaba bajo condiciones adversas, y creo que estaba perdiendo la práctica.

Con ello, el santo de León volvió a sonreír. Hay algo en esta noche, tal vez la oscuridad o las nubes que comienzan a cerrarse, pero hay algo que me recuerda a mis aventuras en la Isla Negra... tal vez llegará un momento en que pueda contarte al respecto... pero dime entonces, antes de que comencemos el entrenamiento, ¿que ha sucedido en el Santuario en este tiempo en el que estuve fuera?.

Aramos suspiró, conciente de que Chizu tenía razón. Tendría que contarle el motivo que lo había traído allí, tarde o temprano, y aquel parecía tan buena oportunidad como cualquier otra. Después de todo, confiaba en Chizu, aunque no creía que el joven caballero tuviera la respuesta que él buscaba. Sin embargo, no podía perder esa oportunidad.

Finalmente, elevó la cabeza hacia los cielos. La incesante lluvia y las molestas nubes hacía extremadamente difícil su tarea, pero Aramos no tenía más remedio que intentarlo. Levantó su mano e indicó con su dedo hacia un punto en la altura de la bóveda celeste. Allí, observa con atención, Chizu. Allí tendría que estar la constelación de León Menor, ¿Puedes verla? Le dijo Aramos con un tono que no escondía su melancolía.

Intentó que Chizu ubicara el grupo de estrellas que Aramos recordaba, formaban parte de su constelación, pero lo hacía de memoria, y la lluvia no ayudaba. ¿Lo ves, Chizu?

Por que yo no.

TURNO NARRATIVO
Frustrado, Aramos suspiró, dejó caer sus hombros. Hasta aquí llegamos Chizu, es muy peligroso aventurarnos más allá en una noche como esta. Aramos sonrió, tal vez más adelante, cuando ambos estemos más preparados. De momento, correríamos peligro de vida. Y no vale la pena. Debo encontrar las respuestas de las preguntas que me acucian en otro lugar. No las encontraré aquí, hoy... aunque tal vez más adelante... quien sabe...

Sonrió. Ya no siento a mi constelación guardiana como antes, Chizu, pero creo que sé que puede ayudarme a encontrarla. Le guiñó un ojo al caballero de Unicornio. ¿Qué te parece si aprovechamos esta oportunidad para probar nuestras habilidades?

Con ello, Aramos saltó hacia un costado, y comenzó a prepararse para el combate. Vamos Chizu, ¡prepárate! Y así, el santo de León Menor se lanzó hacia adelante a toda velocidad. Moviéndose a esa velocidad, Aramos podía ver cada una de las gotas de lluvia que caían lentamente, como si el tiempo se hubiera detenido. Como si nada importara. Tan solo aquel momento, tan solo aquel instante. Su puño se dirigió hacia Chizu.

TURNO OFENSIVO
Concentrar: Cosmos: -1000

El Caballero del León Menor saca a relucir todo su potencial ofensivo y aumenta sus ataques de forma considerable
Efecto: Ataque extra x2

Mordisco: Daño: 500, Cosmos: -200, Energía: -20

El
Santo de Bronce del León Menor, transforma su cosmoenergía en un león
que se avecina ante su enemigo para morderlo dolorosamente
Efecto: Ataque extra

Azote Letal: Daño: 900, Cosmos: -500, Energía: -20

El
Caballero de Bronce del León Menor realiza una gran combinación de
golpes que recaen sobre un mismo lugar y le produce heridas mortales a
su enemigo

Nivel 13
HP: 1400
Cosmo: 29000-1700=27300
Energía: 1250-40=1210
Fuerza: 13
Velocidad: 9
Habilidad: 10
Armadura: Cubre: 550 Durabilidad: 8850
EXP: 0/100

Daño: 1900 defendible.