Ficha del caballero del fénix
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Ficha del caballero del fénix
Nombre: Nekro
Edad: 17 años
Sexo: Masculino
Signo zodiacal: Libra
Nacionalidad: Japonesa
Familia: Padre (muerto), Madre (desaparecida), Hermano (desconocido)
Aspecto físico: Nekro es un joven apuesto, de piel morena y 1’85 cms de estatura, 80 kilos de puro musculo y pelo de color azul al igual que los ojos. Su cuerpo está cubierto por cientos de cicatrices que marcan su dura vida y su rostro refleja una extrema seriedad.
Perfil psicológico: La personalidad que refleja Nekro es un poco bipolar, por una parte es sereno, paciente y muy observador. De carácter tranquilo y algo pasota, lobo solitario y frio con los extraños, por otro lado y en circunstancias de extremo peligro, es ardiente, fácilmente irritable y algo visceral. Falto del cariño de una familia que se truncó de pequeño es muy receloso y no se fía de nada ni nadie. Le cuesta coger confianza y solo por el camino del respecto se puede entablar una relación con este hombre. En su corazón también una disputa mantiene a Nekro en una continua contraposición, bondad y venganza se entremezclan continuamente y formar esta complejísima personalidad que Nekro refleja a los que le rodean.
HISTORIA;
En el salón principal de una casa japonesa como otra cualquiera, en el casco antiguo de la ciudad de Fukuoka y alejados del hospital construido en el centro, tenía lugar un precioso acontecimiento que alegraría las vidas de una humilde familia tradicional. La venida del mas que deseado primogénito, llenaba los corazones de alegría y prosperidad a esta querida pareja que se ganaba la vida trabajando en una tienda de comestibles en el mercado de la zona.
Todo trascurría en la noche de luna llena de aquel mes de septiembre, la luz que entraba por las ventanas de la habitación junto con el resplandor de las velas iluminaban la escena dotándola de una atmosfera muy especial. El embarazo había sido un camino de rosas para la madre de la criatura, hasta los últimos días había seguido trabajando en la tienda, pues tenía que sacar como buenamente podía el jornal para subsistir. No era mucho, pero si era suficiente para obtener algún beneficio económico que les permitía vivir sin pasar penurias como la mayoría en el barrio. El padre por otra parte, recorría a pie todas las calles y callejones de la zona repartiendo fruta y verduras a domicilio o por encargo. Era una tarea muy agotadora, pero la idea de ser un padre ejemplar para ese bebe, hacía que el cansancio fuera un efímero contratiempo. En su plano más íntimo, un secreto recorría sus pensamientos a medida que los días pasaban y solo la idea de concebir un heredero soliviantaba el dolor que sentía por dentro al ver que una extraña enfermedad lo consumía lentamente y que su vida se iba por momentos.
Sobre las 12 de la media noche, los gritos y jadeos rompieron en el silencio que solía haber en esa vivienda, algunas vecinas más experimentadas, ayudaban a que aquel bebe saliera en condiciones normales y sin complicaciones, la cara de esas ancianas era de felicidad absoluta, todo marchaba según lo previsto, esto lo habían hecho miles de veces y no había ningún error en su forma de proceder. El padre de la criatura estaba dando vueltas de un lado para otro con un nerviosismo que nunca había sentido y sin poder mirar fijamente la escena salió al patio para mirar las estrellas del cielo. Pensando en cómo podía ser su cara, si saldría físicamente perfecto, sin ninguna tara, sin ninguna enfermedad congénita y lo que era sin duda más importante si salía con vida pasaron dos horas de incertidumbre. En el cielo una constelación se iluminaba más que las demás dando signos de que algo importante para el destino del mundo estaba dando lugar. El padre, cuyo pasado era más que un misterio, observo la constelación sonriendo y preguntándose para él mismo si los dioses ya habían elegido al nuevo portador y era su momento de pasar el testigo. La agrupación de estrellas de esa constelación resplandeció de manera inusual en el cielo y luego en pocos segundos desapareció en el oscuro e infinito universo. No era otra que la constelación del ... El sonido fuerte de los llantos de un bebe hizo que aquel hombre saltara de los escalones y fuera rápidamente a la sala donde el milagro de la vida había dado otro precioso fruto para este mundo.
Con lágrimas en los ojos y sin poder articular palabra alguna, el matrimonio se juntó en el lecho junto a su hijo y dándole gracias a Dios por este acontecimiento, pasaron el resto de la noche como si fueran uno solo.
Así nació Nekro, un varón precioso de muy buena talla y peso normal. Su tez era morena, como su padre, y su llanto era muy fuerte. Juguetón, curioso y risueño pasaba los días en aquel hogar, descubriendo los infinitos placeres de la vida y disfrutando cada primer momento como hacen todos los bebes al nacer. Así pasaron sus primeros años, tres para ser más concretos, hasta que el pequeño Nekro se perfilaba ya como un chico especial. Su padre el cual estaba llegando a sus últimos días, mantenía dos secretos en la familia por el bienestar común. Nekro pronto los conocería de una manera singular y marcaria su destino para siempre.
Mientras la madre de Nekro regentaba el negocio de los comestibles como todos los días, su padre había decidido llevárselo con él a hacer los repartos y así pasar el poco tiempo que le quedaba disfrutando de lo que más quería en el mundo. Nekro que era un chiquitín muy inteligente ayudaba como podía a llevar las pesadas bolsas y coger las monedas que los vecinos de la zona le daban por sus servicios. En uno de esos descansos que tenían entre reparto y reparto el padre de Nekro cayó al suelo desmayado, echaba sangre por la boca y no respiraba, Nekro que vio como caía fulminado, grito para pedir ayuda pero nadie le escucho. Aquellos callejones estaban semi-abandonados y a veces no pasaba nadie por ellos en varios días. Nekro sin saber qué hacer y llorando como puede llorar un niño de su edad, hizo un esfuerzo sobrehumano y volteo a su padre para que no se tragara la lengua, tomo carrerilla y dándole una brutal patada logro darle por la espalda en el centro del corazón, tal había sido la patada que le lanzo que salió despedido por delante suya y dando un par de volteretas por el suelo cayo dolorido contra una roca golpeándose ambas rodillas. Sus lágrimas nublaban su vista y no podía ver con claridad que había pasado, el dolor que sentía era mínimo al ver como su padre permanecía inerte en el suelo y él no había podido hacer nada, pero pronto ese sentimiento se disipo cuando vio como su padre volvía a respirar y se incorporaba preocupado por ver a su hijo sangrando.
Pasados unos minutos de incertidumbre total, padre e hijo se sentaron a hablar sobre algunas cosas que habían sucedido y las que iban a suceder. Su padre le conto una historia de su pasado en la que le revelo que él había sido un guerrero que lucho en Grecia durante muchos años, un extraño poder marco su vida para siempre y es por ello que esa enfermedad lo estaba consumiendo. Le dijo que le hiciera el favor de no contar nada a su madre para no preocuparla y que pasara lo que pasara nunca se rindiera, porque si podía resurgir de cada adversidad o cada error que cometiera en la vida, se haría más fuerte. Estas palabras podían haber entrado por un oído y salido por el otro en un niño de tres años, pero en el caso de Nekro no fue así, las palabras de su padre se le clavaron a fuego en la mente. Su padre saco de su bolsillo una cadena con una pequeña medalla en la que un extraño pájaro en llamas desplegaba sus alas y se las puso a Nekro para que lo conservara en todo momento, le conto una historia muy bonita sobre este legendaria ave y su infinito poder cada vez que este moría y resurgía de sus propias cenizas. La historia fascino al niño y con un conmovedor abrazo, sellaron el secreto para siempre. Ella te ha elegido le decía su padre, cuando llegue el momento lo sabrás… Nekro recordaba esas palabras mientras volvían del accidentado recado al puesto donde su madre los esperaba.
La vida de Nekro tomo otro derrotero y el vínculo entre padre e hijo se hizo inquebrantable, los meses fueron pasando y el pequeño Nekro seguía adquiriendo conocimientos, cada vez más complejos, de manera rapidísima. Parecía que las enseñanzas de su padre iban un paso más de las que podía dar un padre cualquiera a su hijo. Su preparación era especial y debía desde bien pequeño entender el camino que tenía que superar en un futuro.
Todo iba viento en popa, pero la grave enfermedad de su padre, ya no era un secreto en la familia y esto hizo que se trasladaran a un pueblecito llamado Jonan-ku mucho más tranquilo que la ciudad. Allí pasaron sus últimos días de felicidad y lo que parecía en un principio idílico se truncó cuando a los 4 de vida de Nekro, su padre murió y abandono este mundo para siempre. La tristeza que recorría el cuerpo de Nekro era indescriptible, ni siquiera la noticia de que iba a tener un hermanito logro distraerle de saber que una parte de él había sido arrancada antes de tiempo. En esta línea de funestos acontecimientos y sumido todavía en un infinito sufrimiento, Nekro vio como la vida le daba otra vuelta de hoja a su sino. Su madre debido al tremendo shock de la muerte de su esposo entro en peligro de perder al bebe que tenía en sus entrañas, rápidamente fue trasladada inconsciente al hospital más cercano para ser atendida. Nekro se había quedado hundido al ver cómo le arrancaban la piel a trizas, primero con la muerte de su padre y luego con el traslado a vida o muerte de su madre. Solo y sin saber qué hacer, Nekro salió a la calle para ver si podía dar con la dirección del hospital e ir a ver a su madre y a su futuro hermano. Sin saber muy bien por donde caminaba, ya que con cuatro años y uno solo por ese pueblo, había sitios que no conocía todavía, Nekro se adentró por una zona que no tenía que haber entrado jamás. No era otro lugar que el callejón de los gladiadores, nombre que le daban a ese sitio porque en esas calles se creaban infinidad de combates a muerte entre luchadores y asesinos de todos los rincones del planeta. Las apuestas eran una manera de vida poco honrada y de gente rastrera, pero en ese lugar estaban a la orden del día y cada noche el callejón, los montones de dinero corrían de unas manos a otras mientras los cuerpos de los perdedores eran almacenados en como escoria en pilas que servían de alimentos a perros y bestias de la zona.
Rápidamente Nekro se convirtió en un blanco perfecto para aquellos indeseables, un diamante en bruto al que podían explotar y eso fue lo que hizo el despreciable de Cirak. Nada más andar unos pasos por ese oscuro callejón Cirak salió al paso de Nekro y dándole una soberana paliza los rapto y lo metió en su enorme furgoneta. Con los ojos tapados y maniatado de pies y manos estuvieron viajando durante horas hasta llegar a un escondrijo donde esta sucia rata parecía entrenar a sus futuros luchadores. Entre lamentos y sollozos Nekro paso la noche tirado en un sucio y frio suelo de ese lugar.
A la mañana siguiente los gritos de aquel energúmeno de Cirak importunaron en el silencio que Nekro había conseguido mediante la meditación que su padre le había enseñado. Una y otra vez pensaba en él, en su madre y en su hermano al que no conocía. Repasaba meticulosamente las palabras que su padre le había dicho aquel día y sentía que parte de él le protegía sintiendo un calor intenso en su interior que emanaba de su especial colgante. A base de golpes e insultos, Cirak trataba de que Nekro se hiciera fuerte física y mentalmente para poder meterlo en la arena de combate cuanto antes y así poder hacerse rico a su costa. Nekro vivió esta pesadilla durante varios años y así su se fue forjando su personalidad de hierro. Los golpes que sufría durante todo el tiempo por todas partes, que en un principio le dolían como cuchillos atravesándole el corazón, ya no los sentía. Las torturas psíquicas y físicas a las que sometía Cirak a su víctima, habían pasado a un escalón inferior y ya no eran tan dañinas como al principio. El sentimiento de dolor y pena que Nekro llevaba al entrar en este infierno, fue dando paso a un sentimiento de rabia y venganza que obnubiló todo y cuanto Nekro podía pensar. No tenía otra cosa en mente que acabar con su secuestrador y verdugo en cuanto pudiera, pero su fuerza no era solamente física ya que a lo largo de los años había ido cultivando su mente y eso le había hecho más fuerte todavía. Nekro sabía que su momento llegaría algún día y ese día terminaría llegando pronto.
Ya con quince años en su cuerpo y habiendo pasado por el mayor infierno que nadie podía haber pasado en su vida ni en su muerte, Nekro se había convertido en un joven con una voluntad de acero y una madurez extremadamente forzada. Sus recuerdos estaban intactos desde el primer día que entro, pero el eterno calvario por el que había pasado habían creado otros más sanguinarios y viscerales que eclipsaban a los originales en su totalidad. La mañana fue dándole entrada a la tarde y la tarde a la noche sucesivamente como todos los días en ese secreto lugar, Nekro no había salido nunca de esas vallas y no sabía en ningún el tiempo exacto que había pasado en ese averno. Cuando la noche cayo, llego el momento que tanto había esperado tanto Nekro como Cirak, una lucha sin cuartel estaba convocada para unos minutos y todo estaba ya preparado para el debut de Nekro en este sucio mundo. Mundo que el odiaba completamente, pero sabía que era su única opción de escapar de allí y recuperar su vida junto a los suyos.
Nekro se preparaba mentalmente para el combate mientras se liaba unas vendas fuertemente sobre sus maltrechos y destrozados puños. Su atlético cuerpo estaba cubierto por cientos de cicatrices que su “entrenador” le había hecho en su duro adiestramiento, las heridas se solapaban unas encima de otras y la sangre que salía de ellas se mezclaba con la que ya estaba seca de la anteriores, esto hacia que el cuerpo de Nekro fuera un auténtico mapa. El exaltado publico rugía desde sus sitios y estos se podían oír desde la sala donde los dos luchadores se preparaban. Nekro oía como en la habitación de al lado un enorme ser golpeaba la pared haciéndole unas pronunciadas grietas que recorrían la pared contigua de arriba abajo. Esto no asusto a Nekro pero sí hizo que el joven debutante se pensara muy bien de donde realmente se iba a meter, esto no era un juego y su vida corría peligro, pero ya había pasado una verdadero infierno por lo que su muerte no sería otra cosa más que un deseada liberación de su alma, así que se levantó de su asiento para salir cuanto antes a la arena de combate. Cirak bajo a ver que les quedaba para salir y fue entonces cuando Nekro cambió el gesto de su cara. Por fin y después de once años le veía la cara a su verdugo. Esa imagen se le quedó grabada para siempre a fuego en el interior de Nekro, once años sufriendo un infierno de la mano de un ser que era tan cobarde que no mostro su rostro en ningún momento bajo esa horrible mascara. Por fin su venganza cobraba la fuerza que necesitaba para llevarla a cabo, una vez conocida la identidad de esa escoria, su vida había comenzado su cuenta atrás.
Minutos después de esto, ambos luchadores salieron a la arena de combate. Nekro salía sin camiseta, mostrando sus músculos y sus incontables cicatrices que hacían que el público lo mirara con desprecio y asco mientras que aplaudían y alentaban al otro luchador que subía por el otro lado. Nada más y nada menos que Golliat, un ser de 2’40 cms de altura y 200 kilos de puro musculo nórdico. Con el cuerpo recubierto de pelos parecía que Nekro iba a luchar con un oso, pero esto era aún peor, ya que este individuo pensaba, poco pero más que un oso seguro. El combate era exageradamente desigual, como un niño de 15 años podría vencer a un hombre de esa increíble masa??? Se preguntaban en el público mientras hacían las apuestas pertinentes en contra de Nekro. Nadie aposto por él, estaba claro que su primero y ultimo combate se iba a dar en esa arena, parecía que Cirak no confiaba mucho en él y desistiendo en su adiestramiento decidió acabar con la vida de ese joven y ganar algo de dinero con su muerte. Nadie sabía hasta entonces que el final de esto iba a ser radicalmente a la inversa…
… un disparo al aire dio comienzo a la contienda y rápidamente aquella bestia se abalanzo a aplastar al insignificante insecto que tenía delante. Nekro por otro lado intentaba esquivar sus puños como podía para no ser un pelele entre sus brazos. Todo se mantenía igual durante el comienzo del combate, Nekro se defendía moviéndose rápidamente por el escenario y Golliat dando puñetazos y patadas al aire sin lograr impactar ni una sola en su objetivo. Todo parecía muy aburrido para el público que había pagado su entrada por verlos matarse allí mismo pero Nekro no estaba dispuesto a sucumbir ante esos potentísimos puños. Cirak tampoco estaba dispuesto a tirar por tierra el evento, por lo que aprovechando el descuido de Nekro le disparo con su arma hiriéndole en el brazo y desequilibrándolo, momento que aprovecho Golliat para tumbarlo con un tremendo puñetazo que lo destrozo. No contento con eso y ya en el suelo, Golliat propino varias patadas que matarían a cualquier humano en el ya de por si herido cuerpo de Nekro, mientras que la muchedumbre se volvía loca mirando la paliza que se estaba llevando. La sangre de Nekro llenaba por igual el suelo de la arena de combate, como los puños de Golliat, este tomándose un pequeño descanso para acabar con Nekro en su siguiente ataque levanto los brazos para pedir el veredicto del público que veía el desigual combate como un auténtico espectáculo. Nekro se debatía entre la vida y la muerte cuando el colgante que llevaba desde que su padre se lo había dado, comenzó a brillar de una manera rara infundiéndole una extraña energía que recorría sus venas y todo su cuerpo, otorgándole una fuerza descomunal que pronto descubriría. En la mente de Nekro se podía percibir un sentimiento de desolación y de desesperación muy desalentadora, su vida se estaba apagando como la débil luz de una vela y cualquier persona normal hubiera parado de luchar, pero recordado las palabras que su padre le dijo y que tenía grabadas a fuego, no le permitieron rendirse. Como aquel pájaro legendario Nekro resurgió de sus cenizas y se levantó ante la mirada de sorpresa de todo el mundo allí presente. Su mirada era diferente, quizás era la mirada de fiero guerrero de los que se ganaban la fama machando a sus rivales como Golliat en este tipo de juegos pero no, no era la misma, esta infundía muchísimo más terror, como si un demonio hubiera poseído el cuerpo del joven. Unas extrañas llamas recorrían su cuerpo e iluminaban macabramente el rostro desencajado de Nekro. Golliat al ver esto pensó que sería un truco y decidió acabar con el joven de un plumazo. Ambos luchadores se fundieron en una explosión cuya onda expansiva destrozo las gradas donde el público se amontonaba saltando y gritando a cada golpe. Todo quedo desolado y los dos guerreros permanecieron, espalda contra espalda, a varios metros el uno del otro. Nekro sangraba abundantemente por la boca y por todo el cuerpo pero seguía de pie mirando el charco de sangre que estaba formándose bajo el mismo. Golliat por el otro lado cayó desplomado y con un agujero del tamaño de un puño que lo atravesaba de lado a lado a la altura del corazón, corazón que había desaparecido en la enorme explosión. Nekro se podía sentir alegre de haber ganado a esa bestia, pero no fue así, al contrario de eso no sintió nada, sus sentimientos eran muy raros. Todo había terminado, Nekro había ganado el combate por el que nadie aposto, esto hizo que el público se volviera loco al ver que había perdido el dinero que había apostado y mientras se levantaban como podían del suelo, se arremolinaban e iban en busca de Cirak para darle la paliza de su vida por timarlos con este combate…
…Nekro pudo ser el primero en llegar a él para arrancarle la cabeza de cuajo, que era lo que había tenido en mente durante su estancia en ese infierno, pero en cambio esas llamas habían convertido de raíz la personalidad de Nekro y agachando la cabeza dejo que este se pudriera allí a su suerte mientras que él escapaba de esa barbarie por un acantilado adyacente al recinto de combate.
Nekro pasó sus dos siguientes años vagando por el mundo. Gracias al monstruoso adestramiento que paso en su infancia y al enorme enriquecimiento interior que ganaba a cada minuto que pasaba desde que era un bebe, Nekro se ganaba la vida luchando por pueblos y ciudades, ya que era lo único que había conocido desde que fue secuestrado por Cirak. Su tremenda preparación, mezclada con un poder extraño que surgía cuando las cosas se le ponían muy cuesta arriba, Nekro ganaba todas las peleas en las que participaba. Toda clase de torneos se armaban en torno a su figura y los más extraños combates se daban cita en muchos lugares diferentes. Piscinas abandonadas, callejones oscuros, escarpados acantilados e incluso alguna arena de combate de algún circo romano eran los escenarios en los que Nekro destrozaba a sus rivales sin compasión.
Esta clase de luchas le daba suficiente dinero para vivir bastante bien, de eso no se podía quejar, pero su mente no estaba limpia de culpa. Nekro sentía una fuerza interior que le empujaba inconscientemente a luchar, pero el sentía que ese no era su destino. No quería acabar sus días tirado en algún callejón de cualquier lugar sin saber que era lo que había pasado con su hermano y con su madre, desaparecidos por culpa del secuestro que sufrió de niño. El dinero que estaba acumulando para buscarlos dio sus frutos cuando en una taberna de Grecia oyó una noticia que invito a soñar de nuevo con el rencuentro que infinitas veces había recreado en su mente.
Un extraño vagabundo que se encontraba en la entrada de la taberna pidiendo limosna, lo agarro de la pierna al ver como brillaba el colgante de su cuello, una sensación rarísima recorrió su cuerpo y Nekro escucho las palabras que le dirigió. “Cuando las cosas se pongan duras, no te rindas, renace de tus cenizas como el Ave Fénix” decía mientras se iba riéndose a carcajadas. Nekro se quedó perplejo de lo que decía el anciano que parecía demacrado en el suelo, pero que se fue de allí con unos movimientos muy rápidos y sorprendentes. Nekro salió detrás suya y pudo alcanzarlo unos metros más arriba. El viejo le señalaba un punto en lo alto de una montaña de allí y le repetía una y otra vez, “En el Santuario están tus respuestas, jajaja otro igual que tu mora en su interior, solo tienes que encontrarlo, jajaja el Fénix ha vuelto. Eres igual que tu padre…” dicho esto en un abrir y cerrar de ojos de Nekro el anciano desapareció. Nekro se quedó atónito ante lo que ese hombre le había contado, quizás alguien allí sabía algo del paradero de su familia. Debía ir al Santuario cuanto antes y eso fue lo que hizo.
Subiendo por la escarpada montaña, notaba como el medallón que portaba desde niño ardía por dentro y le empujaba ciegamente a subir sin demora. Ese legendario pájaro estaba tirando de su cuerpo hasta que se paró ante un enrome pórtico en el que se podían leer las letras grabadas en la piedra que decía “SANTUARIO”. Rápidamente el extraño anciano lo recibió con una extraña toga que cubría lo que podía ser una armadura como la de un caballero. Todo era muy extraño para Nekro, antes de que pudiera articular palabra el anciano le dijo algo sobre una armadura de bronce con la forma del Ave Fénix que ardía de la misma manera que lo hacia el colgante, al parecer esta armadura se había fijado en Nekro para ser su posible portador, sin duda antes vestida por su padre y desvelando así su secreto más preciado. Nekro sin dudarlo acepto formar parte de esta orden de caballeros que luchaban por la justicia y la paz de la mano de su Diosa Athena. Ese era el destino que estaba esperando desde que con cuatro años fue arrancado de su familia y mandado a un suplicio infernal. Su existencia cobraba forma al conocer esta posibilidad y postrándose ante este anciano espero a recibir las órdenes adecuadas para formarse como un guerrero de bien. Quizás allí encontraría lo que la vida le quito estrepitosamente, una sensación muy familiar recorría su cuerpo estando en este lugar y quizás allí todo sería más fácil. Su opción estaba clara, no cabía otra que esperar a ver lo que sucedía, no tenía ni idea del mundo que le esperaba, ni el duro camino que iba a afrontar, pero era su única vía de escape y a ciegas …
Edad: 17 años
Sexo: Masculino
Signo zodiacal: Libra
Nacionalidad: Japonesa
Familia: Padre (muerto), Madre (desaparecida), Hermano (desconocido)
Aspecto físico: Nekro es un joven apuesto, de piel morena y 1’85 cms de estatura, 80 kilos de puro musculo y pelo de color azul al igual que los ojos. Su cuerpo está cubierto por cientos de cicatrices que marcan su dura vida y su rostro refleja una extrema seriedad.
Perfil psicológico: La personalidad que refleja Nekro es un poco bipolar, por una parte es sereno, paciente y muy observador. De carácter tranquilo y algo pasota, lobo solitario y frio con los extraños, por otro lado y en circunstancias de extremo peligro, es ardiente, fácilmente irritable y algo visceral. Falto del cariño de una familia que se truncó de pequeño es muy receloso y no se fía de nada ni nadie. Le cuesta coger confianza y solo por el camino del respecto se puede entablar una relación con este hombre. En su corazón también una disputa mantiene a Nekro en una continua contraposición, bondad y venganza se entremezclan continuamente y formar esta complejísima personalidad que Nekro refleja a los que le rodean.
HISTORIA;
En el salón principal de una casa japonesa como otra cualquiera, en el casco antiguo de la ciudad de Fukuoka y alejados del hospital construido en el centro, tenía lugar un precioso acontecimiento que alegraría las vidas de una humilde familia tradicional. La venida del mas que deseado primogénito, llenaba los corazones de alegría y prosperidad a esta querida pareja que se ganaba la vida trabajando en una tienda de comestibles en el mercado de la zona.
Todo trascurría en la noche de luna llena de aquel mes de septiembre, la luz que entraba por las ventanas de la habitación junto con el resplandor de las velas iluminaban la escena dotándola de una atmosfera muy especial. El embarazo había sido un camino de rosas para la madre de la criatura, hasta los últimos días había seguido trabajando en la tienda, pues tenía que sacar como buenamente podía el jornal para subsistir. No era mucho, pero si era suficiente para obtener algún beneficio económico que les permitía vivir sin pasar penurias como la mayoría en el barrio. El padre por otra parte, recorría a pie todas las calles y callejones de la zona repartiendo fruta y verduras a domicilio o por encargo. Era una tarea muy agotadora, pero la idea de ser un padre ejemplar para ese bebe, hacía que el cansancio fuera un efímero contratiempo. En su plano más íntimo, un secreto recorría sus pensamientos a medida que los días pasaban y solo la idea de concebir un heredero soliviantaba el dolor que sentía por dentro al ver que una extraña enfermedad lo consumía lentamente y que su vida se iba por momentos.
Sobre las 12 de la media noche, los gritos y jadeos rompieron en el silencio que solía haber en esa vivienda, algunas vecinas más experimentadas, ayudaban a que aquel bebe saliera en condiciones normales y sin complicaciones, la cara de esas ancianas era de felicidad absoluta, todo marchaba según lo previsto, esto lo habían hecho miles de veces y no había ningún error en su forma de proceder. El padre de la criatura estaba dando vueltas de un lado para otro con un nerviosismo que nunca había sentido y sin poder mirar fijamente la escena salió al patio para mirar las estrellas del cielo. Pensando en cómo podía ser su cara, si saldría físicamente perfecto, sin ninguna tara, sin ninguna enfermedad congénita y lo que era sin duda más importante si salía con vida pasaron dos horas de incertidumbre. En el cielo una constelación se iluminaba más que las demás dando signos de que algo importante para el destino del mundo estaba dando lugar. El padre, cuyo pasado era más que un misterio, observo la constelación sonriendo y preguntándose para él mismo si los dioses ya habían elegido al nuevo portador y era su momento de pasar el testigo. La agrupación de estrellas de esa constelación resplandeció de manera inusual en el cielo y luego en pocos segundos desapareció en el oscuro e infinito universo. No era otra que la constelación del ... El sonido fuerte de los llantos de un bebe hizo que aquel hombre saltara de los escalones y fuera rápidamente a la sala donde el milagro de la vida había dado otro precioso fruto para este mundo.
Con lágrimas en los ojos y sin poder articular palabra alguna, el matrimonio se juntó en el lecho junto a su hijo y dándole gracias a Dios por este acontecimiento, pasaron el resto de la noche como si fueran uno solo.
Así nació Nekro, un varón precioso de muy buena talla y peso normal. Su tez era morena, como su padre, y su llanto era muy fuerte. Juguetón, curioso y risueño pasaba los días en aquel hogar, descubriendo los infinitos placeres de la vida y disfrutando cada primer momento como hacen todos los bebes al nacer. Así pasaron sus primeros años, tres para ser más concretos, hasta que el pequeño Nekro se perfilaba ya como un chico especial. Su padre el cual estaba llegando a sus últimos días, mantenía dos secretos en la familia por el bienestar común. Nekro pronto los conocería de una manera singular y marcaria su destino para siempre.
Mientras la madre de Nekro regentaba el negocio de los comestibles como todos los días, su padre había decidido llevárselo con él a hacer los repartos y así pasar el poco tiempo que le quedaba disfrutando de lo que más quería en el mundo. Nekro que era un chiquitín muy inteligente ayudaba como podía a llevar las pesadas bolsas y coger las monedas que los vecinos de la zona le daban por sus servicios. En uno de esos descansos que tenían entre reparto y reparto el padre de Nekro cayó al suelo desmayado, echaba sangre por la boca y no respiraba, Nekro que vio como caía fulminado, grito para pedir ayuda pero nadie le escucho. Aquellos callejones estaban semi-abandonados y a veces no pasaba nadie por ellos en varios días. Nekro sin saber qué hacer y llorando como puede llorar un niño de su edad, hizo un esfuerzo sobrehumano y volteo a su padre para que no se tragara la lengua, tomo carrerilla y dándole una brutal patada logro darle por la espalda en el centro del corazón, tal había sido la patada que le lanzo que salió despedido por delante suya y dando un par de volteretas por el suelo cayo dolorido contra una roca golpeándose ambas rodillas. Sus lágrimas nublaban su vista y no podía ver con claridad que había pasado, el dolor que sentía era mínimo al ver como su padre permanecía inerte en el suelo y él no había podido hacer nada, pero pronto ese sentimiento se disipo cuando vio como su padre volvía a respirar y se incorporaba preocupado por ver a su hijo sangrando.
Pasados unos minutos de incertidumbre total, padre e hijo se sentaron a hablar sobre algunas cosas que habían sucedido y las que iban a suceder. Su padre le conto una historia de su pasado en la que le revelo que él había sido un guerrero que lucho en Grecia durante muchos años, un extraño poder marco su vida para siempre y es por ello que esa enfermedad lo estaba consumiendo. Le dijo que le hiciera el favor de no contar nada a su madre para no preocuparla y que pasara lo que pasara nunca se rindiera, porque si podía resurgir de cada adversidad o cada error que cometiera en la vida, se haría más fuerte. Estas palabras podían haber entrado por un oído y salido por el otro en un niño de tres años, pero en el caso de Nekro no fue así, las palabras de su padre se le clavaron a fuego en la mente. Su padre saco de su bolsillo una cadena con una pequeña medalla en la que un extraño pájaro en llamas desplegaba sus alas y se las puso a Nekro para que lo conservara en todo momento, le conto una historia muy bonita sobre este legendaria ave y su infinito poder cada vez que este moría y resurgía de sus propias cenizas. La historia fascino al niño y con un conmovedor abrazo, sellaron el secreto para siempre. Ella te ha elegido le decía su padre, cuando llegue el momento lo sabrás… Nekro recordaba esas palabras mientras volvían del accidentado recado al puesto donde su madre los esperaba.
La vida de Nekro tomo otro derrotero y el vínculo entre padre e hijo se hizo inquebrantable, los meses fueron pasando y el pequeño Nekro seguía adquiriendo conocimientos, cada vez más complejos, de manera rapidísima. Parecía que las enseñanzas de su padre iban un paso más de las que podía dar un padre cualquiera a su hijo. Su preparación era especial y debía desde bien pequeño entender el camino que tenía que superar en un futuro.
Todo iba viento en popa, pero la grave enfermedad de su padre, ya no era un secreto en la familia y esto hizo que se trasladaran a un pueblecito llamado Jonan-ku mucho más tranquilo que la ciudad. Allí pasaron sus últimos días de felicidad y lo que parecía en un principio idílico se truncó cuando a los 4 de vida de Nekro, su padre murió y abandono este mundo para siempre. La tristeza que recorría el cuerpo de Nekro era indescriptible, ni siquiera la noticia de que iba a tener un hermanito logro distraerle de saber que una parte de él había sido arrancada antes de tiempo. En esta línea de funestos acontecimientos y sumido todavía en un infinito sufrimiento, Nekro vio como la vida le daba otra vuelta de hoja a su sino. Su madre debido al tremendo shock de la muerte de su esposo entro en peligro de perder al bebe que tenía en sus entrañas, rápidamente fue trasladada inconsciente al hospital más cercano para ser atendida. Nekro se había quedado hundido al ver cómo le arrancaban la piel a trizas, primero con la muerte de su padre y luego con el traslado a vida o muerte de su madre. Solo y sin saber qué hacer, Nekro salió a la calle para ver si podía dar con la dirección del hospital e ir a ver a su madre y a su futuro hermano. Sin saber muy bien por donde caminaba, ya que con cuatro años y uno solo por ese pueblo, había sitios que no conocía todavía, Nekro se adentró por una zona que no tenía que haber entrado jamás. No era otro lugar que el callejón de los gladiadores, nombre que le daban a ese sitio porque en esas calles se creaban infinidad de combates a muerte entre luchadores y asesinos de todos los rincones del planeta. Las apuestas eran una manera de vida poco honrada y de gente rastrera, pero en ese lugar estaban a la orden del día y cada noche el callejón, los montones de dinero corrían de unas manos a otras mientras los cuerpos de los perdedores eran almacenados en como escoria en pilas que servían de alimentos a perros y bestias de la zona.
Rápidamente Nekro se convirtió en un blanco perfecto para aquellos indeseables, un diamante en bruto al que podían explotar y eso fue lo que hizo el despreciable de Cirak. Nada más andar unos pasos por ese oscuro callejón Cirak salió al paso de Nekro y dándole una soberana paliza los rapto y lo metió en su enorme furgoneta. Con los ojos tapados y maniatado de pies y manos estuvieron viajando durante horas hasta llegar a un escondrijo donde esta sucia rata parecía entrenar a sus futuros luchadores. Entre lamentos y sollozos Nekro paso la noche tirado en un sucio y frio suelo de ese lugar.
A la mañana siguiente los gritos de aquel energúmeno de Cirak importunaron en el silencio que Nekro había conseguido mediante la meditación que su padre le había enseñado. Una y otra vez pensaba en él, en su madre y en su hermano al que no conocía. Repasaba meticulosamente las palabras que su padre le había dicho aquel día y sentía que parte de él le protegía sintiendo un calor intenso en su interior que emanaba de su especial colgante. A base de golpes e insultos, Cirak trataba de que Nekro se hiciera fuerte física y mentalmente para poder meterlo en la arena de combate cuanto antes y así poder hacerse rico a su costa. Nekro vivió esta pesadilla durante varios años y así su se fue forjando su personalidad de hierro. Los golpes que sufría durante todo el tiempo por todas partes, que en un principio le dolían como cuchillos atravesándole el corazón, ya no los sentía. Las torturas psíquicas y físicas a las que sometía Cirak a su víctima, habían pasado a un escalón inferior y ya no eran tan dañinas como al principio. El sentimiento de dolor y pena que Nekro llevaba al entrar en este infierno, fue dando paso a un sentimiento de rabia y venganza que obnubiló todo y cuanto Nekro podía pensar. No tenía otra cosa en mente que acabar con su secuestrador y verdugo en cuanto pudiera, pero su fuerza no era solamente física ya que a lo largo de los años había ido cultivando su mente y eso le había hecho más fuerte todavía. Nekro sabía que su momento llegaría algún día y ese día terminaría llegando pronto.
Ya con quince años en su cuerpo y habiendo pasado por el mayor infierno que nadie podía haber pasado en su vida ni en su muerte, Nekro se había convertido en un joven con una voluntad de acero y una madurez extremadamente forzada. Sus recuerdos estaban intactos desde el primer día que entro, pero el eterno calvario por el que había pasado habían creado otros más sanguinarios y viscerales que eclipsaban a los originales en su totalidad. La mañana fue dándole entrada a la tarde y la tarde a la noche sucesivamente como todos los días en ese secreto lugar, Nekro no había salido nunca de esas vallas y no sabía en ningún el tiempo exacto que había pasado en ese averno. Cuando la noche cayo, llego el momento que tanto había esperado tanto Nekro como Cirak, una lucha sin cuartel estaba convocada para unos minutos y todo estaba ya preparado para el debut de Nekro en este sucio mundo. Mundo que el odiaba completamente, pero sabía que era su única opción de escapar de allí y recuperar su vida junto a los suyos.
Nekro se preparaba mentalmente para el combate mientras se liaba unas vendas fuertemente sobre sus maltrechos y destrozados puños. Su atlético cuerpo estaba cubierto por cientos de cicatrices que su “entrenador” le había hecho en su duro adiestramiento, las heridas se solapaban unas encima de otras y la sangre que salía de ellas se mezclaba con la que ya estaba seca de la anteriores, esto hacia que el cuerpo de Nekro fuera un auténtico mapa. El exaltado publico rugía desde sus sitios y estos se podían oír desde la sala donde los dos luchadores se preparaban. Nekro oía como en la habitación de al lado un enorme ser golpeaba la pared haciéndole unas pronunciadas grietas que recorrían la pared contigua de arriba abajo. Esto no asusto a Nekro pero sí hizo que el joven debutante se pensara muy bien de donde realmente se iba a meter, esto no era un juego y su vida corría peligro, pero ya había pasado una verdadero infierno por lo que su muerte no sería otra cosa más que un deseada liberación de su alma, así que se levantó de su asiento para salir cuanto antes a la arena de combate. Cirak bajo a ver que les quedaba para salir y fue entonces cuando Nekro cambió el gesto de su cara. Por fin y después de once años le veía la cara a su verdugo. Esa imagen se le quedó grabada para siempre a fuego en el interior de Nekro, once años sufriendo un infierno de la mano de un ser que era tan cobarde que no mostro su rostro en ningún momento bajo esa horrible mascara. Por fin su venganza cobraba la fuerza que necesitaba para llevarla a cabo, una vez conocida la identidad de esa escoria, su vida había comenzado su cuenta atrás.
Minutos después de esto, ambos luchadores salieron a la arena de combate. Nekro salía sin camiseta, mostrando sus músculos y sus incontables cicatrices que hacían que el público lo mirara con desprecio y asco mientras que aplaudían y alentaban al otro luchador que subía por el otro lado. Nada más y nada menos que Golliat, un ser de 2’40 cms de altura y 200 kilos de puro musculo nórdico. Con el cuerpo recubierto de pelos parecía que Nekro iba a luchar con un oso, pero esto era aún peor, ya que este individuo pensaba, poco pero más que un oso seguro. El combate era exageradamente desigual, como un niño de 15 años podría vencer a un hombre de esa increíble masa??? Se preguntaban en el público mientras hacían las apuestas pertinentes en contra de Nekro. Nadie aposto por él, estaba claro que su primero y ultimo combate se iba a dar en esa arena, parecía que Cirak no confiaba mucho en él y desistiendo en su adiestramiento decidió acabar con la vida de ese joven y ganar algo de dinero con su muerte. Nadie sabía hasta entonces que el final de esto iba a ser radicalmente a la inversa…
… un disparo al aire dio comienzo a la contienda y rápidamente aquella bestia se abalanzo a aplastar al insignificante insecto que tenía delante. Nekro por otro lado intentaba esquivar sus puños como podía para no ser un pelele entre sus brazos. Todo se mantenía igual durante el comienzo del combate, Nekro se defendía moviéndose rápidamente por el escenario y Golliat dando puñetazos y patadas al aire sin lograr impactar ni una sola en su objetivo. Todo parecía muy aburrido para el público que había pagado su entrada por verlos matarse allí mismo pero Nekro no estaba dispuesto a sucumbir ante esos potentísimos puños. Cirak tampoco estaba dispuesto a tirar por tierra el evento, por lo que aprovechando el descuido de Nekro le disparo con su arma hiriéndole en el brazo y desequilibrándolo, momento que aprovecho Golliat para tumbarlo con un tremendo puñetazo que lo destrozo. No contento con eso y ya en el suelo, Golliat propino varias patadas que matarían a cualquier humano en el ya de por si herido cuerpo de Nekro, mientras que la muchedumbre se volvía loca mirando la paliza que se estaba llevando. La sangre de Nekro llenaba por igual el suelo de la arena de combate, como los puños de Golliat, este tomándose un pequeño descanso para acabar con Nekro en su siguiente ataque levanto los brazos para pedir el veredicto del público que veía el desigual combate como un auténtico espectáculo. Nekro se debatía entre la vida y la muerte cuando el colgante que llevaba desde que su padre se lo había dado, comenzó a brillar de una manera rara infundiéndole una extraña energía que recorría sus venas y todo su cuerpo, otorgándole una fuerza descomunal que pronto descubriría. En la mente de Nekro se podía percibir un sentimiento de desolación y de desesperación muy desalentadora, su vida se estaba apagando como la débil luz de una vela y cualquier persona normal hubiera parado de luchar, pero recordado las palabras que su padre le dijo y que tenía grabadas a fuego, no le permitieron rendirse. Como aquel pájaro legendario Nekro resurgió de sus cenizas y se levantó ante la mirada de sorpresa de todo el mundo allí presente. Su mirada era diferente, quizás era la mirada de fiero guerrero de los que se ganaban la fama machando a sus rivales como Golliat en este tipo de juegos pero no, no era la misma, esta infundía muchísimo más terror, como si un demonio hubiera poseído el cuerpo del joven. Unas extrañas llamas recorrían su cuerpo e iluminaban macabramente el rostro desencajado de Nekro. Golliat al ver esto pensó que sería un truco y decidió acabar con el joven de un plumazo. Ambos luchadores se fundieron en una explosión cuya onda expansiva destrozo las gradas donde el público se amontonaba saltando y gritando a cada golpe. Todo quedo desolado y los dos guerreros permanecieron, espalda contra espalda, a varios metros el uno del otro. Nekro sangraba abundantemente por la boca y por todo el cuerpo pero seguía de pie mirando el charco de sangre que estaba formándose bajo el mismo. Golliat por el otro lado cayó desplomado y con un agujero del tamaño de un puño que lo atravesaba de lado a lado a la altura del corazón, corazón que había desaparecido en la enorme explosión. Nekro se podía sentir alegre de haber ganado a esa bestia, pero no fue así, al contrario de eso no sintió nada, sus sentimientos eran muy raros. Todo había terminado, Nekro había ganado el combate por el que nadie aposto, esto hizo que el público se volviera loco al ver que había perdido el dinero que había apostado y mientras se levantaban como podían del suelo, se arremolinaban e iban en busca de Cirak para darle la paliza de su vida por timarlos con este combate…
…Nekro pudo ser el primero en llegar a él para arrancarle la cabeza de cuajo, que era lo que había tenido en mente durante su estancia en ese infierno, pero en cambio esas llamas habían convertido de raíz la personalidad de Nekro y agachando la cabeza dejo que este se pudriera allí a su suerte mientras que él escapaba de esa barbarie por un acantilado adyacente al recinto de combate.
Nekro pasó sus dos siguientes años vagando por el mundo. Gracias al monstruoso adestramiento que paso en su infancia y al enorme enriquecimiento interior que ganaba a cada minuto que pasaba desde que era un bebe, Nekro se ganaba la vida luchando por pueblos y ciudades, ya que era lo único que había conocido desde que fue secuestrado por Cirak. Su tremenda preparación, mezclada con un poder extraño que surgía cuando las cosas se le ponían muy cuesta arriba, Nekro ganaba todas las peleas en las que participaba. Toda clase de torneos se armaban en torno a su figura y los más extraños combates se daban cita en muchos lugares diferentes. Piscinas abandonadas, callejones oscuros, escarpados acantilados e incluso alguna arena de combate de algún circo romano eran los escenarios en los que Nekro destrozaba a sus rivales sin compasión.
Esta clase de luchas le daba suficiente dinero para vivir bastante bien, de eso no se podía quejar, pero su mente no estaba limpia de culpa. Nekro sentía una fuerza interior que le empujaba inconscientemente a luchar, pero el sentía que ese no era su destino. No quería acabar sus días tirado en algún callejón de cualquier lugar sin saber que era lo que había pasado con su hermano y con su madre, desaparecidos por culpa del secuestro que sufrió de niño. El dinero que estaba acumulando para buscarlos dio sus frutos cuando en una taberna de Grecia oyó una noticia que invito a soñar de nuevo con el rencuentro que infinitas veces había recreado en su mente.
Un extraño vagabundo que se encontraba en la entrada de la taberna pidiendo limosna, lo agarro de la pierna al ver como brillaba el colgante de su cuello, una sensación rarísima recorrió su cuerpo y Nekro escucho las palabras que le dirigió. “Cuando las cosas se pongan duras, no te rindas, renace de tus cenizas como el Ave Fénix” decía mientras se iba riéndose a carcajadas. Nekro se quedó perplejo de lo que decía el anciano que parecía demacrado en el suelo, pero que se fue de allí con unos movimientos muy rápidos y sorprendentes. Nekro salió detrás suya y pudo alcanzarlo unos metros más arriba. El viejo le señalaba un punto en lo alto de una montaña de allí y le repetía una y otra vez, “En el Santuario están tus respuestas, jajaja otro igual que tu mora en su interior, solo tienes que encontrarlo, jajaja el Fénix ha vuelto. Eres igual que tu padre…” dicho esto en un abrir y cerrar de ojos de Nekro el anciano desapareció. Nekro se quedó atónito ante lo que ese hombre le había contado, quizás alguien allí sabía algo del paradero de su familia. Debía ir al Santuario cuanto antes y eso fue lo que hizo.
Subiendo por la escarpada montaña, notaba como el medallón que portaba desde niño ardía por dentro y le empujaba ciegamente a subir sin demora. Ese legendario pájaro estaba tirando de su cuerpo hasta que se paró ante un enrome pórtico en el que se podían leer las letras grabadas en la piedra que decía “SANTUARIO”. Rápidamente el extraño anciano lo recibió con una extraña toga que cubría lo que podía ser una armadura como la de un caballero. Todo era muy extraño para Nekro, antes de que pudiera articular palabra el anciano le dijo algo sobre una armadura de bronce con la forma del Ave Fénix que ardía de la misma manera que lo hacia el colgante, al parecer esta armadura se había fijado en Nekro para ser su posible portador, sin duda antes vestida por su padre y desvelando así su secreto más preciado. Nekro sin dudarlo acepto formar parte de esta orden de caballeros que luchaban por la justicia y la paz de la mano de su Diosa Athena. Ese era el destino que estaba esperando desde que con cuatro años fue arrancado de su familia y mandado a un suplicio infernal. Su existencia cobraba forma al conocer esta posibilidad y postrándose ante este anciano espero a recibir las órdenes adecuadas para formarse como un guerrero de bien. Quizás allí encontraría lo que la vida le quito estrepitosamente, una sensación muy familiar recorría su cuerpo estando en este lugar y quizás allí todo sería más fácil. Su opción estaba clara, no cabía otra que esperar a ver lo que sucedía, no tenía ni idea del mundo que le esperaba, ni el duro camino que iba a afrontar, pero era su única vía de escape y a ciegas …
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Re: Ficha del caballero del fénix
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