Solicito entrenamiento básico para la armadura del Lagarto

"... Después del silencio, una gran fuerza dentro de mi comenzó a latir desmesuradamente y aquella armadura comenzó a brillar como si la luz el Sol estuviera en su interior. Esos acontecimientos que allí se produjeron, me dieron a entender que mi respuesta había sido la correcta y que por fin estaba en perfecta sintonía con aquella fuerza que aquel hombre me había mostrado. "Cosmos...cosmos...Esa es la clave... si, ese es el poder absoluto..." pensaba mientras ese hombre me indicaba con su mano derecha una nueva ubicación dentro del Santuario.
Sabia que mi largo camino hasta aquí, no era mas que solo el comienzo de una larga preparación, a nivel físico y espiritual, que sacaría de mi toda esa fuerza ilimitada de la que me hablaba. Sabia que este entrenamiento seria la única manera de poder llegar a mi objetivo.
Sin mas demora y ya con mi nuevo atuendo, partí hacia esa colina. Ascendí durante varias horas por sinuosos caminos y escale varias paredes escarpadas que harían a cualquiera pensárselo dos veces antes de seguir avanzando. Varios cadáveres de algunos caballeros yacían devorados por los buitres y aves rapaces de la zona. Estos mismos pájaros del infierno, eran mis únicos testigos, que esperaban ansiosos a que cometiera ese fallo para poder abalanzarse contra mi y arrancarme las entrañas entre esas rocas.
El Sol manejaba a esas horas, temperaturas infernales, típicas de aquellos gigantes volcanes que en mi completo viaje pude visitar en persona y de los cuales, en alguna ocasión, tuve que escapar como alma que lleva el Diablo, ya que el interior de la Tierra a veces escupía grandes masas de lava que arrasaban pueblos y aldeas en las que yo me encontraba compilando sabiduría u fuerza.
Aun así, no tuve muchas complicaciones a la hora de alcanzar la cima y llegar a ese inmenso templo. Era mucho la fuerza interior que tiraba de mi la que me hizo internarme sin mas dilación entre aquellos pilares.
Ya en el interior del mismo, accedí a un enorme patio que parecía una especie de arena donde imagine que realizaban fieros combates, ya que mezclada con la arena del suelo se encontraban varias manchas de sangre y algún jirón de ropa que hubiera sido arrancado en el transcurso de estos.
En un instante se presento una figura de un hombre que se planto delante de mi, posicionándose en el centro del patio.
Me arrodille ante esa imponente figura. Inspire una bocanada de aire, que a pesar de el olor a sangre que allí se encontraba, me recorrió los pulmones como una brisa de aire virgen e inmaculado y le dije firmemente:
"Se presenta el aspirante a caballero, Fringe..."
"Estoy ansioso por recibir sus ordenes cuanto antes. Estoy preparado para recibir cualquier castigo y afrontar todos los retos que este entrenamiento me ponga, por muy duros que sean, aunque me lleve la vida en ello."
"Necesito explotar el Cosmos de mi interior, llegar a ser digno caballero de la armadura del Lagarto y luchar por la Justicia que tanto me inculcaron mis padres y maestros." pensé.
Después espere, clavando mi mirada en ese rostro, a que aquella figuran aceptara o no, instruirme en el combate, como nadie había podido hacerlo hasta hoy..."