Ficha de Marte, Dios de la Guerra

por **Presley** Miér Sep 16 2015, 23:20

Nombre: Friedrich Reinhold

Edad: 27 años (Recipiente) indefinida (Divinidad)

Sexo: Puede ser cualquiera, no es necesario que, por ejemplo, el portador de la Armadura de Pegaso sea hombre.

Nacionalidad: Stuttgart

Signo: Escorpio

Aspecto: Es un hombre de cabello de mediano largo, azulado/morado y algo alborotado, de ojos verdes y de piel blanca. Es un hombre joven, de mediana estatura (1.75), piernas alargadas y hombros anchos, pero proporcionado a su estatura.

Perfil sicológico: En el pasado fue una persona amable y gentil. Posee un ánimo tranquilo y pensante. No es un individuo malvado, pues pretende limpiar el mundo de la maldad reinante y crear un mundo de paz, donde no exista la violencia, el sufrimiento y demás, un verdadero paraíso para las personas. Pero para mantener ese mundo, es necesario crear un sistema jurídico fuerte y estable, al menos eso pensaba en el pasado (pensamiento en su época humana), para más tarde determinarse en sus pensamientos con que "el fuerte debe dominar al débil" (Pensamiento adquirido con el despertar divino). Según su perspectiva, la tierra ha llegado ya a su límite y por ello es necesario destruir todo lo creado por ser humano hasta la fecha, para crear desde las cenizas una nueva especie qu reine sobre la Tierra, que se asemeje en perfección con los Dioses.

Sería capaz de convertirse en un mártir con tal que la paz reinará eternamente. Es decir, si tuviera que sacrificarse por el futuro de su sueño lo haría con gusto.

Historia
Pasado

Friedrich es el hijo de Charles Reinhold, quién lo crío y educo hasta que tuvo la edad suficiente de valerse por sí mismo. Friedrich creció junto a su hermana adoptiva Nirvana, a quien respetaba y quería mucho.

Friedrich pasó la mayor parte de su niñez viajando con su padre por Europa y el norte de África, hasta que en algún punto sus padres se separaron, separándolo así de su querida hermana. Sin que el niño lo supiese, Marie, su madre, había abandonado a Charles por su alto compromiso con su vida profesional y cierto dejo de despreocupación hacia su familia. Esto era la razón de los innumerables viajes que realizaba junto a su padre, pues poco a poco iba inculcándole la misma vida.

Trece años después de la separación de sus padres, Friedrich se encontraba en un problema, que de no haber conocido a Víctor Van Drijken, uno de los abogados más prestigiosos en toda Alemania y Europa, pudo haber terminado en la cárcel por mucho tiempo Se le culpo injustamente de un homicidio, pues en el lugar de los hechos se habían encontrado rastros que indicaban que Friedrich estuvo en el lugar, pero gracias a que las pruebas conseguidas por su abogado eran contundentes para probar la inocencia del joven este salió airoso de la situación que lo acongojaba. Las habilidades mostradas por Van Drijken y su alto compromiso con el resultado y con la verdad motivaron a Friedrich a entrar a estudiar a la escuela de derecho de Núremberg, para poder hacer lo mismo que Víctor hacía, que era impartir justicia a través del ordenamiento legal.

Una vez que obtuvo el título de abogado, intento buscar a su ídolo en el mundo de las leyes, dando con él rápidamente. Le expreso que deseaba aprender de él, que lo tomará como alumno y le enseñara todo acerca del derecho y la justicia, a lo que el viejo Víctor acepto, no sin antes probar los conocimientos del joven egresado de la escuela de abogados. Al ver que en el joven existía un potencial oculto decidió no solo enseñarle, sino que también lo hizo socio de su oficina, para que comenzará a labrarse cierto nombre dentro del mundo de los tribunales de justicia alemanes. Víctor era de esos abogados que gustaba de tomar los casos que todo mundo intentaba rehuir, pues eran esos los que traían mayor satisfacción y ganancia con un buen resultado. También gustaba de aquellos casos en que todo aparentaba a un resultado probable, cuando su intuición decía otra cosa. Justamente, el caso de Friedrich fue uno de esos, en donde Víctor tuvo la corazonada de que él no era el culpable de lo que se le acusaba y por este motivo quiso ayudarlo, convirtiéndose así en su abogado defensor.

Fue así como a los dos años de que comenzó a trabajar con Víctor conoció a la que sería su mujer, la abogada Priscilla Van Helsinski. Iniciaron una relación profesional de primeras, pero al poco tiempo se dieron cuenta que su vida debía de ser compartida, por lo que decidieron contraer matrimonio poco después.

Juntos vivieron una vida tranquila, donde el respeto obtenido por sus grandes aciertos en las *Prostituta* legales que llegaron hasta sus manos iba en crecimiento. Se había logrado labrar una *Prostituta*ón envidiable con su 100% de casos ganados.

Como abogado su visión del mundo era que entre más abogados hicieran cumplir la ley como correspondía en los casos criminales, mejor sería la vida ciudadana de las personas corrientes, y menos invertiría el gobierno de turno en políticas anti delincuencia y anti terrorista. Por ello cada uno de los *Prostituta* que tuvieron que enfrentarlo en juicio terminaron cayendo a la cárcel por una cantidad de años ejemplar, gracias a sus dotes de buen estratega y buen orador.

Despertar Divino

El espíritu de Marte estaba encerrado en una vasija de oro, que solo un mortal común podría haber abierto. La vasija estaba en la casa donde Friedrich vivió en su juventud. Friedrich al ser un niño curioso intento abrir la vasija que sus padres le habían prohibido tocar, pues era un objeto de gran valor familiar y temían que el niño la rompiera, al menos eso era lo que aparentaban. En realidad, Charles Reinhold era el protector del espíritu de Marte, así como toda su familia desde tiempos ancestrales lo había sido también, para que cuando fuese el momento preciso tomase posesión del miembro más joven de los Reinhold para encubar su poder. Cuando Friedrich tenía 10 años dejo escapar el espíritu de Marte de su encierro, y al ser este el miembro más joven de los Reinhold paso a ser el recipiente de la divinidad.

El espíritu de Marte se posó sobre la cabeza del joven y preguntó quién le había sacado de su sueño, a lo que Friedrich contesto con su nombre. Molesto entonces el espectro de Marte dijo con voz de ultratumba que en 15 años más tomaría posesión de su recipiente y que hasta entonces descansaría para reunir su poder. El pequeño sintió miedo, pues era primera vez que veía lo que para él era un fantasma y que incluso había hablado con él. Sentía que algo le quería hacer daño, por lo que pasó mucho tiempo sin poder estar solo. El temor lo tuvo mucho tiempo con algo de paranoia, pero ya era hora de superarlo. Cuando finalmente pudo narrar lo sucedido a su padre, este solo pudo decirle que había apresurado las cosas. No pudo decir que el espíritu que allí se encontraba era del Dios de la Guerra, sino podría poner en peligro la vida de su propio hijo y con ello el despertar de la deidad en esta era, lo que por ningún motivo debía de suceder, pues por la sencilla razón de que Charles era el encargado de asegurar la reencarnación de Marte.

Tiempo después, cuando ya Friedrich había cumplido los 25 años, comenzó a experimentar ciertos cambios fisiológicos y cambios en sus habilidades y su fuerza. Era más ágil y fuerte que antes, pero pensó que sería normal, pues hacía mucho deporte después de su trabajo y antes de volver a casa con su querida esposa. También en su pecho sentía ciertas palpitaciones que no le presto mayor atención, pues pensó que debía de generarse por el sobre esfuerzo laboral y deportivo. Visito entonces al médico preocupado de los cambios que estaba experimentando, pero todo salió en orden, salvo que su fuerza era poco habitual en personas de su tamaño y con un nivel de ejercicio como el de Friedrich.

Un día Friedrich durante un paseo familiar, en donde su mujer muere por el ataque de un grupo fuertemente armado, mientras los amigos que los acompañaban arrancaban despavoridos a protegerse en algún lugar seguro. El objetivo era eliminar a Friedrich, pues los agresores habían sido enviados por uno de los líderes más influyentes dentro de la mafia mundial y que estaba siendo procesado en un juicio que estaba encargado al joven. Friedrich dolorido por la tragedia de perder a un ser amado y sumergido en un estado de ira profunda contra los responsables de los actos que le quitaron la vida a su amada comienza a buscar por todos los escondrijos a los criminales, y para ello tuvo que mover toda su influencia judicial y política que había amasado hasta entonces. Cuando finalmente pudo dar con el paradero de ellos se dirigió a su encuentro, para proceder a calmar este dolor que se hacía cada vez más intenso en su pecho. Solo la muerte de aquellos que estuvieron involucrados en la muerte de su mujer traería calma a su vida, pero ¿Sería eso así realmente? Aniquilo entonces con sus propias manos a todo aquél que se cruzó en su camino… Buscaba al verdadero responsable de todo esto que estaba sucediendo, Don Squillaci, líder mafioso Italiano y que se había radicado en Alemania para mover los hilos de imperio del hampa. Cuando finalmente llego hasta él, tras eliminar a sus hombres y dejar a su paso un río de sangre, la ira que tenía contenida no solo no se calmó, sino que exploto literalmente. Sus ojos desprendían un fuego intenso y furioso, mientras que sus manos estaban envueltas en una energía extraña para él. Todo su cuerpo comenzó a emitir un brillo rojizo, mientras se acercaba a su objetivo. Finalmente cuando por fin lo tuvo para darle el golpe final, solo tuvo que mover un dedo para arrancarle la cabeza de entre los hombros. Con asombro de lo que había logrado con tan poco esfuerzo comprendió que ya no era un hombre normal… Entonces recordó las palabras dichas por el espíritu hace 15 años atrás… “Tomaré posesión de mi recipiente en el plazo de 15 años, hasta entonces reuniré todo mi poder para renacer en esta era con la fuerza necesaria para tomar a este mundo y gobernarlo con brazo de hierro”. Los 15 años habían pasado y al parecer Friedrich era el recipiente de aquel espíritu.

La muerte de aquellos que le quitaron a la persona más importante en su vida solo había significado el comienzo de una nueva vida, el cambio rotundo en su personalidad, el cambio de perspectiva frente a la vida. Paso por delante de sus ojos entonces una visión, aquella que traería por fin un cambio profundo a las miserables vidas de la humanidad… La destrucción de todo lo que significaba el hombre, todos sus defectos humanos, todo ese odio que inunda las vidas mundanas de cada ser pensante sobre la tierra, para así poder proceder a crear un mundo utópico desde las bases que sean rescatables de la humanidad, pues en lo profundo Friedrich aún sentía que el ser humano tenía cualidades admirables y rescatables.

Tiempo después, con la muerte de su mujer, Friedrich encendió la mecha de la Ira, primera fuente de la Guerra, con lo que el espíritu de Marte que reposaba en su interior despertó, tomando así el cuerpo mortal del joven para reinar en el mundo.