Gabbana contra Falkon (On-rol)
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Gabbana contra Falkon (On-rol)
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Zaraki- Sexo :
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Re: Gabbana contra Falkon (On-rol)
**En las profundidades del archipiélago Ral se encuentra el Templo de la madre Naturaleza, unas antiguas ruinas que esconden en su interior un valioso artefacto, el "Prisma Verde", se cuenta que los indígenas que poblaron las islas en tiempo antiguos, eran capaces de comunicarse perfectamente con los animales. Mediante conjuros y hechizos lograron traspasar esos conocimientos a un cristal, y lo guardaron en una sala oculta en el templo. Ral no es un archipiélago poco conocido, es un enclave popular en el que los turistas suelen ir a visitar todo el paraje con naturalidad, el clima también hace que la gente se anime a visitarlo en cualquier época del año, pues sus temperaturas suelen ser agradables todo el tiempo. Era demasiado raro que con un entorno tan social, este cristal no hubiera sido descubierto, pero paradojas del destino, en ocasiones los humanos son tan ignorantes, que no son capaces de ver lo que tienen delante, sus sentidos están tan acomodados y atrofiados que hacen que sus comportamientos sean de lo más predecible posible**
**El Juez Falkon, en su ansia incontrolable de acumular el máximo de conocimiento posible, había buscado por el Inframundo resquicios de épocas pasadas, tenía la intención de conocer las historias antiguas para poder comprender muchas de las relaciones que se daban, pero que no comprendía. En sus visitas por las partes más antiguas del Meikai tuvo contacto con una criatura primigenia, una bestia que dormía en una cueva tranquilamente y que no mostraba signos de comunicación. Falkon pensó en el "Prisma verde" como solución al problema, igual si lograba hablar en su idioma podría sacarle todo aquello que buscaba. Una vez preparados y organizados todos sus asuntos se marchó al archipiélago Ral en busca del Templo del sol, para no llamar la atención no llevó su Kyoto, no pensaba que la necesitaría, y hecho mano de sus habilidades para modular su apariencia física y redujo el tamaño de su cabello para pasar de lo más desapercibido. No quería entrar en el templo arrasando todo, por lo que decidió hacerse pasar por un turista y apuntarse a uno de los tours que los nativos montan para ganar algo de dinero.**
[Bueno, creo que lo más inteligente ha sido la opción de camuflarse como turista. Gracias a mis habilidades he podido reducir mi cosmos al mínimo, y con mi capacidad para modular mi pelo a voluntad creo que no llamaré mucho la atención. En este grupo noto algo que no me gusta, pero no logro saber que es, bueno, me imagino que serán pequeños problemas de adaptación. Entraré en el templo tranquilo y en cuanto pueda, iré a investigar por mi cuenta, no creo que sea difícil acceder a la sala donde está el prisma. Luego de ello me marcharé de Ral como si nunca hubiera venido.]
**El Juez Falkon tenia muy bien calculado todas las partes de su plan para hacerse con la reliquia, dado el entorno amigable y poco peligroso sería pan comido para un espectro de su talla.**
Zaraki- Sexo :
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Re: Gabbana contra Falkon (On-rol)
**En el santuario, el cual tenía un clima bastante insoportable, era muy hablado por estos días un archipiélago llamado Ral, que al parecer tenía una piedra mística y maravillosa, que tenía la capacidad de permitir que el que lo posea pudiera hablar con los humanos por medio de técnica y hechizos maravillosos. Se decía que sólo eran cuentos, o invenciones, nada estaba realmente seguro. La casa de Gabbana era un claroscuro, pues no entraba mucha luz por los días, y por las noches la luz era completamente escasa, pero a él eso no le importaba, nunca le había hecho gracia si había mucha o poca luz, el sabía que si todo estaba oscuro él podía pensar más e idear planes para sus próximas batallas. Últimamente Gabbana había estado sintiendo una punzada de intriga y curiosidad dentro de él, pues quería comprobar si era verdad lo de los rumores que habían en el santuario.
El caballero de la serpiente terrestre Gabbana, ya estaba aburrido de hablar consigo mismo, pues necesitaba aventura. Él siempre ha sido un alma aventurera, así que no dudó en despertarse temprano y dirigirse al muelle a dirigirse a Ral, la isla misteriosa, dónde se decía habitaba la piedra misteriosa que permitía hablar con los animales.
Gabbana llegó al muelle, totalmente diferente al que había cuando llegó a Grecia. Esta vez tenía un aspecto más modernizado y había menos cantidad de marineros y barcos, tenía un aspecto casi vacío. Gabbana estaba confundido, en medio del casi deshabitado muelle, sólo pudo ver a un marinero que tenía una extraña mirada y un parche, con un tabaco en la boca y totalmente concentrado en un documento de apariencia vieja y ajada que tenía en la mano, se le podía ver bastante concentrado. Gabbana se llenó de valentía y fue a hablarle al extraño marinero que estaba sentado al frente de su nave, en una silla que apenas podía resistir su gran peso. Gabbana se presentó con modestia, pues no sabía cómo podría reaccionar el extraño marinero. El caballero solamente se limitó a mirar a Gabbana de píes a Cabeza, cómo si lo estuviera analizando exhaustivamente. Un ataque de nerviosismo atacó a Gabbana, hasta que por fin el hombre le sonrío y le pidió la razón de su allegamiento. Gabbana explicó el por qué; le contó sobre la piedra y sus intereses de viajar hacia esa isla. El marinero sólo se limitó a sonreír como si hablara con un auténtico loco. El hombre aceptó en llevar a Gabbana al archipiélago; esa misma noche embarcarían. Gabbana entró en el bote, que tenía un aspecto triste y desolado, y además un fuerte olor a pescado. El caballero de bronce no era muy amante de los viajes en bote, así que entró en un lugar dónde el marinero le había dicho que podía recostarse. Entró en la habitación, la cual tenía un aspecto lóbrego y pobre, como un armario en mal estado. Gabbana no le prestó mucha atención, así que recostó un poco hasta quedarse dormido. Pasaron unas horas, pero Gabbana no sabía exactamente cuantas, pues las sintió como minutos, pues estaba profundamente dormido. Sonó un silbato, y Gabbana salió de la oscura habitación. Fue cegado unos segundos cuando sus ojos entraron en contacto con el brillante sol que había en ese lugar. Cuando se incorporó, quedó impactado. Nunca había visto un lugar tan bello en su vida.
Gabbana se encontraba enfrente de una hermosa isla, con unas playas tan claras, bellas y azules como diamantes. Habían palmeras de diferentes tamaños y formas; unas grandes, que brindaban una amplia y resfrescante sombre; otras más pequeñas, desde la que se podían colgar amacas y tener una plácida siesta. Gabbana estaba totalmente asombrado y enamorado de aquél magnífico paisaje. El barco atracó en tierra firme, y Gabbana se despidió de aquél marinero, dándole las gracias. Le pidió el favor de esperarlo, porque no tenía otra manera de regresar a Grecia. El marinero aceptó y bajaron los dos. Gabbana siguió adelante, pues tenía que lograr su misión personal. El señor marinero se quedó recostado bajo una de las gigantescas palmas, que brindaban una sombra espectacular. Gabbana caminó por un buen rato, hasta que encontró un hermoso castillo de piedra, de apariencia indígena, con una inscripción que decía "Templo de la Madre Naturaleza" Gabbana observó a varias personas tomando fotos, por lo que pudo notar que era un sitio bastante frecuentado por la gente. A unos metros de Gabbana, había un carrito turístico, en el que se daban paseos y recorridos a los turistas para conocer más la isla y matar el tiempo.
[Bueno, supongo que esta será la mejor manera de conseguir un mejor bosquejo sobre la isla. Así podré recorrerlo y, con la ayuda del ayudante, sabré más sobre cada uno de los sitios más importantes de este bello lugar. Bueno, creo que sí, es mejor hacerlo así que divagar en medio de un lugar que ni conozco bien. Por suerte traje un poco de dinero. Haré lo mejor que pueda para poder esconder mis cosmos, no quiero "sorpresitas"]
**Gabbana abordó el carrito turístico, sentado al lado de una señora gorda con una pinta tropical de turista y unas gafas oscuras que no dejaban ver bien su rostro. Pero Gabbana no prestó mucha atención a eso, pues estaba viendo a un tipo de pelo blanco y corto que estaba sentado a unos cuantos asientos de él. Tenía una pinta extraña, como si estuviera buscando algo también.**
Gabbana- BRONCE
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Re: Gabbana contra Falkon (On-rol)
**El Juez pasaba totalmente desapercibido formando parte de un grupo de turistas tropicales de lo más variopinto, los había asiáticos con multitud de móviles de última generación, las típicas familias de padres e hijos insoportables que no hacen más que incordiar...y como no, la mujer de grandes dimensiones con su marido delgado con sandalias con calcetines, un grupo de lo más interesante, entre ellos también viajaba un joven algo extraño y retraído que lo miraba concentrado. Pronto se puso en marcha en vehículo que lo llevaría por toda la isla recorriendo sus parajes más importantes, la extensa selva tropical, la zona donde los animales más fieros cazaban para alimentarse, incluso una pequeña ascensión a un mirador donde se podía ver toda la isla. Falkon realizó el recorrido sin prisas, observando todo lo que el guía les decía, ya que estaba allí aprovechó para saber algo más del archipiélago de Ral, y sobre todo de las costumbres de los indígenas nativos que vivieron hace años. Sus descendientes poco tenían que ver ya con la tradición antigua, sobrevivían sacando lucro con todas las representaciones de su arte, se podían comprar desde pequeños trofeos, hasta partes "reales" de monumentos, nada interesante para el espectro, el Juez quería llegar al Templo del Sol para empezar con su búsqueda, su verdadero objetivo.**
**Tras casi medio día entero de subidas y bajadas, de interminables caminatas por la naturaleza, llegaron a una zona elevada donde el Templo se erguía solemne, como si fuera el rey de la isla. Nada más observar su entrada uno podía teletransportarse a una época antigua en la que las cosas de valor estaban en el interior de las personas y no en sus manos, una época de mitos y leyendas tan próximas a nosotros, que el simple hecho de nombrarlas hace que uno las viva con intensidad. El guía del tour, que tenía el típico color de piel de la zona, les comentó por encima la historia de unos monjes que hablaban con los animales, los oídos de Falkon se agudizaron para sacar algo de información al respecto, no quería perder detalle alguno, Gumba, que así se llamaba el guía les contó que existe una leyenda local que habla de un monje de color oscuro que poseía la capacidad de transmutar su cuerpo en el de los animales, entre ellos, el más conocido era el de un gran cóndor que sobrevolaba los asentamientos enemigos desgarrando todo a su paso con sus poderosas garras, los jefes de las tribus locales se reunieron en secreto para preparar un plan que acabara con la vida de aquél monje. Como en otras grandes historias de la tierra, una mujer fué el causante de la caída del gran cóndor, en una noche acalorada le dió de beber un brebaje extraño que tenia la facultad de inutilizar la voz del que lo bebía, el monje, que no se pudo resistir a los encantos de una mujer, lo bebió, en ese mismo instante entraron a su tienda varios guerreros para apresarlo, éste se resistió e intentó conjurar el hechizo que lo convertiría en el ave, pero al no poder hablar no lo pudo realizar cayendo apresado sin oposición. Maltratado y vejado fué llevado al templo del sol para ser descuartizado y arrojado a las bestias para que lo comieran, en un último intento por sobrevivir miró al cielo y esbozó un fuerte grito, su cuerpo rápidamente se redujo en tamaño y desapareció del altar, nadie más supo del monje, el cuál se dice que está oculto en alguna sala del templo del sol esperando a ser liberado de nuevo y convertirse en el gran cóndor para consumar su venganza. El Juez de Grifo sonrió al escuchar el final de la historia, pues sabe, que en todas las leyendas existe algo de verdad, lo que pasa es que se encuentra tan camuflada que es difícil saber cuál de las partes es la correcta. Con el final de la historia, y el consecuente aplauso general se introdujeron en el templo, el lugar buscado por Falkon.**
Zaraki- Sexo :
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Re: Gabbana contra Falkon (On-rol)
**El carrito de turismo comenzó a avanzar en un camino pedregoso en medio de la frondosa selva. Se podían ver como los animales guerreaban por la comida, el alimento, e incluso un ameno mono luchaba por obtener la atención de una hembra, que estaba disfrutando de su soledad comiendo unos deliciosos bananos. El carrito chacaba contra las grandes arboles y sus ojas verdes y mojadas con un rocío que mojaba levemente la cara de Gabbana. Una señora de gran tamaño peleaba con su delgado esposo, que tenía la mitad de peso de ella y una mirada perdida. La mujer lo controlaba, ella tenía el mando en su relación. La excitación recorría el cuerpo de Gabbana cada vez que el amable y sonriente guía hablaba y explicaba cada una de las cosas que veía y lo que significaba para su región. El cálido clima tropical, provocaba una sensación de júbilo en todas las personas, incluyendo a Gabbana, que se sentía cómodo en aquella isla. La caliente tarde cayó y el sol se ocultó un poco más, dejando a la vista los rayos naranjas y cálidos en el cielo, que le daban un matiz espectacular y asombroso. El amable guía estaba exhausto y pidió por favor que la gente, que por cierto estaba demasiado ruidosa, se bajara ordenadamente del carrito y entrara el templo.
El templo desde adentro era cómodo y silencioso, como una cúpula de nieve inhabitada. Incluso la gente que llegaba hacía silencio al entrar para poder observar mejor las reliquias que se encontraban adentro, pero, no obstante, el calor era también insoportable, debido a la cantidad de personas que había adentro. Las exhalaciones de la gente hacían que el majestuoso templo luciera y se sintiera como una trampa de calor. La señor gorda del carrito, estaba literalmente cociéndose El sudor le salía por todas las partes del cuerpo posible, empapando toda su ropa como si acabara de salir de una piscina. El guía, que se había presentado como Gumba, pidió atención para poder continuar con la antigua pero interesante historia, o más bien mito, que recorría la isla. El silencio imperó en el templo. Se oían débiles latido de los corazones de las personas. Gabbana sentía el regocijo, pues sabía que por fin iba a escuchar la historia que se contaba en el santuario. Gumba tosió una o dos veces para aclarar su garganta. La historia era sobre una traición hacia un monje que podía convertirse en animales, entre ellos un feroz cóndor que desgarraba y destruía todo a su paso. Los sabios del pueblo estaban preocupados y por eso llamaron a una mujer para brindarle unas pociones que no permitían al que lo bebía hablar. El hombre la bebió enceguecido por la hermosa figura indígena de la mujer. Cuando el hombre estuvo vulnerable y en su forma humana, lo capturaron y torturaron y, teniendo como fin un castigo ejemplar, lo iban a desmembrar y arrojar a las hambrientas bestias para que se lo cenaran. El monje, buscando su supervivencia, se volvió en una criatura pequeña gritando, que se dice que todavía vive hasta ahora en el templo. La historia había terminado, y las personas que estaban presentes lucían confundidas. Los latidos del corazón de Gabbana aumentaron, pues la historia había sido más fascinante de lo que esperaba. Los murmullos bañaron toda la habitación, causando un ruido bastante estruendoso en toda la habitación. Gabbana divisó al mismo joven de pelo blanco y corto absorto en sus pensamientos, y que estaba bastante concentrado en la historia de Gumba, entonces se acercó a él para conversar, pues no le daba muy buena espina.
-Mucho gusto, joven, mi nombre es Gabbana. Me ha llamado la atención la manera en la que escucho la historia, se le veía bastante interesado en ella. Me pregunto, ¿usted que piensa sobre ella? ¿Ya la había escuchado antes? Oh, perdone si se ofende por tantas preguntas, es que me parece un joven muy interesante.- Mintió Gabbana, buscando algún tipo de información del muchacho.**
Gabbana- BRONCE
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Re: Gabbana contra Falkon (On-rol)
**La historia de Gumba no hizo más que despertar la curiosidad de Falkon, una vez dentro del templo, y justo antes de investigar por su cuenta, un joven bastante interesado le preguntó por la historia. El espectro alzó la mirada para ver de quien se trataba con gesto contrariado, pues estaba concentrado en buscar la reliquia, y se encontró de bruces con aquél muchacho que no le quitaba ojo, sonrió y se dispuso a contestarle.**
- Para tu pregunta, tengo una historia que espero comprendas y analices. En un lejano pueblo existía un gato muy preguntón, tan acomodado estaba que se pasaba el día de un sito a otro molestando a sus dueños, éstos, hartos de sus preguntas quisieron darle un escarmiento, prepararon todo minuciosamente para que cayera en una pequeña broma sin importancia. Pero el gato, totalmente descolocado y temiéndose algo se adentró con curiosidad al sitio antes de tiempo, con tan mala suerte, que los dueños al sacar el coche del garaje lo atropellaron y murió allí mismo. Es por eso que se dice, que la curiosidad mató al gato. Ten cuidado que no te pase algo parecido, pues sé que me observas desde la distancia, y como aquél gato, no quisiera tener que recogerte hecho cadáver. Vamos, nuestro grupo sigue adelante y no quiero perderme más detalles.-
**El Juez de Grifo intentó dejar claras sus intenciones, y frenar en seco cualquier atisbo de curiosidad, quería centrarse en encontrar el prisma. Siguiendo a los compañeros turistas se adentró en uno de los pasillos del templo que desembocaba en una gran sala, ésta estaba totalmente adornada con relieves dorados, los detalles eran de una exquisitez asombrosa, podían verse pequeñas escenas representadas del día a día de los nativos, sus cazas, sus sacrificios,...nada que llamaran la atención especialmente. Gumba seguía con el tour por el templo sin dar ninguna pista sobre el posible paradero de la reliquia, algo que empezaba a inquietar al Juez, las cosas estaban yendo demasiado lento, no podía seguir así sin más, así que intentó separarse en un descuido del guía para investigar por su cuenta. Recordando sus misiones de recogida y búsqueda de objetos sagrados intentó aplicar sus conocimientos adquiridos, sabía, que el sitio perfecto para una joya así estaría en una sala oculta en profundidad, ahora bien, ¿donde estaría la sala?. Falkon siguió por un pequeño pasillo que parecía bajar a otro piso, más inferior, un buen punto de partida para encontrar algo oculto. Asegurándose de que no le seguía nadie comenzó a golpear la pared, buscando algún tipo de mecanismo que abriera alguna compuerta o algo, el resultado fué en vano, nada ocurrió. El Kyoto se desesperó un poco y pensó, que aquello no sería tan fácil como parecía en un principio, sentándose en una esquina intentó recapacitar y ponerse en posición de aquellos que ocultaron la joya.**
Zaraki- Sexo :
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