entrenamiento de Áyax

Una vez la armadura terrestre había sido modificada para que Áyax la portara, la misteriosa voz que se hizo presente hace ya mucho tiempo volvió a sonar en su cabeza, ahora él estaba despierto y la escuchó con total atención.
-Bien hecho Áyax, has demostrado que tienes poder, tal vez no posees la capacidad de despertar tu cosmos por el momento, por desgracia no puedo decirte quien soy aún, pero ve al santuario en Grecia y entrena duro ahí para poder ser el auténtico portador de esta armadura que sin duda te ayudará durante el principio de tu viaje.
Cuando la voz se apagó Áyax comprobó que todos en el laboratorio la habían escuchado y todos lo miraban a él, en sus miradas tenían una mezcla de temor y orgullo por ver que su nuevo guerrero tenía un duro e importante futuro por delante.
-Gracias por todo, ahora me iré a Grecia, cuando termine mi entrenamiento volveré para poder portar la armadura del zorro terrestre.
El viaje fue muy cómodo, más de lo que se esperaba ya que viajaba en avión, al llegar a una pequeña isla de Grecia donde le dijeron que estaba ahí abajo el santuario, el corazón de Áyax latía con mucha fuerza y velocidad pues su camino para convertirse en caballero acababa de empezar. Al bajar del avión un taxi lo condujo hasta la entrada de un pueblo muy cercano al santuario, desde ahí se dirigió el muchacho al lugar de su entrenamiento y cuando por fin llegó a las puertas la respiración se le cortó al ver tanta majestuosidad.